mi relacion con Dios, conmigo y con los demas

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 7

DIOS NO TRABAJA EN UN RESTAURANTE DE COMIDA RÁPIDA

“Ponme esto, con un poco de aquello y con esto, y doble de bendición por
favor, y ¡ya! En el nombre de Jesús, amén”.

Este es un ejemplo de la típica oración que en la igleburger nos enseñan.


No debemos tratar a Dios como un trabajador de restaurante de “Fast
food”. Ayudados por literatura “cristiana” que enseña a pedir y pedir a Dios,
nos imaginamos a Jesús en una barra diciéndonos: “¿qué va a ser?…
Enseguida, señor.”

¿Para qué tener relación con el Dios de los cielos? Para que solucione
nuestros problemas, pensamos algunos. Es verdad, necesitamos a Dios y
mucho, pero no es el único propósito de la oración. Hablar con Dios sería
muy aburrido sí se limitara a pedir y rogar. No creo que Jesús me salvara
para tener ese tipo de relación conmigo. Él mismo nos enseñó cómo estar
con el Padre, de qué cosas le gusta que hablemos, cuáles son sus temas
preferidos y cómo hacer real en esta tierra las conversaciones que
tengamos con Él.

Los discípulos querían aprender mucho de Jesús, pero no le dijeron nunca:


Señor, enséñanos a predicar, enséñanos a ser relevantes en la sociedad,
enséñanos a ser una iglesia atractiva, enséñanos a ser misioneros,
enséñanos a tener buenas relaciones. No, ellos le dijeron: “Enséñanos a
orar” (Lucas 11:1).

¡Enséñanos a hablar con Dios! Que petición más genuina y cuán necesaria
para el día de hoy. Enséñanos a saber relacionarnos con el Creador, por
favor. Y Jesús les respondió:

“Padre Nuestro que estás en los cielos”. Él es alguien muy cercano, un


Padre. Jesús lo llamaba cariñosamente Abba, papá, algo que los judíos no
pudieron soportar, por eso le mataron (Juan 5:18). Pero también es un Dios
trascendente, fuera de nuestro alcance y comprensión, Él está en los cielos,
más allá de todo, nosotros estamos en la tierra, y le debemos un respeto
como Creador, Señor y también Salvador y Redentor. A veces tenemos
conceptos erróneos de quien es Dios y eso también nos hace tener ideas
equivocadas de lo que somos nosotros y de lo que es la iglesia. Creo que
este punto es central.

Del verdadero conocimiento de Dios emana todo lo demás en nuestra vida


cristiana. Nuestra base es lo que sabemos y entendemos de quien es Dios.
Hoy ya no se dedica tanta literatura a explicar quién es Él. Es un tema que
ha pasado a un segundo plano dejando paso a otras cosas “más prácticas”.
Es un terrible error. Que los cimientos de un edificio no se vean no significa
que no sean prácticos y que sin ellos lo demás caería por su propio peso.

Si nuestro crecimiento espiritual depende de nuestra relación con Dios, ésta


depende en gran medida de si conocemos o no conocemos realmente a ese
Padre Nuestro que está en los cielos. Por eso Jesús empezó así, porque es
ahí donde todo empieza, en Él. ¡Gracias Dios por dejarte conocer!

“Santificado sea tu nombre”. El conocimiento teórico no es suficiente.


Cuando uno va conociendo a Dios se da cuenta de lo maravilloso que es, de
lo sorprendente de su persona, su carácter, su grandeza. Y algo debe
cambiar en nosotros. Quedarnos maravillados ante Él nos guía a adorarle, a
alabarle, a ponerlo aparte de todo, tenerle como nuestro más especial
tesoro, respetar su Señorío. Nos guía a santificar su Nombre. Ponerlo por
encima de todo como se merece. Y eso trae crecimiento en nuestras vidas,
porque en la medida que reconocemos su lugar en nosotros también vamos
descubriendo nuestro lugar en el mundo.

“Venga tu reino, hágase tu voluntad como en el cielo así también


en la tierra”. Muchas personas tienen la experiencia de que al orar parece
que sus oraciones caen en saco roto. Se quejan delante de Dios, diciéndole
que no responde (Santiago 4:3). La oración egoísta no contestada se
convierte en un motivo para no creer en Él. La verdad es que la oración fue
diseñada en primer lugar para traer el reino de Dios a la tierra, no tanto
para poner mis peticiones delante de Dios sino para que a través de ella
Dios pueda actuar y traer su Reino.

La oración es para aquellos que están involucrados en las cosas de Dios, no


en las suyas. El Reino de Dios que Jesús vino a traer se extiende a través de
sus hijos y nuestra tarea es que su reino de justicia, paz y gozo se asiente
en nuestras vidas y en la de los que nos rodean. No existe oración que no
tenga que ver con el reino de Dios en la tierra… Si eres cristiano y no estás
en la batalla de traer el Reino de Dios a tu vida, es difícil tener una vida de
oración viva.

Últimamente veo que la gente al orar cree que debe ordenarle a Dios cosas.
Incluso he escuchado que si decimos “que se haga tu voluntad” es falta de
fe (Lucas 22:41-42). Jesús oró así en Getsemaní y no creo que podamos
acusar a nuestro Señor de falta de fe. Se trataba de una total rendición a
los planes de Dios a cualquier precio. No veo esa enseñanza en ninguna
parte de la Biblia y me suena más a un acto de orgullo y vanidad y una
“espiritupidez” de parte de gente que cree que Dios trabaja en una
hamburguesería.
“Danos hoy el pan nuestro de cada día”. Ahora sí. ¡Claro! Hay
necesidades diarias que debemos pedir. Algo de pan en la mesa cada día,
para mantenernos fuertes para seguir en la pelea. En la historia le han dado
muchos significados a ese pan. Algunos dicen que es la palabra de Dios,
otros dicen que es el mismo Jesús, otros que se refiere a necesidades
materiales. Creo que en verdad es todo eso y más, pero siempre en
relación al “Hágase tu voluntad”. Dios es un buen padre y cuida de sus
hijos, Él quiere escuchar nuestras peticiones, por supuesto. No estoy en
contra de que le digamos a Dios lo que nos pasa y lo que creemos que
necesitamos. Sólo considero que en nuestra sociedad se ha hecho
demasiado énfasis en esto, descuidando el principio de la oración. Dios está
interesado en nuestras cosas y cuidará siempre de sus hijos, es una de
nuestras esperanzas y sé que a Él le gusta que seamos sinceros también en
nuestras necesidades, recordando siempre que lo que más necesitamos no
es lo que Él nos pueda dar sino Él mismo en nosotros.

“Perdona nuestras deudas como también nosotros perdonamos a


nuestros deudores”. Él reconocer que le debemos algo a Dios no está de
moda. Pero es la verdad (Romanos 8:12, 1 Co.15:10). Soy lo que soy por la
gracia de Dios. Nuestra vida debería ser un constante agradecimiento a
Dios por lo que Él ha hecho por nosotros y, aunque nunca le podremos
devolver el favor, deberíamos darle todo nuestro servicio por amor. Y
también tratar a los demás con la misericordia con la que hemos sido
tratados. La oración así se enfoca en lo que hacemos con los demás, sobre
todo en perdonar, quizás el acto emocional e intelectual más difícil de hacer
para muchos. El reino de Dios es libertad y sin el perdón nada de lo que
ocurre en el Reino de Dios puede ocurrir.

¿O cómo crees que empezó tu relación con Dios? A través de su perdón. Por
eso a Dios le gusta que cuando hablemos con Él resolvamos nuestros
conflictos con otros y seamos más como Jesús, y así como recibimos su
perdón como un regalo, regalemos perdón a otros. “De gracia recibisteis,
dad de gracia” (Mateo 10:8).

“No nos dejes caer en tentación, y líbranos del mal”. Reconocer


nuestra condición de pecadores que necesitamos su misericordia y su amor
para no caer en la tentación es lo más sabio que podemos decirle. Pedirle
ayuda sincera para no tropezar. Suplicar a Dios, incluso antes de que la
tentación aparezca, es la manera más sana de mantenernos íntegros
delante de Él, y demuestra nuestro interés sincero en agradarle. Porque al
final, solo Jesús puede librarnos del mal, del nuestro y del otro. De esto es
de lo que le gusta hablar a Dios con nosotros. De nuestra realidad, de la
suya, de planes, de quienes somos, de que queremos hacer junto a Él, de
que quiere hacer Él con nosotros, de nuestras inquietudes, de su Reino, de
sus hijos, de su mundo. Atrévete a tratar a Dios como lo que Él es y
acércate como tú eres. Al final esa relación con Dios te llevará a decir:
“Porque tuyo es el reino, el poder y la gloria por siempre. Amén”.
Deja que tu relación con Dios fluya de estos principios y vive de acuerdo a
ellos.

POSTRES

 ¿Qué es para ti la oración?


 ¿Por qué crees que nos cuesta orar?
 ¿Qué significa “Teología propia”?
 ¿Por qué es importante cada punto de “El Padre Nuestro”?

Relación conmigo mismo

6 formas de mejorar la relación


conmigo mismo

Mejorar la relación conmigo mismo es todo un reto. La relación que


establecemos con nosotros mismos es la más difícil, complicada y bonita
que podemos forjar con nadie. A menudo nos maltratamos y juzgamos
duramente. Lamentamos nuestros errores, nos exigimos la perfección y nos
olvidamos de nosotros mismos. Si pensamos en los demás, sin embargo,
los cuidamos, escuchamos, y les intentamos proporcionar el mayor
bienestar posible. ¿Por qué no hacemos lo mismo con nosotros? ¿Qué nos
impide ocuparnos de nuestro bienestar? ¿Qué hace que nos dediquemos
tan poco tiempo de calidad? ¿Momentos para descansar, para disfrutar o
para relajarnos?

Ser mi peor enemigo


Nuestra educación, la sociedad y algunos valores erróneos que nos han
inculcado, hacen que a veces podamos declararnos la guerra interna a
nosotros mismos sin pretenderlo. Pensar que primero van los demás y
asumir que si nos ocupamos de nosotros primero, estamos haciendo algo
malo, hace que nos vayamos poniendo el terreno de “nuestra vida” cada vez
más difícil. Ser nuestro peor enemigo, significa estar en piloto automático
24h al día sin darnos cuenta de cuáles son nuestras necesidades internas.
La relación que creamos con nosotros mismos es la base que nos
lleva hacia un camino de bienestar o desdicha. ¿No vale la pena
apostar por ella? Imagina por un momento que en vez de poner todo el
esfuerzo en hacer que una relación sentimental funcione, primero dedicas
todo tu empeño en hacer que la relación contigo salga adelante. ¿No sería
fantástico? Aquí te doy algunos tips para que la relación contigo pueda
funcionar.
Mejorar la relación conmigo mismo: Ser
mi mejor amig@
Vamos a estar toda la vida con nosotros mismos. Mejor tratarnos con cariño
y aceptación en vez de ser nuestro peor enemigo.

1.Abrázate varias veces al día


Haz algo que te guste, pinta, escribe, medita, corre, sal a dar un paseo,
cuídate con algo sano y agradable para tu cuerpo.

2.Date el permiso de disfrutar


Juega, salta, ríe como un niño. Conecta con tu niño interior. Deja que salga
a pasear. No importa que edad tengas ahora. Tu niño interior siempre va a
estar contigo. Dale espacio para que conectes con su alegría genuina.

3. Se un poco egoísta “cuídate primero tú”


para poder cuidar a los demás después
Me gusta el concepto de egoísmo sano porque habla de cuidarnos para ser
cuidados. ¿Verdad que cuando subimos a un avión, nos dicen que primero
nos coloquemos la máscara de oxígeno y luego se la coloquemos a
nuestros hijos? Si estás con energía y fuerza porque te has dedicado
tiempo, es más fácil que tengas tiempo y ganas con los demás después.
4. Aprende de tus errores
Cada vez que te equivocas es una oportunidad para preguntarte:- ¿Qué
puedo aprender de este “fracaso”? Perdonate y renace como una mariposa.
5. Se paciente y comprensiv@ contigo
Tú eres tu mayor juez. Cuanto mayor peso y exigencia te pones a ti
mismo, peor te vas a sentir. Prueba de alcanzar pequeños retos en vez de
grandes objetivos utópicos.
6. Responsabilízate de darte cariño
Si tú no te amas, ¿quién lo hará? Quizá esperas que lo hagan otros por ti.
No te engañes, si constantemente buscas la aprobación en los demás, vas
a sentirte muy decepcionado con los demás. Los demás no son
responsables de tu vida porque tú ya no eres un niño herido sino un adulto
que es capaz de cuidarse y tomar sus propias decisiones.
«El amor a uno mismo es el punto de partida del
crecimiento de la persona que siente el valor de hacerse
responsable de su propia existencia. » Victor Frankl

Oración Final
Dios, como Isaías 43, 1. 25 dice: Tú borras mis pecados y me aceptas, lo
que significa que no tengo que rechazarme a mí mismo ¡Soy libre para
amarme a mí mismo de una manera saludable porque Tú me amas!

Mi relación con los demás:

Lee por favor los siguientes párrafos y haz de cuenta que estás
narrándola a las personas con las que te relacionas. Después DECIDE:

“Cuando tu tengas dificultades para resolver tus problemas, trataré de


escucharte cordialmente y ayudarte, con el objeto de que encuentres tus
propias soluciones, en lugar de depender de las mías. De la misma manera,
trataré de respetar tu derecho a escoger tus propias ideas y a desarrollar tus
propios valores, aunque sean diferentes a los míos.

Cuando tu actividad interfiera con lo que debo hacer para la satisfacción de


mis necesidades, te comunicaré abierta y honestamente como me afecta tu
conducta, confiando en que tú me comprenderás y ayudarás en lo que puedas.
De la misma manera, cuando algunos de mis actos te sean inaceptables, espero
que me comuniques con sinceridad tus sentimientos.

Te escucharé y trataré de cambiar. En las ocasiones en que descubramos que


ninguno de los dos puede cambiar su conducta para satisfacer las
necesidades del otro, reconozcamos que tenemos un conflicto que requiere
solución. Comprometámonos entonces, a resolver cada uno de estos conflictos,
sin recurrir al uso del poder o de la autoridad para tratar de vencer a expensas de
la derrota del otro.

Yo respeto tus necesidades, pero también quiero que respetes las mías.
Esforcémonos siempre para encontrar una solución que sea aceptable para
ambos. Tus necesidades serán satisfechas y también las mías. Ambos
venceremos y ninguno será derrotado. De ésta forma, tu podrás continuar tu
desarrollo como persona mediante la satisfacción de tus necesidades y yo
también podré hacerlo; nuestra relación podrá ser lo suficientemente positiva para
que, en ella, cada uno de nosotros pueda esforzarse para llegar a ser lo que es
capaz de ser, y podremos continuar relacionándonos el uno con el otro con
respeto, amor y paz mutuos.”

AHORA, DECIDE PONER EN PRACTICA DIARIAMENTE ESTAS


FRASES CON TU FAMILIA, TUS AMIGOS Y TUS COMPAÑEROS DE
TRABAJO. TE AYUDARÁN A SENTIRTE MEJOR Y LOGRARAS QUE
TU ENTORNO SE SIENTA DE LA MISMA FORMA.

También podría gustarte