El Diamante
El Diamante
El Diamante
● ¡Aborden la nave!
● Si, capitán - se escuchó que respondieron a coro.
● Bajen sus armas caballeros, aquí tenemos una bella dama que
merece, ante todo, nuestro respeto. Buen día estimada Melania -
dijo el pirata mirándola directo a los ojos - Mi nombre es Steve
Rusó y soy el capitán de la nave que ahí puede ver. No se
preocupe, no somos la clase de piratas que aparecen para
romper todo y robar dinero, al menos no a indefensas damas.
Estamos aquí porque nos indicaron que el capitán de esta nave
podría ayudarnos a esconder un tesoro muy valioso para
nosotros, pero, debe haber habido un error, se supone que
encontraríamos a un caballero aventurero, experto en escalar y
descender de montañas, conocedor del mundo entero, un tal... -
mientras intentaba recordar qué nombre le habían dado, su loro
fuertemente pronunció
● Bones, Capitán Bones
● Ohh si, eso Capitán Bones. ¿Qué sería de la vida de un pirata sin
su loro ayuda memoria no?
Melania le dijo que tenía que pensarlo bien, no estaba muy segura de
llevar a un pirata en su barco, ¿cómo podía confiar ella en el Capitán
Steve Rusó si no era más que un pirata que se dedicaba a robar?
Acordaron tomarse la noche para analizar el acuerdo y al día siguiente,
a las 0900 horas se encontrarían nuevamente en el muelle.
● Muy bien, Capitán Rusó. Entonces será mejor que suba a bordo
del "Diamante". Nos dirigiremos hacia el escondite y cumpliré mi
parte del acuerdo. Pero recuerde, cualquier traición de su parte
será el fin de nuestra alianza.
Melania guió al Capitán Steve a través del denso bosque hasta llegar a
una cueva oculta. Dentro de la cueva, había un pasadizo secreto detrás
de una piedra que llevaba a otra cueva por debajo de la superficie.
Como la Capitana ya había estado allí, había puesto una seguidilla de
antorchas para poder iluminar de forma veloz. En cuanto comenzaron
a bajar las encendió y pudieron ver la maravilla que los esperaba abajo.
Llegaron a un lugar mágico que parecía salido de un cuento de hadas.
Era lo que Bones llamaba “la laguna mágica”.
Rusó podía ver que la laguna era casi tan grande como la isla y
alrededor de ella existían cientos de pequeñas cuevas.
Fin
Por ahora…