T.8 Memoria y Procesos Del Aprendizaje

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T.

8 APRENDIZAJE NO ASOCIATIVO

En el tema anterior vimos que las teorías clásicas del aprendizaje se basan en la asociación
entre estímulos y respuestas.

El condicionamiento clásico refleja la creación de una asociación entre un estímulo y una


respuesta, mientras que el condicionamiento instrumental describe la adquisición o inhibición
de una conducta en función de sus consecuencias. Se trata, por tanto, de aprendizajes
asociativos de los cuales hablaremos con más detalle en el próximo tema.

Sin embargo, la asociación entre estímulos y respuestas no es la única forma en que


aprendemos a adaptarnos al mundo; hay otro tipo de aprendizaje más simple, discreto, con un
gran poder adaptativo y presentes en todos los dominios de la vida animal. La característica
esencial de este tipo de aprendizaje es que no es asociativo, es más bien un proceso de
adaptación a un estímulo del entorno relativamente aislado.

La habituación, la sensibilización y la preparación son formas de aprendizaje no asociativo que


nos permiten adaptarnos al entorno y que están en la base de los mecanismos que también
hacen posible el aprendizaje asociativo.

HABITUACIÓN

La habituación es un proceso muy común en nuestra vida cotidiana. Como su nombre indica,
nos permite habituarnos a las condiciones del entorno.

La habituación nos permite aprender a tolerar los ruidos molestos o los olores desagradables.
Si alguna vez te has mudado de casa habrás experimentado que las primeras noches oyes más
ruido de lo normal, en cambio a las dos o tres noches comienzas a habituarte a esos ruidos. Lo
mismo sucede a las personas que se mudan a zonas cercanas a granjas de animales o a fábricas
que desprenden olores intensos, con el tiempo se habitúan a esos olores.
El proceso de habituación se ha estudiado en los laboratorios observando la reacción de
animales y personas a estímulos fácilmente controlables. Algunas formas de estudiar la
habituación son:

- El reflejo de sobresalto: El sobresalto es una respuesta de alarma defensiva presente


en la mayoría de los animales, ante un ruido fuerte casi todos los animales reaccionan
con una respuesta refleja similar a la que realiza una rata en un laboratorio. Si el ruido
se presenta de manera repetida cada minuto durante el tiempo suficiente, la
respuesta refleja de la rata disminuye hasta desaparecer. Igual le sucedería al pato en
el coto de caza si consiguiéramos que se mantuviera cerca de los disparos, e igual le
ocurre al agricultor que vive a los pies de un volcán que cada cierto tiempo hace
temblar la tierra.
- La respuesta de orientación: La habituación también se ha estudiado por medio de la
reacción innata de la mayoría de los animales ante un estímulo novedoso o
desconocido. La respuesta de orientación es la reacción de seguir con la mirada
durante unos segundos un estímulo visual desconocido.

Cuando la habituación desaparece…:

El efecto de habituación no tiene por qué ser permanente. Al efecto por el que se recupera
una respuesta inhibida por la habituación se conoce como recuperación espontánea.

La investigación ha permitido identificar los factores que influyen en la rapidez con que nos
habituamos a un estímulo y el tiempo que dura la habituación. La intensidad del estímulo, así
como la frecuencia y duración de la exposición influyen en la rapidez y duración de la
habituación.

La deshabituación hace referencia a la reanudación de la respuesta cuando se presenta un


nuevo estímulo (recordemos que la habituación tiene una especificidad al estímulo que la
produce, no generalizándose a otros estímulos).

- Por ejemplo, en la respuesta de orientación decimos que se produce la habituación


cuando la respuesta de orientación se inhibe tras presentar varias veces el mismo
estímulo, pero al cambiar el estímulo antiguo por uno nuevo se produce
deshabituación, es decir, la respuesta de orientación vuelve a aparecer para otro
estímulo. La deshabituación ha sido importante para confirmar que la inhibición de
una respuesta previa se debe realmente a la habituación y no a otros factores, como
por ejemplo pérdida de atención, distracción, etc.
La habituación y la deshabituación también han sido estudiadas en la conducta sexual de los
animales. Cuando se empareja en una jaula una rata macho con una rata hembra copulan
varias veces durante unas cuantas horas hasta llegar a un punto en el que paran. Sin embargo,
si se introduce una nueva rata hembra el macho copulará de nuevo con la nueva hembra.

Este efecto de deshabituación de la respuesta sexual y la disposición a mantener relaciones


sexuales ante la presencia de nuevos compañeros receptivos se conoce como efecto Coolidge,
y ha sido evidenciado en multitud de especies de mamíferos, siendo más frecuente entre los
machos que entre las hembras.

SENSIBILIZACIÓN

La sensibilización es el fenómeno opuesto a la habituación e implica un incremento en la


probabilidad (o frecuencia) de la respuesta de un organismo a un estímulo.

En la vida diaria podemos ser conscientes de este fenómeno de sensibilización. El hecho de ver
en la televisión noticias sobre la delincuencia callejera nos puede hacer más sensibles a
cualquier tipo de encuentro fortuito con un desconocido en la calle a deshoras. La
sensibilización, al igual que la habituación, también se ha observado e investigado en una gran
variedad de especies animales, pero se han encontrado ciertas diferencias en el modo en que
se producen y mantienen la sensibilización y la habituación:

- La sensibilización se genera con menos exposiciones que la habituación y su efecto, en


general, se mantiene por más tiempo, pero no es permanente (Borszcz et al., 1989;
Davis, 1972).
- A diferencia de la habituación, la sensibilización es menos específica del estímulo, la
exposición a un estímulo de sensibilización, como por ejemplo una descarga eléctrica,
hace que el animal sea más sensible a cualquier tipo de estímulo posterior, mostrando
la conducta de sobresalto con mayor facilidad (Davis, 1989).
En los seres humanos se ha empleado como indicador de sensibilidad la respuesta de
conductividad de la piel (RCP) ante emociones como la ansiedad, el nerviosismo, el miedo o la
sorpresa. Lang et al. (2000) comprobaron la generalización de la sensibilización midiendo las
alteraciones de la conductividad de la piel.

1. Primero comprobaron que la presentación de un tono musical generaba una alteración


leve de la RCP.
2. Luego comprobaron que un ruido fuerte generaba una respuesta de sobresalto que se
acompañaba de una alteración fuerte de la RCP.
3. Si posteriormente al ruido fuerte se presentaba un tono musical la alteración de la RCP
era mayor que al principio.

Se deduce que el ruido sensibilizó la respuesta de sobresalto al tono.

PRIMING O PREPARACIÓN

El efecto de priming, del que se ha dado cuenta en el estudio de la memoria, puede


considerarse un tipo de aprendizaje no asociativo por el cual la exposición previa de un
estímulo facilita la posterior identificación de ese mismo estímulo o estímulos relacionados
(Graf, et al., 1984).

El efecto de priming también ha podido ser contrastado con animales. En este sentido son muy
interesantes los resultados hallados por Bond y Kamil (1999), que comprobaron un efecto de
priming visual en las urracas identificando más rápidamente una especie específica de polillas
que habían “primado” frente a otras, es decir, las observaciones recientes de una clase de
polilla preparaban la habilidad de las urracas para reconocerla posteriormente.

APRENDIZAJE PERCEPTUAL

Hasta ahora se han mostrado algunas formas de aprendizaje no asociativo que se caracterizan
porque la mera exposición repetida a un estímulo puede dar lugar a un incremento o
disminución de la conducta o a su reconocimiento posterior. No obstante, se ha comprobado
que la exposición repetitiva a una serie de estímulos también puede generar un aprendizaje
perceptual, es decir, modificar el modo en que percibimos estímulos nuevos similares,
facilitando su identificación y discriminación.
Los experimentos de Gibson y Walk (1956) son un claro ejemplo de aprendizaje por simple
exposición. Estos investigadores criaron desde el nacimiento a dos grupos de ratas en jaulas
rodeadas por una pared blanca de cartón. En las paredes de la jaula del grupo experimental los
investigadores colocaron cuatro figuras de metal, dos triángulos y dos círculos fuera del
alcance de las ratas que los investigadores movían e intercambiaban de posición para asegurar
que las ratas no generaban ningún tipo de asociación con comida o preferencias de ubicación.
Las ratas del grupo control nunca vieron estas figuras.

los noventa días de crianza se entrenó a las ratas del grupo control y del grupo experimental
para que aprendieran a discriminar entre un triángulo y un círculo similares a los que habían
visto las ratas experimentales, reforzando con comida las respuestas ante el círculo, pero no
ante el triángulo y viceversa. Las ratas del grupo experimental aprendieron más rápido que las
del grupo control a discriminar entre ambas figuras, de lo que se deduce que la mera
exposición desde el nacimiento había producido un aprendizaje perceptivo que facilitó el
entrenamiento de discriminación.

APRENDIZAJE ESPCIAL

Tal y como comentamos en el tema anterior, Tolman demostró que las ratas podían adquirir
una representación mental de los laberintos sin refuerzo (Tolman y Honzik, 1930), lo que
supone un tipo de aprendizaje no asociativo.

Recordemos que Tolman y Honzik introdujeron bloqueos en el laberinto que obligaban a las
ratas a buscar rutas alternativas hacia la meta donde les esperaba la recompensa, también
modificaban el punto desde donde comenzaba las ratas. Tolman observó que las ratas que
habían estado expuestas al laberinto antes de las transformaciones eran capaces de tomar
rutas alternativas de una forma más rápida que las ratas que no habían estado expuestas, lo
que implicaba que las ratas habían adquirido una representación psicológica del laberinto o
mapa cognitivo sin ningún tipo de refuerzo.

Los animales, y en este caso las ratas, al igual que los humanos, pueden aprender puntos de
referencia. Señales como la decoración de las paredes, las ventanas o los puntos de luz del
techo que pueden observar las ratas por encima de las paredes del laberinto les sirven de
orientación para saber en qué zona del laberinto están o en qué zona han encontrado la
recompensa. Las ratas que han estado expuestas en el laberinto antes del entrenamiento con
refuerzos han tenido más tiempo para aprender estas señales de orientación.
MODELOS DE APRENDIZAJE NO ASOCIATIVO

Como se ha comprobado, la habituación, la sensibilización y el aprendizaje perceptual y


espacial se caracterizan porque no son asociativos, es decir, no implican ningún tipo de
asociación entre estímulos o entre estímulos y respuestas, sino que lo único que se observa es
una modificación en cómo el organismo percibe o reacciona a un estímulo concreto.

No existe un consenso entre los investigadores sobre qué procesos cognitivos subyacen a este
tipo de aprendizaje, se han propuesto distintas alternativas entre las que destacan tres: la
teoría del proceso dual, la teoría de la diferenciación y la teoría de modelos comparadores.

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