Actividades para Trabajar La Autoestima en Infantil

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Actividades para trabajar la

autoestima en infantil
Las estrategias lúdicas mejoran la autoestima en niños, niñas y
adolescentes fomentando y garantizando una mejor
calidad de vida, y potencian habilidades personales, emocionales
y cognitivas, tales como: atención, multisensorial, lenguaje,
aprendizaje, memoria y concentración, entre otras.

Cada vez más escuelas apuestan por trabajar las emociones en infantil,
ya que conocerse a uno mismo y socializar con los demás es un
aprendizaje muy importante, especialmente en edades de 3 a 6
años. Entre todos los tipos de actividades emocionales que se pueden
realizar en el aula, hoy queremos hablarte de aquellas que tienen que
ver con el fomento de la autoestima en los niños y las niñas. Además,
verás que muchas de ellas se pueden llevar a cabo también en
casa, especialmente con hermanos o primos de edades parecidas.

Psst, psst, tenemos un regalo para ti

Fomentar la autoestima en los peques les crea una mayor seguridad


y confianza en sí mismos, dos aptitudes muy beneficiosas para su
desarrollo. ¡Cuánto más crean en ellos mismos, más van a soñar con
llegar lo más lejos posible!

Leer cuentos personalizados

Nuestra primera propuesta de actividad para trabajar la autoestima en


infantil es leer juntos cuentos personalizados. En ellos, los peques son
los protagonistas de historias increíbles, en las que son capaces de
todo, desde armarse de valentía para derrotar a una bruja malvada
hasta idear un plan para escapar del lobo feroz.

En MiCuento tenemos dos cuentos especialmente útiles para


fomentar la autoestima de los peques. El primero de ellos se
llama ¡Vuela Alto! y trata de una serie de cartas que envían grandes
mujeres de la historia, como Frida Kahlo, Marie Curie o Amelia Earhart.
En ellas, cuentan quiénes fueron y animan a las niñas (y los niños) a ser
tan valientes como lo fueron ellas para perseguir sus sueños.

El segundo libro es el Dragón de las estrellas y yo, donde el pequeño


protagonista acompañará al dragón Dúgul de regreso a su hogar perdido
y, por el camino, juntos conocerán aventuras y personajes maravillosos.

Carteles con cualidades positivas

En esta actividad, el profesor debe colocar en distintas partes de la


clase carteles con cualidades. Por ejemplo, «soy simpático/a», «se
me da bien pintar» o «soy hablador/a». En cada cartel habrá varias
pegatinas con las cualidades escritas.

Los niños y las niñas deben ir hacia el cartel que creen que los
define mejor, coger una de las pegatinas y pegarla en un dibujo de
ellos mismos que previamente hayan realizado.

La silla caliente

En esta actividad, un niño o niña se sienta en una silla y el resto va


pasando por delante diciéndole qué le gusta de él o ella, o qué le
hace sentir bien cuando están juntos.

Se trata de un ejercicio muy interesante para que las maestras y los


padres analicen las reacciones y, por ejemplo, detecten si no están
acostumbrados a oír cosas positivas de ellos mismos. Algunos se
ruborizan, otros se sienten incómodos, otros no prestan atención…
La caja secreta con el tesoro más valioso
del mundo

Este juego nos encanta. Se trata de explicar a los niños y las niñas
que en una caja tenemos un tesoro muy especial, maravilloso,
irrepetible y único en el mundo. ¡Verás la expectativa que generarás!

De uno en uno, los peques deberán ir abriendo la caja y dentro


encontrarán un espejo. Cuando todos los peques hayan abierto el
tesoro pediremos que digan en voz alta qué es lo que han visto. A partir
de ahí, podemos aprovechar para preguntarles qué creen ellos
que les hace especiales y únicos. Se trata de un juego genial para
reforzar el concepto que los niños tienen de ellos mismos.

Juegos simbólicos

Los juegos simbólicos son aquellos en los que el niño o la niña imita
situaciones que observan en la vida real. Los más comunes son los que
consisten en imitar profesiones como maestros, bomberos, médicos,
cocineros…

Se trata de un tipo de juego muy beneficioso para su autoestima,


pero también para desarrollar sus habilidades sociales. Cualquier
juego que implique ponerse en el lugar de otro y relacionarse con otras
personas, reales o imaginarias, es una excelente forma de trabajar las
emociones en infantil.

Estrategias para mejorar la


autoestima de tus hijos
Que nuestros hijos tengan una autoestima positiva y se sientan seguros de sí
mismos es una de las principales preocupaciones de los padres a la
hora de educar y no es una tarea fácil de lograr. Para poder utilizar
estrategias y potenciar la autoestima de los niños, debemos entender como se
construye la autoestima.
La imagen que tenemos de nosotros mismos, cómo nos vemos y cómo
creemos que somos, es lo que llamamos autoconcepto. La descripción que
hace un niño de sí mismo cómo: “soy listo, fuerte, sociable y amable”
corresponde al autoconcepto. La comparación de esta imagen que nuestro hijo
tiene de él mismo, con la imagen ideal , de cómo debería ser, es el resultado
de cómo se forma la autoestima. En consecuencia, cuanto más parecido es
el autoconcepto a la imagen ideal que tiene el niño, de cómo debería
ser, mayor es la autoestima.

La autoestima (autoconcepto e imagen ideal) se va construyendo a partir de


las valoraciones que los adultos hacen del niño y de sus reacciones hacia su
conducta. Por ejemplo, si siempre digo que “mi hijo es muy torpe con la
bicicleta”, probablemente se verá a sí mismo como tal. Y además, si la
valoración que hago de un niño ágil con la bicicleta es muy positiva,
probablemente mi hijo se sienta con poca valía al respecto. En consecuencia,
es más probable que no se atreva a ir en bicicleta ni realizar ninguna actividad
con esta.

Los padres y el entorno del niño tienen un papel clave en la formación de la


autoestima. Esta autoevaluación del niño determina muchos aspectos
de la vida personal, por lo cual es importante prestarle atención ya desde la
infancia, a fin de prevenir enfermedades mentales y generar formas óptimas
de resolver las dificultades para la vida adulta.

Las variables que pueden influir en la autoestima de los hijos dependen, entre
otras, de las respuestas que reciben del exterior y algunas de las estrategias
para potenciarla son:

1. Premiar los logros. Felicitar los esfuerzos que tu hijo realice para llegar
a pequeñas metas. Es importante, proponer pequeños objetivos
adaptados a sus capacidades para que sean alcanzables. Cuando
consiguen estos objetivos qué se proponen, aunque sean pequeños, eso
produce una sensación de competencia y seguridad que promueve
motivación para seguir realizando tareas. El sentirse una persona
competente ayuda a construir una buena autoestima.
2. Educar con un estilo educativo positivo. Deberíamos centrarnos en
poner más atención positiva en aquellas conductas, cosas cotidianas o
tareas que nuestro hijo hace de forma correcta y elogiar la conducta de
tu hijo mediante frases positivas. Educar en un estilo positivo, también
supone poner límites a conductas inapropiadas, sin critica verbal y
pactar algunas tareas que le cuestan para disminuir su dificultad. Así
como hablarle con respeto y con cariño.
3. Promover la autonomía de tu hijo es básico en la elaboración de una
buena autoestima. Los niños que dependen del adulto para realizar sus
hábitos, muestran más dificultades para sentirse autónomos y seguros.
Delégales tareas de responsabilidad desde muy pequeños que estén
adecuadas en su edad. De este modo sentirán que su aportación es
importante, y por tanto, que ellos son importantes, además de aprender
a ser responsables y autónomos.
4. Reconocer sus cualidades y no hacer comparaciones con los
demás. En ocasiones nuestros hijos no cumplen las expectativas que los
padres esperamos de ellos. No pretendas que sean cómo tú quieras. Los
niños necesitan ser ellos mismos, encontrar su propia identidad y que
nosotros les ayudemos a encontrar sus habilidades. Buscar las propias
fortalezas de tu hijo y reconocérselas ayudará a que desarrolle su
identidad y una autoestima positiva. La comparación con las cualidades
de otros niños fomenta la competitividad que en ocasiones es perjudicial
para el desarrollo de la imagen ideal.
5. Las valoraciones positivas para desarrollar una autoestima positiva
no solo dependen de los padres, sino de las relaciones interpersonales
del entorno del niño y de las consecuencias positivas que se obtienen de
ellas. Promover las relaciones sociales ayuda al niño a desarrollar
habilidades sociales, a poner en práctica situaciones de interacción y
cómo resultado tener más probabilidades de experiencias positivas que
son clave en la construcción de la autoestima.
6. Expresa tu afecto hacia ellos, haz saber a tu hijo que le quieres y no
des por supuesto que ya lo debe saber. Cuando el niño sabe que su
cuidador no va a fallarle y se siente querido, aceptado y valorado crece y
desarrolla una seguridad que son los cimientos de la autoestima.
Ciertas actitudes y comportamientos de los padres hacia sus hijos están
asociados al desarrollo positivo de la autoestima; adaptando algunas de
estas estrategias podemos ayudar a potenciarla y en consecuencia
prevenir problemas de salud mental y conseguir estabilidad
emocional.

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