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2 DE AGOSTO DE 2024

ACTIVIDAD 6

DANIEL VILLANUEVA GARCIA.


GRUPO BGC: 451
PROFESOR: LUIS MANUEL SILVA MARTINEZ MATERIA: HISTORIA DE MEXICO
Introducción

La historia de México en el siglo XX está marcada por una serie de


transformaciones profundas y tumultuosas que reflejan el esfuerzo continuo del
país por definir su identidad política, social y económica. En el corazón de este
proceso se encuentran tres periodos clave: el Porfiriato, la Revolución Mexicana y
el Maximato. El Porfiriato, que abarca desde 1876 hasta 1911 bajo la dictadura de
Porfirio Díaz, fue una era de modernización acelerada y estabilidad política, pero
también de creciente desigualdad y represión. La Revolución Mexicana, iniciada
en 1910, surgió como una respuesta al descontento popular frente al régimen de
Díaz y dio inicio a una serie de conflictos que transformaron radicalmente la
estructura social y política del país. Finalmente, el Maximato, que se extendió de
1928 a 1934 bajo la figura de Plutarco Elías Calles, se consolidó como una etapa
de consolidación del poder y de maniobras políticas que definieron el rumbo del
nuevo régimen posrevolucionario.

Esta investigacion explora la interrelación entre estos tres periodos cruciales en la


historia de México, analizando cómo el Porfiriato sentó las bases para el conflicto
revolucionario, cómo la Revolución Mexicana reconfiguró el panorama político y
social, y cómo el Maximato facilitó la consolidación del poder en un sistema
político que buscaba equilibrar las demandas de cambio con la estabilidad
necesaria para el desarrollo. Al desentrañar las dinámicas entre estos periodos, se
obtiene una visión integral del complejo proceso de transformación que definió la
trayectoria moderna de México, marcando el tránsito de una nación en crisis a una
con un nuevo orden político y social.

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PORFIRIATO

El Porfiriato se refiere al periodo en el que Porfirio Díaz gobernó México fue un


período de la historia política de México durante el cual la nación estuvo bajo el
control autoritario del militar oaxaqueño José de la Cruz Porfirio Díaz Mori (1830-
1915). Tuvo lugar entre el 28 de noviembre de 1876 y el 25 de mayo de 1911, y
fue un período clave en el devenir histórico del país, especialmente como
antecedente de la Revolución mexicana, pero como toda historia tiene un
antecedente., interrumpido brevemente entre 1880 y 1884. Antes de su ascenso al
poder, México enfrentaba una inestabilidad política considerable. La presidencia
de Benito Juárez y la de Sebastián Lerdo de Tejada estuvieron marcadas por
conflictos internos y luchas por el poder. Juárez, que gobernó desde 1858 hasta su
muerte en 1872, había implementado reformas importantes como la Ley Juárez y
la Ley Lerdo, que buscaban limitar el poder de la Iglesia y promover la propiedad
privada. Sin embargo, estas reformas provocaron resistencia, especialmente entre
los terratenientes y la Iglesia.

Al esparcirse las noticias sobre la caída del Segundo Imperio Mexicano, el 20 de


junio de 1867, la bandera blanca se ondeó en la capital junto con la orden de cese
de fuego, iniciando con ello, el restablecimiento del gobierno republicano. El 22 de
septiembre se dio principio a las elecciones primarias en las elecciones
secundarias se optó por reelegir al presidente Benito Juárez para dar inicio con la
restauración de la República (1867 a 1871), incorporó nuevas reformas legales
para sentar las bases que regirían al Estado Mexicano con la finalidad de limitar el
poder Legislativo y fortalecer al poder Ejecutivo.

Al final de su administración Benito Juárez decidió lanzar su candidatura para un


nuevo periodo presidencial. Los candidatos para ocupar el cargo del Ejecutivo
Sebastián Lerdo de Tejada y el General Porfirio Díaz, mostraron su inconformidad
ante la determinación del presidente, porque era evidente que no estaba dispuesto
a abandonar el poder.

Porfirio Díaz ascendió al poder tras la Revolución de Tuxtepec en 1876, que


derrocó a Lerdo de Tejada. Díaz estableció un régimen autoritario con el lema
"Orden y Progreso", que buscaba modernizar México y estabilizar el país tras años
de caudillismo y conflictos. Su gobierno se caracterizó por una fuerte
centralización del poder y la represión de la oposición política. Díaz promovió una
serie de reformas económicas que incluyeron la construcción de una vasta red de
ferrocarriles, la atracción de inversión extranjera y el desarrollo de la minería y la
agricultura. Esta modernización, sin embargo, tuvo un costo alto para las
poblaciones indígenas y campesinas, quienes a menudo fueron desposeídos de
sus tierras y sometidos a condiciones laborales duras.

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En el ámbito cultural, el Porfiriato fue un periodo de florecimiento artístico
influenciado por el positivismo, una corriente filosófica que enfatizaba el progreso
científico y el desarrollo social. Díaz promovió la educación y las artes, buscando
proyectar una imagen moderna y avanzada de México. Sin embargo, su régimen
también se caracterizó por la represión y la censura. La falta de libertades políticas
y la represión de movimientos opositores, como los encabezados por Francisco I.
Madero, crearon un ambiente de creciente descontento.

El descontento creció a medida que las políticas de Díaz favorecían a una élite
minoritaria mientras que la mayoría de la población vivía en la pobreza. La falta de
oportunidades económicas y la explotación laboral llevaron a una creciente
insatisfacción entre los campesinos y obreros. Además, la represión de la
oposición política y la falta de elecciones libres y justas incrementaron la tensión
política en el país.

LA REVOLUCION MEXICANA

La Revolución Mexicana estalló en 1910 como una respuesta a la dictadura de


Porfirio Díaz. Francisco I. Madero, un crítico del régimen, convocó a la rebelión
con el Plan de San Luis Potosí, que llamaba a la insurrección armada contra Díaz.
Madero, un hacendado del norte de México, escribió el libro "La Sucesión
Presidencial en 1910", en el que criticaba el régimen de Díaz y proponía reformas
democráticas. Su arresto y posterior liberación en 1910 solo aumentaron su
popularidad, y su llamado a la insurrección armada marcó el comienzo de la
Revolución Mexicana.

La Revolución se convirtió en un conflicto complejo con múltiples facciones,


incluyendo las de Emiliano Zapata, que luchaba por reformas agrarias bajo el lema
"Tierra y Libertad", y Pancho Villa, un líder militar en el norte que buscaba
reformas sociales y políticas. El conflicto llevó al derrocamiento de Díaz en 1911 y
a una serie de gobiernos interinos y cambios políticos que no lograron resolver los
problemas fundamentales del país.

Uno de los eventos más significativos fue la toma de Ciudad Juárez en 1911, que
marcó la caída de Díaz. Tras la renuncia de Díaz, Francisco I. Madero asumió la
presidencia, pero su gobierno fue breve y plagado de problemas. En 1913, Madero
fue derrocado y asesinado durante un golpe de estado liderado por Victoriano
Huerta. La usurpación de Huerta intensificó la lucha revolucionaria, con líderes
como Venustiano Carranza, Álvaro Obregón y Emiliano Zapata uniendo fuerzas
para derrocar a Huerta.

La Revolución Mexicana también incluyó la promulgación de la Constitución de


1917, una de las más avanzadas de su tiempo en términos de derechos sociales y
laborales. Esta constitución abordó temas clave como la reforma agraria, la

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nacionalización de la industria petrolera y los derechos de los trabajadores. La
Constitución de 1917 estableció una base legal para las demandas sociales de la
Revolución, aunque su implementación completa tomaría muchos años.

Entre los eventos más significativos se encuentran la toma de Ciudad Juárez en


1911, que marcó la caída de Díaz, y la Convención de Aguascalientes en 1914,
que intentó resolver las diferencias entre las facciones revolucionarias. La
Revolución finalmente llevó al establecimiento de un nuevo régimen político bajo el
liderazgo de Venustiano Carranza, quien promovió una agenda de estabilidad y
reformas.

Las batallas y alianzas de la Revolución fueron complejas. Emiliano Zapata, en el


sur, se mantuvo fiel a su lucha por los derechos agrarios y fue una figura clave en
la promulgación del Plan de Ayala, que exigía la redistribución de tierras. En el
norte, Pancho Villa y su División del Norte jugaron un papel crucial en las victorias
militares contra el régimen de Díaz y luego contra los gobiernos sucesivos que no
cumplían con las demandas revolucionarias.

La Revolución también tuvo un impacto profundo en la sociedad mexicana. El


conflicto armó y politizó a grandes sectores de la población, incluyendo
campesinos, obreros y mujeres. Adelitas, como se conocía a las mujeres que
participaron activamente en la lucha, se convirtieron en símbolos de la
participación femenina en la Revolución.

EL MAXIMATO

El Maximato se refiere al periodo en el que el expresidente Plutarco Elías Calles


ejerció una influencia dominante sobre el país, a pesar de no ocupar formalmente
la presidencia. Tras su mandato presidencial de 1924 a 1928, Calles se convirtió
en el "Jefe Máximo" del país, controlando al presidente en funciones, Álvaro
Obregón, y luego a su sucesor, Pascual Ortiz Rubio.

Durante el Maximato, Calles implementó una serie de reformas que buscaban


consolidar el régimen revolucionario y estabilizar la política mexicana. Se destacó
por la creación del Partido Nacional Revolucionario (PNR), precursor del Partido
Revolucionario Institucional (PRI), que se convirtió en la fuerza política dominante
en México durante gran parte del siglo XX. Calles también promovió la educación
laica y la secularización del Estado, en parte como respuesta a la oposición de la
Iglesia Católica, que había tenido un rol importante durante el Porfiriato.

El periodo también fue marcado por conflictos políticos, como la Guerra Cristera
(1926-1929), una rebelión armada en respuesta a las políticas anticlericales del
gobierno. La guerra reflejó las tensiones entre el gobierno y la Iglesia, y terminó
con la firma de un acuerdo que permitió una coexistencia limitada entre ambos.

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El Maximato concluyó con la llegada al poder de Lázaro Cárdenas en 1934, quien
rompió con la influencia de Calles y comenzó un proceso de reformas profundas.
Cárdenas es conocido por la expropiación petrolera de 1938 y la implementación
de políticas agrarias que beneficiaron a los campesinos. Su gobierno marcó el fin
del Maximato y el comienzo de una nueva era en la política mexicana.

El Maximato también vio la consolidación de instituciones clave y la modernización


del estado mexicano. Calles promovió la creación de organizaciones campesinas y
obreras para consolidar el apoyo popular al régimen. Además, durante este
periodo se implementaron políticas de industrialización y desarrollo económico que
sentaron las bases para el crecimiento económico del país en las décadas
siguientes.

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Conclusión

El Porfiriato, la Revolución Mexicana y el Maximato son etapas fundamentales en


la historia de México que reflejan los desafíos y las transformaciones que el país
enfrentó en su camino hacia la modernidad. Cada uno de estos periodos
contribuyó de manera significativa a la configuración del México contemporáneo,
desde la dictadura de Díaz hasta los esfuerzos de modernización y reforma en el
periodo revolucionario y el consolidado régimen político bajo Calles. El estudio de
estos periodos proporciona una comprensión más profunda de las dinámicas
políticas y sociales que han dado forma a la nación mexicana. La influencia de
estos momentos históricos se percibe en la estructura política, económica y social
de México hoy en día, mostrando cómo el pasado sigue influyendo en el presente
y el futuro del país.

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Bibliografía

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