El Arte de Celebrar

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TEMA:

EL ARTE DE
CELEBRAR
La liturgia es la acción sagrada por excelencia de la
Iglesia donde se celebra el Misterio Pascual de Cristo:
su pasión, muerte, resurrección y ascensión, a través de
los cuales se realiza nuestra redención.
La Liturgia:
Fuente y La liturgia y la Palabra de Dios están intrínsecamente
unidas, ya que "en la sagrada liturgia la Iglesia manifiesta
Cumbre de la su plena reverencia a la Palabra de Dios". Lugar
privilegiado del triple ministerio de Cristo: sacerdote,
Vida profeta y rey.

Cristiana La Eucaristía, como centro de la liturgia, es vista como


un anticipo y una promesa de la vida eterna, donde la
comunión con Dios, y entre nosotros, alcanzará su
plenitud.
Celebrar, en el contexto cristiano, no se refiere únicamente
a la realización de ritos o ceremonias, sino a la
participación consciente y activa en los misterios de Cristo.

Celebrar tiene una raíz Celebrar la obra


profunda en la redentora de Cristo es
experiencia de comunidad hacer memoria.

Significado de
Celebrar

La celebración litúrgica es una participación, invitando a


todos los miembros de la Iglesia a vivir en comunión con
Él y entre sí.
La Eucaristía: Corazón de la
Celebración Litúrgica
La Eucaristía es el sacramento central en la vida de la Iglesia en el cual Cristo se hace presente
de manera real y sustancial bajo las especies de pan y vino, ofreciendo su sacrificio redentor en
la cruz.

En la Eucaristía, la Iglesia se hace visible como "sacramento universal de salvación".

La Eucaristía, contiene todo el bien espiritual de la Iglesia, es decir, Cristo en persona, nuestra
Pascua y pan vivo que, con su Carne, se da vida a los hombres que son invitados a ofrecerse a
sí mismos, sus trabajos y todas las cosas creadas juntamente con Él .
Celebrar la Eucaristía no es solo una cuestión de seguir un rito,
sino de entrar en el misterio del amor de Cristo con un
corazón dispuesto y abierto.

El arte de celebrar la Eucaristía implica el compromiso de


hacer de nuestra vida una continua acción de gracias, de
servicio a Dios y a los hermanos, llevando lo vivido en la
celebración al testimonio diario.
El Arte de
La Eucaristía representa el núcleo vital de la vida eclesial y
Celebrar la parroquial, siendo el centro de la vivencia cristiana.
Eucaristía
La participación en la Misa dominical es el punto culminante
de la vida parroquial, donde la comunidad se reúne para
celebrar el misterio pascual.

La Misa es el acto de culto más elevado, en el cual los fieles se


reúnen para recibir el don de Cristo y compartir la comunión
en su sacrificio.
Dimensiones de la
Celebración
La celebración cristiana, en su esencia, abarca
diversas dimensiones que reflejan la riqueza y
profundidad del misterio de Cristo en la vida de
la Iglesia. Estas dimensiones no solo implican
actos litúrgicos, sino que también son una
manifestación de la vida, la comunidad y el
servicio, vividos como una alabanza continua a
Dios.
Celebrar la Vida
◦ Celebrar la vida en la fe implica reconocer cada
aspecto de la existencia como un regalo de Dios.
◦ Celebrar la vida se manifiesta en la oración, la
acción de gracias y la vivencia de las virtudes
cristianas.
◦ Celebrar la vida se trasmite en los sacramentos,
especialmente en el Bautismo, donde se nos
concede la nueva vida en Cristo y somos
incorporados a la comunidad de los creyentes.
Celebrar la Comunidad

◦ La dimensión comunitaria de la celebración


resalta la importancia de la comunidad de
creyentes en el contexto de la fe.

◦ La comunidad se convierte en un espacio donde


se vive la fraternidad y la solidaridad, reflejando
así el cuerpo místico de Cristo en la Tierra.

◦ La Iglesia, como Pueblo de Dios, se reúne para


celebrar la comunión en Cristo, especialmente en
la Eucaristía, donde se hace presente el misterio
de la unidad y del amor de Dios.
Celebrar el Servicio

◦ Celebrar el servicio resalta el llamado a los


cristianos de ser ministros de la caridad en el
mundo.
◦ Celebrar el servicio responde a las necesidades
de la comunidad convirtiendo la fe en acción
concreta.
◦ Celebrar el servicio implica reconocer a Cristo
en el prójimo y actuar con caridad y justicia en
favor de los demás.
Participación en
la Celebración
La celebración litúrgica en la Iglesia no es
solo un acto ritual, sino un
acontecimiento en el que cada participante
tiene un rol importante que desempeñar.
Desde el sacerdote hasta los laicos y
el uso de la música y el arte, cada uno
de estos elementos contribuye a la
experiencia global de la celebración,
ayudando a la comunidad a vivir el misterio
de la fe.
El rol del
Sacerdote
El sacerdote actúa en la persona de Cristo.
“El sacerdote, por la unción del Espíritu Santo,
ha sido constituido para ser el principal
dispensador de los misterios de Dios”(CEC
1552).
Esto significa que su papel no solo es
administrar los sacramentos, también guiar a la
comunidad en la adoración y en la vivencia del
Evangelio, a través de la homilía, ayuda a los
fieles a comprender mejor la Palabra de Dios y
a aplicarla en sus vidas. Además, su presencia
simboliza la unidad de la comunidad en Cristo.
La Participación
de los Laicos
La participación de los laicos es esencial en la
celebración:
“Los laicos, por su parte, están llamados a
desempeñar un papel activo en la celebración de
la liturgia” (SC 14)
Todos los miembros de la comunidad están
llamados a ser parte del culto, esta participación
puede manifestarse a través de diversas funciones
y ministerios, como Proclamadores, ministros
extraordinarios de la Eucaristía y cantores,
quienes contribuyen a la vivencia de la fe, el
decoro, la vida parroquial y administrativa.
La Música y el
Arte Litúrgico
La música y el arte elevan la experiencia
espiritual, creando un ambiente propicio para
la oración y la reflexión:
“La música sagrada es un elemento de gran
importancia en la liturgia” (SC 112)
El arte y la música no solo embellecen la
celebración, sino que también ayudan a los
fieles a entrar en comunión con Dios y entre sí,
haciendo visible la gloria de lo sagrado.
Otras
celebraciones
importantes
La Liturgia de las Horas es la oración
pública de la Iglesia. Es establecida y
promovida por la tradición cristiana a lo
largo de los siglos, y refleja la vocación
universal de los cristianos a santificar el
tiempo mediante la oración constante.

La Liturgia de las Horas es una


La Liturgia de manifestación del sacerdocio común
de los fieles, en la cual toda la Iglesia, en
unión con Cristo, ofrece a Dios alabanzas y
las Horas súplicas en distintos momentos del día y de
la noche.

La oración de la Iglesia no solo busca


glorificar a Dios, sino también responder a
las necesidades de la humanidad mediante
la intercesión y la alabanza.
La oración de la Liturgia de las Horas, siendo
una celebración propia de la Iglesia, resplandece
de plena luz cuando es recitada en la comunidad
eclesial, reunida con su presbítero.

La Liturgia
Es de grande valor la invitación a proponer esta
oración en la parroquia, especialmente en el rezo
de las Horas
de las Horas principales (Laudes y Vísperas), las
cuales, según la tradición de la Iglesia, son el
en la
doble núcleo del oficio cotidiano.
comunidad
parroquial
La Liturgia de las Horas, cuando es celebrada en
comunidad, no solo santifica el tiempo, sino que
también fortalece los lazos de comunión entre los
miembros de la parroquia, creando un espacio
donde la fe es vivida y compartida.
La Adoración Eucarística permite prolongar y dar más
espacio al encuentro personal con Jesús realmente
presente en las especies eucarísticas, fuera de la Santa
Misa. De hecho, es el cuerpo real de Cristo, la
Eucaristía, que da fuerza para el camino de esta
peregrinación terrena y santifica el cuerpo místico, que
es la Iglesia.

La Adoración
Eucarística
La doctrina de la Iglesia sobre la Adoración Eucarística
encuentra su fundamento en la fe en la presencia real
de Cristo en la Eucaristía. Este dogma, central en la fe
católica, afirma que, después de la consagración, las
especies de pan y vino se convierten en el Cuerpo y la
Sangre de Cristo.
La Adoración Eucarística permite a los fieles prolongar
el encuentro con Cristo más allá de la liturgia,
ofreciendo un tiempo de recogimiento y contemplación
en la presencia de Jesús.

Importancia
Transformación Personal y Comunitaria, este encuentro
personal con el Señor no solo fortalece la fe de los de la
fieles, sino que también los impulsa a una vida de mayor
santidad y servicio. Adoración
Eucarística
Dimensión Comunitaria, la Iglesia anima a que este acto
de adoración se realice en comunidad, fomentando así
la unidad del Cuerpo de Cristo, de este modo, la
adoración refuerza los lazos de la comunidad eclesial,
uniendo a los fieles en la adoración de un mismo Señor.
Muchas gracias

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