Los Trastornos Alimenticios
Los Trastornos Alimenticios
Los Trastornos Alimenticios
Introduccion.
Las causas de los trastornos alimenticios son muy variadas: pueden estar asociados a
patrones de relación y vinculación deficientes, vivencias complejas o traumáticas de la
persona, inseguridades emocionales… así como a otros aspectos internos y relacionales
que no han podido ser adecuadamente manejados o asimilados. Las experiencias de
carácter doloroso suelen quedar “aparcadas” de la memoria consciente y se activan con
determinados estímulos, que no siempre tienen por qué estar directamente conectados con
el problema.
En todos los casos, la terapia es fundamental, siempre se busca aquello que ha provocado
el trastorno alimenticio. En ocasiones, los trastornos de alimentación no son un problema
principal, sino un síntoma originado por otras situaciones que no son reconocidas por la
persona afectada, o de las que, simplemente, no es consciente: sentimientos de culpa,
vergüenza, angustia, alteraciones de la percepción de la imagen corporal, estilos educativos
rígidos, incapacidad para expresar emociones…
Tesis: “Lo más importante es reconocer e informarnos de estos trastornos, es una
enfermedad no algo de lo que avergonzarse, el apoyo de toda la familia y amigos es
fundamental.”
Desarrollo.
Las más comunes son: Trastorno por atracón: Es el trastorno en donde la persona siente
periódicos deseos de ingerir alimentos de forma descontrolada, sin provocar el vómito.
Bulimia: Trastorno de la alimentación que se caracteriza por períodos en que se come
compulsivamente, seguidos de otros de culpabilidad con provocación del vómito. Anorexia
nerviosa: Trastorno se caracteriza por un rechazo de los alimentos en donde se tiene
aversión a la ingesta de alimentos, no se come, se pierde bastante peso y suele ir
acompañado de vómitos provocados, y va acompañado de otros síntomas somáticos y
psicológicos que afectan a la persona, en el caso de las mujeres, desaparición de la
menstruación, problemas relacionados con la piel, anemia, entre otras.
Existen varios factores, entre los cuales se destacan los psicológicos que pueden contribuir
a los trastornos alimenticios, como la baja autoestima, los sentimientos de insuficiencia o
falta de control de su vida, la depresión, ansiedad, enojo y/o soledad, las dificultades en las
relaciones personales y familiares, la dificultad para expresar sentimientos y emociones, el
haber recibido rechazo por el peso, algún antecedente de abuso físico o sexual, presiones
culturales que enaltecen la figura delgada y rechazan el sobrepeso, definiciones muy
concretas de belleza que incluyen solamente mujeres y hombres con ciertos pesos y figuras
y normas culturales que valorizan a la gente en base a su apariencia física y no a sus
cualidades y virtudes internas.
El tratamiento se centra primero en mejorar los hábitos alimenticios y tratar que la persona
tenga la ingesta necesaria en su alimentación, provocando el buen funcionamiento de las
funciones vitales, centrado este aspecto en medicina y nutrición. En segundo lugar, con el
trabajo desde el área de psiquiatría y psicología se tratan los problemas relacionados con
la ansiedad, la depresión, la baja autoestima y la pérdida de control.
Para prevenir este tipo de enfermedades, en primer lugar, desde muy pequeños nos
deberían de enseñar a seguir hábitos saludables: que se establezcan horarios de comida
regulares, evitando saltarse las comidas y no comer a deshoras y que los padres estén
presentes en dos comidas mínimo. De igual forma se debe rescatar que la dieta sea sana,
equilibrada y variada, incluyendo todos los alimentos necesarios, evitando el dulce en
exceso y las grasas saturadas. Es fundamental ofrecer verduras y frutas de forma variada.
También se previene este tipo de enfermedades generando en los niños confianza,
seguridad y amor propio, ya que estos son factores protectores de la autoestima. Por otro
lado, se debe fomentar una buena comunicación dentro del ámbito familiar, para que el niño
se sienta seguro y, de esta manera, sea capaz de buscar opinión y la ayuda de su propia
familia cuando se enfrente a situaciones que le resulten difíciles o estresantes. Otro consejo
es adoptar y mantener unos hábitos saludables que incluyen la práctica de actividad física
y tiempos de descanso que favorezcan los hábitos de sueño y distracción, para el manejo
de otros factores como son la ansiedad y el estrés.
Conclusión.
Los resultados obtenidos en este estudio nos permiten conocer los principales factores
personales, psicológicos, y sociales que desencadenan los trastornos alimenticios. Estos
trastornos son muy complejos una vez que se desencadenan. Ya que no suelen tener una
única causa. De esta forma se comprende que, lo mejor, es intentar prevenirlos, y para que
esto suceda debemos estar informados sobre las posibles causas, y los pasos a seguir para
un tratamiento adecuado. Debemos estar muy alertas si tenemos algún amigo o conocido
que sufra alguno de estos trastornos, y con esta información, saber como ayudarlo en el
mejor de los casos. Una de medida de prevención para este tipo de enfermedades es
sembrando confianza, seguridad y amor propio, ya que estos son factores protectores de
la autoestima.
Por otro lado, se debe fomentar una buena comunicación dentro del ámbito familiar, para
sentirnos seguros y, de esta manera, sea capaz de buscar opinión y la ayuda de su propia
familia cuando se enfrente a situaciones que le resulten difíciles o estresantes. Otro consejo
es adoptar y mantener unos hábitos saludables que incluyen la práctica de actividad física
y tiempos de descanso que favorezcan los hábitos de sueño y distracción, para el manejo
de otros factores como son la ansiedad y el estrés.
Asimismo, se concluye que la terapia siempre será fundamental, el objetivo final es que el
paciente y el terapeuta, de manera conjunta, vayan reconociendo e identificando esas
circunstancias implícitas en el origen de la patología, para dotarlas de un nuevo significado
y reducir el malestar asociado. De este modo, la persona logrará la recuperación de la
conducta alimentaria normal y podrá llevar una vida más plena y saludable.
Bibliografia.