S09_Arrigo et al_Esquistos bandeados.docx
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(1)
Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, Universidad Nacional de Córdoba (UNC). Ing. Ismael
Bordabehere s/n (X5016GCA), Córdoba. Argentina. E-mail: alina.guereschi@unc.edu.ar
(2)
Centro de Investigaciones en Ciencias de la Tierra (CICTERRA, CONICET-UNC). Avda. Vélez Sársfield 1611
(X5016GCA), Córdoba. Argentina.
En la región noreste de la Sierra Grande de Córdoba, afloran dos estructuras con morfología
de domo y cuenca, de tamaño kilométrico, dentro de los gneises y migmatitas del Complejo
Metamórfico Cruz del Eje (Lyons et al. 1997). Estas estructuras fueron cartografiadas como
“cuarcitas granatíferas”, similares a las unidades metapsamíticas del Complejo Metamórfico
Pichanas (Candiani et al. 1997). En este trabajo, estas rocas se reclasifican como esquistos
bandeados granatíferos, ya que tienen menos de 90% de cuarzo, presentan una estructura
bandeada típica conformada por bandas oscuras compuestas por granate y biotita, y bandas
claras compuestas por cuarzo, plagioclasa y escaso feldespato potásico.
Los esquistos bandeados estudiados son rocas de color gris con tonalidades rojizas dadas
por el granate, tamaño de grano medio y un bandeado composicional bien definido que
forma la foliación metamórfica S2. Microscópicamente, poseen una textura porfiroblástica
con matriz granolepidoblástica de grano fino a medio conformada por cuarzo, plagioclasa,
biotita, granate y en menor medida feldespato potásico y sillimanita; como accesorios:
minerales opacos, epidoto, circón, apatito y espinelo; y como alteración: clorita, sericita,
clinozoisita, titanita y rutilo. Las principales características de los minerales son: cuarzo
xenoblástico con forma ameboidal, extinción ondulosa con bandas de deformación y en
damero; plagioclasa subidioblástica con maclas acuñadas y flexuradas, zonación difusa,
escasa textura mirmequítica, inclusiones de fibrolita en ciertos casos y también dispuesta
como corona en granate; biotita subidioblástica parda, simplectítica, con kink-bands, bordes
desflecados, y también dispuesta como coronas en granate; granate redondeado y alargado,
intensamente fracturado y con inclusiones de fibrolita en algunos casos.
Una foliación relíctica S1 está plegada por pliegues intrafoliales similares BS1,S2. La foliación
metamórfica S2 es la más conspicua en estas rocas. A escala microscópica, está
representada por biotita, granate y cuarzo que se disponen de manera alargada paralelos a
la foliación.
Un retrabajo de la foliación S2 provocó un aplanamiento de los pliegues intrafoliares BS1,S2
formando una fábrica B + S a escala mesoscópica, donde B corresponde a dichos pliegues y
S a una fábrica planar S3 sobrepuesta, quedando S2 y S3 paralelas entre sí. A escala
microscópica, se observan microfallas que desplazaron los flancos de los pliegues
intrafoliales BS1,S2 y, sobre el mismo plano fallado, se disponen láminas de biotita que
representan la foliación S3.
Tanto S2 como S3 están, a su vez, replegadas en pliegues mayores generando dos
estructuras sinformales de tamaño kilométrico con morfología de cuenca. El plano axial de
estas estructuras se define aquí como una foliación geométrica S4 que sería
aproximadamente de rumbo NO-SE y subvertical. Una de estas estructuras sinformales está
atravesada por una falla de rumbo noroeste que provocó el seccionamiento del flanco
noreste, mientras que la otra exhibe la típica forma de cuenca o cubeta, con la particularidad
de que está basculada en dirección noroeste, por lo que aflora la porción sureste de la
estructura.
Basados en las texturas, estructuras y asociaciones paragenéticas observadas, se pueden
determinar los siguientes eventos metamórficos y de deformación. Un evento metamórfico
M1–D1 estaría representado por la paragénesis Sil + Bt1 + Qtz, dispuesta como inclusiones
en granate y plagioclasa, formando la foliación relíctica S1 que es preservada también en los
pliegues intrafoliares. Un evento M2–D2 correspondiente al pico metamórfico está
representado por la paragénesis Grt + Bt2 + Pl + Qtz + Kfs, evidenciando condiciones de
grado alto en facies de anfibolitas superior, de manera concomitante con el desarrollo de la
foliación principal S2. Posteriormente, durante un evento M3–D3 se habría desarrollado la
fábrica B + S por aplanamiento y retrabajo de S2 junto con los rasgos de deformación
postcristalina de alta temperatura como las formas ameboidales e irregulares, extinción
ondulosa en damero y bandas de deformación en cuarzo. También se habrían generado
láminas de biotita (Bt3) siguiendo los planos axiales y los flancos fallados de los pliegues
intrafoliares en la foliación S3 que, a escala de afloramiento, forma la fábrica B + S. Durante
un evento de deformación D4, se habrían desarrollado las grandes estructuras sinformales.
Luego se habría producido un evento retrógrado M4, de enfriamiento e hidratación en
condiciones de grado medio, con biotita (Bt4) + plagioclasa dispuestas como coronas
alrededor del granate, evidenciando un proceso de reemplazo parcial. Finalmente, durante
un último evento retrógrado M5, habría continuado el descenso de temperatura hasta
alcanzar condiciones de bajo a muy bajo grado, con hidratación, produciendo alteraciones
como epidotización, cloritización y sericitización.
Las dos estructuras sinformales de esquistos bandeados reconocidas podrían interpretarse
como grandes xenolitos dentro de los gneises y migmatitas regionales. Las rocas analizadas
son correlacionables con los esquistos bandeados del área de Tuclame (Martino et al. 2009),
localizada 50 km hacia el oeste, dentro del Complejo Metamórfico Pichanas, ya que poseen
el mismo bandeado tectónico y se disponen como grandes xenolitos dentro de un complejo
metamórfico (Cruz del Eje) al igual que éstos. La diferencia principal radica en el grado
metamórfico, ya que los esquistos bandeados de Tuclame alcanzaron condiciones de grado
medio con temperaturas de 557 ± 25 C y 3,9 ± 1 kb para el pico metamórfico M2 con
muscovita estable (Martino et al 2009), mientras que las paragénesis analizadas en este
trabajo para M2 evidencian condiciones de grado alto en facies de anfibolitas alta con
feldespato potásico. Por lo tanto, se puede inferir que el grado metamórfico habría
aumentado hacia el este.
Dataciones en gneises que se localizan 10 km al sureste de una de las estructuras
sinformales arrojan una edad de 529 ± 10 Ma (Sims et al., 1998), con la que podrían
correlacionarse los esquistos bandeados. Sin embargo, teniendo en cuenta que estas rocas
se disponen como grandes xenolitos dentro de los gneises y migmatitas del Complejo
Metamórfico Cruz del Eje, la formación de los dos cuerpos de estructuras sinformales podría
asignarse a una etapa temprana de la orogenia Pampeana, al igual que los esquistos
bandeados Tuclame (Martino et al., 2009), con una edad estimada de 561 ± 10 Ma (Sims et
al., 1998).
Martino, R.D., Guereschi, A.B. y Sfragulla, J.A. 2009. Petrology, structure and tectonic
significance of the Tuclame banded schists in the Sierras Pampeanas of Córdoba and its
relationship with the metamorphic basement of Northwestern Argentina. Journal of South
America Earth Sciences 27: 280–298.
Sims, J.P., Ireland, T.R., Camacho, A., Lyons, E., Pieters, P.E., Skirrow, R.G., Stuart-Smith, P.G.,
y Miró, R., 1998. U–Pb, Th–Pb and Ar–Ar geochronology from the southern Sierras
Pampeanas, Argentina: implications for the Palaeozoic tectonic evolution of the western
Gondwana margin. En: Pankhurst, R.J., Rapela, C.W. (eds.), The Proto-Andean Margin of
Gondwana. Geological Society of London, Special Publications, 142: 259–281.