PROCESO DE SALUD
PROCESO DE SALUD
PROCESO DE SALUD
PROCESO DE SALUD-ENFERMEDAD
El concepto de Salud
Si le preguntamos a varias personas que entienden por salud, seguramente obtendremos una
variedad de respuestas: algunos dirán que es no estar enfermo o enfermarse poco, otros que
es sentirse bien, otros que es poder vivir como desean hasta una edad avanzada, desarrollarse
plenamente, sostener una calidad de vida aceptable, vivir en armonía con el medio ambiente y
así reconocer que todas las personas no entienden lo mismo cuando decimos salud nos permite
avanzar en la conceptualización de la práctica referida a promover, mantener y recuperar la
salud desde un enfoque de equidad y de derecho.
Nos referimos tanto a la salud como la entiende el equipo, como así también a la salud tal como
la entienden las diversas comunidades y cada uno de sus integrantes. Pero sobre todo, nos
referimos a que estas ideas de salud pueden coincidir o no y, a que es responsabilidad del equipo
de trabajadores del centro advertirlo, para comprender mejor las necesidades de la comunidad.
Sea cual sea la concepción de salud que tenga una determinada comunidad y sus integrantes,
ésta orienta el modo en que la comunidad cuida y conserva la salud. También las prácticas del
equipo se asientan en determinados supuestos de qué es la salud y suponen opciones acerca de
cómo cuidarla, como así también de cómo organizar los servicios.
Mediante el vínculo con la gente podemos reconocer las distintas representaciones o imágenes
sobre la salud. Por ejemplo, por los motivos de consulta: algunas madres traen rápidamente a
sus hijos a la consulta por fiebre, diarrea, vómitos, problemas respiratorios; otras demoran un
poco más, porque piden ayuda a sus familiares, vecinos, curanderos, o inclusive, a la farmacia
más cercana.
“La salud es el equilibrio entre las fuerzas naturales y espirituales entre los individuos y
las comunidades. La salud se ve como un todo holístico de bienestar físico, moral, social,
espiritual y el equilibrio cósmico, un todo. La enfermedad existe por desequilibrio, por
avasallamiento y falta de convivencia armónica” (integrante de una comunidad
aborigen en el Taller sobre interculturalidad en Salud -Representantes de diferentes
organizaciones Territoriales Indìgenas y el PMC-Ministerio de Salud de la Nación-
Ciudad de Buenos Aires-Octubre 2009)
Para muchas personas estar sano es lo mismo que sentirse bien, esta sería una muy buena
definición y hace alusión a la salud percibida. En otros casos, algunas personas se definen a si
mismas como sanas cuando saben o suponen que no están enfermas, aquí la salud se define por
la ausencia de enfermedad.
Hay profesionales que suelen utilizar dos conceptos de salud para reconocerla en una persona
dada:
Salud como normalidad, cuando el médico examina a una persona y verifica que una serie de
características se encuentran en valores normales; por ejemplo, estatura, peso, frecuencia
cardíaca, glucemia. Este concepto se basa en la normalidad estadística, es normal lo que se
observa con más frecuencia.
Salud como ausencia de enfermedad, cuando el médico busca en la persona signos (lo que se
puede evaluar y ver) o síntomas (lo que la persona siente, el malestar) de las enfermedades
con más probabilidades de ocurrir debido a su edad, antecedentes, características del ambiente
donde vive, condiciones sociales y no los encuentra, concluye que la persona está sana o, mejor
dicho, probablemente sana.
En estos últimos ejemplos, las concepciones de salud están construidas desde los saberes
profesionales de las personas.
Sintetizando, hasta aquí hemos visto que la salud se corresponde con ideas diferentes, que se
vinculan con el valor de la vida, el modo en que las diferentes culturas conciben a las personas
y su lugar en el mundo, entre los demás seres vivos, la relación que el hombre y las sociedades
mantienen con el ambiente, los valores morales, las creencias, las formas de producción y
consumo, costumbres, lenguas … En definitiva, la cultura es el escenario desde el cual miramos
y concebimos la salud, por eso afirmamos que la salud es un concepto socialmente construido.
Mencionaremos aquí sólo algunas concepciones de la evolución de las ideas sobre salud y
enfermedad. Cada uno de esos momentos y concepciones ha implicado, también, un modo de
conservar y recuperar la salud. Como todo producto cultural, la salud no es un concepto que se
mantenga idéntico a sí mismo a lo largo del tiempo. De hecho, podemos reconstruir diferentes
sentidos que ha ido adquiriendo en diferentes sociedades, en diferentes momentos históricos y
en diferentes culturas.
En la antigua China se creía que el cielo, la luz, la fuerza, el frío, la humedad y otros elementos
de la naturaleza, influían sobre la salud. Otras culturas pensaban que la enfermedad y la muerte
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estaban causadas por espíritus malignos. Así, las enfermedades en un comienzo consideradas
mágicas, se vinculaban fuertemente con lo sobrenatural y quienes las curaban eran aquellos que
podían involucrarse con estos espíritus, eran brujos, magos o chamanes.
En la cultura occidental, mientras los griegos de la antigüedad hicieron de la salud un culto, los
romanos desarrollaron el interés hacia la enfermedad. Con el advenimiento de la modernidad y
los grandes descubrimientos en física y química, la fisiología humana se asocia al concepto de
máquina y por lo tanto, la enfermedad comienza a ser entendida como el desvío del
funcionamiento, y la cura, la reparación del mismo. De este modo la medicina llega a
subordinarse a la biología y los seres humanos a ser mirados a través de sus órganos y de sus
aparatos.
En la segunda mitad del siglo XIX, el descubrimiento de los gérmenes dio lugar a la teoría
microbiana, que alentó la idea causa única, según la cual para dominar las enfermedades sólo
se requería descubrir para cada enfermedad, su causa. Esta teoría tuvo una repercusión tan
importante que los médicos hicieron enormes intentos por asociar prácticamente todas las
enfermedades conocidas a un agente causal contagioso específico. Así, se facilitó el desarrollo
de los antibióticos y las vacunas, considerados algunos de los logros más valiosos de la medicina
científica.
Pero, como la evolución de los conceptos no se detiene, la teoría microbiana llegó a mostrarse
insuficiente para explicar un gran número de enfermedades. Con la mirada puesta en los
numerosos factores que intervienen en la producción de enfermedades, por contraposición de
la causa única, los científicos arribaron a la sustitución de este modelo por otro: el de la
multicausalidad.
Hoy por hoy, nuestras concepciones de salud están fuertemente influidas por la mirada
multicausal. Nos parece natural, pensar la salud y la enfermedad como un proceso, como una
construcción y buscamos activamente los factores y variables que intervienen en su definición.
Hasta donde hoy sabemos, son muchos los factores que -actuando a nivel del ambiente
humano- determinan que una enfermedad se inicie y desarrolle en ciertos sujetos, e incida -con
mayor o menor peso- en determinados grupos poblacionales. Las circunstancias naturales y la
propia dotación biológica personal adquieren sentido en relación con el desarrollo de una o más
enfermedades específicas, solo entendidas en ese contexto.