El Diamante

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Las aventuras de El Diamante

Viaje a la Isla sin fin

Para Liam, que la vida siempre te sorprenda con


maravillosas aventuras.
Te amo
Melania estaba acomodando su barco cuando los escuchó llegar…

● ¡Aborden la nave!
● Si, capitán - se escuchó que respondieron a coro.

De inmediato 10 piratas estaban dentro de su amado "Diamante", así


había bautizado a su primer barco. Melania, que era aventurera pero
pacífica, levantó sus manos indicando a los piratas que no presentaría
lucha alguna.

● ¿Quién es el capitán de este barco? - Dijo una voz gruesa que


salió del fondo
● Mi nombre es Melania y soy la capitana del barco, no quiero
problemas, no tengo dinero, estoy regresando a mi aldea luego de
una misión de mapeo y reconocimiento de terreno.

El hombre de lentes oscuros y cabello enmarañado salió de atrás de los


piratas que la apuntaban con sus espadas y dijo:

● Bajen sus armas caballeros, aquí tenemos una bella dama que
merece, ante todo, nuestro respeto. Buen día estimada Melania -
dijo el pirata mirándola directo a los ojos - Mi nombre es Steve
Rusó y soy el capitán de la nave que ahí puede ver. No se
preocupe, no somos la clase de piratas que aparecen para
romper todo y robar dinero, al menos no a indefensas damas.
Estamos aquí porque nos indicaron que el capitán de esta nave
podría ayudarnos a esconder un tesoro muy valioso para
nosotros, pero, debe haber habido un error, se supone que
encontraríamos a un caballero aventurero, experto en escalar y
descender de montañas, conocedor del mundo entero, un tal... -
mientras intentaba recordar qué nombre le habían dado, su loro
fuertemente pronunció
● Bones, Capitán Bones
● Ohh si, eso Capitán Bones. ¿Qué sería de la vida de un pirata sin
su loro ayuda memoria no?

Entonces Melania, antes de que continuara lo interrumpió

● Querrá decir Capitana Bones, ese es mi nombre, Melania Bones. Y


si, soy conocedora del mundo, mi trabajo es investigar tierras
desconocidas y crear mapas para que futuros viajeros y
comerciantes sepan por dónde navegar, de que lugares huir o
que en tierras pueden encontrar mejores alimentos.
● Ah ya veo, pues entonces Capitana Melania está de suerte,
porque hoy le ha salido una nueva aventura, deberá guardar
nuestro tesoro más preciado en alguna tierra desconocida, a la
que sólo usted, y por supuesto ahora nosotros, podamos acceder.
● ¿Y quién dijo que yo querría trabajar para un grupo de piratas
que invaden mi barco? - respondió furiosa, mientras los demás se
echaban a reír.

El pirata Steve le respondió:

● Ayy ayy mi queridísima Capitana, creo que usted aún no conoce


cómo trabajamos los piratas
● ¿Trabajan? - Dijo Melania - Robar a otros no es trabajar
● Pues verá, ante todo nosotros no robamos a cualquiera, tenemos
pedidos específicos, y si es un trabajo, dado que hay gente que
nos paga muy bien por conseguir lo que ellos necesitan. Nos lleva
días rastrear un barco, investigar su tripulación y planificar el
ataque, y como todo trabajo, una vez que se obtiene el botín, se
entrega y llega nuestra paga, así que técnicamente no robamos
para nosotros mismos, pero cobramos por hacerlo para otros, lo
que lo hace un trabajo.
Los piratas asentían con la cabeza mostrando orgullo, como si lo que
hicieran realmente fuera un trabajo tan valioso como el de un caballero
protegiendo su reino. Steve continuó:

● La situación esta vez, es que el botín que tenemos no ha sido bien


recibido por nuestro cliente y no nos quiso pagar, así que ahora
tenemos un enemigo temerario que nos busca por haberle
robado y que en cuanto recupere su tesoro nos matará a uno por
uno. Por eso queremos ocultarlo hasta solucionar este dilema,
mientras él no tenga su tesoro, no podrá matarnos porque sino
jamás lo hallará. Por eso necesitamos un buen escondite y nos
recomendaron a la mejor mapeadora del mundo, ¡felicidades
señorita Bones!
● Ja! ¿Y por qué creen que yo aceptaría ayudar a un grupo de
piratas “trabajadores”? - dijo Bones con un tono irónico en su voz
y dejando los ojos en blanco.
● Porque no tiene otra salida... si no lo hace, la llevaremos con
nosotros y pronto conocerá su destino cuando el dueño del
tesoro nos encuentre.
● Ok, ok - le dijo Melania - Lo haré, pero no iré con ustedes. Si
alguien me viera correría peligro, además sería de muy mala fama
para mi buen nombre. Les propongo esconderlo en un sitio
seguro y dejarles un mapa con la ubicación exacta del mismo, así
cuando lo necesiten, lo podrán buscar sin mi.

El capitán Rusó se quedó pensando un momento, dialogó en voz baja


con su loro y le respondió:

● Interesante, le haré una contrapropuesta. Entenderá que más allá


de su buen nombre no podemos confiar en una persona que no
conocemos, por tanto le propongo que en lugar de usted viajar
con nosotros, sea yo quien viaje con usted hasta el escondite. De
esa forma su vida no correrá peligro, pues mi barco y toda mi
tripulación quedarán en el puerto y yo me aseguraré de que
usted cumpla con su palabra.

Melania le dijo que tenía que pensarlo bien, no estaba muy segura de
llevar a un pirata en su barco, ¿cómo podía confiar ella en el Capitán
Steve Rusó si no era más que un pirata que se dedicaba a robar?
Acordaron tomarse la noche para analizar el acuerdo y al día siguiente,
a las 0900 horas se encontrarían nuevamente en el muelle.

Al día después, Melania se despertó temprano y se dirigió al puerto con


determinación. A medida que caminaba por el muelle, podía sentir la
brisa marina en su rostro y escuchar el suave sonido de las olas
rompiendo contra los barcos. Sabía que su decisión tendría un impacto
en su vida, pero también sentía curiosidad por el pirata Steve Rusó y la
promesa de una emocionante aventura.
Cuando llegó al muelle, el Capitán Steve ya estaba allí, esperándola con
una sonrisa desafiante en el rostro. Parecía estar ansioso por comenzar
la expedición y confiaba en que Melania aceptaría su propuesta.

● Buenos días, Capitana Bones - saludó el pirata con una


reverencia irónica.
● Buenos días, Capitán Rusó - respondió Melania con seriedad - He
tomado una decisión. Estoy dispuesta a llevarlo al escondite ideal
para su tesoro, pero con una condición: usted y su tripulación
deberán prometer no hacerle daño a nadie en mi aldea ni a mí
misma.

El pirata Steve reflexionó por un momento y luego asintió con respeto.

● Acepto su condición, Capitana Bones. Puedo asegurarle que no


deseamos causar daño a nadie más de lo necesario. Además, si
cumplimos con éxito esta misión, mi tripulación y yo dejaremos de
lado nuestras actividades piratas y nos retiraremos en paz.
Melania observó al Capitán Steve con atención y pudo ver en sus ojos
una chispa de honestidad. Aunque todavía desconfiaba de él, decidió
darle una oportunidad. Después de todo, el tesoro estaba en juego, y
ella tenía la responsabilidad de protegerlo.

● Muy bien, Capitán Rusó. Entonces será mejor que suba a bordo
del "Diamante". Nos dirigiremos hacia el escondite y cumpliré mi
parte del acuerdo. Pero recuerde, cualquier traición de su parte
será el fin de nuestra alianza.

El pirata Steve subió a bordo del barco de Melania, y la tripulación


comenzó a desatar las amarras. Pronto, el "Diamante" se alejó del
puerto y se adentró en el vasto océano en busca del tesoro oculto.

Durante el viaje, Melania y el Capitán Steve se reunieron en la cubierta


para discutir los detalles del plan. Ella le proporcionó información
detallada sobre el escondite y le explicó cómo llegar allí. El pirata
escuchó atentamente, haciendo preguntas ocasionales para
asegurarse de que entendía completamente las indicaciones.

A medida que pasaban los días, Melania comenzó a darse cuenta de


que el Capitán Steve no era el estereotipo de pirata que ella había
imaginado. Aunque era audaz y astuto, también mostraba un lado
amable y respetuoso hacia ella. Durante las noches, compartían
historias de sus aventuras pasadas y descubrieron que tenían más en
común de lo que habían pensado.

● Así que tomé mi espada y la clavé en el pecho de ese horrible


animal, toda la aldea se dio un festín ese día.

Rusó no podía creer lo aventurera y valiente que era Melania,


escuchaba sus aventuras con mucha atención e intriga, podía ver que
existía una vida llena de emociones sin necesidad de lastimar o robarle
a otros.
● Y dígame Capitana, ¿cómo fue que usted conoció este lugar al
que viajamos? Porque llevamos días navegando, está muy lejos de
su aldea.
● Pues como ya sabrá, mi trabajo es realizar mapas, para ello debo
recorrer y conocer lugares inexplorados. Una vez que descubro
nuevos caminos sólo realizo los dibujos, calculo las distancias y
¡uala! Tengo el mapa listo para vender a reyes y comerciantes.
Como verá también se puede ganar dinero realizando actividades
legales.
● ¡Aja! Sabía que tarde o temprano volveríamos al tema de que soy
un pirata, pero ¿sabe qué? no me molesta, soy un pirata a mucha
honra. Quizás haya robado unos cuantos botines, pero jamás he
lastimado a nadie que no lo mereciera. Tengo un código de
lealtad por el cuál nunca destrozaría un barco, no ataco si hay
niños y tampoco si hay damas, soy un pirata honorable.

La Capitana lo miró con desgano pensando en que podría tener un


pirata de honorable, pero aún así podía ver que había algo bueno en él
y en el fondo deseaba conocer esa parte.

Con el paso del tiempo, Melania empezó a preguntarse si su relación


con el Capitán Steve podría ir más allá de esta misión. Sin embargo,
tenía que mantener su enfoque en el tesoro y en cumplir su
compromiso.

Finalmente, después de semanas de navegación, llegaron a una


pequeña isla remota, en sus mapas la Capitana la llamaba “La isla sin
fin”, pues tenía una extraña forma de laberinto que hacía que una y
otra vez regresaras al mismo sitio, como si caminaras en círculos. Era
un lugar exuberante, con densa vegetación y playas de arena blanca.
Desde la costa se podía oír el canto de muchos pájaros diferentes y
también se veía movimiento entre la maleza, como si alguien los
estuviera esperando.
● No te preocupes - le dijo Melania a Steve bajando la mano con la
que sostenía su espada en posición de defensa - todos los
animales que viven aquí son inofensivos, excepto uno, pero si
hacemos las cosas bien no será necesario que nos topemos con
él, así que guarda tu espada que no queremos espantar ni alertar
a ninguno.

Melania guió al Capitán Steve a través del denso bosque hasta llegar a
una cueva oculta. Dentro de la cueva, había un pasadizo secreto detrás
de una piedra que llevaba a otra cueva por debajo de la superficie.
Como la Capitana ya había estado allí, había puesto una seguidilla de
antorchas para poder iluminar de forma veloz. En cuanto comenzaron
a bajar las encendió y pudieron ver la maravilla que los esperaba abajo.
Llegaron a un lugar mágico que parecía salido de un cuento de hadas.
Era lo que Bones llamaba “la laguna mágica”.
Rusó podía ver que la laguna era casi tan grande como la isla y
alrededor de ella existían cientos de pequeñas cuevas.

● Capitán, suba a ese bote y tome un remo. Aquí abajo vive el


animal más peligroso de la tierra, pero también será un excelente
guardián del tesoro. La clave es guardar silencio y no entrar a la
cueva incorrecta.

Rusó asintió con la cabeza, temía incluso decir que si luego de la


advertencia, así que sólo tomó un remo, subió al bote y cuando ambos
estaban en sus lugares comenzaron a remar.
Melania le señaló cuál era la cueva a la que deberían ir,
desafortunadamente la del monstruo se encontraba justo enfrente.
Lograron llegar en perfecto silencio, amarraron el bote a una piedra,
bajaron y caminaron sólo unos metros al final de la pequeña cueva.
● Aquí está, Capitán Rusó - dijo Melania con orgullo, señalando el
lugar perfecto para ocultar el tesoro. - será imposible que alguien
más llegue a este lugar ya que no figura en ninguno de mis
mapas, pero además porque aunque lograran descubrir la
laguna, siempre tendrían que poder cruzarla sin ser
interceptados por el malvado monstruo. Sólo usted y yo
conocemos la ubicación exacta y la clave para no despertar al
nuevo guardián de su tesoro.

Al Capitán se le iluminaron los ojos, como si en ese preciso momento se


hubiera dado cuenta de la preciosa dama que tenía frente a él. Estaba
maravillado, el lugar era perfecto y ella era inteligente, la cueva estaba
bien protegida, pero ella era aventurera…

● ¿Qué? - dijo Rusó en voz alta y descolocado, no podía entender


los pensamientos que dominaban su cabeza.
● Shhhh, vas a despertarlo.

Pero Rusó estaba inmobil, maravillado por la belleza e inteligencia de


Bones.
La capitana lo tomó de la mano, subieron al bote y volvieron a la
superficie. Una vez afuera Steve le dijo:

● Capitana Bones, ha cumplido su parte del trato. Le agradezco su


valiosa ayuda y le aseguro que no olvidaré su amabilidad y coraje.
Prometo que mi tripulación y yo nos retiraremos de sus tierras en
paz, tal como acordamos.

Melania asintió y se sintió aliviada de haber logrado su objetivo. Sin


embargo, en ese momento, una idea cruzó por su mente.
● Capitán Rusó, he pensado en una nueva propuesta. En lugar de
ocultar el tesoro aquí para siempre, ¿por qué no compartimos su
ubicación con el mundo? Podríamos permitir que otros
aventureros lo encuentren y vivan sus propias historias
emocionantes. Y usted y yo podríamos…
● ¿Podríamos qué cosa?
● Podríamos ir de viaje juntos, digo, esta fue una aventura
maravillosa y realmente aprecié mucho su compañía, si usted de
verdad quiere ser una buena persona, tal vez sea momento de
dejar de ser un pirata y convertirse en mi socio y aliado en esta
aventura de descubrir el mundo.

El pirata Steve pareció sorprendido por la sugerencia, pero luego


sonrió con entusiasmo.

● Capitana Bones, esa es una idea maravillosa. El tesoro no nos


pertenece a nosotros, sería un gran gesto compartirlo a todos los
soñadores y buscadores de tesoros. Compartiremos la ubicación
y dejaremos que el destino guíe a aquellos que estén dispuestos a
encontrarlo.

Melania y el Capitán Steve se dieron la mano sellando su acuerdo.


Ambos notaron sus mejillas enrojecidas.
Durante el viaje de regreso a la aldea planearon cómo divulgarían la
ubicación del tesoro de manera justa y segura, asegurándose de que el
mundo estuviera lleno de aventuras y emociones para aquellos
dispuestos a buscarlas.
Y así, la historia de la Capitana Melania Bones y el Capitán Steve Rusó
se convirtió en una leyenda, recordada en los libros de aventuras y en
los corazones de aquellos que creían en la magia de los tesoros
escondidos y en el poder del amor y la amistad.
El final de su viaje marcó el comienzo de nuevas historias y el legado de
dos valientes aventureros que cambiaron el rumbo de los piratas, y
demostraron que los tesoros más preciados no son solo oro y joyas,
sino también la libertad, la confianza y los sueños compartidos.

Fin
Por ahora…

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