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2

La elección racional institucional


Evaluación del marco del análisis
y desarrollo institucional

ELINOR OSTROM

Cuando Paul Sabatier me pidió que realizara una evaluación de la elección racio-
nal institucional, le respondí que es un campo demasiado amplio para que una
persona haga una evaluación de todo el trabajo que el término podría abarcar. En
lugar de tratar de evaluar una selección tan amplia de publicaciones, centré mi
esfuerzo más específicamente en el marco del análisis y desarrollo institucional
(IAD) que ha evolucionado con el trabajo de muchos colegas en el Taller de Teoría
Política y Análisis Político de la Universidad de Indiana. Realizar una reseña y
una evaluación del marco del análisis y desarrollo institucional en 2006 constitu-
ye un gran desafío debido a toda la atención que se le ha dado en los últimos años.
La publicación de “The Three Worlds of Action: A Metatheoretical Synthesis
of Institutional Approaches” (Kiser y Ostrom 1982) representa un primer intento
publicado para desarrollar un marco general con el objeto de ayudar a integrar
el trabajo asumido por cientistas políticos, economistas, antropólogos, geógrafos,
abogados, psicólogos sociales y otros interesados en la forma en que las institu-
ciones influyen en los incentivos que enfrentan los individuos y el consiguiente
comportamiento1. Durante las dos décadas que siguieron a esta publicación, el
marco ha sido desarrollado y aplicado al análisis de distintos escenarios empíri-
cos (véase cuadro 2.1). Después de muchos pedidos, finalmente dediqué un libro
entero a explicar el marco completo tal como se ha desarrollado a lo largo de los
años (E. Ostrom 2005). Los elementos comprendidos en el marco están íntima-
mente relacionados con los conceptos que juegan un rol importante en las teorías
relacionadas, tales como las representadas en el trabajo de Douglass C. North,
23
24 Elinor Ostrom

Oliver Williamson y otros en la tradición de la “nueva economía institucional”


(ver Eggertsson 1990, 2005).
Se desarrollaron dos aspectos importantes del marco del análisis y desarrollo
institucional en el artículo inicial con Larry Kiser. Un aspecto es la distinción de
tres niveles en la toma de decisiones y las relaciones entre ellos: constitucional,
elección colectiva y decisiones operacionales. La segunda es la dilucidación de
los elementos fundamentales que pueden utilizarse para el análisis de resultados
y su evaluación en cualquiera de los tres niveles de la toma de decisiones. En este
capítulo presentaré una versión actualizada del marco, a la luz del trabajo adi-
cional llevado a cabo desde 1982 y de las teorías y modelos consistentes con este
marco. Concluiré con una breve evaluación de la utilidad de esta herramienta de
análisis institucional. Sin embargo, antes de hacer esto, quiero señalar algunas de
las dificultades que enfrentan aquellos interesados en comprender los incentivos,
las instituciones y los resultados.

DESAFÍOS
Varios aspectos del marco del análisis y desarrollo institucional se aclaran al ad-
vertir las dificultades que deben superarse al asumir cualquier forma de análisis
institucional. La siguiente es una lista inicial de lo que considero dificultades cla-
ves en el estudio de las instituciones:

1. El término “institución” hace referencia a muchos tipos distintos de enti-


dades, que incluyen tanto a organizaciones como a las normas utilizadas
para estructurar patrones de interacción dentro y entre organizaciones.
2. Aunque los edificios en los cuales las entidades organizadas están ubica-
das son muy visibles, las propias instituciones son invisibles.
3. A fin de desarrollar un enfoque coherente para el estudio de diversos
tipos de arreglos institucionales (que incluyen mercados, jerarquías,
empresas, familias, asociaciones voluntarias, gobiernos nacionales y
regímenes internacionales), se necesitan múltiples aportes de diversas
disciplinas.
4. Dados los diversos lenguajes utilizados entre disciplinas, se requiere un
marco institucional coherente para permitir la expresión y comparación
de las diversas teorías y modelos de teorías aplicados a escenarios parti-
culares de interrogantes y problemas.
5. Las decisiones sobre reglas en un nivel generalmente se toman dentro de
una estructura de reglas que existen en un nivel distinto. Por lo tanto, los
estudios institucionales necesitan abarcar múltiples niveles de análisis.
6. En cualquier nivel de análisis, las combinaciones de reglas, atributos del
mundo y comunidades de individuos involucrados se combinan confi-
gurativamente más que en forma acumulativa.
La elección racional institucional 25

Vamos a discutir brevemente estos temas antes de abordar el enfoque del análi-
sis y desarrollo institucional.

Múltiples definiciones de instituciones


Es difícil avanzar en el estudio de las instituciones si los académicos definen
“institución” como un término que significa casi cualquier cosa. Existe una gran
confusión entre los académicos que utilizan el término para referirse a una en-
tidad organizacional, como el Congreso de los Estados Unidos, una empresa, un
partido político o una familia, y aquellos que utilizan el término para referirse a
las reglas, normas, y estrategias adoptadas por los individuos que actúan dentro
o entre organizaciones. En este capítulo, usaré el término “institución” con el
último significado, para referirme a los conceptos compartidos utilizados por
los seres humanos en situaciones recurrentes organizadas por reglas, normas y
estrategias (ver Crawford y Ostrom 2005). Por reglas me refiero a prescripciones
compartidas (debe, no debe o puede), comprendidas por todas las partes y que se
hacen cumplir en forma predecible por los agentes responsables de controlar con-
ductas e imponer sanciones. Por normas me refiero a prescripciones compartidas
que tienden a cumplirse por los participantes mismos, mediante costos e incen-
tivos impuestos interna y externamente. Por estrategias, me refiero a los planes
regularizados que los individuos hacen dentro de la estructura de incentivos pro-
ducidos por las reglas, normas y expectativas del comportamiento probable de los
demás en una situación afectada por condiciones físicas y materiales pertinentes2 .

Invisibilidad de las instituciones


Uno de los problemas más difíciles de superar en el estudio de las instituciones
es cómo identificarlas y medirlas. Dado que las instituciones son conceptos fun-
damentalmente compartidos, existen en la mente de los participantes y a veces
se comparten como conocimiento implícito más que en una forma explícita y
por escrito. Uno de los problemas que enfrentan los académicos y funcionarios
es aprender cómo reconocer la presencia de las instituciones en el terreno. Las
estructuras físicas primitivas, que arraigaron los sistemas de derecho a la propie-
dad que construyeron los agricultores en el tiempo, pueden parecer poco sólidas
para un ingeniero que considera reales solo aquellas estructuras construidas con
hormigón y hierro. Sin embargo, estas estructuras poco sólidas son utilizadas
frecuentemente por individuos para asignar flujos de recursos a participantes se-
gún reglas que han sido concebidas en difíciles negociaciones constitucionales y
situaciones de elección colectiva con el tiempo.
Al capacitar a los investigadores para identificar y medir instituciones, enfati-
zamos el concepto de reglas en uso en lugar de centrarnos en reglas en forma. Se
hace referencia a las reglas en uso cuando alguien nuevo (como un nuevo emplea-
do o un niño) se socializa en un sistema existente de comportamiento ordenado
por reglas. Es el deber y el no deber que uno aprende en el terreno y que puede no
26 Elinor Ostrom

existir en ningún documento escrito. En algunos casos, pueden ser lo contrario


de lo que se debe y no se debe hacer, de acuerdo con aquello que está escrito en
documentos formales. Una forma muy útil de identificar reglas en uso, normas
compartidas y estrategias operacionales es estar armado con un conjunto de pre-
guntas relativas a cómo X se hace aquí y por qué Y no se hace aquí.

Múltiples disciplinas – Múltiples idiomas


Debido a que el comportamiento humano regularizado ocurre dentro de una am-
plia diversidad de situaciones ordenadas por reglas que comparten características
estructurales tales como mercados, jerarquías o empresas, familias, asociaciones
voluntarias, gobiernos nacionales y regímenes internacionales, no existe una
única disciplina que trate todas las cuestiones importantes para el estudio de las
instituciones humanas. La comprensión de los tipos de estrategias y heurísticas
que los seres humanos adoptan en diversas situaciones mejora al incorporar la
antropología, economía, teoría de juegos, historia, derecho, filosofía, ciencia po-
lítica, psicología, administración pública y sociología. Los académicos de estas
disciplinas aprenden distintos idiomas técnicos. La comunicación significativa
entre las ciencias sociales puede ser extremadamente difícil de lograr (E. Ostrom
2006). Cuando los científicos sociales necesitan trabajar con biólogos y/o cien-
tíficos físicos, los problemas de comunicación son aún más difíciles. Una de las
razones para desarrollar el marco del análisis y desarrollo institucional ha sido,
por lo tanto, el desarrollo de un conjunto común de elementos lingüísticos que
puede utilizarse para analizar una amplia diversidad de problemas.

Múltiples niveles de análisis


Cuando los individuos interactúan en escenarios repetitivos pueden encontrarse
en situaciones operacionales que afectan al mundo directamente o pueden estar
tomando decisiones en otros niveles de análisis que eventualmente incidan en si-
tuaciones operacionales de toma de decisiones (Shepsle 1989). Las distintas fuen-
tes de estructura se ubican tanto en diversos niveles analíticos como en diversos
ámbitos geográficos. Llevó a los biólogos varios siglos aprender a separar los di-
versos tipos de estructuras relevantes necesarias para analizar tanto las comuni-
dades como las entidades biológicas individuales. Separar la estructura fenotípica
de la estructura genotípica fue parte del gran avance darwiniano que permitió a
los biólogos tomar impulso y acumular conocimiento durante el último siglo. La
estructura anidada de reglas dentro de reglas, dentro de aún más reglas, es un
problema analítico particularmente difícil de resolver para los interesados en el
estudio de las instituciones. Los estudios conducidos a nivel macro (ver Kaminski
1992; V. Ostrom 1997; Allen 2005; Loveman 1993; Sawyer 1992, 2005) se centran
en estructuras constitucionales. Estos afectan las decisiones de elección colectiva
ya que eventualmente ellas inciden en las decisiones diarias de los ciudadanos
y/o sujetos. Los estudios conducidos a nivel micro (Firmin-Sellers 1996; Gibson,
La elección racional institucional 27

Williams y Ostrom 2005) se enfocan más en las decisiones a nivel operacional


porque éstas, a su vez, están afectadas por reglas de elección colectiva y elección
constitucional, algunas de las cuales, si bien no todas, están bajo el control de los
tomadores de decisiones operacionales. Encontrar formas de comunicación entre
estos niveles es un desafío clave para los teóricos institucionales.

Relaciones configurativas
Puede generarse rápidamente un análisis exitoso cuando los especialistas han
podido examinar un problema separándolo en partes constitutivas que se anali-
zan en forma independiente y luego recombinando estas partes en forma aditiva.
Muchos rompecabezas de interés para los científicos sociales pueden desarmarse
y recombinarse. Sin embargo, el impacto de un tipo de regla en los incentivos y
el comportamiento frecuentemente depende de la configuración de otras reglas.
Por lo tanto, el impacto de cambiar una de las normas actuales que es parte de
un “sistema de bienestar” depende de qué otras reglas están también vigentes. El
cambio del mínimo ingreso externo que se puede ganar antes de perder los bene-
ficios de un programa, por ejemplo, no puede analizarse independientemente del
efecto del ingreso sobre los beneficios derivados de otros programas3. Asimismo,
analizar el impacto de cambiar la proporción de individuos que deben estar de
acuerdo antes de realizar una elección colectiva autoritativa (por ejemplo, 50 por
ciento más uno) depende de la reglas de quórum vigente. Si está vigente una regla
de quórum que especifica una baja proporción de miembros, requerir el acuerdo
de los dos tercios puede ser una regla de decisión menos estricta que una regla
de mayoría simple combinada con una regla de quórum que requiere una mayor
proporción de miembros. Las condiciones ceteris paribus son siempre esenciales
para realizar cualquier trabajo teórico que incluya instituciones. En el caso del
análisis institucional, se debe conocer el valor de otras variables en vez de afirmar
simplemente que se mantienen constantes. Esta naturaleza configurativa de las
reglas hace que el análisis institucional sea una empresa más difícil y compleja
que los estudios de fenómenos que son estrictamente acumulativos.

MARCOS CONCEPTUALES, TEORÍAS Y MODELOS INSTITUCIONALES


Dada la necesidad que existe de disciplinas múltiples y, por lo tanto, de múltiples
lenguajes disciplinarios, y dados los múltiples niveles de análisis involucrados
en el estudio de las relaciones configurativas entre reglas, aspectos relevantes del
mundo y fenómenos culturales, el estudio de las instituciones depende del trabajo
teórico llevado a cabo en tres niveles de especificidad que a menudo se confunden
unos con otros. Estos fundamentos esenciales son (1) los marcos, (2) las teorías, y
(3) los modelos. Los análisis realizados en cada nivel brindan diferentes grados de
especificidad en relación con un problema particular.
El desarrollo y el uso de un marco general ayuda a identificar los elementos y
las relaciones entre estos elementos que deben considerarse para el análisis insti-
28 Elinor Ostrom

tucional. Los marcos organizan las investigaciones de diagnóstico y las prescripti-


vas. Proveen la lista más general de variables que deben usarse para analizar todos
los tipos de arreglos institucionales. Los marcos brindan un lenguaje metateoré-
tico que puede uilizarse para comparar teorías. Intentan identificar los elementos
universales que debería incluir alguna teoría relevante para explicar el mismo
tipo de fenómenos. La combinación e interacción de estas variables puede generar
realidades distintas. Por lo tanto, los elementos contenidos en un marco ayudan a
los analistas a generar las preguntas que necesitan responder cuando realizan un
análisis por primera vez.
El desarrollo y el uso de las teorías le permiten al analista especificar qué ele-
mentos del marco son particularmente importantes para ciertas clases de asuntos
y para hacer supuestos de trabajo generales sobre estos elementos. Por lo tanto, las
teorías se centran en un marco y hacen supuestos específicos que son necesarios
para que un analista haga un diagnóstico de un fenómeno, explique sus procesos
y prediga resultados. Varias teorías son por lo general compatibles con cualquier
marco. La teoría económica, teoría de juegos, teoría de los costos de transacción,
teoría de elección social, teoría del pacto y las teorías de los bienes públicos y
de los recursos de uso común son todas compatibles con el marco del análisis y
desarrollo institucional que tratamos aquí. En este capítulo, muestro el marco
principalmente en referencia a nuestro trabajo sobre la teoría de los recursos de
uso común.
El desarrollo y uso de los modelos hacen supuestos precisos sobre un conjunto
limitado de parámetros y variables. La lógica, la matemática, la teoría de juegos,
la experimentación y la simulación, y otros medios se utilizan para explorar sis-
temáticamente las consecuencias de estos supuestos en un conjunto limitado de
resultados. La mayoría de las teorías son compatibles con varios modelos. Por
ejemplo, para comprender la estructura estratégica de los juegos que realizan los
responsables del riego en distintos sistemas de riego organizado, se desarrolla-
ron cuatro familias de modelos, solo para comenzar a explorar las consecuencias
probables de diferentes combinaciones institucionales y físicas relevantes, para
entender la forma en que las organizaciones exitosas de agricultores organizaron
las actividades de monitoreo y sanción (Weissing y Ostrom 1991). Este es uno de
los modelos que hemos desarrollado para el análisis preciso de una subparte de la
teoría de los recursos de uso común.
El marco del análisis y desarrollo institucional ayuda a organizar capacidades
de diagnóstico, analíticas y prescriptivas, a los formuladores de políticas y a los
académicos interesados en temas relativos a la manera en que los diferentes sis-
temas de gobierno permiten a los individuos resolver problemas en forma demo-
crática. También ayuda en la acumulación de conocimiento de estudios empíricos
y en la evaluación de esfuerzos de reforma. Con frecuencia se presenta a los mer-
cados y a las jerarquías como “tipos puros” de organización fundamentalmente
diferentes. Estos tipos de arreglos institucionales no solo se perciben como di-
ferentes, sino que se supone que cada uno requiere su propia teoría explicativa.
La elección racional institucional 29

Los académicos que intentan explicar el comportamiento dentro de los mercados


usan la teoría microeconómica, mientras que aquellos académicos que explican
el comportamiento dentro de las jerarquías usan la teoría política y sociológica.
Dicha visión descarta un marco explicativo más general y teorías estrechamente
relacionadas que ayudan a los analistas a hacer evaluaciones y comparaciones
entre instituciones.
Sin la capacidad de emprender evaluaciones institucionales sistemáticas y
comparativas, las recomendaciones de reforma pueden basarse en ideas ingenuas
sobre qué tipos de instituciones son “buenas” o “malas” y no sobre un análisis de
rendimiento. Se necesita un marco común y una familia de teorías para tratar
las cuestiones relativas a las reformas y las transiciones. Luego, los modelos par-
ticulares ayudan al analista a deducir las predicciones específicas sobre posibles
resultados de estructuras altamente simplificadas. Los modelos son útiles en el
análisis de políticas públicas cuando están bien adaptados al problema particular
que se tiene en manos. Puede suceder que los modelos se utilicen en forma inade-
cuada cuando se aplican al estudio de situaciones problemáticas que no se ajustan
estrictamente a los supuestos del modelo.

EL MARCO DEL ANÁLISIS Y DESARROLLO INSTITUCIONAL


Como se mencionó anteriormente, un marco institucional debe identificar los
tipos más importantes de variables estructurales presentes en cierta medida en
todos los arreglos institucionales, pero cuyos valores difieren de un tipo de arre-
glo institucional a otro.

FIGURA 2.1 Marco para el análisis institucional


FUENTE: Adaptado de E. Ostrom, Gardner y Walker (1994: 37).
30 Elinor Ostrom

El marco del análisis y desarrollo institucional es un mapa conceptual de varios


niveles (véase figura 2.1). Una parte del marco es la identificación de una arena de
acción y los patrones resultantes de las interacciones y resultados y la evaluación
de estos resultados (ver la mitad derecha de la figura 2.1). El problema puede estar
en un nivel operacional en el que los actores interactúan a la luz de los incentivos
que enfrentan para generar resultados directamente en el mundo. Los ejemplos de
problemas operacionales incluyen:

• La tarea de diseñar los incentivos de un grupo voluntario de acción am-


biental para superar en alguna medida el problema del polizón;
• El desafío de organizar usuarios locales de un bosque con el objetivo de
aportar recursos para la protección de las vertientes de la zona a fin de
mejorar la calidad del suelo y el almacenamiento de agua; y
• La cuestión de cómo invertir en infraestructuras de riego para que las
inversiones de capital aumenten la capacidad organizativa de los agricul-
tores locales en lugar de disminuirla.

El problema también puede ser en el nivel de una política (o elección colectiva)


en el que los responsables de adoptar decisiones en forma reiterada deben tomar
decisiones de políticas dentro de las limitaciones de un conjunto de reglas de elec-
ción colectiva. Las decisiones de políticas entonces afectan las estructuras de las
arenas en las que los individuos están tomando decisiones operacionales y por lo
tanto impactan directamente en un mundo físico. El problema puede también
estar en un nivel constitucional donde las decisiones se toman sobre quién es
idóneo para participar en la formulación de políticas y sobre las reglas que se van
a usar para asumir la formulación de políticas.
El primer paso para analizar un problema es identificar una unidad concep-
tual, denominada arena de acción, que puede utilizarse para analizar, predecir
y explicar el comportamiento dentro de los arreglos institucionales. Las arenas
de acción incluyen una situación de acción y a los actores en esa situación. Una
situación de acción puede caracterizarse por medio de siete grupos de variables:
(1) participantes, (2) posiciones, (3) resultados, (4) conexiones acción-resultado,
(5) control que ejercen los participantes, (6) información y (7) costos y beneficios
asignados a los resultados. Un actor (individual o colectivo) incluye supuestos
sobre cuatro grupos de variables:

1. los recursos que un actor trae a una situación;


2. la valoración que los actores asignan a los estados del mundo y a las
acciones;
3. la forma en que los actores adquieren, procesan, retienen y utilizan las
contingencias del conocimiento y la información; y
4. los procesos que usan los actores para seleccionar los cursos de acción
específicos.
La elección racional institucional 31

El término arena de acción hace referencia al espacio social en que los indi-
viduos interactúan, intercambian bienes y servicios, solucionan problemas, se
dominan entre sí, o se pelean (entre las muchas acciones que los individuos de-
sarrollan en arenas de acción). Gran parte del trabajo teórico se detiene en este
nivel y considera dadas las variables que especifican la situación y la estructura
motivacional y cognitiva de un actor. El análisis avanza hacia la predicción de un
comportamiento probable de los individuos en dicha estructura.
Un analista institucional puede dar dos pasos más luego de comprender la
estructura inicial de una arena de acción. Un paso va más allá y cuestiona los
factores que afectan la estructura de una arena de acción. Desde esta perspectiva,
la arena de acción se ve como un conjunto de variables que dependen de otros
factores. Estos factores que afectan la estructura de una arena de acción incluyen
tres grupos de variables: (1) las reglas usadas por los participantes para ordenar
sus relaciones, (2) los atributos de los estados del mundo sobre los que se actúa en
estas arenas y (3) la estructura de la comunidad más general dentro de la cual se
ubica una arena particular (ver Kiser y Ostrom 1982). La siguiente sección de este
capítulo examina explícitamente la forma en que la comprensión compartida de
reglas, estados del mundo y naturaleza de la comunidad afecta los valores de las
variables que caracterizan las arenas de acción. Luego uno puede avanzar hacia
fuera de las arenas de acción para considerar métodos que expliquen las estructu-
ras complejas que vinculan las arenas de acción secuenciales y simultáneas entre
sí (ver lado izquierdo de la figura 2.1).

DIAGNÓSTICO Y EXPLICACIÓN DENTRO


DEL MARCO DE UNA ARENA DE ACCIÓN
Como se mencionó anteriormente, el término “arena de acción” se refiere a una
unidad conceptual compleja que contiene un conjunto de variables denominado
situación de acción y un segundo conjunto de variables llamado actor. Se necesi-
tan ambos componentes, la situación y los actores en la situación, para diagnosti-
car, explicar y predecir acciones y resultados.

Situación de acción
El término “situación de acción” se usa para referirse a un concepto analítico que
le permita a un analista aislar la estructura inmediata que afecta el proceso de
interés a los fines de explicar regularidades en las acciones humanas y en los resul-
tados, y potencialmente reformarlos. Un conjunto común de variables utilizadas
para describir la estructura de una situación de acción incluye (1) el conjunto de
participantes, (2) las posiciones específicas a ser ocupadas por los participantes,
(3) el conjunto de acciones permitidas y su conexión con los resultados, (4) los re-
sultados potenciales que están vinculados a secuencias de acciones individuales,
(5) el nivel de control que cada participante tiene sobre la elección, (6) la infor-
mación disponible para los participantes sobre la estructura de la situación de
32 Elinor Ostrom

acción, y (7) los costos y beneficios, que sirven de incentivo y disuasión, asignados
a las acciones y a los resultados. Además, el hecho de que una situación ocurra
una única vez, una cantidad conocida y finita de veces, o indefinidamente, afecta
las estrategias de los individuos. Cuando explicamos acciones y resultados acu-
mulados dentro del marco de una arena de acción, estas variables son los “dados”
con los que se trabaja para describir la estructura de la situación. Estos son los
elementos comunes utilizados en la teoría de juegos para construir modelos de
juegos formales.
La mayor parte de las actividades operacionales relacionadas con los recursos
naturales pueden conceptualizarse como involucrando provisión, producción,
apropiación, y asignación (ver E. Ostrom, Gardner y Walker 1994; E. Ostrom,
Schroeder y Wynne 1993). Antes de realizar un análisis de problemas de apro-
piación en relación con una situación en que se sobreutilizan los recursos de uso
común, por ejemplo, deben responderse las siguientes preguntas:

• El grupo de participantes: ¿quiénes y cuántos individuos retiran unidades


de recursos (por ejemplo, peces, agua, forraje) de este sistema de recursos?
• Las posiciones: ¿qué posiciones existen (por ejemplo, miembros de una
asociación de riego, distribuidores-protectores de agua y un presidente)?
• El conjunto de acciones permitidas: ¿qué tipo de tecnologías de recolec-
ción se utilizan? (por ejemplo, motosierras utilizadas para recoger ma-
dera; ¿hay temporadas abiertas y cerradas?; ¿los pescadores devuelven al
agua los peces que no alcanzan algún tamaño determinado?).
• Los resultados potenciales: ¿qué región geográfica y qué acontecimientos
en esa región están afectados por los participantes en estas posiciones?
¿Qué cadena de eventos conectan las acciones a los resultados?
• El nivel de control sobre la elección: ¿los usuarios realizan las acciones an-
teriores por iniciativa propia o las consultan con otros (por ejemplo, antes
de ingresar al bosque para cortar forraje, ¿el usuario obtiene un permiso?)?
• La información disponible: ¿cuánta información tienen los usuarios sobre
la condición del recurso, las funciones de costo y beneficio de otros usua-
rios, y la forma en que impactan sus acciones en resultados conjuntos?
• Los costos y beneficios de acciones y resultados: ¿qué costo tienen las
distintas acciones para cada tipo de usuario y qué tipos de beneficios se
pueden alcanzar como consecuencia de los resultados de varios grupos?

El actor: Teorías y modelos del individuo


El actor en una situación puede pensarse como un único individuo o como un
grupo que funciona como actor colectivo. El término “acción” se refiere a aquellos
comportamientos humanos a los cuales el individuo actuante atribuye un signi-
ficado subjetivo e instrumental. Todos los analistas de microcomportamientos
usan una teoría o modelo implícito o explícito de los actores en situaciones para
derivar inferencias sobre el comportamiento probable de cada actor en una si-
La elección racional institucional 33

tuación (y, por lo tanto, sobre el patrón de resultados conjuntos que se pueden
producir). El analista debe hacer supuestos sobre cómo y qué valoran los partici-
pantes; qué recursos, información, y creencias tienen; cuáles son sus capacidades
de procesamiento de información; y qué mecanismos internos utilizan para de-
cidir entre estrategias.
Para muchos problemas es útil aceptar la visión clásica de la economía política
de que la elección de la estrategia de un individuo en una situación particular de-
pende de cómo percibe y pondera los beneficios y costos de diversas estrategias y
sus posibles resultados (Radnitzky 1987). El modelo formal mejor establecido del
individuo utilizado en el análisis institucional es el Homo economicus, tal como
se desarrolla en la economía neoclásica y en la teoría de juegos. Para utilizar el
modelo Homo economicus se supone que los actores tienen preferencias cabales y
bien ordenadas e información completa, y que maximizan el valor neto de los ren-
dimientos esperados para ellos mismos. Todos estos supuestos son controvertidos
y cuestionados en muchos frentes. Varios analistas institucionales tienden a usar
una concepción más amplia de los actores individuales. Muchos destacan que
los costos y beneficios percibidos incluyen el tiempo y los recursos dedicados a
establecer y mantener las relaciones (Williamson 1979), así como también el valor
que los individuos atribuyen a establecer una reputación como fiables y confiables
(Breton y Wintrobe 1982).
Alternativamente se asume también que los individuos que calculan los be-
neficios y costos son aprendices falibles, cuya conducta varía de acuerdo con la
cantidad de otras personas cuyos beneficios y costos les resultan importantes y en
función de su compromiso personal para cumplir promesas y retribuir las formas
de reciprocidad que les son extendidas (E. Ostrom 1998, 2005). Los individuos
falibles pueden cometer errores y a menudo lo hacen. Sin embargo, los escenarios
difieren en cuanto a sus incentivos institucionales para que las personas apren-
dan de esos errores. La falibilidad y la capacidad de aprendizaje pueden entonces
ser vistas como supuestos de una teoría más general del individuo. Uno puede
suponer que los distintos arreglos institucionales que los individuos utilizan para
gobernar y administrar los recursos de uso común (u otras situaciones problemá-
ticas) les ofrecen diferentes incentivos y oportunidades de aprender. En algunos
escenarios, los incentivos los llevan a repetir errores del pasado. En otros, la ve-
locidad del aprendizaje efectivo sobre cómo hacer que un recurso sea sustentable
en el tiempo es rápida. En todos los casos, el repertorio de principios de diseño
institucional que los individuos conocen también afecta su capacidad para cam-
biar sus instituciones a fin de mejorar el aprendizaje y otros resultados cuando se
enfrentan con reiterados fracasos.
Cuando individuos falibles con capacidad de aprendizaje interactúan en situa-
ciones simples que se repiten, es posible modelarlos como si tuvieran información
completa sobre las variables importantes para realizar elecciones en esas situacio-
nes. En ambientes altamente competitivos, podemos suponer, además, que los in-
dividuos que sobreviven a la presión selectiva del ambiente actúan como si fueran
34 Elinor Ostrom

maximizadores de una variable clave asociada a la supervivencia en ese ambiente


(por ejemplo, ganancias o capacidad) (Alchian 1950; Dosi y Egidi 1987). Cuando
los individuos enfrentan una decisión relativamente simple de una situación en
la que las instituciones generan información precisa sobre las variables relativas
a un problema en particular, ese problema puede representarse adecuadamente
como un problema claro y restringido de maximización.
Las teorías explícitas más desarrolladas de elección individual compatibles con
el marco del análisis y desarrollo institucional —teoría de juegos y teoría de la
economía neoclásica— incluyen supuestos extremos tales como capacidad de
cálculo ilimitada y maximización completa de los beneficios netos. Para algunos
escenarios de campo, estas teorías generan resultados explicativos y de diagnós-
tico confirmados empíricamente. Cuando se analiza el mercado de commodities
funcionando reiteradamente en un escenario en el que los derechos de propiedad
están bien definidos y se hacen cumplir a un costo relativamente bajo para com-
pradores y vendedores, las teorías de comportamiento y resultados de mercado
basadas en información completa y maximización de ganancias son muy buenas
predictoras de los resultados. Utilizar estos supuestos sobre la elección individual
resulta una forma muy útil de realizar un análisis institucional cuando los esce-
narios problemáticos se aproximan mucho a este tipo de elección restringida y
competitiva.
No obstante, muchas de las situaciones de interés para comprender los recursos
de usos comunes son inciertas y complejas, y no tienen la presión selectiva ni
la capacidad de generar información de un mercado competitivo. Por lo tanto,
es posible sustituir los supuestos de información perfecta y maximización de las
utilidades usados en la teoría de elección axiomática por el supuesto de racio-
nalidad limitada —que las personas tienen intención de ser racionales pero lo
son solo en forma limitada (ver Simon 1965, 1972; Williamson 1985; E. Ostrom,
Gardner y Walker 1994, capítulo 9; B. Jones 2001). La búsqueda de información
es costosa, y la capacidad de procesamiento de la información de los seres huma-
nos es limitada. Por lo tanto, los individuos a menudo deben realizar elecciones
basándose en el conocimiento incompleto de todas las alternativas posibles y sus
resultados probables. Con información incompleta y capacidad de procesamiento
de información imperfecta, todos los individuos pueden cometer errores al elegir
estrategias diseñadas para lograr un conjunto de objetivos (V. Ostrom 2007a). Sin
embargo, con el tiempo pueden adquirir un mayor conocimiento de su situación
y adoptar estrategias con mejor rendimiento.
La reciprocidad no necesariamente limita sino que puede desarrollar la búsque-
da del interés personal en el corto plazo. (Hyden 1990; Oakerson 1993).
Los individuos no siempre tienen acceso a la misma información que conocen
aquellos con quienes interactúan. Por ejemplo, muchas veces es difícil para otros
juzgar cuánto aporta un individuo a un emprendimiento conjunto. Cuando los
resultados conjuntos dependen de múltiples actores que contribuyen con aportes
costosos y difíciles de medir, existen incentivos para que los individuos se com-
La elección racional institucional 35

porten en forma oportunista (Williamson 1975). El oportunismo —comporta-


miento engañoso con intención de mejorar el bienestar propio a expensas de los
demás— puede tomar muchas formas, desde eludir en forma intrascendente o in-
consciente, hasta realizar un esfuerzo cuidadosamente calculado para defraudar
a otros con quienes uno se relaciona. El oportunismo de aquellos individuos que
pueden decir una cosa y hacer otra incentiva el problema de la incertidumbre en
una situación dada. Además, el nivel de comportamiento oportunista que puede
ocurrir en cualquier escenario se ve afectado por las normas e instituciones utili-
zadas para gobernar las relaciones en ese escenario, así como por los atributos del
propio ambiente de decisiones.

Predicción de resultados dentro de una arena de acción


Dependiendo de la estructura analítica de una situación y de los supuestos par-
ticulares sobre el actor, el analista realiza inferencias sólidas o débiles de los
resultados. En situaciones restringidas que ocurren una única vez, en condicio-
nes de información completa, en que se motiva a los participantes a seleccionar
estrategias particulares o cadenas de acciones que conjuntamente lleven a un
equilibrio estable, con frecuencia un analista puede realizar inferencias sólidas
y hacer predicciones específicas sobre probables patrones de comportamiento y
de resultados.
Cuando no existe un límite en la cantidad de usuarios de un recurso de uso
común o en la cantidad de actividades de cultivo que emprenden, por ejemplo,
puede desarrollarse un modelo matemático de un recurso de uso común y acceso
abierto (ver, por ejemplo, E. Ostrom, Gardner y Walker 1994). Cuando los bene-
ficios netos de lo que obtiene cada participante aumentan para el grupo inicial
de unidades de recursos buscados y disminuyen a partir de ese momento, cada
usuario que actúa independientemente tiende a tomar decisiones individuales
que en conjunto producen un equilibrio deficiente (aunque estable). Un modelo
de recurso de uso común de acceso abierto predice claramente la prisa por usar
el recurso, que lleva a altos costos sociales. Tanto la investigación de campo como
la investigación experimental de laboratorio apoyan firmemente las predicciones
de abuso y destrucción potencial de los recursos de uso común de acceso abierto
cuando los usuarios no comparten el acceso a arenas de elección colectiva en don-
de cambiar la estructura de acceso abierto que enfrentan (E. Ostrom, Gardner, y
Walker 1994).
Sin embargo, muchas arenas no generan tales resultados inequívocos. En lugar
de tomar decisiones completamente independientes o autónomas, los individuos
pueden estar insertos en comunidades donde las primeras normas de justicia y
conservación pueden cambiar la estructura de la situación drásticamente. Dentro
de estas situaciones, los participantes pueden adoptar una gama de estrategias más
amplia. Además, pueden cambiar sus estrategias en el tiempo a medida que toman
conocimiento de los resultados de acciones pasadas. El analista institucional que
examina estas situaciones más abiertas, menos restringidas, hace deducciones
36 Elinor Ostrom

más débiles y predice patrones de resultados con mayor o menor probabilidad de


surgir de un tipo de situación en particular. En experimentos de laboratorio, por
ejemplo, dar oportunidades de comunicarse a aquellos sujetos que se encuentran
en una situación de recursos de uso común, por lo general aumenta los resultados
conjuntos que alcanzan (ver E. Ostrom, Gardner y Walker 1994, y citas incluidas
en los mismos). En escenarios de campo, uno no puede asumir que al ayudar a
individuos a participar en discusiones en forma personal en algunas reuniones
aumentará la probabilidad de mejorar los resultados. Existen muchos factores
que afectan la probabilidad de un manejo exitoso de los recursos a largo plazo.
En Dietz, Ostrom y Stern (2003), por ejemplo, presentamos evidencia firme de
bosques de propiedad del gobierno que fallan y otros que tienen éxito. Asimismo,
encontramos bosques de propiedad privada y de propiedad común que son exce-
sivamente sobreexplotados, como algunos otros que son administrados en forma
sustentable. En lugar de la propiedad formal que ha sido objeto de tantos análisis
de políticas, encontramos que el acuerdo sobre la legitimidad de los límites y el
monitoreo confiable conduce con mayor probabilidad a niveles más altos de co-
operación por parte de los usuarios y a recursos mejor administrados.
En escenarios de campo, es difícil decir cuándo comienza una arena de acción y
cuando finaliza otra. La vida continúa en lo que aparenta ser una red sin quiebres
mientras las personas van de la casa al mercado, al trabajo (situaciones de acción
que generalmente se caracterizan por la reciprocidad, el intercambio o la solución
de problemas en equipo o bajo órdenes). Además, en las arenas frecuentemente se
eligen acciones dentro de un conjunto de reglas en contraste con elecciones entre
reglas futuras sin reconocer que el nivel de acción ha cambiado. Entonces, cuando
el “jefe” le dice a su “empleado” “¿qué tal si cambiamos la forma en que hacemos
tal cosa?” y los dos discuten las opciones y acuerdan en conjunto una forma mejor,
se han desplazado de actuar dentro de reglas establecidas previamente a tomar
decisiones sobre las reglas estructurando acciones futuras. En otras palabras, en
el lenguaje del marco de análisis y desarrollo institucional, se han desplazado a
una arena de elección colectiva.

Evaluación de resultados
Además de predecir resultados, los analistas institucionales pueden evaluar los
resultados que se están alcanzando así como el conjunto de resultados probables
que podrían alcanzarse con arreglos institucionales diferentes. Se aplican los
criterios de evaluación tanto para los resultados como para los procesos a través
de los cuales se alcanzan resultados. Aunque hay muchos criterios potenciales
de evaluación, pondremos nuestra atención brevemente en los siguientes: (1)
eficiencia económica, (2) equidad a través de la equivalencia fiscal, (3) equidad
redistributiva, (4) rendición de cuentas, (5) cumplimiento de la moralidad general
y (6) adaptabilidad.
La elección racional institucional 37

Eficiencia económica. La eficiencia económica está determinada por la magnitud


del cambio en el flujo de beneficios netos asociados con la asignación o reasigna-
ción de recursos. El concepto de eficiencia juega un rol central en los estudios que
estiman los beneficios y costos o tasas de retorno de las inversiones, que a menudo
se utilizan para determinar la factibilidad económica o la conveniencia de políticas
públicas. Por lo tanto, cuando se consideran arreglos institucionales alternativos es
fundamental considerar cómo las revisiones de las reglas que afectan a los partici-
pantes alterarán el comportamiento y, por ende, la asignación de los recursos.

Equivalencia fiscal. Existen dos medios principales para evaluar la equidad: (1)
basándose en la igualdad de aportes y beneficios, y (2) basándose en las diferencias
en la capacidad de pago de los individuos. El concepto de equidad detrás de una
economía de intercambio sostiene que aquellos que se benefician con un servicio
son quienes deben soportar la carga de financiarlo. Las percepciones con respecto
a la equivalencia fiscal pueden afectar la buena disposición de los individuos de
contribuir al desarrollo y mantenimiento de los sistemas de recursos.

Equidad redistributiva. Las políticas que redistribuyen recursos a individuos


más pobres son considerablemente importantes. Por lo tanto, aunque la eficiencia
dictaría que los recursos escasos deben utilizarse donde producen el mayor be-
neficio neto, los objetivos de equidad pueden moderar este objetivo; el resultado
es la prestación de servicios que benefician a grupos particularmente necesitados.
De la misma manera, los objetivos redistributivos pueden estar en conflicto con el
objetivo de alcanzar la equivalencia fiscal.

Rendición de cuentas. En un sistema de gobierno democrático, los funcionarios


tienen la obligación de rendir cuentas a los ciudadanos en relación con el desarro-
llo y uso de las instalaciones y los recursos naturales. El interés por la rendición de
cuentas no tiene por qué entrar en conflicto con los objetivos de eficiencia y equi-
dad. Es más, para lograr eficiencia se requiere que quienes toman las decisiones
tengan información sobre las preferencias de los ciudadanos, al igual que sucede
para lograr la rendición de cuentas. Los arreglos institucionales, que reúnen efi-
cazmente esta información, ayudan a lograr eficiencia a la vez que sirven para au-
mentar la rendición de cuentas y promover el logro de objetivos de redistribución.

Cumplimiento de la moralidad general. Además de la rendición de cuentas,


uno puede desear evaluar el grado de moral general promovido por un grupo
particular de arreglos institucionales. Quienes pueden engañar y no ser detec-
tados ¿obtienen beneficios muy altos? Quienes mantienen sus promesas ¿tienen
mayor probabilidad de ser recompensados y avanzar en sus carreras profesiona-
les? ¿Cómo aprenden a relacionarse entre sí en el largo plazo quienes interactúan
repetidamente dentro de un grupo de arreglos institucionales?.
38 Elinor Ostrom

Adaptabilidad. Por último, a menos que los arreglos institucionales puedan


responder a ambientes en cambio constante, es probable que se vea afectada la
sustentabilidad de los recursos y las inversiones. Las áreas rurales de los países en
desarrollo a menudo se enfrentan con desastres naturales y circunstancias espe-
ciales muy localizadas. Un arreglo institucional muy inflexible para tratar estas
condiciones especiales tiene pocas probabilidades de prosperar. Por ejemplo, si un
sistema de riego se controla en forma centralizada y asigna solo un monto espe-
cífico de recursos para el mantenimiento anual y periódico, puede ser incapaz de
cubrir las necesidades especiales asociadas con una gran inundación que destruya
una sección del sistema de canales.
Es común que los trade-offs sean necesarios al usar los criterios de rendimiento
como base para la selección entre alternativas de arreglos institucionales. Es espe-
cialmente difícil elegir entre los objetivos de eficiencia y equidad redistributiva. El
tema del trade-off surge más explícitamente en consideraciones de métodos alter-
nativos de financiamiento de proyectos públicos. La fijación de precios económi-
camente eficientes para el uso de un recurso o instalación existente debe reflejar
solamente los costos marginales de mantenimiento y cualquier costo externo o
social relacionado con su uso. Este es el conocido principio de eficiencia de precios
que requiere que los precios igualen los costos marginales de uso. El principio es
especialmente problemático en el caso de bienes no rivales. En tales instancias, el
costo marginal de que otro usuario utilice el bien es cero, por lo tanto, el precio de
eficiencia también es cero. Sin embargo, los precios cero para el usuario requieren
que todas las fuentes de movilización de recursos tengan una base impositiva y,
de ese modo, provoquen otros tipos de incentivos perversos e ineficiencias poten-
ciales. Es un gran desafío evaluar comparativamente los arreglos institucionales
desde los distintos criterios. La revisión analítica de los posibles trade-offs entre
costos intermedios es valiosa para intentar comprender el rendimiento institucio-
nal comparado (ver E. Ostrom, Schroeder y Wynne 1993, capítulo 5).

EXPLICACIÓN: LAS ARENAS DE ACCIÓN


COMO VARIABLES DEPENDIENTES
Detrás de la forma en que los analistas conceptualizan las arenas de acción subya-
cen supuestos implícitos sobre las reglas que los individuos utilizan para ordenar
sus relaciones, sobre los atributos de los estados del mundo y sus transformacio-
nes, y sobre los atributos de la comunidad dentro de la cual tiene lugar la arena.
Algunos analistas no están interesados en el rol de estas variables subyacentes y se
enfocan solamente en una arena en particular cuya estructura está dada. Por otro
lado, los analistas institucionales pueden estar interesados en un factor que afecta
la estructura de las arenas más que en otros. Por lo general, los sociólogos están
más interesados en cómo los sistemas de valores compartidos afectan la forma en
que las personas organizan sus relaciones entre sí. Los ambientalistas tienden a
enfocarse en las distintas formas en que los sistemas físico y biológico interactúan
y crean oportunidades o restricciones en las situaciones que enfrentan los seres
La elección racional institucional 39

humanos. Los cientistas políticos tienden a enfocarse más en cómo determinadas


combinaciones de reglas afectan los incentivos. El conjunto de las reglas, los es-
tados del mundo y la naturaleza de la comunidad afecta los tipos de acciones que
los individuos toman, los beneficios y costos de estas acciones y de los resultados
obtenidos, y los probables resultados alcanzados.

El concepto de reglas
Las reglas son entendimientos compartidos entre los involucrados que se refieren
a prescripciones que se hacen cumplir sobre qué acciones (o estados del mundo)
se requieren, prohíben o permiten4 . Todas las reglas son el resultado de esfuerzos
implícitos o explícitos para lograr un orden y previsibilidad entre los seres hu-
manos, creando clases de personas (posiciones) a quienes luego se les requiere,
permite o prohíbe realizar clases de acciones en relación con estados del mundo
requeridos, permitidos o prohibidos (Crawford y Ostrom 2005; V. Ostrom 1991).
Con la gobernanza, uno necesita preguntarse dónde se originan las reglas que
los individuos usan en situaciones de acción. En un sistema de gobierno abierto
y democrático, las fuentes de las reglas que los individuos usan en la vida diaria
son muchas. No se considera ilegal o inadecuado que los individuos organicen y
hagan sus propias reglas si las actividades a las que se dedican son legales. Ade-
más de la legislación y las reglamentaciones de un gobierno central formal, puede
haber leyes sancionadas por gobiernos regionales, locales y especiales. Dentro de
empresas privadas y asociaciones voluntarias, los individuos están autorizados
a adoptar muchas reglas diferentes sobre quién es miembro de la empresa o la
asociación, sobre la forma de compartir las ganancias (beneficios) y de tomar las
decisiones. Cada familia constituye su propio órgano normativo.
Cuando los individuos participan activamente en la confección de múltiples
niveles de reglas, una parte de ese trabajo ocurrirá utilizando lápiz y papel. Sin
embargo, la mayor parte de esto ocurre cuando los individuos con capacidad para
resolver problemas interactúan para averiguar cómo hacer en el futuro un mejor
trabajo del que han hecho en el pasado. Los colegas en un equipo de trabajo con-
feccionan sus propias reglas cuando se dicen mutuamente “¿qué te parece si vos
haces A en el futuro y yo hago B, y antes de tomar una decisión sobre C otra vez,
los dos lo discutimos y tomamos una decisión conjunta?”. En una sociedad demo-
crática, los individuos capaces de resolver problemas hacen esto todo el tiempo.
También participan en arreglos de toma de decisiones menos fluidos que incluyen
las elecciones para elegir legisladores.
Por lo tanto, cuando hacemos un análisis institucional más profundo, intenta-
mos primero comprender las reglas en funcionamiento que los individuos utilizan
en la toma de decisiones. Las reglas en funcionamiento son el conjunto de reglas a
las que se referirían los participantes si se les solicitara que expliquen o justifiquen
sus acciones ante otros participantes. Aunque cumplir una regla puede conver-
tirse en un “hábito social”, es posible hacer que los participantes sean conscientes
de las reglas que usan para ordenar sus relaciones. Los individuos pueden decidir
40 Elinor Ostrom

conscientemente adoptar una regla diferente y cambiar su comportamiento para


ajustarse a dicha decisión. Con el tiempo, el comportamiento en conformidad
con una nueva regla puede en sí mismo convertirse en habitual (véase Shimanoff
1980; Toulmin 1974; Harré 1974). La capacidad de los seres humanos de utilizar
sistemas cognitivos complejos para ordenar su propio comportamiento en un
nivel relativamente subconsciente hace difícil para los investigadores empíricos
determinar cuáles pueden ser las reglas en funcionamiento para una arena de
acción en curso.
Una vez que entendemos las reglas en funcionamiento intentamos comprender de
dónde provienen esas reglas. En un sistema gobernado por un “estado de derecho”,
el marco legal general en uso tendrá su fuente en las acciones que se tomen en los es-
cenarios constitucional, legislativo y administrativo aumentados por las decisiones
tomadas por los individuos en muchos escenarios particulares diferentes. En otras
palabras, las reglas en forma concuerdan con las reglas en uso (Sproule-Jones 1993).
En un sistema que no está gobernado por un “estado de derecho”, pueden existir
leyes centrales y se puede hacer un esfuerzo considerable para hacerlas cumplir la
ley pero los individuos intentarán evadirla más que cumplirla.
Las acciones que se ajustan a las reglas o que cumplen con ellas no son tan previsi-
bles como lo es el comportamiento biológico o físico explicado por leyes científicas.
Todas las reglas se formulan en lenguaje humano. Por lo tanto, las reglas comparten
los problemas de la falta de claridad, mala interpretación y cambio que caracteriza a
cualquier fenómeno basado en el lenguaje (V. Ostrom 1997, 1999). Las palabras son
siempre más simples que el fenómeno al que hacen referencia.
La estabilidad de las acciones ordenadas por reglas depende del significado
compartido asignado a las palabras utilizadas para formular un conjunto de re-
glas. Si no existe un significado compartido cuando se formula una regla habrá
confusión en cuanto a las acciones requeridas, permitidas o prohibidas. No habrá
regularidades en las acciones si aquellos que deben interpretar en reiteradas opor-
tunidades el significado de la regla dentro de las situaciones de acción llegan a dis-
tintas interpretaciones. “Las [R]eglas no son autoformuladas, autodeterminadas
ni autoexigibles” (V. Ostrom 1999: 383), por lo tanto los agentes humanos deben
formularlas, aplicarlas en situaciones particulares e intentar exigir el cumpli-
miento en concordancia con ellas. Aun cuando exista un significado compartido
en el momento de la aceptación de la regla, las transformaciones en tecnología, en
normas compartidas, y en circunstancias generales cambian los acontecimientos
a los que se aplica la regla. “Aplicar el lenguaje a configuraciones de desarrollo
cambiantes aumenta las ambigüedades y amenaza el criterio compartido de elec-
ción con la erosión de su significado adecuado” (V. Ostrom 1999: 383).
¿Qué reglas son importantes para el análisis institucional? Se utilizan miles de
reglas específicas en la estructuración de arenas de acción complejas. Los acadé-
micos se vieron atrapados en la catalogación interminable de reglas sin relación
con ningún método de clasificación útil para las explicaciones teóricas. Pero la
clasificación es un paso necesario en el desarrollo de una ciencia. Cualquiera que
La elección racional institucional 41

desee definir una tipología útil de reglas debe ocuparse de que la clasificación sea
más que un método para imponer un orden superficial a un grupo extremada-
mente amplio de reglas aparentemente dispares. La forma en que hemos aborda-
do este problema mediante el uso del marco del análisis y desarrollo institucional
fue clasificar las reglas de acuerdo con su impacto sobre los elementos de una
situación de acción.

Configuración de reglas
Un primer paso hacia la identificación de las reglas en funcionamiento puede darse
entonces al examinar abiertamente la forma en la que las reglas en funcionamiento
afectan a cada una de las variables de una situación de acción. Un conjunto de
reglas en funcionamiento que afecte estas variables debe constituir el mínimo pero
necesario conjunto de reglas requeridas para dar una explicación de las acciones
y resultados utilizados por los participantes para ordenar sus relaciones dentro de
una arena de acción. Debido a que los estados del mundo y sus transformaciones
y la naturaleza de la comunidad también afectan la estructura de una situación de
acción, las reglas en funcionamiento solas nunca proveen una explicación necesa-
ria y suficiente de la estructura de una situación de acción y de resultados.
Si se adopta esta visión se puede decir que existen siete tipos de reglas en fun-
cionamiento que afectan la estructura de una situación de acción. Estas son reglas
que establecen límites, reglas de posición, reglas relativas al alcance, reglas de au-
toridad (o elección), reglas de agregación, reglas de información y reglas relativas
a las ganancias. El efecto acumulado de estos siete tipos de reglas afectan los siete
elementos de una situación de acción.
Las reglas que establecen límites afectan la cantidad de participantes, sus atri-
butos y recursos, si pueden ingresar libremente y las condiciones que enfrentan
para retirarse. Las reglas de posición establecen posiciones en la situación. Las
reglas de autoridad asignan conjuntos de acciones que los participantes en posi-
ciones en nodos particulares deben, pueden o no pueden realizar. Las reglas re-
lativas al alcance delimitan los resultados potenciales que pueden estar afectados
y, operando en forma regresiva, las acciones vinculadas a resultados específicos.
Las reglas de autoridad, combinadas con las leyes científicas relativas a los estados
relevantes del mundo sobre los que se actúa, determinan la forma del árbol de
decisión, es decir los vínculos acción-resultado. Las reglas de agregación afectan
el nivel de control que un participante en determinada posición ejerce en la se-
lección de una acción en un nodo. Las reglas que regulan la información afectan
los conjuntos de información dependiente del conocimiento de los que disponen
los participantes. Las reglas relativas a las ganancias afectan los beneficios y los
costos que se asignarán a las combinaciones particulares de acciones y resultados
y establecen los incentivos y elementos disuasivos para la acción. Este grupo de
reglas en funcionamiento es una configuración en el sentido de que el efecto de un
cambio en una regla puede depender de las otras reglas en uso.
42 Elinor Ostrom

Volvamos al ejemplo sobre realizar un análisis de recursos de uso común trata-


do anteriormente. Ahora nos centraremos en una serie de cuestiones que intentan
ayudar al analista a llegar a las reglas en uso que ayudan a estructurar una situa-
ción de acción. Por lo tanto, para entender estas reglas, deberíamos comenzar por
preguntarnos lo siguiente:

• Reglas que establecen límites: ¿Los usuarios de este recurso se limitan a


los residentes locales; a un grupo definido por etnia, raza, casta, género
o estructura familiar; a aquellos que ganan una lotería; a aquellos que
han obtenido un permiso; a aquellos que poseen bienes necesarios (tales
como amarradero para embarcaciones o tierras); o, de algún otro modo,
a una clase de individuos determinada? ¿Se le permite a un nuevo par-
ticipante unirse a un grupo mediante el pago de un arancel de ingreso
o matrícula? ¿El usuario debe renunciar a sus derechos de cosecha al
emigrar a otro lugar?
• Reglas de posición: ¿Cómo pasa una persona de ser solo “miembro” de
un grupo de usuarios a alguien que tiene una tarea especializada, como
encargado de la distribución de agua?
• Reglas relativas al alcance: ¿Qué entendimiento tienen estos y otros
usuarios sobre los ámbitos funcionales o geográficos autorizados o pro-
hibidos? ¿Existen mapas que muestren quién puede explotar qué región?
¿Existen acuerdos sobre unidades de recursos que están “fuera de los
límites” (por ejemplo, las reglas históricas en algunas secciones de Áfri-
ca que no permitían que determinadas acacias se cortaran en tierras de
propiedad privada o comunales)?
• Reglas de autoridad: ¿Qué entienden los usuarios sobre las tecnologías de
cosecha obligatorias, autorizadas o prohibidas? Para los pescadores, ¿el ta-
maño de la red debe ser de un grosor particular? ¿Los usuarios de bosques
deben usar algunas herramientas cortantes y no otras? ¿Qué tipo de opcio-
nes tienen quienes controlan a los demás en relación con su accionar?
• Reglas de agregación: ¿Cuáles son los entendimientos relacionados con las
reglas que afectan la elección de actividades de cosecha? ¿Ciertas acciones
requieren un permiso previo por parte de terceros o acuerdos con terceros?
• Reglas de información: ¿Qué información debe permanecer en secreto y
qué información debe hacerse pública?
• Reglas relativas a las ganancias: ¿Cuán grandes son las sanciones que
pueden imponerse por infringir alguna de las reglas identificadas más
arriba? ¿Cómo se controla el cumplimiento de las reglas? ¿Quién es
responsable de sancionar a los incumplidores? ¿Cuán confiables son
las sanciones impuestas? ¿Existen recompensas positivas ofrecidas a los
usuarios por alguna de las acciones que pueden tomar? (por ejemplo,
¿puede alguien que ha sido elegido funcionario ser relevado de sus obli-
gaciones laborales)?
La elección racional institucional 43

El problema para el investigador de campo es que muchas reglas en uso no están


escritas. Tampoco puede simplemente hacer estudios y preguntar a una muestra
aleatoria de encuestados sobre sus reglas. Muchas de las reglas en uso ni siquiera
están conceptualizadas por los participantes como reglas. En escenarios donde
las reglas en uso han evolucionado a lo largo de extensos períodos y son compren-
didas implícitamente por los participantes, la obtención de información sobre
las reglas en uso requiere pasar algún tiempo en el lugar y aprender a formular
preguntas sobre las configuraciones de las reglas que no suenen amenazantes y
sean específicas para ese contexto5.

Los atributos de estados del mundo: condiciones físicas y materiales


Si bien una configuración de una regla afecta a todos los elementos de una si-
tuación de acción, algunas de las variables de una situación de acción también
se ven afectadas por los atributos del mundo físico y material. El mundo sobre el
que se actúa en una situación influye sobre qué acciones son físicamente posibles,
qué resultados se pueden producir, cómo están vinculadas las acciones a los re-
sultados, y qué contienen los conjuntos de información de los actores. El mismo
conjunto de reglas puede arrojar tipos absolutamente distintos de situaciones de
acciones dependiendo de los tipos de eventos del mundo sobre los que actúan los
participantes.
Los atributos de los estados del mundo y sus transformaciones son explícita-
mente examinados cuando el analista formula en forma consciente una serie de
preguntas relacionadas con la forma en que el mundo, sobre el que se actúa en una
situación, afecta el resultado, los conjuntos de acciones, las conexiones acción-
resultado y los conjuntos de información en esa situación. La importancia relativa
de la configuración de la regla y de los estados del mundo en la estructuración de
una situación de acción varía drásticamente en los distintos tipos de escenarios.
La configuración de reglas constituye casi totalmente algunos juegos, como el
ajedrez, donde los atributos físicos prácticamente no tienen importancia. La im-
portancia relativa de las reglas en funcionamiento respecto de los atributos del
mundo también varía drásticamente dentro de las situaciones de acción conside-
radas parte del sector público. Las reglas definen y restringen el comportamiento
de votación dentro de una legislatura más que los atributos del mundo. Las vo-
taciones pueden realizarse alzando las manos, mediante papeletas, contando los
sí y los no, presentándose ante un mostrador oficial o instalando terminales de
computadoras en las cuales cada legislador registra su voto. Sin embargo, con res-
pecto a la organización de la comunicación dentro de la legislatura, los atributos
del mundo afectan fuertemente las opciones disponibles. El principio de que en
un foro puede escucharse y entenderse solo una persona por vez afecta podero-
samente la capacidad de los legisladores de comunicarse efectivamente unos con
otros (ver V. Ostrom 2007a, 2007b).
Consideremos varios atributos usados frecuentemente para distinguir bienes y
servicios que se proveen en forma más efectiva por distintos arreglos institucio-
44 Elinor Ostrom

nales. Los bienes, que por lo general se consideran “bienes públicos”, producen
beneficios no rivales que pueden disfrutarse en forma conjunta y simultánea por
muchas personas a quienes es muy difícil excluir de la obtención de dichos bene-
ficios. Los recursos de uso común producen beneficios de los que es difícil excluir
beneficiarios, pero el uso que cada persona hace de un sistema de recursos resta
unidades de ese recurso de un total finito disponible para disfrutar.

La exclusión y el problema del polizón (Free-rider). Cuando es difícil o costoso


excluir a los beneficiarios de un bien una vez producido, se asume con frecuen-
cia que dicho bien debe proveerse en forma pública, más que en forma privada.
Cuando un grupo tiene a disposición los beneficios de un bien, ya sea que los
miembros del grupo hayan contribuido o no a la provisión del bien, ese bien se
caracteriza por problemas relativos a la exclusión. Cuando la exclusión es cos-
tosa, aquellos que desean proveer un bien o brindar un servicio se enfrentan a
un potencial problema del polizón o de acción colectiva (Olson 1965). Algunos
individuos beneficiados por el mantenimiento de un sistema de riego, por ejem-
plo, pueden desear no contribuir con trabajo o impuestos para las actividades
de mantenimiento, esperando que otros soporten el costo. Esto no quiere decir
que todos los individuos actuarán de manera oportunista siempre que puedan.
Sin embargo, existe un gran incentivo a actuar de forma oportunista en todas
las situaciones en las que los beneficiarios potenciales no pueden ser excluidos
fácilmente por no contribuir a la provisión de un bien o servicio.
Cuando es costoso excluir individuos de los beneficios de un recurso de uso co-
mún o de infraestructura, los empresarios privados con fines de lucro que deben
recuperar sus inversiones mediante intercambios de compensación, tienen pocos
incentivos para brindar dichos servicios por iniciativa propia. Por lo tanto, los
problemas de exclusión pueden llevar al problema del polizón, que a su vez lleva a
una subinversión en el capital y su mantenimiento.
La provisión pública de recursos o infraestructura de uso común genera pro-
blemas adicionales para determinar las preferencias y organizar las finanzas.
Cuando la exclusión tiene bajo costo para el proveedor, las preferencias se mani-
fiestan como resultado de muchas transacciones de compensación. Los produc-
tores aprenden sobre preferencias mediante la voluntad de los consumidores de
pagar los bienes ofrecidos a la venta. Cuando la exclusión es difícil, el diseño de
mecanismos que honestamente reflejen las preferencias de los beneficiarios y su
voluntad de pagar es complejo, independientemente de si la unidad proveedora
está organizada en la esfera pública o privada. En grupos muy pequeños, quienes
se ven afectados pueden, por lo general, discutir sus preferencias y obligaciones
personalmente y alcanzar un consenso aproximado. En grupos más grandes, las
decisiones sobre la infraestructura tienden a tomarse mediante mecanismos como
la votación o la delegación de la autoridad a funcionarios públicos. Las numerosas
publicaciones sobre los sistemas de votación demuestran lo difícil que es traducir
La elección racional institucional 45

las preferencias individuales en elecciones colectivas que reflejen adecuadamente


las visiones individuales (Arrow 1951; Shepsle 1979; Buchanan y Tullock 1962).
Otro atributo de los bienes con problemas de exclusión es que, una vez provistos,
los consumidores no tienen ninguna opción respecto de si los consumirán. Un
ejemplo es la fumigación pública contra insectos. Si un individuo no quiere que se
brinde este servicio público, tiene incentivos aún mayores para no contribuir con
la recaudación impositiva. Por lo tanto, el cumplimiento con un instrumento de
financiación amplio puede, a su vez, depender de la legitimación del mecanismo
de elección pública utilizado para tomar las decisiones de suministro.

La rivalidad del flujo. Los medios de infraestructura utilizados en conjunto


pueden generar un flujo de servicios completamente rival por el consumo de un
usuario; en otras instancias, el consumo por parte de un usuario no disminuye
el flujo de servicios disponibles para otros. Si un agricultor retira una cantidad
de agua de un canal de irrigación, eso significa que se dispondrá de una menor
cantidad de agua para que otros utilicen. La mayoría de los usos de agua en agri-
cultura son de gran rivalidad, mientras que muchos otros usos del agua, tales
como la generación de energía o la navegación, no lo son. Por ejemplo, la mayor
parte del agua que pasa por una turbina para generar energía puede ser utilizada
otra vez río abajo. Cuando el uso de un flujo de servicios por parte un individuo
disminuye la cantidad disponible para los demás, y cuando el flujo es escaso en
relación con la demanda, los usuarios estarán tentados de obtener el mayor flujo
posible por temor a que no esté disponible más adelante.
Se requieren reglas efectivas si se deben asignar flujos de servicios escasos y
de gran rivalidad en forma productiva. Cobrar por servicios rivales obviamen-
te constituye un tipo de mecanismo de asignación. Sin embargo, a veces no es
posible fijar el precio de los servicios. En estos casos, algunos individuos podrán
apropiarse de una mayor cantidad de servicios rivales que otros, ocasionando
usos ineficientes del flujo y altos niveles de conflicto entre los usuarios.
Las reglas de asignación también afectan los incentivos de los usuarios para
mantener un sistema. Los agricultores al final de un sistema de riego sin reglas de
asignación efectivas tienen poca motivación para contribuir al mantenimiento de
ese sistema porque ellos reciben su parte de agua solo ocasionalmente. En forma
similar, los agricultores ubicados en la cabecera de dicho sistema no están moti-
vados de proveer el mantenimiento del sistema en forma voluntaria porque ellos
van a recibir un porcentaje desproporcionado del agua, ya sea que el sistema esté
bien mantenido o no (E. Ostrom 1996b).
Por consiguiente, para los recursos de uso común cuyos flujos sean de alta ri-
validad, los arreglos institucionales relativos a la asignación del flujo de servicios
están íntimamente ligados a la sustentabilidad del recurso. Es muy poco probable
que uno pueda lograr sustentabilidad sin una atención cuidadosa de la eficiencia,
igualdad y cumplimiento de las reglas que especifican quién puede apropiarse del
servicio de flujo y en qué cantidad, en qué lugares y momentos, y en qué condicio-
46 Elinor Ostrom

nes. Además, a menos que las responsabilidades estén conectadas de una forma
razonable a los beneficios obtenidos, los beneficiarios mismos se resistirán a los
esfuerzos de asumir las responsabilidades.

Atributos adicionales. Además de estos atributos generales de condiciones físicas


y materiales que afectan el incentivo de los participantes, los sistemas de recur-
sos también se caracterizan por una diversidad de otros atributos que afectan la
forma en que las reglas se combinan con las condiciones físicas y materiales para
generar incentivos positivos o negativos. Si las unidades de recursos son móviles
o estacionarias y si el almacenamiento está disponible en algún lugar del sistema,
esto afecta los problemas que enfrentan los individuos que gobiernan y admi-
nistran los recursos de uso común (Schlager, Blomquist, y Tang 1994). Los pro-
blemas para regular una industria de pesca de langosta, por ejemplo, son mucho
más simples que los relacionados con una industria de pesca de salmón. De igual
modo, asignar agua en forma predecible y eficiente es más fácil de lograr cuando
hay embalses en el sistema que cuando el sistema tiene centrales de pasada.
Si un sistema de recurso natural es renovable, como muchas cuencas de aguas
freáticas, el horizonte de tiempo relevante para hacer que su uso sea sustentable es
muy extenso, y lograr reglas apropiadas puede ser la diferencia entre crear un sis-
tema de uso conjunto sustentable y destruir una cuenca de agua freática. Por otro
lado, idear un conjunto de reglas efectivas para regular el uso de un yacimiento de
petróleo incluye determinar un camino óptimo para explotar un recurso. El costo
de retirar las últimas unidades de petróleo será mucho más alto si los productores
no han coordinado sus patrones de retiro, pero la falta de un futuro puede dar
lugar a incentivos insuficientes para alcanzar una regulación adecuada en los ini-
cios de la etapa del desarrollo.
El tamaño de un sistema de recursos también puede tener un impacto impor-
tante en los incentivos que enfrentan los participantes. La extensión y la pen-
diente de un canal principal de un sistema de riego afecta no solo el costo de su
mantenimiento sino también la negociación estratégica que existe entre aquellos
que se encuentran al principio y aquellos que se encuentran al final de un sistema
de riego (Lam 1998; E. Ostrom 1996b). El aumento de la cantidad de participantes
está relacionado con el aumento de los costos de transacción. Cuán abrupto sea
el aumento de los costos dependerá, en gran medida, de las reglas en uso y la
heterogeneidad de los usuarios. La productividad, la previsibilidad, y la dispari-
dad de un recurso afectan la probabilidad de éxito de los acuerdos de propiedad
privada y aumentan la probabilidad de requerir acuerdos de propiedad común
(Netting 1982). Asimismo, la capacidad de recuperación de un ecosistema de es-
pecies múltiples afecta la sensibilidad del sistema tanto para las reglas utilizadas
para gobernar el sistema particular como para los cambios en las condiciones
económicas y ambientales en cualquier otro lugar (Holling 1994). Estos atributos
adicionales se están integrando lentamente a un organismo de teoría coherente
sobre el impacto de las condiciones físicas y materiales en la estructura de las
La elección racional institucional 47

situaciones que los individuos enfrentan y sus incentivos y comportamiento re-


sultantes. Los analistas que diagnostican problemas de recursos deben ser sensi-
bles a la gran diferencia que existe entre los escenarios de recursos y la necesidad
de confeccionar reglas para las diversas combinaciones de atributos en lugar de
tratar de lograr una supuesta uniformidad en todos los recursos en un sector en
particular dentro de un país.

Los atributos de la comunidad


Un tercer grupo de variables que afectan la estructura de una arena de acción se
relaciona con la comunidad. Los atributos de una comunidad que son importantes
en la estructura de una arena de acción, incluyen las normas de comportamiento
generalmente aceptadas en la comunidad, el grado de entendimiento común que
los participantes potenciales comparten sobre la estructura de determinados tipos
de arenas de acción, el alcance de la homogeneidad en las preferencias de aquellos
que viven en una comunidad, y la distribución de los recursos entre los afectados.
El término “cultura” se aplica frecuentemente a este paquete de variables.
Por ejemplo, cuando todos los usuarios de un recurso de uso común comparten
un conjunto de valores comunes e interactúan unos con otros en varios grupos
de arreglos, las probabilidades de que desarrollen reglas y normas adecuadas para
gobernar los recursos son mucho mayores (Taylor 1987). La importancia de for-
jarse la reputación de mantener la palabra es importante en ese tipo de comuni-
dad y el costo de desarrollar mecanismos de monitoreo y sanción es relativamente
bajo. Si los usuarios de un recurso provienen de muchas comunidades distintas y
no confían unos de otros, la tarea de concebir y sostener reglas efectivas es mucho
más difícil.
Si los individuos utilizan un lenguaje vernáculo escrito para expresar sus ideas,
desarrollar un entendimiento común, compartir aprendizajes y explicar las bases
de su orden social es también una variable de importancia decisiva en el análisis
institucional (V. Ostrom 1997). Sin un lenguaje vernáculo escrito, los individuos
tienen mayores dificultades para acumular su propio aprendizaje en forma útil
con el objeto de transmitirlo de una generación a la otra.

VINCULAR ARENAS DE ACCIÓN


Además del análisis que investiga más profundamente los factores que afectan
las arenas de acción individuales, un desarrollo importante en el análisis insti-
tucional es el estudio de las arenas vinculadas. Mientras que el concepto de una
“única” arena puede incluir una gran cantidad de participantes y cadenas de ac-
ción complejas, la mayor parte de la realidad social se compone de varias arenas
conectadas en forma secuencial o simultánea. Los capítulos de este volumen que
tratan los subsistemas de política pública estudian múltiples arenas de acción
vinculadas en los tres niveles de análisis (véase capítulo 7 por Sabatier y Weible).
48 Elinor Ostrom

Cuando los individuos desean cambiar la estructura de incentivos y elementos


disuasivos que enfrentan los participantes en realidades construidas socialmente
para guiar (o controlar) a los participantes hacia un patrón diferente de resul-
tados, lo hacen intentando cambiar las reglas que los participantes usan para
ordenar sus interacciones dentro de tipos particulares de arenas de acción. Al-
gunos arreglos institucionales interesantes e importantes para coordinar cadenas
complejas de acciones entre una gran cantidad de actores incluyen organizaciones
múltiples que compiten unas con otras de acuerdo con un conjunto de reglas.
Los mercados son los arreglos institucionales estudiados con mayor frecuencia,
que logran coordinación basándose principalmente en las relaciones competiti-
vas gobernadas por reglas entre las organizaciones. Muchos analistas consideran
que la competencia gobernada por reglas entre dos o más partidos políticos es
un requisito importante para un sistema de gobierno democrático. Los arreglos
que permiten una competencia gobernada por reglas entre dos o más posibles
productores de bienes y servicios públicos son menos estudiados pero tienen el
mismo potencial para lograr capacidad de respuesta y eficiencia en la producción
de bienes y servicios públicos.

MÚLTIPLES NIVELES DE ANÁLISIS


Además de las arenas de acciones múltiples y anidadas en un nivel de análisis, el
anidamiento de arenas también ocurre entre múltiples niveles de análisis. Todas
las reglas están anidadas en otro conjunto de reglas que define cómo el primer
conjunto de reglas puede cambiarse. El anidamiento de reglas dentro de reglas en
varios niveles es similar al anidamiento de lenguajes de computadora en varios
niveles. Lo que se pueda hacer en niveles más altos dependerá de las capacidades
y límites de las reglas (o del software) en ese nivel y en un nivel más profundo.
Cuando se tratan cuestiones sobre cambio institucional, en contraposición con la
acción dentro de restricciones institucionales, es necesario reconocer lo siguiente:

1. Los cambios en las reglas utilizadas para ordenar la acción en un nivel


ocurren dentro de un conjunto de reglas actualmente “fijado” en un ni-
vel más profundo.
2. Los cambios en las reglas de niveles más profundos generalmente son
más difíciles y más costosos; por lo tanto, existe una estabilidad cre-
ciente en las expectativas comunes de los individuos que interactúan de
acuerdo con un conjunto de reglas.

Es útil distinguir tres niveles de reglas que afectan en forma acumulativa las
acciones que se realizan y los resultados obtenidos en un escenario (Kiser y Os-
trom 1982). Las reglas operacionales afectan directamente las decisiones diarias
tomadas por los participantes en un escenario. Las reglas de elección colectiva
afectan las actividades operacionales y los resultados mediante su influencia sobre
quién es elegible, y las reglas específicas a ser utilizadas para cambiar las reglas
La elección racional institucional 49

operacionales. Las reglas de elección constitucional afectan las actividades ope-


racionales y sus efectos al determinar quien es idóneo y las reglas a ser utilizadas
en el diseño del conjunto de reglas de elección colectiva que a su vez afectan el
conjunto de reglas operacionales. Existe incluso un nivel “metaconstitucional”
que subyace todos los otros, que no se analiza con frecuencia. Uno puede pensar
en las conexiones entre estas reglas y los respectivos niveles de análisis como se
muestra en la figura 2.2.

FIGURA 2.2 Niveles de análisis y resultados


50 Elinor Ostrom

FIGURA 2.3 Relaciones de arenas colectivas formales e informales


FUENTE: E. Ostrom (1990: 53).

En cada nivel de análisis, pueden existir una o más arenas en las cuales tendrán
lugar los tipos de decisiones tomadas en ese nivel. En las situaciones de elección
colectiva, constitucionales y metaconstitucionales, las actividades implican re-
glas de prescripción, invocación, monitoreo, aplicación y cumplimiento (Lasswell
y Kaplan 1950). El concepto de una arena, como se describe anteriormente, no
implica un escenario formal pero puede incluir dichos escenarios formales como
las legislaturas y los tribunales. Por lo general, la formulación de políticas (o go-
bernanza) con respecto a las reglas que se utilizarán para regular las elecciones
de nivel operacional, se llevan a cabo en una o más arenas de elección colectiva,
como se muestra en la figura 2.3.

USOS DEL MARCO DEL ANÁLISIS Y DESARROLLO INSTITUCIONAL


El marco del análisis y desarrollo institucional es, por lo tanto, un lenguaje ge-
neral sobre cómo las reglas, las condiciones físicas y materiales, y los atributos
de la comunidad afectan la estructura de las arenas de acción, los incentivos que
los individuos enfrentan, y los resultados obtenidos. Se ha utilizado ampliamente
en la enseñanza (ver, por ejemplo, Auer 2006; y programa Y673 de otoño 2006
en http://www.indiana.edu/~workshop/seminars/y673_fall_2006_syllabus.pdf),
además de los seminarios que se ofrecen en forma regular a los estudiantes del
doctorado y visitantes académicos en el Taller, nos satisface destacar la gran can-
tidad de tesis de doctorado escritas por estudiantes en la Universidad de Indiana y
de otras universidades que aplican el marco del análisis y desarrollo institucional
a distintos temas 6 .
A principios de la década de los setenta, cuando el marco del análisis y desarro-
llo institucional recién se estaba desarrollando, tratábamos de comprender cómo
los distintos paradigmas de la ciencia política afectaban la forma en que concep-
tualizábamos tanto la administración pública como la organización metropolita-
na (ver V. Ostrom y Ostrom 1971; E. Ostrom 1972). Entonces, por una década y
La elección racional institucional 51

media, utilizamos el marco naciente como base para realizar una cantidad con-
siderable de estudios empíricos del servicio de policía en áreas metropolitanas.
Cuando se diseñaron estudios empíricos usando el marco del análisis y desa-
rrollo institucional, siempre fue un tema clave las unidades apropiadas y los nive-
les de análisis para un tipo de asunto en particular (ver Gregg 1974). Por ejemplo,
cuando estudiamos servicios policiales, el departamento de policía era solo una
de las unidades de análisis incluidas en nuestro trabajo. En lugar de asumir que
el departamento completo era la unidad apropiada, tratamos de entender quiénes
eran los actores involucrados en las diversas situaciones de servicio, tales como
los servicios de respuesta inmediata, investigación de homicidios, análisis de
laboratorio, entrenamiento y servicios de comunicación. Encontramos distintos
conjuntos de actores involucrados en cada una de las situaciones del servicio. En
algunas, los ciudadanos y los oficiales de policía, como burócratas de la calle, eran
participantes claves. En otras, encontramos participantes de diversas agencias
urbanas de servicios. Tuvimos que examinar los arreglos interorganizacionales
para comprender los patrones de interacción y los resultados. Utilizando esta
perspectiva, encontramos patrones de relaciones altamente estructurados, donde
otros solamente habían encontrado caos.
Los niveles más altos de rendimiento policial existían, por ejemplo, en aquellas
áreas metropolitanas donde las unidades de pequeña escala y respuesta inmediata
trabajaban junto con unidades de investigación, de laboratorio y de comunica-
ción de gran escala. La investigación en curso de Roger B. Parks en el área de
Indianápolis es una prueba de que muchos de los patrones que observamos en
la década de los setenta y de los ochenta aún se manifestaban en la década de los
noventa. Los esfuerzos por comprender quién estaba involucrado en producir se-
guridad pública nos llevaron a formular una teoría de coproducción de servicios
públicos urbanos (Parks et al. 1982; Percy 1984; Kiser 1984; Whitaker 1980). La
teoría de la coproducción ahora ha sido aplicada a un conjunto de fenómenos
más amplios (Lam 1996; Pritchett y Filmer 1997; E. Ostrom 1996b). A la luz de
la extensa investigación empírica, algunos colegas pudieron alcanzar un mejor
entendimiento de los patrones de la organización metropolitana y del gobierno
local en forma más general (ACIR 1987, 1988; V. Ostrom, Bish y Ostrom 1988;
Oakerson y Parks 1988; Parks y Oakerson 1989; Stein 1990). Más recientemente,
colegas de otras universidades han vuelto al estudio de la organización metropo-
litana y sus resultados concuerdan en gran medida con nuestro trabajo anterior
(Carr y Feiock 2004).
La segunda área amplia en la cual el marco del análisis y desarrollo institucional
ha jugado un rol organizativo importante ha sido el estudio de los recursos de
uso común. A mediados de la década de los ochenta, el Consejo de Investigación
Nacional organizó un panel de investigación sobre el estudio de la propiedad co-
mún (Consejo de Investigación Nacional, 1986). Ronald Oakerson (1992) escribió
un artículo marco para el panel que se utilizó en la organización de una serie de
casos de estudio sobre cómo distintas personas habían ideado arreglos institucio-
52 Elinor Ostrom

nales relacionados con los recursos de uso común (ver también Thomson, Feeny,
y Oakerson 1992; E. Ostrom 1992). La presentación del marco de Oakerson ha
tenido influencia sobre una cantidad incalculable de estudios de regímenes de pro-
piedad común en muchos sectores distintos de todas las regiones del mundo. Con
posterioridad a la conferencia, empezamos a organizar una biblioteca y bibliogra-
fía sobre bienes comunes aún disponible7. El Consejo de Investigación Nacional
volvió al estudio de recursos de uso común para proporcionar una actualización
importante del conocimiento acumulativo con su informe sobre La tragedia de los
bienes comunes en 2002. La productividad intelectual estimulada por el trabajo de
los paneles del Consejo de Investigación Nacional ha llevado a la formación de una
Asociación Internacional para el Estudio de la Propiedad Común (IASCP). Más
de ochocientos académicos asistieron a la reunión bienal de la asociación que se
celebró en Oaxaca, México, en agosto de 2004, y una cantidad similar asistió a la
reunión en Bali, Indonesia, en junio de 2006.
Los colegas de la Universidad de Indiana han desarrollado una teoría de los
recursos de uso común y una serie de modelos teóricos de la apropiación de un
recurso de uso común y los han probado, tanto con estudios de campo como en el
escenario de un laboratorio experimental (véase Ostrom, Gardner y Walker 1994;
E. Ostrom, Walker y Gardner 1992; Walker y Gardner 1992; Hackett, Schlager
y Walker 1994). Weissing y Ostrom (1991, 1993) desarrollaron una serie de mo-
delos que se centraban en cómo se monitoreaban las acciones realizadas por los
usuarios. Las predicciones de estos modelos han sido puestas a prueba en forma
independiente por otros académicos en sus propios laboratorios experimentales
o realizando experimentos de campo (Casari y Plott 2003; Cardenas 2000; Falk,
Fehr y Fischbacher 2002). Cuando no se permite que los individuos de un la-
boratorio se comuniquen, su comportamiento se aproxima al comportamiento
que predice la teoría de juegos no cooperativos repetidos finitas veces. Cuando
se permite a los individuos comunicarse o utilizar mecanismos de sanción, el
comportamiento observado en laboratorio no concuerda con esos modelos teóri-
cos, pero es similar a los que hemos observado en los escenarios de campo. Tam-
bién es importante destacar que el impacto de un sistema impuesto desde fuera
disminuye los beneficios de un conjunto de sanciones autoimpuestas (Cardenas,
Stranlund y Willis 2000). En consecuencia, hemos desarrollado una teoría sobre
cómo individuos con racionalidad limitada utilizan la heurística, como por ejem-
plo las “respuestas medidas”, para estabilizar acuerdos alcanzados en escenarios
donde no hay nadie que imponga externamente el cumplimiento de las reglas (E.
Ostrom, Gardner y Walker 1994).
El marco del análisis y desarrollo institucional ha sido utilizado para desarro-
llar tres bases de datos importantes relacionadas al estudio de los recursos de uso
común y a diversos regímenes de la propiedad. La primera “Base de datos de los
recursos de uso común” recurrió a los casos generados para el panel del Consejo
de Investigación Nacional, y a la gran cantidad de casos de estudio individuales
que hemos descubierto que habían sido escritos por historiadores, sociólogos,
La elección racional institucional 53

ingenieros, cientistas políticos, antropólogos y estudiantes de ciencias ambien-


tales (Hess 2006). Utilizamos el marco del análisis y desarrollo institucional en
forma transparente para crear una base de datos estructurada para la apropiación
y arenas de elección colectiva. Schlager (1994) y Tang (1991, 1992) estudiaron
aproximadamente cincuenta industrias pesqueras costeras y sistemas de irriga-
ción, respectivamente, y pudieron aislar las reglas claves que estaban asociadas
positivamente con mayores niveles de rendimiento. En Governing the Commons
(1990) pude hacer uso del marco y del análisis de los vastos estudios de caso que
estábamos leyendo en ese momento para esclarecer algunos aspectos de la teoría
de los recursos de uso común. En particular, examiné los principios de diseño
claves que caracterizaban a las instituciones autoorganizadas y fuertes para lograr
el uso sustentable de recursos durante largos períodos y desarrollar una teoría
inicial del cambio institucional.
La segunda base de datos se centró completamente en los sistemas de riego y ha
sido usada para codificar más de 175 sistemas de riego en Nepal (Benjamin et al.
1994). Esa base de datos nos permitió probar muchas proposiciones que surgían
de nuestros propios esfuerzos teóricos y de los de académicos del desarrollo en
forma más general (ver Adhikari, Pandit y Schweik 1997; Lam 1998; E. Ostrom,
Lam y Lee 1994; E. Ostrom y Gardner 1993; E. Ostrom 1994, 1996a). Hemos po-
dido desafiar muchos de los supuestos empíricos utilizados por los académicos
del desarrollo que han asumido que los agricultores no pueden autoorganizar-
se e involucrarse en acciones colectivas costosas sin la imposición de reglas por
parte de autoridades externas (ver también Thomson 1992). Hemos encontrado
que en Nepal el sistema de riego administrado por agricultores es capaz de supe-
rar el rendimiento de los sistemas administrados por agencias, con respecto a la
productividad de la agricultura, cuando controlamos por factores tales como el
tamaño del grupo, el largo del canal y el tipo de terreno (Lam 1998; Shivakoti y
Ostrom 2002). Nuestros resultados están respaldados por investigaciones realiza-
das en otros países de Asia (Shivakoti y Ostrom, de próxima aparición).
La tercera base de datos es parte integral del programa de investigación de
Instituciones y Recursos Forestales Internacionales (IFRI), que es un importante
programa de investigación en curso, coordinado por el Taller en Teoría Política y
Análisis Político del Centro para el Estudio de Instituciones, Población y Cambio
del Medio Ambiente (CIPEC) de la Universidad de Michigan y la Escuela de Re-
cursos Naturales y el Medio Ambiente de la misma Universidad. Este programa
de investigación está diseñado para tratar las brechas de conocimiento e informa-
ción sobre cómo las instituciones afectan los incentivos de los usuarios de bosques
que resultan en niveles sustanciales de deforestación en algunas áreas, mientras
que las condiciones forestales están mejorando en otras áreas (E. Ostrom y Wer-
time 2000). Se establecieron centros de investigación en colaboración en Bolivia,
Colombia, Guatemala, India, Kenia, México, Nepal, Tanzania, Tailandia, Uganda
y en los Estados Unidos.
54 Elinor Ostrom

En Uganda, Banana y Gombya-Ssembajjwe (2000) mostraron en sus estudios


iniciales que los únicos bosques donde la deforestación no es extensiva son aque-
llos en los que los arreglos institucionales locales son vistos por los residentes
locales como legítimos y están muy monitoreados. Gibson y Becker (2000) docu-
mentaron en un estudio de una comuna en Ecuador la importancia de la distancia
desde un bosque, ya que afecta los costos que los pobladores tienen que pagar para
el control activo y para hacer cumplir las reglas aún cuando tienen plena autoridad
para hacer y cumplir sus propias reglas. En la India, Agrawal (2000) proporcionó
un desafío empírico al supuesto de muchos académicos de que la acción colectiva
es más difícil en forma progresiva, a medida que el tamaño del grupo aumenta a
partir de un grupo muy pequeño con contacto personal. Mostró que los pueblos
de tamaño moderado tienen mayor capacidad de generar el trabajo que necesitan
para proteger los bosques locales que los pueblos más pequeños. Schweik (2000)
examinó la distribución geográfica de Shorea robusta, una especie muy valorada
en Nepal. Descubrió que ni la densidad de la población de los pueblos vecinos a
los tres bosques que estudió en Nepal, ni las predicciones realizadas por la teoría
del forrajeo óptimo predecían de forma adecuada la distribución espacial de las
especies. La explicación más sólida para la distribución de esta especie se relacio-
na con las reglas institucionales que permiten que los pobladores de castas más
altas tengan acceso a su “propio” bosque, así como a bosques ubicados cerca de los
pueblos donde viven pobladores de castas más bajas, pero no viceversa.
Muchos de nuestros estudios iniciales de sitios únicos fueron reunidos en
Gibson, McKean y Ostrom (2000), donde también delineamos los métodos de
investigación usados por el programa de investigación del programa Institucio-
nes y Recursos Forestales Internacionales. Ahora, más estudios logran examinar
varios sitios dentro de un mismo país (Varughese y Ostrom 2001). Agrawal y
Ostrom (2001) comparan los programas de descentralización en la India y Nepal
relacionados a los bosques. Andersson (2004) analiza los resultados de la descen-
tralización de las políticas relacionadas con los bosques para las municipalidades
en Bolivia. Encuentra que uno de los factores más importantes que afectan el
éxito de la descentralización se da cuando los funcionarios municipales tienen
contacto directo tanto con funcionarios nacionales (el nivel superior) como con
los grupos de usuarios y/o ONG locales (el nivel inferior). Sin reconocer los múl-
tiples niveles incluidos en la mayoría de las arenas políticas, los resultados más
importantes de este estudio no se hubieran logrado, porque debe contarse con un
marco adecuado para formular las preguntas correctas a las personas correctas y
en los niveles correctos.
Los estudios recientes de casi doscientos bosques de todo el mundo presen-
taron pruebas de la importancia de que los usuarios de un bosque, más que un
guardaparque oficial contratado por una agencia de gobierno, asuman el control
regular de los usuarios del bosque y sancionen a aquellos que no cumplan con
las reglas aceptadas (Gibson, Williams y Ostrom 2005). Hayes y Ostrom (2005)
cuestionan el supuesto de que la mejor forma de controlar la deforestación es
La elección racional institucional 55

imponer la propiedad del gobierno nacional. En nuestra comparación entre países


de la densidad de vegetación forestal, medida en setenta y seis áreas protegidas de
propiedad del gobierno designadas legalmente, y en contraste con ochenta y siete
bosques que no han sido designados, encontramos que no existe una diferencia
estadística entre aquellos que son parques y los que no lo son. Los parques ofi-
ciales que estaban mejor protegidos eran aquellos que autorizaban a los usuarios
mismos a crear y hacer cumplir algunas de sus propias reglas. Poteete y Ostrom
(2004a, 2004b) comparan los resultados de varios estudios del programa de Ins-
tituciones y Recursos Forestales Internacionales con un foco específico en el rol
de la heterogeneidad y del tamaño del grupo en la acción colectiva. Encuentran
que una simple relación entre estos atributos de los grupos y resultados no está
presente en varios estudios del programa de Instituciones y Recursos Forestales
Internacionales. Mejor dicho, los arreglos institucionales inciden, haya o no una
relación positiva o negativa, o no haya relación alguna.
Además, de los programas de investigación mencionados anteriormente, el
marco del análisis y desarrollo institucional también ha tenido influencia sobre
varios otros estudios, que incluyen aquellos que desarrollan modelos de situacio-
nes de elección social y que luego los someten a pruebas empíricas en laboratorios
experimentales (Herzberg 1986; Wilson y Herzberg 1987; Herzberg y Wilson
1988; Herzberg y Ostrom 1991). Otras cuestiones empíricas incluyen el estudio
de la infraestructura rural en países en vías de desarrollo (E. Ostrom, Schroeder
y Wynne 1993); procesos de privatizaciones (S.Walker 1994a, 1994b); procesos
de desarrollo más generales (V. Ostrom, Feeny y Picht 1993; Wunsch y Olowu
1995; Shivakumar 2005); dinámicas constitucionales en el sistema federal esta-
dounidense (Jillson y Wilson 1994; V. Ostrom 1991, 2006, 2007b), así como en el
sistema federal canadiense (Sproule-Jones 1993); y la conexión de los bienes co-
munes locales y globales (McGinnis y Ostrom, edición en preparación; Keohane
y Ostrom 1995).
En años recientes, el marco del análisis y desarrollo institucional ha demos-
trado ser útil para analizar varios ámbitos nuevos. Entre estos nuevos focos de
atención se encuentran: el estudio de sistemas ecológicos sociales (Imperial 1999;
Anderies, Janssen y Ostrom 2004); el uso de modelos de comportamiento dentro
de diversos arreglos institucionales basados en el agente (Janssen 2002), que in-
cluyen el comportamiento dentro de laboratorios experimentales (Jager y Janssen
2002); el rol potencial de la bioprospección en la preservación de la biodiversidad
(Polski 2005); el estudio de bienes comunes microbiológicos (Dedeurwaerdere,
de próxima publicación); el estudio del éxito y fracaso de cooperativas (E. Jones
2003); el estudio de las políticas para la industria pesquera (Imperial y Yandle
2005); la reseña de los bienes comunes del conocimiento en la era digital (Hess y
Ostrom 2003, 2007; Schweik 2005); el desarrollo de asociaciones entre agencias
públicas (Lubell et al. 2002; Heikkila y Gerlak 2005); el rol del emprendedorismo
en la acción colectiva (Kuhnert 2001); y el rol de los incentivos institucionales
56 Elinor Ostrom

en la relación de agencias de ayuda internacionales y países receptores (Gibson,


Andersson, et al. 2005).
Por lo tanto, el marco del análisis y desarrollo institucional ha tenido influencia
sobre el análisis de una amplia gama de cuestiones, que incluyen cómo las ins-
tituciones se organizan para la provisión y producción de políticas y educación
urbanas, cuidado primario de la salud, fertilizadores, café, rutas, riego, industria
pesquera, recursos forestales y recursos de uso común más general. El trabajo
empírico ha sido llevado a cabo en Bangladesh, Bolivia, Brasil, Camerún, China,
Ecuador, Ghana, Guatemala, Hong Kong, India, Indonesia, Costa de Marfil, Ke-
nia, Liberia, Madagascar, Mali, México, Nepal, Nigeria, Noruega, Polonia, Suecia,
Taiwán, Uganda y en los Estados Unidos.

EVALUACIÓN DEL VALOR DEL MARCO DEL


ANÁLISIS Y DESARROLLO INSTITUCIONAL
Obviamente, los que hemos trabajado intensamente para desarrollar el marco del
análisis y desarrollo institucional durante estos años, y lo hemos aplicado a varias
cuestiones de políticas, tanto en el sector público como en el privado, vemos el
valor sustancial de tener un lenguaje metateórico común para analizar y probar
hipótesis sobre el comportamiento en distintas situaciones con múltiples niveles
de análisis. Anteriormente, nuestro trabajo no se comprendió o no tuvo una bue-
na recepción, y era algo difícil que las editoriales de renombre publicaran libros
de autores del Taller. Sin embargo, como se muestra en el cuadro 2.1, el registro de
publicaciones recientes de colegas del Taller ha sido sustancial. Desde la primera
publicación de Theories of the Policy Process, de Paul Sabatier, se han publicado
treinta y tres libros de autores del Taller que utilizan el análisis institucional.

TABLA 2.1 Libros publicados desde 1999 por colegas del Taller que aplican el
análisis institucional*
Autor Tema
1. McGinnis, 1999a, Recopilación de artículos del Taller sobre varios temas
1999b, 2000
2. Oakerson, 1999 Gobierno de economías públicas locales
3. Prakash, 2000 Respuestas empresariales a cambios ambientales
4. Gibson, McKean Aplica el análisis y desarrollo institucional a estudios
y Ostrom, 2000 comparativos de bosques e instituciones
5. Costanza et al., 2001 Analiza las interacciones entre los ecosistemas y el bienestar
humano
6. Bickers y Williams, 2001 Texto de política pública con análisis institucional integrado
7. Sabetti, 2002 Políticas de pueblos y la mafia en Sicilia
8. Koontz, 2002 Estudio comparativo de políticas nacionales y estatales de
recursos
9. Ayo, 2002 Emprendedorismo e instituciones de la gente Yoruba de Nigeria
10.Janssen, 2002 Uso de modelos basados en el agente para estudiar ecosistemas
complejos
La elección racional institucional 57

Autor Tema
11.E. Ostrom y Walker, 2003 Investigación experimental relacionada con la confianza y la
reciprocidad
12. Obolonsky, 2003 Análisis institucional del cambio en la historia política rusa.
13. Acheson, 2003 Instituciones para gobernar la industria de la langosta en Maine
14. Polski, 2003 Reforma bancaria en los Estados Unidos
15. E. Ostrom y Walker, 2003 Fundamentos del capital social
16. Dolsak y Ostrom, 2003 Los bienes comunes en el nuevo milenio
17. Olowu y Wunsch, 2004 Descentralización democrática en África
18. Blomquist, Schlager y Instituciones y políticas sobre agua en Arizona, California y
Heikkila, 2004 Colorado
19. Ghate, 2004 Administración de recursos forestales iniciada por una
comunidad en la India
20. Agrawal, 2005 Política ambiental enfocada en instituciones forestales en la India
21. Allen, 2005 Fundamentos del análisis Tocqueville de pacto y democracia
22. Eggertsson, 2005 Límites de la reforma institucional
23. Gellar, 2005 Análisis tocquevilliano de la democracia en Senegal
24. Gibson et al., 2005 Economía política de la ayuda internacional al desarrollo
25. Moran y Ostrom, 2005 Interacciones hombre-ambiente en ecosistemas forestales.
26. E. Ostrom, 2005 Explicación del marco del análisis y desarrollo institucional
27. Shivakoti et al., 2005 Transición del riego asiático
28. Sawyer, 2005 Lucha para obtener un gobierno democrático en Liberia
29. Shivakumar, 2005 Potencial para la creación de instituciones desde abajo en países
en vías de desarrollo
30. Ørebech et al., 2005 Rol del derecho consuetudinario en relación con el desarrollo
sustentable
31. Guha-Khasnobis, Kanbur Relación de instituciones formales e informales en países en vías
y Ostrom, 2006 de desarrollo
32. Hess y Ostrom, 2007 Comprender el conocimiento como un bien común
33. Webb y Shivakoti, 2007 Adaptaciones comunitarias bajo políticas forestales cambiantes
*Profesores adjuntos de la Universidad de Indiana y de otras universidades, visitantes académicos y
estudiantes de doctorado del taller.

Para académicos de diversas disciplinas dos conferencias recientes organizadas


por colegas de otras universidades son prueba suficiente de la utilidad del marco
del análisis y desarrollo institucional y de conceptos relacionados. Peter J. Boettke
del Mercatus Center de la Universidad George Mason organizó una conferencia
sobre “Economía Política Policéntrica: Ensayos en honor a Elinor y Vincent Os-
trom” en noviembre de 2004, en ocasión de la adjudicación de un premio por el
logro en vida a ambos Ostrom por parte de la Fund for the Study of Spontaneous
Orders. Boettke ha editado un número especial del Journal of Economic Behavior
and Organization publicado en junio de 2005. En ese número de la publicación,
Boettke y Coyne (2005) escribieron una introducción general al programa de in-
vestigación del Taller en Teoría Política y Análisis Político, y Paul Aligica (2005)
amplió su análisis aplicándolo en forma más general a las políticas de desarrollo
económico. Richard Wagner (2005) se centró en el trabajo de Vincent Ostrom
sobre autogobierno, policentrismo y federalismo, y Tom Dietz (2005) examinó
el giro darwiniano sobre la tragedia de los bienes comunes. Michael McGinnis,
58 Elinor Ostrom

Roberta Herzberg, Sujai Shivakumar, Clark Gibson, Mark Sproule-Jones, Amos


Sawyer y Peter Leeson presentaron respuestas y comentarios excelentes. Los
académicos que deseen obtener una visión introductoria del enfoque del análisis
institucional encontrarán de sumo interés el número de Journal of Economic Be-
havior and Organization. Aquellos que desean una presentación en profundidad
del marco del análisis y desarrollo institucional pueden abordar mi reciente libro
(E. Ostrom 2005).
La segunda conferencia se organizó en enero de 2005 sobre “Análisis Institucio-
nal para la toma de decisiones ambientales” en el Fort Collins Science Center por
académicos miembros del U.S. Geological Survey en Fort Collins. Además de un
enfoque sobre el marco del análisis y desarrollo institucional, los organizadores
de la conferencia también deseaban que los participantes examinaran el Modelo
de Análisis Institucional-Legal y el Marco de las Coaliciones Promotoras. El en-
foque de la conferencia fue sobre la toma de decisiones ambientales. Los organi-
zadores esperaban “avanzar en la teoría científica social y sus métodos, y mejorar
las aplicaciones prácticas para los gerentes ambientales y de recursos naturales
y los equipos de planificación” mediante la exploración de las herramientas del
análisis institucional incluidas en varios artículos presentados en la reunión. La
intención era que los resultados de la reunión se publicaran como un Informe de
Investigaciones Científicas del Estudio Geológico de los Estados Unidos. En este
momento es probable que el marco del análisis y desarrollo institucional continúe
suministrando un fundamento para una variedad de estudios de políticas y sea
objeto de mejoras a lo largo de los años.

NOTAS
Este capítulo se basó originariamente en un artículo presentado en la Asamblea Anual
de la Asociación de Ciencia Política de los Estados Unidos, San Francisco Hilton y Towers,
San Francisco, el 29 de agosto y el 1° de septiembre de 1996. Una versión anterior de una
parte de este artículo se presentó en el Instituto de Desarrollo Económico del Banco Mun-
dial, Taller de Desarrollo de Curriculum, Washington. D.C., 6-7 de diciembre de 1995.
La autora agradece el apoyo de la Fundación Nacional de Ciencias, la Fundación Ford
y la Fundación Mac Arthur. Agradece profundamente los útiles comentarios sobre un
borrador anterior por parte de Kathryn Firmin-Sellers, Maurice Garnier, Clark Gibson,
Vincent Ostrom, Roger Parks, Margaret Polski, Eric Rasmusen, Paul Sabatier, Edella
Schlager, James Walker, Tjip Walker y Xin Zhang. La minuciosa edición de Patty Lezotte
y David Price ha ayudado a mejorar el manuscrito. Sin el conocimiento bibliográfico de
Charlotte Hess no conocería algunas de las más recientes aplicaciones del marco del aná-
lisis y desarrollo institucional.
1. Se han utilizado elementos del marco para enseñar a los estudiantes de grado y pos-
grado en la Universidad de Indiana desde mediados de la década de los setenta (ver los
archivos históricos de materiales sobre el marco del análisis y desarrollo institucional,
Workshop Library).
2. En el análisis formal de la teoría de juegos, dichas estrategias serían las identificadas
como estrategias de equilibrio. Sin embargo, las estrategias compartidas pueden tomar la
La elección racional institucional 59

forma de heurísticas adoptadas por la mayoría de los individuos en una sociedad cuando
se encuentran en una situación particular.
3. Estoy muy agradecida por estas relaciones configurativas debido a un coloquio muy
interesante dirigido por el profesor Lloyd Orr, Departamento de Economía de la Universi-
dad de Indiana, en el Taller sobre Teoría Política y Análisis Político, en noviembre de 1995.
4. Esta sección recurre sustancialmente a E. Ostrom, Gardner y Walker (1994, págs.
38-41).
5. El programa de investigación de Instituciones y Recursos Forestales Internacionales
(IFRI) ha enfrentado este problema al desarrollar protocolos de investigación que per-
miten que una red de académicos de investigación obtengan la “misma” información de
una muestra de sitios de silvicultura ubicados en distintos países del mundo. Los equipos
de investigación pueden organizar y completar los formularios de registro por la tarde,
con posterioridad a una profunda discusión grupal o individual, pero no debe haber
una manera estándar de formular las preguntas. Los antropólogos se han vuelto hacia
los individuos con los cuales hablan como “informantes”, una postura que debe tomarse
cuando se trabaja para dilucidar cualquier información sobre reglas en uso (ver E. Ostrom
y Wertime 2000).
6. En E. Ostrom (2005, pág. 9), enumero quince tesis efectuadas en la Universidad de
Indiana desde 1989 que aplican al marco del análisis y desarrollo institucional. En años
recientes, los estudiantes de grado de otras universidades nos han enviado copias de sus
tesis de maestría o doctorado para archivar en la extensa Biblioteca del Taller. Estas inclu-
yen: (1) María Baggetta, 2005, tesis de maestría, Universidad del Estado de Arizona; (2)
Krishna Gupta, 2001, tesis de doctorado, Universidad del Estado de Nueva York en Stony
Brook; (3) Kim Lemky, 2002, tesis de doctorado, Universidad de Waterloo, Canadá; (4)
Richard McElreath, 2001, tesis de doctorado, Universidad de California, Los Angeles; (5)
Bertrand Meinier, 2002, tesis de maestría, Universidad Simon Fraser, Canadá; (6) Jamey
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Paul A. Sabatier
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