la caja-1
la caja-1
la caja-1
Mujer: Llegué. Fui al lugar donde me anotaste pero había una fila larga. ¡Y
llegué temprano! ¡Pero estaba lleno igual!... ¿¡Que hace la gente!? ¿¡Se queda
a dormir!?
Mujer: ¡Ya sé que hace más de 4 horas que salí! Fui a lo del rengo. A ver si
tenía algún trabajito…Y no tenia, aunque me dijo que le va a salir algo dentro
de… Dios, ¡No puedo seguir viviendo de favores y trabajitos!
Mujer: Serán los del trabajo. Pero si… recién acabo de cortar.
Mujer: Si…
El Ciego sonríe.
Ciego: Si…Es que andaba por la zona. En realidad, siempre ando por la
zona… Pero buenas tardes, primero que nada.
Largo silencio.
Ciego: Muy bien, Nadia…Antes que nada quería decirle que la paga es buena.
Y si usted hace bien el primer trabajo. Puede ser el comienzo de una larga
amistad… Ya que, como leyó en el anuncio, tengo varios tipos de trabajos.
Trabajos eventuales, trabajos puntuales y a largo plazo…Este en particular se
trata de uno puntual…Digamos que como una especie de prueba. O
capacitación….Llamémoslo capacitación.
Mujer: Si…
Ciego: Dijo que tenía flexibilidad de horarios.
Mujer: Porque queremos saber cómo es el trabajo. Que tengo que hacer…
Eso… Y porque no se puede aceptar un trabajo sin antes saber cuál es. De
seguro con tantas vueltas debe tratarse de algo ilegal.
El Ciego suelta una carcajada seca, y extrae finalmente del interior del
saco un fajo de billetes y lo apoya sobre la mesa.
Ciego: Lo que tiene que hacer usted… Ya que es usted a la que estamos
contratando…Es entregarle esta caja a una persona que la va a venir a
buscar… Y a cambio, se quedan con este dinero.
Largo silencio. El Ciego sonríe. La Mujer comienza a estar cada vez más
nerviosa.
Silencio.
Ciego: El Jefe…Todos tenemos uno. Sin embargo el mío, esta apurado. Así
que voy a intentar ser breve… ¿A usted le gusta perder el tiempo?
Mujer: No…
Mujer: Pero en el folleto que me dio no decía nada del trabajo. Yo llamé para
averiguar en princip…
Ciego: ¿Yo?... ¿Cómo qué no? Una opción sería matarla y tirarla al rio. Pero a
usted no le conviene esa opción…Y la verdad a mí tampoco. Su salida más
favorable es hacer el trabajo…Salir de esto… ¿Entiende?
Mujer: Pero… ¿No se lo pueden dar a otra persona el trabajo? Usted cuando
me dio el folleto estaba repartiendo a todo el mundo.
Silencio.
El Ciego saca un sobre del interior de su saco. Lo abre, extrae una hoja de
papel ante la mirada perpleja de la Mujer y comienza a leer en voz alta.
Ciego: Nadia Saraija Berruti, nacida en el país. Treinta y siete años de edad.
Casada con Carlos Gamberra López… O sea su esposo, ¿verdad, señora?
Mujer: Si…
Ciego: Continúo… Carlos Gamberra Firpo cae por las escaleras el 12 de enero
de 1992. Se encontraban en el lugar, su esposa y una vecina, Mariana Castro,
que nos dijo que junto con usted lo subieron al apartamento. Estaba muy
golpeado y tenía al parecer varias fracturas, pero más allá del terrible dolor que
profesaba, estaba conscien…
El Ciego sonríe.
Mujer: ¡No!
Ciego: Espere que aún hay más… En la autopsia indica que la muerte fue por
un paro cardio respiratorio por falta de oxígeno… O sea, no por la caída ni los
golpes como indica en el parte médico… Es verdad que la conmoción y los
golpes pueden haber afectado el sistema respiratorio, pero nosotros nos
inclinamos a que puede ser por asfixia. Es verdad que el cuello no tiene marcas
pero… ¿Una almohada en la cara, tal vez?
Ciego (Interrumpiendo): Si, claro que si… y fue usted quien lo hizo. Era él
quien hacía el trabajo sucio por los dos, por lo que ahora usted solo recibía el
40% de las ganancias. ¿No era suficiente, verdad?
Mujer: Igual lo amaba por eso nunca tuve el valor de matarlo. Pero eso ya lo
sabía. Por eso lo mató. Siempre con sus amenazas para que mantengamos
silencio y no lo traicionemos. Seguro sintió gusto, ¿no?
Mujer: Usted es igual de manipulador que él, inventándose una ridícula historia
para convencerme de que yo lo mate y limpiarse las manos en mí. ¡No soy tan
ingenua como todos creen!
Ciego: Hace 10 meses que está internada acá. Los trabajos ilegales y el
maltrato de su esposo… Usted no podía más, y la muerte repentina de su
esposo la termino de volver loca. No es la primera vez que recapacita pero
siempre vuelve a olvidar así que decidimos intentar algo más elaborado y
parece que funcionó.
Ciego: Soy el Doctor Melvin, Nadia. ¿No se acuerda de mí? La vengo tratando
desde que Mariana Castro, su mejor amiga, la trajo aquí el 12 de Octubre del
año pasado, hace exactamente 10 meses atrás.
La mujer cede sin palabras. Suelta el florero y mira sus manos. Cae al
suelo y comienza a llorar. Segundos después entra un enfermero y junto
al Doctor Melvin se llevan a la mujer fuera de escena.