Seguridad Prevención
Seguridad Prevención
Seguridad Prevención
SEGURIDAD PREVENCIÓN
DE RIESGOS LABORALES
Riesgos Laborales
INDICE
CONCEPTOS BÁSICOS SOBRE SEGURIDAD Y SALUD EN EL
TRABAJO
FAC-TORES DE RIESGO.
2. Factores de riesgo
1. Accidente de Trabajo
2. La enfermedad profesional
EN LA MATERIA
Salud laboral
FACTORES DE SEGURIDAD
Módulo Seguridad Prevención de
Riesgos Laborales
LABORAL.
1. La carga de trabajo
2. Organización de la empresa
1. Planes de emergencia
PRIMEROS AUXILIOS
ACTUA-CIÓN
DE INTERVENCIÓN
2. Procedimientos de intervención
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3) Los factores físicos a los que los trabajadores se ven sometidos con mayor frecuencia
son: ruido, vibraciones, calor, frío y los incendios y las explosiones.
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4) El ruido es todo aquel sonido no deseado y molesto que afecta a cualquier persona
por igual.
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6) Los factores relacionados con la carga de trabajo pueden ocasionar: fatiga física o
fatiga mental.
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8) El Plan de emergencia que tiene como objetivo la actuación en caso de emergencia en
el interior del recinto de la empresa se denomina: Plan de emergencia empresarial.
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PRIMER AUXILIOS
I. LOS PRIMEROS AUXILIOS. CRITERIOS GENERALES DE ACTUACIÓN
1. Los primeros auxilios
El art. 20 LPRL, establece que todos los empresarios tienen la obligación de analizar las
posibles emergencias que puedan presentarse en sus lugares de trabajo y adoptar, entre
otras medidas, las que en materia de primeros auxilios ponga de manifiesto dicho análisis,
así como la de disponer de los medios que, como mínimo, marca la normativa de
prevención de riesgos laborales para facilitar la asistencia de los primeros auxilios.
Por su parte, el art. 10 del RD 486/1997, de 14 de abril, sobre disposiciones mínimas de
seguridad y salud en los lugares de trabajo, obliga a los empresarios que realicen
cualquiera de las actividades objeto del ámbito de aplicación de dicho real decreto a
disponer del material y, en su caso, de los locales necesarios para la prestación de
primeros auxilios a los trabaja-dores accidentados (esta disposición es de aplicación a
todos los lugares de trabajo, a excepción de las obras de construcción, las industrias de
extracción, los buques de pesca, determinadas actividades agrarias y los medios de
transporte utilizados fuera de los centros de trabajo).
Con carácter general, como mínimo, en todo local de trabajo habrá disponible un botiquín
portátil que contenga:
● desinfectantes y antisépticos autorizados,
● Gasas estériles,
● algodón hidrófilo,
● venda, esparadrapo, apósitos adhesivos,
● tijeras, pinzas y
● guantes desechables.
Con carácter general, el art. 20 LPRL recoge la obligación del empresario de designar al
personal encargado de prestar los primeros auxilios en previsión de que pueda
presentarse una situación de emergencia. Dicho personal deberá poseer la formación
necesaria, ser suficiente en número y disponer del material adecuado.
Entendemos por primeros auxilios el conjunto de actuaciones, tratamientos y cuidados de
emergencia que permiten atender al trabajador de forma inmediata, adecuada y
provisional en caso de accidente o enfermedad repentina, antes de disponer de la
asistencia profesional, a fin de que no empeore el accidentado.
A través de los primeros auxilios se cumple una doble función: no sólo suponen una
primera intervención correctora ante un daño para la salud del trabajador, sino que
también realizan una función de prevención, evitando la aparición de nuevos daños para
la salud del trabajador accidentado.
Los primeros auxilios adquieren una importancia fundamental, ya que en los centros de
trabajo no siempre se dispone de personal sanitario especializado y el tratamiento de
estos casos requiere una intervención rápida.
Los principales objetivos que se persiguen con los primeros auxilios son:
a) Conservar la vida. Tratando lesiones muy graves que pueden poner en peligro la vida o
la conservación de algún órgano fundamental.
b) Evitar complicaciones físicas y sociológicas.
c) Ayudar a la recuperación.
d) Asegurar el traslado de los accidentados a un centro asistencial.
Así pues, los primeros auxilios son todas aquellas medidas o actuaciones que se realizan
en el mismo lugar donde ha ocurrido el accidente hasta la llegada de personal
especializado.
Los primeros auxilios no son tratamientos médicos. Son acciones de emergencia para
reducir los efectos de las lesiones y estabilizar el estado del accidentado. Esto último es lo
que le concede la importancia a los primeros auxilios, ya que de esta primera actuación va
a depender en gran medida el estado general y posterior evolución del herido.
2. Criterios generales de actuación
Existen una serie de actuaciones básicas que debemos tener siempre en cuenta al
realizar una intervención de primeros auxilios, ya que de esa intervención inicial
dependerá no sólo la evolución del estado de salud del trabajador accidentado, sino
incluso su propia supervivencia.
Así, como criterios generales de actuación en caso de accidente, podemos señalar los
siguientes:
1. Conservar la calma.
No perder los nervios es básico para poder actuar de forma correcta, evitando errores
irremediables.
2. Evitar aglomeraciones que puedan entorpecer la actuación del socorrista.
3. Saber imponerse.
Es preciso hacerse cargo de la situación y dirigir la organización de recursos y la posterior
evacuación del herido.
4. No mover.
Como norma básica y elemental no se debe mover a nadie que haya sufrido un accidente
hasta estar seguro de que se pueden realizar movimientos sin riesgo de empeorar las
lesiones ya existentes. No obstante, existen situaciones en las que la movilización debe
ser ¡inmediata: cuando las condiciones ambientales así lo exijan o bien cuando se debe
realizar la maniobra de reanimación cardiopulmonar.
5. Examinar al herido.
Se debe efectuar una evaluación primaria, que consistirá en determinar aquellas
situaciones en que exista la posibilidad de la pérdida de la vida de forma inmediata.
Posteriormente, se procederá a realizar la evaluación secundaria o, lo que es lo mismo,
controlar aquellas lesiones que pueden esperar la llegada de los servicios
profesionalizados.
6. Tranquilizar al herido.
Los accidentados suelen estar asustados, desconocen las lesiones que sufren y necesitan
a alguien en quien confiar en esos momentos. Es función del socorrista ofrecer esa
confianza y mejorar el estado anímico del lesionado.
7. Mantener al herido caliente.
Cuando el organismo humano recibe una lesión, se activan los mecanismos de
autodefensa implicando, en muchas ocasiones, la pérdida de calor corporal. Esta
situación se acentúa cuando existe pérdida de sangre, ya que una de las funciones de
ésta es la de mantener la temperatura interna del cuerpo.
8. Avisar a personal sanitario.
Este consejo se traduce como la necesidad de pedir ayuda con rapidez, a fin de
establecer un tratamiento médico lo más precozmente posible.
9. Traslado adecuado.
Es importante acabar con la práctica habitual de la evacuación en coche particular, ya que
si la lesión es vital no se puede trasladar y se debe atender “in situ”, y si la lesión no es
vital, quiere decir que puede esperar la llegada de un vehículo debidamente
acondicionado.
10. No medicar.
Esta facultad es exclusiva del médico.
II. EVALUACIÓN DEL ESTADO DEL ACCIDENTADO. PROCEDIMIENTO DE
INTERVENCIÓN
1. Evaluación del estado del accidentado
El proceso de evaluación del estado del accidentado consiste en la recogida sistemática y
precisa de todos aquellos datos que pueden ser de utilidad para facilitar, no sólo la
actuación de primeros auxilios, sino también la posterior intervención de los equipos
médicos.
Los primeros auxilios no son tratamientos médicos. Son actuaciones de emergencia para
reducir los efectos de las lesiones y estabilizar el estado del accidentado.
Entendemos dos formas complementarias y consecutivas de valoración:
el examen inicial y el secundario.
A) Examen inicial.
En una situación de urgencia lo primero que debe hacerse es una rápida evaluación del
estado de la persona accidentada, ya que para poder prestar una asistencia eficaz de
primeros auxilios es imprescindible conocer el alcance y gravedad de las lesiones de la
víctima.
Esta valoración primaria se inicia con la primera impresión que se tiene al ver a la persona
herida y las circunstancias que rodean al accidente, seguida del examen inicial
propiamente dicho, que consiste en identificar aquellos problemas que amenazan de
forma más directa la vida del individuo.
En esta primera exploración se deben comprobar las constantes vitales de la persona
accidentada:
1. Respiración: actividad del aparato respiratorio (existencia de respiración espontánea,
permeabilidad de las vías respiratorias…). Se debe comprobar la respiración de la
persona accidentada: movimiento del tórax, sentir la salida de aire por la nariz y por la
boca, ruidos respiratorios inusuales, posibles obstrucciones de las vías respiratorias, …
2. Circulación sanguínea: actividad del corazón y ausencia de grandes hemorragias. Es
fundamental examinar si el corazón late con normalidad, comprobar el pulso, detectar las
hemorragias severas, pérdidas de sangre, …
3. Consciencia: actividad del sistema nervioso. Es siempre el primer signo vital que se
debe explorar. Se verifica la respuesta de la persona accidentada ante los estímulos
externos: hablarle, sacudirle suavemente, …
B) Examen secundario.
Una vez comprobadas las funciones vitales de la persona accidentada en el examen
inicial, debemos proceder a una revisión más detenida de su estado para detectar esos
problemas que, si bien no comprometen seriamente su vida, pueden suponer
complicaciones para el posterior desarrollo de su estado de salud.
Con este examen secundario se pretende comprobar la existencia de signos de lesiones o
alteraciones importantes, analizando tres puntos básicos:
comprobación de las funciones vitales, exploración física general y entrevista.
1. Comprobación de las funciones vitales: los sistemas respiratorios y circulatorio son
fundamentales para el mantenimiento de las funciones vitales. Aunque no se hayan
detectado anomalías de importancia en el examen primario se debe proceder a un
análisis más exhaustivo de la frecuencia de la respiración, el pulso, la temperatura
corporal, …
2. Exploración física general: consiste en la valoración del estado general del
accidentado de la cabeza a los pies. Se han de buscar: fracturas de miembros o de la
columna vertebral, golpes recibidos en la cabeza, tórax, abdomen y/o espalda que puedan
producir hemorragias internas, heridas, lesiones, contusiones, quemaduras, sensaciones
de dolor, ...
3. Entrevista: durante este proceso se interrogará al accidentado y si no está consciente,
a otras personas que conozcan lo sucedido, intentando obtener la mayor cantidad de
información.
Es esencial detectar las posibles fuentes de riesgo que persistan en el lugar del accidente
y actuar sobre ellas, ya que sólo de esta forma evitaremos que las consecuencias del
accidente alcancen mayores dimensiones.
En la medida de lo posible se anotarán, y posteriormente se trasmitirán a los servicios
sanitarios, datos como:
* Datos personales.
* Constantes vitales.
* Enfermedades que padezca o haya padecido.
* Medicación que toma habitualmente (anticoagulantes, insulina,).
* Alergias a algún medicamento.
* Localización de dolores, molestias, hormigueos, …
* Explicaciones sobre el suceso que desencadenó el accidente, …
* Actuaciones de primeros auxilios realizadas y respuesta del sujeto a ellas.
* Si existen hemorragias la cantidad aproximada y el origen.
* Si se trata de una intoxicación por fármacos o productos tóxicos, cuán-do, qué cantidad,
si hubo vómitos, …
* Etc.
2. Procedimientos de intervención
A continuación, te ofrecemos algunas orientaciones sobre las actuaciones concretas que
deben desarrollarse en una intervención básica de primeros auxilios.
Como hemos visto en el apartado anterior, con la evaluación inicial se busca identificar
qué le ha ocurrido a una víctima de cualquier incidente a través del examen primario y
secundario.
Debemos actuar con rapidez y tranquilidad, dando confianza a la víctima y a aquellos que
se encuentren cerca, ya que es frecuente que las personas que se ven involucradas en un
accidente se encuentren en una situación de nerviosismo y sobreexcitación.
2.1 Examen primario
Consiste en detectar la presencia de las constantes vitales del individuo. Debe realizarse
siempre de forma rápida y sistemática, conforme a los siguientes
pasos:
Consciencia: se debe preguntar a la víctima si nos escucha y cómo se encuentra, a la
vez que la sacudimos ligeramente. No sólo buscaremos que el paciente nos responda
verbalmente, sino que podemos esperar cualquier movimiento de respuesta del tipo de
apertura o cierre de ojos, retirada de la cara o manos ante pellizcos, ...
Si el sujeto responde, pasaremos a realizar la valoración secundaria; si no percibimos
ninguna respuesta evaluaremos inmediatamente la respiración.
Si la persona está inconsciente como consecuencia de un golpe debemos tratarla como si
tuviera lesión en la columna vertebral, movilizando el eje cabeza, cuello y tronco como un
solo bloque.
Respiración: nos debemos situar a la altura de los hombros, retirando o aflojando la ropa
y objetos que nos molesten en el pecho de la víctima (cadenas, collares, sujetador,
corbata, cinturón,). Colocaremos al sujeto tumbado sobre un plano duro, boca arriba con
los brazos a lo largo del cuerpo.
Comprobaremos la respiración acercando un lateral de nuestra cara a la boca y nariz del
individuo para sentir en nuestra mejilla la entrada y salida del aire, al tiempo que nos
permite ver y observar el movimiento respira-torio del pecho y abdomen.
Si no sentimos la respiración, comprobaremos que la boca y faringe estén libres de
objetos que puedan obstruir las vías aéreas (dentaduras, chicles, caramelos, flemas,
vómitos,).
La base de la lengua también puede obstruir el paso del aire, para evitarlo debemos
realizar una maniobra es conocida como hiperextensión, que consiste en estirar el cuello
elevando la mandíbula poniendo una mano en la frente, que empujará hacia abajo, y la
otra en la nuca, que tirará hacia arriba.
Si existe respiración, giraremos la cabeza de la víctima hacia un lado y pasaremos a
realizar el examen secundario, en caso contrario, realizaremos la respiración boca a boca
y valoraremos el pulso.
Respiración boca a boca: se trata de introducir en los pulmones de la víctima el aire
contenido en nuestra boca, faringe, laringe, tráquea y bronquios antes de que quede
viciado por nuestra propia respiración.
Debemos mantener el cuello del accidentado en extensión, pegando nuestros labios
herméticamente alrededor de la boca de la víctima mientras pinzamos su nariz con los
dedos índice y pulgar de la mano que mantenemos en la frente; le insuflaremos el aire
con fuerza moderada durante no más de dos segundos a la vez que miramos su pecho y
abdomen y nos aseguramos de que lo que sube es el pecho.
Si vemos subir el abdomen es síntoma de que el aire pasa al estómago en vez de los
pulmones. Tenemos que corregir la postura de la cabeza realizando de nuevo la híper
extensión del cuello y comprobar la presencia de cuerpos extraños que impidan la entrada
de aire en los pulmones, realizan-do la maniobra de desobstrucción.
Esta maniobra consiste en presionar la zona inferior del pecho para comprimir los
pulmones y que estos expulsen fuertemente el aire contenido con el fin de empujar hacia
el exterior el objeto que obstruye.
Pulso: se localiza apoyando ligeramente dos dedos en cualquiera de las arterias
carótidas situadas en el cuello a ambos lados de la nuez o en la arteria radial a la altura
de la muñeca. Debemos sentir aproximadamente 60/80 latidos por minuto.
Masaje Cardiaco Externo: consiste en comprimir el corazón entre el esternón y la
columna vertebral cargando nuestro peso sobre el tercio inferior del esternón de la
víctima.
Para ello, sin apoyar ni la palma de la mano ni los dedos sobre la víctima, pondremos la
otra mano sobre la primera (mejor entrelazando los dedos) y con los brazos rectos y
perpendiculares al pecho de la víctima dejaremos caer nuestro peso con compresiones
secas y rítmicas para hacer descender el pecho unos centímetros.
Si existe una hemorragia importante, procederemos al taponamiento de la herida para
evitar que con el bombeo artificial provocado por el masaje cardiaco siga perdiendo más
sangre por esa herida. Esta maniobra debemos realizarla en el menor tiempo posible y, si
fuese necesario, aplicaremos inmediatamente un taponamiento o un torniquete.
Cualquier persona que sufre un accidente atraviesa una situación de tensión emocional.
Es fundamental que se vea respaldado y atendido en esas circunstancias en que se
siente especialmente vulnerable, transmitiendo tranquilidad, calmando sus temores,
transmitiendo ánimo, ...
2.2 Examen secundario
Se trata de determinar el estado de la víctima mediante la localización de todas sus
lesiones. Para ello realizaremos una exploración rápida pero ordenada y concienzuda de
todo su cuerpo en busca de sangre, deformidades (bultos o huecos), secreciones (sudor,
heces, orina o vómitos), anormalidades en el color, temperatura y aspectos de la piel, …
Siempre que sea posible utilizaremos guantes al examinar al accidentado para evitar
contagios de nosotros hacia la víctima o a la inversa, aunque su aspecto parezca
saludable.
Si la víctima está consciente y puede colaborar, la preguntaremos por sus molestias,
dolores, etc., detectando cualquier posible problema de orientación o memoria antes de la
exploración y mantendremos una ligera conversación informativa de las maniobras que
vamos a hacer. No es conveniente informar de las lesiones sufridas para evitar choques
emocionales.
La exploración se iniciará en la cabeza, (en el cráneo y en la cara, incluido el interior de la
boca), bajaremos al cuello y hombros. Continuaremos por el pecho, explorando el
esternón y las costillas y observando el abdomen.
Bajaremos al vientre observando la presencia de heces u orina, a continuación,
exploramos las piernas comenzando por las caderas, siguiendo por el muslo, rodilla,
pierna, tobillo y pies. Por último, no nos olvidemos de las extremidades superiores,
empezando por el brazo, codo y antebrazo, pasando luego a las muñecas y manos.
Finalmente valoraremos de nuevo la respiración y el pulso con el fin de conocer su
frecuencia y su fuerza, prestando también atención al color de la piel, al sudor y a la
temperatura.
ACTIVIDADES
1) La existencia de un botiquín portátil en un centro de trabajo es recomendable, pero
opcional.
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4) Uno de los objetivos principales que se persigue con los primeros auxilios es el de
evitar que el accidentado acuda a un centro asistencial.
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6) Si el accidentado sufriera un fuerte dolor de cabeza, el asistente de primeros auxilios
podrá buscar cualquier medicamento que considere que pueda aminorar dicho dolor.
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