Masoneria y el Rito Escoces Antiguo y Aceptado
Masoneria y el Rito Escoces Antiguo y Aceptado
Masoneria y el Rito Escoces Antiguo y Aceptado
El Rito Escocés
Según el historiador de la Francmasonería Albert Mackey, el siglo XVIII vio actuar a un tal
Chevalier Ramsay, presbiteriano escocés educado en la universidad de Edimburgo y
apóstata protestante cuando decidió abrazar la iglesia de Roma. La huída de Jacobo II a
Francia le hizo marcharse también a él. Posteriormente se convertiría en tutor del
pretendiente al trono inglés, Carlos II, introduciéndose en los círculos de conspiradores para
recuperar el trono de Escocia. La nobleza francesa aceptó de buena gana el rito que, según
Ramsay, había sido traído de Palestina por los príncipes, sacerdotes, caballeros y nobles a
su regreso de las Cruzadas.
Albert G. Mackey
Es cierto que, durante los sucesos revolucionarios que tuvieron lugar en Inglaterra y
Escocia a lo largo de los siglos XVII y XVIII, muchos masones escoceses huyeron a
Francia. Ello pudo haber dado origen a la popular creencia de que el Rito Escocés nació en
Escocia. En realidad, hasta 1846 no se estableció un Supremo Consejo en esta región del
actual Reino Unido de Gran Bretaña.
El Rito Escocés creció en Francia a partir de 1754, en el interior del seminario jesuita de
Clermont, formándose un capítulo (o Colegio) con siete grados. Existe un documento
anterior de un Capítulo Rosacruz de Arras (Francia) instaurado en 1747 por Carlos Eduardo
Estuardo. Hacia 1758 el sistema se había convertido en un Rito de 25 grados conocido -en
lenguaje jesuítico- como Rito de Perfección de la denominada Orden del Secreto Real,
cuyas “Grandes Constituciones” se dictaron en 1762.
A lo largo del siglo XIX fueron creándose nuevos Supremos Consejos en Europa y Canadá.
En nuestros días hay estrechas relaciones entre aproximadamente 40 Supremos Consejos
distribuidos por todo el mundo, incluyendo las cuatro Grandes Logias Nacionales de los
países escandinavos.
La denominación “Rito Escocés Antiguo y Aceptado” nació en 1804 a partir del convenio
entre el Supremo Consejo de Francia y el Gran Oriente de Francia. En 1859, guiado por el
Gran Comandante y renombrado escritor masónico norteamericano Albert Pike, el Rito
Escocés se extendió por Estados Unidos y el resto del mundo. La palabra “escocés”
también ha sido relacionada con uno de los grados del antiguo Supremo Consejo.
Retrato de Albert Pike.
Museum of the Scottish Rite Consistory, Des Moines, Iowa, USA
Según la abundante literatura existente y el uso extendido, al Rito Escocés se accede tras
completar los tres primeros grados simbólicos –Aprendiz, Compañero y Maestro- en la
llamada logia simbólica o Logia Azul. El Rito incluye los grados 4º al 32º, cada uno de los
cuales ostenta un título* (ver denominaciones abajo). Sus miembros se reúnen en “Valles”
y se organizan de cuatro formas: Logia de Perfección (grados 4º al 14º), Consejo de los
Príncipes de Jerusalén (15º-16º), Capítulo Rosacruz (17º-18º) y Consistorio (19º-32º).
El grado 33º se confiere anualmente en una reunión del Supremo Consejo del Grado 33 a
un número selecto de Masones del Grado 32º que han demostrado en su modo de vida el
verdadero significado de la palabra fraternidad. La edad biológica de quien recibe el grado
33º debe ser igual o superior a 33 años. El grado 33º es un grado honorífico concedido en
reconocimiento de los servicios prestados a la Francmasonería o a la Comunidad.
R.·.E.·.A.·.A.·.
El Rito Escocés Antiguo y Aceptado, es un rito masónico derivado del sistema escocés que
se practicaba en París, a mediados del Siglo XVIII.
Más allá de los orígenes mitológicos que rodean a la masonería toda, que tienen que ver
más con lo simbólico que con lo histórico, una gran controversia existe entre los masones
del mundo, acerca del título y del verdadero origen de este Rito.
El Rito escocés no nació en Escocia, sino que recién en 1846 ingresó a ese país, y su
antigüedad data de 1786, o en caso de aceptarse como auténticas las llamadas
Constituciones de Federico II, su origen se habría dado en 1762.
Si bien los orígenes de este movimiento no quedan claros para los historiadores, habiendo
posiciones contrapuestas entre éstos y el rito mismo, este Rito Escocés es quizás el que más
difusión ha tenido en el mundo, y el que mayor compromiso político y social ha
demostrado a través de la historia. Le sigue muy de cerca el Rito de York, con gran
compromiso en la Independencia de Estados Unidos de América.
Además del estricto trabajo ritual, también se pone énfasis en los trabajos de tipo
intelectual, presentándose los mismos en planchas o trazados, los cuales una vez leídos en
las ceremonias llamadas “Tenidas”, son tratados y discutidos en forma oral por los
hermanos presentes.
1- Aprendiz
2- Compañero
3- Maestro
4- Maestro Secreto
5- Maestro Perfecto
6- Secretario Intimo
7- Preboste y Juez
8- Intendente de los edificios
9- Maestro Elegido de los Nueve
10- Maestro Elegido de los Quince
11- Sublime Caballero Elegido
12- Gran Maestro Arquitecto
13- Caballero del Real Arco
14- Gran Elegido Perfecto y Sublime
Los dos grados siguientes se confieren en un Consistorio de Príncipes del Real Secreto
Si bien los orígenes del Rito Escocés Antiguo y Aceptado entroncan directamente con la
Gran Logia Real de Kilwinning, la Orden de San Andrés del Cardo, la de los Maestros
Escocéses de San Andrés, el Rito de Perfección o de Heredom y las Logias de la Masonería
jacobita o Masonería estuardista, el Rito, tal y como lo conocemos y practicamos hoy, no se
estructura hasta el 31 de mayo de 1801, al constituirse en Charleston, Carolina del Sur, el
Primer Supremo Consejo de los Soberanos Grandes Inspectores Generales del XXXIII y
Último Grado del Rito Escocés Antiguo y Aceptado. De este primer Supremo Consejo
nacen todos los demás legítimos Supremos Consejos. El de España fue constituido el año
1811 y es, por su antigüedad, el tercero del mundo, tras los de los Estados Unidos y
Francia.
Se estructura el Rito Escocés antiguo y Aceptado en 33 grados, de los que los tres primeros,
que constituyen la llamada Masonería Simbólica, dependen de las Grandes Logias;
haciéndolo los 29 restantes, es decir, del 4 al 33 ambos inclusive, de los Supremos
Consejos, uno por cada país.
La Respetable Logia Itaca Nº 130, trabaja en el grado de Aprendiz del Rito Escocés
Antiguo y aceptado, con Carta Patente Expedida por la Gran Logia de España.
Es sentido y misión del R.·. E.·. A.·. y A.·., en primer lugar, hacer cada día mejores
masones, es decir, aumentar su cualificación intelectual, moral y sobre todo masónica a
través de un trabajo riguroso, progresivo, profundo y esencialmente iniciático; y en segundo
lugar, que esos hombres más formados y más masones, es decir, más hombres, impongan
con la fuerza de sus ideas y el ejemplo de su conducta, los principios del Rito y de la
Masonería en la sociedad profana.
En los Templos de las Logias que trabajan en el Rito Escocés Antiguo y Aceptado se
representan simbólicamente las Leyes que rigen el universo, y sus trabajos se realizan
fundamentalmente en dos líneas que se complementan como los brazos de un mismo
cuerpo.
En primer lugar tenemos el Trabajo Ritualístico o Práctica del Ritual que permitirá, en sus
grados de Aprendiz, Compañero y Maestro, a través de una serie de dramatizaciones
ritualísticas de antiquísima simbología, tener una mayor consciencia de las Leyes que rigen
el universo.
En este sentido el Ritual está estructurado y codificado de tal manera que conforma un hilo
conductor, el cual no sólo puede transmitir un claro y sencillo mensaje general, sino que
puede activar mecanismos subconscientes e inconscientes que generan un elevado sentido
de la trascendencia y de Dios o Gran Arquitecto del Universo. Así, pues, en el Rito Escocés
Antiguo y Aceptado es impórtate no sólo la Práctica del Ritual sino también a su
asimilación espiritual, psicológica y conceptual.
En segundo lugar, dentro de los trabajos de la Logia, se pone igualmente énfasis en los
Trabajos masónicos de tipo intelectual. Los Trabajos son presentados por escrito y, una vez
leídos en la Tenida, son tratados de forma oral por los Hermanos. De esta forma se
consigue, a través de las diferentes apreciaciones u opiniones aportadas, una percepción
profunda del tema tratado, con el consiguiente enriquecimiento y formación masónica que
invariablemente dará sus frutos en cualquier ámbito o situación.
Siguiendo con el espíritu eminentemente dinámico de las Logias del Rito Escocés antiguo y
aceptado, habitualmente forma parte importante del Trabajo masónico los correspondientes
ágapes fraternales o cenas realizada fuera de las Logias, donde se interrelacionan sus
miembros y se desarrolla, si cabe en mayor medida, el profundo sentido de la Fraternidad
que existe entre todos los Hermanos.
Reflexionar sobre el sentido y misión del Rito Escocés Antiguo y Aceptado es tanto como
analizar su ontología y la aplicabilidad y proyección de su esencia en la Sociedad.
El Rito permite, y este seria su primer sentido, que una alianza de hombres libres trabaje
para el progreso espiritual, moral, intelectual y material de la Humanidad. En consecuencia
la vocación espiritual del R.·. E.·. A.·. A.·., lleva a un humanismo filantrópico.
Cabe decir que el R.·. E.·. A.·. A.·. es tan tradicional como liberal. Un Rito que rompiera
con la tradición iniciática o que no proclamase la libertad, y fuese por tanto dogmático,
dejaría en ambos casos de ser masónico.
La misión del R.·. E.·. A.·. A.·. es siempre construir. Construir el edificio supremo de un
orden iniciático, construir al hombre y construir su fraternidad, en resumen hacer mejores
masones
El Rito Escocés implica en su ideal una perfecta síntesis entre el humanismo espiritualista
de la filosofía tradicional y el humanismo antropológico moderno.
La filosofía Escocista (que como hemos señalado es perfecta síntesis entre espiritualismo y
humanismo) pretende hacer notar su mensaje universalista de libertad y tolerancia frente a
todo fanatismo, frente al integrismo religioso y frente al racismo xenófobo. Porque los
principios del R.·. E.·. A.·. A.·. no quedan reducidos a la pura abstracción teórica, sino que
tienen a proyectarse en el mundo profano través del trabajo y ejemplo individual que los
masones escocistas ejercen en el entorno social, laboral, etcétera, al que cada uno de ellos
pertenece.
En cuanto a las creencias, nuestro Rito, que es respetuoso con todas las religiones, defiende
la libertad religiosa y de culto y la independencia del poder político respecto al religioso.
Como podemos ver hay un bagaje concreto en el Rito Escocés Antiguo y Aceptado. Porque
éste es un método, un medio un vehículo para el aprendizaje perfectivo del masón y para la
transmisión de contenidos intelectuales. El R.·.E.·.A.·.A.·. es no solo forma sino también
fondo, ambos deben ser justamente equilibrados. Un Rito que redujese los elementos
formales no seria perfecto, pero creer que la forma es todo, es decir, vaciar de contenido
material el Rito, reduciéndolo a una ceremonia formal supondría una alteración ontológica
del mismo. La forma no debe nunca sustituir, y menos excluir al fondo, al pensamiento, al
contenido profundo y esencial del Rito.
Logias Simbólicas
Logias de Perfección
Supremo Consejo
Durante los dos siglos siguientes la Orden se convirtió en el ejército más grande y más rico
del mundo. Su riqueza y poder provocó la envidia e hicieron incurrir en los celos del rey
Felipe IV de Francia, que ordenó la detención de los templarios en París el Viernes, 13 de
octubre 1307. Una bula papal ordenó el arresto de todos los Templarios, quienes fueron
torturados y obligados a confesar cargos falsos. Después de los juicios, el Papa disolvió la
Orden en 1312. El último Gran Maestre de la Orden, Jacques DeMolay, y el preceptor de
Normandía, Geoffrey de Charney, fueron quemados en la hoguera frente a la catedral de
Notre Dame el 18 de marzo de 1314.
El Consejo Supremo, trigésimo tercer grado, del Antiguo y Aceptado Rito Escocés de la
Masonería, una organización neo-templarios, representa lo espiritual, si no la supervivencia
histórica de los Caballeros Templarios, y que es evidente en la estructura su jerárquica, en
los títulos de sus funcionarios, y en su ajuar. Demostrativo de su carácter templario, los
últimos seis Grados más alto y conferidos por el Rito Escocés, son todos Grados de
Caballeros Templarios, más que por cualquier otro rito regular de la Masonería..
La historia de la orden dice que la herencia Gran Maestrazgo de la Orden pasa de rey
Robert a Bruce en la sucesión a través de la familia real de Stuart con el príncipe Charles
Edward Stuart, el último Gran Maestre en Escocia, que, después de su derrota por los
Ingleses en1745, escapó al exilio en Francia y se estableció un Capítulo de Rosa Cruz de
Heredom, que englobaría a la Orden de San Andrés.
La Orden estaba en posesión de los fundadores del Rito Antiguo y Aceptado Escocés de la
Masonería en su formación en 1801, momento en el que se combinó la leyenda del Grado
todavía con la Rosa Cruz, como parte del Grado 18º. Posteriormente se separó desde el
Grado 18º.
Posteriormente se separa del Grado 18 y se trasladó a su actual posición como el Grado 29º.
Sus iniciales, “JBM” son evidentes sobre su tumba, en el escudo de un caballero Kadosh, y
en la Cruz de la Orden. Durante la carrera, el Beauseant, el estándar de color blanco y negro
de la Orden, ocupa un lugar prominente. Entre los oficiales de un Consejo, o Preceptoría,
son portadores del estándar de color blanco y negro de la Orden, y el Beauseant.
El Comandante de los Caballeros Kadosh abre un Consejo con las palabras, “Caballeros de
la Santa Casa del Templo, pobres compañeros del Templo de Salomón...” En la recepción
de un candidato para el grado que se conoce como “el que aspira al rango de Caballero
Kadosh o Caballero del Temple. La palabra hebrea “Kadosh” significa “Santo”, “Puro”, o
“Separados”.
La historia de los Caballeros Templarios medievales es una parte valiosa del Grado, aunque
a menudo abreviado durante la Ceremonia. Conserva la leyenda de la supervivencia de los
Templarios y sus tradiciones en los grados masónicos del Rito Escocés, de la duplicidad de
los rivales, Caballeros de San Juan, y los Hospitalarios, también llamados los Caballeros de
Malta, que se beneficiaron con la caída de los Templarios, la persecución de los
Hospitalarios a la Masonería con fecha tan tardía como mediados de los años 1700, y de la
enemistad especial reservada para la Orden de Malta por los Caballeros Kadosh.
En la mitad del siglo XVIII, el grado Kadosh Fue el Grado24º de la Orden del Real Secreto
de 25 grados, el predecesor inmediato del Rito Escocés. En la formación del Rito Escocés
en 1801, el Grado de Kadosh figuraba como el Grado 29º, y más tarde fue trasladado al
Grado 30º.
Grado 31º: Gran Comandante Inspector Inquisidor
Este es el segundo de los tres “Grados Kadosh” del Rito Escocés. En el Manifiesto de 1802,
este grado, junto con el 30º y 32º se muestran simplemente como “Príncipe del Real
Secreto.” El grado representa el poder judicial de la Orden de los Caballeros Templarios, y
siempre se ha utilizado como la prueba final del candidato antes de ser admitido en el
Trigésimo Segundo Grado.
Después de la supresión de los Templarios era imperativo que alguien decía ser un
caballero fugitivo en busca de asilo en un refugio Templario en donde no se le conocía, ser
sometido a prueba para determinar si era digno, y no un espía o un enemigo de la Orden. En
una primera versión del Grado, al candidato se le puso a prueba en su conocimiento de los
ocho Grados de Aprendiz, Compañero, Maestro Masón, [perfecto] Electo Mason, Maestro
Escocés, Caballero de Oriente, Soberano Príncipe Rosa Cruz, y Caballero Kadosh, antes de
ser autorizado para avanzar. El “Tribunal de los Muertos” de la mitología egipcia es una
alegoría de este Juicio Final, y es la prueba final de la marcha antes de que se le dé el Grado
de Maestro del Real Secreto.
Kadosh, y Caballeros Kadosh son los legítimos sucesores de los Caballeros Templarios
medievales. El sombrero distintivo Rito Escocés es el último vestigio de la regalía
caballeresca de un Kadosh del Trigésimo Segundo Grado.
En la Legenda del Trigésimo Segundo Grado se nos enseña que “sólo por el trabajo
constante en los paseos diarios de la vida... pueden los Caballeros Kadosh convertirse en la
verdadera tropa de la Santa Casa del Templo de Salomón”. En “Las lecturas de la Grado 32
“, encontramos” el Dogma Templarios”, en el que se explica a ultranza una guerra entre la
Luz y la Oscuridad.
Grado 1º
Aprendiz Masón
La ceremonia con la cual se recibe a los candidatos en nuestra Asociación, ¿es una pura
fórmula arbitraria o existe en ella un significado y una importancia que escapan a la
observación superficial y se revelan a una consideración más atenta y a un estudio más
profundo?
Para este fin es necesario examinar y estudiar los diferentes elementos que componen esta
ceremonia, buscando el íntimo significado de cada uno de ellos y su valor en términos de
vida, para su aplicación operativa en el místico Camino de la existencia al que deben
referirse, para que la ceremonia pueda ser individualmente vivida y realizada, y el que ha
sido recibido Masón, de una manera puramente formal y simbólica, se haga efectivamente
tal, transformándose, con el de piedra bruta en piedra labrada o filosófica, del estado del
hombre esclavo de sus vicios, errores y pasiones, el Obrero Iluminado de la Inteligencia
Creativa que mora en su corazón, y en el del mundo exterior.
Por medio de este estudio veremos cómo las dos características fundamentales de nuestra
Institución (la iniciática y la simbólica) están perfectamente expresadas en la ceremonia de
recepción del Aprendiz, y cómo, en este grado, se resume todo el programa de la
Masonería. Así, en la misma ceremonia se encuentran alegóricamente reunidos todos
aquellos elementos cuya íntima comprensión y práctica realización hacen operativa la
ceremonia de la iniciación.
SIGNIFICADO DE LA INICIACIÓN
Llegando a este punto, la primera cosa que se hace necesaria es comprender el significado
de la palabra iniciación y cómo debe interpretarse.
Iniciación es palabra derivada del latín initiare, que tiene la misma etimología de initium,
“inicio o comienzo”, viniendo las dos de in-tere, “ir dentro o ingresar”. Así es que hay en
ella el doble sentido del “ingreso en” y del “comienzo o principio de” una nueva cosa. En
otras palabras, iniciación es la puerta que conduce a ingresar en un nuevo estado moral o
material, en el cual se inicia o comienza una nueva manera de ser o de vivir.
Este nuevo estado, esta manera de ser y vivir, son los que caracterizan al “iniciado” y lo
distinguen del profano, en cuanto el primero, habiendo ingresado en él, lo conoce desde
adentro, mientras el segundo queda fuera del mismo, fuera del Templo de la Sabiduría o de
un real conocimiento de la Verdad y de la Virtud, de las cuales reconoce únicamente los
aspectos profanos o exteriores que constituyen la moneda corriente del mundo.
Grado 02º
Compañero Mason
Se habla alguna vez de iniciación en el segundo y tercer grado, así como en los siguientes;
este término es impropio, dado que no puede uno ser iniciado en la Masonería más que una
vez, cuando ingresa en ella en el grado de Aprendiz. Después de lo cual hay un camino de
progreso en diferentes etapas, cada una de las cuales precisamente corresponde a un grado
masónico, o sea una más perfecta comprensión y realización del significado de la iniciación
masónica.
Por esta razón, en muchos de los Misterios Antiguos, así como corporaciones constructoras,
había una sola y única ceremonia con la cual se admitía a los candidatos a las enseñanzas
esotéricas, o bien en el gremio de los que practicaban el Arte.
En la misma Masonería no habría habido, según algunos, hasta por algún tiempo después
de la fundación de la Gran Logia de Londres, más que dos grados, después de lo cual, con
el desarrollo ritualístico, se vio la conveniencia de la división ternaria, que ha quedado
después como una de las principales características de nuestra Orden. Aunque en la
práctica, el descuido en que se halla el hermoso grado del que tratamos en este Manual,
demuestre cómo los tres grados no son aún efectivos. Cualquiera que sea la realidad a este
propósito, y a pesar de que algunas veces haya podido perderse de vista la necesaria
graduación de todo esfuerzo en etapas sucesivas, sólo con las cuales puede conseguirse un
verdadero resultado en cualquier camino, dicha graduación se ha impuesto en todos los
tiempos y en toda forma de actividad, en todo campo práctico o especulativo.
Así, pues, la división en tres grados fundamentales es tan necesaria y natural que siempre se
llega a ella, prácticamente de una manera o de otra. No menos necesaria aparece (aunque
no corresponde al presente "Manual" examinarlo detenidamente) la adición de grados
suplementarios, que constituyan una mejor realización del programa de los primeros, y a
pesar de que se rechacen o no se quiera reconocerlos, siempre reaparecerán en una forma o
en otra. La Masonería siempre los ha tenido, aunque no siempre hayan sido distinguidos
exteriormente.
mismo Plan del Gran Arquitecto, cualquiera sea la concepción o interpretación individual
de este término simbólico.
LA EXALTACIÓN AL MAGISTERIO
Pocas ceremonias pueden ofrecer, con igual sencillez, un aspecto tan trágico y un
significado tan sublime como ésta con la que se recibe al Compañero en la Cámara de los
Maestros.
Su primera acogida es, pues, todo lo contrario de lo que éste hubiera esperado en un
principio, como premio de sus esfuerzos: se lo introduce brutalmente en esta: Cámara, bajo
la acusación de un crimen misterioso que acaba de ser cometido, del que no puede
comprender ni la naturaleza ni la razón. Se lo somete a un interrogatorio severo, que sólo le
revela las sospechas que pesan sobre él, sospechas que no disipan enteramente la blancura
de sus manos y de su mandil. Se lo hace pasar, como prueba decisiva, sobre el mismo
cadáver, para tener la seguridad de que sus pies no vacilen en el acto.
Esta muerte o caída simbólica en poder de las fuerzas que personifican la causa del mal, es
el preliminar necesario para la sucesiva anagogia o resurrección que espera al iniciado en su
exaltación, su perfecto "renacimiento" en la conciencia de lo Real que es Vida Eterna,
Inmortal y Permanente.
No se alcanza, pues, el Magisterio del Arte Real sin pasar por la muerte -y por todas las
condiciones y circunstancias análogas de la vida- con pie firme y seguro, que tenga el poder
de superarla, como las demás ilusiones de las cuales son esclavos los hombres. Pues cuando
cesa el temor de las cosas, cesa también nuestra creencia en su poder, y, en consecuencia,
su mismo poder sobre nosotros y sobre nuestra existencia. Entonces cesamos de ser
esclavos de ellas.
LA ACUSACIÓN
La acusación que lleva al compañero ante el umbral de la Tercera Cámara -acusación que
se refiere a un crimen todavía desconocido para él - es el primer elemento que se presenta a
nuestra consideración.
Los demás Maestros lo reciben primero como jueces inexorables de su conducta y de sus
intenciones: un juicio semejante al de Anubis, en aquel Ritual Iniciático egipcio que se
llama el "Libro de los Muertos". Sus buenas y malas acciones pasadas y su conducta e
intenciones presentes han de ser pesadas con toda equidad y justicia, pues con éstas se trata
de amortiguar aquéllas, para prepararse dignamente al futuro que lo espera.
Su conciencia, el mandil cuya blancura se examina primero, antes de admitirlo, ha de ser
límpida y sin mancha (todos deben convencerse de ello) y sus manos, símbolos del
pensamiento y de la voluntad que concurren en la acción, han de ser igualmente puras y
limpias, para que se hagan instrumentos de un Poder trascendente que lo hará superior a los
demás aprendices y compañeros.
Los primeros tres, grados simbólicos, nos han legado a nosotros de una edad cuando los
símbolos eran utilizados, no para revelar, sino para cubrir. Era una edad, cuando el
aprendizaje más común era confinado a unos pocos selectos. Era una edad en la que los
principios más simples de moralidad parecían verdades recientemente descubiertas.
Por lo tanto, pudo parecerle a uno que sus lecciones en moralidad no eran nuevas, la
instrucción científica solo rudimentaria, y los símbolos explicados en forma imperfecta. Sin
embargo, estos grados antiguos y hermosos ahora se mantienen, en su grandeza ruda y
mutilada, como columnas quebradas de un templo Druídico sin techo. Son la entrada al
gran templo Masónico, las triples columnas del pórtico.
Habéis dado el primer paso sobre el umbral, a través del pórtico, hacia el santuario interno
y el corazón del templo. Ahora estáis en el camino que conduce cuesta arriba a la montaña
de la verdad. Depende de vuestra Reserva, Obediencia y Fidelidad, para avanzar, o seguir
estacionario.
Aprender, hacerse sabio, es una necesidad de cada alma verdaderamente noble. Enseñar,
compartir nuestra sabiduría y conocimiento con otros, es el impulso de una naturaleza
noble, y el trabajo más digno del hombre. Lograr la verdad, y servir a nuestro país y la
humanidad, es un destino verdaderamente noble. De aquí en adelante y toda vuestra vida,
estos principios deben dirigir vuestra conducta diaria. Si ascendereis a este destino alto,
avanzad. Si teneis otros objetivos menos nobles y estáis contento con un vuelo más bajo,
deteneos aquí; dejad a otros escalar a las alturas y la Masonería que satisfaga su misión. Si
avanzáis, ceñid vuestras espaldas, pues el camino es largo y laborioso. El placer, todo
sonriente, os hará señas por un lado, mientras que por otro, la indolencia os invitará a soñar
entre las flores. Preparaos a través de la Reserva, Obediencia y Fidelidad para resistir las
tentaciones de ambos.
Cuando prestáis un juramento ante Dios, evitad el no pagarlo. Es mejor que vos no juréis, a
que juréis y no pagarlo. No seáis impetuoso con vuestra boca, no permitáis que vuestro
corazón sea precipitado de proferir cualquier cosa frente a Dios. Pues Dios está en el cielo y
vos estáis sobre la tierra. Por tanto, haced que vuestras palabras sean pocas. Considerad
bien que es lo que vos prometéis, pero una vez que se dé la promesa y el compromiso,
recordad que aquél que es falso con sus obligaciones será falso con su amigo, con su
familia, con su país y con Dios. La palabra de un Masón, como la palabra de un Caballero
en la época del Código de Caballería, debe ser sagrada, y el juicio de sus hermanos sobre él
que viole su obligación debe ser tan severo como el juicio de los censores Romanos sobre
el que violó su juramento.
La buena fe es venerada entre los Masones como era entre los Romanos, los que colocaron
su estatua al lado de Júpiter Optimus Maximus. Nosotros, como los Romanos y los
caballeros de antaño, sostenemos que la calamidad debe ser elegida siempre antes que la
bajeza y que uno debe elegir siempre morir antes que ser deshonrado. Un francmasón, por
lo tanto, debe ser un hombre de honor y de conciencia, prefiriendo su deber antes que
cualquier otra cosa, incluso antes que su vida; independiente en sus opiniones, de buenas
morales, sumiso a las leyes, dedicado a la humanidad, a su país, a su familia; bueno e
indulgente con sus hermanos, amigo de todos los hombres virtuosos, y listo para asistir a
sus compañeros por todos los medios en su poder.
Así vos fuereis fiel a vos mismo, a vuestros compañeros, y a Dios, así haréis honor al
nombre y al grado de Maestro Secreto; el cuál, como otros honores Masónicos, degrada si
es que no es merecido.
Historia y Moral
del
Grado de Maestro Secreto IV
Que la escuadra os haga acordar siempre de que debéis andar por el camino de la rectitud, y
jamás desviaros a los tentadores senderos del error. Que la escuadra os haga pensar a cada
momento de que ahora habéis pasado de la escuadra a los compases, lo mismo que el
geómetra que pasa de las líneas rectas y de los ángulos por medio de los cuales mide las
superficies de la tierra, a las grandes curvas y círculos con los que calcula los movimientos
de los astros. Comenzad ahora a elevaros sobre la tierra, y a escalar las esferas del
conocimiento espiritual, porque ahí, y no sobre la tierra, podréis encontrar la Verdad y LA
PALABRA PERDIDA.
Contemplad nuestra Logia revestida de luto, querido hermano, y a los hermanos que se han
revestido de pesar, por la muerte del Maestro Khurum, (“Khurum, llamado (traducido)
impropiamente Hiram, es Khurom, el mismo que Herra, Hermes y Heracles, la
personificación de la Luz y del Sol, el Mediador, Redentor y Salvador”. Albert Pike, Moral
y Dogma.) y por el eclipse de la luz y de la verdad, ocasionado por las negras, torvas y
funestas nubes de la oscuridad y del error. El duelo por la pérdida de aquellos que amamos
es muy natural y propio. Pero nosotros lamentamos no solamente la muerte de un amigo y
de un benefactor, sino también la pérdida de la VERDADERA PALABRA, de la que se
nos ha privado por su muerte, y la que debemos buscar hasta encontrarla.
Esta Logia representa aquella del Sarim, o del Príncipe de Israel, reunida inmediatamente
después de la muerte de Khurum, y antes de que se descubriera a sus asesinos cuando
Adoniram, que estuvo a cargo de la exacción de tributos, fue nombrado Vigilante y Jefe de
los Trabajos en su lugar interinamente y cuando Azariah ben Nathan fue nombrado en lugar
de Adoniram y en reemplazo de éste se puso a Jehoshaphat a cargo de los Siete Príncipes,
elevándose a Jerboam al grado de Príncipe y Maestro para llenar la vacante que se había
producido.
El Maestro Hiram era un hombre industrioso y honesto. Lo que estaba empleado a hacer lo
hacia diligentemente, y lo hacia bien y fielmente. Él no recibía ningún salario que no le
correspondía. La Industria (Laboriosidad) y la Honradez son las virtudes inculcadas
peculiarmente en este grado. Son virtudes comunes y caseras pero no por eso indignas de
nuestra atención. Así como las abejas no aman ni respetan a los abejones, así la Masonería
ni ama ni respeta a los desocupados, ni a los que viven a expensas de otros; y menos a los
parásitos que viven a costa de la misma Orden. Pues él que es ocioso es probable que llegue
a volverse disipado y vicioso; y la honradez perfecta, que debería ser la calificación común
de todos, es más rara que los diamantes. Aquí nos enseñan a hacer lo que tenemos que
hacer con seriedad y constancia, con fidelidad y honestidad, y quizás esto sea poco, cuando
es considerado desde todo punto de vista, de incluir todo el cuerpo de la ley moral, porque
incluso en sus aplicaciones mas comunes y caseras, estas virtudes pertenecen al carácter de
todo Maestro Secreto.
Pensamos, a los veinte años de edad, que la vida es demasiado larga para lo que tenemos
que aprender y hacer, y que hay una distancia casi fabulosa entre nuestra edad y la de
nuestro abuelo; pero cuando a la edad de sesenta, si somos lo bastante afortunados en
alcanzarla, o bastante desafortunados de acuerdo con las circunstancias, y según como
hayamos invertido o malgastado nuestro tiempo, miramos atrás a lo largo del camino que
hemos recorrido, hacemos cuentas y nos esforzamos para balancearlas con tiempo y
oportunidad, encontramos que hemos hecho la vida demasiado corta, y hemos
desperdiciado una porción enorme de nuestro tiempo. Entonces, en nuestra mente,
deducimos de la suma total de nuestros años, las horas que hemos pasado innecesariamente
en sueño; las horas de trabajo de cada día durante las cuales la superficie de la parte
inactiva de la mente no ha sido revuelta ni ha sido desordenada por un solo pensamiento
digno; los días de los que nos hemos alegrado de se vayan para lograr un cierto objeto
verdadero o imaginado que venia después, entre los cuales y nosotros estaban esos días
intermedios; las horas peor que perdidas en locura y disipación o malgastadas en estudios
inútiles e improductivos, y nosotros reconocemos con un suspiro que habríamos podido
aprender y hacer, en diez años bien utilizados, más de lo que hemos hecho en nuestros
cuarenta años de masculinidad.
Aprender y hacer - éste es el trabajo del alma aquí abajo. El alma crece tan cierto como
crece un roble. Mientras el árbol toma el carbón del aire, el rocío, la lluvia y la luz, y el
alimento que la tierra provee a sus raíces, y por su misteriosa química las transmuta en
savia y fibra, madera y hoja, flor y fruta, perfume y color, así el alma se satura de
conocimiento, y, por una alquimia Divina, cambia lo que aprende en su propia substancia, y
crece de adentro hacia afuera con una fuerza y una energía inherentes como esas ocultas en
el grano del trigo.
El alma tiene sus sentidos como el cuerpo que puede ser cultivado, agrandado, refinado
mientras el mismo crece en estatura y proporción, y aquél que no puede apreciar una
pintura o una estatua fina, un poema noble, una armonía dulce, un pensamiento heroico o
acción desinteresada; o a quién la sabiduría de la filosofía es solamente insensatez y
charlatanería y el pensamiento más elevado de menos importancia que el precio de las
acciones de la bolsa, vive simplemente en el nivel de la trivialidad y se enorgullece
apropiadamente de esa inferioridad de los sentidos de su alma que es solo la inferioridad y
el desarrollo imperfecto de esa misma alma.
Dormir poco y estudiar mucho, decir poco y oír y pensar mucho, aprender para que seamos
capaces de hacer, y luego hacer honestamente y vigorosamente lo que se pueda requerir de
nosotros por el deber y por el bien de nuestros compañeros, de nuestro país y de la
humanidad; ser honestos en nuestros contratos, sinceros en la afirmación, francos en
negociar y fieles en la ejecución, fingir no lo que es falso ni cubrir lo que es verdadero, ni
mentir, sea en una pequeña cosa o en un grande, evitando lo que engañe al igual que lo que
es falso - éstos son los deberes de cada Masón que desee imitar al Maestro Hiram.
Debe ser el deseo honesto de cada Maestro Perfecto vivir y tratar y actuar de tal forma que
cuando le toque a él morir, sea capaz de decir, y su conciencia de juzgar, que no hay
hombre en la tierra que sea más pobre, porque él es más rico; que lo que el tiene, lo ha
ganado honestamente; y que ningún hombre puede ir frente a Dios y reclamar que, por las
reglas de la equidad administradas en Su Gran Cancillería, esta casa en la cual morimos,
esta tierra que legamos a nuestros herederos, este dinero que enriquece a los que sobreviven
para llevar nuestro nombre, es suyo y no nuestro, y que nosotros, en ese foro, somos
solamente sus administradores. Pues es mas que seguro que Dios es justo y que Él
severamente hará cumplir tal fideicomiso; y a todos a quienes despojemos, a todos a
quienes defraudemos, a todos de quiénes tomemos o ganemos cualquier cosa sin
consideración justa y equivalente, Él decretará la remuneración total y adecuada.
Tened cuidado, entonces, que vos no recibáis ningún salario, aquí o en otra parte, que no
sea vuestra justa recompensa; pues si lo hiciereis, vos injuriáis a alguien tomando lo que, en
la Cancillería de Dios, pertenece a él; ya sea lo que toméis sea riqueza, o grado, o
influencia, o reputación.
El deber es esa influencia virtuosa que controla y guía al Masón en un camino sin rodeos en
la vida. Realizar ese deber, sea este recompensado o no debe ser la preocupación de todo
Masón aún si lo que hace es desconocido por la humanidad, si somos gobernados por la
inclinación y no por el deber: si somos despiadados, críticos ásperos o injuriantes en
nuestros relaciones o tratos en la vida - si somos amos ásperos o criados infieles -, si somos
amigos traidores o malos vecinos o competidores amargos o políticos corruptos o
negociadores mañosos, nos salimos del camino verdadero.
La fidelidad es un deber no solo con nuestras obligaciones, es también un deber, con los
compañeros y sobre todo con el Gran Arquitecto del Universo que dirige todas nuestras
acciones. Zabud era celoso y fiel en su dedicación al rey Salomón, lo que casi le costó su
vida. Si el habría sido más astuto o sagaz de una manera egoísta, él habría sido precavido
para evitar la detección, pero su sentido del deber prevaleció sobre cualquier pensamiento
que no sea el bienestar de su Maestro Real. Tal obligación vino no por algún convenio ni
por su intención expresada pero no implicada, sino como un deber que se originaba dentro
de su misma alma.
Como Masones, nuestro deber es ser buenos y cariñosos el uno con el otro. Debe haber
mucho más del verdadero espíritu de hermandad entre nosotros, más comprensión de las
faltas de cada uno, más perdón, más preocupación por cada uno. De ese modo, debemos
corresponder amor y amabilidad como podamos o como se presente la oportunidad. Nada
debe permitirse que interfiera con esa amabilidad y afecto, ni siquiera la competición
mercenaria ni la ambición egoísta, ni la envidia y celos de otros.
El hombre generoso nunca puede aprobar el desacuerdo y los conflictos entre sus
hermanos. Solo el malo y egoísta se deleita con la discordia. Es lo más bajo de la
humanidad hacer que los hombres piensen mal entre ellos. El deber de un Masón es
esforzarse para lograr que los hombres piensen mejor de su vecino, acallar, en vez de
agravar las dificultades, reunir a los que han dañado sus relaciones y han perdido la
amistad, evitar que amigos se conviertan en enemigos, y persuadir a enemigos a convertirse
en amigos. Para hacer esto, se deben controlar las propias pasiones, y no ser impetuosos ni
precipitados, ni muy rápidos en tomar ofensa, ni fáciles de llevarse por el enojo. Salomón
encolerizado mantuvo el control de si mismo y, usando el juicio sano y la buena voluntad,
fue capaz de persuadir a su colega de aplacar su cólera. La cólera es una tormenta en la cual
la voz de la razón raramente puede ser oída.
Ved, por lo tanto, que primero controlando vuestro propio genio, y gobernando vuestras
propias pasiones, vos podeis capacitaros para mantener la paz y armonía entre los hombres,
y muy especialmente entre los hermanos. Por sobre todo, recordad que la Masonería es el
reino de la paz donde no debe haber disensión.
Historia y Moral
del
Grado Secretario Íntimo Grado VI
En este grado se nos enseña particularmente a tener celo y lealtad; de ser desinteresados y
benévolos, y de actuar cómo pacificadores en caso de disensiones, disputas y pleitos entre
los hermanos.
El deber es el magnetismo moral que controla y guía al verdadero Masón en su curso sobré
los máres tumultuosos de la vida. Ya sea que las estrellas del honor, de la reputación y de la
recompensa brillen o no en la luz del día o en la obscuridad de la noche, de las dificultades
y de la adversidad, en la calma o en la tempestad, aquel infalible compás le mostrará el
verdadero curso que deberá seguir, y le indicará con certeza dónde se encuentra el puerto
lejano, que el no alcanzarlo, significa naufragio y deshonor. El verdadero Masón seguirá su
orden silenciosa, como el marinero, cuando la costa está por muchos días lejos de la vista, y
el océano sin sendero ni linderos se extiende a su alrededor, obedece la indicación de la
aguja, nunca dudando de que apunta fielmente hacia el norte.
Cumplir co ese deber, ya sea recompensado o no, es el único cuidado del verdadero Masón.
Y no importa, si al cumplirlo carezca de testimonios, y si lo que ejecuta será eternamente
ignorado por la humanidad.
Todo hombre comete en su propia vida suficientes pecados, y tiene el sus designios
bastantes preocupaciones, en su propia fortuna suficientes contratiempos y en la ejecución
de su oficio bastantes fallas, para entretener su propia mente; de modo que la curiosidad en
los asuntos de otros seres, no puede estar exenta de envidia y mala intención.
Deberla ser una objeción bastante decisiva para excluir a cualquier persona de la sociedad
de los Masones, el no demostrar desinterés y generosidad, tanto en sus actos cómo en la
opinión sobre los demás y en sus interpretaciones de sus conductas. Aquel que es egoísta y
agarrado, severo y miserable, no permanecerá dentro de los límites estrictos de la honradez
y dé la verdad, pero cometerá muy pronto injusticia. Aquél que se ama demasiado a sí
mismo tiene forzosamente que amar muy poco a los demás; y aquel que tiene el mal hábito
de dar severos juicios, no tarda mucho en darlos injustos.
El hombre generoso no se preocupa de no dar más de lo que él recibe; pero prefiere que el
balance en el libro de los beneficios sea á su favor. Aquel que ha recibido enteramente pago
por todos los beneficios y favores que ha conferido, se asemeja a un pródigo, que ha
consumido todo su patrimonio. y después se lamenta encontrar su tesoro vacío. Aquel que
corresponde los favores con la ingratitud incrementa, en lugar de disminuir, el caudal del
que obsequia; y aquel que no puede retornar un favor es igualmente pobre, ya sea que su
incapacidad provenga de su pobreza de espíritu, vileza de alma o indigencia pecuniaria.
Si uno es caudaloso por tener invertidas grandes cantidades de dinero, y cuyo volumen de
fortuna consiste en obligaciones que ligan a otros hombres a pagarle dinero, lo está mucho
más con aquel a quien muchos le deben vastas recompensas de bondades y favores. Fuera
de una suma moderada cada año, el hombre acaudalado solamente invierte sus rentas; y
aquello que él nunca utiliza es todavía como favores dejados de retornar y bondades sin
reciprocidad, una verdadera y real parte de su fortuna.
Un hombre de estas cualidades procura proteger a los débiles contra los abusos de los más
fuertes, y a los indefensos contra la rapacidad y astucia.
E1 es capaz de socorrer y confortar al pobre, y un guardián, bajo Dios, de sus inocentes e
indefensos pupilos. El valoriza a los amigos más que las riquezas o la fama, y a la gratitud
más que al dinero o el poder. Un hombre así es noble por el privilegio de Dios, y sus
escudos de armas y blasones se encuentran registrados en el gran libro de la heráldica del
cielo. Porque nadie puede ser un buen Masón, al igual de un perfecto caballero, si no es
generoso, liberal y desinteresado. El ser liberal, pero sólo con lo que es de nosotros; ser
generoso, pero sólo cuando hayamos sido primero justos; dar cuando esto significa para
nosotros un sacrificio del hijo o de las comodidades, esto es Masonería en realidad.
Aquel que es mundano, codicioso o sensual, tendrá que modificarse antes de poder
convenirse en un buen Masón. Si estamos gobernados por inclinación pero no por el deber;
si somos ásperos, severos, hipercríticos o nocivos en nuestras relaciones o intercambios en
la vida; si somos padres desleales, o hijos desobedientes; si somos patrones duros o
servidores desleales; si somos amigos traidores o malos vecinos, o competidores
encarnecidos, o políticos corrompidos y sin principios, o comerciantes astutos y de mala
ley, entonces nos encontraremos a una distancia muy lejos de la verdadera luz Masónica.
Cuando vea el Masón que se ha producido una disputa o nota que hay odio entre los
hermanos, entonces comprenderá que la Masonería se ha ahuyentado: porque Masonería
significa PAZ, CONCORDIA y AMOR FRATERNAL.
Estas son las lecciones de este grado. Habéis prometido que ellas serán la pauta, la ley y el
guía de vuestra vida y conducta. Si así lo hiciereis tendréis los títulos requeridos para
avanzar en la Masonería. Si no fuese así, habéis ido ya demasiado lejos.
Grado 07º R.·.E.·.A.·.A.·.
Preboste y Juez
Los que son investidos con el poder del juicio deben juzgar las causas de todas las personas
vertical e imparcialmente, sin ninguna consideración personal del poder del fuerte, o del
soborno de los ricos, o de las necesidades de los pobres. Ésta es la regla cardinal que nadie
disputará, aunque muchos son incapaces de observarla.
Pero deben hacer más. Deben deshacerse del prejuicio y de la preconcepción. Deben oír
pacientemente, recordar con exactitud, y considerar cuidadosamente los hechos y los
argumentos ofrecidos ante ellos. No deben saltar precipitadamente a conclusiones, ni
formar sus opiniones antes de que hayan oído a todos. No deben presumir crimen o fraude.
No deben ser gobernados por el orgullo obstinado de la opinión, ni ser demasiado fáciles y
condescendientes con las opiniones y los argumentos de otros. Al deducir del motivo del
acto probado, no deben asignarle al acto ni los mejores motivos ni los peores, sino
solamente ésos que ellos considerarían justos y rectos para que el mundo les asigne, si ellos
mismos lo habrían hecho; ni deben esforzarse de crear muchas pequeñas circunstancias que
no pesan nada por separado, pesan mucho juntas, para probar su propia agudeza y
sagacidad.
El daño y la injusticia una vez hechos no pueden deshacerse, pues son eternos en sus
consecuencias; una vez cometidos son contados en el pasado irrevocable. El mal que se
hace contiene su propia pena merecida tan seguramente y tan naturalmente como la bellota
contiene el roble. Sus consecuencias son su castigo.
Seamos justos, entonces, en juzgar los motivos de otros hombres. Sabemos muy poco de
los méritos o de los deméritos verdaderos del prójimo. Muy rara vez podemos decir con
certeza que este hombre es más culpable que aquel, o incluso que este hombre es muy
bueno o muy malo. A menudo las personas más viles dejan detrás de ellas reputaciones
excelentes.
Hay muy pocos de nosotros que, en cierta etapa de nuestra vida, no hayamos estado al
borde de cometer un crimen. Cada uno de nosotros puede mirar atrás, y estremeciéndonos,
ver el momento en que nuestros pies se posaban sobre los despeñaderos resbaladizos que
sobresalían del abismo de la culpabilidad; y cuando, si la tentación hubiera sido un poco
más urgente, o un poco mas continua, si la pobreza nos hubiera presionado un poco más
duramente, o si un poco más de vino hubiera turbado más nuestro intelecto, destronado
nuestro juicio, o inflamado nuestras pasiones, nuestros pies hubieran resbalado, y
hubiéramos caído, para nunca levantarnos otra vez.
¿Cuándo condenamos o compadecemos al caído, cómo sabemos que, tentados como él,
nosotros no hubiésemos caído como él, tan pronto, y quizás con menos resistencia? ¿Cómo
podemos saber lo que debemos hacer si estaríamos sin empleo, el hambre asediando, flacos
y hambrientos, en nuestro hogar frío, y nuestros niños llorando por el pan? No caemos
porque no estamos lo suficientemente tentados. Ése que ha caído puede ser en su corazón
tan honesto como nosotros. ¿Cómo sabemos que nuestra hija, hermana, esposa, podría
resistir el abandono, la desolación, la angustia, la tentación, que sacrificaron la virtud de la
pobre hermana de la vergüenza? Quizás ellas también no han caído, porque no han sido
tentadas grandemente.
Seremos, por lo tanto, justos al juzgar a otros hombres, sólo cuando seamos caritativos; y
debemos asumir la prerrogativa de juzgar a otros solo cuando el deber es forzado sobre
nosotros; puesto que estamos casi tan seguros de errar, y las consecuencias del error son tan
serias. Ningún hombre necesita codiciar el cargo de Juez; ya que al asumirlo se asume la
responsabilidad más grave y más abrumadora. Sin embargo la habeis asumido; todos la
asumimos; pues el hombre esta siempre listo para juzgar, y siempre listo para condenar a su
vecino, mientras que estando sobre el mismo estado del caso él se absuelve a si mismo.
Aseguraos, por lo tanto, de ejercitar el cargo cautelosamente y caritativamente, para que no,
al juzgar al criminal, se cometa un mal más grave que aquel por el cual se condena, las
consecuencias de lo cual deben ser eternas.
En resumidas cuentas, por lo tanto, haced que el verdadero Masón nunca olvide el solemne
mandato necesario de tener presente en cada momento de una vida ocupada:
"No juzguéis, para no ser juzgado; pues con el juicio que juzgueis vos sereis juzgado; y con
la medida que norméis, vos sereis medido otra vez."
Historia y Moral
del
Grado de Preboste y Juez VII
El rey Salomón, después de la muerte del maestro Khururn, para que se pudiera administrar
justicia entre los trabajadores del Templo, y para escuchar sus quejas, y luego decidir sobre
sus disputas, nombro a siete Prebostes y Jueces, para arreglar sus demandas, escuchar sus
quejas, y resolver cualquier disputa o diferencia entre ellos. El designo a Azarías ben
Nathan para que fuera el 1er. Preboste y Juez; a Alihoreph y Ahaiah Beni Shaisha como
Maestros de los Registros, con el título de «Inspectores»; y a otros cuatro conocedores de
las leyes de Moises para completar el número y constituir el Tribunal.
Ellos tenían sus reuniones en la Cámara Central del Templo, adonde se guardaban los
Registros del Tribunal; y ahí es donde ellos contemplaban arreglaban las diferencias y
demandas entre los trabajadores, y determinaban todas las apelaciones sobre los fallos de
un solo Preboste y Juez, empleando las mismas leyes a los Fenicios como a los Hebreos;
empeñándose de administrar justicia, según la ley de Moises entre hombre y hombre.
Esta es la relación breve que ha llegado hasta nosotros referente a la institución de este
grado.
La lección que este grado quiere inculcar es justicia, en decisión y juicio, lo mismo que en
nuestro intercambio y trato con los demás hombres.
Enseña esas verdades que son escritas por el dedo de Dios sobre el corazón del hombre,
esas opiniones del deber que han sido labradas por las meditaciones de los estudiosos,
confirmadas por la alianza de lo bueno y sabio, y estampadas como esterlina por la
respuesta que encuentran en cada mente no corrompida. No dogmatiza, ni vanamente
imagina que la certeza dogmática pueda ser alcanzable.
Es el más triste de todos los cuadros sobre esta tierra, ese de un hombre perezoso y lujoso, o
duro y miserable, a quien la indigencia apela en vano, y el sufrimiento llora en lenguaje
desconocido. El hombre cuya cólera impulsiva lo precipita a la violencia y al crimen no es
ni la mitad tan indigno de vivir. Él es el administrador desleal que desfalca lo que le ha
dado Dios para administrar para el empobrecido y sufrido entre sus Hermanos. El Masón
verdadero debe estar, y debe tener el derecho de estar, satisfecho consigo mismo; y puede
serlo solo cuando vive no para el solamente, pero para otros también, que necesitan su
ayuda y tienen derecho a su simpatía.
“La Caridad es el gran canal." se ha dicho bien, "a través del cual Dios pasa toda Su
misericordia sobre la humanidad; pues nosotros recibimos la absolución de nuestros
pecados en proporción con nuestro perdón de nuestro Hermano. Ésta es la regla de nuestras
esperanzas y la medida de nuestro deseo en este mundo; y en el día de la muerte y del
juicio, la oración más grande sobre la humanidad será pronunciada según nuestras metas, lo
que es la otra parte de la Caridad. Dios mismo es amor; y cada grado de Caridad que mora
en nosotros es la participación de la naturaleza Divina "
Estos grados también estan para enseñar más que moral. Los símbolos y las ceremonias de
la Masonería tienen más de un significado. Encubren antes que divulgan la verdad. A lo
máximo solo hacen alusión; y sus significados variados deben ser descubiertos solo
mediante la reflexión y el estudio. La Verdad es simbolizada no solo por la Luz, pero así
como el rayo de Luz es separable en rayos de diversos colores, también es la verdad
separable en clases. Es la competencia de la Masonería enseñar todas las verdades, no solo
la verdad moral, sino la verdad política y filosófica, e incluso la verdad religiosa, en cuanto
concierne a los grandes y esenciales principios de cada uno.
Dondequiera que un pueblo sea apto para ser libre y para gobernarse, y se esfuerce
generosamente para serlo, ahí van todas sus simpatías. Detesta al tirano, al opresor sin ley,
al usurpador militar, y a todo el que abuse al poder legal. Frunce el ceño frente a la crueldad
y el desprecio imperdonable de los derechos de la humanidad. Aborrece al patrón egoísta, y
ejerce su influencia para aligerar las cargas que la necesidad y la dependencia imponen al
trabajador, y para fomentar esa humanidad y amabilidad que el hombre debe incluso a su
hermano más pobre y más desafortunado.
El Masón verdadero identifica el honor de su país con el suyo propio. Nada más conduce a
la belleza y a la gloria de su país que la preservación de su libertad civil y religiosa contra
todos los enemigos. El mundo nunca estará dispuesto a dejar morir los nombres de esos
patriotas que en sus diversas épocas han recibido sobre sus propios pechos los golpes
apuntados por enemigos insolentes al seno de su país.
Recordad que la duración de la vida no es medida en horas y días, pero por lo que hemos
hecho en ella por nuestro país y clase. Una vida inútil es corta, si dura un siglo; pero la de
Alejandro el Magno fue larga como la vida del roble, aunque él murió a los treinta y cinco.
Podemos hacer mucho en unos pocos años, y tal vez no hagamos nada en el curso de la
vida. Si solo comemos y bebemos y dormimos, y dejamos que todo acontezca alrededor de
nosotros como sea; o si vivimos solo para amasar riquezas o lograr un cargo o llevar títulos,
mas valdría no haber vivido nunca.
Este grado, esta dedicado a los mismos objetivos que el de los Elegidos de los Nueve;
también a la causa de la tolerancia y de la liberalidad, contra el fanatismo y la persecución;
a la educación, la instrucción y la iluminación, contra la ignorancia y el error.
La tolerancia verdadera sostiene que cada hombre tiene el mismo derecho a su opinión y fe
que el que tenemos que nosotros. La liberalidad verdadera afirma, que ningun ser humano
puede con certeza decir en el choque y conflicto de fes y credos opuestos, cual es la
Verdad, o que él este con seguridad en posesión de ella, así pues, por lo tanto, todos deben
sentir que es absolutamente factible que otro, igualmente honesto y sincero, y aun así
manteniendo la opinión contraria, puede estar en posesión de la Verdad. Afirma ademas
que lo que uno firmemente y conscientemente cree, es Verdad para él. Estos conceptos de
la tolerancia y de la liberalidad son enemigos mortales de ese fanatismo que persigue nada
mas que por la opinión, e inicia cruzadas contra lo que, en su imaginaria santidad, juzga ser
contrario a la ley de Dios o a la veracidad de su dogma.
La educación, la instrucción y la iluminación son las necesidades más ciertas por las cuales
el fanatismo y la intolerancia se pueden considerar impotentes.
Ningún Masón verdadero se burla de convicciones honestas o del celo ardiente en la causa
de lo que uno cree ser verdad y justicia; pero si niega absolutamente el derecho de cualquier
hombre de asumir la prerrogativa de la Deidad y de condenar la fe y opiniones de otra
persona como mereciendo ser castigada. La intolerancia y el fanatismo han sido
maldiciones infinitamente mayores para la humanidad que la ignorancia y el error. ¡Mejor
cualquier error que la persecución! ¡Mejor cualquier opinión que las empulgueras, el potro
del tormento, y la estaca! ¡Cuan exageradamente absurdo es para una criatura a quien ella
mismo y todo alrededor de élla son misterios para torturar y matar a otros porque no pueden
pensar como élla lo hace respecto a lo mas profundo de estos misterios, o porque no pueden
entender lo que está absolutamente más allá de la comprensión sea del perseguidor o del
perseguido!
La Masonería requiere de cada hombre a hacer algo, de acuerdo a sus medios; no hay
hombre que no pueda hacer algo, si no solo, entonces en asociación con otros. Nunca
sabemos el valor fundamental del acto que hacemos. ¡Cuan a menudo un acto de caridad,
costando poco al que lo hace, ha dado al mundo un gran pintor, un gran músico, un gran
inventor! ¡Cuan a menudo tal acto desarrolló al muchacho andrajoso en benefactor de su
pueblo! ¡En qué circunstancias pequeñas, al parecer poco importantes han cambiado y han
definido los destinos de los benefactores más grandes del mundo!
No hay ley que limite las recompensas que se pueden cosechar de un solo acto bueno. La
pizca de la viuda puede no solo ser aceptable a Dios pero puede producir tan grandes
resultados como el ofrecimiento costoso de un hombre rico.
Y así, los Masones pueden hacer mucho, si cada uno este satisfecho de hacer su parte, y si
los esfuerzos unidos son dirigidos por consejos sabios hacia un propósito común.
Si la Masonería sea fiel a su misión, y los Masones a sus promesas y obligaciones; si,
ingresando vigorosamente a la política de beneficencia, ella, y ellos, la perseguirán
seriamente y resueltamente; recordando que nuestra contribución a la causa de la caridad y
la educación merecen el crédito más grande cuando nos cuesta algo hacerlas; si nosotros
vamos a dar ayuda a estas causas, no caprichosa ni espasmodicamente, sino regularmente e
incesantemente, así como se elevan los vapores y los ríos fluyen, y así como sale el sol y las
estrellas aparecen en los cielos, entonces será realizada en toda su perfección, la expresión
universal del ideal Masónico verdadero.
Los deberes de un Príncipe Emeth son: ser serios, veraces, confiables y sinceros; para
proteger a la gente contra imposiciones y exacciones ilegales; y para ver tanto como él deba
o pueda, que quienes soportan las cargas cosechan las ventajas.
Riquezas y pobreza, alegrías y pesares, los lazos de la vida ligados o rotos, aptos y
afortunados, o enojoso y doloroso son todas lecciones. Los acontecimientos no son
desechados ciega y negligentemente. La providencia no enseña a un hombre y cierne a otro
del ensayo fogoso de sus lecciones. No tiene ni favoritos ricos ni víctimas pobres. Un
acontecimiento le sucede a todos. Una meta y un diseño concierne e insta a todos los
hombres.
Con paciencia, calma, dominio de uno mismo, desinterés y amabilidad cariñosa, la vivienda
humilde puede ser santificada y hacer más querida y noble que el palacio más altivo. Cada
hombre debe elegir tener a Dios como su amo, en lugar del hombre, y no debe intentar
escaparse de la escuela, sea por improbidad o limosna, para que no caiga en ese estado peor
que la desgracia, donde no puede tener ningún respecto para si mismo.
Hay lecciones duras en la escuela de la vida, que se ajustan cuidadosamente en todos sus
arreglos y tareas a los poderes y a las pasiones del hombre. No hay extravagancia en sus
enseñanzas ni es nada hecho solo por el efecto presente. El curso entero de la vida humana
es un conflicto con dificultades, y, si está conducido correctamente, un progreso en
mejoramiento.
Los grandes deberes que son inculcados por las lecciones enseñadas por los instrumentos
de trabajo de un Gran Maestro Arquitecto, exigiendo tanto de nosotros, y presuponer la
capacidad de realizarlos fielmente y completamente, nos trae inmediatamente a reflejar
sobre la dignidad de la naturaleza humana, y las vastas energías y capacidades del alma
humana; y a ese tema invitamos vuestra atención en este grado.
Hay muchas cosas en nosotros de las cuales no estamos claramente conscientes. Despertar
ese estado consciente a la vida y así conducir el alma hasta la luz, es una función de todo
gran servicio a la naturaleza humana.
Todos no solo tenemos insinuaciones mejores, pero somos capaces de cosas mejores de lo
que pensamos. La presión de alguna emergencia desarrollaría en nosotros poderes más allá
del prejuicio mundano de nuestros espíritus; y el Cielo trata con nosotros de tal manera, de
tiempo en tiempo, que pone de manifiesto esas cosas mejores. Hay cosas mayores y
mejores en todos nosotros de lo que el mundo toma en cuenta, o de lo que nosotros
tomamos en cuenta, si solo las descubríamos; y es una parte de nuestra cultura Masónica
encontrar estos rasgos de poder y devoción sublime, para resucitar estas impresiones
desvanecidas de generosidad, y abnegación; los legados casi desperdiciados del amor y la
bondad de Dios a nuestras almas; y para inducirnos a que cedamos a su dirección y control.
Que el Masón no olvide que la vida y el mundo son lo que los hacemos por nuestro carácter
social, por nuestra adaptación o falta de adaptación a las condiciones, las relaciones y los
empeños sociales del mundo. Al egoísta, al frío y al insensible; al arrogante y presuntuoso;
al orgulloso quién demanda más de lo que es probable recibir; al celoso, siempre con miedo
de que no recibirá bastante; a los que son desrazonablemente sensibles de las opiniones
buenas o malas de otros; a todos los violadores de las leyes sociales, el grosero, el violento,
el deshonesto y el sensual, a todos ellos, las condiciones sociales, por su misma naturaleza,
les presentarán molestias, decepciones y dolores apropiados a sus muchos caracteres.
Los afectos benévolos no girarán alrededor del egoísmo; los fríos de corazón deben esperar
encontrar frialdad; los orgullosos, arrogancia; los apasionados, cólera; y los violentos,
rudeza. Los que se olvidan de los derechos de otros no deben sorprenderse si los suyos son
olvidados; y los que se inclinan a los más bajos abrazos de la sensualidad, no deben
extrañarse si otros no se preocupan de encontrar su honor postrado, para elevarlo a la
memoria y el respecto del mundo.
Al apacible, muchos serán apacibles; con el bondadoso, muchos serán buenos. Un buen
hombre encontrará que hay bondad en el mundo; un hombre honesto encontrará que hay
honradez; y un hombre de principios encontrará principios e integridad, en las mentes de
otros.
Creed que hay un Dios; que Él es nuestro Padre; que Él tiene un interés paternal en nuestro
bienestar y mejoramiento; que Él nos ha dado poderes por medio de los cuales podemos
escapar del pecado y de la ruina; que Él nos tiene destinados a una vida futura de
interminable progreso hacia la perfección y hacia un conocimiento de Él. Creed esto:
"Pongo mi confianza en Dios," como todo Masón debe, y podéis vivir sosegadamente,
perdurar pacientemente, trabajar resueltamente, renunciar alegremente, esperar firmemente
y sed conquistadores en la gran lucha de la vida.
Grado 13º R.·.E.·.A.·.A.·.
Real Arco de Salomón
Todo trabajo trae su propia recompensa. Esto es tan cierto hoy como en el pasado remoto,
cuando aquellos que ayudaron a construir la Casa Santa del Templo trabajaban en la cantera
y el bosque; aunque entonces, como ahora, el trabajador serio y fiel no podría ver, quizás, el
producto final que su tarea diaria ayudaría a perfeccionar. Somos solo los instrumentos en
la Mano de Dios para lograr nuestra pequeña porción del gran diseño, el que verlo completo
no es privilegio de todos.
Pero el plan está ahí, aunque no lo veamos; y a cada uno de nosotros se asigna nuestra
porción del trabajo a hacer, grande o pequeño, según nuestra fuerza, habilidad y
conocimiento.
Por lo tanto todos llevamos una gran responsabilidad. Cuando esquivamos nuestra propia
tarea, agregamos de tal modo una carga injusta a nuestro compañero trabajador que tendrá
que hacer lo que hemos dejado de hacer. Nuestro descuido e indiferencia se vuelven no
solamente sobre nosotros mismos, pero sobre el inocente que no merece sufrir por nuestra
malicia. Ni podemos en nuestra ceguera esperar escapar las consecuencias inevitables de
todo que lo hacemos. Las leyes de retribución son inmutables como el destino. Incluso
como la recompensa con seguridad vendrá algún día a la industria, a la honradez y a la
fidelidad, así algún día el flojo y el trabajador descuidado deberá recoger la cosecha de su
propia indiferencia y apatía. No seáis engañados, Hermanos:
"Cualquier cosa que el hombre siembre, eso mismo, y nada mas, él cosechará."
La Masonería no inculca sus verdades. Ella las señala, una vez y brevemente; o alude a
ellas quizás obscuramente; o interpone una nube entre ellas y los ojos que serían
deslumbrados por ellas."Buscad y encontrareis" conocimiento y verdad.
Por lo tanto, enseña a sus miembros a amarse el uno al otro; dar el uno al otro ayuda y
soporte fraternales en todas las circunstancias de la vida; para compartir las penas y dolores
así como sus alegrías y placeres; cuidar las reputaciones, respetar las opiniones, y ser
perfectamente tolerantes de los errores de cada uno en materias de fe y credo.
Los dogmas acariciados de cada uno de nosotros no son, como nosotros queremos creer, la
pura verdad de Dios, pero simplemente nuestras conjeturas de la Verdad; los rayos
refractados y fragmentarios de luz que han caído en nuestras propias mentes.
No todos los errores son igualmente dañinos. Aquel que es el mas injuriante es el de
mantener un concepto indigno de la naturaleza y de las cualidades de Dios, y es este
concepto indigno el que la Masonería simboliza por la ignorancia de la Verdadera Palabra.
Para el Masón, Dios es nuestro Padre en el Cielo, ser sus hijos especiales es suficiente
recompensa de los pacificadores; Ver cuya cara es la esperanza más alta del puro de
corazón; quién esta siempre a la mano para fortificar y bendecir a sus seguidores
verdaderos; a quién nuestro amor ferviente es una deuda, y nuestra sumisión más humilde y
más paciente; cuya adoración más aceptable es un puro y piadoso corazón y una vida
benéfica, y a cuya disposición misericordiosa estamos resignados por esa muerte que
esperamos y creemos es solamente la entrada a una vida mejor.
Para hacer del Honor y el Deber las luces constantes del faro que guiará el barco de vuestra
vida sobre los mares tempestuosos del Tiempo; hacer eso que es lo correcto hacer, no
porque nos asegurará éxito o ganará el aplauso de los hombres o será la mejor política, pero
porque es lo correcto y por lo tanto debe ser hecho; para pelear incesantemente contra el
error, la intolerancia, la ignorancia y el vicio, empero apiadarse de los que yerran; ser
tolerantes incluso de la intolerancia, enseñar al ignorante y trabajar para rescatar al vicioso,
son los deberes de un Gran Elegido, Perfecto y Sublime Masón.
Un buen Masón es quien puede mirar a la muerte y ver su cara con el mismo semblante
como con el que escucha su historia; es quién puede desdeñar igualmente las riquezas
cuando él las tiene o cuando no las tiene; quién no esta más triste si estas están en el tesoro
de su vecino, ni mas elevado si estas brillan alrededor de sus propias paredes; uno que no es
movido por la buena fortuna que le llega o que se va de él; quien ni gasta sus bienes
prodigiosamente y absurdamente, ni tampoco las guarda avaramente; quién nunca piensa
que su caridad es costosa si una persona digna es la receptora; quién no hace nada por la
opinión, pero todo por la conciencia; quién es dadivoso y alegre con sus amigos, y
caritativo y clemente con sus enemigos; quién ama a su país, considera su honor, obedece
sus leyes; y quién desea y se esfuerza nada más que por cumplir su deber y honrar a Dios.
Historia y Moral
del
Grado de Gran Elegido, Perfecto y Sublime Mason XIV
Los principales obstáculos a su éxito son la apatía y la infidelidad de sus propios hijos, y la
indiferencia supina del mundo. En el rugido y el agolpamiento y prisa de la vida y
negocios, y el tumulto y el alboroto de la política, la voz reservada y silenciosa de la
masonería es desoida y desatendida. La primera lección que uno aprende, quien se
involucra en cualquier trabajo significante de reforma o de beneficencia, es, que los
hombres son esencialmente descuidados, tibios, e indiferentes en cuanto a todo que no se
refiera a su propio bienestar personal e inmediato.
Él que se esfuerza en servir, beneficiar, y mejorar el mundo, es como un nadador, que lucha
contra una corriente rápida, en un río azotado por los vientos creando olas furiosas.La
mayoría se rinden a la fuerza de la corriente, y flotan con ella a la orilla, o son arrastrados
hacia los rapidos; y solamente uno que otro corazón valiente, fuerte de brazos vigorosos
lucha hacia el éxito supremo.
Son los inmóviles y estaticos los que mas impiden la corriente del progreso; los Masones
que dudan y vacilan y se desalientan; que esperan que otros hagan todo, mientras ellos se
sientan, aplaudiendo y haciendo nada, o quizás pronosticando el fracaso.
Había muchos asi en la reconstrucción del Templo. Habían profetas del mal y de la
desgracia - los indiferentes y apaticos; los que hacian una pausa y dirigian; y los que
pensaban que le hacian.un servicio suficiente a Dios si de vez en cuando aplaudian
débilmente. El mundo se compone de tales seres; y eran tantos entonces, como lo son
ahora.
Pero tan melancólico y desalentandor como parecia el futuro, con tibieza dentro y fuerte
oposición fuera; nuestros hermanos antiguos perseveraron. Dejémoslos concentrados en el
buen trabajo, y siempre que para nosotros, tanto como para ellos, el éxito sea incierto,
remoto, y contingente, recordemos siempre que la única pregunta que debemos hacer como
hombres y Masones verdaderos, es, qué es lo que el deber requiere?; y no cuál será el
resultado y nuestra recompensa si hacemos nuestro deber. Trabajemos, con la espada en
una mano, y la plancha en la otra.
La Masonería enseña que Dios tiene interés no solo en los seres gloriosos de otras esferas,
los Hijos de la Luz, los habitantes de mundos Divinos, pero tambien tiene interes en
nosotros, pobres, ignorantes, e indignos; que Él tiene compasión para el que yerra, perdón
para el culpable, amor para el puro, conocimiento para el humilde, y promesas de la vida
inmortal para los que confían en El y le obedecen. Sin una creencia en Él, la vida es
desgraciada, el mundo es obscuro, el universo desvestido de sus esplendores, el lazo
intelectual a la naturaleza roto, el encanto de la existencia disuelto.
La Masonería enseña, que el alma del hombre esta formada por Él con un propósito; que,
aumentada en sus proporciones, y formada en cada parte, con habilidad infinita, una
emanación de Su espiritu; su naturaleza,su necesidad, y su diseño son virtud. Esta formada
de tal manera, balanceada tan exactamente, que el pecado introducido en élla es miseria;
que pensamientos viciosos caen sobre élla como gotas de veneno. Esta hecha para la virtud,
no para el vicio; para la pureza como su fin, resto y felicidad. No mas vanamete
intentariamos hacer hundir la montaña al nivel del valle, hacer volver las olas del furioso
mar de sus orillas y que dejen de tronar sobre la playa, o que las estrellas paren sus veloces
recorridos, que cambiar una sola ley de nuestra propia naturaleza. Y una de esas leyes,
pronunciada por la voz de Dios, y hablando con cada nervio y fibra, cada fuerza y
elemento, de la constitución moral que Él nos ha dado, es que debemos ser rectos y
virtuosos; que si tentados debemos resistir; que debemos gobernar nuestras pasiones
ingobernables, y controlar nuestros apetitos sensuales.Y éste no es el dictado de una
voluntad arbitraria, ni de una ley severa e impracticable; pero es parte de la gran ley de la
armonía que mantiene el Universo intacto; no la mera promulgación de la voluntad
arbitraria; pero el dictado de la Sabiduría Infinita.
Sabemos que Dios es bueno, y lo qué Él hace es correcto. Ésto sabido, los trabajos de la
creación, los cambios de la vida, los destinos de la eternidad, estan todo ante nosotros,
como las dispensaciones y los consejos del amor infinito. A traves de las edades eternas la
luz de la beneficencia Divina brillará de aquí en adelante, divulgando todo, llevando a cabo
todo, recompensando a todos que merezcan la recompensa. Entonces veremos, lo qué ahora
solo podemos creer. La nube será levantada, la puerta del misterio vencida, y la luz
completa brillara para siempre; la luz de la cual, la de la Logia es un símbolo.
Entonces aquello que nos causó penurias nos brindará triunfo; y aquello que causo dolor a
nuestro corazón nos llenará de alegria; y entonces sentiremos que allí, como aquí, la única
verdadera felicidad es aprender, avanzar, y mejorar; lo que no podría suceder a menos que
hubiéramos comenzado con error, ignorancia, e imperfección. Debemos pasar por la
oscuridad, para alcanzar la Luz.
Sus emblemas ya han sido explicados. Son parte del lenguaje de la Masonería; iguales
ahora como era cuando Moisés aprendió de los Hierophantes Egipcios. Aún observamos el
espíritu de la Ley Divina, según la enunciaron a nuestros antiguos hermanos, cuando el
Templo fue reconstruido, y el libro de la ley abierto nuevamente.
"Dejad a los que tienen poder gobernar con rectitud, y Príncipes, en juicio; y el trabajo de la
justicia será paz; y el efecto de la justicia, de la tranquilidad y de la seguridad; y la
sabiduría y el conocimiento serán la estabilidad de los tiempos. Ye de la caminata
righteously y hable vertical; pare no sus oídos contra losgritos del opreso, ni cerrado sus
ojos que usted no puede ver loscrímenes del grande; y usted morará en colmo, y su lugar de
la defensa sea como lasmuniciones de rocas."
Esto la Masonería enseña, como la gran Verdad; un hito moral grande, que debería guiar el
curso de toda la humanidad. Enseña a sus hijos que la escena de su vida diaria es
completamente espiritual, Que los mismos instrumentos de su trabajo, las telas que tejen, la
mercancía que negocian, se diseñan con propósitos espirituales; que así creyendo, su suerte
diaria puede ser para ellos una esfera de mejoramiento más noble. No existe ni cuidado ni
cruz de nuestro trabajo diario, sino, fue especialmente ordenado para consolidar en nosotros
la paciencia, la calma, resolución, perseverancia, bondad, desinterés, magnanimidad. Ni
existe ninguna herramienta o instrumento de toil, pero es parte de la gran instrumentalidad
espiritual.
Todo actúa sobre nosotros y nos influencia. La gran ley de simpatía y de armonía de Dios
es potente e inflexible, como Su ley de la gravedad. Una frase que incorpore un noble
pensamiento, excita nuestra sangre; un ruido hecho por un niño, nos exaspera, e influencia
nuestras acciones.Quien comulga con la escena espiritual a su alrededor, y oye la voz de las
cosas y siente su impulso con toda la acción, pasión en su ser vive una vida encantada,
como la del genio o de la inspiración poética. Muy cerca de nosotros están las minas de la
sabiduría; insospechadamente están a nuestro alrededor. Existe un secreto en las cosas mas
simples, un asombro en las mas corrientes, un encanto en las mas ordinarias.La maravilla
del mundo esta en todo nuestro alrededor; la maravilla de las puestas del sol, y las estrellas
nocturnas, la magia de la primavera, el retoño de los árboles, las extrañas transformaciones
de la polilla; la maravilla de la infinita Divinidad y Su revelación ilimitada. No hay
esplendor más allá del trono de la mañana en el Este dorado; ninguna bóveda sublime como
la del Cielo; ninguna belleza como de la tierra verde, floreciente; ningún lugar, al menos
invertido con las santidades del viejo tiempo, como ese hogar que hushed y se dobla dentro
el abrazo de la pared y de la azotea más humildes.Y todo el éstos son menos los símbolos
de las cosas lejos mayores y más arriba.
Todo el esto pero la ropa del alcohol. En esta investidura del tiempo está envuelto
naturaleza inmortal: en esta demostración de la circunstancia y de la forma los soportes
revelaron realidad estupenda. Deje a hombre pero sea, como él es, un alma viva,
communing con sí mismo y con el dios, y su visión se convierte en eternidad; su domicilio,
infinito; el suyo casero, el pecho de todo el amor del abrazo.el gran problema de la
humanidad es labrado hacia fuera en los domicilios más humildes; no más que esto se hace
en el más alto. Un corazón humano palpita debajo del mendigo gabardina; y eso y no más
revuelve con su el golpeo la capa del príncipe. La belleza del amor, el encanto de la
amistad, el sacredness del dolor, heroísmo de la paciencia, del self-sacrifice noble, de
éstosy de su gusto, solos, haga la vida para ser vida de hecho, y sea su grandeur y
suenergía. Son tesoros priceless y gloria de la humanidad.
Éste es el primero de los Grados Filosóficos del Rito Escocés Antiguo y Aceptado; y el
comienzo de un curso de instrucción el cual quitará el velo completamente del corazón y de
los misterios internos de la Masonería. En todo tiempo, la verdad ha sido ocultada bajo
símbolos, y a menudo debajo de una sucesión de alegorías: donde se tenia que penetrar velo
tras velo antes de alcanzar la Luz verdadera y que la verdad esencial quede revelada. La
Luz Humana es solamente un reflejo imperfecto de un rayo de lo Infinito y Divino.
Nos acercamos a esas religiones antiguas que una vez gobernaron las mentes de hombres, y
cuyas ruinas encumbran los llanos del gran pasado, como las columnas rotas de Palmyra y
de Tadmor se hallan blanqueandose en las arenas del desierto. Se levantan ante nosotros,
esos antiguos, extraños, misteriosos credos y fes, cubiertos en las tinieblas de la antigüedad,
y merodean débiles e indefinidos a lo largo de la línea que divide el Tiempo de la
Eternidad.
La religión enseñada por Moisés, prestada, en cada período de su existencia, de todos los
credos con los cuáles tuvo contacto. Mientras que, se enriqueció con los más admirables
principios de las religiones de Egipto y Asia, fue cambiada, en los peregrinajes de la Gente,
por todo lo que era lo más impuro o seductivo de las costumbres y supersticiones paganas.
Era una cosa en los tiempos de Moisés y de Aarón, y otra en los de David y de Salomón, y
aún otra en los de Daniel y de Filo.
Cuando Juan El Bautista hizo su aparición en el desierto, cerca de las orillas del Mar
Muerto, todos los viejos sistemas filosóficos y religiosos estaban aproximandose entre
ellos. Una lasitud general inclino las mentes de todos hacia la quietud de esa amalgamación
de las doctrinas para las cuales las expediciones de Alejandro y los sucesos más pacíficos
que siguieron, con el establecimiento en Asia y África de muchas dinastías Griegas y de
una gran cantidad de colonias Griegas, habían preparado el camino. Luego de la mezcla de
diversas naciones, la cuál resultó de las guerras de Alejandro, las doctrinas de Grecia, de
Egipto, de Persia, y de la India, se encontraron y se intermezclaron en todas partes. Todas
las barreras que antes habían mantenido a las naciones separadas, fueron echadas y
mientras que la Gente del Oeste conectó fácilmente su fe con las del Este, los del Oriente se
apresuraron a aprender las tradiciones de Roma y las leyendas de Atenas. Mientras que los
filósofos de Grecia, adoptaron ansiosamente las creencias y las doctrinas del Este; los
Judíos y los Egipcios, cedieron a ese eclecticismo que prevaleció entre sus Maestros, los
Griegos y Romanos.
Bajo las mismas influencias de la tolerancia, aún los que abrazaron el Cristianismo,
mezclaron lo viejo y lo nuevo, las enseñanzas Apostólicas y las tradiciones de la Mitología.
Por consiguiente, la distinción entre la doctrina esotérica y exotérica, inmemorial en otros
credos, fácilmente logró aceptación entre Cristianos. Las escrituras de los Apóstoles, ellos
decían, dirigiendose a la humanidad en general, enunciaba solamente los artículos de la fe
del vulgo; pero transmitía los Misterios del conocimiento a las mentes superiores, a los
Elegidos; Misterios transmitidos de generación a generación en tradiciones esotéricas; y a
esta ciencia de los Misterios le dieron el nombre del Gnosis.
Mirad!, decía, la luz, la que emana de un centro inmenso de Luz, que esparce por todas
partes sus rayos benévolos; así los espíritus de la Luz emanan de la Luz Divina. Mirad!,
todos los manantiales que alimentan, embellecen, fertilizan, y purifican la Tierra; emanan
del mismo océano; así del seno de la Divinidad emanan tantas corrientes, las que forman y
llenan el universo de inteligencias. Mirad! Mirad! los números, los que todos emanan a
partir de un número primitivo, todos se le asemejan a él, todos se componen de su esencia,
y aún así varían infinitamente; y Mirad! expresiones, descomponibles en tanta cantidad de
sílabas y elementos, todos contenidos en el Verbo primitivo, y aún infinitamente diversas;
así el mundo de las Inteligencias emanó de una Inteligencia Primaria, y todas se asemejan a
ella, sin embargo exhiben una infinita variedad de existencias.
Cristo mismo habló en parábolas y alegorías, Juan se prestó el lenguaje enigmático de los
Platonistas, y Pablo a menudo se entretenía en rapsodias incomprensibles, el significado de
las cuáles solo era claro para los Iniciados.
Pitágoras y Platón, los más místicos de los filósofos griegos (el último heredero de las
doctrinas del primero), y quiénes habían viajado, el último en Egipto, y el primero en
Fenicia, la India, y Persia, también enseñaron la doctrina esotérica y la distinción entre el
iniciado y el profano. Las doctrinas dominantes del Platonismo fueron encontrados en el
Gnosticismo. La Emanación de Inteligencias del seno de la Deidad; el Ser Supremo; único
modo posible de restablecer esa armonía primitiva de la creación, de la cual la música de
las esferas de Pitágoras era la imagen; éstas eran las analogías de los dos Sistemas; y
descubrimos en ellos algunas de las ideas que forman parte de la Masonería; en la cuál, en
el presente estado de los Grados simbólicos, se presentan como insinuaciones ocasionales
que pasan enteramente inadvertidas.
Según Filo, el significado literal es solo para el vulgo. Quien haya meditado en la filosofía,
se haya purificado a sí mismo por la virtud, y se haya levantado a si mismo por la
contemplación, hacia Dios y el mundo intelectual, y recibido su inspiración, atraviesa el
sobre grueso de la carta, descubre un orden enteramente diferente de las cosas, y es iniciado
en los misterios, de los cuales la instrucción elemental o literal ofrece apenas una imagen
imperfecta. Un hecho histórico, una figura, una palabra, una letra, un número, un rito, una
costumbre, la parábola o la visión de un profeta cubre con un velo las verdades más
profundas; y aquél que tenga la llave de la ciencia interpretará todo según la luz que él
posea.
Vemos hermanos, cual es el significado de la "Luz Masónica". Vemos porqué el Este del
Templo, donde se encuentra encima del Venerable Maestro la letra inicial del Nombre de la
Deidad, es el lugar de la Luz. La Luz, en contraposición a la Oscuridad, es el Bien, en
contraposición del Mal: y es ésa Luz, el verdadero conocimiento de Dios, el Bien Eterno, a
quien los Masones en todos los tiempos han buscado. Todavía la Masonería marcha
constantemente hacia ésa Luz que brilla en la distancia, la Luz de ese día cuando el Mal,
superado y vencido, se palidecerá y desaparecerá para siempre, y la Vida y la Luz serán la
única ley del Universo, y su eterna Armonía.
Y el masón es familiar con estas doctrinas de Filo: que el Ser Supremo es un centro de la
Luz cuyos rayos o emanaciones penetran el Universo; y ésa es la Luz que se busca en todos
los viajes Masónicos, y de la cuál el sol y la luna en nuestras Logias son solamente
emblemas: esa Luz y Obscuridad, grandes enemigos desde el principio del Tiempo, se
disputan el imperio del mundo, lo que nosotros simbolizamos con el candidato que vagando
en la obscuridad es guiado y traído a la Luz: que el mundo fue creado, en lo que vemos el
significado oculto de la necesidad de recuperar "la Palabra"; y de nuestras dos columnas de
la Fuerza y de la Sabiduría, que son también las dos líneas paralelas que limitan el círculo
que representa el Universo: que el mundo visible es la imagen del mundo invisible; que la
esencia del Alma Humana es la imagen de Dios, y existió antes del cuerpo; que el objeto de
su vida terrestre es desunirse de su cuerpo o su sepulcro, y que ascenderá a las regiones
Celestiales siempre que sea purificado; en lo que vemos el significado, ahora casi olvidado
en nuestras Logias, del modo de la preparación del candidato al aprendizaje, y sus pruebas
y purificaciones en el primer Grado, según el Rito Escocés Antiguo y Aceptado.
"La Sabiduría de Salomón ", atribuido a Filo; personifica la Sabiduría, y dibuja, entre su
niños y el Profano, la misma línea de demarcación que tenía Egipto mucho antes de que
fuera enseñada a los Judíos. Esa distinción existió al comienzo del credo Mosaico. Moshah
(Moisés) mismo era un iniciado en los misterios de Egipto, obligado a serlo, como el hijo
adoptado de la hija del Faraón, y encontramos en muchas de sus promulgaciones la
intención de preservar, entre el pueblo y los Iniciados, la línea de separación que él
encontró en Egipto. Moshah y Aharun su hermano, los Sumo-Sacerdotes, el Consejo de los
70 Ancianos, Salomón y la sucesión entera de Profetas, estaban en posesión de una ciencia
más elevada; y de esa ciencia la Masonería es, por lo menos, descendiente directa. Era
conocida familiarmente como El Conocimiento de la Palabra.
El Cordero era Su símbolo viviente; el que se ve reproducido en este grado, echado sobre el
libro con siete sellos sobre la Plancha de Trazar. Él causó la creación del mundo mediante
el Pensamiento Primitivo, o Espíritu, que emanaba de él por medio de su Voz o la Palabra.
El Poder Creativo, otra manifestación de Dios, procediendo a la creación concibió en ella,
la inteligencia Divina, produjo con su Palabra el Universo, simbolizado por un huevo; del
cuál vino la imagen de la Suprema Inteligencia según lo observado en el mundo, y el tipo
de lo manifestado en el hombre; el agente principal, también, de la Naturaleza, o el Fuego
creativo y productivo. El Sol, o Luz Celestial, cuyo símbolo era el punto dentro del círculo;
o el firmamento celestial, con los siete cuerpos celestes.
En este grado, desconocido durante cien años aún por los que lo habían practicado, estos
símbolos reproducidos se refieren a estas antiguas doctrinas. El cordero, las colgaduras
amarillas salpicadas con estrellas, las siete columnas, candelabros, y sellos; todos nos las
recuerdan. El león era el símbolo del Gran Dios de Alto Egipto; el Halcón, de RA (Dios del
Sol); el Águila, de Mendes; el Toro, de Apis; y tres de éstos se encuentran debajo de la
plataforma en la cuál se encuentra el altar. Osiris era el principio del Bien. Ahriman, era el
principio y la fuente de todo lo que es el Mal en el orden moral y físico, como el Satanás
del Gnosticismo, confundido con la Materia.
Por fin llegamos a los Esenios y Terapeutas en los que este Grado está particularmente
interesado. Esa mezcla de ritos orientales y occidentales, de opiniones Persas y Pitagóricas,
que subrayamos en las doctrinas de Filo, está sin lugar a dudas en los credos de estas dos
Escuelas. Fueron menos distinguidas por especulación metafísica que por meditaciones
simples y prácticas morales. Pero la última siempre participó del principio Zoroastriano, de
que era necesario liberar el alma de los obstáculos y de las influencias de la materia;
enteramente opuesto a las ideas Hebraicas antiguas, tan favorables como eran a los placeres
físicos. Es un hecho significativo, que mientras Cristo hablaba a menudo de los Fariseos y
Saduceos, él nunca mencionó ni siquiera una vez a los Esenios entre cuyas doctrinas y las
Suyas había tanta semejanza, y, en muchos puntos, tan perfecta identidad.
Juan, el hijo de un Sacerdote que ministraba en el templo en Jerusalén, y cuya madre era de
la familia de Aharun, predicaba, en el campo alrededor de Jordania, el bautismo del
arrepentimiento, para la remisión de los pecados; es decir, la necesidad del arrepentimiento
probado por la reforma. Él enseñó a la gente la caridad y la liberalidad; a los publicanos,
justicia, equidad, y el trato justo; a la tropa, la paz, la verdad, y el contentamiento; para no
usar la violencia con nadie, no acusar en falso a ninguno, y estar contento con su pago. Él
inculcó la necesidad de una vida virtuosa. Pablo, encontrando a algunos discípulos, les dijo,
"Habéis recibido al Espíritu Santo desde que se convirtieron en Creyentes?" Y ellos le
dijeron a él,"No hemos ni siquiera oído de que exista un Espíritu Santo”. Y él les dijo a
ellos, "En que, entonces, fueron bautizados?" Y dijeron "en el bautismo de Juan". Entonces
Pablo dijo, "Juan ciertamente se bautizó con el bautismo del arrepentimiento, diciendo a la
gente que deben creer en Él quien debía venir después de él, o sea, en Jesucristo. Cuando
oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús".
Esta fe, enseñada por Juan, tan casi Cristianismo, no podía haber sido sino la doctrina de
los Esenios; y no puede haber duda que Juan perteneció a ésa Escuela. El lugar donde él
predicó, sus maceraciones y dieta frugal, las doctrinas que enseñó, todas lo prueban
concluyentemente. No habían otras sectas a las cuales él podría haber pertenecido;
ciertamente ninguna tan numerosa como la suya, excepto los Esenios.
Las formas y las ceremonias de los Esenios eran simbólicas. Tenían, según Filo el judío,
cuatro Grados; estando los miembros divididos en dos Órdenes, los Practici y los
Terapeutici; los últimos siendo los Hermanos contemplativos y médicos; y los primeros
hombres de negocios activos y prácticos,. Eran Judíos de nacimiento; y tenían un mayor
afecto entre ellos que los miembros de cualquier otra secta. Su amor fraternal era intenso.
Satisfacían la ley cristiana, "amaos los unos a los otros."Su piedad hacia Dios era
extraordinaria. Tenían ceremonias misteriosas, e iniciaciones en sus Misterios; y el
Candidato prometía que por siempre practicaría la fidelidad a todos los hombres, y
especialmente a ésos en autoridad, "porque nadie obtiene el gobierno sin la ayuda de Dios."
En sus devociones ellos se colocaban hacia el sol naciente; como los Judíos lo hacían
generalmente hacia el Templo. Pero no eran idolatras; pues ellos observaban la ley de
Moisés con escrupulosa fidelidad. Todo tenían en común, y desdeñaban las riquezas. El
Tetractys, compuesto de puntos redondos en vez de jods, fue venerado entre ellos. Este
siendo un símbolo pitagoreano, demuestra evidentemente su conexión con la escuela de
Pitágoras; pero sus principios peculiares se asemejan más a los de Confucio y Zoroastro y
probablemente fueron adoptados mientras eran prisioneros en Persia; lo que explica su
posición hacia el Sol durante las oraciones. Los Esenios eran de la Secta Ecléctica de
Filósofos, y lo tenían a Platón en la estima más alta. Los grandes festivales de los Solsticios
eran observados de una manera distinguida por el Esenios, como naturalmente se puede
suponer, debido a que reverenciaban al Sol, no como dios, sino como un símbolo de la luz y
del fuego.
"Os está dado saber el misterio del Reino de Dios; pero a los hombres que están fuera,
todas estas cosas se hacen en parábolas; que viendo, pueden ver y no percibir, y oyendo
pueden oír y no entender. . . . Y los discípulos vinieron y le dijeron a él, ‘Porqué habláis
Vos la verdad en parábolas?', Él contestó y dijo a ellos, 'Porque se da a vos para saber los
misterios del Reino del Cielo, pero a ellos no les es dado.'"
La creencia en dualismo en alguna forma, era universal. Los que sostenían que todo
emanaba de Dios, aspiraba a Dios, y volvía a entrar en Dios, creían que, entre esas
emanaciones existían dos Principios adversos, de Luz y de Obscuridad, del Bien y del Mal.
Esto prevaleció en Asia Central y en Siria; mientras que en Egipto asumió la forma de
especulación Griega. En el anterior, un segundo Principio Intelectual fue admitido, activo
en su Imperio de la Obscuridad, audaz contra el Imperio de la Luz. Así lo entendieron los
Persas y los Sabeos. En Egipto, este segundo Principio era la Materia, ya que la palabra fue
utilizada por la Escuela Platónica, con sus tristes atributos, Vacuidad, Obscuridad, y
Muerte. En su teoría, la Materia podía ser animada solamente por la pobre comunicación de
un principio de vida divina. Resiste toda influencia que podría espiritualizarla. Ese poder de
resistencia es Satanás, la Materia rebelde, Materia que no participa de Dios.
En este Grado esta simbolizada la gran lucha entre el Bien y el Mal, en anticipación del
aspecto y del advenimiento de la Palabra o del Redentor; y las misteriosas enseñanzas
esotéricas de los Esenios y los Cabalistas. De las prácticas de los anteriores apenas
logramos vistazos de los escritores antiguos; pero sabemos que como sus doctrinas fueron
enseñadas por Juan el Bautista, este Redentor es el Verbo o Palabra, Él que estaba en el
Principio con Dios, y era Dios, y por Quién todo fue hecho. Que Él fue buscado por toda la
gente del Este es demostrado abundantemente por el Evangelio de Juan y las Cartas de
Pablo. Todas las energías de los escritores se dedican a demostrar que Jesús era ese Cristo
que todas las naciones esperaban; el "Verbo" el Mesías, el Ungido o Consagrado.
Estas viejas controversias han muerto, y las viejas creencias o fes se han desvanecido en el
olvido. Pero la Masonería aún sobrevive, vigorosa y fuerte, como cuando la filosofía era
enseñada en las escuelas de Alejandría y debajo del Pórtico; enseñando las mismas viejas
verdades que los Esenios enseñaron en las orillas del Mar Muerto, y como Juan el Bautista
predicó en el Desierto; verdades imperecederas como Dios, e innegables como la Luz. Esas
verdades fueron recolectados por el Esenios de las doctrinas de Oriente y Occidente, del
Zend-Avesta y del Vedas, de Platón y de Pitágoras, de la India, Persia, Fenicia, y Siria, de
Grecia y Egipto, de los libros sagrados de los Judíos. Por consiguiente somos llamados
Caballeros del Este y del Oeste, porque sus doctrinas vinieron de ambos. Y estas doctrinas
luego de que el trigo es tamizado del desperdicio, la Verdad separada del Error; la
Masonería ha almacenado en su corazón de corazones, y a través de los fuegos de la
persecución, y las tormentas de la calamidad, las ha traído y entregado a nosotros. Que Dios
es uno, inmutable, invariable, infinitamente justo y bueno; que la Luz finalmente superará
la Obscuridad; el Bien conquistara al Mal, y la Verdad sera victoriosa contra el Error; este
rechazo de todo lo insensato e inútil en las especulaciones del Zend-Avesta, del Kabalah, de
los Gnósticos, y de las Escuelas, es la filosofía de la Masonería.
Esas especulaciones y fantasías son útiles de estudiar; ya que viendo como la mente puede
envolverse en investigaciones sin valor y estériles, nos hace valorar y apreciar más las
verdades llanas, simples, sublimes, universalmente reconocidas, las que en todas las edades
han sido la Luz mediante la cual los Masones han dirigido su camino; la Sabiduría, la
Fuerza y la Belleza que como columnas imperecederas han sostenido y continuarán
sosteniendo su glorioso y magnífico Templo.
Grado 18º R.·.E.·.A.·.A.·.
Soberano Príncipe Rosa Cruz
Cada masón aplica a su propia fe y credo, los símbolos y ceremonias de este Grado, como
le parezca a él apropiado. Con éstas especiales interpretaciones aquí no tenemos nada que
hacer. Como la leyenda del Maestro Hiram, en la cual algunos ven los sufrimientos y la
condenación de Cristo; otros los del desafortunado Gran Maestro de los Templarios; otros
los de Prometeo en su roca; otros ven a los Cristianos en el Circo de la Roma pagana; y aún
otros, la poniente anual del Sol en el solsticio de invierno a las regiones de obscuridad, la
base de muchas antiguas leyendas; de modo que las Ceremonias de este grado reciben
diversas explicaciones; cada uno interpretándolas para si, y sin ofenderse por la
interpretación de ningún otro.
El grado de Rosa Cruz enseña tres cosas: la unidad, la inmutabilidad y la bondad de Dios;
la inmortalidad del Alma; y la derrota final y extinción de lo malo e incorrecto y del dolor,
por un Redentor o Mesías, todavía por venir, si aún no ha aparecido.
Substituye los tres pilares del viejo Templo, por tres que ya os han sido explicados; Fe (en
Dios, la humanidad, y en uno mismo), Esperanza (en la victoria sobre el mal, el adelanto de
la Humanidad, y en el mas allá), y Caridad (aliviando las necesidades y siendo tolerante de
los errores y de las fallas de otros). Ser confiable, ser lleno de esperanzas, ser indulgente;
éstas, en una época de egoísmo, de opinión negativa sobre la naturaleza humana, de juicio
áspero y amargo, son las Virtudes Masónicas más importantes, y los verdaderos soportes de
cada Templo Masónico. Y son los viejos pilares del Templo bajo diversos nombres.
Solamente es sabio quién juzga a otros caritativamente; solamente es fuerte quién tiene
esperanza; y no hay belleza como una firme fe en Dios, en nuestros compañeros y en
nosotros mismos.
Las obligaciones de nuestros Antiguos Hermanos Rosa Cruces eran de satisfacer todos los
deberes de amistad, jovialidad, caridad, paz, liberalidad, temperancia y castidad; y evitar
escrupulosamente la impureza, la arrogancia, el odio, la ira, y toda otra clase de vicios.
Tomaron su filosofía de la vieja Teología de los Egipcios, como Moisés y Salomón lo
habían hecho, y se prestaron sus jeroglíficos y las claves de los Hebreos. Sus reglas
principales eran, ejercer la profesión de medicina caritativamente y sin honorario, para
avanzar la causa de la virtud, agrandar las ciencias, e inducir a los hombres a vivir como en
los tiempos primitivos del mundo.
Cuando tuvo este grado su origen, no es importante averiguar; ni con qué diversos ritos se
ha sido practicado en diferentes países y en diferentes tiempos. Es de una antigüedad muy
alta. Sus ceremonias difieren con los grados de latitud y longitud, y recibe interpretaciones
variables. Si examináramos todos los ceremoniales diferentes, sus emblemas, y sus
fórmulas, veríamos que todo lo que pertenece a los elementos primitivos y esenciales de la
Orden, es respetado todos en cada santuario. “Todos a la par practicad la virtud, que
lograreis que se produzca fruto.” Todos trabajan como nosotros, para la extirpación del
vicio, la purificación del hombre, el desarrollo de las artes y las ciencias, y el alivio de la
humanidad.
Escuchad, mi hermano, nuestra explicación de los símbolos del Grado, y luego dadles la
interpretación posterior como veáis conveniente.
La Cruz ha sido un símbolo sagrado desde la Antigüedad más remota. Se encuentra sobre
todos los monumentos duraderos del mundo, en Egipto, en Assyria en Hindostan, en Persia,
y en las torres budistas de Irlanda. Dijeron que Buddha había muerto sobre ella. Los
Druidas cortaron un roble en forma de Cruz y lo reputaban sagrado, y construyeron sus
templos en esa forma. Señalando a los cuatro cuartos del mundo, era el símbolo de la
naturaleza universal. Fue en un árbol cruciforme, en el que se decía que Krishna había
expirado perforado con las flechas. La Cruz, era el Signo de la Sabiduría Creativa o Verbo,
el Hijo de Dios. Mitras firmo a sus soldados en la frente con una Cruz. Pero su significado
peculiar en este Grado, es ése que le fue dado por los Antiguos Egipcios. Era el jeroglífico
para toda la vida, y con un triángulo de prefijó significaba dador de vida. Para nosotros por
lo tanto es el símbolo de Vida; de esa vida que emanó de Dios, y de esa Vida Eterna por la
cual todos nosotros tenemos esperanza; con nuestra fe en la bondad infinita de Dios.
El compás sobre el que se halla una corona significa que a pesar del alto rango logrado en
la Masonería por un Caballero Rosa Cruz, la equidad y la imparcialidad deben
invariablemente gobernar su conducta
A la palabra INRI, inscrita en la Cruz Ansata encima del Asiento del Maestro, se le han
asignado muchos significados. El Iniciado Cristiano ve reverentemente en ella las iniciales
de la inscripción sobre la cruz en la cual sufrió Cristo: Iesus Nazarenus Rex Judaerum. Los
sabios de la antigüedad lo conectaron con uno de los secretos más grandes de la Naturaleza,
el de la regeneración universal. La interpretaron así: Igne Natura Renovatur Integra; (la
naturaleza entera es renovada por el fuego). Los masones Alquímicos o Herméticos
enmarcaron para ella este aphorism, Igne Nitrum Roris Invenitur. Las cuatro letras son las
iniciales de las palabras Hebreas que representan los cuatro elementos: Iammim, los mares
o agua; Nour, fuego; Rouach, el aire, e Iebeschah, la tierra seca. El Grado de Rosa Cruz
simboliza y se dedica al triunfo final de la verdad sobre la falsedad, de la libertad sobre la
esclavitud, de la luz sobre la oscuridad, de la vida sobre la muerte, y del bien sobre el mal.
La gran verdad que inculca es que a pesar de la existencia del Mal, Dios es infinitamente
sabio, justo, y bueno: que aunque los asuntos del mundo proceden sin ninguna regla de lo
correcto e incorrecto conocida por nosotros en la estrechez de nuestras opiniones; Él
redimirá y regenerará al mundo, y el Principio, el Poder, y la existencia del Mal entonces
cesarán; que esto será causado por tales medios e instrumentos que Él escoja emplear; sea
por los méritos de un Redentor que apareció ya, o un Mesías que todavía es esperado, por
una encarnación de Él mismo, o por un profeta inspirado, no nos corresponde a nosotros
como Masones decidir. Deje a cada uno juzgar y creer por si mismo.
Mientras tanto, trabajamos para acelerar la venida de ese día. Las morales de la antigüedad,
de la ley de Moisés y del Cristianismo, son las nuestras. Reconocemos a todo profesor de
Moralidad, a cada Reformador como hermano en esta gran obra. El Águila es para nosotros
el símbolo de la Libertad, Los Compases de la igualdad, el Pelicano de la humanidad, y
nuestra Orden de la Fraternidad. Trabajando por todo ello, con Fe, Esperanza, y Caridad
como nuestra armadura, esperaremos con paciencia el triunfo final del Bien y la
manifestación completa de la Palabra de Dios,
Ningún Masón tiene el derecho de medir por otro, dentro de las paredes de un Templo
Masónico, el grado de veneración que él deba sentir por cualquier Reformador, o Fundador
de cualquier Religión. No enseñamos a creer en ningún credo en particular, así como no
enseñamos a no creer en ninguno. Cualesquiera que fueran los mas altos atributos que el
Fundador de la Fe Cristiana pudo, en nuestra opinión, haber tenido o no haber tenido, nadie
puede negar que Él enseñó y practicó una moralidad pura y elevada, aun a riesgo y por
ultimo la pérdida de Su vida. Él fue no solamente el benefactor de una gente desheredada,
sino un modelo para la humanidad. Devotamente Él amó a los hijos de Israel. A ellos Él
vino, y a ellos solamente Él predicó ese Evangelio que sus discípulos llevaron luego entre
extranjeros. Él habría liberado gustoso a la gente elegida de su cautiverio espiritual de
ignorancia y degradación. Como amante de toda la humanidad, entregando su vida para la
emancipación de Sus Hermanos, Él debe ser para todos, Cristianos, Judíos, Mahometanos,
objeto de gratitud y veneración.
El mundo Romano sentía la angustia por la disolución que se acercaba. Los filósofos
contendientes y balbuceantes habían confundido todas las ideas del hombre, hasta que
dudaron de todo y no tenían fe en nada: ni en Dios ni en su Bondad y Misericordia, ni en la
virtud del hombre, ni en sí mismos. La Humanidad fue dividida en dos grandes clases: el
amo y el esclavo; el poderoso y el servil, hundida por la desesperación a las profundidades
más bajas de degradación.
Cuando, Oíd!, una voz, en la insignificante Provincia Romana de Judea proclama un nuevo
Evangelio; una "nueva Palabra de Dios", a una humanidad aplastada, doliente, que sangra.
¡Libertad del Pensamiento, Igualdad de todos los hombres en los ojos de Dios, Fraternidad
universal! Una nueva doctrina, una nueva religión; ¡la vieja Primitiva Verdad pronunciada
de nuevo! una vez más se enseña a mirar hacia arriba a Dios. Un Dios, bueno, afectuoso,
beneficiente, y piadoso: un Padre, amante de las criaturas que Él ha hecho, con un amor
inmensurable e inagotable.
Jesús de Nazareth, el "Hijo del Hombre", es el expositor de una nueva Ley del Amor. Él
llama hacia Él al humilde, al pobre, a los Parias del mundo. La primera oración que Él
pronuncia bendice al mundo, y anuncia el nuevo evangelio: "Benditos son ellos que están
de luto porque ellos serán confortados." Él vierte el aceite de consolación y de paz sobre
cada corazón aplastado y sangrante. Cada doliente es Su prosélito.
Él comparte sus dolores, y simpatiza con todas sus aflicciones. Él levanta al pecador y a la
mujer Samaritana, y les enseña a tener esperanzas de perdón. Él perdona a la mujer tomada
en adulterio. Él selecciona a sus discípulos no entre los Fariseos o los Filósofos, pero entre
los bajos y humildes, aun de los pescadores de Galilea. Él cura a los enfermos y alimenta a
los pobres. Él vive, entre los indigentes y los desamparados. Primero sed reconciliado al
hermano, y luego venid y ofreced vuestro obsequio en el altar. ¡Dadle a él que os pide y de
él que os pediría prestado no os des la espalda! Amad a vuestros enemigos; bendecid a
quien os maldiga; haced el bien a ellos que os odian; ¡y rezad por aquellos que
maliciosamente os usan y persiguen! Todas las cosas qué vos permitierais que los hombres
os hagan, haced vos también a ellos; ¡pues esa es la ley y los Profetas! Quien no lleva su
cruz, y sigue detrás de Mí, no es digno de Mí. Un nuevo mandamiento os doy a vos, que os
améis el uno al otro: como Yo os amé a vos, que vos también améis el uno al otro: por esto
todos sabrán que vos sois mis discípulos. Amor mas Grande no tiene ningún hombre que
esto, de que un hombre ofrezca su vida por su amigo."
El Evangelio del amor que Él selló con Su vida. La crueldad del Sacerdocio, la ferocidad
ignorante de la multitud, y la indiferencia Romana a la sangre bárbara, lo clavaron en la
cruz, y Él expiró pronunciando bendiciones sobre la humanidad.
Muriendo así, él legó Sus enseñanzas al hombre como herencia inestimable. Pervertidas y
corrompidas, han servido como base para muchos credos, e incluso han sido la autorización
para la intolerancia y la persecución. Aquí las enseñamos en su pureza. Son nuestra
Masonería; pues a ella hombres buenos de todos los credos pueden suscribirse.
Que mejor servimos a Dios con humildad, mansedumbre, dulzura, amabilidad, y las otras
virtudes que los humildes pueden practicar tan bien como los altivos; ésta es "la nueva
Ley", la PALABRA, por el cual el mundo había esperado y anhelado tanto tiempo; y todo
verdadero Caballero Rosa Cruz venerara la memoria de Él que la enseñó, y mirara
indulgentemente aun a aquellos que le asignen a Él un carácter muy por encima de sus
propios conceptos u opinión, aun al grado de juzgarlo Divino.
Oíd a Filo, el Judío Griego. “El alma contemplativa, desigualmente guiada, a veces hacia la
abundancia y a veces hacia la esterilidad, aunque siempre avanzando, es iluminada por las
ideas primitivas, los rayos que emanan de la Inteligencia Divina, siempre que asciende
hacia los Tesoros Sublimes. Cuando, por el contrario, desciende, y es estéril, cae dentro del
dominio de esas Inteligencias que se llaman Ángeles, pues, cuando el alma es privada de la
luz de Dios, que la conduce al conocimiento de cosas, no goza más que una luz débil y
secundaria, que le da, no la comprensión de las cosas, pero de palabras solamente, como en
este mundo más bajo. . . ¡Dejad al estrecho de alma retirarse, teniendo sus oídos sellados!
Comunicamos los misterios divinos a esos solamente que han recibido la Iniciación
sagrada, a esos que practican verdadera piedad, y que no están esclavizados por la pompa
vacía de palabras, o las doctrinas de los paganos."
"O, vosotros Iniciados, vosotros cuyos oídos están purificados, recibid esto en vuestras
almas, como un misterio nunca por ser perdido! ¡Reveladlo a ningún profano! Guardadlo y
contenedlo dentro de vosotros mismos, como un tesoro incorruptible, no como el oro o la
plata, pero más precioso que todo lo demás; pues es el conocimiento de la Gran Causa, de
la Naturaleza, y de aquello que nace de ambos. ¡Y si vos conocéis a un Iniciado, asediadlo
con vuestros rezos, que él no encubra de vos ningún misterio nuevo que él pueda saber, y
no descanséis hasta que lo hayáis obtenido! Por mí, a pesar de ser iniciado en los Grandes
Misterios por Moisés, el Amigo de Dios, con todo, habiendo visto a Jeremías, lo reconocí
no solo como Iniciado, sino como un Hierofante; y sigo su escuela"
Nosotros, como Él, reconocemos a todos los Iniciados como nuestros Hermanos. No
pertenecemos a ningún credo ni escuela. En todas las religiones hay una base de la Verdad;
en todas hay Moralidad pura. Todas las que enseñan los principios cardinales de la
Masonería las respetamos; todos los profesores y reformadores de la humanidad admiramos
y veneramos. La Masonería también tiene su misión que realizar. Con sus tradiciones que
vienen de los tiempos más remotos, y sus símbolos remontándose aun mas allá que incluso
la historia de Egipto, ella invita a todos los hombres de todas las religiones alistarse bajo
sus banderas y luchar contra el mal, la ignorancia, y la injusticia. Que seáis un soldado
digno en una causa digna!
La mayoría de los hombres desea dejar una obra que perdure más allá de sus días y su
generación: ese es el impulso instintivo dado por el Gran Arquitecto del Universo, y
encontrado a menudo en el corazón humano más duro - la dulce prueba de la inmortalidad
del alma y de la diferencia fundamental entre los hombres y los brutos más sabios. Plantar
el árbol que, después de nuestra muerte, abrigue a nuestros hijos, es tan natural como amar
la sombra de esos arboles que plantaron nuestros padres.
El progreso de la Verdad es más fuerte que el crecimiento del roble, y él que planta no
necesita esperar la cosecha. Es suficiente saber que la fruta vendrá en la estación debida;
cuando, o quién la cosechará, no nos interesa en lo mas mínimo. Es nuestro deber plantar la
semilla; es el derecho del Gran Arquitecto dar la fruta a quien él vea por conveniente.
Sembrar para que otros puedan cosechar, trabajar y plantar para los que ocuparan la tierra
cuando estemos muertos, proyectar nuestra influencia lejos hacia el futuro y vivir más allá
de nuestra hora.
Por tanto no desmayéis hermano mio, ni os canséis en hacer el bien; no os desalentéis ante
la apatía de los hombres, ni os disgustéis con sus locuras, ni os canséis con su indiferencia.
Cuida no de los resultados ni las ganancias, pero si de lo que se debe hacer, y hacedlo!
Dejad el resultado a Dios.
Nosotros conservamos algunos de estos títulos pero para nosotros tienen significados
enteramente consistentes con nuestras enseñanzas masónicas de la igualdad. El Caballero
brinda su mano y corazón a la Masonería y es el soldado juramentado de la Verdad. El
Príncipe es el primero entre sus iguales en virtud y buenos actos. El Soberano es uno entre
otros Soberanos, y él es Supremo y primero entre iguales, solamente debido a la ley que él
administra y por la cual el mismo es gobernado. Los títulos tales como Sabio y Venerable
indican los poderes que ésos que ocupan cargos altos buscan obtener. Otros títulos tienen
significados esotéricos que los recipiendarios entienden.
Para enseñar, el hombre primero debe aprender. Este truísmo es de importancia especial en
la Masonería para los que actúan como Maestros de las Logias Simbólicas, conduciendo al
Iniciado a lo largo de los caminos sublimes que terminan en una confluencia de la verdad
absoluta. Las lecciones predominantes en este Grado - Libertad, Fraternidad e Igualdad -
son ejemplos que requieren suficiente investigación, estudio y pensamiento para impartirlos
correctamente.
Eso es lo que la Masonería está destinada a ser. No una organización para inculcar
venganza como castigo por las muertes de Hiram, de Jacques DeMolay, o de Charles I, sino
para enseñar grandes verdades. Abogamos por la Libertad, Fraternidad, Igualdad;
inculcamos el honrar a Dios, considerar a todos los hombres como Hermanos, y trabajar
para nosotros y la sociedad. Por lo tanto, nuestros grados pueden conferirse de una manera
verdaderamente universal alrededor del mundo.
El Gran Capítulo se reunía en luna llena, y oía las quejas contra individuos o bandas de
merodeares, y ni grado, ni riqueza eran una protección contra la ejecución de su sentencia
cuando pronunciaba un fallo. La gran "Flecha de Oro" y la "Escritura" significaban la
muerte de los que estaban en juicio.
Este grado representa la apertura del Gran Capítulo, sus componentes, los objetos por los
cuales fue formado; el modo peculiar del juicio de uno de sus principales Caballeros, cómo
es encontrado culpable, su castigo; y la Exaltación al grado de un valeroso Caballero quien
debe llenar la vacancia del Caballero que fue encontrado culpable y proclamado “Muerto”.
Este grado deriva de los Caballeros Prusianos en Francia y presenta una historia y un
carácter singulares. Salimos del Templo de Salomón y rastreamos nuestra historia a la
Torre de Babel. Los Caballeros Prusianos se llamaban a si mismos Noaquitas, o Discípulos
de Noah, y designaban a otros Caballeros como Hiramitas, o Discípulos de Hiram. La
destrucción de la Torre de Babel es la historia, y una regulación requería que el grado sea
escenificado cada mes en la noche de Luna Llena, sin luz artificial en el cuarto de la Logia.
Una admirable lección es inculcada, para enseñar que, cualquiera que sea nuestro rango,
grado o posición Masónica, si erramos conscientemente, no tenemos ningún derecho con
ningún hermano ni con la Fraternidad; para sustentarnos en ese error, ni librarnos de sus
consecuencias. "Fiat Justitia, Ruat Coelum!"
Por todo esto y a fin de que sus propios miembros no se vuelvan arrogantes y
vanagloriosos, a causa de la energía misteriosa que poseían, se les inculcaba la humildad, y
se recordaban incesantemente entre ellos que ese desdén y orgullo había conducido al
descendiente de Noah a erigir la Torre de Babel; y de las miserias sufridas por Phaleg,
quien fue quien sugirió la idea de su construcción; y quién, por lo tanto, se condenó a sí
mismo a una penitencia rigurosa, y se enterró a sí mismo en las vastas soledades del
bosque, donde se dice que construyó un Templo en la forma de un Delta, y donde pasó su
vida, implorando la misericordia de Dios.
En el grado de Compañero, ya vimos que el trabajo es el destino del hombre. Vimos que la
habilidad , el talento no son suficientes, sin esfuerzo son de poco provecho. El corazón
puede concebir y la cabeza puede divisar un diseño, un plan. Todo puede quedar en nada,
sería inútil si la mano no esta dispuesta a ejecutar el diseño.
En este grado aprendemos que el trabajo es un DEBER del hombre. Ningún hombre, capaz
de trabajar, debe vivir en este mundo sin producir tanto como él consume, y si es posible,
mas de lo que consume para dejar un sobrante que sirva para los que no pueden trabajar. Es
decir, ningún hombre debe vivir en este mundo sin dejarlo mejor de lo que él lo encontró.
Además, es deber de los hombres estudiar y buscar la instrucción necesaria para superarse y
que su trabajo pueda ser tan provechoso como sea posible.
El hombre que se empeña y busca la excelencia, esta destinado a lograr excelencia y el que
se esfuerza con mas celo, es el que servirá mas a sus semejantes.
En Masonería, los hombres de trabajo son los personajes principales en sus leyendas. La
Masonería es un gran taller que intenta lograr buenos frutos para nuestras generaciones y
para el futuro, y donde nosotros veneramos al Gran Arquitecto del Universo.
Conmemoramos la construcción de un Templo.
Este grado tiene lugar en Líbano. Se refiere a la gran importancia para la Masonería de los
"Poderosos Cedros del Líbano. "La leyenda nos enseña que los Sidonios fueron empleados
en cortar estos árboles para la construcción del Arca de Noé. Sus descendientes cortaron
cedros para el Arca de la Alianza, y los descendientes de éstos para el Templo del Rey
Salomón. Más adelante, Zerubbabel los empleó para la construcción del Segundo Templo.
Formaron Colegios en el Monte del Líbano y en sus trabajos adoraban al Gran Arquitecto
del Universo. Una secta de Drusos o Teístas, aún reside ahí y conduce ceremonias místicas.
La acción tiene lugar en el taller de un carpintero en las faldas del Monte del Líbano. Un
Caballero Prusiano llega en busca de obtener el título de Príncipe de Líbano atenido a su
nacimiento noble y su alta jerarquía. Como la Masonería no reconoce “ni Títulos ni
fortunas...” es rechazado y mas bien le exigen a que primero él debe renunciar a su título y
rango. De este modo el aprende que debe lograr su anhelo por merito propio, a través del
trabajo simbolizado por la sierra, el plano y el hacha.
La energía puede ser física o mental. El plan manifiesto del Gran Arquitecto del Universo
requiere del hombre el uso de sus facultades y habilidades en toda empresa, para lograr
recompensas y la verdadera felicidad a través de una vida entera de superación y trabajo.
Esa superación, ese trabajo requieren energía, inteligencia y carácter. La energía significa
actividad.
Años de práctica de las virtudes más rígidas y pruebas del desarrollo de la profundidad
espiritual eran requeridas como condiciones para el ingreso a los Misterios Mayores. Las
ceremonias eran llevadas a cabo en la noche en algún lugar secreto y escenificaban a
menudo alguna leyenda con dramas sagrados a modo de instrucción.
Los candidatos generalmente eran instruidos a interpretar las verdades por sí mismos. Éstos
incluyeron a los grandes del día, tales como Moisés, Platón y Pitágoras; los que, a su turno
enseñaban a otros las doctrinas esenciales. La misma práctica se sigue en la Masonería.
Enseñamos con alegorías y símbolos , permitiendo a un Iniciado captar tanto como su
capacidad mental pueda entender; cada Masón convirtiendose en adepto hasta el punto de
que él estudie para sí y entienda. Este grado conmemora el comienzo de la Orden del
Sacerdocio en Aarón y su hijo. Al ocuparse de los Misterios Antiguos, introduce los
Misterios Menores. La escena es el yermo de Sinaí en un campamento de las Doce Tribus
de Israel. Las Carpas armadas en un gran círculo, el centro es la Carpa del Tabernáculo.
Moisés y Aarón dirigen la acción en la cual uno de los Levitas es iniciado en las filas de los
Guardianes del Templo.
Esto simboliza el primer paso del hombre en el conocimiento de cosas santas y su ingreso
en los Misterios Menores.
Los misterios nunca fueron revelados a ninguna persona no considerada digna y bien
capacitada. Debe haber sido justa, recta y veraz, poseída de un buen carácter moral y digna
de un buen informe. Para lograr estos derechos y ceremonias, el aspirante tenía que ser
sometido de antemano a una prueba necesaria de su valía y sus calificaciones. Los
expedientes históricos nos dicen que cuando nuestro docto y antiguo hermano Pitágoras se
presentó para la iniciación, experimentó la mas prolífica investigación durante la cual él
exhibió gran fortaleza de ánimo y paciencia.
Él entendió la sublimidad y la grandeza de las filosofías profundas. Una vez dentro de los
portales místicos, el candidato tenía que pasar por las ceremonias más penetrantes y
majestuosas antes de ser merecedor a la confianza para recibir una llave de la simbología.
Recién entonces el velo le era levantado y se le revelaba las glorias inefables. Pero antes, la
luz resplandeciente del santuario lo cegaba y él así entendía que no hay una revelación
inmediata, instantánea; mas bien, una comprensión de que la sublimidad y la grandeza se
alcanzan solamente mediante la meditación y el estudio serios. Tal método finalmente lo
llenaba de gran admiración por la majestuosa belleza y las enseñanzas esotéricas de nuestra
Ilustre Fraternidad a través de los símbolos.
Nuestro progreso en las enseñanzas del Rito Escocés depende de la realidad de nuestra
visión. Goethe, el gran poeta Alemán y ferviente Masón, comprendió esto con brillante
profundidad cuando escribió:
El Rito Escocés enseña el camino de salida hacia el iluminado sol de la verdadera identidad
y hacia el entendimiento de que el Reino del Cielo esta dentro de nosotros.
Para ser considerado digno de recibir la antorcha de los Misterios, un aspirante debe haber
dado suficiente evidencia de compasión, piedad y de justicia. Después de su Iniciación es
requerido a manifestar fielmente las virtudes sociales para recibir las recompensas, tales
como participación en las ceremonias. El uso de símbolos, la lengua universal de la teología
antigua, era un vehículo esencial de la Comunicación Misteriosa. Una serie progresiva
intentó recordar al hombre su origen Divino y cómo él puede finalmente volver. Le
hicieron consciente de su identidad, de la nobleza de su creación, de la grandeza de su
destino, y de su superioridad sobre los animales. De hecho, así como especulamos hoy
sobre los enigmas de la naturaleza, vemos que los antiguos anticiparon nuestras ideas. Lo
más profundo de sus pensamientos estaban encajados secretamente y profundamente dentro
de los símbolos que utilizaron más elocuentemente que las palabras para expresar esas
ideas sublimes que luchaban para ser lanzadas al contemplarse el gran conjunto de
fenómenos: Nacimiento, Vida, Muerte, Resurrección, Eternidad, Dios.
El arreglo y la escena del Grado anterior se continúan en éste. Moisés preside una Logia
llamada una Corte, en el campamento del desierto. Los Misterios Mayores están a punto de
ser conferidos a un candidato que será sacerdote entre las Tribus de Judea. Primero, se hace
la purificación según lo enseñado en nuestros Grados. Las fuerzas básicas de la naturaleza:
el fuego, el agua, la tierra y el aire se utilizan para este propósito. Luego sigue la muerte y
la resurrección simbólicas en medio de recitales de muchas leyendas de Osiris, Brahma,
Dionisio y otras. Finalmente, la sustancia de los Misterios Mayores es impartida.
Así como la posesión de este conocimiento dio a los líderes, a los reyes y a los sacerdotes
una posición de comando sobre las masas mal informadas, en un grado menor pero real,
hoy el conocimiento de estas verdades espirituales que impartimos a un Masón del Rito
Escocés, lo prepara con posibilidades de liderizar a sus congéneres. Él tiene también por
esta razón una responsabilidad personal de lograr una superación moral y espiritual de su
país y de liderizar hacia una libertad, dignidad y fraternidad verdaderas entre toda la
humanidad.
Los Grados Simbólicos de la Masonería son el cimiento, así como las primeras tres reglas
de la aritmética preceden la ciencia de números o de matemáticas, y como las notas básicas
en nuestra escala musical son la fuente para las combinaciones que producen las
composiciones de los maestros. Todo Masón serio y estudioso sabe que en el Rito Escocés
puede mirar al simbolismo, las parábolas y alegorías, los grandes logros, el conocimiento
de lo sublime y a las verdades y filosofías profundas que han descendido de lo más sabio
del pasado a través de los Misterios Mayores. Éstas tradiciones nos transportan a edades
remotas de la antigüedad, mucho antes del amanecer de la civilización prehistórica, mucho
mas allá del tiempo en que las inscripciones jeroglíficas fueron escritas y veladas al profano
sobre las tumbas y los templos en el valle del Nilo. Esta sabiduría antigua, según lo enseña
el Rito Escocés, era el pozo-vertiente de la Masonería que ha fluido a nosotros de muchos
lugares del mundo.
El místico danés, Soren Kierkegaard, en su día también impulsó a buscar uno mismo su
descubrimiento personal. Decía: "el asombro máximo es cuando un hombre puede decir de
verdad: ' Yo me convertí en mi mismo!' " Sócrates se refirió a este mismo principio en esta
simple guía: "Para encontrarte a ti mismo, piensa por tu cuenta." Esta práctica de la
confianza en uno mismo rechaza la locura de exigir lo que otro debe hacer. Un verdadero
YO es poseído de una seguridad interna que está libre de deseos compulsivos y de
ilusiones. No busca la aprobación personal ni pierde su tiempo en los pesares del pasado o
las anticipaciones del futuro. Busca mas bien un estado de auto-observación, libre de
tensiones egoístas y luchas por la felicidad que piensa que otros pueden proveer, por
ejemplo estimulaciones artificiales, actividades para lograr riquezas, y trepar socialmente y
en los negocios. Entonces, asombrosamente, en lugar de desesperación amarga, búsquedas
decepcionantes, más allá de pesares o miedos del futuro, la atmósfera de la verdadera
independencia y libertad de la mente da lugar sin esfuerzo a la verdadera auto-realización y
a la felicidad.
Este grado de la serie filosófica del Rito Escocés Antiguo y Aceptado se considera, de
origen Templario, en cuanto que muchos expertos lo califican de cabalístico y esotérico.
Bajo el primer aspecto se descubre fácilmente su abolengo templario militar, y corresponde
al 6º grado de la Orden Antigua del Temple, denominado Adepto Perfecto de la Serpiente.
En efecto; según la leyenda el héroe de las Cruzadas, Godofredo de Bouillón, alentaba a sus
ejércitos, agrupándolos bajo enseña de la Serpiente de Bronce, conduciéndolos al combate
y convirtiéndolos bajo un mágico influjo en vencedores. Los caballeros templarios,
sucesores y continuadores de la tradición que inaugurara Godofredo, siguiendo la
inspiración de Juan Ralph, formaron una asociación escogida que, con el titulo de los
Caballeros de la Serpiente de Bronce, agruparía a lo más selecto de la Orden Templaría y
que está no fue nunca derrotada, y que no sucumbió con el fin de la Orden Templaría, y que
así hasta nuestros días persiste en secreto.
Al principio de dedicaron a proteger a los peregrinos que venían de todas partes a visitar los
Santos Lugares. Pero luego se convirtieron en preservadores de un saber oculto, que han
transmitido de generación en generación, en rituales de iniciación poco conocidos.
El grado vigésimo quinto conocido también como el del Mago Soberano, encierra en sí uno
de los mayores secretos de la Francmasonería, cuyo emblema es del de una montaña en
forma de cono truncado, de cinco pies de altura, sobre la cual está el símbolo, de la
Serpiente de Bronce enroscada en una Cruz Latina, algunas veces la serpiente esta se
representa clavada por un solo clavo en su cabeza.
Es fácil advertir que este grado encierra un simbolismo, que trasciende en mucho los
límites de la comprensión religiosa y de la ciencia profana, la mítica serpiente “Coatl”
representada en todos los Grandes Misterios del Antiguo México, allí la cruz, imagen del
ecuador cortado perpendicularmente por el curso de los equinoccios y los solsticios, es el
símbolo de la fuerza telúrica, y la Serpiente de la Sabiduría Oculta. Para los antiguos
Mexicanos, la Vía Láctea, era una Serpiente Celeste que brillaba en medio del firmamento
nocturno.
La serpiente tienta a Adán y a Eva, para ser como dioses, a trascender los límites del
demiurgo Jehová, que los tenía en la ilusión de un Paraíso Ficticio, Adán y Eva se dan
cuenta del engaño y provocan deliberadamente su propia expulsión.
No es otra cosa que el ingenio humano, la astucia, la sagacidad, esa voz de la consciencia
humana, que nos llama a la superación. En palabras de la propia liturgia del grado 25º se
dice:
Profeso la ciencia, que aprendí entre sus Hierofantes, y al establecer este grado en mi
pueblo, le doy el símbolo con que le caracterizaron sus fundadores, porque la Serpiente lo
es de la prudencia, y enroscada en la TAU indica la memoria de lo pasado, la inteligencia
de lo presente y la providencia de lo futuro, para que la Razón impere en los cuatro puntos
cardinales de la Tierra que habitamos. No la he extendido en todo lo largo, porque sería
alegoría de la Sabiduría divina que no nos es posible alcanzar ahora; ni la he dado en forma
de circulo, porque entonces figuraría la Eternidad, que luego les será otorgada pero aún no.
Abordamos aquí el concepto del alma pura, celestial, eterna del hombre. Es una creencia de
la gran antigüedad que el alma existió antes de la unión con nuestros cuerpos; más,
discutían la mayoría de los filósofos, cómo podría el alma existir después del cuerpo si no
existió antes independientemente del cuerpo. Tal era la enseñanza en los misterios.
En el Rito Escocés enseñamos con vigor las lecciones de muchas filosofías y religiones,
reconociendo la unanimidad de metas, ideales y lecciones morales, especialmente una
muerte mística similar que simbolizaba el descenso del alma a las regiones internas y luego
su resurrección a la grandeza de la luz, de la verdad y de la perfección.
“El señor envió serpientes terribles para que devoraran al pueblo de Israel y muchos de
ellos murieron. Entonces el pueblo se acerco a Moisés y le dijo: hemos pecado, porque
hemos hablado contra el Señor y contra ti: rogadle que aleje de nosotros las serpientes. Y
Moisés oró por el pueblo, y el Señor dijo a Moisés: Haz tu una serpiente y haz que yodos
aquellos que han sido heridos por las serpientes pasen delante de ella y la vean para que
sanen y vivan”
Entonces el hizo una serpiente de bronce, la fijó sobre un poste y toda persona mordida que
la miraba, era salvada de la muerte.
Se nos recuerda otra vez que los Misterios enseñaron la doctrina de nuestra naturaleza
Divina, la nobleza del alma inmortal y la grandeza de su destino. La serpiente fue utilizada
entre los símbolos.
Era tratada con reverencia en días de antaño como la autora del destino de las almas. En los
Misterios de Bacchus y de Eleusis, era consagrada. En rituales del Bacchus Saba-Zeus, la
serpiente era arrojada al pecho del Iniciado. Se encuentra en monumentos Mitraicos y fue
utilizada en la insignia real de los Faraones. Era igualmente a menudo símbolo de
malevolencia y del mal según escritores Hebreos y en las mitologías Indias y Persas. Cada
seguidor devoto de Zoroastro era obligado a exterminar serpientes.
Sabemos que el arrepentimiento de los pecados cometidos posiblemente puede prevenir una
repetición, pero nunca redimirá lo que ya se ha hecho. La mano implacable que nos golpea
violentamente es nuestra propia mano. La Ofensa y el Castigo son iguales en el dominio o
imperio de la justicia eterna. Él que agravia a otro de hecho solo se daña a si mismo. Él
hunde la daga en su propio corazón. Pero todavía tenemos bajo nuestro control el remedio
del mal, y el incremento de lo bueno. Podemos implementar los poderes del amor, de la
pureza y la espiritualidad. Este grado es por lo tanto filosófico y moral, enseñando no
solamente arrepentimiento, pero también la reforma. Se dedica también a la explicación de
los símbolos de la Masonería, especialmente ésos conectados con la leyenda antigua y
universal de la muerte y la restauración de la vida. Un significado más profundo es que el
dominio de la obscuridad y del mal es solamente temporal y que la luz y el bien serán
eternos.
Este grado enseña sobre todo la importancia de la verdad y centramos la atención otra vez
en los Misterios Mayores según lo practicado durante el Cristianismo más antiguo. La
lección trata del andar a tientas del hombre buscando la comprensión de si mismo y del
universo en el cual él mora y por el cuál está rodeado, y de su relación con la Deidad. En su
búsqueda de la verdad, muy a menudo los hombres se enredan en conflictos sobre dogma
en lugar de concentrarse en la substancia del Ser Supremo.
La Masonería no descree ninguna verdad, más al contrario reverencia a todos los grandes
maestros de moralidad. Está lejos de nuestro propósito decidir entre posiciones conflictivas
que acosan a los seguidores de Moisés, de Confucio, de Zoroastro, de Jesús, de Buddha, de
Mahoma y de otros. Rechazamos cualquier tentativa de disminuir o de degradar a la
Deidad, o de negar el destino glorioso del hombre, o fomentar la inmoralidad o evadir los
deberes que nuestra Fraternidad exige de sus miembros.
Algunas cosas están más allá de nuestra jurisdicción. Por ejemplo, no le decimos a un
Musulmán que creer él en la divinidad de Mahoma es dependiente a su creencia en un solo
Dios. No le llamamos a un Hebreo hereje porque él rehúsa creer que el Mesías nació en
Belén hace 2.000 años. No les decimos a los Cristianos que Cristo era solo un hombre, que
la historia de su vida es solamente una revivificación de antiguas historias similares. Hacer
cualesquiera de estas cosas sería irreverente. No pronunciamos tales palabras. Respetamos
todas la creencias que no profanen la Deidad. La Masonería no pertenece a ninguna secta,
ninguna religión, ninguna época, ningún hombre. Encierra y reverencia la verdad de todos.
Es por eso qué florece y adquiere grandeza cuando se la toma con comprensión y
tolerancia. La estructura humana es traída al Templo del Espíritu Infinito concediendo que
el hombre finito no puede penetrar completamente la estructura infinita. Pero el fervor para
la búsqueda es proporcional con las recompensas de la trinidad de atributos de Dios:
sabiduría o inteligencia, fuerza o resistencia, armonía o belleza.
El taller masónico es uno en el cual todos los hombres pueden explorar el misterio de la
primera causa, Dios; y pueden expresar a través de nuestra tenue comprensión humana una
maravilla en las fuerzas del universo tales como amor, bondad, sabiduría, misericordia,
justicia y benevolencia. Decimos simplemente que Dios habla en el alma de cada hombre
que vive y en toda la creación, en las estrellas, los árboles, el viento, la tierra, el susurro de
los pinos y el murmullo del arroyo, en la luz del amor y en la canción de los pájaros y en la
risa del hombre.
Las Escrituras Sagradas, tanto en el Viejo Testamento como en el Nuevo, están llenas de
alabanzas a Dios por su amor bondadoso y sus tiernas misericordias. La misericordia
humana mira a la misericordia de Dios como su modelo e inspiración. "Sed vos
Misericordioso", dijo el Maestro de Galilea, "incluso como vuestro padre es
misericordioso". No tenemos ningún derecho moral de buscar en las manos de Dios nada
que nosotros neguemos a otros. Solamente los que son misericordiosos pueden esperar
obtener misericordia.
Grado 27º R.·.E.·.A.·.A.·.
Soberano Comendador del Templo
Revivifica el viejo espíritu caballeresco de hidalguía, el respeto a las virtudes en las cuales
creemos, y la defensa firme del deber y de la adoración de la verdad. Había una época en la
que un caballero moriría antes que pronunciar una falsedad o profesar una opinión sólo por
conveniencia, ganancia, o miedo de la desaprobación mundana. Él no pervertiría los dichos
o los actos de otros hombres; no hablaría ni discutiría sin sinceridad ni mancharía su escudo
bajo ningún pretexto. Todo esto él observaría dentro o fuera de su Capítulo.
El Rito Escocés, el brazo derecho fuerte de la Masonería que esgrime en alto la espada
flameante de la verdad, ha trabajado para dar a la humanidad su derecho de nacimiento de
la libertad del pensamiento, de la libertad del discurso y de un gobierno libre, para superar
la tiranía, la injusticia y la usurpación, y destruir el despotismo de un hombre. El
mejoramiento y la construcción de la raza humana son los deberes de cada Masón en el
espíritu de magnanimidad de un caballero. Esto no significa que debemos perder nuestras
vidas cuando la pérdida no tendría ningún beneficio. Mas bien, debemos ayudar a nuestro
semejante, sacrificar nuestra comodidad y deseos personales y ayudarle a ascender a un
plano más alto de envoltura espiritual de modo que él pueda entenderse a si mismo. Como
Epicteto dijo sabiamente: "No seáis desviado de vuestro deber por ningunas reflexiones
ociosas que el mundo puede hacer sobre vos, porque sus censuras no están en vuestro poder
y por consiguiente no deben ser parte alguna de vuestra preocupación."
A través de su historia inspiradora, el Rito Escocés ha sido campeón de los derechos de los
pueblos, enseñando, practicando e inculcando entre todos los hombres un conocimiento de
la verdad, esforzándose por liberarlos de pasiones animales y de la ignorancia, del
fanatismo, de la intolerancia y de la esclavitud espiritual. Ahí el Caballero verdadero suena
su clarín y desenvaina su espada.
De acuerdo con el enfoque filosófico, hay siete estaciones que representan los planetas que
antiguamente explicaban el paso de las almas entre el cielo y la tierra. Aprendemos que la
creación trae fuerzas opuestas de equilibrio y armonía. Así, los golpes martillantes de la
adversidad son útiles para el desarrollo del carácter. Otra presentación es la creencia de los
viejos sabios que lo que vemos en esta vida son reflejos de las cosas que existen en el
mundo espiritual invisible. Por tanto, una vida similar después de la muerte estaba
asegurada. La naturaleza también era elogiada por el estudio y por encontrar allí las
características de la Deidad. Entonces, como aprendimos previamente, la fe es enseñada
como la palanca milagrosa que puede mover a la humanidad. Una vez que se haya
comprendido y se crea este concepto de la fe en un Creador Supremo Omnipotente, se tiene
un escudo que desvíe para siempre el miedo.
Nuestro amor a Dios se puede hacer manifiesto en nuestro amor a la Verdad, a la Justicia y
a la Nobleza del Alma. Estas formas pueden abarcar una confluencia poderosa del acto
universal de piedad total. Estamos continuamente y por siempre dentro y fuera de grandes
fuerzas del universo extenso de Dios.
También nos ponemos cara a cara con la Deidad infinita cuando enfrentamos el
pensamiento de Dios al obtener una verdad; cuando descubrimos la regla conducta de Dios
mientras que aprendemos lo correcto; o cuando participamos del sentimiento de Dios
mientras experimentamos amor desinteresado. No podríamos esperar terminar un estudio
de esto aún si dedicaríamos toda la vida a la tarea. Mucho antes de las pirámides de Egipto,
el hombre antiguo adoraba al sol y sus planetas, así como el fuego, la luz y el calor como
símbolos y muestras externas del Ser o Intelecto Supremo.
Combinamos en una creencia del Gran Arquitecto del Universo, el Infinito, Incognoscible,
un Dios Eterno.
El Grado ilustra que el secreto extremo es necesario cuando los opositores despiadados
alrededor del mundo intentan destruir la Masonería. El candidato se presenta para ser
aceptado como Caballero de San Andrés, pero es recibido por funcionarios que declaran
representar la Santa Inquisición.
Lo acusan de ser masón lo que es admitido por el candidato. Entonces le exigen a que
renuncie a la Masonería y les proporcione los nombres de sus asociados y superiores. Esto
desde luego el candidato rehúsa hacer, incluso cuando lo envían a la cremallera de tortura.
Finalmente lo dejan libre y le revelan que en realidad son Caballeros disfrazados, probando
la lealtad del aspirante.
Dejado para cuidar una bandera durante la noche, armado solamente con una espada y
prohibido de buscar ayuda a menos que tres o más lo ataquen, es atacado por tres, lucha y
defiende la bandera.
Sus Hermanos Caballeros lo relevan y lo aceptan como miembro. Las cualidades de la
Caballería le son expuestas, incluyendo las virtudes de magnanimidad en la adversidad, de
franqueza en las conexiones, de generosidad en honor, de superioridad en cortesía y
firmeza en la honradez varonil.
Uno de los mas importantes entre los grandes Grados, éste nos recuerda que hay vida en la
muerte de los mártires de la historia, puesto que viven en los corazones y las mentes de sus
seguidores. Cada Masón que ha logrado el Trigésimo Grado debe releer las historias
inspiradoras de la Orden de los Templarios.
Ante la presencia solemne de la muerte el candidato hace votos que él luchará contra el
despotismo espiritual y la tiranía política. No es ni fanatismo ni intolerancia protestar contra
los que muestran enemistad hacia la Francmasonería. Protestar así no es una violación del
espíritu ecuménico; no hacerlo sería servilismo cobarde.
Uno puede preguntarse, qué tiene esto que ver con el Rito Escocés de la Francmasonería?
Todo! Pues, la Masonería es el baluarte más antiguo de libertad y de justicia y campeón de
libertades constitucionales.
Ahí la Masonería ha sido borrada o existe solamente por tolerancia o consentimiento tácito.
Por tanto, la ley de autodefensa pura justifica la contrareacción. Esto no entra dentro de la
prohibición de ser "político" o "religioso." La Masonería tiene un derecho inherente a la
autodefensa. Protestamos contra el despotismo espiritual. Si no fuese así, la Masonería
contendría dentro de su seno demasiado pacífico, las semillas de su propia destrucción.
La justicia debe ser practicada y exigida para todos. Es una demanda humana universal. La
administración de justicia entre contendientes en controversias no es una ciencia exacta y
puede errar, pues motivos y acontecimientos secretos son retenidos en el interior del
hombre. Pero si continuamente intentamos a practicar la justicia en nuestras vidas diarias
podríamos hacer del mundo un mejor lugar. Al hacerlo, sabemos que un acto justo tiene
apoyo de Dios.
Este Grado se basa en parte en el Libro de los Muertos. La leyenda del Dios Egipcio,
Osiris, relataba de la vista de causa y juicio final de cada alma después de la muerte en un
tribunal supremo. Los jueces decisivos eran Osiris, su esposa, Isis, Nebtei, Atum y Anufu.
El Maestro de Ceremonias era el cabeza de chacal Horus, quien condujo el alma durante y
después del juicio. Los consejeros y jueces buscaron y evaluaron el alma con preguntas
penetrantes. Desarrollaron a veces una "confesión negativa"; es decir, el fracaso en vida de
hacer más que meramente adherirse a la letra muerta de la ley. Respuestas personales eran
requeridas por los actos y por la falta de actuar.
El caballero Kadosh busca aumentar su experiencia y promover las oportunidades de
servicio aprendiendo el significado del "juicio" que hay sobre si y otros. Escucha como el
alma de Cheres, hijo de Suphis, el símbolo de nuestra mortalidad, es traída frente a la
cámara de los muertos. Él aprende la medida de justicia y los principales deberes de un
juez. Las escenas dramáticas escenificadas en el grado son verdaderamente notables y
contienen muchas guías para la vida diaria. ¿Qué podía ser de más importancia que el
destino eterno del alma?
El 31º Grado es el primero de los Grados Administrativos, llamados así porque “la
administración de una familia, vasta o modesta, debe recaer sobre tres principios: Justicia,
Organización y Dirección”.
Pero, para evitar una interpretación limitada, es de considerar que se trata de tres Grados
absolutamente iniciáticos, cada uno de los cuales, tiene sus propios Ritos, Símbolos y
Misterios. Pero, conducen progresivamente al ápice de la Pirámide Escocésa, representada
en el 33º Grado, Grado de síntesis que recoge los 32 grados que lo preceden.
“El Grado de Gran Inspector Inquisidor Comendador constituye una etapa iniciática de un
nivel muy alto, caracterizado por un estado de conocimiento y de realización espiritual que
le da a la acción del Caballero Kadosch una dirección conforme a la de la Ley Universal, a
la de la Evolución y la del Plano del Gran Arquitecto del Universo” (R. BONGARD,
“Manuel maçonique du Rite Écossais Ancien et Accepté”, pág. 272).
Por ello, en el Soberano Tribunal del 31º Grado se concibe a la Justicia en un sentido
cosmogónico como Equilibrio y Armonía, es decir, en un plano espiritual, por lo que no se
juzgan ni los errores humanos ni sus efectos y mucho menos las causas e intenciones de los
que los cometieron. Porque si hay tal Armonía y Equilibrio, cada cosa estaría en su lugar;
como diría Tomás de Aquino: “Una cosa no es justa porque Dios lo quiere, pero Dios lo
quiere porque es justa”.
Los Libres Masones investidos con el 31º Grado se reúnen en una asamblea denominada
Soberano Tribunal; administran la Justicia Masónica en el ámbito del Rito y custodian la
pureza de su Doctrina (una “conversación sobre la Doctrina gnóstica”, relata Farina).
La práctica del Grado está evidentemente representada en los Símbolos colocados sobre el
Altar de los Juramentos: la Escuadra que, representando la rectitud, sirve para rectificar; el
Compás que, determinando los límites, sirve para adaptar y ajustar; la Balanza que,
representando la Justicia y el Equilibrio sirve para pesar los “pro” y los “contra”; la Espada
que, representando la Verdad, sirve para actuar correctamente; dos Puñales, uno para
proteger a los inocentes y otro para castigar los perjuros; la Cruz Teutónica para recordar
que los Caballeros actúan al servicio del Bien, del Verdadero y del Justo.
En primer lugar, tenemos un Círculo que representa el anillo del grado catorce, La Deidad
sin comienzo ni fin.
En segundo lugar, tenemos una triángulo equilátero que muestra, al igual que las pirámides,
el concepto de la Deidad. Conceptos similares vienen a la mente como la sabiduría, la
fuerza y belleza; tres antiguos oficiales; tres grados; tres rufianes; así como el sol, la luna y
el Venerable Maestro.
El triángulo equilátero nos permite descubrir la verdad del equilibrio perfecto, la ley secreta
del equilibrio universal, atracción y radiación, simpatía y antipatía, fijación y movimiento.
Si esta ley es cancelada, toda la creación se evaporaría en nada, pues el efecto de esta ley
mantiene las fuerzas opuestas juntas.
Esta ley de equilibrio recíproco funciona a través del universo, Justicia Divina con
Misericordia Divina, Omnipotencia Divina con la libre voluntad del hombre, autoridad
constitucional con derechos individuales, lo material con lo espiritual.
El tercer símbolo antiguo es una representación de la Cruz, reflejando los poderes positivos
y negativos del mundo de los cuales vienen la creación y la procreación.
La simbología y enseñanzas y estudios del Rito Escocés han hecho de la ley creativa del
universo susceptible de descubrimiento. Thales y Pitágoras, Iniciados en los Grandes
Misterios, sabían pero no se atrevieron a divulgar al no iniciado que la tierra gira alrededor
del sol, porque al hacerlo habría comprometido el conocimiento secreto de la creación y la
causa de la vida. Esto incluyó las manifestaciones de la ley doble del balance y del
equilibrio. Abraham llevó de Caldea las tradiciones que, con el conocimiento de Una
Deidad Omnipotente, fueron practicadas en Egipto durante la época de José.
Moisés tomó esta ortodoxia de Egipto y la registró en la lengua obscura del Kabalah. Los
secretos de la naturaleza son los de las ciencias super naturales. Por ejemplo, en todo el
vacío aparente del espacio no hay vacante. El infinito esta lleno de manifestaciones de la
siempre-activa Deidad. Su justicia prevalece y, como dijo Santo Tomás de Aquino, "Una
cosa no es justa porque Dios lo quiere; más Dios lo quiere porque es justa." La Masonería
confirma esto. El hombre tiene un alma inmortal, encarcelada por un tiempo dentro de un
cuerpo mortal, que es capaz de mejoramiento y de desarrollo espiritual. Es liberada cuando
ocurre la muerte, así mezclando lo divino con lo humano.
¿Existe una grandeza de destino para alguno o todos los pasajeros humanos en este globo
relativamente insignificante mientras se precipita a través del espacio hacia su evaporación
inevitable? ¿Cuál es el producto final que la tierra-máquina esta destinada a producir? ¿Qué
debe hacer uno para asegurar la posibilidad de que hay una continuación creativa, eterna de
su vida?¿En resumen, vuestra vida servirá a un propósito cósmico?
Ilustre Hermano, S:. P:. del R:. S:., Masón del grado 32°, habéis alcanzado el final de
vuestro viaje. Todos los misterios y bellezas de este R:. E:. A:. y A:. se han revelado frente
a vuestros ojos, y, aunque en la multitud de sus tesoros y el volumen de sus enseñanzas
podéis haber perdido mucho, debido a la abundancia pródiga de su exhibición, empero no
podéis haber dejado de entender mucho de su hermoso simbolismo, y algo de la enorme
significación de su doctrina. Éstos perdurarán en vuestro corazón y memoria por toda la
vida.
Grado 33º R.·.E.·.A.·.A.·.
Soberano Gran Inspector General
Así como el blanco (color del Grado) es la síntesis de todos los colores, el Grado 33º es la
síntesis de todos los Grados anteriores. El Libre Masón ha adquirido la gnosis universal,
como el Águila de alas abiertas que lleva en su vuelo una espada entre las garras: La luz
que expande sobre el mundo. Y en la cinta, bajo la espada, está la divisa de Ricardo
Corazón de León: Deus Meumque Jus, puesto que “al haber sido creados en la plenitud de
nuestros derechos, todos tenemos derecho a ejercerlos sin excepción alguna”. El proceso
iniciático ha culminado. El Águila insiste con su vuelo liberador e iluminante para
conseguir la constitución del Santo Imperio y el restablecimiento de la asidua Edad de Oro.
Este Grado, el ultimo y mas elevado de la escala jerárquica del Rito Escoces Antiguo y
Aceptado, es mas bien el de un dignatario, la mas alta de la Orden, que asume la autoridad
superior administrativa y que ejerce el poder Supremo Masónico en cada Estado en donde
se halla regularmente constituido este Rito.
El Grado 33° es conferido a los Masones que son acreedores a el, por la cualidad, titulo,
privilegio, soberanía y autoridad de los Grandes Inspectores Generales de la Orden.
Y los miembros del Supremo Consejo se llaman Ilustres Soberanos Grandes Inspectores
Generales.
La joya, es un águila de dos cabezas coronada, con las alas extendidas y una espada en las
garras con la divisa. Los picos, las unas y la espada son de color oro. Esta joya pende de
una cadena de treinta y tres eslabones de oro puesta en el cuello.
Hasta el año 1802 el grado 33° fue desconocido. El más alto grado introducido por el H.·.
Esteban Morín, era el de Sublime Príncipe del Secreto Real, o sea el equivalente al veinte y
cinco del Rito Escoces Antiguo y Aceptado, establecido por los Emperadores del Este y
Oeste.
El Pelicano Rosacruz
Prologo:
El símbolo como la alegoría no son una verdad en sí mismos, sino señalan hacia ella. “El
pensamiento tiene una propiedad sui-géneris de atraer a la mente que lo engendra
pensamientos afines o semejantes a sí mismo” (1), este es uno de los propósitos de la
meditación, hacer hablar al Maestro Interior revelando las verdades no visibles de las
palabras o del simbolismo alegórico de las formas o del ceremonial.
El pelicano es uno de los más importantes símbolos del Gr. XVIII Príncipe Rosacruz de la
Masonería Escocesa, y hablar de él más allá de sus atributos morales, es menester
mencionar la Cábala como un punto de apoyo para los propósitos del presente.
La cábala posee 10 sephiroth los cuales pueden agruparse en triadas que forman: El
triangulo Superno o logoico, triangulo ético o moral, y triangulo astral o mágico, y cada
uno es una proyección del inmediato anterior.
El triangulo logoico está integrado por tres sephiroth: Kether o “Corona”, y se encuentra en
la parte más elevada y central del árbol sephirotico presidiendo la columna llamada la
“indulgencia” y es considerado como Dios, no porque lo sea en sus últimos términos, sino
que es la parte más elevada o cercana al Dios mismo que nos es posible percibir o
comprender, pues después de Kether se levantan los tres velos que ocultan el rostro sagrado
de Dios, conocidos como “AIN SOPH AUR” o “Luz Ilimitada”, “AIN SOPH” o “lo
ilimitado”, y “AIN” o la “Nada” que son inicio del “Universo absoluto” que solo nos es
posible intuir su presencia dado que no es posible conocerle por nuestra propia relatividad.
Kether corona, Chokmah sabiduría, y Bina entendimiento, son los sephiroth que formal el
triangulo logoico el cual se conoce también como el universo inmanifiesto o arquetípico;
Este a su vez genera por reflexión el triangulo “Ético” o ”moral” que está integrado por
Chesed misericordia, Geburah Fortaleza y Tiphareth Belleza, estos tres sephiroth son
proyecciones o reflejos de los tres sephiroth supernos y son el inicio del “universo
manifiesto”.
Kether genera por reflejo a Tiphareth, la sephirah de los “CRISTOS” conocida también
como “EL ASIENTO DE SALOMÓN” y es donde se ubica a todos los “DIOSES
SOLARES” que ha tenido la humanidad.
Kether es el padre y Tiphareth o Cristo es su hijo primigenio, ambos son una misma cosa en
diferentes polaridades como positivo y negativo.
Tiphareth o el Cristo tiene a su vez sus propias polaridades, siendo la materia primordial su
aspecto negativo y la fuerza que lo impulsa en movimiento de vida, su aspecto positivo.
El hombre se ha alejado de Dios porque desde la infancia le han inculcado una idea
equivocada de lo que podría ser Dios y el Hombre mismo; esto último podría ser por la
persecución de intereses ocultos por algunas personas que incrustadas en las religiones, se
han erguido como vicarios de Cristo e intermediarios entre el hombre y Dios en busca del
poder sobre el resto de la humanidad
Algunos HH.·. del Gr. XVIII y superiores, toman como inverosímiles las palabras de
nuestras propias liturgias, como: “Un maestro interior”, “Mente cósmica”, “Dios reside en
el interior de todo hombre” entre otras, tomándolas como algo poético y fantasioso; Esto se
debe a que no han practicado los ejercicios de concentración y meditación que nos sugieren
las liturgias, pretenden con la lectura intelectual alcanzar la “Luz Interior” sin comprender
que los sentidos como la mente vigilica fueron formadas bajo las formas del razonamiento
lógico de formas concretas y que no puede comprender en cabalidad las abstracciones del
espíritu, esto debe ser una experiencia vivencial a través de la meditación, lo cual algunos
HH.·. pretenden alcanzar con algunos pocos intentos, y cuando no alcanzan sus propósitos,
abandonan sus prácticas de meditación.
Como final del presente, cito textualmente de la liturgia Gr. XVIII “NO PODEMOS
NOSOTROS, NI HAY PODER EN EL MUNDO FUERA DE VOS MISMO, QUE
PUEDA INICIAROS EN EL ULTÉRRIMO SECRETO DEL GR. XVIII.
Limpia tus pies antes de pisar tierra sagrada y busca en lo profundo de vuestro santuario
interno al Maestro Secreto, al Maestro Perfecto descendiente de la orden y del linaje de
“Melquisedec Rey de Salem, Sacerdote del Dios altísimo, aquel sin padre, sin madre, sin
genealogía que ni tiene principio de días, ni fin de vida, sino hecho semejante al hijo de
Dios, y permanece sacerdote por siempre” He 7:1-3… Sacerdote que no puede ser otro que
vuestra propia Alma Inmortal, el Pelicano que se adentra en el mar de la materia buscando
el alimento que le permita sobrevivir y continuar evolucionando, el Cristo interior que es
reflejo y emanación del Cristo Cósmico.
Pax Vobixcum.
Lázaharo Hael.·.
Nota:
El símbolo por su plasticidad es polivalente según el contexto en que se presenta, por
ejemplo se dice que el pelicano vuela rasante “sobre” el agua del mar, la materia, y esto
podría a llevarnos a relacionarlo con Kether que como corona no forma parte de la cabeza
del hombre, sino que está encima sobre su cabeza, sin embargo, la acepción más
comúnmente aceptada, es que El Pelicano es Cristo.
Bibliografía:
(1).- Liturgia del Grado XVIII del R.·. E.·. A.·. A.·.
La Cábala Mística.- Dion Fortune.
Glosario:
Pelícano.- Uno de los principales símbolos de los rosacruces (el de grado 18vo.) es el
pelícano, ave acuática que flota o se mueve sobre las aguas, como el Espíritu, y luego sale
de ellas para dar nacimiento a otros seres. Más tarde fue poetizada en el sentimiento
maternal de abrirse el pecho para alimentar con su propia sangre a sus siete pequeñuelos.
(G.T. H.P.B.)
El Pelicano Grado 18 °
Lázaharo Hael,',
Introducción:
La idea o concepto de Dios ha influido en forma importante para bien o para mal, en el proceso
evolutivo de un gran porcentaje de la humanidad.
El asunto de Dios, no sería tan dramático o conflictivo si el hombre pensara por sí mismo al
respecto, y digo esto porque la idea y concepto que una gran mayoría de personas tiene sobre
Dios, no es propio, sino que tiene origen en las ideas que nos transmiten las diversas religiones, y
esto se ha convertido en una dificultad para comprender el Dios que vuestra consciencia podría
ser capaz de percibir y necesitar, porque cada consciencia tiene el Dios que necesita para su
evolución.
Las religiones nos dan una idea de Dios como un ser con atributos y defectos humanos, a la vez,
paradójicamente nos presentan un Dios con atributos divinos como la perfección, absolutes y
eternidad. Poseedor de una omnipotencia, omniconsciencia y omninteligencia que es
omnipresente en cuanto existe. Cuando en realidad, el hombre ha aceptado tales cualidades en
Dios como dogma porque su propia imperfección, relatividad y finitud le hacen imposible percibir
tales atributos en la divinidad.
Las leyes cósmicas deben formar parte de la naturaleza de Dios, y él mismo no es ajeno a sus
efectos. La vida es movimiento y consciencia, quien no posee estos atributos no está vivo, y Dios
no es la excepción.
Considerar que Dios sea “algo” o “alguien” que lucha por conservar vida, consciencia y mente, es
impensable por una gran mayoría religiosa… Sin embargo, Solo podemos ver lo inobservable a
través de los observable, y ver “algo” de lo que Dios es, solo es posible a través del universo o del
hombre mismo, que según la biblia fuimos hechos a su imagen y semejanza.
Según los Cabalistas Hebreos: “Dios deseo conocerse a sí mismo y creó un espejo para observarse”
(1). Espejo que es la humanidad, y por cuyos ojos se observa a sí mismo. El solo hecho de buscar o
desear conocerse, es un esfuerzo por conservar y ampliar su propia consciencia… El hombre
encarnado, también es un reflejo de su propia alma, la cual se observa y conoce a sí misma a
través del hombre.
La biblia narra que Cuando Moisés le pregunta a Dios su nombre, éste le contesta “Yo Soy Yo” o la
frase de los cabalistas: “Ehyeh Asher Ehyeh” o “Yo Soy El Que Soy” (1), porque Dios es único y el
absoluto, es el gran solitario, tratando de conocerse o ser consciente de sí mismo a través de su
propia creación. — Creación que no está separada de él, sino que es él mismo esforzándose por
experimentarse y conocerse a sí mismo.
“ EL PELICANO 18° ”
“En el principio (Bereshit) creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y
las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el espíritu de Dios se movía sobre la faz de las
aguas. Y dijo Dios: Sea la luz; Y fue la luz” Gn. 1:1
La alegoría mística del Pelicano, tiene puntos de coincidencia y concordancia con el primer
capítulo del Génesis Bíblico.
El Pelicano es un ave marina que penetra profundamente sobre el mar, volando al ras de su
superficie y ocasionalmente se sumerge en sus aguas para obtener su propio alimento.
El símbolo del pelicano, lo representan sentado en su nido, y desgarrándose el pecho para
alimentar con su sangre a sus polluelos, que algunos escritores dicen que son tres, otros que son
siete.
El simbolismo místico, comúnmente es polivalente según el contexto en que se presenta, por
ejemplo: Cabalísticamente si consideramos como tres sus polluelos, estaríamos hablando del
Pelicano como el Dios Primero tras el velo de “Ain Soph Aur” o “la luz ilimitada”, y los tres
polluelos serian los tres primeros sephiroth: Kether (Corona), Chokmah (Sabiduría), y Binah
(Comprensión) que integran “Atziluth” el mundo divino de las emanaciones arquetípicas.
Si hablamos de siete polluelos, nos referiríamos al pelicano como “Atziluth”, y los siete polluelos
serian los siete sephiroth que integran el universo manifiesto… Hesed (Misericordia), Geburah
(Fortaleza), Tiphereth (Belleza), Netzach (Victoria), Hod (Gloria), Yesod (Fundamento), y Malkuth
(El reino).
La Palabra “María” (3) como el nombre de la madre de Jesús el que sería el Cristo, proviene
etimológicamente de “Mare” o sea “Mar”, en cuyas agua inicio la vida sobre la tierra, pero en el
presente caso, no hablo del mar terrestre, sino del mar cósmico de la materia primordial.
El mar sobre el cual vuela el pelicano, es el agua como símbolo místico de la materia, que en el
caso del génesis bíblico, solo puede hacer referencia a la “materia primordial”, porque la materia
organizada como cuerpos y otras estructuras más complejas, aún no existían. El pelicano
simbólicamente representa el espíritu de Dios sobre la faz de las aguas, como la potencialidad a
desarrollar y cobrar manifestación en el cosmos.
El hombre desde sus primeros instantes de su infancia, despierta su consciencia por el estimulo
catalizador de sus fuerzas instintivas, y es a través de las experiencias vivenciales que se suceden a
través de toda vida humana, que el hombre evoluciona y desarrolla su propia consciencia o psique.
Este es el alimento que busca el pelicano sumergiéndose en las aguas profundas del mar de la
materia… Consciencia, mente y razón, y en una palabra, las facultades de la psique.
La sangre que mana del pecho del pelicano para alimentar a sus polluelos, me remiten al símbolo
del “Oroborus” o “Uróborus” la serpiente en forma de circulo que devora su propia cola. Algunos
escritores representan este símbolo como dos dragones, uno alado y otro terrestre formando el
circulo y ambos devorando la cola del otro. Ambos símbolos hablan del mismo tema, aunque
tienen profundidades que los hacen diferentes, pero para efecto del presente tomaremos el
primer ejemplo, y se refiere a la desintegración de las formas materiales al final de su ciclo de vida,
y reintegrándose en sus elementos más sutiles a la madre naturaleza o en el último y más
espiritual de los términos, al “mar cósmico de la materia primordial”. La misma que alimenta los
seres vivos en forma de “Prana”, “Nous” o “Energía vital”, o en su expresión más grosera, como:
los alimentos sólidos, agua y aire que nutren “nuestros” cuerpos… Porque aún nuestro espíritu o
alma, son cuerpos de naturaleza más sutil y etérea.
El grado XVIII Caballero o Príncipe Rosacruz de la Masonería Escocesa, tiene entre otros símbolos,
uno muy especial e importante, el de La Rosacruz, el cual se presta o sirve de apoyo para
comprender algo más de ésta “alegoría” del Pelicano y el primer capítulo del Génesis Bíblico.
El Madero horizontal de la cruz, simboliza la materia, el vertical simboliza el espíritu que se
infunde en la materia como una fuerza vital y energética de vida, y en ésta conjunción,
exactamente donde se cruzan ambos maderos, florece el alma, la rosa de sarón y el lirio de los
valle…“LA CONSCIENCIA”.
Este es el significado de todas las mitologías alegóricas arcaicas, que hablan de la existencia de
semidioses, mitad hombre y mitad dios, como producto de la unión de una mujer (la materia) y un
Dios (El Espíritu), como Dionisio, Perseo, Prometeo, y Jesús el Cristo entre otros, que siempre
vienen a salvar a una princesa o a la humanidad.
La consciencia es la luz que disipa las tinieblas del mundo, la cual hace emerger del aparente caos
del universo primordial, el orden universal. Esta es la luz de la que habla Moisés en el génesis
bíblico cuando dice: “Y dijo Dios: Sea la luz; Y fue la luz” Gn. 1:1… “LA CONSCIENCIA”.
Conclusión.
¿Cómo describir o hablar sobre cosas del espíritu?, ¿Cómo describir lo indescriptible?
El místico ante su necesidad de comunicar o transmitir la mucha o poca luz que posee, solo puede
hacerlo con el uso de símbolos y alegorías, que no son verdades por sí mismas, sino que insinúan
señalando hacia ella. La interpretación del símbolo tiene relación importante con el grado de
consciencia del observador, porque sujeto y objeto se vuelven uno en el fenómeno de la
observación.
Cuando el cabalista habla del infinito, no lo hace de aquello que no tiene límites, sino de aquello
cuyos límites no le son perceptibles. Y de Dios la causa primera, no es posible hablar, porque es
infinito. Del que si es posible hacerlo, es del Dios que el hombre percibe en forma subjetiva.
Hablar de Dios, el universo y el hombre, es hacerlo en diferente grado de una misma cosa, porque
se supone que Dios es el absoluto… Lo cual incluye al Pelicano como un símbolo del alma.
Para algunos, “El Pelicano” tendrá una interpretación diferente al aquí expresado, y no está mal,
porque la diversidad nos hace ver el tema desde diferentes ópticas y ángulos, y entre todos,
podemos llegar a percibir una área mayor del prisma.
El símbolo alegórico del Pelicano, representa al alma cósmica y al alma humana, que en realidad,
esta última es una extensión y expresión de la primera, la cual trata de conocerse al
experimentarse a sí misma a través del universo y el hombre encarnado en un esfuerzo por
conservar y ampliar consciencia, mente, y razón.