U1 Del Reloj A La Flor de Loto

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DEL RELOJ A LA FLOR DE LOTO.

CRISIS CONTEMPORÁNEA Y CAMBIO DE PARADIGMAS – LLAMAZARES

CAP. 6: HACIA UNA NUEVA REALIDAD FÍSICA

Este capítulo va a tratar del cambio de visión de la realidad física.

La principal remezón del cambio de paradigmas se produjo en el propio corazón del campo científico. La realidad física es la
esfera más básica y es justamente allí donde todo comenzó.

Los revolucionarios descubrimientos de la física relativista y cuántica, no solo afectaron al núcleo de las ciencias y la
tecnología, sino que han conmovido las estructuras de pensamiento en general.

Las teorías de la relatividad primero (1905-1915) y más tarde la teoría cuántica (1920-1930) subvierten todos los pilares de la
concepción clásica del espacio, el tiempo, el movimiento, la causalidad y básicamente, la estructura de la materia.

De la imagen del mundo atómico sólido, estable, regular y objetivo, propia del determinismo mecanicista, se pasa a la visión de
un mundo móvil, paradojal, incierto, que en última instancia es relativo y depende del observador.

Lo que marca la fractura paradigmática es que la novedad está en que el lugar desde donde ahora se generan las nuevas
visiones es un lugar de poder-la ciencia-, el centro neurálgico de la consciencia racional de occidente.

La nueva física quiebra con la visión atomista de la realidad y en su lugar surge una visión relacional, un mundo de consistencia
menos sólida y más dinámica, una enorme red de vínculos entre diversas partes que configuran un todo de asombrosa
diversidad, estable más allá de su inestabilidad y ordenado, más allá de su apariencia caótica.

Ese orden subyacente, implicado tras la percepción ordinaria, es el que permite comprender la causalidad entre los fenómenos
de una nueva manera. Las conexiones entre los hechos dejan de ser linealidades físicas visibles y adquieren la forma más
compleja de redes analógicas, cuya captación requiere poner en juego las facultades más sutiles de nuestra mente.
Esta visión de la realidad implica una diferente ontología que desafía las pautas del sentido común y requiere la aceptación de
la incertidumbre y su manifestación: lo paradojal.

Diferentes descripciones resultan ser validas e incluso necesarias para explicar y comprender el mismo fenómeno,
introduciendo así el principio de complementariedad.

Así, el cuestionamiento de la objetividad física no solo acarreó un planteo ontológico, sino que significo la ruptura del
dualismo epistemológico, y consecuentemente, la introducción del sujeto en el proceso de conocimiento. A partir de la teoría
cuántica y de la relatividad ya será imposible concebir la observación científica como un fenómeno natural y pretender excluir
al observador, pues queda demostrado que es justamente su presencia lo que pone en juego aquello que observa.

Ejes temáticos que sintetizan en torno a ellos los principales aportes de la nueva física:

- La apertura hacia la multidimensionalidad


- El descubrimiento de la energía
- El reconocimiento de la naturaleza dual de la materia y la necesidad de la complementariedad de las descripciones
- La aceptación de la incertidumbre y la indeterminación como rasgos constitutivos de la trama misma del universo
- El cuestionamiento del principio de causalidad y el replanteamiento de las categorías tradicionales de espacio y tiempo.
- La visión de un orden que subyace expresado en la interrelacionalidad de todo lo existente
- El papel decisivo de la observación humana en la configuración de la realidad.

⤷ Una historia en múltiples dimensiones

Uno de los rasgos más persistentes del viejo paradigma es aquel que establece los límites de lo real en lo estrictamente
material.

La idea realista sigue operando en nuestra percepción y valoración de los hechos, diciéndonos que lo único real es aquello que
puede ser percibido y registrado físicamente. (“anteojeras”)

La ciencia y epistemología han demostrado que el criterio de empiricidad es insuficiente y limitativo, pero su impronta en
nuestro horizonte cognitivo es aún muy fuerte. Este viejo paradigma (idea realista) ha producido que enfoquemos nuestra
mirada solo en una parte de la realidad (la material) desenfocando otros planos que trascienden ese recorte, convenciéndonos
de que no hay más mundos que este y que los demás están equivocados.
A comienzos del siglo XX llegó el momento de quitarse las anteojeras, el velo de la ilusión realista, y de ampliar la mirada.
Durante las primeras décadas de ese siglo convergen la ciencia y el arte para replantear la concepción de espacio y tiempo, y la
estructura de la misma de la realidad. Las artes visuales, la música y la literatura experimentaron su propia revolución
copernicana.

Desde los albores del cambio de siglo los nuevos planteamientos de la física, anunciados por Max Planck en 1900 y por
Einstein en 1905, acompañan este cambio de mirada.

Hasta entonces el mecanicismo newtoniano había alcanzado una explicación razonable del mundo de las dimensiones
humanas, del nivel intermedio de lo directamente observable. Pero a partir del siglo XX el interés se desvió por niveles más
profundos, donde la información solo se obtenía de manera directa y donde no podían explicarse a partir del tiempo y el
espacio.

La ciencia, atravesando sus propios límites, se aventuró por los caminos de lo desconocido y lo diferente, y abrió la exploración
del mundo físico en dos direcciones aparentemente divergentes:

- Por un lado, hacia lo infinitamente grande, el cosmos, el origen del universo y la naturaleza del espacio-tiempo. Este primer
camino se inicia con la teoría especial de la relatividad de Einstein: dirigió la mirada hacia el macrocosmos (el universo).
- Por el otro, hacia lo infinitamente pequeño, la investigación de las partículas subatómicas y la estructura ultima de la materia.
El segundo camino arranca con la teoría de cuantos de energía de Max Planck: dirigió la mirada hacia el microcosmo
(partículas).

Ambos caminos han conducido a un reconocimiento coincidente, lo que conocemos es tan solo una ínfima porción de lo
existente.

Paralelamente a la apertura del mundo físico, un hito fundamental ha sido el develamiento de Freud sobre la dimensión
inconsciente de la psique. Todo lo cual ha implicado el reconocimiento de una enorme dimensión antes negada que, al abrirse,
nos conecta desde lo más sutil de nosotros mismos hasta la totalidad del universo.

Abandonar la visión unidimensional permitió descubrir que la realidad es multidimensional. A través del principio de
complementariedad la ciencia alcanzó la visión de multiperspectiva.

Este descubrimiento fue paralelo a la ampliación de la conciencia. Se descubre que la realidad es más amplia gracias a que algo
en la conciencia colectiva se había abierto, pero al mismo tiempo la apertura de la ciencia a nuevas dimensiones genero un
ensanchamiento de la consciencia.

Cada vez es más evidente que ciencia y consciencia son solo dos aspectos de un mismo devenir. A medida que se amplían las
fronteras de nuestro conocimiento, se refinan nuestros modos de interrogación, porque los nuevos territorios antes
desconocidos nos sugieren nuevas preguntas. De esta manera, la historia de la ciencia es la progresiva ampliación de nuestras
posibilidades de percepción y nuestra capacidad inquisitiva.

⤷ Energía y devenir: abrazar la incertidumbre

Atisbar la multidimensionalidad del universo trajo ante nosotros el reconocimiento de que lo material es solo un estrecho y
superficial aspecto de nuestra realidad, cuya naturaleza profunda se encuentra justamente, al trascender lo físico.

Pero aún estamos en vías de poder aceptar semejante descubrimiento, pues en verdad es lo que más trastoca nuestra
concepción del mundo. Acostumbrados como estamos a creer que lo material es sólido, que lo solido es estable, y que lo
estable nos da seguridad, desconfiamos de todo lo no material, pues no solo desafía nuestras creencias, sino que pone a
prueba nuestras emociones más básicas.

Sin embargo, todos los nuevos descubrimientos han conducido a replantearnos seriamente que es lo real, cuáles son sus
límites y con qué criterios calificamos o descalificamos algo como irreal.

A comienzos del siglo XX hubo dos grandes expediciones científicas.

- La primera, a cargo casi exclusivamente de Einstein, condujo a la teoría de la relatividad.


- La segunda fe un grupo de físicos que elaboraron la física y la mecánica cuántica.

Entre ambas produjeron el giro más consistente de salto paradigmático: un cambio en la visión de la realidad, en la concepción
de la matemática, de las dimensiones espacio-temporales, de la causalidad de los fenómenos y de la aspiración de lograr una
descripción objetiva de ellos.
Podríamos decir que el eje central de este cambio de paradigmas fue el replanteo ontológico. En definitiva, el pasaje de una
física materialista a una física energitista, lo cual implicó el pasaje de una ontología del ser a una ontología del devenir.

⤷ De lo absoluto a lo relativo

Einstein fue el comandante de la primera expedición: la formulación de la teoría de la relatividad.

Su búsqueda inicial estaba animada por el propósito de armonizar en una sola teoría, las dos teorías físicas principales hasta el
momento: mecánica y electromecánica. Los descubrimientos de Einstein abrieron las puertas a un nuevo paradigma.

Einstein logra refutar la teoría de Newton. Esta última tenía como pilares fundamentales el tiempo y el espacio absolutos,
donde ambos eran inmutables e independientes del observador. Los elementos básicos son las partículas materiales, solidad,
indestructibles e idénticas. Estas partículas conformaban para Newton la estructura básica de todo lo existente.

Einstein logra revolucionar los conceptos de espacio y tiempo absolutos y quebrar la concepción acerca de la materia. En lugar
del espacio tridimensional y del tiempo absoluto como entidades independientes, la teoría de la relatividad planteó una nueva
dimensión: la cuarta dimensión (espacio-tiempo). Cada fenómeno y cada versión variarán en función de cuando y donde se
realicen. De esta manera, se asume la relatividad de toda experiencia y su dependencia de las circunstancias.

La relatividad einsteniana implicó un corrimiento fundamental. Desde la fragmentación del sujeto como observador externo al
objeto, se abrió el camino hacia la percepción subjetiva de la interrelación indivisible entre la unidad sujeto-objeto. La ciencia
ya no tratara con un espacio tridimensional y un tiempo absoluto sino con registros relativos y parciales, de un vínculo
dinámico y cambiante (relación espacio-tiempo) que define la realidad.

⤷ De la masa a la energía

La dimensión es propia y constitutiva de la materia misma, de cada átomo, de cada sujeto. Al incorporar la dimensión espacio-
temporal, la materia aparece más como una secuencia de acontecimientos dinámicos. De esta manera, el cambio en la
concepción del espacio y el tiempo condujo en forma directa a una reconceptualización de la naturaleza de la materia.

Ernest Rutherford descubrió que ciertas radiaciones se pueden transformar en otro tipo de sustancia. Nacía así el primer
instrumento que permitió investigar el comportamiento de las partículas más pequeñas que el átomo y gracias a este recurso,
se da lugar a la física subatómica.

A mediados del siglo XX ya se había desmoronado la pretensión atomista de la indivisibilidad del átomo.

De este modo, el bombardeo del átomo condujo a la humanidad a un descubrimiento sobrecogedor. En el interior de la
materia yacía uno de los máximos potenciales conocidos hasta el momento: la energía en estado puro, disponible a partir de
entonces, para los más diversos fines.

La física subatómica continúo la exploración de las partículas hacia niveles cada vez más profundos. Pero el descubrimiento de
la fisión atómica tuvo nefastas aplicaciones: la bomba de hidrogeno. Este punto merece una reflexión que nos lleva al terreno
de la conciencia:
El siglo XX significó para el ser humano el acceso a una nueva fuente de poder de altísimo voltaje sin precedentes. Por primera
vez, una sola especie tiene a su alcance la posibilidad de interrumpir la supervivencia de todas las demás. La manipulación de
la energía atómica, puede significar el aniquilamiento total de la actual vida sobre el planeta, con consecuencias
indeterminables sobre el resto de los sistemas planetarios.

El acceso a la fuente profunda de poder es también la posibilidad de hacerse cargo del propio poder personal, de uno mismo.
El estado natural de la materia (movimiento e ímpetu) asegura el constante fluir de las cosas. La realidad es un proceso de
continuas construcciones y destrucciones.

Discontinuidad, dualidades y paradojas

La naturaleza dual y discontinua de la materia constituyó la piedra angular de la segunda gran expedición que condujo al borde
universo-espejo: la física cuántica.

Max Planck: la emisión de luz no era un proceso continuo, sino que los átomos emitían en forma discontinua. Para explicar esto,
supuso que los átomos lumínicos estaban formados por cargas energéticas oscilantes, y que había una cantidad mínima de
energía que los átomos podían emitir o asimilar, a la que propuso llamar quantum de energía. Este fue el origen del término que
bautizó a la nueva física. Plank descubrió que la discontinuidad es una propiedad fundamental de la naturaleza.
Para Einstein, la luz tenía una estructura “corpuscular” compuesta por cantidades de energía lumínica que denominó quanta
energía.

La conclusión fue entonces que, en la escala invisible de lo más pequeño, el cambio es súbito y discontinuo. Esta forma de
moverse entre órbitas de energía discontinuas se conoce como salto cuántico.

Einstein plantea que la luz tiene una doble naturaleza, es tanto onda como partícula, y su comportamiento-ondulatorio o
corpuscular- se define según las circunstancias y el contexto de observación. Esto resultaba difícil de aceptar, ya que implicaba
considerar que la luz pueda propagarse como una onda en el espacio y también como una minúscula partícula, lo cual implicaba
reconocer la dualidad y la paradoja como componentes de la naturaleza.
La histórica controversia sobre la naturaleza ondulatoria o corpuscular de la materia quedaría zanjada definitivamente. El
principio de complementariedad propuesto por Niels Bohr en 1928 establece que ambas interpretaciones son parcialmente
correctas y conceptualmente compatibles en función de la perspectiva y el contexto de observación. Lo esencial es la
complementariedad. A partir de este principio se reconoce la necesidad de integrar diferentes perspectivas para alcanzar una
compresión más completa de las cosas.

Nuevamente la solución al problema de la dualidad llega cuando los científicos empiezan a considerar la realidad bajo la óptica
más dinámica del paradigma multidimensional y relacional que incluye necesariamente lo paradójico, la probabilidad y lo
incierto.

⤷ Indeterminación, ventana de la consciencia.

Bohr y Heisenberg se pusieron de acuerdo en lo que se conoce como interpretación de Copenhague: lo que incide en la
manifestación de lo que observamos somos nosotros mismos. Es el acto de observación el que altera todo el sistema y parece
decidir, dentro del arco de probabilidades, cuál será el resultado final. El observador es crucial; no solo para observar los
fenómenos, sino para provocarlos. Son nuestras preguntas, nuestros métodos de aproximación, nuestra observación lo que
impulsa a salir a la luz alguna de las muchas propiedades.

De esta manera caían dos supuestos básicos de la ciencia clásica: el determinismo y la objetividad. Ya no será posible predecir
el futuro conociendo el pasado. El pasado trasmite al futuro probabilidades, pero su dirección no está totalmente decidida. Es
el presente y la participación humana en las interacciones del aquí y ahora, lo que va a determinar el futuro.
Siendo entonces claro que la manifestación de la realidad es un fenómeno complejo y el factor humano- la observación, la
subjetividad, la percepción- forman parte indisoluble de esa dinámica interrelación.

⤷ Acausalidad, desafío al espacio-tiempo

Sin embargo, la física ha continuado indagando en la idea de que ciertos fenómenos pertenecen realmente a un orden donde
no operan las categorías de causa y efecto tal como las aplicamos normalmente. Ciertos descubrimientos de este orden
condujeron a reformular las teorías tradicionales de la causalidad, y consecuentemente, implicaron un desafío a la concepción
moderna y aun la relativista, sobre el espacio y el tiempo.

Las derivaciones de estos descubrimientos permitieron a su vez, reconocer que la cuántica había llegado a tocar un terreno
donde la realidad física se funde con otros planos de existencia, como la realidad psíquica, con la cual tienen cualidades en
común.

La relatividad del espacio-tiempo ya había minado el concepto de causalidad, pues el universo tetra dimensional es un espacio
eterno en el que los sucesos se encuentran interrelacionados, pero sin ninguna direccionalidad definida de tiempo, con lo cual
no existe un “antes” ni un “después” y las conexiones no son linealmente causales.

Nuevamente fue el propio Einstein quien propuso la primera piedra que permitió seguir avanzando sobre lo desconocido. El
no terminaba de aceptar el indeterminismo y la incertidumbre que se desprendían como consecuencias naturales de la
mecánica cuántica.

En 1935 lanza un ataque a la cuántica (paradoja de Einstein-Podolsky-Rosen= ERP), cuyo propósito era demostrar que el
comportamiento incierto y borroso de las partículas subatómicas estaba en realidad, regido por variables ocultas de
naturaleza determinista y predecible, que aun resultaban desconocidas. De esta manera probaría que la teoría cuántica estaba
incompleta y precisaba una reformulación adicional. Einstein se negaba a considerar la influencia del observador.

La resolución llegaría casi 50 años más tarde, en 1982, cuando los perfeccionamientos tecnológicos permitieron a un equipo
francés llevar a la práctica el experimento ERP, dando la razón a Bohr.
Los últimos desarrollos de la física cuántica y poscuántica plantean directamente la posibilidad de un orden acausal y han
llevado a una reconsideración ontológica profunda de la consideración del tiempo.

En el mismo sentido, resulta clave el concepto de memoria, como una función que puede operar con independencia de la
mente y de cualquier otro soporte físico. Dos eventos pueden relacionarse entre sí como saltando a través del tiempo y en
cierta medida el más reciente tendrá información sobre el más antiguo.

A los efectos humanos este nuevo concepto de memoria implica un cambio radical en la posibilidad de trasformación
psicológica. Saltando más allá del determinismo de los nexos causales de los acontecimientos vividos, la persona puede borrar
huellas mnémicas a través de nuevas experiencias de otro orden. La adquisición de la conciencia suele ocurrir en la forma de
insight.

La teoría de las conexiones no locales y en particular, el experimento de Aspect, aceptado finalmente como la prueba
definitiva de la teoría cuántica, dio por tierra con el concepto clásico de la causalidad determinista. En su lugar, la acausalidad
ha planteado dos cuestiones fundamentales que desafían el espacio y el tiempo, cuya interpretación pertenece ya al terreno
de lo que sorprendió a los científicos más allá de los brumosos límites del universo espejo.

- La primera cuestión se refiere al enigma de cómo se produce la transformación de información instantánea entre partículas
distantes, para lograr la coordinación de sus propiedades. La indagación de este problema llevó a desarrollar las teorías físico-
cosmológicas, que corroborarán la idea inicial de Bohr de una “indivisibilidad del todo” y plantean la existencia de un orden
global subyacente en la forma de un campo unificado.

- Una segunda cuestión, íntimamente relacionada con la primera, es la posibilidad de que haya efectos sin causas previas.

⤷ La visión de la trama: un gran océano de energía inteligente

La investigación de las partículas subatómicas concreto unas de las ampliaciones perceptivas más importantes. Los
descubrimientos de la física cuántica habilitaron un salto cognitivo para toda la humanidad: acceso a la visión de lo que subyace
más allá de la superficie de las cosas.
Las visiones de la física cuántica afectaron tanto la imagen de la realidad como nuestra forma de conocerla, de modo que
tuvieron un doble efecto: ontológico y epistemológico.

Permitieron ver la naturaleza profunda de la realidad: su consistencia energética y fluida, su condición abierta, incierta y creativa.
Antes de su descubrimiento, creíamos que habitábamos un mundo sólido y estable con objetos independientes. Al mismo
tiempo, esta mirada sobre la realidad física descubría como es que se genera nuestra forma habitual de percibir esa realidad.
Por lo tanto, todos estos descubrimientos nos muestran como nuestra convicción de habitar en un mundo de objetos solidos e
independientes es solo una limitación perceptiva, sobre la cual se construyó una ceguera epistemológica. En realidad, es solo
una verdad parcial, correcta en el nivel macroscópico pero el error es creer que es la única visión posible.
El tener en cuenta que solo miramos la superficie de las cosas, ha sido un gran shock epistemológico. Una de sus
consecuencias es el reconocimiento de que si amplificamos nuestra percepción podemos ir al encuentro de nuevas
dimensiones de la realidad. Es así como lo epistemológico desenlazó una nueva apertura ontológica: la corroboración de la
interrelación de todo lo existente, la contemplación de la gran trama energética a la que, por naturaleza, pertenecemos.

⤷ Indivisibilidad esencial de la naturaleza

Los avances de la física poscuántica corroboraron que más allá de lo inmediatamente observable todo está interrelacionado.
Detrás de la diversidad aparente todo está unido, no hay nada realmente separado de lo demás.

La interconexión es global y naturalmente, los humanos formamos parte indisoluble de esa gran trama vital.

De modo que la visión de la trama interrelacionada y la experiencia de participación en la unidad, pueden considerarse como
uno de los insights más transformadores acaecidos en el siglo XX. Hoy sabemos que esta visión holística es en definitiva más
profunda, más esencial y más verdadera que la ilusoria fragmentaria. Este reconocimiento, al que pudimos acceder también
por vía de la racionalidad científica, implicó una apertura fundamental hacia el cambio de consciencia.

Mecánica Newtoniana Relativa Cuántica


Cosmología Espacio y tiempo absolutos e Espacio y tiempo relativos Espacio y tiempo multidimensionalidad.
independientes. 3 e interdependientes. 4ta
dimensiones dimensión
Concepción de Materia=masa Materia= energía Vicio cuántico.
materia Discontinuidad= cuantos
Causalidad Causalidad lineal. Multicausalidad. Acausalidad.
Determinismo Interrelacionabilidad Indeterminismo/incertidumbre
Implicancias Enfrentamiento sujeto-objeto Interdependencia sujeto- Continuidad sujeto- objeto
epistemológicas objeto

CAP. 7: LA VISIÓN HOLÍSTICA DEL COSMOS Y LA VIDA

Los descubrimientos de la realidad logrados por la teoría de la relatividad y la cuántica, señalan un antes y un después en la
ciencia y en el pensamiento contemporáneo, a partir de ellos ha comenzado a cambiar nuestra visión del mundo. A lo largo del
siglo XX sus implicaciones fueron alcanzando otros campos científicos dando lugar a la revolución cognitiva.
En rigor, las implicancias de la nueva física han sentado las bases de una nueva ontología y por tanto también, de una nueva
cosmología. Han dado lugar a una visión global de la realidad, concibiéndola como un cosmos, como una compleja totalidad
inteligentemente ordenada.

La nueva física logró responder a cuál es la naturaleza de la realidad y cómo se comportan las cosas que nos rodean. A partir
de allí, las preguntas que los científicos se han podido plantear son cada vez más complejas y profundas.

Si el universo es un todo coherente, con un nivel de orden y complejidad, que si bien no está completamente predeterminado
resulta imposible de ser alcanzado al azar ¿Cuál es la dinámica que guía el origen y el desarrollo de todo lo existente? ¿cómo
surgen las cosas que pueblan nuestro universo y como llegaron a ser como son?
Estas preguntas, centradas alrededor de dos temas fundamentales- el devenir y el orden- obligaron a dirigir la mirada hacia los
hechos naturales.

Hacia mediados del siglo XX, se produjo un cambio paradigmático en las ciencias de la vida. Una vieja pregunta- ¿Qué es la
vida? - volvió a formularse ahora desde una perspectiva más abarcadora y las nuevas herramientas teóricas y experimentales
permitieron alcanzar respuestas con un nivel de profundidad sin precedentes.

La cosmología poscuántica, con su visión de universo como una gran trama energética interrelacionada en permanente
transformación resultó muy afín a la naturaleza de los fenómenos biológicos, tendiendo así un puente que acercó la física, la
cosmología y la biología.

⤷ Continuidad entre lo físico y lo orgánico

El estudio de lo viviente cobro una renovada importancia y las captaciones científicas sobre la naturaleza profunda del
fenómeno de la vida inspiraron una nueva metáfora para pensar el mundo: la metáfora orgánica.

Tres grandes visiones desplegadas en el capítulo anterior:

- Visión de la realidad como un flujo constante de energía


- Visión de la realidad como una trama compleja de infinitas interrelaciones.
- Visión de la realidad como una totalidad ordenada

Los fenómenos de la vida presentan algunos rasgos generales en común que resultan totalmente concordantes con lo que
propone la nueva física:

- El movimiento como expresión de energía: El movimiento es el rasgo definitorio de la vida. La energía es movimiento. Todo
signo de vida se identifica por un movimiento: un latido. Lo que ha muerto yace inmóvil. Dinámica del cambio (evolución).
La idea de movimiento incorpora la idea de temporalidad. Pero estos dos unidos resulta ser un tiempo cualitativamente
diferente al newtoniano. El tiempo biológico es aquel que se comprende solo si lo apreciamos holísticamente como un proceso,
con fases bien diferenciadas, con avances y retrocesos, un tiempo constante sin irregularidad, que siempre sigue su curso.
Al ampliar el alcance de este concepto surge otro aspecto: la dinámica del cambio, la evolución.
- La trama o estructura sistémica, como expresión de la interconectividad: La interconectividad y la interrelación son caracteres
estructurantes básicos de lo viviente. La condición de mutua dependencia de las partes reside en que lo vivo se conforma como
una trama, donde la conectividad y la fluidez de la comunicación resultan cualidades imprescindibles. Lo viviente nunca está
aislado, siempre está en relación, formando parte de un sistema que lo incluye y al que a su vez conforma. La interrelacionalidad
y la importancia dada a la percepción y consideración del contexto es el sustrato teórico de todas las versiones del pensamiento
sistémico.
- El sentido, como expresión del orden: el sentido es la cualidad inherente que guía y enerva el despliegue de la vida. Lo
viviente se desarrolla a través de ciclos y sucesivas transformaciones, en un fluir que lleva una dirección general parcialmente
prediseñada. Siempre se encamina hacia un estado de máxima plenitud, un fin que no solo marca un rumbo, sino que otorga a
su existencia un sentido de ser, un propósito. El sentido es a la vez fin y finalidad.

Por su condición sistémica cada ser forma parte de una comunidad entretejida y de esta manera es imposible concebirlo
aisladamente. Pero, además, cada instante y acontecimiento de su vida están embebidos de sentido. Así, lejos de ser hechos
aislados o inconexos, pueden comprenderse como episodios de una trama o argumento existencial cuya dinámica no es
azarosa, sino que guarda un orden, determinado simultáneamente por su singularidad y su participación en una totalidad
mayor.

⤷ Un nuevo campo interdisciplinario

Las convergencias que hemos planteado hasta aquí entre los rasgos básicos de la materia física –energía, interrelación y
orden- y las cualidades de lo viviente –el movimiento, el carácter sistémico y el sentido- han permitido tender los puentes
entre estos dos grandes campos de conocimiento: la física y la biología.

 Se ha ido construyendo una nueva interpretación integral del cosmos y la vida, que implica el nacimiento de un espacio
transdiciplinario en el que las ciencias físicas y las de la vida se nutre e inspiran recíprocamente.

Ejes temáticos alrededor de los cuales se pueden reunir los múltiples desarrollos científicos que han ido confluyendo es este
campo de pensamiento holístico.

- Las teorías de los sistemas, el caos y la complejidad.


- Los modelos astrofísicos y cosmológicos derivados de la nueva física.
- Las visiones globales de evolución.
- El desarrollo contemporáneo de teorías sobre los campos.

⤷ Apertura hacia lo holístico

A partir del siglo XX la presencia humana atraviesa todos los campos del saber. La introducción del sujeto marca una
ampliación de la mirada, la que a su vez se acompaña con una apertura hacia lo holístico (enfoques globales).

Estrategia reduccionista clásica enfoques abarcadores.

Problemas del siglo XX: complejidad, caos y lo global. Estos problemas han sido el resultado de la complejización de las
interacciones en el mundo y un cambio de perspectiva.

Ver los elementos por separada puede generar tranquilidad en el universo newtoniano, pero no sirve para comprender el
universo como totalidad. El foco debió desplazarse de los elementos a las relaciones entre elementos, de las cosas a lo que
sucede entre las cosas.
Se hace presente la necesidad de nuevos modelos para comprender la dinámica de las globalidades (sistemas inestables y
complejos). Surge entonces la red como metáfora explicativa y en base a ella, se despliega el pensamiento sistémico.

⤷ Un primer paso: lo sistémico

Como un primer paso hacia la captación de lo holístico se va desplegando a lo largo del siglo XX un campo multidisciplinario: la
sistémica o ciencia de los sistemas, que ha propuesto nuevos modelos basados en los mecanismos de autoorganización para
reconceptualizar los viejos problemas de cómo se logra la estructura de los seres vivos, como funcionan y como se producen
los cambios y la evolución.

Los aportes a estas preguntas sobre los seres vivos son:


- Mecanicista: dan lugar a la teoría celular, la microbiología, embriología, a las leyes de la herencia genética. Dan un respaldo a
las explicaciones físico-quimas de los fenómenos naturales.
- Vitalistas: sostienen la existencia de una fuerza o energía propia de lo viviente diferente a la energía física.
- Organicistas: ponen énfasis en la búsqueda de explicaciones centradas en la estructura de los organismos vivos y sus formas
internas de organización.
- Gestaltistas: hablar de la Gestalt para referirse a los patrones integradores de la interpretación visual.
A mediados del siglo XX, la teoría general de los sistemas del biólogo Ludwig von Bertalanffy asentó las principales bases
conceptuales del pensamiento sistémico: la máxima de que “el todo es más que la suma de las partes”, el concepto de
“complejidad organizada” y la idea de que hay “propiedades emergentes” que aparecen en determinados niveles de esa
complejidad y no están presentes en niveles inferiores más simples.

Por supuesto, introdujo el concepto mismo de sistema para designar a las totalidades que se caracterizan por el tipo de
relaciones que se establecen entre sus partes. Y a su vez, desarrolló la visión de inclusividad e interdependencia de los
sistemas, formados hacia adentro por subsistemas menores, y hacia afuera, integrados a redes de otros sistemas semejantes y
de más amplio alcance.

Promediando el siglo XX, se abren nuevos campos que serán fuentes de este pensamiento: la cibernética y la teoría de la
información de Wiener, los trabajos de Bateson (La ecología de la mente), las neurociencias y la idea de autoorganización
desarrolladas por Warren McCulloch y Heinz von Foerster, así como el concepto de autopoiesis de Maturana y Varela.

En todas ellas aparece un concepto fundamental- la información- algo que obliga a mirar el funcionamiento del conjunto. La
información está distribuida en todo el sistema. El equilibrio del sistema se mantiene gracias a la circulación y
retroalimentación de información.

Por primera vez, la ciencia oficial instituye a las globalidades como objetos específicos de estudio, enfatizando el papel de las
interrelaciones por sobre los elementos, y colocando a la complejidad en el centro de la escena. Surgen así nuevos problemas
y temáticas - la conciencia e interacción con el medio, la multicausalidad, los mecanismos de autoorganización y las formas
inesperadas de organización. Que serán abordados desde distintas perspectivas.

El modelo sistémico y su metáfora omnipresente (las redes), tendrán múltiples aplicaciones en una gran diversidad de
problemas. Especialmente en los campos de la biología y la ecología.

La mirada sistémica también resulta muy adecuada para superar las limitaciones del mecanismo en las disciplinas sociales y
humanas, en la educación; etc.

En el terreno de la psicología próspero especialmente su aplicación al análisis de los sistemas familiares y organizacionales,
derivando incluso en nuevas modalidades terapéuticas. Ayudó a lograr una mejor comprensión de los fenómenos de la
vincularidad y la comunicación interpersonal.

Los enfoques sistémicos reconocieron que la comunicación es un fenómeno mucho más amplio que lo que se dice con
palabras, incluye junto a lo no verbal, múltiples dimensiones no verbales y que estas muchas veces trasmiten mensajes
contradictorios.

⤷ Máquinas y organismos

Las bases del pensamiento sistémico surgieron justamente al examinar con una visión propia de lo biológico las diferencias
que existen entre las máquinas y los sistemas vivos.

Las máquinas son sistemas cerrados construidos por el hombre con el fin de cumplir con una determinada función. Por tanto,
el diseño de su estructura está predeterminado y se dirige linealmente hacia ese fin. Deben funcionar siempre de la misma
manera, aunque pueden establecer interactividad con el que las opera (las más complejas) no dejan de estar aislados o
cerradas sobre sí misma. Son sistemas estáticos y entrópicos, pues funcionan indefinidamente hasta que se rompen o se
desgastan. No incluyen el cambio ni la autotransformación, sus acciones siempre están determinadas por su estructura, no
aprenden de su error. Es decir, que solo cumplen con su deber y cuando fallas se reparan o se descartan.

En cambio, los sistemas vivientes poseen capacidad natural y espontánea para autoorganizarse. Se van construyendo a sí
mismos a medida que se desarrollan. El propio proceso de su crecimiento, esto es, el flujo de la vida que va desplegándose a
través de la dinámica de sus relaciones internas y externas, es el que determina la forma y estructura que toman los seres
vivos.

Un ser vivo es algo que permanece a través del cambio permanente. Son sistemas abiertos pues precisan intercambiar
permanentemente energía con su entorno para auto sostenerse. Son multidimensionales, pues sus interrelaciones se
desarrollan simultáneamente en múltiples niveles y dimensiones. Los seres vivos están enervados por un sistema perceptivo,
justamente porque su supervivencia depende de cuán eficazmente puedan percibir el entorno e interactuar con él.

Debido a esta condición de necesaria vincularidad con el ambiente, su desarrollo es en cierta medida imprescindible, pues
depende de las variaciones que se producen a través de ese entretejido constante de relaciones dinámicas que constituye la
vida del organismo. La posibilidad de captar y retroalimentarse con la información que surge de estas interacciones, les ofrece
a los seres vivos infinitas posibilidades de transformación, ya sea para reorganizarse y adaptarse, como para renovarse.

⤷ Principios de autoorganización

El estudio de los sistemas orgánicos desde la perspectiva sistémica permitió reconocer algunos procesos y principios autor-
organizativos propio de los vivientes que están al servicio de las finalidades:
- La autoconservación supone todas las formas necesarias para mantener la vida, la adaptación, la homeostasis, la
regeneración:

Adaptación: se logra a través de los procesos metabólicos. El metabolismo es el conjunto de procesos que le permite al
organismo incorporar elementos externos manteniendo el equilibrio interno. Es la forma de autorregularse que garantiza su
autoconservación. A su vez, el organismo tiene la capacidad de adaptarse a los cambios externo.

- La autotrascendencia implica todo lo necesario para transformarla. Es aquella fuerza que impulsa a los seres vivos más allá de
sí mismo, hacia estados nuevos y diferentes (crecimiento, aprendizaje, renovación, evolución).

Autor-renovación: es la capacidad de los seres vivos de regenerar sus partes dañadas, de manera parcial o total. Es su principal
diferencia con las maquinas.

Evolución: es el impulso de perpetuación de la vida a través de la propia transformación. Los sistemas vivos no son eternos,
pero son capaces de transcender su caducidad. Esta capacidad de autotrascendencia se expresa a nivel individual en la
reproducción y la generación de descendencia; y a nivel colectivo mediante los mecanismos evolutivos de la especie.

La reproducción y la evolución son los mecanismos principales que utilizan los seres vivos para crean nuevas estructuras y
nuevos estados.

⤷ Lejos del equilibrio

Los modelos que interesan son aquellos que permiten comprender los cambios, los momentos de crisis dentro de un sistema.
Estos son los llamados procesos dinámicos no-lineales o lejos del equilibrio.
 Sistemas lineales: la causa y el efecto se relacionan casi unívocamente y en forma directa o lineal.
 Sistemas no-lineales: se observa autogeneración de nuevas estructuras, como la emergencia inesperada e impredecible a partir
de situaciones caóticas, desordenadas o de gran tensión.

Cuanto más complejo es un sistema, mayor debe ser su coherencia interna, pues su estructura esta constituida en base a un
alto número de interconexiones. Y esto, no los hace más sólidos y firmes, sino los torna exquisitamente sensibles, inclusive a
pequeños cambios.
 Pequeñas fluctuaciones (internas o externas) en las condiciones iniciales de un sistema complejo pueden implicar un
crecimiento exponencial en cadena que termina desembocando en grandes efectos. Esto es a lo que llamamos el efecto
mariposa.

Lorenz destaco también la presencia de unas formaciones particulares que denomino atractores, entre los que encontramos los
atractores extraños por su incidencia en el comportamiento caótico. Su presencia genera una tensión interna y ejerce un tipo
de magnetismo u atracción hacia una zona o dirección hacia la cual se encamina el sistema.
 Los atractores son lugares o espacio que pertenecen al sistema mismo.

En los sistemas es imposible mantener el control y predecir hacia donde van, ya que le sistema se autorregula y genera todo el
tiempo nuevas situaciones.
⤷ Caos ¿solo un orden más complejo?

Los sistemas caóticos se caracterizan por:


Complejidad.
Inestabilidad
Alta sensibilidad a las fluctuaciones.
Presencia de atractores.
Irreversibilidad
Impredecibilidad.
Para los occidentales el término caos reviste connotaciones negativas. Sin embargo, la nueva ciencia, ha permitido resignificar
este concepto, rescatando su antigua raíz semántica, que está más ligada al orden y a la creación.

⤷ Tensión y bifurcaciones

La inestabilidad de los sistemas caóticos complejos es una condición de gran potencial evolutivo, implica que el sistema es muy
plástico y frete a la mínima fluctuación que desafía su estabilidad es capaz de producir un reordenamiento estructural repentino
y rápido.
En la vida de los sistemas complejos se producen momentos en lo que las fluctuaciones se aceleran, las interacciones se
incrementan y el nivel de tensión alcanza su punto crítico-------- PUNTOS DE BIFURCACIÓN.
Frente al abismo de las bifurcaciones que las saetas caóticas cambian de rumbo y encuentran un nuevo equilibrio, inestables,
pero de un orden de mayor coherencia y complejidad.
Al igual que la palabra caos, la idea de bifurcación también ha adquirido nuevos significados:
- División en el camino frete al cual debemos decidir qué dirección tomar.
- Desde la perspectiva de la termodinámica: cambio de estado que describe los momentos críticos por los cuales se va
produciendo la evolución de los sistemas alejados del equilibrio.
- Momentos de cambio, las crisis, los trances evolutivos, momento de crecimiento, aprendizaje en la vida de una persona.

Equilibrio----- tampoco es meramente un estado de reposo, sino una condición dinámica en la cual las fuerzas internas de un
sistema generan tensiones que en definitiva resultan positivas, pues le evitan caer en la inercia.
Fue el concepto de bifurcación el que permitió repensar el caos, definiéndolo como “una clase de orden más compleja,
sensitiva e impredecible”.

En los sistemas vivos y complejos, el tiempo es una dimensión propia y constitutiva de ellos que les otorga cierta historicidad,
al imprimirles una cualidad creativa y una dirección de creciente complejidad.

⤷ Datos a tener muy en cuenta


A través de las sucesivas bifurcaciones, los sistemas van desplegando estados de organización y órdenes cada vez más
complejos.

Fue el concepto de bifurcación el que permitió repensar el caos, definiéndolo como “una clase de orden más compleja,
sensitiva e impredecible”.

En los sistemas vivos y complejos, el tiempo es una dimensión propia y constitutiva de ellos que les otorga cierta historicidad,
al imprimirles una cualidad creativa y una dirección de creciente complejidad.

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