31 PEC Cuaderno Tema Tres 2022-23
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31 PEC Cuaderno Tema Tres 2022-23
1. Relatos
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Tema 3: El cuerpo… modelos docentes-pedagógicos…
V. Sentado
Desde el parvulario hasta abandonar la universidad, a mil horas por año, habré
estado encerrado unos cuantos miles de horas. Durante este tiempo, la actitud
y posición que habitualmente me obligaron a mantener fue la de silencioso
sedente. Por ello, no puedo dejar de pensar en los pupitres, sillas y mesas,
cualquiera que sea su tamaño y diseño, como máquinas ortopédicas
destinadas a moldear los cuerpos de los escolares.
En todas las aulas por las que he pasado, el movimiento estaba, en la medida
de lo posible, prohibido. Una de las situaciones más ‘activas’ que recuerdo es
cuando, con ocho o nueve años, nos poníamos todos junto a la pared y el
maestro nos hacía las preguntas del momento: ¿cuántas son 9x6?, ¿dónde
nace el Ebro?, ¿Francia, capital…? Si el interrogado no sabía la respuesta, la
pregunta pasaba al siguiente, y así sucesivamente hasta que alguien
respondía, quien, si lo hacía correctamente, avanzaba posiciones en la fila. Los
desplazamientos se concentraban en la zona intermedia; los integrantes de la
cabeza y los de la calderilla eran por lo general inamovibles. Recuerdo esta
cotidiana actividad como un rato bastante entretenido y ‘activo’; debe ser
porque me encontraba en la zona media-alta y porque, a pesar de las
advertencias, nos removíamos, nos empujábamos, apoyábamos el culo en la
pared o mirábamos de reojo por la ventana. (Inés, maestra. Taller-2007)
VI. Escuchando
Creo que mis profesores de Primaria y Secundaria eran personas que
realizaban dignamente su trabajo y se preocupaban porque aprendiésemos
algo. En la Universidad, algunos también y otros menos. Dicho lo cual, todos
nos hablaron mucho: explicación, explicación, demostración, pregunta,
corrección, reprimenda, explicación… Salvo contadas excepciones en
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Tema 3: El cuerpo… modelos docentes-pedagógicos…
2.1. Tradicional
La expresión ‘educación (enseñanza) tradicional’ suele ser utilizada con un
sentido peyorativo, como crítica a unos modos de enseñar que el interlocutor
considera anacrónicos.
Aunque los rasgos distintivos de dicha educación tradicional varían en función
del enunciante, todos evocan significados próximos y de alguna forma
complementarios. Éstos son algunos de ellos: magistrocéntrica, academicista,
memorística, escolasticismo, libresca, intelectualismo, dogmatismo… (añade
los que estimes oportuno).
Explícita o tácitamente, la educación tradicional recrea una visión dualista del
ser humano donde el alma o la inteligencia o etc. constituyen el ámbito más
específicamente humano y transcendente, mientras que el cuerpo no pasa de
ser el mero (e inevitable) soporte físico y una fuente de problemas. En este
sentido, para evitar que el cuerpo sea un obstáculo, hay que someterlo,
domesticarlo y endurecerlo.
Con referencia al objeto que nos ocupa, caben al menos tres preguntas:
¿Te parece apropiada esta descripción?
¿Tiene alguna relación con la escuela que conoces (como alumno o profesor)?
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Tema 3: El cuerpo… modelos docentes-pedagógicos…
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(Sobre la escuela tradicional, tomado de la Introducción de J. Palacios (1984).
La cuestión escolar. Críticas y alternativas, Barcelona: Laia.)
(Negrita nuestra)
… Dentro del mismo siglo XVII, Comenio pone los cimientos de la reforma
pedagógica publicando, en 1657, su Didáctica Magna o Tratado del arte
universal de enseñar todo a todos. Detengámonos un momento en el
análisis del ideario pedagógico de Comenio y Ratichius, a los que se
suele considerar como fundadores de la pedagogía tradicional que
persistirá durante siglos.
La escuela tradicional significa, por encima de todo, método y orden. El
título del capítulo XIII de la Didáctica Magna de Comenio es bien explícito:
«El orden en todo es el fundamento de la pedagogía tradicional»;
siguiendo este orden, enfatizado también por Ratichius, que insistía
siempre en la necesidad de no estudiar más de una cosa a la vez y de
no trabajar más que sobre un tema al día, los resultados serán los
mejores; tal es la confianza en el método, en el orden, que Comenio da
este título al capítulo XVI de su obra: «Cómo hay que enseñar y
aprender para que sea imposible no obtener buenos resultados».
La tarea del maestro es la base y condición del éxito de la educación;
a él le corresponde organizar el conocimiento, aislar y elaborar la materia
que ha de ser aprendida, en una palabra, trazar el camino y llevar por él a
sus alumnos. Snyders ha descrito con detalle esta función primordial: «El
maestro es quien prepara y dirige los ejercicios de forma que se
desarrollen según una distribución fija, según una gradación
minuciosamente establecida. Para que el conocimiento esté adaptado a la
edad y a las fuerzas de los alumnos y para evitar perder tiempo y
malgastar esfuerzos, el maestro en la clase no deja de tomar iniciativas y
desempeñar (...) el cometido central. Él es quien separa cuidadosamente
los temas de estudio para evitar la confusión y quien los reparte en una
gradación tal que lo que se ha aprendido antes aclara lo que se aprenderá
después, lo refuerza, lo confirma (...). El estudio se hace más fácil y más
fecundo en la medida en que la acción del maestro ha preparado el
trabajo, ha marcado las etapas.» 1
La noción de programa y el empleo racional y metódico del tiempo se
hallan en primer plano. La clase y la vida colectiva son minuciosamente
organizadas, ordenadas y programadas. El manual escolar es la
expresión de esta organización, orden y programación; en él se
encuentra, graduado y elaborado, todo la que el niño tiene que
aprender: nada debe buscarse fuera del manual si se quiere evitar la
1
Snyders, G. (1974). Los siglos XVII y XVIII, p.56. En Debesse, M. y Mialaret. G. Historia de la
Pedagogía, vol. II, pp. 13-82, Barcelona: Oikos-Tau.
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Citado en Ídem, p. 60.
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2.3. Summerhill
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In psychology, no man knows very much. The inner forces of human life
are still largely hidden from us.
Since Freud’s genius made it alive, psychology has gone far; but it is still a
new science, mapping out the coast of an unknown continent. Fifty years
hence, psychologists will very likely smile at our ignorance of today.
Since I left education and took up child psychology, I have had all sorts of
children to deal with - incendiaries, thieves, liars bed-wetters and bad-
tempered children. Years of intensive work in child training has convinced
me that I know comparatively little of the forces that motivate life. I am
convinced, however, that parents who have had to deal with only their own
children know much less than I do.
It is because I believe that a difficult child is nearly always made difficult by
wrong treatment at home that I dare address parents.
What is the province of psychology? I suggest the word curing. But what
kind of curing? I do not want to be cured of my habit of choosing the colors
orange and black; nor do I want to be cured of smoking; nor of my liking
for a bottle of beer. No teacher has the right to cure a child of making
noises on a drum. The only curing that should be practiced is the curing of
unhappiness.
The difficult child is the child who is unhappy. He is at war with himself;
and in consequence, he is at war with the world.
The difficult adult is in the same boat. No happy man ever disturbed a
meeting or preached a war, or lynched a Negro. No happy woman ever
nagged her husband or her children. No happy man ever committed a
murder or a theft. No happy employer ever frightened his employees.
All crimes, all hatred, all wars can be reduced to unhappiness. This book
is an attempt to show how unhappiness arises, how it ruins human lives,
and how children can be reared so that much of this unhappiness will
never arise.
More than that, this book is the story of a place--Summerhill --where
children’s unhappiness is cured and, more important, where children are
reared in happiness.
Tomado de una edición en español del mismo libro (A. S. Neill, 2005,
Summerhill. Un punto de vista radical sobre la educación de los niños. Madrid:
FCE, pp. 66-67) un fragmento referido al juego.
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Tema 3: El cuerpo… modelos docentes-pedagógicos…
JUEGO
(…)
Summerhill puede definirse como una escuela en la que el juego es de la
mayor importancia. Por qué juegan los niños y los gatitos no lo sé. Creo
que es cuestión de energías.
No pienso en el juego en la forma de campos de atletismo y de juegos
organizados, pienso en el juego desde el punto de vista de la fantasía.
Los juegos organizados suponen pericia, competencia, trabajo de equipo;
pero el juego de los niños habitualmente no requiere pericia, ni mucha
competencia ni trabajo en equipo. Los niños pequeños jugarán a los
gangsters con pistolas y espadas de juguete. Mucho antes de la era del
cine, los niños ya jugaban a policías y ladrones. Los cuentos y las
películas orientarán alguna clase de juegos, pero lo fundamental está en
el corazón de los niños de todas las razas.
En Summerhill los niños de seis años juegan todo el día, juegan con
fantasía. Para un niño pequeño, realidad y fantasía se parecen mucho
una a otra. Mientras un niño de diez años se vestía de fantasma, los
pequeños gritaban de alegría; sabían que era Tommy, lo habían visto
ponerse la sábana, pero cuando avanzaba hacia ellos, todos gritaban
aterrados.
Los niños pequeños viven una vida de fantasía y ponen esa fantasía en
acción. Los niños de ocho a catorce años juegan a los gangsters y
siempre están matando gente o vuelan por el cielo en sus aeroplanos de
madera. Las niñas pequeñas también pasan por una etapa de pandillas,
pero no toma la forma de pistolas y espadas. Es más personal. El bando
de Mary es contrario al de Nellie, y hay trifulcas y palabras fuertes. Los
bandos rivales de niños son sólo enemigos de juego. Por eso es más fácil
la vida con niños pequeños que con niñas de la misma edad.
Yo no he podido descubrir dónde empieza y termina la frontera de la
fantasía. Cuando una niña da a una muñeca comida en un platito de
juguete, ¿cree realmente en aquel momento que la muñeca está viva?
¿Es un caballo de verdad el caballo mecedor? Cuando un niño grita "a
ellos" y en seguida dispara, ¿cree o siente que su pistola es de verdad?
Me inclino a creer que el niño imagina que sus juguetes son de verdad, y
sólo cuando un adulto poco sensible mete baza y le recuerda que todo es
fantasía vuelve de golpe a la tierra. Ningún padre comprensivo destruirá
nunca una fantasía infantil.
Por lo general los niños no juegan con las niñas. Los niños juegan a los
gangsters, juegan a perseguirse, hacen chozas en los árboles, y pozos y
trincheras en el suelo.
(…)
Concediendo que la infancia es juego, ¿cómo reaccionan los adultos en
general a este hecho? Lo ignoramos. Lo olvidamos todo acerca de él,
porque, para nosotros, el juego es desperdiciar tiempo. En consecuencia,
construimos una gran escuela urbana con muchas aulas y aparatos
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costosos para enseñar; pero la mayor parte de las veces, todo lo que le
ofrecemos al juego es una pequeña superficie de cemento.
Podría sostenerse con cierta razón que los males de la civilización se
deben a que ningún niño nunca ha jugado bastante. Para decirlo de otro
modo, todo niño ha sido cultivado en invernadero para convertirlo en
adulto mucho antes de llegar a la edad adulta.
La actitud del adulto hacia el juego es totalmente arbitraria. Nosotros, los
viejos, hacemos el horario del niño: estudiar de nueve a doce y después
una hora para comer; y otra vez lecciones hasta las tres. Si se le pidiera a
un niño libre que hiciera un horario, casi con toda seguridad daría mucho
tiempo al juego y sólo un poco a las lecciones.
En la raíz del antagonismo del adulto al juego de los niños está el miedo.
Centenares de veces escuché la angustiosa pregunta: Pero si mi hijo se
pasa el día Jugando, ¿cómo va a aprender nada? ¿Cómo va a pasar sus
exámenes? Muy pocos aceptarán mi respuesta: Si su hijo juega todo lo
que quiera jugar, podrá aprobar los exámenes de ingreso en la
Universidad tras dos años de estudio intensivo…
2.4. Freire
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3. Fragmento de cine
- Fragmentos de distintas películas que abordan temas educativos: The Wall, ,
The Frist Grader, Freedom writers, etc.
- Maria Montessori - Una vita per i bambini (TV), Gianluca Maria Tavarelli:
2007. Puede consultarse:
http://www.uhu.es/cine.educacion/figuraspedagogia/0_montessori.htm
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4. Lecturas
- Este cuaderno.
- Brecht, Bertold: Si los tiburones fueran personas… En Everett Reimer (1973)
La escuela ha muerto. Alternativas en materia de educación. Barcelona: Barral,
págs. 15-16).
- Freinet, Célestin (1998) Parábolas para una pedagogía popular (los dichos de
Mateo), Barcelona: Laia. (“La historia del caballo que no tiene sed”, págs., 26-
27)
- Los textos para lectura en voz alta que se indican en las tareas.
6. Referentes
Hemos mencionado unos cuantos: Comenio, Ferrière, Montessori, Freinet,
Dewey, Neill, Freire, etc.
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