Quiebra Fraudulenta y Delitos Bancarios
Quiebra Fraudulenta y Delitos Bancarios
Quiebra Fraudulenta y Delitos Bancarios
Es así que las personas o empresas que falsean su situación financiera, lo hacen
para evitar afrontar sus compromisos.
La bancarrota o quiebra fraudulenta es un delito financiero que a menudo se
presenta de cuatro formas generales. Primero, los deudores ocultan los activos
para evitar que sean confiscados. Segundo, los individuos intencionalmente
presentan formularios falsos o incompletos. Tercero, los individuos se declaran en
bancarrota en más de un estado simultáneamente. Cuarto, los deudores sobornan
al fideicomisario designado por el tribunal. En general, el delincuente combina una
de estas formas de fraude con otro delito, como robo de identidad, fraude
hipotecario, lavado de dinero o corrupción pública.
Cerca del 70% de los casos de bancarrota fraudulenta implican que el deudor
oculte activos. Los acreedores sólo pueden liquidar los activos que declara el
deudor. De esta manera, el deudor puede llegar a conservar los activos pese a
tener deudas pendientes. Para proteger más aún los activos, las empresas o
individuos transfieren los activos no declarados a amigos, familiares o socios para
evitar que sean localizados. Este tipo de bancarrota fraudulenta aumenta los
riesgos y costos asociados a los préstamos.
Otro tipo de bancarrota fraudulenta cada vez más común en los Estados Unidos
es conocido en inglés como el “petition mill” o una fábrica de peticiones de
bancarrota. Los estafadores se hacen pasar por asesores financieros para ayudar
a arrendatarios sin dinero que prevenir que sean desalojados de su casa,
apartamento u otra vivienda. El arrendatario cree estar recibiendo ayuda, pero el
estafador, en realidad, lo declara en bancarrota para dilatar el desalojo. Mientras
tanto, se cobran tarifas exorbitantes por el "servicio" hasta vaciar la cuenta de
ahorros del inquilino y dañar su historial de crédito.
La declaración de bancarrota fraudulenta múltiple consiste en declararse en
bancarrota en varios estados utilizando el mismo nombre e información, o
diferentes alias e información falsa o una combinación. Este crimen retrasa los
procedimientos judiciales para presentar la bancarrota y liquidar los activos. En
general, los deudores que intentan ocultar activos logran protegerlos aún más de
esta manera.
La bancarrota fraudulenta es un procedimiento de carácter penal. Para probar el
fraude es necesario demostrar que el acusado distorsionó la información en forma
deliberada y fraudulenta. La bancarrota fraudulenta tiene penas de hasta cinco
años de prisión, multas de hasta $250,000 o ambas.
Implicaciones de la quiebra fraudulenta
Los principales afectados de una quiebra fraudulenta son los acreedores. Estos
acreedores suelen ser, por ejemplo, proveedores, empleados, accionistas o el
Estado por el pago de impuestos.
Dependiendo del país en dónde se hubiese cometido la quiebra fraudulenta se
debe cumplir una condena, que puede ser la privación de la libertad o la cárcel. Si
bien es cierto, que todo dependerá de las dimensiones de esa quiebra fraudulenta.
Circunstancias en las que se da una quiebra fraudulenta
Las situaciones en las que se lleva a cabo esta modalidad de delito, son:
Cuando se oculta la existencia de activos en inventario, dinero, cuentas
bancarias, valores muebles o inmuebles. Los cuales se pueden transformar
en dinero que podría utilizarse para pagar a los acreedores.
No llevar un registro de operaciones en el lugar y tiempo oportunos,
provocando un daño a una tercera persona, empresa o Gobierno.
Borrar, falsificar, alterar de cualquier manera los registros financieros, en
perjuicio de un tercero.
Ocultar información de bienes o derechos.
Haber consumido fondos propios o ajenos, que estuviesen encaminados al
pago de compromisos establecidos en contratos previos.
Simular la realización de compras para justificar salidas de dinero falsas.
Simular deudas.
Comprar bienes a nombre de otra persona o empresa perjudicando a los
acreedores.
Anticipar pagos para que en el momento de pagar a los acreedores se
pueda justificar que no existen fondos suficientes para pagarles.
Llevar a cabo compras después de haberse declarado la quiebra.