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1. CONSIDERACIONES PRELIMINARES.
En primer lugar, afirmamos con total certeza que la Ley 27742 lejos de erradicar
lo que el poder político y ciertos periodistas han denominado "la industria del
juicio laboral", de manera arbitraria y desinformada, la han atribuido al abogado
laboralista, aumentará la litigiosidad.
(*) Abogada litigante con especialidad en Derecho del trabajo, habiendo sido profesora adjunta
11 años en la Universidad del Salvador en la Facultad de Derecho, materia Derecho del Trabajo
y de la Seguridad Social. Articulista de La Ley y del Derecho. Primer Premio Security año 1994,
al mejor trabajo jurídico de “Como optimizar el servicio de justica”. Fue delegada de la Asamblea
en tres oportunidades y Coordinadora Adjunta de la Comisión de Justicia en el Colegio Público
de Abogados. Fue Secretaria General del 1er Congreso Nacional de la Seguridad Social,
declarado de interés nacional; fue presidente del Comité de Organización del 1er. Congreso de
Incapacidades Laborales. Coordinadora de del CPACF de la Comisión de los abogados por la
paz y la no violencia 2022-2024. Vocal del Tribunal de Disciplina 2024-2026 del CPACB.
Integrante del Instituto de Derecho del Trabajo del CPACF. Asimismo, es funcionaria
internacional de Rotary, la ONG más grande de servicios humanitarios cuyo fin es la paz donde
se destaca por enfoque especial en liderazgo femenino. Embajadora de la paz en diciembre de
2015 por Word Peace Forum, distinción que le fue otorgada en el Senado de la Nación.
Productora y co conductora del programa radial “Qué le interesa a la gente”.
(**) Abogada en ejercicio independiente desde el 2004. Especialista en Asesoría Jurídica de
Empresas. Actual Coordinadora Titular Comisión Padrinazgo –Madrinazgo CPACF (desde 2022
a la actualidad). Miembro activo del Instituto del Derecho de Trabajo CPACF. Ex Miembro
Suplente de la Comisión de Interpretación y Reglamento de la Asamblea CPACF (periodo
2022/2024). Ex Delegada Titular en Asamblea CPACF (periodo 2022/2024). Coordinación de
cursos orientados a noveles de Derecho Laboral para el IDT (periodo 2022/2024). Matriculada
en el CPACF y en el CASI.
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abogados, ni somos nosotros los responsables de su aplicación o de su
interpretación con autoridad de cosa juzgada.
Por lo tanto, es incorrecto afirmar que existe una "industria del juicio laboral"
fomentada por los abogados. Lo que realmente existió siempre fueron leyes
laborales dictadas por el Poder Legislativo cuya solicitud de aplicación ante los
estrados judiciales es imperativa para los abogados que, ante violaciones de la
patronal (con independencia de sus motivos) generaron juicios los que, además
son injustamente largos y tediosos. Empero, el dictado de la Ley 27742, cuyo
uno de los fines anunciados, según se difundió, fue acotar la litigiosidad lejos de
lograrlo va a incrementar aquélla. En efecto, hay en la ley citada normas que
contravienen los derechos consagrados en la Constitución Nacional o en los
tratados con rango constitucional, lo que hace imprescindible nuestra
intervención en defensa de los intereses de nuestros representados, por lo que
lejos de solucionar lo que intenta, va a generar un estallido de litigiosidad. En
consecuencia, rechazaremos nuevamente cualquier ataque hacia los abogados
laboralistas si ahora, con esta nueva normativa, crece la cantidad de procesos
pues, la Carta Magna es y será nuestro marco de actuación.
Son deberes específicos de los abogados, sin perjuicio de otros que se señalen en leyes
especiales, lo siguiente: a) Observar fielmente la constitución Nacional y la legislación que en su
consecuencia se dicte; … e) Comportarse con lealtad, probidad y buena fe en el desempeño
profesional.”
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Dicho esto, este artículo tiene como fin tratar las derogaciones efectuadas por la
Ley Bases a las indemnizaciones agravadas cuya voluntad legislativa era la
reparación tarifada de los daños y perjuicios devenidos de las conductas ilícitas
del empleador.
Ante todo, no puede desconocerse que una relación de trabajo está sellada por
un contrato entre partes, sea escrito o no.
Desde una perspectiva jurídica, un contrato se define como un acuerdo entre dos
o más partes que genera obligaciones y derechos para ellas. En el caso del
contrato de trabajo, se trata de un acuerdo entre un empleador (personas físicas
o jurídicas) y un trabajador, en el cual este último se compromete a prestar un
servicio personal bajo la dirección y control del empleador a cambio de una
retribución económica. Hay contrato, aún si no se hubiese firmado el acuerdo
(pues la LCT no requiere formalidades), en tanto y cuanto se den los extremos
prestacionales más básicos de ambas partes.
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Desde la perspectiva general de los contratos, todo incumplimiento por una de
las partes acarrea algún tipo de implicancia para la otra que suele traducirse en
una indemnización o sanción resolutoria, que la mayoría de las veces se refleja
en el mismo texto contractual. En un contrato laboral, en cambio, será el plexo
de leyes laborales el que enmarque la situación, dando un piso - mas no siempre
un techo - a las obligaciones mínimas que deben asumir los empleadores en
protección del más débil de la relación (el trabajador).
Por ello, decimos que los contratos laborales son contratos entre partes
desiguales y que es el conjunto de normas laborales el que regula esa
desigualdad -cumpliendo con el art. 14 bis de la Constitución Nacional- y allí
radica la base del orden público laboral. Para el caso de que la normativa
específica no contemple determinada situación, será el Código Civil y Comercial
de la Nación (CCCN) el que deba aplicarse supletoriamente de conformidad al
art. 953.
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probatoria. Sin dudas y teniendo en miras el principio “in dubio pro operario”, de
conformidad al art. 23 LCT, deberá estarse a la carga dinámica de la prueba3.
Dentro de esta línea de análisis, sostener que las mal referidas “multas” laborales
-por falta o deficiente registración por ejemplo– son meramente sancionatorias,
es no atender a la reparación del daño que ocasiona la actitud (u omisión) ilícita
de un empleador para con el trabajador que decidió contratar. Por ello,
afirmamos que las leyes derogadas contenían indemnizaciones agravadas y
tarifadas a favor del trabajador para reparar las situaciones dañosas.
3. IRRETROACTIVIDAD
El principio de la "ley penal más benigna" establece que la ley penal más
favorable, ya sea promulgada antes o después de los hechos, beneficia a quien
se le imputa un ilícito de índole penal. Este principio se fundamenta en la premisa
de que el "reo" es la parte más vulnerable frente al poder coercitivo del Estado
y, en este contexto, una ley penal más benigna se entiende como una nueva
disposición mediante la cual el propio Estado renuncia a una parte de su poder
punitivo en beneficio del ciudadano, lo que justifica su aplicación retroactiva.
3 “Primeros análisis de las reformas introducidas en la ley de contrato de trabajo por la Ley 27442”
de Maza, Miguel Angel. Ed. Rubinzal - Culzoni.
4 Ley 23074 - 1984
5 Ley 23313 - 1996
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Se señala ello porque ya se leen fallos6, por ahora aislados, que resolvieron la
retroactividad de la ley, y además se escuchan voces de una supuesta
reglamentación que haría retroactiva a la Ley Bases a contratos finalizados y a
contratos nacidos con anterioridad del 9 de julio 2024, en lo que hace a las
indemnizaciones agravadas emergentes de las Leyes 24013, 25323, 25345 y
26.844 derogadas por la citada ley.
6 “Orellano, Miguel Ángel C/ M.A. Comercial S.R.L. - Ordinario - Despido” (Sentencia del
23/07/2024. Cámara Del Trabajo -Córdoba- Sala 10). “Alves, Ramón Alejandro C/ Bernardi, Juan
Manuel S/ Laboral” (Sentencia Del 01/08/2024. Jdo. Cc Y Lab. Puerto Iguazú). “Romero René
Facundo C/ Cauda, Gabriel Alberto Y Otros S/ Cobro De Pesos – Rubros Laborales” (Sentencia
Del 07/08/2024. CCCL Sala I Rafaela).
7 Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre. La Declaración Universal de
Derechos Humanos, Ley 23054 -La Convención Americana sobre Derechos Humanos - Pacto
de San José de Costa Rica-, Ley 23313 - Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales
y Culturales - Civiles y Políticos y su protocolo facultativo.
8 Expte. CNT 37699/2013 - “Recurso de hecho deducido por la parte demandada en la causa
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tienen carácter penal, ya que, como se mencionó anteriormente, el contrato
laboral se encuentra regulado por principios propios del derecho laboral, tales
como el "indubio pro operario", la irrenunciabilidad de los derechos, la no
discriminación, el principio de razonabilidad y el de indemnidad, entre otros.
Ergo, no hay motivo alguno por el cual se podría aplicar en el derecho laboral “la
ley más benigna” en protección al empleador, toda vez que las indemnizaciones
agravadas vienen a reparar el daño causado al trabajador -sujeto de preferente
tutela- y sus montos, al celebrarse el contrato, ya ingresaron a su patrimonio,
como más adelante veremos.
Estas normas, desde la perspectiva del trabajador, nunca fueron multas que
permitan ser consideradas sancionatorias, ya que vinieron a reparar el daño y
perjuicio (ya sea daño concreto, ya sea moral o como frustración a un proyecto
de vida) que el legislador ha tarifado, disponiendo que sea el trabajador quien
tenga la acreencia a su favor, y que sea el empleador (o quien resulte solidario
en la maniobra o bien por obra de la primacía de la realidad) el deudor de ella
(indemnización agravada y tarifada).
9 Damarco, Jorge Héctor. "La retroactividad de la ley penal más benigna y el tratamiento
aduanero y fiscal de la mercadería en materia de infracciones aduaneras", Rev. de
Jurisprudencia y Legislación, 12.352 483.
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Por ello, concluimos sin equivocarnos, que ese conjunto de normas de orden
público que deroga la Ley Bases ya constituye una acreencia en todo contrato
celebrado antes del 9 de julio de 2024, día en que la norma señalada ha entrado
en vigencia, lo que viene a sustentarse con el art. 7 del CCCN, como veremos
en el apartado siguiente.
Es tan cierto lo que exponemos que, si por un instante pensáramos que las
partes hubieran pactado por escrito mejorar las leyes laborales (no hubiera
habido otra manera de poder mejorar el orden público), por ejemplo, duplicar
todo tipo de indemnización, aún la contenida la prevista en el art. 15 de la Ley
24013 si fuera el caso, este acuerdo debería hoy ser respetado por ser una
convención entre partes que es más beneficiosa que el orden público.
Dicho esto, ¿podemos pensar que las partes que no escriben las normas de un
contrato laboral no dieron un acuerdo al orden público vigente al momento de
contratar? Decididamente no. Decimos esto por cuanto los contratos laborales
son esencialmente informales y no suelen ser por escrito. Privilegiar sólo al que
escribió y mejoró el orden público en detrimento de aquél que no lo hizo, sería
una clara inequidad que violaría el principio de igualdad, produciéndose una
discriminación frente a una misma ley, lo que conculcaría no solo la Constitución
Nacional y sino también pactos de igual jerarquía.
Cuando las partes celebran un contrato laboral, aceptan todas las normas de
orden público que rige la materia en el momento de la celebración. Esas normas,
de conformidad a lo que expresa el art. 964 del CCCN, hacen a la integración
del contrato laboral.
Por ello, admitir la violación de las normas consensuadas por las partes es violar
el orden público lo que conlleva quebrantar el art. 12 de la LCT.
10Fallos: 338:1347; 331:2006, voto de los jueces Lorenzetti, Fayt y Zaffaroni; 328: 1602, voto del
juez Maqueda 327:3753, voto de los jueces Petracchi y Zaffaroni.
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Ergo, cualquier indemnización derivada de una relación laboral forma parte del
patrimonio del trabajador, ya que así lo acordaron las partes en el contrato,
incluso si éste no estuviera formalmente documentado. En consecuencia, dicha
indemnización no puede ser anulada bajo el pretexto de la aplicación de una ley
más benigna toda vez que esto contraviene la hermenéutica jurídica que debe
guiar la interpretación del derecho, amén de verse atacada la Constitución
Nacional y pactos de igual jerarquía.
Así pues, no puede dejarse de tener presente lo que el mismo artículo citado
dice en el párrafo siguiente “Las leyes no tienen efecto retroactivo, sean o no de
orden público, excepto disposición en contrario” y sigue “La retroactividad
establecida por la ley no puede afectar derechos amparados por garantías
constitucionales”
11 De ahí la existencia del Registro Público de Empleadores con Sanciones Laborales funciona
en el ámbito de la Secretaría de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (Ex MTEySS). En él se
incluyen y publican las sanciones firmes aplicadas por dicho Ministerio, por la AFIP, por las
autoridades provinciales y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, por el Registro Nacional de
Trabajadores y Empleadores Agrarios (RENATRE), y por la Superintendencia de Riesgos del
Trabajo (SRT).
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En consecuencia, cualquier reglamentación que intente aplicar la retroactividad
excedería el marco reglamentario y las facultades correspondientes al poder
ejecutivo, arrogándose atribuciones que no le han sido delegadas. Por lo tanto,
de conformidad con lo dispuesto en los artículos 76 y 99 de la Constitución
Nacional, dicha reglamentación sería constitucional.
Al final del mencionado artículo 7 del CCCN, se contempla otra disposición que
resulta relevante al momento de evaluar la aplicabilidad de la Ley 27742 a las
relaciones laborales iniciadas con anterioridad a su sanción. Es evidente que el
conjunto normativo derivado de las Leyes 24013, 25323, 25345 y 26.844 formó
parte de los contratos laborales que se celebraron bajo su amparo, revistiendo
carácter supletorio. Esto implica que las partes involucradas asumieron el marco
normativo vigente en ese momento, el cual, independientemente de no haber
sido expresado por escrito, se integra al contrato de trabajo en cuestión.
Un contrato laboral se conforma por todas las normas de orden público que se
encontraban en vigor al momento de su celebración. En el supuesto de que un
empleador mantuviera a un trabajador en situación de clandestinidad o
registrado de manera deficiente, y este último, por temor a perder su fuente de
subsistencia no hubiese intimado a su regularización, el trabajador tendría ya en
su haber el derecho al resarcimiento correspondiente por el ilícito cometido.
Ninguna norma posterior, aunque sea de orden público, podría alterar su derecho
de propiedad, el cual se encuentra protegido por la Constitución Nacional en su
artículo 17, además de tener tutela especial, otorgado por el artículo 14 bis y el
principio de no regresividad.
4. CONCLUSIONES
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Asimismo, frente a las derogaciones que hace la mencionada ley de los art. 8, 9,
10, 15 y 16 de la Ley 24013, del art. 9 de la Ley 25013, de los art. 43 y 48 de la
Ley 25.345, del art. 50 de la Ley 26844, a través de su artículo 99, y de la Ley
25323, mediante su artículo 100, resaltamos la impertinencia de invocar la ley
más benigna en aras de favorecer al empleador. Ello por cuanto, como lo hemos
visto, los artículos derogados tarifan los daños que causó el ilícito de la patronal
al trabajador y son, sin hesitación alguna, indemnizaciones agravadas a favor de
éste cuyos montos ya ingresaron a su patrimonio desde el mismo día que celebró
su contrato con su empleador. Todo ello, de conformidad a lo que prevé el art.
964 del CCCN en relación a la integración del contrato pues, el mismo se
conformó –escrito o no- con las leyes de orden público que existían cuando se
le dio vida a aquél.
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