PERIODO EXPULSIVO
PERIODO EXPULSIVO
PERIODO EXPULSIVO
Tan pronto como sea posible después del ingreso se completa el resto de la exploración
general. Un clínico puede integrar una mejor conclusión respecto de la normalidad del
embarazo una vez que se completan todas las valoraciones, lo cual incluye la revisión del
expediente y los resultados de laboratorio. Es posible establecer un plan racional para la
vigilancia del trabajo de parto con base en las necesidades del feto y las maternas. Debido a
que existen variaciones individuales amplias en cuanto a la duración del trabajo de parto,
resultan inapropiadas las afirmaciones precisas en cuanto a su duración esperada.
Pese a que en ocasiones es difícil diferenciar entre un trabajo de parto falso y uno
verdadero, casi siempre puede establecerse el diagnóstico a partir de la frecuencia y la
intensidad de las contracciones, así como por la dilatación del cuello uterino. En los casos
en que no es posible definir un diagnóstico de trabajo de parto con certidumbre es prudente
con frecuencia mantener a la paciente en observación durante un periodo mayor.
Diagnóstico de parto verdadero
El primer objetivo al llegar cualquier gestante a término a urgencias que cree haber
iniciado el parto es decidir si se trata o no de un parto verdadero. Pueden existir distintas
causas para que la paciente crea estar de parto:
Rítmicas
Intensas: intensidad aumenta gradualmente.
El intervalo se reduce progresivamente.
Dolorosas. La localización del dolor suele ser en la espalda, región lumbar y
en el abdomen.
Examen físico: tacto (características del cuello uterino), presencia de las bolsas de
las aguas, presentación, variedad de posición, grado de encaje, descenso)
Por medio de un guante, se introducen los dedos índice y medio dentro de la vagina, de
tal modo que se evite el contacto con la región anal.
Valoración cérvico-vaginal
Se realiza una exploración vaginal mediante tacto manual con el que se define:
• Dilatación: desde cerrado hasta complemente dilatado con 10 cm.
• Consistencia: dura, media o blanda.
• Borramiento. En el preparto 3 cm de longitud es igual a no borrado. En primíparas se
borra el cuello antes de la dilatación; en multíparas, en cambio, la dilatación se inicia
antes o al mismo tiempo que el borramiento.
• Posición. Al inicio del parto el cuello está posterior y, conforme avanza el parto, el
cuello se va centrando.
• Altura de la presentación. Relación de la presentación con el canal del parto.
Clínicamente se considera que el parto ha comenzado cuando se constata:
• Dinámica uterina regular: 2-3 contracciones en 10 minutos de moderada a fuerte
intensidad.
• Dilatación cervical de 2-3 cm.
• Maduración del cuello uterino: blando, centrado y borrado
El período de dilatación
Constituye el primer estadio del parto y engloba desde el inicio del trabajo de parto
hasta la dilatación completa del cuello uterino. Se puede subdividir en dos fases:
1. Fase latente o preparto, desde el inicio del trabajo de parto hasta los 2-3 cm de
dilatación. En esta fase se va madurando el cuello.
2. Fase activa, dilatación más rápida hasta los 10 cm o dilatación completa.
Desde que está instaurada la fase activa del parto es recomendable la venoclisis
continua, para asegurar una adecuada hidratación y para la administración de los
fármacos que se precisen, pero no es obligatoria. Puede ser de gran utilidad en caso de
hemorragia grave para reponer liquidos.
Se informará a la paciente y a sus familiares más allegados sobre el estado actual del
parto y posibles variaciones. La información debe ser comprensible y completa.
Resulta de gran ayuda para la parturienta el apoyo emocional tanto del equipo
responsable de dilatación y paritorio como de su familia; por este motivo, siempre que
sea posible, se debe permitir el acompañamiento familiar en la dilatación. La postura
mejor para la dilatación es la que elija la parturienta y depende de las posibilidades
estructurales del centro. La SEGO recomienda libertad en este punto así como
administrar únicamente los fármacos que estén indicados. No se recomienda la
utilización sistemática de oxitócica. Sólo cuando existen trastornos de la dinámica
uterina. Todas las actividades que ocurran durante el parto y la evolución del mismo
deben quedar reflejadas en el partograma
El nivel (o estación) dentro del canal del parto en el que se localiza la parte fetal que se
presenta se describe en relación con las espinas isquiáticas, situadas en un punto
intermedio entre la entrada y la salida de la pelvis. Cuando la porción más baja de la
parte del feto que se presenta se halla al mismo nivel que las espinas, se dice que se
encuentra en la estación cero (0).
En el pasado, algunos grupos dividían de manera arbitraria el eje longitudinal del canal
del parto por arriba y debajo de las espinas isquiáticas en tercios, en tanto que otros lo
hacían en quintos (segmentos aproximados de 1 cm). En 1989, el American College of
Obstetricians and Gynecologists adoptó la clasificación de la estación que divide la
pelvis por arriba y abajo de las espinas en quintos. Cada quinto representa 1 cm por
arriba o debajo de las espinas. En consecuencia, al tiempo que la parte de presentación
del feto desciende desde la entrada de la pelvis hacia las espinas isquiáticas, la
designación de la estación corresponde a –5, –4, –3, –2, –1 y luego 0. Por debajo de las
espinas, al tiempo que desciende la parte de presentación del feto, transcurre por las
estaciones +1,+2,+3,+4,+5 . La altura +5 corresponde a la cabeza fetal que es visible en
el introito.
Arco anterior. Los dedos índice y medio recorren durante el tacto el borde superior del
pubis, la cresta pectínea, la eminencia ilíopectinea y la mitad anterior de la línea
innominada, a fin de recoger adecuadamente la impresión de su curvatura de uno y otro
lado. De esta forma se tiene la noción de la amplitud del arco anterior y su simetría. El
arco anterior está disminuido en la pelvis generalmente estrechada y agrandado en la
pelvis plana y en la cifótica. Es asimétrico en las pelvis oblicuas ovales y seudooblicuas
ovales.
El contorno del arco posterior no se halla al alcance de los dedos en la pelvis normal,
pero puede estarlo de un lado en la pelvis asimétrica y en los dos en la regular y
generalmente estrechada.
Pelvigrafía de la excavación.
Se logra explorando hacia adelante el retropubís, hacia los lados los huesos ilíacos y
por detrás el sacro y el cóccix:
El espesor se aprecia abarcando el hueso, entre el índice por dentro y el pulgar por
fuera. Se estudian las saliencias retropubianas, se comprueba si existen osteofitos y se
palpa el culmen retropubiano, que asienta en la unión del tercio superior con los dos
tercios inferiores, cuya saliencia puede ser más o menos pronunciada.
La inclinación del pubis es variable, notándose a veces que está inclinado hacia abajo y
afuera; otras, hacia abajo y adentro.
Las espinas ciáticas. Se buscará hacia abajo y adentro la saliencia de las espinas
ciáticas, las cuales son muy salientes y puntiagudas en las pelvis androides, siendo su
base de implantación muy ancha en las pelvis de tipo antropoide.
c) Hacía atrás:
La curvatura del sacro. En la pelvis normal los dedos que tocaron la punta del sacro van
perdiendo contacto con la cara anterior a medida que ascienden, porque normalmente
este hueso se incurva hacia atrás, alejándose de los dedos. Cuando el sacro ha perdido
su curvatura (sacro plano de la pelvis canaliculada), los dedos que ascienden no
tropiezan con ninguna dificultad para tocarlo en toda su extensión y hasta para
reconocer si existen articulaciones pronunciadas de sus vértebras (falsos promontorios).
En las pelvis regular y generalmente estrechadas es posible tocar toda la cara anterior
del sacro (aunque conserva en estos casos su curvatura).
La ojiva pubiana es de ángulo bien abierto, como un arco, en la pelvis plana raquítica y
tiene forma de ángulo recto en la pelvis femenina normal. Es cerrada y más angulosa
en la androide y en la generalmente estrechada. La parte más ancha de la ojiva pubiana
aloja a la cabeza en el desprendimiento.
Amniotomía
Si las membranas están íntegras, el clínico tiende muchas veces a practicar la
amniotomía, incluso durante el trabajo de parto normal. Se presupone que los
beneficios son un trabajo de parto más rápido, la detección más oportuna de la tinción
meconial del líquido amniótico y la oportunidad de aplicar un electrodo sobre la piel
del feto o insertar un catéter para cuantificar la presión dentro de la cavidad uterina,
con fines de vigilancia. Es importante que la cabeza fetal esté bien aplicada sobre el
cuello uterino y no se desaloje de la pelvis durante el procedimiento para evitar el
prolapso del cordón umbilical.
PERIODO EXPULSIVO
En sala de parto:
Con la dilatación completa del cuello uterino, que indica el inicio del segundo periodo del trabajo
de parto, una mujer suele empezar a pujar y con el descenso de la presentación manifiesta
urgencia de defecar. Las contracciones uterinas y las fuerzas de expulsión acompañantes pueden
durar 1.5 min y recurrir a intervalos no mayores de 1 min. La duración promedio del segundo
periodo del trabajo de parto es de 50 min en nulíparas y 20 min en multíparas, pero se trata de un
intervalo muy variable.
En casi todos los casos, el pujo es reflejo y espontáneo durante el segundo periodo del trabajo de
parto, pero en ocasiones una mujer tal vez no use sus fuerzas de expulsión con ventaja y es
deseable dirigirla. Sus piernas deben estar flexionadas a la mitad, de tal manera que pueda
empujar con ellas contra el colchón. Cuando comienza la contracción uterina siguiente, se la
instruye para ejercer presión hacia abajo, como si quisiera defecar. En un estudio con asignación al
azar realizado en Estambul, Yildirim y Beji (2008) informaron que el pujo con la glotis abierta al
tiempo de la exhalación era preferible al empuje similar al obtenido con la maniobra de Valsalva,
sosteniendo la respiración y contra la glotis cerrada.
La paciente no debe ser alentada a pujar una vez que se termina una contracción. Por el contrario,
debe permitirse que ella y el feto descansen y se recuperen. Durante ese periodo de pujo activo se
ausculta la frecuencia cardiaca fetal de inmediato después de la contracción y tal vez sea lenta,
pero debe recuperarse hasta cifras normales antes del siguiente esfuerzo de expulsión.
Se puede lograr el parto con la madre en una diversidad de posiciones. La más ampliamente usada
y a menudo la más satisfactoria es la de litotomía dorsal
Parto espontáneo
Nacimiento de la cabeza
Con cada contracción, el perineo protruye cada vez más y la abertura vulvovaginal se ve más
dilatada por la cabeza fetal de modo tal que se forma gradualmente un ovoide y por último una
abertura casi circular. El momento en que el diámetro mayor de la cabeza queda circundado por el
anillo vulvar se conoce como coronamiento.
A menos que se practicara una episiotomía, como se describe más adelante, el perineo se
adelgaza y puede presentar una laceración espontánea, en especial en las nulíparas. El nacimiento
lento de la cabeza, además de la instrucción a la madre para que no empuje, puede reducir los
desgarros de acuerdo con Laine et al. (2008). El ano se distiende en gran medida y protruye, y la
pared anterior del recto puede observarse con facilidad a través de él.
Maniobra de Ritgen.
Cuando la cabeza distiende la vulva y el perineo lo suficiente para abrir el introito vaginal hasta un
diámetro de 5 cm o más, se puede usar una mano enguantada y cubierta con una compresa para
ejercer presión anterógrada sobre el mentón fetal a través del perineo justo frente al cóccix.
De modo concomitante, la otra mano aplica presión superior contra el occipucio. Esta maniobra es
más simple que la de Ritgen original (1855) y por lo regular se conoce como maniobra de Ritgen
modificada (Cunningham, 2008). Dicha maniobra hace posible el nacimiento controlado de la
cabeza. También favorece la extensión del cuello, de tal manera que la cabeza nace con el paso de
sus diámetros menores a través del introito y por encima del perineo.
Mayerhofer et al. (2002) cuestionaron la práctica de la maniobra de Ritgen debido a que se vinculó
con una incidencia mayor de desgarros de tercer grado y la realización más frecuente de
episiotomía. Estos especialistas preferían el método “de manos levantadas”, en el cual quien
atiende el parto no toca el perineo durante el nacimiento de la cabeza. Este método se vinculó con
tasas similares de desgarro respecto de la maniobra de Ritgen modificada, pero con una incidencia
menor de desgarros de tercer grado. En fecha reciente, Jönsson et al. (2008) informaron los
resultados de un estudio con 1 623 mujeres y notificaron una incidencia semejante de desgarros
de tercer y cuarto grados (5.5 contra 4.4%) en las mujeres asignadas a la aplicación de la maniobra
de Ritgen en comparación con aquellas que recibieron sólo protección perineal simple.
Después de su nacimiento, la cabeza fetal cae hacia atrás y lleva la cara casi en contacto con el ano
materno. Luego el occipucio gira rápidamente hacia uno de los muslos maternos y la cabeza
adopta una posición transversa (fig. 17-28).
Dicho movimiento de restitución (rotación externa) indica que el diámetro biacromial (diámetro
transversal del tórax) ha girado hacia el diámetro anteroposterior de la pelvis. Más a menudo los
hombros aparecen en la vulva apenas después de la rotación externa y nacen de manera
espontánea. Si se retrasan, parece aconsejable su extracción inmediata.
Se sujetan los lados de la cabeza con las dos manos y se aplica tracción descendente suave hasta
que aparece el hombro anterior bajo el arco púbico (fig. 17-29). Algunos prefieren extraer el
hombro anterior antes de llevar a cabo la aspiración de la nasofaringe o revisar si existe alguna
circular de cordón, con el objetivo de evitar una distocia de hombros. A continuación, con un
movimiento ascendente, se hace nacer el hombro posterior (fig. 17-29).
El resto del cuerpo casi siempre sigue a los hombros sin dificultad; pero si hay un retraso
prolongado, puede acelerarse su nacimiento por tracción moderada sobre la cabeza o compresión
sobre el fondo uterino. No deben engancharse los dedos dentro de la axila. Esto puede lesionar los
nervios de la extremidad superior y provocar una parálisis transitoria o quizá permanente.
Por otra parte, la tracción debe ejercerse sólo en dirección del eje longitudinal del recién nacido. Si
se aplica en sentido oblicuo, induce la flexión del cuello y un estiramiento excesivo del plexo
braquial (cap. 29, pág. 636). Justo después del nacimiento suele seguir un flujo abundante de
líquido amniótico, muchas veces teñido con sangre pero no francamente sanguinolento.
Episiotomia
Es una operación ampliadora que se realiza durante la expulsión del feto, con el objetivo de
facilitarla y preservar la integridad del suelo pelviano.
Técnica
Antisepsia de la región
Anestesia: con novocaína 1 o 2%
Sección con la tijera botonoda: se introduce una de sus ramas en la vagina entre los dedos
índice y medio de la mano del operador, los cuales sirven de guía al corte y de protección
al polo fetal para no herirlo. La sección debe ser perpendicular a la superficie de la piel y
firme tratando de realizarla con un solo corte.
4. Sutura de la episiotomía
Indicacion
MECANISMO DE SCHULTZE:
o El desprendimiento es central
o Aparece en la vulva con la cara fetal mirando al médico.
o Presenta sangrado abundante luego de su salida.
o Ocurre en el 75% de los casos
MECANISMO DE DUNCAN:
o El desprendimiento es lateral.
o Hay sangrado antes de la salida de la placenta.
o Aparece en la vulva con la cara materna mirando al médico.
o Ocurre en el 25% de los casos.
1. SIGNO DEL DESCENSO DEL FONDO UTERINO: El fondo del útero desciende por debajo del
ombligo de 5 a 6 centímetro
2. GLOBO SE SEGURIDAD DE PINARD: Clínicamente palpamos un útero de consistencia dura
elástica, de limites bien definidos, periódicamente adquiere una consistencia dura leñosa
3. POR EFECTO DE LA GRAVEDAD: Expulsión de la placenta causada por la fuerza de
gravedad.
MANIOBRA DE DUBLÍN:
Cuando la vulva se entreabre para dejar pasar la placenta, una vez exteriorizada se la sostiene con
las manos y se torsionan las membranas sobre su eje para favorecer su despegamiento, si las
membranas son desgarradas y quedan atrás, se las debe tomar con una pinza y extraerlas
mediante una tracción suave.