Historia Alameda de La Sagra
Historia Alameda de La Sagra
Historia Alameda de La Sagra
Yacimiento de Vallehondo I
Cronología: Periodo Calcolítico. Del 4.000-2.500 a.C. Periodo Islámico.
Yacimiento de Vallehondo II
Cronología: Periodo Calcolítico. Del 4.000-2.500 a.C. Periodo Islámico.
Yacimiento de Aragebal.
Cronología: Periodo Calcolítico. Del 4.000-2.500 a.C. Edad del Bronce. Del
2.500 al 900 a.C. Periodo Islámico.
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Yacimiento de Las Merinas II.
Cronología: Periodo Calcolítico, Edad del Bronce. Del 4.000 al 900 a.C.
El nombre lo toma de una alameda que había en las riberas del arroyo, al lado
del cual se levantaron las primeras casas. El genérico La Sagra, por estar enclavado en
la comarca de este nombre, que significa campo cultivado. Es un topónimo de origen
arábigo castellanizado. En documentos fechados entre los años1151 a 1168, aparece ya
el nombre de esta alquería. También se habla de ella como propiedad de la Iglesia de
Toledo en ese tiempo, dándola su mitad a poblar y cultivar en el 1160. En otro
documento de 1193 se la llama Ala Ameda, en él se da la otra mitad al arcediano D.
García, quien tiene aquí viñas, un corral con sus chozas y dos palomares.
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La Iglesia de Toledo era quien nombraba al Alcalde, a los dos regidores, al
escribano y al alguacil de Alameda. Estaba instituido el Concejo abierto, en el cual
participaban todos los vecinos. Al Alcalde le correspondía conocer las causas civiles en
primera instancia, y ejecutarlas. Las causas civiles en grado de apelación correspondían
al Corregidor de Toledo. Los jueces de la ciudad de Toledo juzgaban las causas
criminales. En última instancia los pleitos correspondían a la Chancillería de Valladolid.
También había un Alcalde de la Hermandad, dos cuadrilleros y un mayordomo del
Concejo.
Los únicos cargos que cobraban un salario eran el mayordomo del Concejo,
quien ganaba por su trabajo dos ducados al año, y el escribano y el sacristán de la
Iglesia, quienes cobraban cinco mil maravedíes.
En esta época, los vecinos de Alameda se desplazaban a recoger agua para beber
al río Tajo, ya que en la población no se disponía de fuentes ni acuíferos y el agua
existente era salobre. Aparte de la carencia de agua, también se carecía de leña, y tenían
que abastecerse de ella en la ribera del Tajo, en Aranjuez y Aceca concretamente. La
fauna también era muy escasa, y solo existían algunas liebres y conejos, aunque en muy
escaso número.
Había muy poco ganado, el poco que había pastaba en un pequeño prado y en
una pequeña Dehesa, los dos únicos lugares de los que disponía el Concejo.
A partir de 1545 las casas dejan de estar cubiertas con paja, y pasan a estar
cubiertas con tejas, construyendo las tapias con tierra mezclada con piedra y yeso,
materiales que había en el pueblo. Las tejas eran traídas de Higares, y la madera de
Toledo.
En 1575 la población era de unos 100 vecinos poco más o menos, fue creciendo
en este siglo desde 1507, cuando solo quedaron 7 vecinos, debido a una peste que asoló
el pueblo. La mayoría de ellos eran agricultores y trabajadores de las canteras de yeso.
Los agricultores eran unos treinta, y no tenían grandes posesiones ya que el término
municipal era muy escaso. Los que se dedicaban a la extracción y fabricación del yeso
lo llevaban a Toledo para su venta. No había personas muy hacendadas en Alameda a
finales del siglo XVI, los más prósperos, que eran cuatro o cinco personas tenían unos
4.000 ducados de hacienda, el resto de la población no pasaba de 1.000 o 1.500
ducados.
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Por aquel entonces se celebraba en la localidad el día de San Benito y el día de
San Sebastián. El día de San Benito se celebraba el 11 de Julio, y ayunaban en la
víspera, o bien llevaban una candela de cinco maravedíes el propio día de San Benito.
El motivo que impulsó la celebración de la fiesta fue una plaga de sabandijas y langosta
en las viñas, tomando por abogado a San Benito. El día de San Sebastián era día festivo,
y en su víspera, aunque no ayunaban, no comían carne. El mismo día de San Sebastián,
se tenía costumbre de recoger casa por casa una limosna consistente en pan, queso y
vino. El origen de la fiesta de San Sebastián fue una peste que hubo en el pueblo
muchos años atrás, lo que impulsó a guardar votos a San Sebastián.
4- EL SIGLO XVIII.
Las enfermedades más corrientes son las fiebres terciarias, que se remedian con
sangrías, quina y agua de limón. Carece el pueblo en absoluto de agua dulce. La que
beben la adquieren a los trajineros procedentes de los pueblos inmediatos: Cobeja,
Yuncler, Pantoja y Villaluenga. Si se tienen, en cambio, aguas medicinales.
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En cuanto a las Dehesas, hay que destacar que las más significativas son:
-La Dehesa del Alegar o Alexar. Es una encomienda conocida por esos dos
nombres, cuyo significado es “alijar, alisar, o pulir piedras”. Este término se utilizaba
para designar propiedades que se dedicaban a pastos. Dicha Dehesa cuenta con unos
doce vecinos.
-La Dehesa del Lagunazo. Dehesa cruzada por la Acequia del Jarama. A
mediados del Siglo XVIII viven en ella 30 vecinos, con hacienda propia, aunque su
mayor parte pertenecía al Marqués de Estepa. Ocupa 1.000 fanegas de extensión, 300 de
ellas de muy buena calidad. A mediados del referido siglo, vale en arriendo 41.600
reales .
Al cultivo de cereal sólo le queda un tercio de la tierra. De ellos el que más área
de cultivo abarca es la cebada. Es buena la cosecha de cereal cuando llueve en febrero y
mayo. Se cría también avena, habas, garbanzos, algarrobas, lentejas o titos y alcarceñas.
La falta de leña hace que se queme ordinariamente paja, por ello, en el 1748, se ordenó
un replante de olivas y pinos. Abundan en cambio los tomillares.
Ganadería: Las ovejas, propiedad del vecindario, suman mil ciento ochenta y
seis cabezas. Hay unas treinta y cinco cabezas de porcino y el ganado de labor se reduce
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a doscientas diecinueve mulas y caballos, y a ciento noventa y seis asnos. La arroba de
lana, de seis vellones, se paga a 30 reales.
-El Pozo de la Nieve. En esta época, las nevadas eran abundantes en invierno.
La nieve se almacenaba en un pozo, que estaba situado en la actual calle denominada
Pozo de la Nieve. Dicha nieve se vendía durante 10 meses al año, que era el tiempo de
su duración en el pozo, a un precio de ¾ de real la libra. Desde el 24 de Agosto, día de
San Bartolomé, hasta el 24 de Octubre, se permitía que un alojero, hiciera refrescos con
la nieve. Dichos refrescos estaban elaborados a base de agua, miel y especias, o bien
algarroba blanca, molida y fermentada en agua. A todo ello le añadían la nieve para
conseguir una bebida refrescante.
-Las Almazaras. La industria del aceite mantiene tres almazaras y una caldera
para hacer jabón.
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-La falta de tierras propiedad del vecindario, obliga a trabajar a éste en las
manufacturas familiares. Las mujeres tejen medias ordinarias y de estambre, pero esta
actividad, floreciente hasta mediados del siglo, decae por falta de compradores. En el
pasado los trajinantes manchegos hacían buen acopio de ellas, mas al dejar de comprar
éstos, ya no tienen salida. A finales del siglo se tejieron muy pocas. También son
prácticas las mujeres en la confección de medias finas de estambre de tres hilos, tarea
lenta por lo que su precio se eleva de 26 a 30 reales cada par. También se hacen medias
blancas, para teñirse después.
Los haberes anuales del concejo suman 12.470 reales y los gastos 15.124 reales,
conjugándose el déficit con el repartimiento vecinal.
-La Iglesia. La primera Iglesia se levantó en la margen izquierda del arroyo que
atravesaba el pueblo en el año 1490, y era de piedra y yeso. Pero posteriormente se
levantó otra de mayor capacidad en la margen derecha del arroyo, terminándose las
obras en el año 1574, concretamente el 8 de Agosto, fecha en la cual se trasladó el
Santísimo Sacramento. La obra se hizo a expensas de las limosnas de los vecinos del
pueblo. Se valoró la obra en 159.976 reales.
El crucero es del año 1700, labrado en piedra, ladrillo y cal, sobre un cimiento
de sillería de estilo jónico. En el último cuarto del siglo XVIII, parece ser que se
demolió parte de lo construido antes que el crucero, volviéndose a reconstruir después,
por eso hubo un tiempo en que solo había media Iglesia.
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El crucero, formado por cuatro arcos, está cubierto por bóveda de media naranja
sobre pechinas apoyándose en un anillo. Los brazos del crucero y el presbiterio están
cubiertos por bóveda de lunetos, imitando al igual que en el último tramo de la nave,
ventanas termales.
Por último hay que destacar el paramento del cimborrio, con motivos
decorativos geométricos aparejados en ladrillo.
A finales del siglo XVII se regaló a la Iglesia una custodia tipo sol, procesional,
de plata sobredorada, con la siguiente inscripción: «Con limosna de vecinos de la
Alameda de la Sagra, se hizo esta Custodia siendo cura el Doctor don Baltasar de
Verdesoto y Mayordomo Pedro Gallego. Año 1696». Siendo mayordomos Antonio
Alonso de Francisco, Antonio de Encinas y Ventura Roa, se bordó, en el 1767, un
estandarte para la cofradía del Santísimo Sacramento, por el vecino de Toledo Diego
García Aguado.
-La Ermita. Próxima a las últimas casas del pueblo, sobre el camino que iba a
Aranjuez, se construyó una ermita por disposición del Concejo, en honor a San
Sebastián, por la peste que había asolado al vecindario. Permaneció allí la imagen hasta
1680. En ese año, perdida su devoción al santo, se llevó la imagen a la Iglesia,
colocándose en su lugar una de Nuestra Señora de las Angustias.
La actual ermita de Nuestra Señora de las Angustias data del último cuarto del
siglo XX.