PREGUNTAS GENERALES DEFINITIVAS (2)

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PREGUNTAS GENERALES DEFINITIVAS

AMOR

El amor en la literatura medieval y renacentista es visto como una fuerza central que provoca conflictos, deseos
y reflexiones. En las obras, el amor aparece de muchas maneras: desde el amor divino y moral hasta el amor
cortés y pasional, mostrando cómo son las relaciones humanas y las consecuencias de las mismas.

El Libro de Buen Amor

En esta obra, Juan Ruiz habla sobre dos tipos de amor: el "buen amor" (el amor hacia Dios, que sigue las leyes
de Dios) y el "loco amor" (el amor carnal y mundano). A lo largo de la obra, muestra una contradicción: el "loco
amor" atrae, pero siempre lleva al fracaso, mientras que el "buen amor" lleva a la virtud y a la salvación.

Juan Ruiz enseña que el único amor verdadero es el amor a Dios, que se logra a través de buenas obras que
vienen de Dios.

A pesar de los fracasos amorosos, el autor dice que todo lo relacionado con el amor es placentero, aunque no
siempre tenga éxito. El narrador elogia el amor, diciendo que quien ama a las mujeres desarrolla cualidades
positivas: el hombre rudo se vuelve más delicado, el cobarde se vuelve valiente, el joven se mantiene joven, y
el viejo se vuelve más joven. Pero también ofrece una visión negativa, diciendo que el amor siempre está
relacionado con algún tipo de engaño.

Algunos ejemplos de esto son:

● El episodio de Doña Endrina y Don Melón. Esta historia, inspirada en Pamphilus de amore, muestra
cómo Don Melón usa a Trotaconventos para seducir a Doña Endrina. Sin embargo, al final, la mujer se ve
obligada a aceptar un matrimonio, lo que critica el abuso de los valores del amor cortés y satiriza la idealización
de la mujer propia de este tipo de amor.
● Otro ejemplo es el Debate con Don Amor, donde el arcipreste discute con Don Amor sobre los peligros
del amor terrenal. Don Amor lo atrae con sus ideas, pero luego el autor introduce a Doña Venus para mostrar el
riesgo de ceder a las pasiones desordenadas. Esto enseña que el amor humano, sin la guía divina, puede ser
fuente de conflicto y frustración.

Finalmente, en los Gozos de Santa María, el amor alcanza su máxima expresión: el amor hacia la Virgen
María.

Además, en cuanto a la tradición del amor cortés, en este caso los amantes recurren a mediadores o
alcahuetas para transmitir sus mensajes, generalmente a través de cartas. Aquí el amante es el que ama, pero
está esperando la respuesta de la amada. Al final, se empieza a ver una percepción negativa del amor porque
la dama suele ser inaccesible, lo que incita a la lujuria. Por ello, se provoca un cambio en la mentalidad de la
época: la castellanización del amor cortés. Como resultado, la mujer se empieza a ver de manera más
moralista y reprimida.

Poesía de Cancionero

El amor es el tema principal de la poesía castellana del siglo XV. A veces, el simple hecho de amar o sufrir por
la dama es suficiente para el poeta, pero en otras ocasiones, el poeta busca ser aceptado por la amada.

El amor que se describe en el siglo XV sigue la idea del amor cortés. Es un amor desequilibrado, donde el
amante se ve como un vasallo o servidor de la dama.

La mujer es vista como un ser inalcanzable al que el amante se somete, y aunque este amor es muy doloroso,
el amante no abandona. Si el amor es verdadero, el sufrimiento solo terminará con la muerte.
Este tipo de amor tiene algunas características claras:

● El amante siempre se enfrenta a un obstáculo (como el rechazo o el hecho de que la dama está
casada).
● El amor se ve como un sufrimiento que hace que el alma sea más noble (es un sufrimiento espiritual
que, aunque lo hace más puro, también lo aumenta aún más).

Poetas del Siglo XV

El amor cortés, practicado por los hombres, se veía como un camino espiritual hacia la mejora personal. Este
concepto se influenció por ideas filosóficas como el neoplatonismo y tratados árabes que decían que el amor
podía hacer a las personas mejores a través de la divinización de la mujer.

Cárcel de Amor

Diego de San Pedro presenta una visión trágica del amor cortés. En la obra, el protagonista, Leriano, sufre
tanto por su amor que se convierte en una obsesión. El amor de Leriano se convierte en una enfermedad del
alma (como decía Aristóteles), algo que puede llevarlo al suicidio o a la muerte. Es decir, el amor se ve como
una pasión que enferma y mata, más que como un proceso de mejora.

La metáfora de la "cárcel", que atrapa el corazón del amante, simboliza lo opresivo de este tipo de relación.

Un momento importante es cuando Leriano bebe la carta de su amada Laureola disuelta en agua antes de
morir. Este acto muestra cómo el amor se convierte en algo espiritual, aunque no haya contacto físico. La obra
cuestiona si el amor cortés es posible, ya que las normas sociales lo hacen inalcanzable y destructivo.

Así, el amor se presenta como una tragedia llena de frustraciones e imposibilidades, no solo por las reglas del
amor cortés, sino también por las restricciones de una sociedad controlada por la iglesia.

La Celestina

El amor en La Celestina es destructivo. Calisto y Melibea son los amantes apasionados, pero su relación está
llena de egoísmo y deseo. La intervención de Celestina, quien usa sus trucos para hacer que Melibea se
enamore de Calisto (philocaptio), convierte su historia en una tragedia.

El lenguaje que usan evoca el amor cortés, donde el amante se ve como un servidor de la dama. Calisto trata a
Melibea como si fuera una diosa. Sin embargo, la obra rompe las reglas del amor cortés, ya que Calisto declara
su amor de manera directa.

Un ejemplo importante es el diálogo entre Calisto y Melibea. Esta conversación muestra cómo el amor, aunque
intenso, no solo consume a los personajes, sino que también los lleva a la perdición. La obra critica cómo las
pasiones desordenadas y el egoísmo pueden destruir las relaciones.

Al final, la obra critica el loco amor (la pasión descontrolada que busca la propia satisfacción del amante) y
muestra cómo puede llevar a la perdición. Melibea, por ejemplo, pierde su honor y se suicida debido a su amor,
mientras que Calisto sufre síntomas típicos del loco amor, como depresión e insomnio, lo que lo lleva a su
muerte.

Finalmente, el amor es duramente criticado por Pleberio tras la muerte de su hija.

El Corbacho

En El Corbacho, el autor trata el tema del amor desde una perspectiva crítica y moral. El amor puede
acercarnos a Dios y a la virtud, pero el loco amor lleva al pecado y a la perdición del alma.
El autor adopta un tono satírico y moralizante, criticando la superficialidad y el deseo en las relaciones
amorosas. Señala que estas desviaciones del amor puro son las que causan la corrupción moral. El texto
muestra que el amor es una debilidad humana que necesita ser controlada para alcanzar la virtud.

También critica la idealización del amor cortés que se ve en la poesía de la época, ya que lo que se presenta
como amor verdadero no es más que loco amor.

La obra concluye diciendo que el hombre debe rechazar todo amor que no sea el amor a Dios, porque el amor
mundano va en contra de la voluntad divina. Además, se muestra cómo la lujuria lleva a romper la ley religiosa
y moral, lo que provoca los siete pecados capitales.

LA MUERTE

La muerte es un tema muy presente en la literatura medieval y renacentista, ya que invita a reflexionar sobre la
fugacidad de la vida, lo que viene después y la igualdad final entre todas las personas. En las obras, la muerte
se trata desde diferentes puntos de vista: religioso, filosófico y personal.

En la literatura medieval y renacentista, la elegía es el género literario que se enfoca completamente en la


muerte. Un buen ejemplo de este tipo de obra es Coplas a la Muerte de su Padre de Jorge Manrique. Esta
elegía no solo lamenta la muerte, sino que la ve como un paso necesario hacia la inmortalidad del alma, a
través de la virtud y la fama.

El Libro de Buen Amor

En esa época, se creía en la vida después de la muerte según la iglesia. Por eso, lo más importante era tener
una buena reputación y no pecar. El Libro de Buen Amor explica qué es el "loco amor" y quiere mostrarle al
lector que si peca, la muerte destructora llegará.

En esta obra, la muerte está relacionada tanto con el "loco amor" como con la necesidad de buscar el "buen
amor". El arcipreste le recuerda al lector que la muerte es inevitable, y que las pasiones terrenales, si no se
orientan hacia Dios, solo llevan a la condena. A través de sus fracasos amorosos, el arcipreste muestra cómo
el "loco amor" lleva al sufrimiento y a la muerte espiritual, mientras que el amor divino ofrece redención.

En el episodio alegórico de La Batalla de Don Carnal y Doña Cuaresma, la muerte está implícita. El
enfrentamiento entre el placer carnal y la austeridad refleja la lucha entre lo temporal (lo que pasa en esta vida)
y lo eterno (lo que va más allá de la vida). Este conflicto subraya que la vida terrenal es corta y que la muerte
acecha a quienes no siguen el camino de la virtud.

Además, la muerte de Trotaconventos muestra lo fugaz que es la vida y actúa como una advertencia moral. Su
muerte simboliza los límites de las artimañas humanas frente a la llegada de la muerte. Esta parte refuerza el
mensaje del libro: todos estamos sujetos a la misma muerte, y debemos buscar el "buen amor" para trascender.

Este tratamiento de la muerte está más enfocado en una advertencia moral que en la reflexión sobre el final
físico de los personajes.

La Cárcel de Amor

En esta obra, la muerte es presentada como el resultado del sufrimiento amoroso. La locura por amor es vista
como una enfermedad que lleva a la muerte.
Leriano, después de ser rechazado por Laureola y darse cuenta de que su amor es imposible, elige morir como
una forma de mostrar su devoción. Este acto trágico refleja la influencia del amor cortés y la idea de que el
sufrimiento amoroso purifica y eleva al alma.

El suicidio de Leriano, cuando bebe la carta de su amada Laureola disuelta en agua, simboliza la unión final
entre el amante y su amor, pero de forma espiritual. Este final muestra cómo el amor no correspondido es
destructivo, y cómo la muerte es vista como un escape de las miserias de la vida.

Coplas a la Muerte de su Padre

Jorge Manrique utiliza la muerte como eje central para hablar sobre la brevedad de la vida, la vanidad de los
bienes terrenales y la importancia del alma. Para los hombres de esa época, la muerte no solo era el final, sino
también el momento en que se podía alcanzar la salvación o la condena eterna.

En sus Coplas, Manrique no describe la muerte de manera espantosa, sino que la presenta como parte del plan
divino de Dios.

Subraya que la muerte es inevitable y que todos, sin importar su rango o riqueza, llegarán al mismo destino.
También habla de la importancia de una "buena muerte", aquella que llega en paz espiritual y con reconciliación
con Dios. En la última parte, llamada "el auto de la muerte", la muerte llega a buscar al padre de Manrique, y
don Rodrigo Manrique enfrenta la muerte con calma y confianza en que será recompensado por Dios. Por lo
tanto, esta obra es un claro ejemplo de una elegía, un poema dedicado a lamentar la muerte de una persona
importante, en este caso, el padre.

La obra también utiliza el tema del "ubi sunt", que pregunta qué ha sido de grandes figuras históricas, para
recordar que ni la fama ni el poder pueden resistir el paso del tiempo. De esta manera, la obra muestra que la
vida terrenal es solo un paso hacia la eternidad.

La Celestina

En La Celestina, la muerte llega como un resultado trágico e inevitable de los deseos desmedidos y la
manipulación.

Calisto muere de una manera absurda, cayendo de una escalera mientras intenta ir a ver a Melibea. Ella,
consumida por el dolor, se suicida saltando desde una torre. Este doble final trágico muestra cómo las pasiones
humanas pueden llevar a la destrucción.

La muerte de Celestina, asesinada por los criados de Calisto, refleja cómo la codicia y la traición tienen
consecuencias. La obra presenta una visión cruda de la muerte, mostrando cómo las malas acciones humanas
tienen su precio.

En La Celestina, la muerte también muestra cómo el loco amor lleva a la muerte. Melibea ni siquiera es
consciente de lo malo que es suicidarse; solo se preocupa por el dolor que causará a sus padres. Calisto
muere sin confesarse, y eso muestra cómo la muerte llega sin preparación para el más allá.

El Corbacho

En El Corbacho, la muerte aparece en un contexto moral. El autor critica los excesos y los pecados de las
personas, recordando que la muerte es inevitable y que quienes se dejan llevar por las pasiones están
destinados a la condena eterna.

El texto utiliza la muerte como un recordatorio de la fragilidad humana y de la necesidad de buscar la salvación.
También muestra que el loco amor es lo que llevará a esta muerte inevitable.
Laberinto de Fortuna

En El Laberinto de Fortuna, Juan de Mena habla de la vida terrenal, que está gobernada por la Fortuna, y del
poder superior de la Providencia. Resalta que las buenas acciones permiten trascender la muerte a través de la
fama, aunque la Fortuna no es el tema principal de la obra.

En la poesía del siglo XV también existe la poesía funeral, que se divide entre el homenaje al difunto
(destacando sus virtudes y su figura) y las reflexiones sobre la muerte. Se utiliza el tópico del "ubi sunt", que
subraya la igualdad de todos ante la muerte. Además, el tono de estas obras varía entre el lamento y la
aceptación cristiana, viendo la muerte como un paso hacia la vida eterna.

MUJERES

La representación de las mujeres en las obras medievales y renacentistas varía entre su idealización dentro del
amor cortés y su demonización como fuente de pecado. Este tema refleja los roles que se asignaban a las
mujeres en la sociedad de la época, destacando la influencia de la religión y los estereotipos sociales.

El Libro de Buen Amor

En esta obra, la mujer es vista como un objetivo que el amante intenta "capturar" (amor loco) y, cuando no lo
consigue, descarga su frustración en ella.

El narrador aprovecha para hacer una defensa de las mujeres, basándose en la enseñanza cristiana que dice
que las mujeres tienen buenas cualidades. Dice que si las mujeres fueran inferiores a los hombres, Dios no las
habría creado. Esto va en contra de la idea de la época, que pensaba que las mujeres tenían un papel menor
en la sociedad.

Juan Ruiz presenta a las mujeres de diferentes maneras, mostrando la diversidad de los personajes femeninos
y la ambigüedad de su carácter. Por un lado, está la Virgen María, idealizada en los Gozos de Santa María
como el modelo de la perfección femenina y un ejemplo de virtudes cristianas. Por otro lado, hay personajes
como Doña Endrina y las serranas, que representan diferentes tipos de mujeres de la sociedad medieval:
nobles, campesinas, viudas y religiosas. Aunque el autor describe a la mujer ideal, también muestra a la mujer
como peligrosa, ya que puede ser astuta y mala.

Un ejemplo importante es Trotaconventos, quien es como una precursora de Celestina. Ella actúa como
mediadora entre el protagonista y sus deseos amorosos. Su astucia y pragmatismo reflejan cómo, en el amor
cortés, la mujer es vista de manera utilitaria. Sin embargo, también hay actitudes misóginas, como cuando las
serranas son representadas de forma grotesca, burlándose de los estereotipos sobre la belleza y el
comportamiento femenino.

El arcipreste mezcla elogios y críticas, mostrando a las mujeres como compañeras necesarias en la vida, pero
también como fuentes de tentación y pecado, especialmente en el contexto del "loco amor".

Humanismo: Las Mujeres Humanistas

Las mujeres humanistas, como Isabel de Villena y Teresa de Cartagena, desafiaron los roles tradicionales con
obras que destacaban la inteligencia y la espiritualidad femenina.

Isabel de Villena, en Vita Christi, se enfoca en la Virgen María y otras mujeres bíblicas, resaltando su virtud y su
papel clave en la historia sagrada.
Teresa de Cartagena, en Arboleda de los enfermos, defiende la capacidad intelectual de las mujeres y
reflexiona sobre el dolor y la fe, aportando a la Querella de las mujeres, un debate sobre la igualdad intelectual
y social de las mujeres.

Poesía de Cancionero

En la poesía de este tiempo, la mujer es el tema principal, y el amante se somete a ella, resignándose, pero
nunca renunciando, lo que puede llevarlo a la muerte. En la poesía amorosa, la mujer es idealizada y sirve
como inspiración para el poeta. El caballero está al servicio de la dama, y si no la consigue, muchas veces
prefiere morir. En cambio, la mujer siempre debe mantenerse inaccesible. Así, en el sistema feudal, la dama
representa al señor medieval y el caballero al siervo.

En la poesía del siglo XV, la mujer es vista como un ser superior, inalcanzable por su indiferencia o crueldad.
Se la describe como perfecta tanto en su físico como en su carácter, y el poeta la elogia como una obra
maestra de Dios. De todas sus cualidades, la belleza es la más mencionada, ya que es la que provoca el amor.

La Cárcel de Amor

En esta obra, Laureola es la dama del amor cortés, idealizada e inalcanzable. Su rechazo a Leriano está
motivado por las normas sociales y su deseo de proteger su honor. Laureola se convierte en un símbolo de
virtud, pero también de la imposibilidad de cumplir los ideales amorosos que Leriano tiene hacia ella.

Laureola también es víctima de intrigas y calumnias, lo que resalta el control social sobre la mujer y su
reputación. A través de ella, San Pedro cuestiona las normas que restringen a las mujeres y su obsesión por la
pureza, mostrando también la fuerza y la capacidad de resistencia de las mujeres frente a las dificultades.

Así, el autor presenta una alegoría inicial sobre la honra de la mujer y un debate final sobre su defensa.

En general, Diego de San Pedro coloca a las mujeres en el centro de la historia como figuras simbólicas que
abordan temas morales, sociales y amorosos. Las heroínas, como Laureola, se describen con características
clave: belleza, piedad e inaccesibilidad. Esta idealización resalta su belleza y gracia, pero también su crueldad,
ya que tiene que proteger su honor en una sociedad que las juzga severamente.

El comportamiento de la dama intensifica el deseo del amante y refuerza su inaccesibilidad. Aunque su piedad
parece suavizar su relación con Leriano, en realidad aumenta su sufrimiento.

San Pedro también aborda el debate sobre la virtud femenina de una manera que apoya a las mujeres. A
través del discurso de Leriano, que está cerca de la muerte, se refutan las críticas misóginas, exaltando la
castidad, la defensa del pueblo y la virginidad como virtudes clave de las mujeres.

La Celestina

En La Celestina, las mujeres son el motor de la trama y representan muchos roles diferentes. Celestina es el
personaje central: una mujer astuta, manipuladora y pragmática que usa su conocimiento del amor y la
naturaleza humana para controlar a los demás. Su codicia y ambición crean el conflicto principal de la obra, lo
que resalta su capacidad de acción, aunque moralmente cuestionable.

Por otro lado, Melibea, que al principio es una dama idealizada del amor cortés, se convierte en un personaje
más complejo y autónomo. Su decisión de suicidarse después de la muerte de Calisto muestra su capacidad de
tomar decisiones, aunque estas estén influidas por la desesperación y el dolor.

La muerte de Melibea resalta la opresión que sufrían las mujeres en una sociedad dominada por el patriarcado
y la moral religiosa, mostrando su suicidio como una forma de rebelión contra esas estructuras.
A través de estas figuras, Fernando de Rojas presenta una visión ambigua de las mujeres, moviéndose entre la
admiración y la condena.

El Corbacho

Alfonso Martínez de Toledo tiene una visión claramente misógina. Para él, la mujer es por naturaleza lujuriosa y
un agente del mal, cuya tentación lleva al hombre a la pasión desenfrenada. Por eso, critica a las mujeres como
fuente de tentación y pecado, uniendo su discurso a las enseñanzas de la iglesia de la época.

En contraste con la idealización de la Virgen María, el autor describe a las mujeres terrenales como astutas y
peligrosas, reforzando los estereotipos negativos. Sin embargo, esta visión no refleja la realidad, sino que se
usa como una advertencia contra los excesos y las pasiones descontroladas.

Laberinto de Fortuna

En El Laberinto de Fortuna, las mujeres no ocupan un papel central, pero aparecen como símbolos dentro de la
estructura alegórica. La Fortuna, personificada como una figura femenina, gobierna los destinos de las
personas de manera caprichosa, mostrando el poder simbólico que se le da a las mujeres en la literatura
alegórica.

A través de estas obras, las mujeres son representadas de muchas maneras: como figuras idealizadas,
tentadoras o mediadoras. Mientras que autores como Jorge Manrique y Juan de Mena las asocian con virtudes
espirituales, otros como Martínez de Toledo y Fernando de Rojas reflejan las tensiones sociales y prejuicios de
su época. La complejidad y contradicción en estas representaciones muestran las limitaciones y posibilidades
de las mujeres en el contexto medieval y renacentista.

ALEGORÍA

La alegoría es una forma de expresar ideas usando imágenes o metáforas, de tal forma que haya una relación
lógica entre lo que se dice de manera literal y lo que realmente se quiere expresar.

La alegoría es muy importante en la literatura medieval y renacentista. Se usa para enseñar lecciones morales
y religiosas y para explorar conceptos como la virtud, el vicio, el destino y el amor. En la Edad Media, se
utilizaba principalmente para dar enseñanzas sobre la moral y la religión.

El Libro de Buen Amor

En El Libro de Buen Amor, la alegoría es fundamental para transmitir sus enseñanzas morales y religiosas. Dos
ejemplos clave son El Debate entre Don Amor y Doña Venus y La Batalla entre Don Carnal y Doña Cuaresma.

En el primero, Don Amor y Doña Venus representan los dos tipos de amor: el amor espiritual y el amor carnal.
Este debate muestra el conflicto interno que sentimos entre lo que deseamos y lo que sabemos que es
correcto.

En La Batalla entre Don Carnal y Doña Cuaresma, se parodia una lucha entre el exceso (placer) y la
abstinencia (austeridad). Aquí se representa el enfrentamiento entre los placeres mundanos y la vida cristiana,
más austera. Esta alegoría combina crítica social y humor para hacernos pensar en nuestras decisiones y sus
consecuencias.
Siete Gozos

En Los Siete Gozos de Amor, el autor combina alegoría, oración y parodia. Esta obra adapta los Siete Gozos
de la Virgen y las etapas del amor cortés, mostrando cómo los amores imposibles llevan al poeta a la
desesperación.

La Cárcel de Amor

Toda la obra puede considerarse una gran alegoría del sufrimiento amoroso. La "cárcel" en la que se encuentra
Leriano no solo es un lugar físico, sino también un símbolo. Representa el tormento del amor no correspondido
y las reglas sociales que separan a los amantes. Este espacio se convierte en un reflejo de las emociones de
Leriano y de la presión de las normas sociales que rigen las relaciones.

La obra presenta varios personajes alegóricos: al principio, Leriano está cautivo en la prisión del Amor, llevado
allí por el Deseo. Luego, aparecen otros personajes como la Esperanza, la Satisfacción y la Alegría, que
ayudan a crear la dimensión simbólica de la historia.

Además, los nombres de los personajes, como Laureola, cargados de simbolismo, refuerzan la alegoría del
texto. Laureola representa la pureza y la virtud idealizada, pero es inaccesible para el amante debido a las
barreras del honor y la fama.

El personaje del Salvaje es un caballero retirado que busca consuelo en la naturaleza. Representa el Deseo y
el sufrimiento de los que no son correspondidos en el amor. Su vida solitaria es una alegoría del amor no
correspondido, y su aspecto "salvaje" refleja la frustración amorosa.

De esta forma, Diego de San Pedro usa la alegoría para representar sentimientos humanos, como el deseo, la
tristeza o el dolor, a través de personajes reales.

Coplas a la Muerte de su Padre

La estructura y las imágenes de esta obra están llenas de alegoría. La vida se compara con un río que
desemboca en el mar, que simboliza la muerte. Este recurso muestra no solo que la muerte es inevitable, sino
también que todos los ríos, por grandes que sean, llegan al mismo destino, resaltando la igualdad y fragilidad
humanas.

Además, la "tercera vida" que Manrique menciona, relacionada con la fama y la memoria eterna, es una
alegoría de la inmortalidad del alma a través de las buenas acciones, que sobreviven a la muerte física.

La Celestina

Aunque La Celestina no usa alegoría de forma tan evidente, hay momentos que pueden interpretarse
simbólicamente. La figura de Celestina es una alegoría de la codicia y la manipulación, mostrando cómo estas
fuerzas pueden provocar tragedias.

También, los diálogos en la obra, donde se reflexiona sobre el amor y la vida, tienen elementos alegóricos que
enriquecen el significado general de la historia.

El Corbacho

En El Corbacho, Alfonso Martínez de Toledo utiliza la alegoría como herramienta moral. Los vicios y pecados
se representan de forma personificada o simbólica, destacando la lucha entre las virtudes y los defectos
humanos. Estas imágenes ayudan a enseñar y corregir al lector a través de la crítica y el ejemplo negativo.
Laberinto de Fortuna

La alegoría es el eje principal de El Laberinto de Fortuna. Juan de Mena guía al lector a través de un recorrido
simbólico por la Casa de la Fortuna, donde cada espacio y figura representan vicios, virtudes o fuerzas
cósmicas que afectan la vida humana.

Los círculos de los planetas, inspirados en la cosmología medieval, simbolizan diferentes aspectos de la
existencia y los conflictos entre el destino y el libre albedrío. La Fortuna, representada como una mujer
caprichosa, gobierna la vida terrenal, pero la Providencia divina, otra figura alegórica, muestra el camino hacia
la trascendencia moral.

DINERO Y CLASES SOCIALES

En la literatura medieval y renacentista, el dinero y las clases sociales son temas muy importantes porque
muestran cómo estaba dividida la sociedad y cómo el dinero influía en las decisiones de las personas. En las
obras que hemos estudiado, el dinero y las clases sociales juegan un papel clave tanto en la trama como en las
lecciones morales que enseñan.

El siglo XIV fue un momento clave en la historia, la literatura y el pensamiento europeo. En esa época nace la
burguesía, una nueva clase social que rompe con la estructura de la Edad Media, formada por la nobleza, el
clero y el pueblo llano.

El Libro de Buen Amor

En El Libro de Buen Amor, el arcipreste de Hita es un hombre de clase baja que, aunque no tiene mucho
dinero, busca alcanzar el "buen amor", que es el amor a Dios. Esto muestra las tensiones entre la pobreza y las
aspiraciones espirituales. La obra también muestra cómo las relaciones entre personas de diferentes clases
sociales, como el arcipreste y mujeres como Doña Endrina o la panadera Cruz, están influenciadas por el
dinero y el estatus.

El arcipreste no logra alcanzar los ideales de amor debido a su posición social y las restricciones impuestas por
la sociedad. Además, Trotaconventos, que es de una clase baja, muestra cómo las clases sociales se cruzan
en el ámbito del amor, y cómo el dinero afecta las relaciones.

La Cárcel de Amor

En La Cárcel de Amor, el contraste entre la nobleza de Laureola y la baja posición de Leriano refleja las
barreras sociales que impiden que se unan. Aunque la obra no habla directamente de dinero, las diferencias
sociales son importantes, ya que la dama necesita proteger su honor, algo relacionado con su estatus social.

Coplas a la Muerte de su Padre

En Coplas a la Muerte de su Padre, Jorge Manrique habla sobre cómo las riquezas y el poder no sirven para
nada después de la muerte. Lo único que queda es la virtud, que es mucho más importante que el dinero. El
poema también critica las luchas internas de la nobleza, sugiriendo que las virtudes, no el dinero, deberían ser
lo más importante en la sociedad.

La Celestina

En La Celestina, el dinero y las clases sociales son esenciales. La obra muestra cómo Celestina usa el dinero
para manipular a Calisto y Melibea, y cómo la avaricia termina llevándola a la muerte. Esto muestra cómo las
estructuras sociales y económicas afectan el comportamiento de los personajes.
La nobleza de Calisto y Melibea se ve en contraste con la astucia de Celestina, quien usa el dinero como
herramienta para controlar la situación. La obra critica cómo el dinero y el estatus social pueden distorsionar el
amor y las relaciones humanas.

La obra también refleja una crisis de valores en la sociedad del siglo XV. A través de los personajes, que
pertenecen a diferentes clases sociales, muestra un mundo social desordenado. Por un lado, Calisto y Melibea
son de una clase social alta, mientras que Sempronio, Pármeno y Lucrecia son de clases más bajas. También
aparece el mundo del prostíbulo con Elicia y Areusa.

Además, la relación entre Calisto y sus criados refleja una revolución hacia una relación puramente económica.
Los criados se convierten en mercenarios, y su relación con su amo se limita a un interés económico.

De esta forma, vemos que en este mundo social predominan los intereses personales, la manipulación, y que la
sociedad está marcada por la corrupción moral y la falta de valores.

El Corbacho

En El Corbacho, se critican las clases altas y su obsesión por el placer y la riqueza. El dinero y el poder son
vistos como símbolos de la corrupción, mostrando cómo la obsesión con el dinero puede llevar a la perdición. A
través de ejemplos morales, la obra resalta la falta de virtud en las personas que solo buscan el dinero y el
placer.

Laberinto de Fortuna

En Laberinto de Fortuna, las clases sociales y el dinero son temas centrales. La obra muestra cómo la suerte
(la Fortuna) puede cambiar el destino de las personas, sin importar su estatus social. La obra critica la
importancia que se le da al dinero y al poder, sugiriendo que lo más importante es la virtud, que es lo que
perdura más allá de estos factores. La Fortuna, representada como una mujer caprichosa, es un recordatorio
de que el dinero o el poder no siempre definen a las personas.

En todas estas obras, el dinero y las clases sociales son temas que muestran las diferencias entre las personas
en la sociedad medieval. A través de los personajes y las historias, se critica el deseo de poder y riquezas, y se
resalta la importancia de las virtudes, como la moral y el honor, que son mucho más valiosas que el dinero.
Aunque el dinero y las clases sociales determinan las relaciones y los destinos de los personajes, las virtudes y
el honor son lo que realmente perdura.

LOS GOZOS DE SANTA MARÍA

El tema de los Gozos de Santa María es una forma de mostrar devoción religiosa y alabar a la Virgen María.
Ella es vista como un símbolo de pureza, intercesión divina y modelo de virtud femenina. Este tema es común
en la literatura medieval, especialmente en las obras cristianas, y se utiliza para conectar al lector o al oyente
con el mundo espiritual.

El Libro de Buen Amor

En El Libro de Buen Amor, los Gozos de Santa María son muy importantes y se encuentran al principio de la
obra. Este conjunto de versos está dedicado a alabar a la Virgen María, y marca un tono religioso que contrasta
con las historias humorísticas y amorosas que siguen en el resto del libro. En este contexto, la Virgen no solo
es vista como mediadora entre el hombre y Dios, sino también como el ejemplo perfecto de amor y virtud.

La inclusión de los Gozos muestra el equilibrio entre lo mundano y lo espiritual, que es una característica clave
del libro. Juan Ruiz usa la figura de la Virgen María para destacar la importancia del "buen amor" (el amor hacia
Dios), frente al "loco amor" (el amor carnal y mundano). La Virgen sirve como una guía espiritual que invita a
los lectores a reflexionar sobre sus propias decisiones en la vida.

El lenguaje de los Gozos mezcla el estilo popular con el culto, ya que utiliza el castellano en lugar del
gallego-portugués, que era común en la poesía religiosa de la época. Este cambio no solo fue algo nuevo, sino
que también permitió que más personas, que hablaban castellano, pudieran conectarse con la devoción a la
Virgen María.

POESÍA ELEGÍACA

La poesía elegíaca es un tipo de poesía que se dedica a expresar el dolor y la reflexión sobre la muerte, la
pérdida o el sufrimiento. En la literatura medieval y renacentista, este tipo de poesía servía para honrar a los
muertos y pensar sobre el significado de la vida y lo que viene después. En este tema, la obra más
representativa de este género es Coplas a la Muerte de su Padre de Jorge Manrique.

Coplas a la Muerte de su Padre

Esta obra es un claro ejemplo de poesía elegíaca. Jorge Manrique escribió estas coplas para honrar la
memoria de su padre, don Rodrigo Manrique, un noble castellano que es presentado como un ejemplo de virtud
y valentía. La elegía no solo lamenta su muerte, sino que también reflexiona sobre temas universales como lo
corta que es la vida, lo inevitable que es la muerte y lo importante que es vivir con honor y virtud.

La obra muestra que la vida es breve, pero también resalta que todos los seres humanos, sin importar su rango
o riqueza, terminan llegando al mismo destino final. Además, la elegía destaca la "buena muerte", que es la que
se enfrenta con tranquilidad y reconciliación espiritual. Jorge Manrique le atribuye esta muerte serena a su
padre como un ejemplo digno de seguir.

VOTO DE CASTIDAD

El voto de castidad significa renunciar a las relaciones sexuales para dedicarse a Dios. Este tema aparece en
varias obras del temario, aunque no siempre de forma directa. Representa pureza y un compromiso espiritual,
pero también está relacionado con la virtud y el honor social.

El Libro de Buen Amor

En El Libro de Buen Amor, se habla de la importancia del "buen amor", que es el amor hacia Dios, frente al
"loco amor", que es el amor carnal. Aunque el arcipreste no sigue un voto de castidad, la obra muestra que el
amor espiritual es el camino correcto. Además, en los Gozos de Santa María, la Virgen María es presentada
como el modelo de pureza y castidad.

La Cárcel de Amor

En La Cárcel de Amor, Laureola no hace un voto de castidad religioso, pero su pureza es fundamental para
proteger su honor. Rechaza a Leriano para no dañar su reputación, mostrando cómo la pureza era muy
valorada en la sociedad de la época.
Coplas a la Muerte de su Padre

Aunque no se menciona directamente el voto de castidad, las Coplas exaltan la virtud cristiana, incluyendo la
pureza, como parte de una vida honorable. La Virgen María, mencionada como intercesora, también representa
la castidad y la devoción a Dios.

El Corbacho

En El Corbacho, el voto de castidad se critica de manera satírica. Alfonso Martínez de Toledo señala la
hipocresía de algunas personas, especialmente en el clero, que no siguen este voto. Esto refleja las tensiones
de la época sobre este ideal.

CASTELLANIZACIÓN DEL AMOR CORTÉS

El amor cortés proviene de la poesía trovadoresca provenzal, donde el amor se veía como algo idealizado y
muchas veces imposible, dirigido hacia una dama noble. En las obras que hemos estudiado, este concepto se
adapta al castellano, mostrando la evolución literaria en España.

El Libro de Buen Amor

En El Libro de Buen Amor, el amor cortés se presenta de una manera humorística y crítica. Las historias
amorosas del arcipreste, como la de Doña Endrina, muestran los intentos fallidos de alcanzar un amor
idealizado. Aunque se usa el lenguaje del amor cortés, los finales son más prácticos y realistas, alejándose del
tono solemne original. De esta forma, la obra adapta el amor cortés a una visión más cercana y realista de la
vida.

La Cárcel de Amor

Aquí, el amor cortés aparece en su forma más ideal. Leriano es el amante que sufre por una dama noble,
Laureola, quien representa las virtudes de la mujer perfecta. Aunque la obra utiliza un lenguaje refinado,
también muestra el sufrimiento y las dificultades sociales que trae este tipo de amor, ya que Leriano nunca
puede cumplir sus deseos.

Se resalta la exaltación del "yo enamorado", que solo siente según un sistema de valores establecido por las
reglas medievales del amor cortés. Estas reglas ya son diferentes de las del "amor cortés" provenzal y de la
lírica galaico-portuguesa, lo que la crítica ha llamado "castellanización del amor cortés". Esto es porque,
aunque es una continuación tardía de aquel modelo, tiene sus propias características en el contexto castellano.

La "castellanización del amor cortés" pasará por un proceso de "recorte moral", aunque aumentará el erotismo,
al no haber una recompensa para el amante, como en los viejos ideales.

El siglo XV fue un período de grandes cambios sociales, políticos y culturales, debido a luchas dinásticas que
debilitaron el poder de los reyes. En este contexto, las fuerzas monárquicas más antiguas intentaron restaurar
los ideales y tradiciones literarias anteriores, lo que llevó al resurgimiento de obras como las novelas
caballerescas y temas como el amor cortés.

La Celestina

En La Celestina, el amor cortés se vuelve más realista y crudo. Al principio, Calisto parece un típico amante
cortés que idealiza a Melibea, pero sus acciones muestran que busca más satisfacer sus propios deseos que
encontrar un amor ideal. La obra critica este tipo de amor, mostrando cómo la pasión, el dinero y la
manipulación lo convierte en algo trágico. La figura de Celestina refuerza esta visión más práctica y
desilusionada del amor.

El Corbacho

En El Corbacho, el amor cortés se ve como una ilusión peligrosa. Alfonso Martínez de Toledo lo critica, diciendo
que lleva a la lujuria y al pecado. Se burla de la idealización del amor y de los comportamientos de los amantes,
viéndolos como imprudentes y dañinos.

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