Rev Med Valdecilla - Trastorno Conducta Alimentaria

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14 REV MED VALDECILLA. 2017:2(1).

REVISTA MÉDICA
VALDECILLA
Prevalencia, incidencia y factores de riesgo de
los trastornos de la conducta alimentaria en la
Comunidad de Cantabria.
González-Gómez J1,4, Madrazo I1, Gil-Camarero E3, Carral-Fernández L1,4, Benito-González P1,
Calcedo-Giraldo G1, Gómez del Barrio A1,2.
1. Servicio de Psiquiatría. Hospital Universitario Marqués de Valdecilla. Santander.
2. Centro Investigación Biomédica en Red Salud Mental (CIBERSAM). Madrid.
3. Servicio de Pediatría. Servicio Cántabro de Salud. Santander.
4. Instituto de Investigación Sanitaria (IDIVAL). Hospital Universitario Marqués de Valdecilla. Santander.

Palabras clave: Resumen:


Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) se manifiestan como una alteración en la sa-
Trastornos de la lud mental, que se asocia a un patrón irregular en la ingesta de alimentos con el consecuente
conducta alimentaria, deterioro de la salud física y psicológica. En los últimos años estas patologías han suscitados
Prevalencia, gran interés social debido en parte al número creciente de pacientes y a la población afectada,
Incidencia, Factores en su mayoría mujeres jóvenes. Por otro lado, desde el punto de vista médico se consideran
de riesgo. trastornos que implican una importante morbilidad física y psicosocial, cuyas complicaciones
clínicas conllevan una elevada tasa de cronicidad.
Keywords: El origen de estas enfermedades no está claramente elucidado y se consideran el resultado
de la interacción de múltiples factores. La identificación de estos marcadores de riesgo ha
Eating disorders, permitido desarrollar programas de detección e intervención precoz mejorando los resultados
Prevalence, terapéuticos y minimizando los costes personales y sanitarios.
Incidence, Risk En este artículo se revisan los estudios realizados hasta la fecha en distintas localizaciones del
factors. mundo y en concreto en la Comunidad Autónoma de Cantabria, con el objetivo de conocer las
cifras de prevalencia e incidencia que realmente esconden estas patologías y los factores de
riesgo implicados en su desarrollo.

Abstract:
Eating disorders manifest as a disturbance of the mental health associated with an irregular
pattern in food intake, with a detriment in physic and psychological health as consequence. In
the latest years, these pathologies have aroused growing interest in the society because of the
increasing incidence and the subtype affected population, young women mostly. On the other
hand, from the medical point of view eating disorders are considered disturbances that imply a
significant physic and psychosocial morbidity, and whose clinical complications lead to a high
chronicity rate. The etiology of these diseases is not clear, and is considered as multifactorial.
The detection of risk markers has allowed the development of early identification and treatment
programs, improving therapeutic outcomes and personal and healthcare costs.
This article reviews the studies carried out among the world, specifically in the Spanish autono-
mous community of Cantabria. The aim is to know the actually hidden incidence and prevalen-
ce of these disorders and the risk factors that are implied in their development

Correspondencia: jagonzalez@humv.es

Introducción de los síndromes derivados específicamente de la


malnutrición. Pero es a lo largo del siglo XX y en es-
Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) co- pecial en los últimos 40 años cuando en los países
mienzan a describirse asociados con alteraciones en desarrollados estas patologías han cobrado relevan-
el sistema nervioso en el siglo XVII, diferenciados cia debido en parte al perfil de la población afectada,

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en su mayoría mujeres jóvenes, y a la gravedad de la je de trastornos no especificados. Uno de los cambios


enfermedad en sí misma que se asocia a altas tasas más notables es la inclusión de una cuarta categoría
de cronicidad y morbilidad 1. denominada trastorno por atracón. Esta alteración se
caracteriza por la ingesta de grandes cantidades de
En nuestro contexto social solo una minoría de las alimento en un corto espacio de tiempo acompañado
personas llegan a desarrollar un trastorno de la con- por sensación de pérdida de control sin asociarse a
ducta alimentaria que pueda clasificarse dentro de estrategias compensatorias inadecuadas.
los criterios diagnósticos establecidos, sin embar-
go las conductas de riesgo y los comportamientos Con frecuencia no resulta sencillo establecer esta
inadecuados como realizar determinadas dietas o clasificación ya que conforme evoluciona la enfer-
recurrir a vómitos, laxantes u otros productos para medad los pacientes se mueven entre las dimensio-
controlar el peso ha aumentado de forma alarmante. nes clínica/subclínica y con frecuencia se observan
Estas conductas consideradas de riesgo se relacio- migraciones diagnósticas o fenómeno “crossover” 1.
nan con la aparición de los trastornos clásicos como Los diferentes estudios muestran un cruce desde AN
la bulimia y la anorexia nerviosa, pero también con a BN de entre el 8 y el 55% de los pacientes, y desde
enfermedades aun más prevalentes en nuestra so- BN a la AN entre el 4 y el 27% fundamentalmente en
ciedad como el trastorno por atracón y la obesidad 2. los primeros 5 años de evolución de la enfermedad
5,6
. Esto se describe también en el caso de la BN y el
Definición y clasificación de los TCA trastorno por atracón (4–45%) 7. Además el proble-
ma de la estabilidad diagnóstica se ve incrementado
Los TCA representan hoy en día una categoría cla- debido a la alta frecuencia de comorbilidad con otros
ramente establecida dentro de las clasificaciones in- trastornos como son la ansiedad, la depresión, los
ternacionales de las enfermedades mentales y los trastornos de personalidad o las adicciones 1.
criterios clínicos están bien definidos y recogidos
tanto en la Clasificación Estadística Internacional de Cifras de incidencia y prevalencia de los TCA
Enfermedades y otros Problemas de Salud en su dé-
cima edición (CIE-10) de la Organización Mundial de El interés que despiertan los TCA ha motivado dis-
la Salud 3 como en el Manual Diagnóstico y Estadís- tintos estudios epidemiológicos de carácter inter-
tico de los Trastornos Mentales DSM-5 de la Ameri- nacional y nacional intentado estimar su incidencia
can Psychiatric Association 4. y prevalencia. A pesar de estos esfuerzos obtener
datos concluyentes no resulta sencillo por la propia
Las categorías tradicionalmente empleadas han sido: idiosincrasia de la enfermedad que conlleva con fre-
• La anorexia nerviosa (AN) con sus dos subtipos, cuencia a que los síntomas se nieguen o minimicen,
restrictiva y purgativa, se define por el rechazo estimándose a la baja su prevalencia 8 a lo que se
a mantener el peso corporal en los valores mí- añaden dificultades metodológicas. Debido a la baja
nimos normales con miedo intenso a engordar, incidencia en la población general, los estudios re-
junto con una alteración significativa de la per- quieren muestras muy amplias, además para poder
cepción de la forma o tamaño del cuerpo. comparar resultados se requiere la utilización de cri-
terios comunes en cuanto a la técnica de muestreo al
• La bulimia nerviosa (BN) que se caracteriza por diagnóstico y a los instrumentos de cribado emplea-
episodios recurrentes de voracidad con sensa- dos y sus puntos de corte 9.
ción de pérdida de control, seguidos por conduc-
tas compensatorias inapropiadas como el vómito Teniendo en cuenta estas limitaciones, distintas revi-
provocado, el abuso de fármacos laxantes y diu- siones estiman prevalencias en países occidentales
réticos, el ayuno o el ejercicio excesivo. en torno a 0,4% para la AN siendo 10 veces más
frecuente en mujeres que en hombres. El promedio
• En tercer lugar la categoría de trastorno de la de la edad de inicio se estima en torno a los 17 años
conducta alimentaria no especificado (TCANE) o (10) pudiendo afectar a distintas etapas de la vida,
trastornos atípicos, corresponden a una categoría de hecho se ha incrementado la incidencia en muje-
residual que agrupa las formas mixtas y parciales, res mayores de 40 años o prepuberales 11.
se utiliza para codificar los trastornos que no cum-
plen los criterios necesarios para AN o BN. En el caso de la BN la prevalencia se calcula entre
el 1 y el 1,5 % 12,13 y la proporción de mujeres y de
Con la reciente aparición de la quinta edición del Ma- hombres se supone similar 14. Desde que el trastor-
nual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Men- no por atracón se clasifica como categoría indepen-
tales, esta clasificación se ha visto modificada, se han diente su prevalencia se estima entre el 0,8 y el 1,6
eliminado algunas ambigüedades ayudando a realizar % con una distribución por sexos similar a las otras
un diagnóstico más preciso y reduciendo el porcenta- categorías 5.

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Incidencia y Prevalencia de los TCA en España 6,4-11,8) presentaban elevado riesgo para desarro-
llar un TCA, siendo superior en mujeres, 10,1% (IC
En España comenzaron a publicarse estudios epi- 6,7-14,9), que en varones que fue del 7,5% (IC 4,7-
demiológicos sobre TCA a mediados de los 90 y 11,7). La prevalencia por sexos de padecer un TCA
no se dispone de trabajos realizados en población fue 0,5% (IC 0,1-2,7) en mujeres y de 0 % para los
española general, Sin embargo existen trabajos en varones. Es importante señalar que la prevalencia
diferentes Comunidades Autónomas, entre los que de sobrepeso y obesidad fue del 39,8% (18,1 % so-
destacan los llevados a cabo en la Comunidad Va- brepeso y 21,8% obesidad) 19.
lenciana, Madrid, Navarra o Cataluña. Las cifras
reportadas no difieren de las encontradas en otras Se conocen con exactitud los casos atendidos en
regiones del mundo occidental. Estimando la pre- la única Unidad Especializada en Trastornos de la
valencia de TCA en torno al 4,1%-6,4%. Aceptando Conducta Alimentaria de Cantabria (UTCA) y que
un porcentaje de 0,5-1% para la anorexia nerviosa recibe entre 110 y 140 casos incidentes anuales,
(AN), de 1-3% para la bulimia nerviosa (BN) y de 3% siendo un 87% de ellos mujeres. A estos pacientes
para la los trastornos no especificados (TCANE), se- debemos de sumar los casos atendidos en las uni-
gún diversos protocolos nacionales 15. dades de psiquiatría infanto-juvenil o en los circuitos
privados. A la vista de estos datos y a la espera de
Los índices de prevalencia también oscilan según la realizarse estudios poblacionales específicos en la
edad estudiada, encontrando prevalencias para la AN Comunidad de Cantabria podemos considerar que
que oscilan entre el 0,2% y el 0,8% de la población las cifras de incidencia y prevalencia son similares
general y entre el 1% y el 2% en las adolescentes 16. a otras Comunidades de España y del resto de los
Los datos sobre varones no son desdeñables, se países de nuestro entorno.
calcula una prevalencia de 0,1% para la anorexia
nerviosa, del 0,1-0,36% para la bulimia nerviosa y Etiopatogenia de los TCA
del 0,54%-0,77% para los trastornos de la conducta
alimentaria no especificados, con una prevalencia La revisión de la bibliografía es concordante al con-
total de 0,6-0,90 17. siderar que los TCA tienen un origen multifactorial y
multicausal 20. Sin embargo, no resulta sencillo es-
A pesar de la cuantía de estas cifras las últimas revi- tablecer relaciones causales y tampoco disponemos
siones tanto nacionales como internacionales consi- de marcadores biológicos específicos que predigan
deran que la prevalencia se ha estabilizado sin llegar el desarrollo de estas enfermedades. Por el momen-
a alcanzar las proporciones epidémicas esperadas 2. to solo es posible hablar de características, expe-
riencias o eventos que cuando acontecen e interac-
Incidencia y Prevalencia de los TCA en Cantabria cionan entre sí incrementan la probabilidad (riesgo)
de desarrollar un trastorno alimentario. Estos facto-
En la comunidad de Cantabria tan solo dos trabajos res pueden considerarse como predisponentes, pre-
han estimado la prevalencia de los TCA, pero ningu- cipitantes o mantenedores en función del momento
no de ellos fue diseñado específicamente para este y la forma en la que actúan, pero resulta aun más
fin. En 2003 se publicó un estudio realizado para de- interesante clasificarlos en función de su etiología 21
tectar los signos de alerta de los TCA y de otros tras- como se resume en la tabla 1.
tornos mentales en adolescentes de Cantabria 18. Se
trata de un estudio transversal descriptivo mediante 1. Factores individuales
encuesta representativa de la población escolarizada En este grupo se incluyen las características propias
entre 12 y 16 años que incluye a 2.178 adolescen- del sujeto que pueden a su vez clasificarse en fac-
tes de ambos sexos. Se identifica que un 22,9 % de tores biológicos, psicológicos o conductuales. Estos
los adolescentes encuestados refería mal concepto factores no son por sí solos causantes de la enfer-
acerca de su imagen corporal y el 6% había realizado medad y prueba de ello es que la población sana
tres o más dietas en el último año. El 4,2% de ellos que no desarrolla un TCA puede tener alguna o va-
cumplen ambos criterios de alerta. No obstante las rias de estas características. Además, en el proceso
características del estudio, no son suficientes para de la enfermedad pueden aparecer solas o actuar
conocer la prevalencia de estos trastornos. sinérgicamente con otras variables ambientales y/o
Por otro lado entre el año 2007 y 2010 se llevó a familiares.
cabo un proyecto multicéntrico de investigación para a. Factores individuales de tipo biológico
la prevención de los TCA y del sobrepeso en dis-
tintas ciudades del norte de España en estudiantes Entre los factores individuales de tipo biológico
de secundaria 15. En el área de Santander se iden- que implican mayor vulnerabilidad a la hora de
tificó que un 8,8% de los sujetos encuestados (IC desarrollar un TCA los más aceptados son el gé-

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nero femenino 22 y la edad de comienzo en torno chas ocasiones tienen un inicio previo al desa-
a la adolescencia o juventud 1,23. Además se ha rrollo del TCA 28.
identificado asociación con la presencia de obe-
sidad premórbida y un desarrollo puberal precoz, Paralelamente se identifican otros factores rela-
circunstancias que se asocian a aumento de in- cionados con la percepción del individuo como
satisfacción de la imagen corporal y mayor pre- son: la insatisfacción, la distorsión de la imagen
sencia de conductas alimentarias de riesgo 22. corporal, la baja autoestima o el retraimiento so-
cial. Además, a estas características personales
Distintos estudios en familiares y gemelos esti- se les añaden algunos rasgos de personalidad
man que la genética puede explicar entre un 60 y o carácter tales como la baja autodirección o el
un 80% de la vulnerabilidad en estos trastornos, perfeccionismo 20 29.
el resto correspondería a experiencias biográ-
A estos factores se añade la mayor vulnerabili-
ficas 24. A pesar de estas evidencias todavía se
dad neuropsicológica detectada en parte de es-
conoce relativamente poco acerca de los genes
tos pacientes, en especial en los que padecen
concretos implicados, siendo minoritarios los es-
AN. Se caracterizan por mayor propensión a la
tudios de asociación de genoma completo que
rigidez cognitiva, con marcada tendencia a foca-
tratan de encontrar polimorfismos asociados al
lizar en los detalles y dificultades en la integra-
desarrollo de los TCA. Hasta ahora los princi-
ción global y la atención 30.
pales genes estudiados son los codificadores
de las proteínas implicadas en la regulación del c. Factores individuales de tipo conductual
hambre, la composición del cuerpo y las rutas
de los sistemas de neurotransmisión, sobre todo Determinadas conductas llevadas a cabo por el
el serotoninérgico (uno de los responsables de sujeto aumentan el riesgo de desarrollar un TCA,
regular el apetito y la saciedad), el sistema do- entre ellas encontramos prácticas habituales en
paminérgico o el factor neurotrófico derivado del la población general como las denominadas con-
cerebro (BDNF) 25,26. ductas alimentarias de riesgo (dietas restrictivas
o ayunos), el consumo de laxantes o diuréticos,
Un discreto número de estudios ha revelado o la práctica de deportes que impliquen alto ren-
que la presencia de complicaciones obstétricas dimiento o vinculados con la exposición del cuer-
o perinatales se relaciona con un mayor riesgo po 31.
de padecimiento de un TCA. Este hallazgo no es
exclusivo de estas patologías y se ha descrito en El riesgo de desarrollar BN o trastorno por atra-
otros trastornos psiquiátricos y el mecanismo por cón también se ha relacionado con el consumo
el cual se produce esta vulnerabilidad no está previo de sustancias tóxicas como el alcohol o
esclarecido. Algunos autores lo vinculan a pro- determinadas drogas de abuso como anfetami-
blemas en el neurodesarrollo, postulando la po- nas y cocaína, y con determinadas conductas
sible hipoxia en el feto, la existencia de un daño impulsivas como las autolesiones o el juego pa-
tológico 32,33.
cerebral temprano, el déficit nutricional durante
el embarazo o durante el periodo posnatal. Las La ocurrencia de acontecimientos vitales es-
circunstancias descritas en los estudios incluyen tresantes también se han identificado con más
mayor prevalencia de prolapso de cordón, ruptu- frecuencia en las personas que sufren TCA 20.
ra prematura de membranas, el parto de nalgas Muchos de estos estresores están relacionados
o cesara complicada. Sin embargo, otros aconte- entre sí y tienen por tanto un efecto acumulativo
cimientos como el bajo peso en el nacimiento, la siendo difícil identificarles. Entre los más descri-
edad de los progenitores o la lactancia materna tos en los TCA se encuentran: el abuso sexual o
no han sido confirmados 27. físico en la infancia, los antecedentes de crisis vi-
tal, las mudanzas, el fallecimiento de seres que-
b. Factores individuales de tipo psicológico
ridos, la separación de los padres o problemas
Los factores psicológicos han sido considerados en el ámbito social 34.
tradicionalmente parte fundamental de la etiopa- 2. Factores ambientales y socioculturales
togenia de los TCA. Existe suficiente evidencia
que señala la presencia de síntomas que son El entorno sociocultural condiciona en gran medida la
considerados como comórbidos pero que pue- aparición de estas patologías que han sido descritas
den encontrarse en origen de estas patologías tradicionalmente en mujeres caucásicas occidenta-
como son: trastornos afectivos, trastornos de la les, con predominio en clase social media alta y en
personalidad, trastornos obsesivo-compulsivos o las aéreas urbanas. Sin embargo las revisiones más
trastorno de control de impulsos, ya que en mu- recientes encuentran que afecta a personas de diver-

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sas localizaciones y nivel socioeconómico 35. A pesar vos y sintomatología obsesivo-compulsiva (especial-
de estos datos no podemos obviar que la cultura oc- mente en las madres), dieta y/o conducta alimentaria
cidentalizada constituye un marco de vulnerabilidad atípica en la familia, preocupación por el peso y la
para el desarrollo de los trastornos de la conducta imagen por parte de los padres, obesidad, hábitos
alimentaria, donde la prevalencia de estos trastornos alimentarios poco regulares durante la infancia, acti-
sigue siendo mayor. En este contexto, nuestra socie- vidades que valoran excesivamente la delgadez y/o
dad, y la presión ejercida por los medios de comuni- el peso. En conjunto la familia podría intervenir en la
cación imponen unos cánones y estereotipos de be- aparición de los TCA a través, tanto de su funciona-
lleza que se perciben ligados al éxito social 36. miento interno, como de la forma de comunicación
entre los miembros o de la transmisión de conductas
3. Factores familiares
de riesgo para estos trastornos 37,38.
El contexto familiar juega un papel esencial no solo
en el desarrollo, también en el mantenimiento de los Situación actual e implicaciones en la Comunidad
trastornos de la conducta alimentaria. Entre los fac- de Cantabria
tores de riesgo identificados encontramos modelos
familiares sobreprotectores, rígidos y exigentes, o El Servicio Cántabro de Salud cuenta desde hace
conflictivos y poco cohesionados, familias deses- más de 20 años con una Unidad específica para la
tructuradas, antecedentes familiares de TCA o bien atención de los Trastornos de la Conducta Alimen-
de otras patologías mentales como trastornos afecti- taria (UTCA), se encuentra ubicada en el Hospital

Sexo femenino.
Edad.
Obesidad previa.
Pubertad precoz.
Biológicos Enfermedades o problemas físicos o del desarrollo.
Herencia.
Alteraciones genéticas.
Cambios anátomo-fisiológicos en SNC.
Factores obstétricos y perinatales.
I- Factores individuales Psicopatología previa.
Factores psicológicos.
Psicológicos
Rasgos de personalidad.
Vulnerabilidad neurobiológica.
Historia de dietismo.
Nivel educativo.
Nutrición en la infancia.
Conductuales
Actividad física.
Consumo de sustancias.
Acontecimientos vitales estresantes.
Influencia de la sociedad.
II- Factores ambientales y socioculturales Interacciones sociales anómalas.
Presión social percibida.
Nivel socioeconómico familiar.
Estructura familiar y funcionamiento.
Psicopatología previa.
III- Factores familiares Sobrepeso materno.
Hábitos alimentarios y deportivos.
Estereotipos negativos.
Estilos de crianza.

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Universitario Marqués de Valdecilla (HUMV). Este miento una vez que la enfermedad se ha estableci-
dispositivo ofrece tratamiento multidisciplinar, con do. Por lo tanto, conocer los factores que aumentan
distinta intensidad y recursos en función de las ca- el riesgo de padecer estos trastornos nos permite
racterísticas individuales de los pacientes. prevenir o al menos intervenir de forma precoz en
las fases tempranas, lo que implica mejorar el pro-
En este contexto desde el año 2010 existe un pro- nóstico de la enfermedad.
grama de primeros episodios, denominado DETEC-
TA (DEtección TEmprana en Cantabria de los Tras-
tornos Alimentarios).El programa cuenta con varios Bibliografía
niveles de trabajo. En su parte asistencial incluye un 1. Fairburn CG, Harrison PJ. Eating disorders. Lancet.
plan de tratamiento estructurado, con el empleo de 2003;361(9355):407-416.
entrevista motivacional, terapia cognitivo-conductual 2. Ruiz-Lazaro PM, Comet MP, Calvo AI, et al. [Prevalence of
y tratamiento familiar tanto individual como grupal. eating disorders in early adolescent students]. Actas Esp
Psiquiatr. 2010;38(4):204-211.
De forma complementaria se realizan tareas de in-
3. Organización Mundial de la Salud. Décima revisión de la
vestigación que se dividen a su vez en distintos ob- clasificación internacional de las enfermedades. Trastornos
jetivos como son el estudio de la neurocognición, de mentales y del comportamiento. Descripción clínicas y
los factores pronósticos o factores de riesgo asocia- pautas para el diagnóstico. Madrid: Méditor; 1992.
dos al desarrollo de los TCA. 4. American Psychiatric Association. Manual Diagnóstico y
Estadístico de los Trastornos Mentales DSM-5. Madrid:
En este sentido los datos recogidos en estos seis Editorial Médica Panamericana; 2014.
años de trabajo reproducen lo encontrado en la li- 5. Hudson JI, Hiripi E, Pope HG, et al. The prevalence and
correlates of eating disorders in the National Comorbidity
teratura revisada anteriormente, comprobando cómo Survey Replication. Biol Psychiatry. 2012;61(3):348-358.
a circunstancias biológicas, psicológicas, conductua- 6. Monteleone P, Di Genio M, Monteleone AM, et al. Investigation
les o familiares se asocian como factores predispo- of factors associated to crossover from anorexia nervosa
nentes o precipitantes al desarrollo de un TCA 39. restricting type (ANR) and anorexia nervosa binge-purging
type (ANBP) to bulimia nervosa and comparison of bulimia
Conocer estos factores de riesgo y las característi- nervosa patients with or without previous ANR or ANBP.
Compr Psychiatry. 2011;52(1):56-62.
cas concretas de los pacientes de nuestra Comuni-
7. Javaras KN, Laird NM, Reichborn-Kjennerud T, et al.
dad Autónoma ha permitido realizar cambios en el
Familiality and heritability of binge eating disorder: results of
funcionamiento de la Unidad (UTCA), adecuando los a case-control family study and a twin study. Int J Eat Disord.
tratamientos y creando programas específicos a ni- 2008;41(2):174-179.
vel clínico y de prevención 40. Además, con la pues- 8. Hsu LKG. Epidemiology of the eating disorders. Psychiatr
ta en marcha y la difusión en la comunidad de este Clin North Am. 1996;19(4):681-700.
programa, se ha logrado una derivación más precoz 9. Ruiz-Lazaro PM. [Epidemiology of eating behavior disorders
in Spain]. Actas Esp Psiquiatr. 2003;31(2):85-94.
y oportuna, así como reducir el tiempo de demora
10. Attia E. Anorexia nervosa: current status and future directions.
asistencial. Todo ello supone una reducción de la
Annu Rev Med. 2010;61:425-435.
morbilidad y de los costes derivados de la enferme-
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dad, potencia la adherencia terapéutica, mejorará la disorders in older women. Maturitas. 2015;82(2):146-152.
calidad asistencial, y se relacionan con un pronóstico 12. Hoek HW. Incidence, prevalence and mortality of anorexia
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13. Smink FR, van Hoeken D, Hoek HW. Epidemiology of eating
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Psychiatry Rep. 2012;14(4):406-414.
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trastornos precisan aumentar el conocimiento de la 16. Arrufat FJ. Estudio de prevalencia de trastornos de la
conducta alimentaria en la población adolescente de la
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