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Existe dios

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UNIVERSIDAD NACIONAL DEL

ALTIPLANO PUNO
FACULTAD DE INGINIERÍA MECÁNICA ELÉCTRICA,

ELECTRÓNICA Y SISTEMAS

ESCUELA PROFECIONAL DE INGINIERÍA MECÁNICA

ELECTRICA

ENSAYO

“¿EXISTE REALMENTE UN SER SUPREMO LLAMADO DIOS?”

AUTORES:

Coronel Mamani, Roy Ronaldo

Canchaco Apomayta, Heber Franco

Silva Apaza, Juan José Alberto

DOCENTE:

Lic. Vizcarra Estela Lucio

PUNO - PERÚ

2024 - II
ÍNDICE

1. INTRODUCCIÓN ............................................................................................................. 3

2. ARGUMENTACIÓN ......................................................................................................... 5

3. CONCLUSIONES .............................................................................................................. 9

4. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ..................................................................................... 10


¿EXISTE REALMENTE UN SER SUPREMO LLAMADO DIOS?

1. INTRODUCCIÓN
Desde tiempos antiguos, ha existido un dilema que ha perdurado a lo largo de la
historia y que continúa siendo una cuestión fundamental para la humanidad: la
existencia de Dios. Este interrogante ha dado lugar a diversas teorías y ha sido
objeto de análisis por parte de filósofos, teólogos, científicos y pensadores en
debates y diálogos que cuestionan esta problemática universal. En este
contexto, también nosotros nos planteamos estas preguntas, recurriendo a la
filosofía, dado que la ciencia no ha logrado proporcionar respuestas definitivas
sobre este enigma. Nuestro objetivo es ampliar nuestro entendimiento y aclarar
las dudas que todos compartimos respecto a la existencia de un ser supremo.

Nosotros consideramos que la existencia de Dios es una cuestión que, debido a


los límites del conocimiento humano, no puede ser confirmada ni refutada con
certeza; por lo tanto, podría considerarse un misterio que permanece abierto a
la interpretación y a la experiencia individuo y como un equipo de investigación,
aspiramos a alcanzar un conocimiento que nos acerque a la verdad sobre la
existencia de Dios. Para ello, buscamos ofrecer argumentos sólidos y
fundamentados, apoyándonos en las diversas perspectivas de autores
filosóficos, teólogos y analistas que han abordado esta cuestión. Además,
presentaremos nuestra propia visión sobre los temas tratados, utilizando la
filosofía como guía práctica para explorar las distintas teorías acerca de la
existencia de Dios.

Analizaremos diversas posturas como el ateísmo, el creacionismo, la teoría del


Big Bang, así como enfoques metafísicos sobre la existencia de Dios, el
pluralismo religioso, el agnosticismo y el principio antrópico. Según Poncela
(2016), algunos defensores de la existencia de Dios argumentan con fervor a
favor de su realidad, similar a cualquier creyente, mientras que otros refutan esta
idea, sosteniendo que no existe tal ser en el universo. También hay quienes se
encuentran en un punto intermedio; no esperan necesariamente la existencia de
Dios, pero sí creen en algún tipo de ser divino o mantienen dudas al respecto.
Consideramos crucial abordar este tema para intentar disipar las incertidumbres
relacionadas con este ser omnipotente. Asimismo, es esencial reflexionar sobre
las diferentes posturas y promover el respeto hacia todas ellas, adoptando una
actitud filosófica basada en valores y principios que faciliten el diálogo sin
generar más confusiones o conflictos verbales. También es importante alentar a
los lectores a seguir cuestionando e investigando lo que no les resulta
completamente claro, evitando aceptar posturas impuestas por familiares o
grupos sociales. De este modo, cultivaremos el hábito de cuestionar,
fundamentar, investigar y analizar otros problemas filosóficos.

Esta investigación proporcionará información valiosa para aquellos interesados


en profundizar sus conocimientos sobre este tema. Nos permitirá explorar
aspectos significativos del mismo y abrir un espacio más amplio para la
investigación, aprovechando las contribuciones de diferentes investigadores que
comparten nuestra motivación. Además, ofrecerá orientación a profesionales,
estudiantes y cualquier persona interesada en esta problemática, facilitando
debates sobre este tema filosófico en diversos entornos educativos. Esto dará
pie a nuevas investigaciones y exploraciones sobre cuestiones fundamentales
como la existencia de Dios.
2. ARGUMENTACIÓN:

Para abordar el tema de la existencia de Dios, es fundamental considerar las


perspectivas de varios autores, ya que esto nos permite reflexionar sobre esta
cuestión. Audi (1999) clasifica el ateísmo en dos categorías: ateísmo negativo y
ateísmo positivo. El ateísmo negativo se define como la falta de fe en Dios o en
dioses, específicamente en un Dios teísta. En contraste, el ateísmo positivo se
refiere a la ausencia de fe en Dios o dioses, también en un contexto teísta. Desde
nuestra perspectiva, el ateísmo negativo se manifiesta en muchas personas que
niegan rotundamente la existencia de una deidad, argumentando que no hay
evidencias ni certezas que lo respalden. Por su parte, el ateísmo positivo implica
que hay individuos que conocen la existencia de Dios, pero han decidido
distanciarse debido a experiencias previas en las que sintieron que sus plegarias
no fueron atendidas.

Históricamente, el ateísmo no fue una ideología popular; solo algunos filósofos y


pensadores atrevidos se atrevieron a cuestionar las creencias religiosas y
proponer nuevas teorías sobre el origen de los dioses sin rechazar por completo
las prácticas religiosas. En este sentido, cualquier forma de ateísmo podría
considerarse débil y a menudo se utiliza para desacreditar a otros. Martin (2010)
señala que en la antigüedad, tanto romanos como griegos estaban
profundamente arraigados en sus creencias sobre la existencia de dioses, lo cual
se reflejaba en sus monedas y esculturas. La cultura de esa época estaba
marcada por rituales, lo que llevó a algunos filósofos y ateos a intentar refutar las
doctrinas religiosas establecidas.

Por otro lado, Bericat, Luckmann y Touraine (2007) definen el creacionismo


como la creencia de que un ser supremo creó la tierra y toda la vida en ella. Los
creacionistas cristianos sostienen que la Biblia, específicamente el libro del
Génesis, ofrece una descripción precisa y verdadera de cómo Dios creó el
mundo y todo lo que existe. Rechazan las explicaciones científicas y la teoría de
la evolución. En nuestra sociedad, se ha atribuido a una divinidad suprema la
creación de la tierra, los planetas y toda forma de vida. Además, otorgan gran
importancia a las escrituras bíblicas, que relatan cómo este ser supremo creó el
mundo en siete días. No aceptan las afirmaciones científicas que sugieren que
la creación no es obra de un creador, sino que está regida por leyes naturales.
Ruse (2016) sostiene que un creacionista es alguien que cree en un dios creador
absoluto del cielo y de la tierra a partir de la nada mediante un acto de libre
albedrío. Se concibe a esta deidad como inmanente en el proceso creativo y
dispuesta a intervenir cuando sea necesario; sin su constante preocupación, la
creación podría cesar o desaparecer. Los cristianos, judíos y musulmanes son
considerados creacionistas en este sentido. Se les distingue como "teístas", a
diferencia de los "deístas", quienes creen en un diseñador que pudo haber
creado el universo pero no interviene después del acto creativo.

Desde nuestra perspectiva, el creacionismo busca explicar el origen del universo


basándose principalmente en la sabiduría contenida en las escrituras sagradas
(la Biblia), lo cual proporciona un marco para entender los inicios del universo y
la vida humana. Esta teoría también inspira doctrinas religiosas que sostienen
firmemente su creencia en Dios y no ponen en duda su existencia. El
creacionismo sugiere que cada individuo puede tener una existencia
trascendental dependiendo de un ser divino con poder sobre nosotros y el
universo.

Sin embargo, Roth (2010) indica que los científicos han propuesto teorías
alternativas sobre el origen del universo, siendo la más destacada la teoría del
Big Bang. Esta teoría plantea que hace aproximadamente doce mil millones de
años toda la materia del universo estaba concentrada en una partícula más
pequeña que un núcleo atómico; tras una expansión inicial se formaron estrellas
y galaxias, dando lugar a elementos más pesados al colapsar las estrellas.
Después del Big Bang comenzó a desarrollarse el espacio, el tiempo, la energía
y la materia. Todo lo que nos rodea desde agua hasta árboles está compuesto
por materia generada por esta explosión primordial.

Esta postura sostiene que la vida en nuestro planeta surgió como resultado de
esta gran explosión, negando completamente cualquier autoría divina sobre
dicha creación. De este modo, se argumenta científicamente contra la existencia
de Dios. Los avances científicos pueden provocar actitudes contrastantes: una
arrogante que impone su verdad como absoluta o una humilde que busca
integrar diferentes verdades y soluciones; esta última es la actitud preferible para
alcanzar un conocimiento verdadero.
Por otro lado, desde el enfoque metafísico, René Descartes argumenta en su
tercera meditación que “Dios existe, pues si bien hay en mí la idea de sustancia,
siendo yo una sustancia finita, no podría tener en mí la idea de una sustancia
infinita si no hubiera sido puesta por una sustancia verdaderamente infinita”
(Descartes, 2005). Tras establecer su propia existencia con su famosa frase
“Pienso, luego existo”, Descartes concluye que si tenemos una idea de un ser
omnipotente y eterno dada nuestra naturaleza imperfecta esta idea no puede
surgir de la nada; debe haber sido implantada por un ser perfecto: Dios.

Como punto intermedio entre estas posturas se encuentra el agnosticismo,


término acuñado por Thomas Huxley para referirse a la idea de que el
conocimiento sobre lo infinito y absoluto es inaccesible para nuestra mente; por
ende, es imposible saber si Dios existe o no. Un agnóstico no se define
necesariamente como ateo ni creyente. Según Gudiel (2008), “el agnosticismo
no es del todo ajeno a la realidad de Dios ni a su intelección”. En efecto, el
agnosticismo se relaciona más con una falta de conocimiento riguroso sobre
Dios; quienes adoptan esta postura no afirman ni niegan su existencia porque
consideran lo divino inalcanzable para el entendimiento humano.

Además, aunque un agnóstico puede carecer de fe religiosa formalmente


reconocida, esto puede influir en su vida diaria al adoptar ciertas actitudes o
prácticas descritas en la Biblia. Berger (2005) menciona cómo hoy podemos
observar un notable pluralismo religioso impulsado por la globalización; este
fenómeno refleja simplemente la diversidad religiosa actual incluyendo
cristianos, musulmanes y judíos etc. donde cada religión presenta una
interpretación distinta sobre un ser divino o creador del universo.

El pluralismo también está relacionado con cómo los credos se propagan


globalmente debido a migraciones y avances modernos; así encontramos
diversidad religiosa incluso en rincones remotos del mundo. Esta realidad puede
complicar la percepción sobre la existencia de un creador debido a esta
pluralidad contemporánea; sin embargo, consideramos que, si existe tal ser
divino, cada persona tiene libertad para seguir aquel credo con el cual se sienta
más conectado.
Baird (2017) discute el principio antrópico, afirmando que el universo tiene
inherentemente la capacidad para crear vida inteligente gracias a sus leyes
físicas. También reflexiona sobre las ideas propuestas por Hawking: “vuestro
lugar en el espacio es mucho más sencillo que el que nos da la religión ya que
en el universo no hay espacio para seres celestiales o angélicos”. Esto implica
que el universo tiene los mecanismos necesarios para generar seres vivos y todo
lo conocido incluyendo elementos químicos y astros sugiriendo así una entidad
capaz de subsistir y crear desde su origen hasta hoy.

Esta noción contrasta con lo planteado por Hawking al afirmar que no existe
ningún ser creador; sin embargo, al describir al universo como una entidad capaz
de crear todo lo conocido se abre un debate interesante sobre su naturaleza
misma. Con esta teoría se propone un enfoque final hacia los estudios físicos
universales.
3. CONCLUSIONES:

Hay personas que sostienen la existencia de Dios, basándose en los textos


bíblicos como verdades absolutas e indiscutibles. En contraste, quienes se
identifican como ateos argumentan que no hay evidencia científica que respalde
la existencia de tal divinidad. De manera similar, los defensores de la teoría del
Big Bang, incluidos muchos científicos, afirman que el origen del universo se
debe a esta gran explosión y no a la creación por un ser supremo.

En un punto intermedio se encuentran los agnósticos, quienes adoptan una


postura escéptica ante la cuestión de la existencia de Dios. Consideran que no
hay pruebas suficientes para confirmar o refutar la existencia de un ser superior,
por lo que no se pronuncian ni a favor ni en contra. Aunque los argumentos
presentados no demuestran de manera concluyente la existencia de Dios, sí
sugieren que hay algo en lo que se puede creer, generando dudas en quienes
no creen y reafirmando la fe en aquellos que sí lo hacen.

Por lo tanto, nuestra postura es agnóstica; no afirmamos la existencia del Dios


descrito en el libro del Génesis, pero tampoco negamos la posibilidad de un ser
superior. Esto se debe a la falta de evidencia científica concluyente que
demuestre su existencia o inexistencia.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

- Audi, R. (1999). The Cambridge Dictionary of philosophy, (2da. ed.) Cambridge:


Cambridge University Press.

- Baird, E. (2017). El principio antrópico y el materialismo. La Izquierda Diario.


Extraído de https://www.laizquierdadiario.com/El-principio-antropico-y-el-
materialismo - Berger, P. (2005). Pluralismo global y religión. Estudios Públicos,
98, 5-18.

- Bericat, E., Luckmann, Touraine, A. (2007). El fenómeno religioso. Sevilla:


Centro de Estudios AAndaluces.

- Descartes, R. (2005). Meditaciones Metafísicas. Madrid: Alianza Editorial

- Gudiel, H. (2008). Agnosticismo, indiferencia y ateísmo según X. Zubiri. Revista


Latinoamericana de Teologia, 199-221 - Heathorn, H. (1908). Aforismos y
reflexiones de las obras de TH Huxle. (2da. ed.) Nueva York: Millan & Co

- Martin, M. (2010). Introducción al ateísmo. Madrid: Ediciones Akal, S. A.,

- Poncela, A. (2016). Las pruebas suarecinas de la existencia de dios como


demostración del carácter objetivo de las disputaciones metafísicas. Revista
Azafea. Ediciones universidad de Salamanca, (18),171- 189.

- Roth, A. (2010). La ciencia descubre a Dios. (1ra. ed.) Madrid: Editorial Safeliz
S.L.

- Ruse, M. (2016). "Creacionismo". En Diccionario Interdisciplinar Austral,


editado por Claudia E. Vanney, Ignacio Silva y Juan F. Franck.

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