El Impacto de Las Redes Sociales en La Salud Mental de Los Adolescentes

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EL IMPACTO DE LAS REDES SOCIALES EN LA SALUD MENTAL DE LOS

ADOLESCENTES.
Karol Quetzalin Reséndiz Ángeles
3°A

Debido al gran avance tecnológico y a los procesos de globalización, el mundo se


ha visto permeado de diversas creaciones e innovaciones que han permitido facilitar
la vida de los seres humanos en diferentes tareas cotidianas, el ejemplo más claro
por supuesto es el internet. Gracias a esta creación ahora es más rápido y eficaz
conectarnos y comunicarnos con muchas personas a lo largo y ancho del planeta,
surgiendo así ya no solo una vida en el mundo físico, sino también una vida virtual.
Y es entonces cuando nacen las redes sociales, consecuencia directa de la creación
del internet, un proyecto que poco a poco fue evolucionando, pasando por diferentes
manos y acercando a los usuarios a relaciones parasociales que se sienten casi
reales.

Es por lo anterior que vale la pena indagar en este mundo virtual, entender como
los más jóvenes han logrado establecer relaciones a través de las pantallas y de
alguna forma, entender el impacto positivo o negativo que han traído las redes
sociales a su vida, dentro y fuera de sus dispositivos electrónicos pero sobre todo
en cuanto a temas de salud mental, el siguiente escrito tiene el objetivo de realizar
este análisis y al final poder generar una postura basada en opiniones expertas,
estudios y demás datos necesarios para explicar al fenómeno de las redes sociales.

Ahora bien, en necesario acercarse a definir lo que es una red social, según la Real
Academia Española, RAE (2023) la define como “Plataforma digital de
comunicación global que pone en contacto a gran número de usuarios”.
Originalmente la primera red social existente, según se tiene registro, es en el año
1997 con Andrew Weinreich creador de “SixDegrees” que era una plataforma que
permitía a los usuarios crear sus perfiles, conectarse con otras personas y así crear
listas de amigos, algo quizá ya muy familiar en tiempos actuales, quizá muchos
dirían básico pero que en aquel año definitivamente parecía ser innovador, un
proyecto ambicioso y quizá en boca de otros escalofriante o inútil, como sea ahora
parece nada.

Algo innegable es que esta red social fungió como precursora de proyectos similares
e incluso más innovadores en años posteriores, ejemplos de estas plataformas son
Friednster, hi5, Orkut, o MySpace, es precisamente esta última plataforma la que
ejemplifica el increíble alcance e influencia en la sociedad de aquel entonces, pues
al ser un sitio flexible los usuarios conectaban con otros, personalizaban sus
páginas personales con colores, imágenes, tipos de letra, agregando comentarios,
vídeos, música, gifs, etc., muchas celebridades tuvieron un acercamiento a la fama
virtual, bandas y músicos independientes dieron a conocer sus nombres y dieron
inicio a una carrera musical que hasta hoy siguen en el medio artístico.

Sin embargo, “todo lo que sube tiene que bajar”, si quieres seguir vigente sobre todo
en el mundo virtual debes crear, innovar y adaptarte a los cambios, resistirte a ello
lleva al estancamiento, es una ley no escrita sobre el internet y sobre cualquier
tecnología, ya que las anteriores plataformas eventualmente fueron reemplazadas
por Facebook, LinkedIn, WhatsApp, Instagram, Twitter (hoy X), Pinterest, TikTok,
Snapchat, etc., cada una con diferentes funciones, con algunos aspectos similares
pero que se dejan distinguir entre ellas.

El resultado de lo anterior es precisamente que la población “usuaria” de internet


poco a poco comenzara a acercarse a estas nuevas tecnologías y construyendo
relaciones virtuales en todo el globo terráqueo de forma digital. Los principales
objetivos de estas redes son los más jóvenes, desde niños hasta adultos jóvenes y
también y quizá en menor cantidad adultos más grandes. Todos conectados por
diferentes razones, que van desde el entretenimiento, hasta razones educativas o
laborales. En nuestro país, México, al menos un 91.5% (35.3 millones) de personas
jóvenes son usuarios de internet, de acuerdo con los datos de la Encuesta Nacional
sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares
(ENDUTIH) en 2021 realizada por el INEGI y de acuerdo a Naciones Unidas (2023)
“Sin duda la juventud es la mayor impulsora de la conectividad a nivel mundial. Un
79 % de los jóvenes de entre 15 y 24 años tenían conexión a internet en 2023, en
comparación con el 65% del resto de la población mundial.”

Para explicar lo anterior debemos acudir a las diferentes situaciones que la


pandemia del COVID-19 trajo a muchos jóvenes y sus familias, ya que para que las
tareas del trabajo y la escuela siguieran caminando fue indispensable la tecnología,
videollamadas, servicio de mensajería electrónica, y definitivamente el uso de
plataformas como Classroom, espacio en donde los niños debían entregar sus
trabajos. La vida de muchos había cambiado, y era incierto hasta cuando terminaría,
muchos adaptaron algún espacio en su casa para algún dispositivo electrónico,
desde laptops, tabletas o celulares, con auriculares, bocinas, cámaras que
mejoraran la calidad de imagen, servicios de internet más eficaz y veloz, todo para
seguir en contacto, y permitir que la sociedad no se estancara a nivel laboral, escolar
y sobre todo económicamente

La pandemia dio a conocer plataformas como TikTok, en la tesis “Educación,


pandemia y TikTok” se menciona lo siguiente sobre la relevancia actual de esta
aplicación comparada con otras:

En palabras simples, TikTok es una aplicación para dispositivos móviles que


permite crear y compartir videos cortos de entre tres y 60 segundos, con
música, filtros y otras características, que compite directamente con
plataformas como YouTube, Instagram y Facebook.

De este modo, se posiciona como la séptima red social más popular a


nivel global, ya que suma dos mil millones de descargas en todo el mundo
(Sensor Tower, 2020) y 800 millones de usuarios activos al mes, y se ubica
por encima de aplicaciones como Snapchat y Twitter. (García-Hernández,
2021, p.7)

Si algo demostró esta plataforma en definitiva es lo problemático que puede llegar


a ser internet cuando no hay una clara responsabilidad sobre el contenido que se
comparte y se publica y también habla mal del poco control que existe en los padres
y en las aplicaciones, desde su funcionamiento, ya que en medio de la crisis
sanitaria se hicieron virales, audios, vídeos o “trends” que reflejaban la increíble
decadencia de salud mental en los jóvenes, ya que al sentirse “atrapados” en su
casa sin salir pudieron sentir ansiedad y decidieron compartirlo con la comunidad
de internet que en cierta manera les apoyaba en su situación o que de forma
lamentable, propiciaba a las burlas de otros usuarios.

Y a pesar de que dar visibilidad a los problemas de salud mental no es malo, pues
usar las redes y la influencia en internet permite que la población se entere de la
información y de las formas ayudar a alguien en situaciones similares o a uno
mismo, es necesario verificar la información que es compartida y es viral en las
plataformas, sobre todo en temas de salud ya que muchas personas podrían
hacerse pasar por “médicos, psicólogos, abogados, nutricionistas, etc.”, otorgando
información desinformada e irresponsable a los usuarios, en gran cantidad,
menores de edad.

En redes sociales, también se han propiciado problemas de deperesión, ansiedad,


bulimia y anorexia, u otras enfermedades como el tourette, autismo, estrés
postraumático, entre otros, pero no como información útil, sino en un sentido
romantizado, hablando de lo “divertido”, “gracioso” o “interesante” que es vivir con
estas enfermedades, algo totalmente incorrecto desde una perspectiva crítica o de
alguien que realmente la ha pasado mal por estas enfermedades, pero eso no es
un pensamiento unánime, los adolescentes se sientes comprendidos, o
identificados con este contenido, afirmando tener algo que nunca ha sido
diagnosticado por un psicólogo o psiquiatra, por un verdadero profesional.

Respecto a esto especialistas clínicos mencionan lo siguiente:

La manera en que los adolescentes utilizan las redes sociales también podría
determinar su impacto. Por ejemplo, ver ciertos tipos de contenido puede
aumentar los riesgos para la salud mental de algunos adolescentes. Esto podría
incluir contenidos que muestren lo siguiente:

• Actos ilegales.
• Autolesiones o daños a otras personas.
• Fomento de hábitos relacionados con trastornos alimenticios, como hacer
una purga o comer de forma restrictiva.

Estos tipos de contenidos pueden ser aún más arriesgados para los
adolescentes que ya tienen una enfermedad mental. La exposición a la
discriminación, el odio o el acoso cibernético en las redes sociales también
puede aumentar el riesgo de ansiedad o depresión. (Mayo Clinic, s.f.)

Otro efecto negativo es como muchos adolescentes han experimentado


inseguridades y baja autoestima debido a las “caras bonitas y cuerpos perfectos en
internet”, modelos, influencers, cantantes, actrices, actores, compartiendo sus
rutinas de ejercicio, formas de alimentarse, sus casas, lujos, fiestas, el alcohol y los
excesos, cosas de su vida cotidiana. Y aunque en internet se puede compartir lo
que sea por libertad de expresión, en realidad, también puede llevar un mensaje
algo tóxico a los jóvenes, ya que hace creer que la vida debe ser así, que deben
vivir antes de morir, probar de todo y no esperar de forma correcta a cada etapa de
vida.

Muchas chicas y chicos se sientes apartados, o aislados de una sociedad “cool” ya


que aparentemente ellos no se pueden ver igual y vivir lo mismo que las personas
de internet, se sientes frustrados y deprimidos por no alcanzar los estándares de
belleza mostrados en internet, cuando en realidad y en muchas veces suele ser un
mundo distorsionado, un montaje o falsedad.

Actualmente hay cosas que preocupan a la sociedad respecto a ciertas situaciones,


y se resumen de la siguiente forma:

Si analizamos las preocupaciones asociadas a las redes sociales y la salud


mental, la mayor parte de los riesgos descritos en la literatura pueden englobarse
en tres grupos principales;

1. Los que se refieren a la intensidad de uso, el tiempo dedicado a las


pantallas, donde la preocupación radica en la reducción de los círculos
sociales o el bienestar psicológico: aislamiento, soledad, síntomas
depresivos, ansiedad, problemas con el sueño, adicción...
2. Los que se relacionan con un empeoramiento de otros trastornos
mentales por el contenido visualizado en las redes: autolesiones,
trastornos alimenticios, suicidio, consumo de sustancias, ...

3. Los que prestan atención en las redes como herramienta para


cometer delitos, conductas que perjudiquen a los demás o los
riesgos que puede tener para la seguridad del propio usuario: acoso
escolar y online, riesgos derivados de la privacidad, la confidencialidad y
la divulgación de información confidencial, información engañosa...
(Flores, 2024)

Si bien es cierto, las redes sociales ofrecen muchas oportunidades de aprendizaje,


y deja que los adolescentes desarrollen una personalidad a partir de la nueva
información obtenida en internet, no siempre el uso de las redes es precisamente
un uso responsable usado para aprender, sino más bien para situaciones negativas.

Esto se debe al contenido, en muchas ocasiones el contenido que llega a las


pantallas de muchos usuarios es ciertamente alarmante, puede ser desde
información engañosa o directamente falsa, vídeos, imágenes de carácter violento
o con contenido sexual explícito, que eventualmente y aunque suela ser casi
indetectable, consumir esa información produce un deterioro en nuestra salud
mental y afecta negativamente la percepción y sensibilidad ante ciertas situaciones
en la vida humana.

Otro aspecto en el que las redes sociales afectan a los jóvenes es en cuanto a sus
relaciones interpersonales, ya que en su percepción sobre sus relaciones
emocionales se vuelve un espiral de emociones negativas, debido a la fuerte
exposición ante mensajes de toxicidad y de poca responsabilidad afectiva,
alejándolos de sus seres queridos.

Molina, Toledo y Peña citan a Katz y Rice (2005) explicando los dos extremos de
las relaciones interpersonales a nivel virtual:

En el sentido específico de las relaciones personales, indican que un


postulado utilizado comúnmente por los detractores de las tecnologías
nuevas, es el hecho de que crean relaciones interpersonales superficiales,
basadas en hipocresía y muchos casos desconocimiento real de quien está
al otro lado de la pantalla.

Sin embargo, esto no se justifica con la vivencia de los adolescentes


quienes han desarrollado la capacidad de reconocer niveles de amistad
dentro de una red social. Un adolescente conoce un perfil que le pueda ser
nocivo y puede obviarlo de sus listas. Por otro lado, si el perfil es de un gran
amigo con quien comparte su vida fuera de la red también, lo que hará la
tecnología es afianzar esos lazos, ya que les permite estar juntos incluso
cuando se han separado, a través de una computadora o un dispositivo móvil.
(pp. 31-32).

En base a lo ya mencionado anteriormente, podemos ver una evidente catástrofe


cibernética en cuanto a nuestros adolescentes y la vida cotidiana relacionado
activamente con su salud mental, entonces, a todo esto ¿Cuál es la solución?

La realidad es que aislar a los chicos de todo dispositivo electrónico ya no es una


opción, al principio se planteó la idea de la globalización, ya que los cambios
económicos siempre traen tecnología y con ello llega la transformación de la vida
cotidiana a una más virtual, es por ello que parece ya algo improbable seguir
nuestras vidas totalmente desconectados, quizá algunos puedan decir que es fácil,
pero la pandemia no enseño que no es así.

Así lo menciona Rodríguez (2023), “La globalización tecnológica es la integración


de los avances y herramientas técnicas alrededor del mundo, gracias al intercambio
de conocimientos o actividades entre diferentes países que generan ventajas y
beneficios a las personas en varios ámbitos: desde el aprovechamiento de materias
primas hasta la calidad de vida.”

La respuesta está en diferentes áreas estratégicas, en este caso puedo proponer a


los padres como un primer filtro. Es entendible que muchos padres trabajen y que
por las mismas preocupaciones de la vida adulta sea cada vez más difícil realizar
una convivencia completa con sus hijos, sin embargo, es importante que los padres
abran un espacio de vigilancia segura a sus hijos, esto mediante control parental,
que son opciones agregadas ahora a muchas aplicaciones, limitar el uso de las
redes sociales, durante el día para tareas, en la tarde por entretenimiento, revisar
que páginas visitan sus hijos y quizá integrarse a ese contenido, cuestionar de forma
respetuosa el porque de ese contenido, dejar que tengan su privacidad no implica
dejar en abandono por completo la responsabilidad, hay que educar sobre que
contenido es el más idóneo para consumir, estar al tanto de las nuevas
actualizaciones, crear un ambiente de confianza y por su puesto estar atentos a
cualquier contenido no apto para menores.

Respecto a la edad ideal para usar las redes sociales (Kaspersky, s.f) menciona al
respecto:

Con respecto al uso de las redes sociales, muchos padres y niños pueden
preguntarse cuál es la edad adecuada para empezar a usar estas
plataformas. La mayoría de las plataformas, incluyendo Instagram y TikTok,
exigen que los usuarios acepten términos y acuerdos legales que declaran
que el usuario tiene al menos 13 años de edad. Pero la realidad es que
muchos niños acceden a las redes sociales incluso antes de estar legalmente
autorizados a hacerlo.

Al considerar las normas de las redes sociales para preadolescentes,


los padres deben tener en cuenta la madurez y la alfabetización digital de sus
hijos. Por eso, es esencial que tanto padres como hijos hablen sobre las
redes sociales y establezcan pautas para usar estas plataformas.

La siguiente área estaría cubierta por los centros educativos, ya que las escuelas
podrían mostrar la información necesaria a los alumnos para evitar alguna mala
experiencia con el uso de redes sociales, llevando hasta ellos voces
experimentadas a modo de conferencias y talleres como psicólogos, profesionales
en áreas de protección de datos a nivel informático, como personas dedicadas a la
ciberseguridad, o quizá otros usuarios.
En otro extremo por supuesto está la responsabilidad de cada plataforma y los
gobiernos, creo en definitiva que el estado debe tener un control sobre los datos
compartidos a nivel tecnológico en su nación, no a modo de espionaje claro, pero si
como controles de seguridad, regulando legalmente a las plataformas permitidas en
su país, estando al tanto de lo más nuevo y acercando de forma responsable la
tecnología al público joven. Las plataformas así deberán seguir no solo sus normas
de seguridad, sino también las leyes del estado, en cuanto se violen las normas de
protección a jóvenes y usuarios de internet, inmediatamente deberá haber una
sanción. El concepto que engloba a esta legislación es la “ciberlegislación”.

(Kaspersky, s.f.), menciona lo siguiente al respecto:

La ley de Internet, a veces llamada ciberlegislación, se refiere a los principios


y normativas legales que rigen el uso de Internet. Las leyes de Internet no
siempre son claras y sencillas por los siguientes motivos:

• El Internet es relativamente nuevo y continúa evolucionando, lo que


significa que es difícil actualizar los marcos legales.

• Las leyes de Internet a menudo incorporan y aplican principios


provenientes de diferentes campos legales, como leyes de privacidad o
leyes de contratos, que son anteriores al Internet y pueden estar abiertas
a interpretación.

• No existe una única ley que regule la privacidad en línea. En cambio, se


aplica un conglomerado aleatorio de leyes federales y estatales. Además,
las distintas jurisdicciones alrededor el mundo pueden tener diferentes
interpretaciones sobre cómo aplicar las leyes de privacidad en Internet.

Y es entonces, que gracias a estas áreas estrategias, que funcionaran como un


efecto domino, es decir uno como consecuencia del otro, entonces se cubriría la
última parte, es decir la responsabilidad individual, la de cada usuario de internet.

Los jóvenes serían más responsables, conociendo las ventajas y riesgos en redes
sociales se abre la posibilidad del consumo crítico y responsable, abre campo a la
denuncia virtual ante actos negativos e incluso la denuncia ante la justicia.
Mediante el concepto de responsabilidad digital es posible lograr un uso adecuado
de redes sociales como lo menciona (Smile and Learn, 2023):

La responsabilidad digital se refiere a la forma en que utilizamos las


tecnologías digitales de manera segura, ética y responsable. Implica
entender el impacto de nuestras acciones en línea y tomar decisiones
informadas para protegernos a nosotros mismos y a los demás.

Es fundamental enseñar a niños y niñas desde una edad temprana


que su identidad en línea es tan importante como su identidad fuera de
Internet; explicarles que cualquier cosa que compartan en línea puede
permanecer allí indefinidamente y puede tener consecuencias en su vida
personal. Por eso, enseñarles a proteger su privacidad en línea es
fundamental. Esto incluye utilizar contraseñas seguras, no compartir
información personal con extraños, etc.

Es por ello que creo que reducir la solución a “vivir sin las redes” me parece una
solución ineficaz y de un pensamiento ya muy del pasado, que hubiera funcionado
hace mucho tiempo, pero ahora no, lo mejor es la conscientización desde la
profesionalidad y la educación virtual. Una correcta educación virtual que lleve a
que los más jóvenes se sientan seguros y libres para expresarse y consumir las
redes sociales.
Bibliografía:

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comportamiento de los adolescentes, estudio a realizarse en cuatro colegios de la
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