Historia Alameda de La Sagra

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 8

HISTORIA DE ALAMEDA DE LA SAGRA

1- LOS PRIMEROS VESTIGIOS.

Los primeros vestigios históricos descubiertos en Alameda de la Sagra, se


remontan a distintos periodos Prehistóricos, los más antiguos concretamente datan del
Periodo Calcolítico, entre el 4.000 y el 2.500 a.C. Ya en este periodo, se tiene
constancia de que estas tierras estuvieron pobladas. También se descubrieron otros
posteriores de las épocas romana e islámica. Dichos vestigios de distintos periodos
cronológicos, aparecieron en varios parajes del término municipal.

Los yacimientos descubiertos y su cronología son los siguientes:

 Yacimiento de La Planta de la Casa.


Cronología: Edad del Bronce, Edad del Hierro, Romano. Del 2.500-900 a.C.
y 900-300 a.C.

 Yacimiento del Pozo.


Cronología: Edad del Bronce. Del 2.500-900 a.C.

 Yacimiento de Los Pilarejos.


Cronología: Periodo Calcolítico. Del 4.000-2.500 a.C.

 Yacimiento de Vallehondo I
Cronología: Periodo Calcolítico. Del 4.000-2.500 a.C. Periodo Islámico.

 Yacimiento de Vallehondo II
Cronología: Periodo Calcolítico. Del 4.000-2.500 a.C. Periodo Islámico.

 Yacimiento de Cerro del Pilarejo.


Cronología: Edad del Bronce. Del 2.500-900 a.C.

 Yacimiento de Aragebal.
Cronología: Periodo Calcolítico. Del 4.000-2.500 a.C. Edad del Bronce. Del
2.500 al 900 a.C. Periodo Islámico.

 Yacimiento del Cerro de la Paja.


Cronología: Edad del Bronce. Del 2.500 al 900 a.C.

 Yacimiento de Las Merinas I.


Cronología: Periodo Calcolítico, Edad del Bronce. Del 4.000 al 900 a.C.

1
 Yacimiento de Las Merinas II.
Cronología: Periodo Calcolítico, Edad del Bronce. Del 4.000 al 900 a.C.

 Yacimiento de Las Merinas III.


Cronología: Periodo Calcolítico, Edad del Bronce. Del 4.000 al 900 a.C.

 Yacimiento de Las Merinas IV.


Cronología: Periodo Calcolítico, Edad del Bronce. Del 4.000 al 900 a.C.

2. LOS ORÍGENES Y LA FUNDACIÓN DEL PUEBLO.

El nombre lo toma de una alameda que había en las riberas del arroyo, al lado
del cual se levantaron las primeras casas. El genérico La Sagra, por estar enclavado en
la comarca de este nombre, que significa campo cultivado. Es un topónimo de origen
arábigo castellanizado. En documentos fechados entre los años1151 a 1168, aparece ya
el nombre de esta alquería. También se habla de ella como propiedad de la Iglesia de
Toledo en ese tiempo, dándola su mitad a poblar y cultivar en el 1160. En otro
documento de 1193 se la llama Ala Ameda, en él se da la otra mitad al arcediano D.
García, quien tiene aquí viñas, un corral con sus chozas y dos palomares.

La fundación de Alameda de la Sagra tiene dos fases. En la primera, a principios


del siglo XIV, los vecinos de Cobeja, establecen unas chozas de paja para guarecerse en
su trabajo de explotación de las canteras de yeso. En el 1530 se comenzaron a construir
casas de mampostería, abandonándose las antiguas chozas. Los pobladores fueron
estableciendo las casas inicialmente en la margen izquierda del arroyo que atraviesa el
lugar, pero posteriormente lo fueron haciendo en la margen derecha al considerar que
era un lugar más saludable.

3- ALAMEDA EN SIGLO XVI.

En 1575, el rey Felipe II ordenó al Corregidor y Justicia Mayor de la ciudad de


Toledo, Juan Gutiérrez Tello, realizar una descripción histórica de todas las villas que
estuvieran bajo la jurisdicción de la ciudad de Toledo, entre las que se encontraba
Alameda de la Sagra. Para ello, al Corregidor se le hizo entrega junto con dicho
mandamiento, de una relación por capítulos, que contenía la información que debería
recabarse, para posteriormente enviarlo firmado y sellado a Su Majestad el Rey. En
dicho mandamiento se decía que se deberían nombrar a dos o tres personas de mayor
edad y que tuvieran más noticias e información sobre Alameda de la Sagra, para que
junto con el Alcalde, colaboraran en la redacción de la descripción histórica que se
ordenó elaborar.

Un año más tarde, en 1576, se reunieron en audiencia en el lugar donde se


congregaba el Concejo, las siguientes personas: el Alcalde, D. Pedro López del Rincón,
y los dos Regidores, D. Antonio de Madrid, y D. Juan González, y tres vecinos del
pueblo de los de mayor edad y cultura, D. Lorenzo Ramírez, D. Alonso de Pinto
Madridano, y D. Francisco del Viso, y el escribano público de Alameda de la Sagra, D.
Gabriel Hernández, quien recopiló y redactó los datos históricos solicitados por el Rey.
De lo declarado en dicha audiencia quedó constancia, y han podido extraerse muchos
datos referidos a Alameda de la Sagra que se expondrán a continuación.

2
La Iglesia de Toledo era quien nombraba al Alcalde, a los dos regidores, al
escribano y al alguacil de Alameda. Estaba instituido el Concejo abierto, en el cual
participaban todos los vecinos. Al Alcalde le correspondía conocer las causas civiles en
primera instancia, y ejecutarlas. Las causas civiles en grado de apelación correspondían
al Corregidor de Toledo. Los jueces de la ciudad de Toledo juzgaban las causas
criminales. En última instancia los pleitos correspondían a la Chancillería de Valladolid.
También había un Alcalde de la Hermandad, dos cuadrilleros y un mayordomo del
Concejo.

Los únicos cargos que cobraban un salario eran el mayordomo del Concejo,
quien ganaba por su trabajo dos ducados al año, y el escribano y el sacristán de la
Iglesia, quienes cobraban cinco mil maravedíes.

Eclesiásticamente, Alameda de la Sagra formaba parte del Arciprestazgo de


Illescas, y del Arzobispado de Toledo.

En esta época, los vecinos de Alameda se desplazaban a recoger agua para beber
al río Tajo, ya que en la población no se disponía de fuentes ni acuíferos y el agua
existente era salobre. Aparte de la carencia de agua, también se carecía de leña, y tenían
que abastecerse de ella en la ribera del Tajo, en Aranjuez y Aceca concretamente. La
fauna también era muy escasa, y solo existían algunas liebres y conejos, aunque en muy
escaso número.

Había muy poco ganado, el poco que había pastaba en un pequeño prado y en
una pequeña Dehesa, los dos únicos lugares de los que disponía el Concejo.

En el poco término municipal existente se recoge principalmente trigo, cebada,


vino y aceite. Parte de la tierra no se labra, que es la dedicada a la extracción del yeso.
Antes de pagar el diezmo, sobre todas rentas, se pagaba el denominado pan de renta,
que equivalía a unas once fanegas, y era recogido en una cilla o granero existente en la
localidad que era propiedad de la Iglesia de Toledo.

A partir de 1545 las casas dejan de estar cubiertas con paja, y pasan a estar
cubiertas con tejas, construyendo las tapias con tierra mezclada con piedra y yeso,
materiales que había en el pueblo. Las tejas eran traídas de Higares, y la madera de
Toledo.

En 1575 la población era de unos 100 vecinos poco más o menos, fue creciendo
en este siglo desde 1507, cuando solo quedaron 7 vecinos, debido a una peste que asoló
el pueblo. La mayoría de ellos eran agricultores y trabajadores de las canteras de yeso.
Los agricultores eran unos treinta, y no tenían grandes posesiones ya que el término
municipal era muy escaso. Los que se dedicaban a la extracción y fabricación del yeso
lo llevaban a Toledo para su venta. No había personas muy hacendadas en Alameda a
finales del siglo XVI, los más prósperos, que eran cuatro o cinco personas tenían unos
4.000 ducados de hacienda, el resto de la población no pasaba de 1.000 o 1.500
ducados.

La Iglesia actual se terminó de construir en esta época, concretamente en el año


1574. Consta que en esta época la Iglesia no tenía ninguna capilla, que no había nadie
enterrado allí, y que se construyó con los donativos de los vecinos del pueblo.

3
Por aquel entonces se celebraba en la localidad el día de San Benito y el día de
San Sebastián. El día de San Benito se celebraba el 11 de Julio, y ayunaban en la
víspera, o bien llevaban una candela de cinco maravedíes el propio día de San Benito.
El motivo que impulsó la celebración de la fiesta fue una plaga de sabandijas y langosta
en las viñas, tomando por abogado a San Benito. El día de San Sebastián era día festivo,
y en su víspera, aunque no ayunaban, no comían carne. El mismo día de San Sebastián,
se tenía costumbre de recoger casa por casa una limosna consistente en pan, queso y
vino. El origen de la fiesta de San Sebastián fue una peste que hubo en el pueblo
muchos años atrás, lo que impulsó a guardar votos a San Sebastián.

4- EL SIGLO XVIII.

En el siglo XVIII la autoridades concejiles de Alameda de la Sagra siguen


siendo nombradas por la Iglesia de Toledo. Eran propuestas por dos canónigos al
Cabildo. A su vez a esos dos canónigos se les llamaba gobernadores de la Sagra, y eran
igualmente elegidos por el Cabildo. También el gobierno de Madrid nombra un Alcalde
de Aguas para la Real Acequia del Jarama, que ejerce su jurisdicción en las tierras
inmediatas al Lagunazo, un administrador de los Reales Derechos de la sosa y barrilla,
otro de la renta de la pólvora, y otro para el estanco de tabaco. El Alcalde ordinario
nombra a otro de la Santa Hermandad, para la guarda del campo.

La población va de los 572 habitantes en los comienzos de siglo, a 1.320 en su


mitad, y ya a finales, cuenta con 1.500 habitantes. De esta última cifra hay doscientos
sesenta matrimonios, cincuenta solteros y setenta solteras. Estos últimos entre los
dieciséis y los veinticuatro años. Del 1777 al 1782 nacieron doscientas cincuenta y dos
personas y murieron doscientas sesenta y siete.

Las enfermedades más corrientes son las fiebres terciarias, que se remedian con
sangrías, quina y agua de limón. Carece el pueblo en absoluto de agua dulce. La que
beben la adquieren a los trajineros procedentes de los pueblos inmediatos: Cobeja,
Yuncler, Pantoja y Villaluenga. Si se tienen, en cambio, aguas medicinales.

La vivienda: El núcleo urbano se compone de doscientas noventa casas, todas


en el pueblo, de ellas veintiséis ruinosas, y veinte inhabitables. El cabildo posee una
casa para la recolección del fruto, y en el campo hay siete cobertizos para refugio del
ganado. El cementerio está situado dentro del pueblo, constituyendo un grave peligro
para la salud del vecindario, al estar casi demolido.

La tierra en Alameda de la Sagra, en el siglo XVIII, estaba dividida entre


distintas instituciones y personas, detentándose la propiedad de la tierra, de la siguiente
forma:

-Una parte de la tierra es de absentistas, como la Dehesa de Villariche y las


tierras del Lagunazo, propiedad del Marqués de Estepa. Las tierras de Ontalba y Arébar
(Dehesa de Daragebal), pertenecía al Cabildo de la Iglesia de Toledo. La Dehesa o
Encomienda de San Juan, llamada Alegar o Alexar, pertenece al Comendador de El
Viso de Illescas, que era parte integrante de la Orden de San Juan.

-Otra parte de la tierra pertenece a la clase trabajadora o acharqueros, y tienen


muy escasa tierra propia y labran con una yunta.

-Hay otra parte de la tierra que pertenece a vecinos de Añover de Tajo.

4
En cuanto a las Dehesas, hay que destacar que las más significativas son:

-La Dehesa del Alegar o Alexar. Es una encomienda conocida por esos dos
nombres, cuyo significado es “alijar, alisar, o pulir piedras”. Este término se utilizaba
para designar propiedades que se dedicaban a pastos. Dicha Dehesa cuenta con unos
doce vecinos.

De esta Dehesa se tiene constancia de su existencia en el año 1155, antes de la


fundación de Alameda de la Sagra como pueblo, ya que en dicho año, se hace referencia
a ella en un documento escrito. En 1168 tiene aquí propiedades el Monasterio de Santo
Domingo de Silos (Burgos). Son tierras pobres dedicadas a pastos comunales, y tiene
una extensión de 1.300 fanegas, de ellas 200 eran de muy buena calidad para trigo,
importando su renta 51.300 reales.

Antes de pertenecer al Comendador de El Viso de Illescas, de la Orden de San


Juan, en 1155, la Mesa del Cabildo de la Catedral de Toledo, a quien pertenecía, entrega
la Dehesa del Alegar a varias personas para que la pueblen. Era la época de la
Reconquista. En 1190 vuelve a adquirir el cabildo la doceava parte de ella, entonces era
ya una alquería, o conjunto de casas de labranza lejos de un poblado.

-La Dehesa del Lagunazo. Dehesa cruzada por la Acequia del Jarama. A
mediados del Siglo XVIII viven en ella 30 vecinos, con hacienda propia, aunque su
mayor parte pertenecía al Marqués de Estepa. Ocupa 1.000 fanegas de extensión, 300 de
ellas de muy buena calidad. A mediados del referido siglo, vale en arriendo 41.600
reales .

En cuanto a la producción agrícola, en el término, hay regadío para hortalizas y


tierra de secano, además de los plantíos de viñedo y olivar, que lo están sin orden los
primeros, y a marco los segundos. Miden por fanegas de quinientos estadales el secano
y las olivas, por aranzadas los viñedos. En cada fanega se plantan cincuenta pies de
oliva y en la aranzada caben unas cuatrocientas cepas. En el secano, por cada fanega de
marco, se siembran dos de trigo o de cebada. El cultivo principal, en su escaso término,
es el viñedo: habiendo por otra parte siete mil olivos, todos grandes y algunos en
bicultivo con la vid.

Al cultivo de cereal sólo le queda un tercio de la tierra. De ellos el que más área
de cultivo abarca es la cebada. Es buena la cosecha de cereal cuando llueve en febrero y
mayo. Se cría también avena, habas, garbanzos, algarrobas, lentejas o titos y alcarceñas.
La falta de leña hace que se queme ordinariamente paja, por ello, en el 1748, se ordenó
un replante de olivas y pinos. Abundan en cambio los tomillares.

La producción agrícola de vino es de seis mil arrobas. Aquél es de muy buena


calidad, blanco, pero sólo dura hasta el mes de julio siguiente por la insuficiencia de
vasijas donde guardarlo. El depósito se suele hacer en cubas. De aceite se recogen
novecientas arrobas, noventa fanegas de trigo y dos mil ochocientas cincuenta de
cebada. Cada aranzada produce unas trescientas arrobas de uva, y doce de vino claro. La
oliva, plantada en tierra de buena calidad, rinde una fanega de aceituna y media arroba
de aceite.

Ganadería: Las ovejas, propiedad del vecindario, suman mil ciento ochenta y
seis cabezas. Hay unas treinta y cinco cabezas de porcino y el ganado de labor se reduce

5
a doscientas diecinueve mulas y caballos, y a ciento noventa y seis asnos. La arroba de
lana, de seis vellones, se paga a 30 reales.

Industria y actividades económicas: la industria principal de Alameda, desde


su fundación como pueblo, es la explotación del yeso. Cada fabricante tiene un depósito
para la venta, situado en cuevas junto al paraje conocido por La Huerta, que llaman
Cuevas de su común. Para vender ha de permanecer el yesero a la puerta de su cueva,
esperando que le toque el turno para hacerlo. El comprador carece de libertad para
adquirir, pues obligatoriamente tiene que tomar el yeso de la cueva, a la que
corresponde vender por riguroso turno. Se suelen cocer al año unos cuarenta y tres mil
doscientos sesenta cahíces de yeso. Cada cahiz de yeso blanco se vende a 8 reales y el
de yeso negro a 6,5 reales, produciéndose un total de 253.200 reales. Las canteras de
yeso las trabajan con barrenos, preparando la excavación con picayos que pesan de ocho
a nueve libras.

En el 1779, por haberse instalado en Añover una fábrica de salitre, filial de la


Real Fábrica, se aplicaron en este pueblo unas seis familias para proveer de azufre a la
mencionada factoría. Ahora lo llevan a la central de Madrid.

También hay un taller que elabora tejas y ladrillos.

Aparte de la industria principal de Alameda desde su fundación, que es la


explotación del yeso, como ya ha quedado expuesto, destacaban otras actividades
económicas, que son las siguientes:

-La Tahona. Había una en la localidad, ubicada en la actual calle denominada


Tahona Vieja, pero no era un negocio muy próspero, por una parte debido a que las
casas labradoras tienen horno propio y en él cuecen el pan que consumen, y por otra
parte, por la competencia que les hacían los dinámicos panaderos de Mocejón y Bargas.

-El Pozo de la Nieve. En esta época, las nevadas eran abundantes en invierno.
La nieve se almacenaba en un pozo, que estaba situado en la actual calle denominada
Pozo de la Nieve. Dicha nieve se vendía durante 10 meses al año, que era el tiempo de
su duración en el pozo, a un precio de ¾ de real la libra. Desde el 24 de Agosto, día de
San Bartolomé, hasta el 24 de Octubre, se permitía que un alojero, hiciera refrescos con
la nieve. Dichos refrescos estaban elaborados a base de agua, miel y especias, o bien
algarroba blanca, molida y fermentada en agua. A todo ello le añadían la nieve para
conseguir una bebida refrescante.

-El Molino de Harina. En el Arroyo Guatén, a su paso por el despoblado de


Palomero, había un molino harinero con tres piedras, propiedad del Conde de Torrejón.

-Las Almazaras. La industria del aceite mantiene tres almazaras y una caldera
para hacer jabón.

-La Tenería. La única que funcionaba en el pueblo se encontraba situada en la


actual Calle Tenería. Se curtían trescientos cueros para suela, doscientos cordobanes,
que era piel curtida de macho cabrío, y doscientas badanas, que era piel curtida de
carnero u oveja. Los cueros los venden en Toledo y Aranjuez. Existía otra Tenería, pero
sin uso.

6
-La falta de tierras propiedad del vecindario, obliga a trabajar a éste en las
manufacturas familiares. Las mujeres tejen medias ordinarias y de estambre, pero esta
actividad, floreciente hasta mediados del siglo, decae por falta de compradores. En el
pasado los trajinantes manchegos hacían buen acopio de ellas, mas al dejar de comprar
éstos, ya no tienen salida. A finales del siglo se tejieron muy pocas. También son
prácticas las mujeres en la confección de medias finas de estambre de tres hilos, tarea
lenta por lo que su precio se eleva de 26 a 30 reales cada par. También se hacen medias
blancas, para teñirse después.

Alivió mucho la situación de Alameda el establecimiento de una fábrica de


hilaza de lana, dependiente de la Real Fábrica de Guadalajara, en la que se ocuparon
niños y niñas de diez a catorce años. La operación de carda la hacían viudas o casados
pobres. Hay un centenar de tornos, y se mandaron a la fábrica central, en dos años,
treinta y seis mil madejas de lanas.

Los tributos que se pagaban en el pueblo eran: el onzavo, dozavo, diezmos y


primicias; importaban 4.348 reales. Por servicio ordinario y extraordinario 440 reales.

Bienes de propios: Posee el concejo, entre otros bienes, ochocientas cincuenta y


cuatro fanegas de tierra. Además los derechos de alcabala, fiel medidor, peso,
almotacenazgo, correduría, saca y mojón.

Los haberes anuales del concejo suman 12.470 reales y los gastos 15.124 reales,
conjugándose el déficit con el repartimiento vecinal.

5- LOS EDIFICIOS RELIGIOSOS.

-La Iglesia. La primera Iglesia se levantó en la margen izquierda del arroyo que
atravesaba el pueblo en el año 1490, y era de piedra y yeso. Pero posteriormente se
levantó otra de mayor capacidad en la margen derecha del arroyo, terminándose las
obras en el año 1574, concretamente el 8 de Agosto, fecha en la cual se trasladó el
Santísimo Sacramento. La obra se hizo a expensas de las limosnas de los vecinos del
pueblo. Se valoró la obra en 159.976 reales.

No se conoce el nombre del arquitecto que la trazó, si se sabe en cambio, que en


1573 el maestro de carpintería Diego Honrado, se ocupó de dar las condiciones para la
construcción de las armaduras y techumbres de madera, obra que contrató el carpintero
Bartolomé Sánchez, el 21 de Octubre de 1572, un año antes de la entrega de las
condiciones de obra.

El crucero es del año 1700, labrado en piedra, ladrillo y cal, sobre un cimiento
de sillería de estilo jónico. En el último cuarto del siglo XVIII, parece ser que se
demolió parte de lo construido antes que el crucero, volviéndose a reconstruir después,
por eso hubo un tiempo en que solo había media Iglesia.

La Iglesia, de 45,55 metros de largo, es de una sola nave de planta de cruz


latina, de brazos cortos, ábside plano apilastrado en cinco tramos, el último de los
cuales, sobre el acceso, lo ocupa el coro y cubierta por bóveda de cañón en la que se
abren dos lunetos en el tramo anterior al crucero simulando ventanas termales. Toda la
nave la recorre una cornisa sujeta por mensulillas pareadas.

7
El crucero, formado por cuatro arcos, está cubierto por bóveda de media naranja
sobre pechinas apoyándose en un anillo. Los brazos del crucero y el presbiterio están
cubiertos por bóveda de lunetos, imitando al igual que en el último tramo de la nave,
ventanas termales.

La nave, en general, está recorrida por arcos formeros, remarcados en el


paramento, a modo de altares que no llegan al suelo.

En el primer tramo de la nave, junto al crucero, se abre una capilla de planta


cuadrada, con cuatro arcos de medio punto en los muros, que junto con las pechinas y el
anillo, sujetan un tambor circular apilastrado con ventanas entre ellas, que a su vez sirve
de base a la cúpula de media naranja, cuya altura es de 22 metros, con linterna que
cubre el espacio. En el tramo posterior de la nave se abre otro espacio bajo la torre.

Existe otra capilla lateral meridional, (sacristía) con un cuerpo paralelepipédico


sobre el que se apoya, algo retranqueado, otro cuerpo octogonal que remata en linterna
con chapitel, y cuyo cuerpo es octogonal, de aparejo en ladrillo con apilastramiento en
las esquinas.

La torre, de 35 metros de altura, tiene un basamento en piedra, cuerpo esbelto,


casi ciego, que culmina en el cuerpo del campanario, en que se abren dos huecos por
cada cara de arcos de medio punto, y que remata en cornisa de ladrillo aplantillado y
chapitel de pizarra.

El cornisamiento general es de ladrillo aplantillado, y los muros de la nave están


recorridos exteriormente por contrafuertes, entre los que destacan arcos en ladrillo
radial, correspondiente a los que recorren la nave interiormente. La cubrición general se
realiza a dos aguas, como puede observarse en el hastial del pie de la iglesia.

Por último hay que destacar el paramento del cimborrio, con motivos
decorativos geométricos aparejados en ladrillo.

A finales del siglo XVII se regaló a la Iglesia una custodia tipo sol, procesional,
de plata sobredorada, con la siguiente inscripción: «Con limosna de vecinos de la
Alameda de la Sagra, se hizo esta Custodia siendo cura el Doctor don Baltasar de
Verdesoto y Mayordomo Pedro Gallego. Año 1696». Siendo mayordomos Antonio
Alonso de Francisco, Antonio de Encinas y Ventura Roa, se bordó, en el 1767, un
estandarte para la cofradía del Santísimo Sacramento, por el vecino de Toledo Diego
García Aguado.

-La Ermita. Próxima a las últimas casas del pueblo, sobre el camino que iba a
Aranjuez, se construyó una ermita por disposición del Concejo, en honor a San
Sebastián, por la peste que había asolado al vecindario. Permaneció allí la imagen hasta
1680. En ese año, perdida su devoción al santo, se llevó la imagen a la Iglesia,
colocándose en su lugar una de Nuestra Señora de las Angustias.

La fiesta de San Sebastián la hacía el Concejo en la ermita. Olvidada ya la


costumbre, el Ayuntamiento continuaba haciendo la fiesta de San Sebastián, pero ya en
la Iglesia.

La actual ermita de Nuestra Señora de las Angustias data del último cuarto del
siglo XX.

También podría gustarte