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ESTUDIO DE LA LIBERTAD CONDICIONAL
La Libertad Condicional
La libertad condicional es una medida alternativa a una pena privativa de libertad,
como la prisión o el arresto domiciliario, que contemplan los ordenamientos jurídicos de algunos países, y que es posible imponer en la sentencia cuando se cumplen ciertos requisitos establecidos en la ley, que le permite al condenado por un delito cumplir su sanción penal en libertad, aunque sujeto a ciertas obligaciones o bajo ciertas condiciones, por ejemplo, no cometer nuevos delitos o faltas. En caso de incumplir tales condiciones, la persona a la cual se le ha concedido la libertad condicional debe cumplir su condena en la cárcel. Del mismo modo, esta figura es contemplada en ciertos sistemas legales como una medida de rehabilitación, que le permite al condenado, tras cumplir una cierta proporción de la pena impuesta y otros requisitos, terminar su condena en libertad, aunque sujeto a ciertas condiciones. La Libertad Condicional solo puede decidirse después que el imputado a cumplido la mitad de la pena. A esos fines un mes antes del cumplimiento del plazo antes indicado, el director del establecimiento penitenciario debe remitir los informes al Juez de la Ejecución de la Pena para que este pueda dividirse sobre la misma. Esos informes no solo se refieren a constancia de ingreso al recinto y el cómputo de la pena, sino también a la conducta observada por el condenado si como cualquier otra evaluación. La Libertad Condicional puede promoverse de oficio o a solicitud del condenado o su defensor. El Juez dispondrá las condiciones e instrucciones en que la misma debe cumplirse. Corresponde al juez de la ejecución vigilar el cumplimiento de las condiciones impuestas quien puede reformarla de oficio o a solicitud del condenado. El Juez puede negar la solicitud cuando resulte manifiestamente improcedente. El condenado puede en caso de rechazo, renovar la solicitud tres meses después de este. La ley 164 sobre libertad condicional establece: Art. 1.- Se establece la libertad condicional como un medio de prueba de que el recluso condenado a una pena privativa de libertad, y a quien se le concede dicho beneficio, se encuentra rehabilitado y apto para vivir en sociedad. La libertad condicional no extingue ni modifica la duración de la pena, sino que constituye un modo especial de hacerla cumplir por el condenado. Art. 2.- Todo condenado a penas privadas de libertad de carácter criminal o correccional, de más de un año de duración, podrá obtener su libertad condicional, siempre que se encuentren reunidos los requisitos siguientes: a) Que haya cumplido la mitad de la pena impuesta; b) Que haya demostrado hábito de trabajo y observado conducta intachable en el establecimiento; c) Que se encuentre capacitado física y síquicamente para reintegrarse a la vida social y que su estado de rehabilitación haga presumible que se conducirá bien en libertad, y; d) Si pudiendo hacerlo ha pagado los daños e indemnizando los perjuicios causados por la infracción, o llegado a un acuerdo con la parte perjudicada. Art. 3.- La libertad condicional será propuesta al tribunal que pronunció la condenación por el Alcaide del respectivo establecimiento. La proposición irá acompañada de los datos relativos al penado, a la infracción cometida, fecha de sentencia condenatoria, indicación de la residencia escogida por el reo, el nombre y generales de la persona bajo cuyo patronato se pondrá y una declaración firmada por ésta en la que conste que se compromete a cumplir las obligaciones que el auto de liberación, la ley o los reglamentos pongan a su cargo. Contendrá, asimismo, la constancia de haberse cumplido los requisitos señalados en el artículo precedente y en cuanto al requisito de la letra c) la propuesta deberá ir acompañada, además de la opinión favorable de la autoridad penitenciaria sobre el estado de rehabilitación del recluso, de un informe expedido por un médico legista, después de haber hecho el examen y las pruebas médicas necesarias para declarar al penado en estado de aptitud para reintegrarse a la vida en sociedad. LOS INDULTOS El indulto es una causa de extinción de la responsabilidad penal, que supone el perdón de la pena. Es una situación diferente a la amnistía, que supone el perdón del delito, ya que por el indulto la persona sigue siendo culpable, pero se le ha perdonado el cumplimiento de la pena. El indulto puede ser total o parcial. A su vez puede ser general y particular.
• El indulto total comprende la remisión de todas las penas a que
hubiere sido condenado el reo y que aún no hubieren sido cumplidas. • El indulto parcial supone la remisión de alguna o algunas de las penas impuestas o su conmutación por otras menos graves.
Quita o Perdón de la Pena (Indulto)
El indulto supone el perdón o la quita de la pena, mientras que la amnistía supone el perdón del delito. Por eso solo se puede indultar respecto de la parte de la pena que no haya sido ya cumplida. El indulto no extingue la responsabilidad civil derivada del delito, la amnistía sí lo hace. En general, para otorgar el indulto es necesario un acto administrativo. El indulto, no extingue los antecedentes penales. Para otorgar un indulto es necesaria sentencia firme. La Constitución de la República Dominicana prevé a cargo del Presidente de la República la facultad de conceder indultos como expresión de indulgencia a cargo suyo de la siguiente manera: La o el Presidente de la República dirige la política interior y exterior, la administración civil y militar, y es la autoridad suprema de las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional y los demás cuerpos de seguridad del Estado. 1) En su condición de Jefe de Estado le corresponde: j) Conceder indultos los días 27 de febrero, 16 de agosto y 23 de diciembre de cada año, de conformidad con la ley y las convenciones internacionales;“. A partir del veintisiete (27) de Septiembre del dos mil cuatro (2004), los indultos administrados por el Código Procesal Penal (CPP) hacen innecesario el indulto presidencial. Es decir, después que el Código Procesal Penal entró en vigor en la República Dominicana, los indultos, literalmente hablando, salen ahora de la rama penal del Poder Judicial. Anteriormente, para poder ser beneficiado con un indulto presidencial, era necesario que quien solicitara, debía ser una persona condenada de manera irrevocable. Una gran parte de todos los crímenes y delito que procesa al apartado penal se disuelven en plenas decisiones del Ministerio Público y en la sentencia de los jueces. Todas esas decisiones y sentencias que buscan favorecer a quienes delinquen y que se basan en doctrinas abolicionistas penal pasando por debajo de la doctrina procesal penal especial, son indultos camuflados. Una solicitud de indulto no tiene necesidad de fluir al Presidente de la República. Esa no solicitud de ni siquiera un indulto significa que los que los que acaso son condenados irrevocablemente por cometer un crimen o un delito resuelven ese problema en el marco del aparato judicial penal; y que por ello no tienen necesidad de acudir al Presidente de la República. Según la Ley No. 223, que instituye el Perdón Condicional de la Pena se podrán otorgar indultos, bajo los siguientes parámetros. Los tribunales podrán suspender la ejecución de las penas que impongan por sentencias condenatorias, cuando concurran los requisitos siguientes:
1. a) Que la sentencia conlleve una pena restrictiva o privativa de libertad
que no exceda de un año;
1. b) Que el sujeto no haya sido condenado anteriormente por crimen o
delito; y
1. c) Que los antecedentes personales del acusado y su conducta
anterior, así como la naturaleza, las modalidades y los móviles determinantes del delito permiten presumir que no volverá a delinquir.
Si el tribunal de primera o segunda instancia estima procedente hacer uso de la
facultad establecida en el artículo 1, lo ordenará así en la sentencia condenatoria en forma motivada, y fijará un plazo determinado de observación del sujeto, el que no podrá ser superior a un año. El tribunal establecerá en la misma sentencia las condiciones siguientes que debe cumplir el acusado:
1. a) Residencia en un lugar preciso, que podrá ser propuesto por el
propio condenado;
1. b) Sujeción a la vigilancia del Ministerio Público del domicilio donde
debe residir el encausado, debiendo informar a este funcionario cualquier desplazamiento fuera del lugar de residencia;
1. c) Adopción, en el plazo que el mismo tribunal señale, de un trabajo,
profesión y ocupación, siempre que no tenga otros medios conocidos y honestos de subsistencia; y
1. d) Pago de las costas y multas impuestas por sentencias, salvo que el
tribunal, por causa justificada, lo libere de esta sanción, sin perjuicio de que se hagan efectivas de conformidad a las leyes y reglamentos vigentes.
El quebrantamiento de las condiciones señaladas anteriormente, dentro del
período de observación, obligará al Ministerio Público a pedir que se revoque la suspensión de la pena, lo que decreta el tribunal del domicilio del condenado, previa verificación del motivo. Si dentro del período de observación, el sujeto fuere acusado de cometer Nuevo crimen o delito, quedará automáticamente revocado del Perdón Condicional de la Pena, sin perjuicio de la nueva sanción a que pueda ser acreedor el condenado. Si hubiere transcurrido íntegramente el período de observación sin que el Perdón Condicional haya sido revocado, se tendrá por cumplida la pena.