CARTILLA DEL GUARDIA
CARTILLA DEL GUARDIA
CARTILLA DEL GUARDIA
ARTÍCULO 2: El mayor prestigio y fuerza moral del cuerpo es su primer elemento; y asegurar la
moralidad de sus individuos, la base fundamental de la existencia de esta institución.
ARTÍCULO 4: Las vejaciones, las malas palabras, los malos modos y acciones bruscas, jamás deberá
usarlas ningún individuo que vista uniforme tan honroso como el de este cuerpo.
ARTÍCULO 5: Siempre fiel a su deber, sereno en el peligro y desempeñando sus funciones con
dignidad, prudencia y firmeza, el Guardia Nacional será más respetado que el que con amenazas
solo consigue mal quitarse con todos.
ARTÍCULO 6: El Guardia Nacional será prudente sin debilidad, firme sin violencia y político sin
bajeza. No debe ser temido sino de los enemigos del orden y del fisco.
ARTÍCULO 7: Sus primeras armas deben ser la persuasión y la fuerza moral, recurriendo a las que
lleve consigo cuando se vea ofendido por otras o sus palabras no hayan bastado. En este caso
dejara siempre bien puesto el honor de las armas.
ARTÍCULO 8: Será siempre un pronóstico feliz para el afligido, infundiendo la confianza de que a su
presentación el que se crea cercado de asesinos, se vea libre de ellos; el que tenga su casa presa de
llamas, considere el incendio apagado; el que vea su hijo arrastrado por la corriente de las aguas,
lo crea salvado; y por ultimo siempre debe velar por la propiedad y seguridad de todos.
ARTÍCULO 9: En ninguna ocasión, ni bajo pretexto alguno, recibirá el Guardia Nacional regalos, bien
sea de dinero, alhajas, ropas o manjares, pues estas demostraciones son el precio a que se compra
la infidelidad. El Guardia Nacional no hace más que cumplir con su deber.
ARTÍCULO 14: Al encontrarse algún amigo o camarada a quien haya de saludar, lo hará
cortésmente y sin gritos ni ademanes descompuestos; siempre se valdrá para ello de sus propios
nombres o apellidos, no usando jamás apodos o motes, que tan poco favorables son para quienes
los emplea.
ARTÍCULO 15: Nunca se entregará por los caminos a cantos distracciones impropias del carácter y
posición que ocupa; su silencio y serenidad deben imponer más que sus armas, de las cuales
únicamente podrá hacer uso cuando las necesidades del servicio lo exigiesen.
ARTÍCULO 16: Será muy atento con todos; en la calle cederá la derecha, no solo a los jefes
militares, sino también a las justicias de los pueblos en que esta, a todas las autoridades en
cualquier carrera del estado, y por lo general, a toda persona bien portada, y en especial a las
señoras, lo que será una muestra de subordinación para unos, de atención para otros y de buena
crianza para todos.
ARTÍCULO 19: Cuando al cumplir con las obligaciones que le impone el servicio peculiar del cuerpo
a que pertenece y sus reglamentos, tengan que exigir la presentación de documentos de identidad,
disolver algún grupo, desalojar algún establecimiento o impedir la entrada en él y, en general, en
todo lo que practique, lo hará siempre anteponiendo las expresiones de “haga usted el favor” o
“tenga usted la bondad”. Cuando sean oficiales o jefes del ejército u otras personas de categoría, lo
verificara, además dándoles el tratamiento y haciéndoles el saludo que les corresponde por sus
insignias.
ARTÍCULO 22: Para llenar cumplidamente su deber, procurara conocer muy a fondo y tener
anotados los nombres de aquellas personas que por su modo de vivir, por hacer gastos superiores
a su posición social, por reunirse a malas compañías y por sus vicios causen sospechas en las
poblaciones.
ARTÍCULO 24: Debe tenerse siempre presente que desde las dos o tres de la madrugada hasta la
salida del sol, y desde las cinco de la tarde o las seis de la tarde hasta dos horas después de
anochecido, es cuando se cometen la mayor parte de los crímenes; por consiguiente, a estas horas
deben procurar aparecer las parejas del cuerpo en los sitios sospechosos.
ARTÍCULO 26: No solo debe la Guardia Nacional Bolivariana averiguar el paradero de los ladrones
que hubiesen cometido un robo, sino también el de los efectos robados, así como los sitios en que
puedan ocultarse y personas en cuyo poder se encuentren, bien sea alhajas, ropas, productos de
campo, caballerías o ganado de otra especie.
ARTÍCULO 31: La reserva y el secreto en las confidencias que reciba debe ser profunda en el
Guardia Nacional, de este modo se conseguirá la confianza de las personas que las hagan, cuyos
nombres no podrá revelar. Las faltas de sigilo que se cometan en este particular serán castigadas
con todo rigor.
ARTÍCULO 32: Todo servicio será ordenado por escrito, que entregará el que lo nombre al
encargado de realizarlo, quien lo devolverá a su término con las anotaciones de las novedades
ocurridas en el transcurso del mismo.
ARTÍCULO 35: Siempre que tengan presunción o noticia de que se trata de alterar el orden público,
de la existencia de fraude o contrabando o que va a verificarse su introducción, cuidara de dar
pronto aviso a su jefe inmediato.
ARTÍCULO 36: No olvidará que incurre en presidio correccional el militar destinado a perseguir la
defraudación de rentas públicas que quebrante su consigna.
ARTÍCULO 38: El Guardia Nacional no concurrirá a tabernas, casas de juego o de mala nota o fama,
debiendo abstenerse de toda clase de cuestiones políticas o de locales.
ARTÍCULO 40: Se prohíbe a todo individuo del cuerpo el uso de recomendaciones para lograr la
resolución favorable de sus peticiones oficiales; lo contrario implica una provocación a las
injusticias. El que tal intente será severamente castigado.
ARTÍCULO 43: La guardia nacional bolivariana dará conocimiento a las autoridades respectivas:
1.- De todo lo que pueda contribuir a la averiguación de delitos, cuyos vestigios e indicios se
encuentren en el curso de su servicio y, en general, a la policía judicial.
ARTÍCULO 45: Está obligado a la persecución de fabricantes de monedas falsas y sus expendedores,
debiendo capturarlos, así como aprehender las maquinas, útiles para acuñar y las monedas falsas
que hayan fabricado.
ARTÍCULO 49: Ningún individuo de la guardia nacional bolivariana podrá entrar en casa alguna
particular sin previo permiso del dueño. Si la detención de un delincuente o la averiguación de un
delito exigiere el allanamiento y el dueño se opusiera a ello, deberá el jefe de fuerza pedir el auto
oportuno a la autoridad judicial, tomando las disposiciones necesarias para ejercer entre tanto una
eficaz vigilancia.
ARTÍCULO 62: Impedirá que sus subordinados se entreguen a diversiones impropias de la gravedad
y mesura del cuerpo.
ARTÍCULO 65: No permitirá que con pretexto alguno se dedique a ninguna clase de servicio ajeno a
su instituto.
ARTÍCULO 76: Siempre que en su demarcación ocurriese un robo, procurarán por cuantos medios
estén a su alcance descubrir y aprehender a los ladrones y rescatar los efectos robados,
entregándolos a la mayor brevedad a la autoridad judicial bajo detallado recibo. Asimismo avisarán
a los puestos limítrofes la dirección que hayan tomado los ladrones, para que por todas partes
puedan ser perseguidos.
ARTÍCULO 77: De cuantas noticias adquiera en su distrito sobre contrabando o defraudación, dará
conocimiento a los puestos inmediatos y al jefe de su sección, consignando esta gestión en el libro
de servicio.
Debo hacer unas consideraciones finales. No solo refiriéndome a los 84 artículos que constituyen
la cartilla y que aquí apenas he hecho una selección. Es menester indicar que estas normas no
excluyen otras no enunciadas, pero que surgen del digno y correcto comportamiento que se
espera del Guardia Nacional. No debe interpretarse que estas normas admiten lo que no prohíben
expresamente. Es axiológicamente deplorable y éticamente censurable que para evadir la filosofía
y el propósito que inspiran esta cartilla quieran poder pretender sus destinatarios, escabullirse por
fisuras sobre situaciones no contempladas expresamente aquí como violaciones de lo que se
quiere salvaguardar con este cuerpo normativo, empero que a todas luces podrían envolver un
comportamiento deleznable y éticamente reprochable.