Este Lado Hacia Adentro. Fernando Sucari
Este Lado Hacia Adentro. Fernando Sucari
Este Lado Hacia Adentro. Fernando Sucari
En Este lado hacia adentro, Fernando Sucari anuda dos labores que moldean parte de
su vida adulta: el trabajo remunerado y el obrar artístico. Desde hace unos años,
Fernando oficia como montajista en galerías de arte y diversas instituciones. No
solamente dispone obras a una altura determinada, a distancias estipuladas entre
otros artefactos visuales, textos y epígrafes en una sala de exposición de acuerdo a un
diseño de exhibición sustentado en un relato curatorial, sino que también las
desembala con el cuidado necesario que esta acción requiere. Una labor a puertas
cerradas que involucra, necesariamente, una proximidad con materiales para su
puesta a punto como producto inscripto dentro de la esfera pública y política. A su
vez, Fernando es un agente activo dentro de la escena cultural. Administra su tiempo
no sólo con el propósito de gestionar recursos que solventen su cotidianeidad sino
también que le habiliten a cuidar energía, interés y deseo en el afán de continuar
investigando su práctica artística.
Este lado hacia adentro se hermana con la exposición Este lado hacia arriba que
Fernando realizó en LAR (Local de Artes Recientes) en 2022. Allí, dispuso un conjunto
de cajas de traslado de obras de arte que señalaban sus usuales indicaciones para
evitar que sean volteadas y, a su vez, a través de pequeños orificios en algunos de sus
lados dejaban ver escenas de corte íntimo y escala liliputiense, jugando con las
proporciones y configuraciones de narrativas ensoñadas. Como ejercicio de
continuidad, en esta muestra expone otro bucle más de su pensamiento artístico. Aquí
entonces, se da lugar a una dimensión del tiempo que se relaciona con las
expectativas de dilucidar el contenido de escenas que pivotea, en una primera
instancia, en la dinámica lejanía-cercanía.
Este lejos y cerca, esta distancia y proximidad, alberga una escena mayor de impronta
teatral de múltiples escalas, espacialidades y temporalidades que podría dividirse en
dos grupos. Uno compuesto por distintos tipos de materiales de trabajo como
tornillos, clavos, puntas atornilladoras, tarugos, martillos, etc., modificados en sus
escalas generando un efecto de extrañeza, de evocación surreal. El otro, como
escenas de primeros planos, son piezas tridimensionales que refieren a distintas
partes del cuerpo (cabezas y cráneos) y gotas.
Este lado hacia adentro diagrama con las implicancias del trabajo en una sociedad
inscripta en una sociedad capitalista. El lugar que nos ocupa en nuestras vidas
adultas. Las burocracias indispensables que lo rodean y que suponen la delimitación
de horarios de labor, la estipulación de honorarios justos, modalidades de
contratación legales, la manipulación de objetos con cuidado, condiciones de
seguridad… Trabajo y burocracia que moldean la administración del tiempo, energía y
deseo. A su vez, diagrama también con el lugar del arte en una sociedad inscripta en
el capitalismo. La pregunta por peso específico de la cultura en nuestra sociedad, el
obrar artístico y social de la imagen y el acceso a aquellas que albergan críticas a su
lugar en la actualidad.
Esta instalación propone una serie de preguntas capitales para nuestro contexto de
crisis: ¿qué es el trabajo?, ¿qué lugar ocupa en nuestras vidas?, ¿qué lugar tiene la
imagen artística en nuestra cotidianeidad? ¿Quién es la herramienta en nuestra
sociedad?