Trastorno de La Conducta Alimentaria
Trastorno de La Conducta Alimentaria
Trastorno de La Conducta Alimentaria
(epistemología de la complejidad)
Trastorno de la conducta alimentaria como solución para lidiar con un dolor que parece
insostenible o alguna problemática.
Coherencia del individuo: nos da un sentido de continuidad. Hacemos lo que es predecible para
nuestro cerebro.
Vamos a adquirir elementos del ambiente que tengan sentido con nuestra coherencia.
Cuando hablamos de un patrón de apego seguro, la imagen de si mismo tiende a ser positiva.
Puede tener un mejor pronóstico en cuanto al desarrollo de psicopatologías.
*Apego evitante: se relaciona en mayor medida con los trastornos de la conducta alimentaria.
Los niños buscan en mayor media la aprobación de los padres para maximizar la conducta de
apego. Tiende a tender un concepto de si mismo más difuso, variable e incierto.
Se da la autonomía forzada, es decir el niño tiende a realizar acciones que le cuestan y sin pedir
ayuda, con la finalidad de no generar problemas al adulto cuidador.
También se dan las conductas complacientes. Haciendo las cosas que el niño cree que le pueden
agradar a sus cuidadores.
*Apego ambivalente: Los papás constriñen y sobreprotegen. Los niños intentan liberarse de la
sobreprotección. Se mueven más hacia el futuro desde la ansiedad.
Pacientes ambivalentes: la imagen de si mismo que construye es más bien negativa. Necesita hacer
cosas para generar el cuidado o aprobación de los padres, ya que no es incondicional. Tienden a
moverse en orientaciones temporales más hacia el futuro.
Cada hito del desarrollo se enlaza con lo vincular sí o sí. Va generando un patrón.
La identidad permite el sentido de ser uno mismo y continuidad a través del tiempo, espacio y
diversas situaciones.
Temperamento: Modo de ser básico con el que llegamos a la vida. Forma en que atrapamos los
estímulos. No hay buenos ni malos.
*Bondad de ajuste: Expectativa de el cuidador respecto del temperamento del niño y su ajuste a la
realidad.
Comorbilidades
Anorexia nerviosa.
Bulimia nerviosa:
Criterios de DSM V:
b. Bulimia:
- Atracones recurrentes (ingestión superior a lo normal, sensación que falta control (1 vez x
semana x 3 meses)
- Purga (laxantes, vómitos, diuréticos, ejercicios).
- Autoevaluación basada en el peso y figura.
- La gravedad según frecuencia de episodios por semana es:
Leve: 1-3; moderado: 4-7; grave: 8-13; extremo: + de 14
La ingesta excesiva puede no ser lo más relevante dentro del diagnóstico, sino que la sensación de
pérdida de control.
Comer no está asociado con el uso regular de conductas compensatorias inapropiadas (ayuno,
ejercicio excesivo) y no ocurre exclusivamente durante el curso de la anorexia nerviosa o la bulimia
nerviosa.
Aquellos que no han perdido el 15% del peso esperado para la estatura y la edad, los que purgan
pero no comen en exceso, entre otros.
Buen resultado a corto plazo (de 1 a 5 años) tanto en adultos como en adolescentes.
Duelos, muertes, suicidios, traslados, cesantía, etc. y la contención o validación que tuvieron estas
experiencias en la práctica.
El desencadenante puede estar activo. Encapsulado, mutado a otros síntomas o estar en vías de
resolución (gracias a un proceso terapéutico de la familia o de forma individual).
Puede haber o no una coherencia entre lo explícito y lo tácito, esto quiere decir que
explícitamente el paciente puede mencionar que está bien, pero tácitamente puede estar
teniendo sensaciones desagradables continuas. Parte de la terapia es lograr una coherencia entre
lo narrado y la experiencia. Se integra el síntoma en la trama narrativa.
Mentalización.
Proceso de regulación emocional y conductual por excelencia. Permite comprender los propios
estados mentales y los de las otras personas.
No hay que felicitar al niño por comer más, porque buscamos el resultado, una meta. Debemos
apoyar la experiencia intrínseca de la alimentación. La idea no es orientar la alimentación como
resultado o meta, ya que solo se generan resultados a corto plazo pero no a largo plazo.
Hablar desde “el todavía” y dejar abierta la posibilidad de que el paciente lo logrará (Ej: “todavía
no logra comer carne”).
Organizar la información por sentidos. ¿Qué pensó la lengua cuando probó esto? ¿Qué
temperatura tenía cuando lo probaste?
Ofrecer alternativas: Por ejemplo, ¿prefieres comer el huevo frito o revuelto? No enfocarse en si
comerá o no X alimento.
¿Cómo será el juicio de los demás sobre mi? me aceptarán/rechazarán tendencia a controlar
el peso y a imagen de si mismo.
El perfeccionismo.
Se resta de situaciones sociales, deportes, etc. porque el paciente siente que no tiene control de la
opinión del entorno. Miedo a no ser validado. La participación se vuelve algo peligroso para el
paciente.
Solución de la TCA (AN) Modelo de comprensión en un continuo (las fases pueden ser
intercambiables u oscilantes) para saber cómo abordar cada fase.
Las intervenciones deben ser preventivas, deben estar más enfocadas en lo vincular. Se puede
hacer con psicoeducación, comer en familia, ideales de belleza, hablar sobre cómo abordar
situaciones donde nos hacen comentarios negativos sobre nuestro cuerpo.
Se puede trabajar como: terapia individual, trabajo de autoestima, la regulación emocional, quien
soy yo, qué me está pasando, relación con los pares y eventuales parejas.
Fase 3: la protesta relacional. Oponiéndose a comer, como foco individuación. Se pone en riesgo el
cuidado parental. Hay más conductas de riesgo. Hay sintomatología parcial y el temor a subir de
peso se apodera de la paciente.
Marcadores de riesgo.
Objetivo: Intervenir el sistema parental y reorganizar el cuidado del adolescente tomando como
eje central el tema de la alimentación.
Fase 5: La protesta psíquica. Deseo focalizado rígido y muchas veces delirante de querer bajar de
peso (no es recomendable hacer metáforas o reflexiones del peso directamente).
Focalizamos nuestra mente en solo un deseo delirante. La vida se focaliza en un solo objetivo
fijado en un número seguro (peso en kg).
Suelen estar muy reticente al tratamiento y suelen sonreír cuando bajan de peso.
Fase 1: Adolescente sana que desea administrar su cuerpo. Se debe abrir horizontes además de la
imagen como reguladores de autoestima a nivel cultural: programas educativos, apoyo de medios
de comunicación.
Fase 2: Adolescente sana reconociendo que la imagen es un factor importante para la interacción
social. Solo si se suman factores de riesgo y eventos precipitantes se pasa a la fase 3. Apoyar
actividades que conecten al adolescente con la sensación de capacidad y autovalor (talleres, grupo
organizado juveniles, hobbies, etc.)
Fase 5: Cuadro grave con comorbilidad psiquiátrica. Derivación urgente a equipo de trastornos de
alimentación, el que considerará hospitalización psiquiátrica.
Criterios de derivación urgente: negativa absoluta a comer o beber, sintomatología depresiva con
riesgo de autolisis, conductas autolesivas importantes.
Prevención de TCA:
Grupos de riesgo: Edad (adolescentes), Sexo (mujer), participación en actividades de riesgo, ya sea
a nivel de ocio o profesional (gimnastas, atletas, bailarinas, modelos, patinadoras, deportistas de
elite, etc.)
Terapia de remediación cognitiva. Puede ser individual o grupal, su objetivo es mejorar los
procesos cognitivos. Se puede utilizar en pacientes con esquizofrenia, psicóticos o reticentes al
tratamiento. Se hace mediante estimulación cognitiva, sudoku y ejercicios de ese tipo.
Intervenciones ambulatorias/preventivas.
Promoción de estilos de vida saludable: actividad física, horarios de sueño y rutina, actividades de
ocio, planificación, impacto de pantallas.
Nos permite esta actitud amable con nosotros sin juzgarnos. Hay sesiones sistematizadas para cada
cuadro clínico. Tenemos que evaluar si el paciente puede realizar o no el mindfulness. No es
recomendable mindfulness ni el mindfull-eating cuando se está en la fase aguda de un cuadro
clínico, ya que aumenta la conciencia de la experiencia. Debemos estar organizados física y
emocionalmente para practicar esto.
Importante:
- motivar el compromiso
- Realizar el encuadre
- Realizar la entrevista motivacional para adherir.
- Evaluar el diagnóstico para analizar si necesita tratamiento ambulatorio u hospitalario (EDE-Q ;
CIA)
- Identificar obstáculos: asistirá o no a sesiones, las tareas deben ser adecuadas a su estado y en
línea con la alianza, contexto del paciente.
Otras intervenciones:
1. Formular el problema en términos internos: como fue el curso de desarrollo en la vida que
llegamos a esta solución.
2. Poner el foco de tratamiento en los procesos de mantenimiento (búsqueda de aprobación,
miedo al rechazo, la búsqueda de una imagen externa, el juicio crítico del cuidador, la alta
exigencia, etc.)
3. Generar intervenciones de acuerdo a lo que priorizamos. Identificar qué es lo más complejo
que tiene la paciente. Si lo que más hace es chequearse corporalmente, regulamos la
intensidad del chequeo. Realizar preguntas como ¿Qué quiero averiguar? ¿Puedo averiguarlo
de esta manera? ¿Me hará sentir bien? ¿Qué pienso la mayor parte del tiempo?
Si la paciente se restringe socialmente, podemos motivar que se una a un taller.
Si la persona se siente gorda, debemos orientar a que no se sienta como piensa que es.
También debemos:
- Evaluar el esquema de autoevaluación del paciente: se pesa continuamente por ejemplo.
- Identificar qué cosas son importantes cuando se evalúa a si mismo.
- Ayudar al paciente a ordenar estas áreas de su vida jerárquicamente: pareja, deportes,
educación, familia, notas, resultado, etc.
- Afrontamiento de comidas temidas: no tolera el olor a papas fritas, no tolera que coman
papas fritas cerca, etc. Se realiza la micro-intervención enfocado en eso.
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