Sindrome de Cushing

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Punto 1

El síndrome de Cushing es un trastorno hormonal definido como una afección que se produce
debido a la exposición a altos niveles de cortisol durante un tiempo prolongado.La causa más
común es el uso de esteroides, pero también puede ocurrir debido a la producción excesiva de
cortisol por parte de las glándulas suprarrenales.

 Suele ser secundario al consumo de corticoesteroides para el tratamiento de un trastorno


médico o a la presencia de un tumor hipofisario o suprarrenal que incita a las glándulas
suprarrenales a producir un exceso de corticoesteroides.
 El síndrome de Cushing también puede estar causado por tumores en otras partes del
organismo (como los pulmones).
 Se suele presentar exceso de grasa, sobre todo en el torso, y tener una cara grande y
redonda, así como piel delgada.
 Para diagnosticar el síndrome de Cushing se mide la concentración de cortisol y se
solicitan otras pruebas.
 El tratamiento suele consistir en una intervención quirúrgica o en radioterapia para
eliminar el tumor.

La sobreproducción de corticoesteroides suele deberse a un trastorno de las propias glándulas


suprarrenales o a una estimulación exagerada por parte de la hipófisis, que controla las
glándulas suprarrenales y otras glándulas endocrinas. Una anomalía en la hipófisis, como un
tumor, puede hacer que produzca grandes cantidades de hormona adrenocorticotrópica
(ACTH, también conocida como corticotropina), que estimula la producción de
corticoesteroides por parte de las glándulas suprarrenales. Los tumores que se encuentran
fuera de la hipófisis, como el carcinoma microcítico de pulmón o un tumor carcinoide en los
pulmones o en cualquier otro lugar del organismo, pueden ACTH(Sx de la hormona
adrenocorticotrófica ectópica). A veces, se desarrolla en las glándulas suprarrenales un
adenoma que las fuerza a producir corticoesteroides en exceso. Los adenomas suprarrenales
son muy frecuentes. Están presentes en cerca del 10% de las personas septuagenarias. Sin
embargo, solo un pequeño número de adenomas produce un exceso de hormona. Los
tumores malignos en las glándulas suprarrenales son muy poco frecuentes, pero algunos de
ellos también producen un exceso de hormona.

Toma de corticoesteroides: El síndrome de Cushing también puede aparecer cuando se toman


grandes dosis de corticoesteroides (como prednisona o dexametasona) debido a una enfermedad
grave. Los corticoesteroides se indican a menudo para el tratamiento de muchas enfermedades
inflamatorias, alérgicas y autoinmunitarias. Entre los ejemplos más frecuentes se encuentran
el asma, la artritis reumatoide, el lupus eritematoso sistémico, muchos trastornos cutáneos y
muchas otras afecciones. Las personas que deben tomar dosis elevadas presentan los mismos
síntomas que las personas cuyo cuerpo produce un exceso de hormona. A veces, incluso aparecen
cuando los corticoesteroides se inhalan, como en el tratamiento del asma, o se aplican por vía
tópica para curar una afección de la piel.
Además de causar el síndrome de Cushing, la toma de grandes dosis de corticoesteroides también
puede deprimir la función de las glándulas suprarrenales (insuficiencia suprarrenal). Esta
depresión se debe a que los corticoesteroides indican al hipotálamo y a la hipófisis que detengan
la producción de las hormonas que normalmente estimulan la actividad suprarrenal. Por lo tanto,
si la persona interrumpe de forma abrupta el tratamiento con corticoesteroides, el organismo no
consigue restaurar la actividad suprarrenal con la rapidez necesaria y se produce una insuficiencia
suprarrenal temporal. Además, cuando se sufre estrés, el organismo no es capaz de estimular la
producción de los corticoesteroides adicionales necesarios.

Por lo tanto, nunca debe interrumpirse bruscamente el uso de corticoesteroides si se han


consumido durante más de 2 o 3 semanas. De hecho, las dosis se reducen de forma gradual
durante semanas y a veces meses. Además, puede ser necesario aumentar la dosis de
corticoesteroides en caso de enfermedad o de situaciones de estrés intenso durante el
tratamiento con corticoesteroides. Si se enferma o se vive una situación de estrés intenso a las
pocas semanas de haber disminuido o interrumpido el tratamiento con corticoesteroides, quizás
deba reanudarse el tratamiento.

Enfermedad de Cushing
La enfermedad de Cushing es un término reservado específicamente al síndrome de Cushing
causado por la sobreestimulación de las glándulas suprarrenales, por lo general como
consecuencia de un tumor pituitario. En este trastorno, las glándulas suprarrenales son
hiperactivas debido a un exceso de estímulo de la hipófisis y no porque las glándulas están
anormales. Los síntomas de la enfermedad de Cushing son similares a los del síndrome de Cushing.
La enfermedad de Cushing se diagnostica mediante análisis de sangre, o a veces también con
análisis de orina y de saliva. Se pueden realizar pruebas de diagnóstico por la imagen como la
resonancia magnética nuclear (RMN) o la tomografía computarizada (TC) del área hipofisaria.
La enfermedad de Cushing se trata con cirugía o radiación para extirpar el tumor hipofisario. Si la
extirpación del tumor hipofisario no se puede realizar o no tiene éxito, las glándulas suprarrenales
se pueden extirpar quirúrgicamente o se pueden administrar medicamentos para reducir la
producción de corticotropina (ACTH) o bloquear la producción o los efectos del exceso
de cortisol en los tejidos.
Punto 2
Características endocrinológicas
Fisiología normal
La comprensión de los mecanismos normales y fisiopatológicos del control del eje hipotálamo-
hipófisis anterior-suprarrenal es fundamental para comprender las características patológicas,
diagnósticas y terapéuticas de la EC ( Fig. 1 ). 5En condiciones fisiológicas normales (ritmo
circadiano, donde los niveles de cortisol alcanzan su punto máximo temprano en la mañana y su
punto más bajo tarde en la noche), inflamación sistémica (citocina) o estrés (fisiológico o
psicológico), la hormona liberadora de corticotropina (CRH; un péptido de 41 aminoácidos) se
libera desde el núcleo hipotalámico paraventricular a través de la eminencia media. Desde la
eminencia media, la CRH se transporta en el sistema venoso portal hipofisario a la glándula
pituitaria, donde se une al receptor CRH-1 (CRH-R1) en las células corticotropas hipofisarias. La
unión de la CRH a los receptores CRH-R1 activa la adenilato ciclasa y estimula la expresión del gen
proopiomelanocortina ( POMC ) en las células corticotropas. La proopiomelanocortina, la
preprohormona, se procesa en ACTH (un péptido de 39 aminoácidos) y β-lipotropina (un péptido
de 93 aminoácidos). Los productos de la β-lipotropina incluyen β-endorfina y α-lipotropina. La
ACTH se secreta en la circulación sistémica y se une a los receptores en la corteza suprarrenal,
donde estimula la producción y secreción de glucocorticoides, incluido el cortisol. En condiciones
normales, el cortisol circulante proporciona un control fisiológico de este eje endocrino mediante
su inhibición por retroalimentación negativa de la CRH hipotalámica y la secreción de ACTH
hipofisaria.

Fisiopatología de la EC: La EC es causada por un adenoma corticotropo hipofisario monoclonal


benigno que secreta ACTH en exceso, 39 lo que provoca una secreción suprafisiológica de
glucocorticoides de las glándulas suprarrenales. El exceso de cortisol circulante altera la variación
diurna fisiológica normal en los niveles de cortisol y ejerce una inhibición de retroalimentación
negativa sobre la secreción de CRH del hipotálamo. Sin embargo, el propio adenoma es
relativamente resistente a la inhibición por el cortisol circulante endógeno ( Fig. 1 ). En
consecuencia, la EC se asocia con una secreción suprimida de CRH y niveles elevados de ACTH en
relación con el grado de producción de cortisol.

Eje hipotálamo-hipofisario-adrenal en individuos sanos y pacientes con EC. Izquierda: En


circunstancias fisiológicas normales, incluido el ritmo circadiano (secreción diurna que alcanza su
punto máximo temprano en la mañana y su punto más bajo cerca de la medianoche) y el estrés
(fisiológico y psicológico), el núcleo paraventricular del hipotálamo libera CRH ( flechas naranjas ),
que el sistema venoso portal hipofisario transporta a la glándula pituitaria anterior. En la glándula
pituitaria, la CRH estimula las células corticotropas hipofisarias ( flecha naranja ) al unirse a los
receptores CRH-R1 para estimular la producción y excreción de ACTH en la circulación sistémica.
Luego, la ACTH estimula la corteza suprarrenal ( flecha roja ) para sintetizar y excretar
glucocorticoides, incluido el cortisol. El cortisol inhibe este eje endocrino ( flechas azules ) en el
hipotálamo y la pituitaria al unirse a los receptores de glucocorticoides y reducir la
producción/secreción de CRH y ACTH, respectivamente. Derecha: En las condiciones
fisiopatológicas asociadas con la EC, un adenoma basófilo monoclonal benigno de la glándula
pituitaria anterior secreta continuamente (lo que resulta en la pérdida del ritmo secretor diurno
normal) niveles excesivos de ACTH ( flecha roja grande ). La ACTH circulante impulsa la producción
suprafisiológica y la secreción de cortisol de las cortezas suprarrenales ( flechas azules grandes )
que resultan en una producción/excreción reducida de CRH por el hipotálamo. Mientras que los
adenomas secretores de ACTH en la EC retienen CRH-R1 y receptores de vasopresina con su
capacidad estimuladora asociada (los adenomas secretan ACTH [ flecha roja grande ] cuando son
estimulados por CRH o desmopresina [ flechas azules grandes ]), la retroalimentación negativa
impulsada por el cortisol en la pituitaria se atenúa significativamente. Sin embargo, niveles muy
altos de esteroides exógenos (p. ej., respuesta a la prueba de dexametasona en dosis altas)
suprimen la producción de ACTH por los adenomas de CD ( flecha roja pequeña ) y los niveles de
cortisol circulante descendente ( flechas azules pequeñas ). Copyright OSU Health Sciences Library
Medical Visuals. Publicado con permiso.

Síntomas del síndrome de Cushing:


Los corticoesteroides alteran la cantidad y la distribución de la grasa en el organismo. Un exceso
de grasa se acumula en el torso y es evidente, sobre todo, en la parte superior de la espalda (a
veces denominado cuello de bisonte). Cuando se padece el síndrome de Cushing, se suele tener la
cara grande y redonda (cara de luna llena). Por lo general, los brazos y las piernas son delgados en
comparación con el torso grueso. Los músculos pierden volumen, lo que da lugar a debilidad. La
piel se vuelve fina, surgen hematomas (moretones) con facilidad y tardan en sanar después de un
hematoma o de una herida. En el abdomen y el tórax se observan estrías que parecen las marcas
producidas por los elásticos. Otro síntoma consiste en cansarse fácilmente.

Con el tiempo, las altas concentraciones de corticoesteroides elevan la presión arterial


(hipertensión), debilitan los huesos (osteoporosis) y disminuyen la resistencia a las infecciones.
Aumenta el riesgo de aparición de cálculos renales, diabetes y coágulos sanguíneos en venas y
pueden aparecer trastornos mentales como depresión y alucinaciones.

Las mujeres, por lo general, tienen ciclos menstruales irregulares. En algunos casos, las glándulas
suprarrenales también producen grandes cantidades de hormonas sexuales masculinas
(testosterona y hormonas similares), lo cual provoca un aumento del vello facial y corporal y
provoca calvicie en las mujeres.

Los niños con síndrome de Cushing crecen lentamente y es probable que su estatura sea más baja
que la media.

Las personas pueden sufrir:


Todo el cuerpo: fatiga, hambre excesiva, osteoporosis, presión arterial alta, rubor, sudoración
excesiva o vellosidad excesiva
Piel: capa de grasa anormal entre los omóplatos, debilitamiento, estrías o oscurecimiento de la
piel
Muscular: debilidad muscular o pérdida de músculo
También comunes: acné, ansiedad, aumento de peso, cara redonda por hinchazón gradual, caída
del cabello, depresión, dolor de cabeza, facilidad para desarrollar hematomas, grasa abdominal,
hinchazón en las extremidades, infertilidad, insomnio o irritabilidad
Punto 3
Diagnóstico del síndrome de Cushing:

 Medición del nivel de cortisol en la orina, la saliva y/o la sangre


 Otros análisis de sangre
 Pruebas de diagnóstico por la imagen

Cuando se sospecha un síndrome de Cushing, se mide la concentración sanguínea de cortisol, la


principal hormona corticoesteroide. En condiciones normales, los niveles de cortisol son altos por
la mañana y bajos a última hora del día. Si se padece el síndrome de Cushing, las concentraciones
de cortisol suelen mantenerse elevadas todo el día. Los niveles de cortisol pueden valorarse
mediante análisis de orina, de saliva o de sangre.

Si las concentraciones de cortisol son elevadas, los médicos pueden recomendar una prueba de
supresión de dexametasona, en la que administran una dosis de dexametasona por la noche o
durante varios días y luego miden la concentración de cortisol por la mañana.
La dexametasona generalmente reduce la secreción de corticotropina por parte de la hipófisis y,
por consiguiente, disminuye la secreción de cortisol por parte de las glándulas suprarrenales. Si el
síndrome de Cushing se debe a la estimulación excesiva de la hipófisis (enfermedad de Cushing), la
concentración sanguínea de cortisol descenderá hasta cierto punto, pero no tanto como en
ausencia de este síndrome. Además, la concentración elevada de hormona adrenocorticotrófica
(ACTH) indica sobreestimulación de la glándula suprarrenal por parte de la hipófisis.

Si el síndrome de Cushing tiene otra causa, la concentración de cortisol permanecerá elevada


después de administrar dexametasona. A veces, otros tipos de tumores situados en otras partes
del cuerpo producen sustancias similares a la corticotropina que estimulan a las glándulas
suprarrenales para producir un exceso de cortisol, pero la dexametasona no inhibe esta
estimulación.

Se pueden requerir pruebas de diagnóstico por la imagen para determinar la causa exacta,
incluyendo una tomografía computarizada (TC) o una resonancia magnética nuclear (RMN) de la
hipófisis o de las glándulas suprarrenales y una radiografía de tórax o una tomografía
computarizada de los pulmones o del abdomen. Sin embargo, estas pruebas de diagnóstico por la
imagen a veces no logran encontrar el tumor.

Cuando se sospecha que la causa es una producción excesiva de hormona adrenocorticotrófica


(ACTH), algunas veces es necesario extraer muestras de sangre de las venas que drenan la hipófisis
a fin de comprobar si este es su origen.

Tratamiento del síndrome de Cushing:

 Dieta alta en proteínas y en potasio


 Medicamentos que reducen las concentraciones de cortisol o bloquean sus efectos
 Cirugía o radioterapia

El tratamiento depende de si el problema se ha originado en las glándulas suprarrenales, en la


hipófisis o en otro lugar.

Si el problema tiene su origen en la toma de corticoesteroides, se sopesa el beneficio del


medicamento frente al riesgo de sufrir síndrome de Cushing. Algunas personas necesitan
continuar tomando el corticoesteroide a pesar de sufrir el síndrome de Cushing. Si no, las dosis se
reducen de forma gradual durante semanas y a veces meses. Durante la reducción de la dosis, es
posible que haya que aumentarla temporalmente en caso de enfermedad o de situaciones de
estrés físico intenso. Las personas que enferman pueden necesitar reanudar el tratamiento con
corticoesteroides incluso durante semanas o meses después de su interrupción, porque sus
glándulas suprarrenales no se han recuperado por completo de la supresión efectuada por los
corticoesteroides.
El primer paso que la persona afectada puede realizar en el tratamiento del síndrome de Cushing
es fortalecer su estado general siguiendo una dieta rica en proteínas y potasio. A veces son
necesarios medicamentos que aumenten los niveles sanguíneos de potasio o reduzcan los niveles
de glucosa (azúcar). Cualquier aumento de la presión arterial debe ser tratado. Las personas con
síndrome de Cushing también corren un mayor riesgo de presentar coágulos de sangre en sus
venas, por lo que se pueden usar anticoagulantes. Estas personas también son especialmente
propensas a desarrollar infecciones, que pueden ser potencialmente mortales.

Para extirpar o destruir un tumor hipofisario se puede requerir cirugía o radioterapia (incluyendo
la terapia con haz de protones, si está disponible). Los tumores de las glándulas suprarrenales (por
lo general, adenomas benignos) se suelen extirpar quirúrgicamente.

Puede ser necesario extirpar ambas glándulas suprarrenales si hay tumores presentes en ambas
glándulas suprarrenales, si el intento de extirpar un tumor hipofisario secretor de ACTH no es
eficaz o si las concentraciones sanguíneas de ACTH son elevadas pero no se puede encontrar un
tumor secretor de ACTH. En caso de que ya se hayan extirpado ambas glándulas suprarrenales o
en la mayoría de los casos en que la extirpación ha sido parcial, deben tomarse corticoesteroides
de por vida.

Por lo general, los tumores situados fuera de la hipófisis y de las glándulas suprarrenales que
segregan un exceso de hormonas se extirpan quirúrgicamente.

Ciertos fármacos, como la metirapona o el cetoconazol, reducen la concentración de cortisol y


pueden utilizarse mientras se espera el tratamiento definitivo, como una intervención quirúrgica.
También se puede utilizar mifepristona, que puede bloquear los efectos del cortisol

¿Qué es el síndrome de Nelson?

Las personas a las que se extirpan ambas glándulas suprarrenales como tratamiento para la
enfermedad de Cushing que no se resolvió con cirugía y/o radiación a la hipófisis pueden
desarrollar el síndrome de Nelson. En este trastorno, el tumor hipofisario que provoca la
enfermedad de Cushing continúa creciendo, produciéndose grandes cantidades de hormona
adrenocorticotrófica (ACTH) y provocando un oscurecimiento de la piel. Cuando el tumor
hipofisario se agranda, comprime las estructuras cerebrales adyacentes y produce cefaleas y
defectos visuales. Se cree que esta compresión puede evitarse, al menos en algunos casos,
administrando radioterapia a la hipófisis. Si es preciso, el síndrome de Nelson puede tratarse con
radioterapia o mediante extirpación quirúrgica de la hipófisis.

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