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Ley 27742. Derogación de las mal llamadas multas.

Irretroactividad. Inaplicabilidad de la ley más benigna

Por María Teresa Neira(*) y Valeria Biagioni Parrella(**)

1. CONSIDERACIONES PRELIMINARES.

En primer lugar, afirmamos con total certeza que la Ley 27742 lejos de erradicar
lo que el poder político y ciertos periodistas han denominado "la industria del
juicio laboral", de manera arbitraria y desinformada, la han atribuido al abogado
laboralista, aumentará la litigiosidad.

Este incremento se producirá en defensa de nuestra Constitución Nacional y de


los tratados internacionales con jerarquía constitucional (art. 75 inc. 22 CN), los
cuales, en definitiva, constituyen el pacto social de los argentinos y, nos agrade
o no, sus disposiciones deben ser respetadas.

Es oportuno, antes de adentrarnos en la cuestión principal –en pro de la verdad


que debe primar y defendiendo la decencia con la que ejercemos orgullosamente
la abogacía- dejar aclarado el proceso de sanción y aplicación de las leyes
aunque ello pueda parecer una obviedad pero, tal vez, con la esperanza de que
el mensaje llegue también a quienes no están familiarizados con el tema. Las
leyes, aunque parezca una verdad de Perogrullo, no son sancionadas por los

(*) Abogada litigante con especialidad en Derecho del trabajo, habiendo sido profesora adjunta
11 años en la Universidad del Salvador en la Facultad de Derecho, materia Derecho del Trabajo
y de la Seguridad Social. Articulista de La Ley y del Derecho. Primer Premio Security año 1994,
al mejor trabajo jurídico de “Como optimizar el servicio de justica”. Fue delegada de la Asamblea
en tres oportunidades y Coordinadora Adjunta de la Comisión de Justicia en el Colegio Público
de Abogados. Fue Secretaria General del 1er Congreso Nacional de la Seguridad Social,
declarado de interés nacional; fue presidente del Comité de Organización del 1er. Congreso de
Incapacidades Laborales. Coordinadora de del CPACF de la Comisión de los abogados por la
paz y la no violencia 2022-2024. Vocal del Tribunal de Disciplina 2024-2026 del CPACB.
Integrante del Instituto de Derecho del Trabajo del CPACF. Asimismo, es funcionaria
internacional de Rotary, la ONG más grande de servicios humanitarios cuyo fin es la paz donde
se destaca por enfoque especial en liderazgo femenino. Embajadora de la paz en diciembre de
2015 por Word Peace Forum, distinción que le fue otorgada en el Senado de la Nación.
Productora y co conductora del programa radial “Qué le interesa a la gente”.
(**) Abogada en ejercicio independiente desde el 2004. Especialista en Asesoría Jurídica de

Empresas. Actual Coordinadora Titular Comisión Padrinazgo –Madrinazgo CPACF (desde 2022
a la actualidad). Miembro activo del Instituto del Derecho de Trabajo CPACF. Ex Miembro
Suplente de la Comisión de Interpretación y Reglamento de la Asamblea CPACF (periodo
2022/2024). Ex Delegada Titular en Asamblea CPACF (periodo 2022/2024). Coordinación de
cursos orientados a noveles de Derecho Laboral para el IDT (periodo 2022/2024). Matriculada
en el CPACF y en el CASI.

1
abogados, ni somos nosotros los responsables de su aplicación o de su
interpretación con autoridad de cosa juzgada.

De acuerdo con el esquema tripartito de poderes establecido en nuestra


Constitución —o cuatripartito, según lo sostiene alguna doctrina autorizada
desde la reforma de 1989 con la inclusión del Consejo de la Magistratura 1—,
corresponde al Poder Legislativo la creación y sanción de las leyes, conforme al
artículo 75 y concordantes de la Constitución Nacional, mientras que el Poder
Judicial es el encargado de su aplicación e interpretación, conforme al artículo
116 de la misma Constitución.

Los abogados, como componentes esenciales del sistema de justicia, y en


cumplimiento de nuestra función de defender los derechos consagrados por las
leyes a los justiciables, así como en observancia de nuestro juramento
profesional, estamos obligados a invocar todas las garantías que la Constitución,
los tratados con jerarquía constitucional y la legislación vigente otorguen a
aquéllos2. Cualquier enfoque contrario a esta responsabilidad nos convertiría en
abogados ineficaces, ímprobos o infieles, y en cualquiera de estos casos,
deberíamos ser objeto de las sanciones legales pertinentes, ya sea mediante
acciones por mala praxis o a través de denuncias ante el órgano competente
encargado de supervisar nuestra ética profesional.

Por lo tanto, es incorrecto afirmar que existe una "industria del juicio laboral"
fomentada por los abogados. Lo que realmente existió siempre fueron leyes
laborales dictadas por el Poder Legislativo cuya solicitud de aplicación ante los
estrados judiciales es imperativa para los abogados que, ante violaciones de la
patronal (con independencia de sus motivos) generaron juicios los que, además
son injustamente largos y tediosos. Empero, el dictado de la Ley 27742, cuyo
uno de los fines anunciados, según se difundió, fue acotar la litigiosidad lejos de
lograrlo va a incrementar aquélla. En efecto, hay en la ley citada normas que
contravienen los derechos consagrados en la Constitución Nacional o en los
tratados con rango constitucional, lo que hace imprescindible nuestra
intervención en defensa de los intereses de nuestros representados, por lo que
lejos de solucionar lo que intenta, va a generar un estallido de litigiosidad. En
consecuencia, rechazaremos nuevamente cualquier ataque hacia los abogados
laboralistas si ahora, con esta nueva normativa, crece la cantidad de procesos
pues, la Carta Magna es y será nuestro marco de actuación.

1 La doctrina del "cuarto poder" en Argentina, referida al Consejo de la Magistratura, ha sido


objeto de varios fallos relevantes de la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN). Uno de
los antecedentes más destacados es el fallo de diciembre de 2021, donde la Corte declaró la
inconstitucionalidad de ciertos artículos de la Ley 26.080 que regulaban la composición del
Consejo. Este fallo reafirmó la importancia del Consejo como un órgano independiente del Poder
Judicial, encargado de seleccionar y disciplinar a los jueces, lo que algunos consideran un "cuarto
poder" en el esquema constitucional argentino. (Fallos: 344:3636)
2 Ley 23187 - Capítulo II - Jerarquía del abogado. Derechos y Deberes. Art. 6, inc. a) y e): “...

Son deberes específicos de los abogados, sin perjuicio de otros que se señalen en leyes
especiales, lo siguiente: a) Observar fielmente la constitución Nacional y la legislación que en su
consecuencia se dicte; … e) Comportarse con lealtad, probidad y buena fe en el desempeño
profesional.”

2
Dicho esto, este artículo tiene como fin tratar las derogaciones efectuadas por la
Ley Bases a las indemnizaciones agravadas cuya voluntad legislativa era la
reparación tarifada de los daños y perjuicios devenidos de las conductas ilícitas
del empleador.

Trataremos la vigencia de las normas derogadas para las relaciones laborales


anteriores al 9 de Julio de 2024 y pondremos en evidencia el incremento de la
litigiosidad a las relaciones laborales nacidas con posterioridad a la fecha
señalada.

Concretamente, nos estamos refiriendo a la Ley de bases y puntos de partida


para la libertad de los argentinos - Ley 27742 y al impacto negativo de su artículo
99 que deroga los arts. 8, 9, 10, 15 y 16 de la Ley 24013, el art. 9 de la Ley
25013, los arts. 43 a 48 de la Ley 25345 y el art. 50 de la Ley 26844. Así como
también el artículo 100 de la Ley 27742 que deroga la Ley 25323.

2. EL CONTRATO DE TRABAJO – UN CONTRATO CON PARTES


DESIGUALES – EL DAÑO EMERGENTE DE LA FALTA O DEFICIENTE
REGISTRACIÓN.

Ante todo, no puede desconocerse que una relación de trabajo está sellada por
un contrato entre partes, sea escrito o no.

Desde una perspectiva jurídica, un contrato se define como un acuerdo entre dos
o más partes que genera obligaciones y derechos para ellas. En el caso del
contrato de trabajo, se trata de un acuerdo entre un empleador (personas físicas
o jurídicas) y un trabajador, en el cual este último se compromete a prestar un
servicio personal bajo la dirección y control del empleador a cambio de una
retribución económica. Hay contrato, aún si no se hubiese firmado el acuerdo
(pues la LCT no requiere formalidades), en tanto y cuanto se den los extremos
prestacionales más básicos de ambas partes.

No nos adentraremos en las particularidades de un contrato de trabajo el cual


requiere se den sus clásicas características de dependencia técnica, jurídica y
económica, sino que simplemente nos detendremos en qué es un contrato. Sin
embargo, no es un dato menor tener presente que, aunque el contrato de trabajo
comparte las características generales de los contratos en cuanto a su formación
y ejecución, también tiene particularidades específicas debido a la protección
especial que las leyes laborales otorgan a los trabajadores, en tanto la Ley de
Contrato de Trabajo, tal como reiteradamente se ha sostenido, viene a
reglamentar el art 14 bis de la Constitución Nacional.

Esto se traduce en ciertas limitaciones para la autonomía de la voluntad de las


partes, dado que muchas de las cláusulas de un contrato de trabajo deben
ajustarse a normas imperativas que protegen al trabajador. Ello se corresponde
con la necesidad de equiparar la desigualdad que sella el vínculo entre las partes
de este contrato, y de ahí el orden público que impera en la materia laboral.

3
Desde la perspectiva general de los contratos, todo incumplimiento por una de
las partes acarrea algún tipo de implicancia para la otra que suele traducirse en
una indemnización o sanción resolutoria, que la mayoría de las veces se refleja
en el mismo texto contractual. En un contrato laboral, en cambio, será el plexo
de leyes laborales el que enmarque la situación, dando un piso - mas no siempre
un techo - a las obligaciones mínimas que deben asumir los empleadores en
protección del más débil de la relación (el trabajador).

Por ello, decimos que los contratos laborales son contratos entre partes
desiguales y que es el conjunto de normas laborales el que regula esa
desigualdad -cumpliendo con el art. 14 bis de la Constitución Nacional- y allí
radica la base del orden público laboral. Para el caso de que la normativa
específica no contemple determinada situación, será el Código Civil y Comercial
de la Nación (CCCN) el que deba aplicarse supletoriamente de conformidad al
art. 953.

El Código Civil y Comercial de la Nación indica que la principal obligación de una


persona es actuar (o evitar omisiones) procurando no generar daños. Tomemos
por ejemplo el supuesto de que un empleador no registre a un trabajador. En
este caso no podremos poner en tela de juicio que el empleado está padeciendo
daños concretos. Por ello, el legislador los tarifa en la Leyes 24013 y 25323 que
hoy se derogan para relaciones posteriores al 09/07/2024, como más adelante
veremos. Es decir, que en las leyes señaladas se determina el monto
indemnizatorio al daño ocasionado. Con su derogación, lo que se provoca es
que no haya tarifa, pero de ninguna manera que no haya daño.

El daño provocado a un empleado sin registro, o con registro deficiente, sin


perjuicio de ser ostensible (acceso a obra social, a las asignaciones familiares,
al crédito, a la garantía locativa, a la jubilación o pensión, a la protección frente
accidentes y enfermedades profesionales o inculpables, a las licencias, entre
otras), requerirá un complejo plexo probatorio donde las medidas de prueba
harán más extenso el proceso, con todo el perjuicio que ello implica para el
trabajador.

De ahí que la afirmación efectuada previamente, la Ley Bases en lugar de


desvirtuar la supuesta "industria del juicio" -uno de las finalidades que pareció
buscar-, prohijará la litigiosidad incrementándose notablemente, en defensa de
nuestra Carta Magna y de los Pactos internacionales con rango constitucional.
Ello se debe a que los abogados estamos obligados a velar por los intereses de
nuestros clientes, para que los daños sufridos sean reparados en su totalidad si
representamos a trabajadores, o a procurar la reducción de su cuantía
económica si actuamos en defensa de los empleadores. En cualquiera de los
casos, será en los estrados judiciales donde se resuelvan estas disputas, las
que, además de aumentar la litigiosidad, incrementará los costos procesales,
dado que para demostrar o desvirtuar la existencia de los daños será necesario
recurrir a más recursos probatorios (periciales y/o informativa, entre otros).

Si nos preguntamos, por ejemplo, ¿cómo podrá un trabajador demostrar que no


pudo acceder a un crédito, o cómo podría un empleador desvirtuar tal alegato?,
se plantearán cuestiones relativas a la "prueba diabólica" y a su dificultad

4
probatoria. Sin dudas y teniendo en miras el principio “in dubio pro operario”, de
conformidad al art. 23 LCT, deberá estarse a la carga dinámica de la prueba3.

Dentro de esta línea de análisis, sostener que las mal referidas “multas” laborales
-por falta o deficiente registración por ejemplo– son meramente sancionatorias,
es no atender a la reparación del daño que ocasiona la actitud (u omisión) ilícita
de un empleador para con el trabajador que decidió contratar. Por ello,
afirmamos que las leyes derogadas contenían indemnizaciones agravadas y
tarifadas a favor del trabajador para reparar las situaciones dañosas.

3. IRRETROACTIVIDAD

3.1.1. - Irretroactividad en la Constitución Nacional - El Código Penal.

Actualmente, se debate si la Ley de Bases es o no retroactiva, es decir, si se


aplica a los juicios en curso, a los contratos con principio de ejecución, o
únicamente a aquellos que se originaron a partir de su entrada en vigencia el 9
de Julio de 2024.

Es importante señalar que la única norma que existe en nuestra Constitución


Nacional relativa a la irretroactividad de las leyes es el artículo 18 y se refiere
con exclusividad a la tutela que se da a los habitantes en un juicio penal. En tal
sentido, dice la norma citada que nadie puede ser juzgado por una ley anterior
al hecho del proceso, lo cual da seguridad jurídica a todo ciudadano de la Nación
o bien aquél que pise el suelo argentino.

No obstante, la irretroactividad en el ámbito jurídico penal encuentra una


excepción establecida en el artículo 2 del Código Penal de la Nación -ley penal
más benigna-, la cual posee rango constitucional a través del artículo 9 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos4 y del artículo 15 del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos5, ambos incorporados a la Ley
Suprema -por la reforma constitucional de 1994- conforme lo establece el artículo
75, inciso 22, de la Constitución Nacional.

El principio de la "ley penal más benigna" establece que la ley penal más
favorable, ya sea promulgada antes o después de los hechos, beneficia a quien
se le imputa un ilícito de índole penal. Este principio se fundamenta en la premisa
de que el "reo" es la parte más vulnerable frente al poder coercitivo del Estado
y, en este contexto, una ley penal más benigna se entiende como una nueva
disposición mediante la cual el propio Estado renuncia a una parte de su poder
punitivo en beneficio del ciudadano, lo que justifica su aplicación retroactiva.

Subrayamos que este principio se refiere a cuestiones estrictamente penales,


pues las temáticas laborales, que será el enfoque central de este artículo, se
rigen por principios que le son propios del ordenamiento que las tutelan.

3 “Primeros análisis de las reformas introducidas en la ley de contrato de trabajo por la Ley 27442”
de Maza, Miguel Angel. Ed. Rubinzal - Culzoni.
4 Ley 23074 - 1984
5 Ley 23313 - 1996

5
Se señala ello porque ya se leen fallos6, por ahora aislados, que resolvieron la
retroactividad de la ley, y además se escuchan voces de una supuesta
reglamentación que haría retroactiva a la Ley Bases a contratos finalizados y a
contratos nacidos con anterioridad del 9 de julio 2024, en lo que hace a las
indemnizaciones agravadas emergentes de las Leyes 24013, 25323, 25345 y
26.844 derogadas por la citada ley.

Es importante destacar que ni la propia ley prevé la retroactividad lo cual no es


un punto menor cuando comenzamos a analizar el tema, toda vez que la
voluntad del legislador siempre debe tenerse presente al momento de interpretar
el plexo normativo. Es lógico que no lo haya establecido, pues sería
manifiestamente inconstitucional.

Considerando las leyes laborales y el Código Civil y Comercial de la Nación, de


manera supletoria pero hermenéutica, en consonancia con los principios que
rigen el derecho laboral, se hace palmaria la conclusión que no puede y no debe
aplicarse la ley más benigna, invocando principios del derecho penal sin con ello
vulnerar los derechos del trabajador, especialmente tutelados por el art. 14 bis
de la CN y convenciones internacionales de rango constitucional7.

En una relación asimétrica, donde el trabajador es la parte más vulnerable frente


al empleador y merece especial tutela, nadie puede pensar que de un ilícito se
beneficie el incumplidor -empleador- en perjuicio del trabajador sujeto del daño.

3.1.2.- Naturaleza de las indemnizaciones agravadas tarifadas

Aquí se analizará si las indemnizaciones agravadas tarifadas, o las mal llamadas


"multas", revisten carácter indemnizatorio o punitivo.

Recordamos aquí el reciente fallo de la CSJN donde, aunque se declara la


inconstitucionalidad del 132 bis, clarifica nuevamente que hay leyes laborales
que han previsto agravamientos indemnizatorios tales como la Ley 24013 o el
art. 2 de la Ley 253238.

Supongamos por un momento que las compensaciones previstas en los artículos


9, 10 y 15 de la Ley 24013, en el artículo 45 de la Ley 25345, o en los artículos
1 y 2 de la Ley 25323 o en el art. 50 de la Ley 26844, fueran consideradas multas
en lugar de indemnizaciones agravadas. Aun así, observamos que aquéllas no

6 “Orellano, Miguel Ángel C/ M.A. Comercial S.R.L. - Ordinario - Despido” (Sentencia del
23/07/2024. Cámara Del Trabajo -Córdoba- Sala 10). “Alves, Ramón Alejandro C/ Bernardi, Juan
Manuel S/ Laboral” (Sentencia Del 01/08/2024. Jdo. Cc Y Lab. Puerto Iguazú). “Romero René
Facundo C/ Cauda, Gabriel Alberto Y Otros S/ Cobro De Pesos – Rubros Laborales” (Sentencia
Del 07/08/2024. CCCL Sala I Rafaela).
7 Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre. La Declaración Universal de

Derechos Humanos, Ley 23054 -La Convención Americana sobre Derechos Humanos - Pacto
de San José de Costa Rica-, Ley 23313 - Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales
y Culturales - Civiles y Políticos y su protocolo facultativo.
8 Expte. CNT 37699/2013 - “Recurso de hecho deducido por la parte demandada en la causa

Domínguez, Yanina Vanesa c/ Muresco S.A. s/ despido” - CSJN - 13/08/2024 (elDial.com -


AAE229)

6
tienen carácter penal, ya que, como se mencionó anteriormente, el contrato
laboral se encuentra regulado por principios propios del derecho laboral, tales
como el "indubio pro operario", la irrenunciabilidad de los derechos, la no
discriminación, el principio de razonabilidad y el de indemnidad, entre otros.

En el ámbito del derecho penal, es el Estado, en última instancia, quien ejerce


su poder sancionador para beneficiar a la sociedad mediante un acto punitivo,
con el fin de evitar la repetición de conductas ilícitas que perjudican al conjunto
de aquélla. Es, por lo tanto, el Estado quien puede llegar a favorecer a quien
comete un ilícito penal. Sin embargo, incluso en el ámbito del derecho aduanero,
donde el beneficiado es el propio Estado, hay casos en donde no se aplica la ley
más benigna, tal como lo establece el propio Código Aduanero en su artículo 899
– in fine – y 961, cuando se refiere al tratamiento aduanero o fiscal de la
mercadería, y su aplicación de multas, no aplica la norma penal más benigna 9.

Ergo, no hay motivo alguno por el cual se podría aplicar en el derecho laboral “la
ley más benigna” en protección al empleador, toda vez que las indemnizaciones
agravadas vienen a reparar el daño causado al trabajador -sujeto de preferente
tutela- y sus montos, al celebrarse el contrato, ya ingresaron a su patrimonio,
como más adelante veremos.

Dichas indemnizaciones, o mal llamadas multas, se adoptaron con miras a


beneficiar al trabajador dañado por el incumplimiento –hecho ilícito- del
empleador, ya sea por estar mal registrado (con todos los daños que conlleva) o
por no pagarle en tiempo su indemnización o bien por no entregarle sus
certificados de trabajo. Si el legislador había dispuesto en las Leyes 24013,
25323, 25345 y 26844 que el concepto era indemnizatorio, y la jurisprudencia
hasta la actualidad lo sostuvo, mal podemos otorgarles el carácter de multas,
aun cuando coloquialmente nos hayamos referidos a las mismas.

El trabajador es quien soportó (y seguirá soportando) los perjuicios de la actitud


disvaliosa del empleador que decidió no registrar correctamente, no pagar en
término, o no entregar certificados de trabajo. Todo lo cual, ha llevado al
legislador a endilgar el carácter de “indemnizaciones” a la tarifa dispuesta por los
daños ocasionados, y no como “multa sancionatoria”, más allá de que también
la finalidad de la norma haya sido desalentar a los evasores del sistema laboral
– previsional.

Estas normas, desde la perspectiva del trabajador, nunca fueron multas que
permitan ser consideradas sancionatorias, ya que vinieron a reparar el daño y
perjuicio (ya sea daño concreto, ya sea moral o como frustración a un proyecto
de vida) que el legislador ha tarifado, disponiendo que sea el trabajador quien
tenga la acreencia a su favor, y que sea el empleador (o quien resulte solidario
en la maniobra o bien por obra de la primacía de la realidad) el deudor de ella
(indemnización agravada y tarifada).

9 Damarco, Jorge Héctor. "La retroactividad de la ley penal más benigna y el tratamiento
aduanero y fiscal de la mercadería en materia de infracciones aduaneras", Rev. de
Jurisprudencia y Legislación, 12.352 483.

7
Por ello, concluimos sin equivocarnos, que ese conjunto de normas de orden
público que deroga la Ley Bases ya constituye una acreencia en todo contrato
celebrado antes del 9 de julio de 2024, día en que la norma señalada ha entrado
en vigencia, lo que viene a sustentarse con el art. 7 del CCCN, como veremos
en el apartado siguiente.

La Ley Bases hace permeable la clandestinidad de las relaciones laborales, y no


dispone ningún tipo de reparación del consabido daño que le produce al
trabajador, violando por tanto el principio de no regresividad consagrado en el
Protocolo de Salvador.

La CSJN ha dicho que el principio de progresividad priva al legislador de adoptar


medidas injustificadas regresivas10. El derecho laboral está en intimidad con los
derechos humanos ya que asegura que la sociedad se organice de manera tal
que no se afecten principios básicos. En efecto, impide que quien contrate a un
trabajador cometa un abuso, afecte su dignidad o ponga en peligro su patrimonio
o su salud psicofísica.

Todo orden público, en definitiva, es imperativo para las partes y si se reforma


por ley, no podrá aceptarse normas que transgredan derechos tutelados en la
CN de acuerdo a lo que prescribe el mencionado art. 7 del CCCN (párrafo
segundo).

Es tan cierto lo que exponemos que, si por un instante pensáramos que las
partes hubieran pactado por escrito mejorar las leyes laborales (no hubiera
habido otra manera de poder mejorar el orden público), por ejemplo, duplicar
todo tipo de indemnización, aún la contenida la prevista en el art. 15 de la Ley
24013 si fuera el caso, este acuerdo debería hoy ser respetado por ser una
convención entre partes que es más beneficiosa que el orden público.

Dicho esto, ¿podemos pensar que las partes que no escriben las normas de un
contrato laboral no dieron un acuerdo al orden público vigente al momento de
contratar? Decididamente no. Decimos esto por cuanto los contratos laborales
son esencialmente informales y no suelen ser por escrito. Privilegiar sólo al que
escribió y mejoró el orden público en detrimento de aquél que no lo hizo, sería
una clara inequidad que violaría el principio de igualdad, produciéndose una
discriminación frente a una misma ley, lo que conculcaría no solo la Constitución
Nacional y sino también pactos de igual jerarquía.

Cuando las partes celebran un contrato laboral, aceptan todas las normas de
orden público que rige la materia en el momento de la celebración. Esas normas,
de conformidad a lo que expresa el art. 964 del CCCN, hacen a la integración
del contrato laboral.

Por ello, admitir la violación de las normas consensuadas por las partes es violar
el orden público lo que conlleva quebrantar el art. 12 de la LCT.

10Fallos: 338:1347; 331:2006, voto de los jueces Lorenzetti, Fayt y Zaffaroni; 328: 1602, voto del
juez Maqueda 327:3753, voto de los jueces Petracchi y Zaffaroni.

8
Ergo, cualquier indemnización derivada de una relación laboral forma parte del
patrimonio del trabajador, ya que así lo acordaron las partes en el contrato,
incluso si éste no estuviera formalmente documentado. En consecuencia, dicha
indemnización no puede ser anulada bajo el pretexto de la aplicación de una ley
más benigna toda vez que esto contraviene la hermenéutica jurídica que debe
guiar la interpretación del derecho, amén de verse atacada la Constitución
Nacional y pactos de igual jerarquía.

Resta decir que, si las indemnizaciones devenidas de la falta o deficiente


registración provenientes de las Leyes 24013 y/o 25323 hubieran tenido carácter
punitorio, deberían haberse declarado inconstitucionales desde su nacimiento,
dado que el propio Ministerio de Trabajo11 ha tenido siempre un mecanismo de
sanción punitiva para relaciones mal registradas y en este caso, hubiera habido
una doble penalización, en contra del empleador, como así también una ley más
benigna que hubiera podido invocar. Por ello, el art. 11 de la Ley 24013 exigía la
comunicación a la AFIP, ya que el mismo tenía como finalidad que el Estado se
anoticiara de la falta o incorrecta registración y, en consecuencia, aplicara las
sanciones correspondientes.

3.2.- La retroactividad en el Código Civil y Comercial de la Nación a los


contratos en ejecución.

La retroactividad a los contratos en ejecución fue introducida con la sanción del


CCCN en su primer párrafo del art. 7 en los siguientes términos: “A partir de su
entrada en vigencia, las leyes se aplican a las consecuencias de las relaciones
y situaciones existentes…” aunque admite claras excepciones.

Así pues, no puede dejarse de tener presente lo que el mismo artículo citado
dice en el párrafo siguiente “Las leyes no tienen efecto retroactivo, sean o no de
orden público, excepto disposición en contrario” y sigue “La retroactividad
establecida por la ley no puede afectar derechos amparados por garantías
constitucionales”

Analicemos lo dispuesto en el artículo mencionado en relación con la


irretroactividad, específicamente en su primera excepción. Dicho artículo
establece que las leyes pueden ser retroactivas si así lo prevé expresamente la
norma. No obstante, la Ley 27742, como ya lo hemos señalado, no contiene
disposición alguna que contemple la aplicación retroactiva de la ley a contratos
en ejecución. Se entiende por contratos en ejecución aquellos que han finalizado,
ya sea que tengan o no un proceso en trámite, así como aquellos que aún no
han concluido, aunque hayan sido celebrados antes de la sanción de la ley (esto
es, las relaciones laborales que se encuentran vigentes).

11 De ahí la existencia del Registro Público de Empleadores con Sanciones Laborales funciona
en el ámbito de la Secretaría de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (Ex MTEySS). En él se
incluyen y publican las sanciones firmes aplicadas por dicho Ministerio, por la AFIP, por las
autoridades provinciales y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, por el Registro Nacional de
Trabajadores y Empleadores Agrarios (RENATRE), y por la Superintendencia de Riesgos del
Trabajo (SRT).

9
En consecuencia, cualquier reglamentación que intente aplicar la retroactividad
excedería el marco reglamentario y las facultades correspondientes al poder
ejecutivo, arrogándose atribuciones que no le han sido delegadas. Por lo tanto,
de conformidad con lo dispuesto en los artículos 76 y 99 de la Constitución
Nacional, dicha reglamentación sería constitucional.

La segunda excepción del artículo 7 del Código Civil y Comercial de la Nación


(CCCN) reviste un interés particular ya que admite la aplicación de nuevas leyes
de orden público siempre y cuando estas no violen las garantías constitucionales.

Al final del mencionado artículo 7 del CCCN, se contempla otra disposición que
resulta relevante al momento de evaluar la aplicabilidad de la Ley 27742 a las
relaciones laborales iniciadas con anterioridad a su sanción. Es evidente que el
conjunto normativo derivado de las Leyes 24013, 25323, 25345 y 26.844 formó
parte de los contratos laborales que se celebraron bajo su amparo, revistiendo
carácter supletorio. Esto implica que las partes involucradas asumieron el marco
normativo vigente en ese momento, el cual, independientemente de no haber
sido expresado por escrito, se integra al contrato de trabajo en cuestión.

En cuanto a la irretroactividad, se nos viene a la mente el caso de las múltiples


reformas a las normas de orden público de la locación de inmuebles
contempladas en el Código Civil y Comercial (CCCN), sancionado en 2015.
Ninguna de las reformas sancionadas con posterioridad afectó los contratos en
curso, simplemente porque no se prevé la retroactividad en materia de orden
público cuando esto viola garantías adquiridas.

Un contrato laboral se conforma por todas las normas de orden público que se
encontraban en vigor al momento de su celebración. En el supuesto de que un
empleador mantuviera a un trabajador en situación de clandestinidad o
registrado de manera deficiente, y este último, por temor a perder su fuente de
subsistencia no hubiese intimado a su regularización, el trabajador tendría ya en
su haber el derecho al resarcimiento correspondiente por el ilícito cometido.
Ninguna norma posterior, aunque sea de orden público, podría alterar su derecho
de propiedad, el cual se encuentra protegido por la Constitución Nacional en su
artículo 17, además de tener tutela especial, otorgado por el artículo 14 bis y el
principio de no regresividad.

4. CONCLUSIONES

La reforma que ha hecho la ley Bases a la Ley de Contrato de Trabajo viola la


Constitución Nacional como así también Pactos de igual rango, como autorizada
doctrina ya lo ha señalado. Por ello, esta ley, lejos de reducir la litigiosidad
existente la cual se debe al incumplimiento patronal (independientemente de la
causa) habrá de incrementarla en búsqueda de la debida tutela del trabajador.
Destacamos, aunque surge de la lectura, que La ley Bases no prevé su
retroactividad por lo que ella debe aplicarse, sin más, a los contratos laborales
que se celebren a partir del 9 de julio de 2024 de conformidad a lo previsto en el
artículo 7, segundo párrafo del CCCN.

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Asimismo, frente a las derogaciones que hace la mencionada ley de los art. 8, 9,
10, 15 y 16 de la Ley 24013, del art. 9 de la Ley 25013, de los art. 43 y 48 de la
Ley 25.345, del art. 50 de la Ley 26844, a través de su artículo 99, y de la Ley
25323, mediante su artículo 100, resaltamos la impertinencia de invocar la ley
más benigna en aras de favorecer al empleador. Ello por cuanto, como lo hemos
visto, los artículos derogados tarifan los daños que causó el ilícito de la patronal
al trabajador y son, sin hesitación alguna, indemnizaciones agravadas a favor de
éste cuyos montos ya ingresaron a su patrimonio desde el mismo día que celebró
su contrato con su empleador. Todo ello, de conformidad a lo que prevé el art.
964 del CCCN en relación a la integración del contrato pues, el mismo se
conformó –escrito o no- con las leyes de orden público que existían cuando se
le dio vida a aquél.

Resta decir, que no es lógico ni adecuado ni equitativo forzar la aplicación de las


normas del derecho penal al ámbito laboral toda vez que éste último se rige por
principios que le son propios y que vienen a tutelar al más vulnerable, con apoyo
en la voluntad del constituyente consagrada en el art. 14 bis de la Carta Magna.
Si fuera tan cierto que el derecho penal se podría haber aplicado a las cuestiones
laborales, aún no se comprende cómo no se esgrimió la ley más benigna en
ocasión de las multas que impuso e impone el Ministerio de Trabajo ante la
relación clandestina o deficiente. O bien, cómo no se esgrimió el planteo de
inconstitucionalidad de la ley 24013 y 25323, por aplicación del principio penal
de non bis in idem (la doble sanción por el mismo hecho).

No podemos dejar de expresar que lamentamos el contenido de la Ley 27742 ya


que, a partir del 9 de julio de 2024, el legislador pone en cabeza del trabajador
vulnerable -en este vínculo asimétrico-, una carga probatoria pesada ante ilícitos
del empleador que ya estaba resuelta con la tarifación contenida en las normas
derogadas por el art. 99. Inclusive, es preciso no olvidar que para el caso
registración deficiente cuya indemnización resultara muy elevada, la
problemática estaba perfectamente zanjada en el art. 16 de la Ley 24013.

La ley Bases, cuyo dictado obedece también a la posibilidad de generar puestos


de trabajo –fin loable por cierto-, ha abandonado totalmente la debida tutela del
trabajador contraviniendo lo dispuesto en el artículo 14 bis de nuestra
Constitución Nacional y las normas laborales contenidas en los Tratados
Internacionales con rango constitucional lo que nos lleva a concluir que esta
reforma no ha constituido una feliz modificación de la ley laboral. Será función
de los abogados del trabajador la defensa de su especial tutela que la Ley
Fundamental le otorga y será función de la judicatura el control de la
constitucionalidad, lo que así se anhela.

Citar: elDial DC34AE


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