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Tema central: La Neurociencia

Tema: Neurociencia y Aprendizaje: Cómo el Cerebro Procesa y Retiene


Información”
“Se ha visto que cualquier aprendizaje que tenga emociones asociadas, el cerebro lo
interpreta como importante para la supervivencia, y en consecuencia lo almacena bien
almacenado por si algún día esta información le fuese de nuevo necesaria. Los
aprendizajes significativos son los que llevan emociones asociadas” (artículo titulado
“Cerebros digitales: La neurociencia del aprendizaje” de David Bueno en la página 6
con 46 palabras”)

“Las emociones clave para conseguir buenos aprendizajes son la alegría, que es una
emoción que transmite confianza en uno mismo y en los demás, y la sorpresa, que se
relaciona con la curiosidad y la búsqueda de novedades
(unos procesos que son cruciales para la adquisición voluntaria de nuevos
conocimientos)” (artículo titulado “Cerebros digitales: La neurociencia del aprendizaje”
de David Bueno en la página 7 con 50 palabras)

“Al entender cómo funciona el cerebro, los profesores están mejor preparados para
ayudar a los alumnos a aprender. La neurociencia propone algunas prácticas que pueden
ser implementadas dentro del salón de clases. Por ejemplo, en cuanto a la atención,
Willis (2009) y Jensen (2004) proponen el uso de pausas en los niveles de atención, ya
que después de cada nueva experiencia de aprendizaje se necesita tiempo para
“imprimir” el aprendizaje” (artículo titulado “Principios de Neurociencia aplicados en la
Educación Universitaria” en la página 1 con 70 palabras)

“Los avances en la neurociencia han proporcionado nuevas perspectivas para el


desarrollo de las funciones cognitivas. De acuerdo a Oliver (2011), esto es de gran
interés para los educadores que se ocupan de cómo aprenden los estudiantes. Este
trabajo pretende rescatar justamente los aportes de la neurociencia para mejorar el
aprendizaje de los alumnos. Finalmente, una cuestión importante en el debate sobre la
neurociencia educacional es la transferencia de pensamiento y hallazgos entre la
neurociencia y la educación (van der Meulen et al., 2015), facilitando con ello un
diálogo interdisciplinario constructivo” (artículo titulado “Principios de Neurociencia
aplicados en la Educación Universitaria” en la página 1 con 91 palabras)

“Pero bueno, habiéndote dicho eso, que existen estos compartimentos dentro de la
memoria, la distinción, cuando te pones a estudiarla en serio, no es tan tajante, porque a
veces… Yo te puedo decir: “Mirá, Lima es la capital de Perú”. Es un conocimiento, es
un hecho. Memoria semántica. Pero yo te puedo decir: “Yo me acuerdo cuando aprendí
que Lima era la capital de Perú, me acuerdo de mi profesora de Geografía que me dijo:
‘Bueno, fíjense, esto es Perú y la capital se llama Lima’”. Entonces ahí ya, ¿qué es?
¿Episódica o semántica? Porque yo me acuerdo del hecho de haber estudiado eso, de
haber aprendido eso, pero también tengo el conocimiento. Entonces es como que
tenemos estas subdivisiones dentro de la memoria, pero no son compartimentos
estancos, son cosas que a veces es difícil de categorizar” (documental titulado “Que nos
enseña la memoria” de Rodrigo Quian Quiroga en el minuto 8:25 con 138 palabras)

“El hipocampo, que se encuentra en las capas profundas del cerebro, no almacena los
aprendizajes, sino que los gestiona. Viene a ser como la lista de preferidos de un
buscador de Internet. En estas listas no se encuentran todas las páginas webs asociadas,
sino palabras significativas unidas a un enlace, y si las presionamos el enlace busca las
páginas asociadas y las abre en nuestra pantalla. El hipocampo hace otro tanto:
almacena dónde se encuentran las redes neurales que sustentan cada aprendizaje, y las
activa cuando necesitamos usar esa información, tanto si la queremos recabar
conscientemente como si es un acto preconsciente” (artículo titulado “Cerebros
digitales: La neurociencia del aprendizaje” de David Bueno en la página 4 con 102
palabras”)

“Se suele decir que el cerebro es un órgano extremadamente plástico, lo que significa
que va haciendo y rehaciendo constantemente sus conexiones. Está formado por unos
85.000 millones de neuronas (y por otras muchas más células acompañantes,
denominadas de la glía), pero el número absoluto de neuronas no es en sí mismo
importante.
Por descontado necesitamos un número mínimo de neuronas para funcionar como seres
humanos, pero tener 5.000 o 10.000 millones de neuronas más o menos no confiere
ninguna habilidad especial ni implica ningún déficit significativo. Nuestra vida mental
surge de las conexiones que establecen estas neuronas entre sí. Un cerebro humano
tiene, de media, unos 200 billones (200.000.000.000.000 o 2×1014) de conexiones,
aunque un cerebro estimulado —no sobre estimulado, puesto que la sobre estimulación
lleva al estrés, y el estrés, en concreto el crónico, disminuye la tasa con la que el cerebro
puede hacer nuevas conexiones— puede llegar a tener hasta 1.000 billones de
conexiones” (artículo titulado “Cerebros digitales: La neurociencia del aprendizaje” de
David Bueno en la página 2-3 con 163 palabras”)

“Hicieron la operación, H. M. se recupera de la cirugía, en principio parecía que estaba


todo bien. Todo normal. El tipo hablaba, pero resulta que venían los médicos nuevos,
salían y volvían a entrar y H. M. no sabía quién era. Entonces es como que vos lo
conocés a H. M. por primera vez, te presentás: “Mira, yo soy Rodrigo, yo soy médico,
que esto, que lo otro…” Es como que salgo, vuelvo. “Bueno, seguimos con el
cuestionario”. Y el tipo me dice: “Y usted quién es?” “¿Cómo ‘quién es’? Si acabo de
estar acá. ¿No se acuerda de mí?” O sea, él recién me vio. Y el tipo dice: “No, yo no lo
vi nunca en mi vida”. Este hombre no podía volver a formar nuevas memorias.
Entonces, a partir del estudio de H. M., sabemos que esta área, el hipocampo, es clave
para la memoria. Si vos sacás el hipocampo en un paciente, lo dejas amnésico. No
puede volver a formar recuerdos. Ahora acá viene lo más interesante. H. M. fue
estudiado durante casi 30 años por una psicóloga brillante canadiense llamada Brenda
Milner y ella hizo experimentos para ver qué podía hacer y qué no podía hacer H. M. Y
ella hizo un experimento que era tratar de hacer… seguir como el trazado de una
estrella, pero mirando su mano a través de un espejo. Entonces es como que vos estás
siguiendo… delineando una estrella, pero tenés que mirar a través del espejo. Es
bastante difícil porque va todo al revés, porque el reflejo obviamente está al revés. Pero
después de un par de un par de pruebas podés empezar a hacerlo, empezás a hacer bien.
Y lo que Brenda Milner se dio cuenta es que H. M. aprendía, podía memorizar esta
tarea, o sea, podía aprender. Es como que iba teniendo una especie de memoria de cómo
se hacía y cada vez mejoraba y mejoraba y mejoraba. Por supuesto H. M. no era
consciente de esto. Entonces, cada vez que Brenda le decía: “¿Podés dibujar la
estrella?” Y el tipo decía: “No, yo no puedo hacer eso”. Y de repente lo empezaba a
hacer y él se sorprendía a sí mismo, decía: “Pero ¿cómo yo puedo hacer esto?” Él no se
acordaba de haber estado aprendiendo esa tarea, pero lo aprendía. Entonces, la tarea de
delinear el contorno de una estrella mirando a través del espejo es una memoria
procedural, como aprender a atarte los cordones del zapato, como aprender a andar en
bicicleta. No es consciente. Y lo que se dio cuenta Brenda Milner es que este tipo de
memorias estaban preservadas, que no dependían de esta área, del hipocampo, mientras
que las memorias que formaba de sus experiencias o de cosas sí dependían del
hipocampo. Y ahí sí tenía problemas H. M. Y a partir de ahí, de 1950, 1957 creo que
fue, hacemos la gran distinción entre la memoria declarativa, que es la de nuestras
experiencias y todo eso, y la memoria procedural, que es más implícita, es inconsciente,
que son estas cosas que H. M. sí podía hacer, como andar en bicicleta, hacer el contorno
de una estrella o atarse los cordones de los zapatos” (documental titulado “Que nos
enseña la memoria” de Rodrigo Quian Quiroga en el minuto 10:13 con 533 palabras)

“Rodrigo Quian Quiroga. Sí, la pregunta es muy interesante, vos decís sueño y decís
dormir. Entonces, si vos encontrás neurocientíficos que se dediquen a esta área
específica, hay gente que se dedica a estudiar el dormir, ¿no? Qué te genera el dormir en
procesos cognitivos. Cuando vos le hablas del sueño, te dice: “No, momento, no, ahí no
me meto”. Tendemos a mezclar las dos cosas. Una cosa es dormir y otra cosa es soñar.
El papel del dormir en la cognición está recontravisto, está recontraprobado. Se sabe
que el hecho de dormir consolida memorias, te ayuda a afirmar recuerdos sobre todo lo
que viviste durante el día. Lo peor que puedes hacer es, si estás estudiando para un
examen, es quedarte estudiando toda la noche porque no tenés ese momento en donde
consolidás lo que estás aprendiendo, es lo peor que puedes hacer. Siempre te necesitás
dormir antes de ir a un examen, porque el hecho de dormir, y fíjate que digo dormir y no
digo soñar, ¿eh? O sea, trato de ser cuidadoso con la diferencia. El hecho de dormir te
ayuda a consolidar los recuerdos. Cuando vos generas una nueva memoria, la empezás a
consolidar, la vas consolidando, consolidando y consolidando. Hay hechos muy
puntuales que te muestran qué pasa cuando no consólidas la memoria. Por ejemplo, hay
un libro de neurociencia que empieza discutiendo el caso… Conocen el caso de Lady
Diana, que se murió con un accidente de auto y que el… creo que él seguridad o el
chofer, no me acuerdo, que sobrevivió. En el juicio, el tipo no podía decir lo que había
pasado. Es que no lo podía decir porque la memoria de lo que pasó no la llevó a
consolidar, porque estuvo grogui, o sea, estuvo inconsciente” (documental titulado “Que
nos enseña la memoria” de Rodrigo Quian Quiroga en el minuto 45:15 con 296
palabras)

“La memoria de reconocimiento se define como la capacidad para identificar un ítem o


evento como previamente experimentado. Los estudiosos de la cognición han dedicado
una gran atención especialmente a la memoria de reconocimiento visual en humanos,
primates y palomas [26]. Sin embargo, el interés por la memoria de reconocimiento en
roedores es relativamente reciente y sólo en la última década se ha desarro lado una
intensa investigación en el campo de las Neurociencias dirigida a estudiar las áreas y
circuitos cerebrales responsables” (libro titulado “Encuentros en neurociencias, Vol.II”
de Gámiz Ruiz, Fernando; Gallo Torre, Milagros; Vives Montero, Francisco en la
página 124 con 81 palabras)

“El efecto del daño de la corteza perirrinal afecta a la memoria ya que la lesión no
interfiere con la ejecución cuando se emplean dilaciones cortas de menos de cinco
minutos. Se trata, por otro lado, de un efecto selectivo sobre los procesos de memoria i
implicados en la tarea SOR, ya que el daño de la zona no altera la ejecución en tareas de
memoria espacial, como la tarea OLR” (libro titulado “Encuentros en neurociencias,
Vol.II” de Gámiz Ruiz, Fernando; Gallo Torre, Milagros; Vives Montero, Francisco en
la página 135 con 71 palabras)

“Del mismo modo, los estudios farmacológicos (revisados en [13]) confirman la


participación de la corteza perirrinal en los procesos de memoria implicados que
requieran información sobre la ocurrencia previa de un objeto, lo que es relevante tanto
en la tarea estándar SOR como en las modificaciones OPR y TOR. Aunque se requiere
más investigación, los efectos de la inyección en la zona de antagonistas
glutamatérgicos, colinérgicos y de canales de calcio dependientes del voltaje tipo-L
sugieren la presencia de al menos dos procesos de plasticidad sináptica disociables en el
tiempo que tienen lugar en la corteza perirrinal. Ambos procesos se suceden durante la
adquisición y se han propuesto como responsables del almacenamiento de la
información requerida en la memoria de reconocimiento de objetos. Asimismo, se están
identificando las cascadas intracelulares subyacentes a los procesos de consolidación en
la zona” (libro titulado “Encuentros en neurociencias, Vol.II” de Gámiz Ruiz, Fernando;
Gallo Torre, Milagros; Vives Montero, Francisco en la página 136 con 139 palabras)

“La corteza perirrinal parece jugar un papel crucial tanto en la memoria de


reconocimiento visual como gustativa, aunque pueda existir regionalización funcional y
se requiere más investigación para explicar las discrepancias en torno al proceso
específico que sustenta” ( libro titulado “Encuentros en neurociencias,Vol.II” de
Gámiz Ruiz, Fernando; Gallo Torre, Milagros; Vives Montero, Francisco en la página
142 con 39 palabras)

“Los conceptos teóricos que fundamentan la terapia neural tienen puntos de encuentro
con la neurociencia actual, en especial en lo relacionado con la concepción de la
enfermedad y con la concepción del sistema nervioso. Para la terapia neural cualquier
evento que ocurra en el organismo puede tener correlaciones con la emocionalidad y la
esfera mental del individuo, concepto que comparte con Kurt Goldstein (neurólogo
alemán), quien considera que cualquier actividad física afecta la personalidad, la mente
y las emociones del individuo, y viceversa; además, Goldstein afirma que el organismo
está en relación con el ambiente cambiante, lo que hace que el cerebro no se comporte
como un órgano aislado cuyas funciones son estáticas y localizadas, sino como una
estructura que también se modifica con el ambiente; esta característica lo convierte en
un órgano creativo y dinámico”(artículo titulado “Los principios de la terapia neural
desde los fundamentos del nervismo hasta la neurociencia actual” en la página 1 con
138 palabras)

“La atención es la encargada de realizar el proceso de selección de la información


dentro del sistema nervioso, siendo el elemento fundamental que articula todos los
procesos cognoscitivos, dirigiendo y seleccionando la información que se va a procesar.
De acuerdo a Bruning et al. (2012), la atención se refiere a la asignación de recursos
cognitivos que hace una persona frente a una tarea. Estudios previos sobre atención
(Riccio et al., 1994) han mostrado que los seres humanos estamos muy limitados en el
número de cosas a las que se pueden prestar atención al mismo tiempo. Dentro del
proceso atencional, la atención selectiva, es decir la función cognitiva encargada de
focalizarnos e ignorar la distracción, es necesaria en el proceso académico de
aprendizaje (Stevens y Bavelier, 2012). Es un proceso que permite seleccionar y
focalizar un estímulo en particular para un procesamiento posterior mientras se suprime
información irrelevante o distractores. Cuando la atención se dirige hacia los atributos
de un estímulo o hacia determinada información, se identifica un incremento en la
actividad de las áreas corticales de asociación que procesan determinado estímulo o
información (Gazzaley y Nobre, 2012; Booth et al., 2003)” (artículo titulado “Principios
de Neurociencia aplicados en la Educación Universitaria” en la página 1 con 191
palabras)

“Capacidad de adquirir hábitos: Se considera como hábito la adquisición de una


disposición para realizar una acción, bajo una condición determinada. Según Peirce, la
capacidad de adquirir hábitos permite que los fenómenos ocurran de forma regular y
que cada proceso tenga un propósito. En el ser humano el sistema nervioso ejerce el
papel coordinador de todos los hábitos” (artículo titulado “Principios de Neurociencia
aplicados en la Educación Universitaria” en la página 1 con 58 palabras)

“Nervismo: El sistema nervioso es el coordinador e integrador de todos los procesos


fisiológicos y patológicos del organismo, el cual, además, determina el comportamiento
de los seres humanos y de los animales en su relación con el ambiente” (artículo titulado
“Principios de Neurociencia aplicados en la Educación Universitaria” en la página 1 con
38 palabras)

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