Módulo de Contenidos_Materia Nº 8

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ESPECIALIZACIÓN DOCENTE DE NIVEL SUPERIOR EN

EDUCACIÓN EN JARDÍN MATERNAL

MÓDULO 8

DESARROLLO INTEGRAL Y MOTOR


EN EL JARDÍN MATERNAL

1
INDICE
 Introducción

 Capítulo 1

- Concepto de psicomotricidad en el campo educativo

- ¿Qué es el desarrollo motor?

- Metodologías para el ejercicio psicomotriz en la


educación infantil
 Consideraciones metodológicas generales
 Didáctica del juego motor

- Desarrollo psicomotor de 0 a 1 año

- Desarrollo psicomotor de 1 a 2 años

- Bibliografía de referencia para capítulo 1

 Capítulo 2

- Psicomotricidad y estimulación temprana

- Actividades de exploración y conocimiento

- Consideraciones sobre la estimulación psicomotriz

- Bibliografía de referencia para capítulo 2

2
 Capítulo 3

- Funciones básicas de la estimulación inicial

- Áreas a estimular en el niño/a

- Enfoque integrador de la estimulación temprana

- La evaluación de la estimulación temprana

- Bibliografía de referencia para capítulo 3

3
INTRODUCCIÓN

En la etapa de educación infantil los niños hallan en su cuerpo y en el movimiento


las principales vías para entrar en contacto con la realidad que los envuelve y, de
esta manera, adquirir los primeros conocimientos acerca del mundo en el que
están creciendo y desarrollándose. Sin duda, el progresivo descubrimiento del
propio cuerpo como fuente de sensaciones, la exploración de las posibilidades de
acción y funciones corporales, constituirán experiencias necesarias sobre las que
se irá construyendo el pensamiento infantil. Así mismo, las relaciones afectivas
establecidas en situaciones de actividad motriz, y en particular mediante el juego,
serán fundamentales para el crecimiento emocional. En este sentido, en el
presente módulo nos ocuparemos de justificar la necesaria presencia de la
educación física y de presentar un diseño de intervención en la praxis en esta
etapa educativa.
Por otra parte, es precisamente a este módulo, y para la etapa que nos ocupa, que
le corresponde la tarea de dar respuestas a las cuestiones planteadas, y a otras
tales como el excesivo sedentarismo o la obesidad infantil. Para ello es necesario
que los maestros y educadores de este nivel educativo se cuestionen, de forma
responsable, las intenciones y las formas de intervención didáctica en el ámbito
motor. Es por ello que en este módulo recogemos conceptos y supuestos en torno
al desarrollo motor, los contenidos motrices, la expresión corporal, el juego motor y
el planteamiento metodológico y programador de la motricidad en la etapa de
educación infantil.

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CAPÍTULO 1

CONCEPTO DE PSICOMOTRICDAD
EN EL CAMPO EDUCATIVO

Cuando las ciencias humanas estaban regidas por el paradigma dicotómico, que
entendía al hombre como resultado de la adición de dos elementos, cuerpo y
espíritu, soma y psique, parecía incuestionable que la competencia del profesor de
Educación Física, como su propia denominación indicaba, se refiriera,
exclusivamente, a la parte material, al cuerpo, al soma. Muy pronto, en Francia,
desde el ámbito de la medicina primero y desde la psicología después, surgieron
aportaciones diversas bajo el apelativo genérico de «psicomotricidad».

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En efecto, en los albores del siglo xx, precisamente en el campo de la patología, el
médico francés Ernest Dupré introdujo el término «psicomotricidad» cuando
estudiaba la debilidad motora en los enfermos mentales. Las ideas de Dupré en
torno a los trastornos psicomotores cayeron en el terreno fértil de diversos campos
de la ciencia como la psicología genética (Wallon), la psiquiatría infantil
(Ajuriaguerra) y la pedagogía (Picq y Vayer, Le Boulch y Lapierre y Aucouturier),
entre otras disciplinas.

Tras este término se acogen multitud de concepciones, que muchas veces no son
más que distintos enfoques teóricos sobre un mismo compromiso central. Como
señala Pastor Pradillo (1994), es muy frecuente encontrarnos con cuerpos de
doctrina semejante bajo denominaciones muy variadas que sustituyen al término
de educación física por: educación psicomotriz, psicomotricidad educativa,
educación psicomotora, motricidad, educación vivencial, expresión dinámica,
expresión corporal, educación motriz, motricidad relacional, psicocinética o
educación por el movimiento, educación física de base, etc. Junto a esta
renovación se revisan los objetivos, los recursos y, como consecuencia, la praxis
pedagógica y los procedimientos de intervención.

Sin embargo, todo parece indicar que los nuevos planteamientos con los que se
llega al siglo XXI se interesan más por una perspectiva holística, global, integral y
conductual, llámese motricidad o actividad física, abandonando las perspectivas
analíticas, tan útiles hasta ahora.

Este proceso no es otra cosa que la aplicación y el reflejo de una nueva forma de
entender al hombre y, por tanto, de entender el cuerpo y las relaciones que entre
distintas dimensiones de su naturaleza puedan establecerse. Esta formulación, en
la que ya no es posible distinguir los distintos aspectos para otorgarles
tratamientos independientes e inconexos, proporciona a la educación física una
ampliación de sus posibilidades de intervención y, al mismo tiempo, le impone
nuevas competencias y le proporciona otros fines.

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En este sentido, la educación física en la actualidad, aunque con más de medio
siglo de retraso, ha ampliado sus responsabilidades para abarcar aquellas que
incluyen desde potenciar las condiciones físicas básicas o de desarrollo de
determinadas destrezas deportivas, hasta interesarse por aquellos otros objetivos
que la comprensión unitaria del hombre le permite y le exige ahora: los ámbitos
afectivo, cognitivo, tónico-emocional y simbólico. Más adelante se contemplará la
globalidad de la conducta analizando los factores perceptivos, los factores motores
y los factores emocionales y relacionales.

Por otro lado, en una sociedad en la que ya nos estamos planteando como
problema ligado a la salud el excesivo sedentarismo de nuestro jóvenes, debemos
admitir que resulta absolutamente necesario que, en los diferentes contextos de
desarrollo, se respete la necesidad de movimiento en la infancia y ya desde los
primeros años se empiecen a consolidar hábitos de actividad física.

Al margen de los avatares del pasado, hoy parece reconocerse que la educación
física debe ocupar el lugar que le corresponde en la configuración de una
educación de calidad. Adquiere una especial relevancia en determinadas etapas
educativas ya que busca el desarrollo armónico del cuerpo como medio o como
instrumento para alcanzar la madurez humana, la armonía, un autoconcepto
positivo y una razonable autoestima. Es, también, un ámbito adecuado para el
cultivo y desarrollo de actitudes positivas y de valores individuales y sociales de
gran entidad; por lo tanto, tiene su propia importancia y aporta su contribución a la
educación integral de las personas, dado que proporciona experiencias que
originan tanto actitudes positivas, cuanto más tempranas mejor, como negativas o
de fracaso. Es por eso que los planteamientos generales sobre la educación física,
como sobre cualquier otra manifestación formativa, deben acomodarse a los
destinatarios de la misma.

Hoy en día está suficientemente claro que, en los primeros años, unas apropiadas
clases y cantidades de actividades físicas pueden no solo enriquecer la vida de los
niños, sino también contribuir al desarrollo físico, social y cognitivo. Así, en

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ninguna otra etapa de la vida es tan importante la educación física como en los
años preescolares. La clave para este desarrollo es, por tanto, «una apropiada
variedad y cantidad.

En relación al desarrollo psicológico, los estudios sobre el desarrollo humano nos


muestran la gran importancia que adquiere el papel de la motricidad en la
construcción de la personalidad del niño. Los trabajos de Piaget (1968, 1969),
Wallon (1980), Gesell (1958), Freud (1968), Bruner (1979), Guilmain (1981),
Ajuriaguerra (1978), Le Boulch (1981), Vayer (1973), Da Fonseca (1984, 1988 y
1996), Cratty (1990), Gallahue y McClenaghan (1985), y Lapierre y Aucouturier
(1995), sobre los distintos ámbitos de la conducta infantil, han contribuido a la
explicación de cómo a través de la motricidad se van conformando la personalidad
y los modos de conducta. Ahora bien, estos mismos estudios ponen de manifiesto
que la conducta humana está constituida por una serie de ámbitos o dominios,
ninguno de los cuales puede contemplarse sin la interacción con los otros:

 El dominio afectivo, relativo a los afectos, sentimientos y emociones.

 El dominio social, que considera el efecto de la sociedad, su relación con el


ambiente, con sus compañeros y el adulto, instituciones y grupos en el
desarrollo de la personalidad, proceso por el cual cada niño se va
convirtiendo en adulto de su sociedad.

 El dominio cognoscitivo, relacionado con el conocimiento, los procesos del


pensamiento y el lenguaje.

 El dominio psicomotor, que alude a los movimientos corporales, su


concienciación y control.

Por su parte, Piaget (1936) sostiene que mediante la actividad corporal el niño
piensa, aprende, crea y afronta sus problemas, lo que lleva a Arnaiz a decir que
esta etapa es un período de globalidad irrepetible y que debe ser aprovechada por
planteamientos educativos de tipo psicomotor, debiendo ser este:

[...] una acción pedagógica y psicológica que utiliza la acción corporal con el fin de
mejorar o normalizar el comportamiento general del niño facilitando el desarrollo
de todos los aspectos de la personalidad.
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La educación infantil comprende el período que abarca desde el nacimiento hasta
que comienza la enseñanza obligatoria, es decir, entre los 0 a los 4/6 años.
Podremos comprobar que lo que se enseña y cómo se enseña a través de la
motricidad, de manera sistematizada en la clases durante la educación infantil,
contribuye ampliamente a lograr dicho objetivo.

En los planteamientos de la administración educativa para la educación infantil no


existe un área de educación física, aunque sí se recogen contenidos y criterios de
evaluación del desarrollo de la motricidad. Esto es debido a que las áreas de
experiencia en las que se estructura la educación infantil se conciben con un
criterio de globalidad y de mutua dependencia. En efecto, en las nuevas leyes
educativas el énfasis pasa a recaer en las competencias, que asumen un rol
protagónico en el marco curricular, con la nueva configuración normativa.

En este marco, la propuesta global de actuación pedagógica de la educación física


en la educación infantil se dirige al desarrollo global del niño, y en consonancia se
organiza adecuadamente en torno a:

 Los factores perceptivo-motores: percepción del propio cuerpo;


percepción espacial como la situación, la dirección o la orientación;
percepción temporal como la duración o el ritmo; conocimiento del entorno
físico, y desenvolvimiento en el medio social. El cuerpo solicitado por los
factores perceptivo motores es el cuerpo consciente, vinculado a la
motricidad voluntaria, a la representación mental. Un cuerpo comprometido
en pensar, en decidir, en actuar. Un cuerpo que es el de un ser global ávido
de conocer. La percepción es un proceso cognitivo muy valorado desde
siempre en la institución escolar, ya que uno de los aspectos fundamentales
de la percepción es la significación. La percepción implica interpretar la
información y construir objetos dotados de significación. Se trata de retomar
los propios conocimientos, operar sobre ellos construyendo nuevos
aprendizajes y saber expresarlos.

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 Los factores físico-motores: cuerpo instrumental, físico, locomotor,
adquiriendo patrones motores y habilidades motrices básicas a medida que
la motricidad evoluciona. Factores que tienen que ver con la adquisición del
dominio y el control del cuerpo, que favorecen el equilibrio y la práctica de
movimientos naturales, que potencian el desarrollo de la condición física,
que enriquecen el comportamiento motor, que buscan la eficacia corporal.
El cuerpo solicitado por los factores físico-motores es el cuerpo
instrumental, locomotor, físico. Un cuerpo que:

 Puede poner en funcionamiento gran cantidad de ejes de


movimiento, de músculos, de articulaciones, de reacciones motrices.
 Va adquiriendo patrones motores a medida que la motricidad
evoluciona.
 Va manifestando su realidad física a través de movimientos,
posturas, actitudes, etc.
 Es el de un ser global interesado en saber hacer.

 Los factores afectivo-relacionales: creatividad, confianza, tensiones,


pulsiones, afectos, rechazos, alegrías, enfados, capacidades de
socialización. Al permitir su expresión global, el niño puede reflejar sus
estados de ánimo, sus tensiones y sus conflictos. El ambiente de la sala de
Educación Física es un contexto propicio para la observación de los
comportamientos más genuinos, así como de las relaciones que tienen los
niños entre ellos y con el adulto. En el ámbito psicoeducativo, el educador
puede dar salida y tal vez resolver algunas de esas tensiones y conflictos
internos de los pequeños. En el tratamiento de los factores afectivo-
relacionales se concede importancia al lenguaje no verbal (diálogo tónico,
mirada, gestos, sonidos, etc.), pero también a las habilidades de conducta
verbal (preguntar, pedir, agradecer, disculparse, expresar afectos,
proponer, explicar los sentimientos, etc.). Esto último significa que, en un
momento dado o al final de la sesión, se puede pedir al niño que explique lo
que siente. Sin emitir juicios de valor, que hable o hablar con él de sus
vivencias puede ser necesario en determinadas ocasiones.

La implementación o desarrollo de la motricidad en la educación infantil seguirá


una perspectiva globalizadora e interdisciplinar. El hecho de trabajar la motricidad
a través de las distintas áreas o ámbitos de experiencias se debe en gran parte a
la concepción de globalidad e interdependencia que tanto se resalta en el
desarrollo de esta etapa. La pretensión es influir en todos los ámbitos de la

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conducta de los niños –a través de la interrelación de los contenidos motrices–
para contribuir a la mejora de su educación integral y global como ser humano,
enfocada hacia la adquisición de una serie de contenidos.

Por esto, nuestra actividad se centrará en el desarrollo o trabajo del equilibrio; la


lateralidad; la coordinación de movimientos; la relajación y la respiración; la
organización espacio-temporal y rítmica; la comunicación gestual postural y tónica;
la relación del niño con los objetos, con sus compañeros y con los adultos; el
desarrollo afectivo y relacional; la sociabilidad a través del movimiento corporal; la
adquisición de valores sociales e individuales; la expresividad corporal, lo que
supone el controlar y expresar su motricidad voluntaria en su contexto relacional
manifestando sus deseos, temores y emociones. Centrándose, por tanto, en el
desarrollo psicomotor del niño y, a su vez, trabajando los diferentes aprendizajes
escolares al utilizar las posibilidades expresivas, creativas y vivenciales del cuerpo
en su conjunto. Un tratamiento global e integrado en donde el cuerpo aparece
desde todas sus dimensiones motrices, que bien articuladas deben de ayudarnos,
y ese es el fin, a que los niños desde la más tierna infancia adquieran una mayor
conciencia de sí mismos, de los demás y del entorno en donde se desenvuelven.

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¿QUÉ ES EL DESARROLLO MOTOR?

El desarrollo motor se considera como un proceso secuencial y continúo


relacionado con el proceso por el cual, los seres humanos adquieren una enorme
cantidad de habilidades motoras. Este proceso se lleva a cabo mediante el
progreso de los movimientos simples y desorganizados para alcanzar las
habilidades motoras organizadas y complejas.
El desarrollo motor no se produce de forma aislada, más bien se verá influido por
las características biológicas que el niño posea (tales como la herencia y la
maduración), por el ambiente en que se desarrolle, las oportunidades para el
movimiento que se encuentran en su entorno (por ejemplo: juguetes, columpios en
el patio trasero, escaleras para subir en el hogar) y su propio desarrollo motor.
El término se refiere a un aprendizaje motor de cambio relativamente permanente
en el comportamiento, como resultado de la práctica o experiencia. Aunque
el aprendizaje no puede ser observado directamente, se puede inferir en
el movimiento motor. Para el desarrollo de las habilidades motoras, los niños
deben percibir algo en el ambiente que les motive a actuar utilizando sus
percepciones para influir en sus movimientos. Las habilidades motoras
representan soluciones a los objetivos de los niños. Cuando ellos se sienten
motivados a hacer algo, pueden crear un nuevo comportamiento motor.

El nuevo comportamiento es el resultado de muchos factores:

 El desarrollo del sistema nervioso


 Las propiedades físicas del cuerpo y sus posibilidades de movimiento
 La meta que el niño está motivado para alcanzar
 El apoyo del entorno

Por ejemplo, los bebés aprenden a caminar sólo cuando la maduración del
sistema nervioso les permite controlar ciertos músculos de las piernas, cuando sus

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piernas han crecido lo suficiente como para soportar su peso y una vez que han
adquirido otras habilidades previas.
Inicialmente se pensaba que este desarrollo era un reflejo directo de los cambios
madurativos en el sistema nervioso central. Actualmente se sabe que este proceso
es bastante complejo, ya que integra aspectos del individuo como sus
características físicas, estructurales y emocionales, estímulos externos que
abarcan el medio ambiente en el que opera y la tarea / movimiento que realiza con
un propósito. Es un proceso bastante dinámico y la interacción de estos tres
componentes da lugar a la adquisición y desarrollo de habilidades motoras.
Varios factores, sin embargo, pueden poner en peligro el curso normal del
desarrollo de un niño. Estos se definen como factores de riesgo de una serie de
factores biológicos o ambientales que aumentan la probabilidad del déficit en el
desarrollo psicomotor de las condiciones del niño.

Entre las principales causas de retraso motor encontramos:

 Bajo peso al nacer


 Trastornos cardiovasculares
 Trastornos respiratorios y neurológicos
 Infecciones neonatales
 Desnutrición
 Condiciones socio-económicas bajas
 Mala educación de los padres
 Nacimiento prematuro.

Cuanto mayor sea el número de factores de riesgo activos, mayores serán las
posibilidades de déficits en el desarrollo.
El desarrollo motor atípico no está relacionado necesariamente a la presencia de
cambios neurológicos o estructurales (incluso los niños que no tienen secuelas

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graves pueden presentar déficit en algunas áreas de su desarrollo neurológico).
En los primeros años de vida (primeros 12 a 18 meses) hay una mayor plasticidad
del cerebro, lo que permite la optimización de los beneficios del desarrollo motor.

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METODOLOGÍAS PARA EL EJERCICIO PSICOMOTRIZ
EN LA EDUCACIÓN INFANTIL

Consideraciones metodológicas generales


Brota una corriente psicopedagógica, que emana de Vygotsky (1979, 1982, 1982),
Bloom (1967), Denis (1980), Lewis (1982) y Montessori (1987), entre otros,
interesada en valorar los efectos que producen en el desarrollo infantil los
estímulos provenientes de la circunstancia ambiental (el entorno físico y social). A
la vez, ciertas teorías actuales referentes al aprendizaje temprano indican que el
espacio y los materiales, por sí mismos, tienen la facultad de provocar la
motivación de los niños, tanto los objetos móviles como los objetos digamos
«estáticos», los cuales, destacados de manera evidente, se convierten en
estímulos significativos capaces de excitar y dirigir específicamente el
comportamiento infantil.

En relación a los espacios y materiales, intentaremos aprovechar un ámbito (aula,


gimnasio, patio, etc.) que esté disponible en el centro y dotarlo de materiales
necesarios hasta convertirlo en una cálida y acogedora aula de educación
psicomotriz; pero de igual forma, podemos servirnos de algún recinto del entorno
próximo y del mismo patio de recreo, en el cual, pues, es deseable construir áreas
de juego. Ahora bien, debemos de tener en cuenta que el espacio libre sea
suficiente para el tipo de movimientos que se tiene programado realizar, tener
preparado un aparato reproductor de sonidos, material variado, atractivo,
abundante y seguro, que la iluminación y la ventilación sean adecuadas y que el
suelo, las columnas y las paredes ofrezcan suficiente seguridad.

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Diversos autores han estudiado formas de organizar los espacios y los materiales
para potenciar el desarrollo global de la motricidad, como el acondicionamiento de
los patios de recreo (Larraz y Figueroa), los lugares-acción (Vaca), los ambientes
de aprendizaje (Blández) y los espacios de acción y aventura (Mendiara Rivas).

Estos trabajos nos denotan la importancia de cuidar la selección que hagamos


tanto de los espacios como de los materiales, y la importancia de la planificación
de la acción educativa en este sentido. Pues el diseño de cualquier ambiente que
queramos proponer a los niños debe de obedecer a una intención educativa
concreta. Y en todos los casos la actividad motriz en el niño se presentará en su
cuerpo global, ya que si el objetivo es el desarrollo total y armónico de la
personalidad debemos de poner a su alcance los medios necesarios para atender
esa globalidad. Sin duda, un ambiente o entorno de aprendizaje cambiante y
abierto a diferentes posibilidades, permitirá grados de autonomía adaptados a las
diferentes capacidades y ritmos de cada niño y, a su vez, también permitirá que a
lo largo de la sesión se planteen actividades variadas y también adaptadas a las
diferentes posibilidades personales.

Es evidente que cada espacio y cada material reúnen una serie de condiciones
peculiares y, además, cada material tiene características que le son propias, todo
lo cual impulsa determinadas reacciones motrices en los niños, por lo que
tenemos que tener presente que cada espacio se puede acondicionar y dotar de
materiales apropiados para favorecer determinados comportamientos. Y nosotros,
desde la educación física debemos de acoger todas estas premisas y estimar que
podemos establecer dinámicas educativas distintas, encaminadas a trabajar no
solo los aspectos componentes del ámbito motor sino también los cognitivos,
afectivos y sociales-relacionales, aprovechando las características de los espacios
y de los materiales. Por lo tanto, según cómo se organice la circunstancia
ambiental se puede potenciar la aparición de comportamientos específicos.

En consecuencia, la manipulación intencionada de ambientes de aprendizaje


mediante la organización de espacios y materiales puede implicar a los niños en

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conductas motrices concretas que respondan a los objetivos planteados. De la
misma forma que la acción, la experimentación, el juego y la interacción de los
niños con sus compañeros y con el adulto, en un ambiente distendido y afectuoso,
son factores y recursos que cumplen un papel esencial para que pueda producirse
el crecimiento personal.

Los materiales deben de responder a los objetivos marcados en función del


desarrollo evolutivo con la finalidad de trabajar el progresivo conocimiento de sí
mismo. Y será el mismo cuerpo del niño un medio o recurso y un marco de
referencia a lo largo de toda la etapa de educación infantil. Pues ciertamente, el
cuerpo permite al niño sus propias vivencias y a la vez utilizarlo como recurso
propio en el conocimiento de su corporalidad, como fuente productora de
sensaciones –como el dolor y el placer– o para su propia identificación personal o
autoestima.

No debemos de olvidar las ropas mismas del niño para trabajar la identidad
personal. En este sentido, las utilizaremos para hacer lo propio con la autonomía
en el vestirse y desvestirse, abrochando y desabrochando botones, hebillas y
presillas, subiendo y bajando cremalleras/cierres, o trabajando los colores y
texturas.

Si la sala nos lo permite, será conveniente tener materiales colgados del techo –
cuerdas, escaleras de cuerda, barras, espalderas en la pared– lo que hará posible
trabajar los giros, los reflejos de caídas desde ciertas alturas, el control tónico
postural, el equilibrio, la coordinación dinámica general y la coordinación
visomotriz. Así como también será necesario contar con otros materiales, tales
como rompecabezas, pelotas, aros, balones, bancos suecos y telas, que por su
color, forma y textura servirán para el trabajo corporal y que ayudarán a potenciar
la marcha, el gateo, las trepas, a desarrollar la orientación y estructuración
espacial, la coordinación de movimientos, el equilibrio, el tono, la postura, la
relajación, la respiración, etcétera.

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Por tanto, vemos que son múltiples los materiales que podemos utilizar, y su
elección estará relacionada con el tipo de actividades que vayamos a desarrollar,
de la metodología que empleemos y de los objetivos o contenidos programados.
Así pues, nuestras propuestas de acción dependerán de la creatividad del
maestro, de las mismas disponibilidades del centro y de la organización y
distribución que hagamos de dichos materiales.

Será siguiendo estas premisas que elaboraremos una interesante propuesta de


acción que sitúe al niño, desde su globalidad, como el centro de atención del
proceso educativo. En la misma nos inclinaremos por los métodos basados en la
acción y la experimentación, desde las situaciones de aprendizajes y de
descubrimientos, utilizando:

- El juego y la interacción motriz entre los compañeros y los adultos como


el principal recurso didáctico.
- La organización del espacio y de los materiales como la principal
estrategia de intervención didáctica.

Este esbozo resulta explícito y muestra un rico planteamiento metodológico


generalizable a todas las situaciones de aprendizaje para esta etapa. Pues el
maestro debe de conjugar las características del medio escolar con sus propias
intenciones educativas y, sin salir del contexto educativo, del centro escolar,
puede utilizar, diseñar y crear determinados espacios de acción en el aula, el
patio, la sala para educación física, para estructurar las prácticas en ellos,
habiéndolos dotado de los materiales apropiados; aunque no es menos cierto que
el entorno próximo nos puede facilitar una infinidad de posibilidades valiosas: la
ludoteca, la piscina, el parque, el prado, la playa, la montaña, la selva y el zoo, o la
misma ciudad con sus automóviles, señales de tránsito, animales y plantas, como
también el clima, las estaciones del año y las festividades.

En cada uno de los espacios el maestro adoptará un criterio metodológico


particular que estará dado por las circunstancias ambientales. Pues, en efecto, no
será lo mismo presentar las propuestas motrices en las zonas señalizadas en el
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patio de recreo (con una intención educativa de mayor incidencia en los factores
perceptivos), que animar una sesión con las telas en la sala de educación física
(con una intención educativa de mayor incidencia en aspectos afectivos y
relacionales), que presentar la propuesta motriz en montajes construidos en el
gimnasio donde se potencien el descubrimiento de acciones (con una intención
educativa de mayor incidencia en el ejercicio de una actividad físico natural).

Pero es bien cierto que esta riqueza de propuestas requiere amplitud de recursos
metodológicos por parte del maestro y, a la vez, flexibilidad en su desarrollo, por lo
que aquel debe de ser capaz de poner en marcha su forma personal de afrontar
las exigencias de la tarea educativa en cada sesión y en cada acontecimiento de
la misma, ya que no todos los niños siguen siempre, ni responden igual, a las
intenciones educativas previstas inicialmente por el docente, de ahí las
competencias y recursos del docente para acomodar su acción educativa dentro
de un amplio abanico de posibilidades que le permitirán oscilar convenientemente
entre la directividad y la no directividad.

Ciertamente puede ser elevada la cantidad de materiales que requiere un


planteamiento educativo basado en la manipulación pedagógica de la
circunstancia ambiental, pero también es cierto que existe una profusión de
materiales u objetos útiles que se pueden conseguir sin tener que realizar
inversiones económicas, pues la riqueza de los espacios y del material didáctico
no proviene tanto de su compra en tiendas, como de la afición por recoger
elementos de la naturaleza, del interés por rescatar elementos desechados, de la
imaginación para aprovechar algunos de uso general del centro, del entusiasmo
por reciclar y elaborar otros mediante el trabajo en equipo de maestros, de las
ocurrencias para usar inespecíficamente aparatos de diversas áreas, además de
los propios del ámbito, como por ejemplo los de música, plástica, etc., de la
agudeza para combinarlos entre sí y decorarlos, de la invención de usos nuevos y,
en definitiva, de la motivación por este tipo de planteamientos didácticos de la
educación física.

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En relación a la estructura de las sesiones o de las clases de nuestra asignatura,
nos estamos refiriendo a una organización del espacio, del tiempo y de las
normas, es decir, a un guión que vertebra, acoge y explica las interrelaciones que
se producen entre el alumnado, el maestro y el contenido de enseñanza-
aprendizaje.

MODELO DE SESIÓNES:

 EJEMPLO 1
 Ritual de entrada: consistirá en el desplazamiento desde el aula al
espacio o sala-gimnasio de Educación Física.

 Momento inicial o momento de encuentro: en esta fase se dará


información sobre las orientaciones y normas relativas al espacio de juego,
se presentarán los motivos, canciones, cuentos, el material que se va a
utilizar y se darán consignas previas, todo lo cual habrá de acompañarse de
una historia ambiental, de carácter motivacional, orientada a cautivar la
atención de los niños y con la finalidad de propiciar su deseo de salir a
actuar.

 Momento de juego activo o de la actividad motriz: esta fase


constituirá la parte fundamental de la sesión, en la que los niños, solos o en
colaboración con sus compañeros y con la ayuda del maestro, irán
desarrollando su propio programa de aprendizaje, satisfaciendo su
necesidad de movimiento y su curiosidad para afrontar pequeños riesgos y
salvar mínimas dificultades, tomando decisiones y poniendo a prueba su
responsabilidad. Los juegos y las vivencias se estructurarán en un clima de
libertad, confianza y seguridad en el que el adulto dirige y salvaguarda
como símbolo de ley.

 Momento de relajación, interiorización, verbalización, también


llamado de despedida: en esta fase se propone a los niños que
identifiquen sus propias vivencias, las expresen y sean capaces de
comprender las de los demás.

 Ritual de salida: consistirá en el regreso al aula.

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 EJEMPLO 2
1. De preparación de los rincones de la sala.

2. De recogida, en donde el maestro ofrece las distintas posibilidades


de trabajar en los rincones.

3. De impulsividad, que sirva de desbloqueo tónico.

4. De actividad motriz espontánea, donde se desarrollarán las


capacidades corporales para resolver las situaciones motrices.

5. De juego simbólico y de construcción.

6. De análisis, en donde se trabajarán los conceptos abordados en el


aula como los colores o las formas.

7. De despedida, en donde se abandonará la actividad motriz.

8. De representación y lenguaje, en donde una vez de regreso en el


aula se intentará interiorizar los conceptos vivenciados en la sala.

Didáctica del juego motor


En el planteamiento metodológico merece una consideración especial el juego
motor, que en esta etapa educativa está llamado a estar casado con la didáctica.
En efecto, nuestra práctica de la Educación Física en la educación infantil nos
llevará a establecer una metodología educativa basada en las experiencias, en
actividades lúdicas y en juegos, y esta es la forma como se abordarán los
diferentes contenidos educativos que hemos establecido.

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Brilla con luz propia la función del juego como instrumento de desarrollo motor de
una manera lúdica, pero a la vez, y si cabe, más importante, como contexto en el
que observar las conductas motrices significativas cuyo análisis y manipulación
constituyen la verdadera esencia de la educación física, que en este nivel
educativo se confunde con la educación en general.

Sin duda, la conducta motriz integra elementos cognitivos, afectivos y motóricos, y


nos muestra al niño al desnudo, tal como es, desplegando sus extraordinarias
potencialidades de perfección, las que paulatinamente actualizará a través del
proceso de enseñanza-aprendizaje, en el que el juego, como hemos dicho, actúa
como instrumento y fin.

El juego, como actividad fundamental para el desarrollo del niño:

Como elemento esencial en la socialización del niño (Zúgaro).


Como reflejo de la vida interior del niño [...] originando gozo, placer, satisfacción
consigo mismo (Froebel).
El juego contiene por sí solo todas las posibilidades de transición entre la
imaginación creadora y el hacer constructivo, estableciendo la continuidad en el
niño entre el juego y el trabajo (Piaget).

Las situaciones de aprendizaje deben estar integradas con elementos lúdicos,


pues el juego es la forma más natural de aprender. En definitiva, es la primera
actividad creadora del niño: la imaginación que nace y se desarrolla en el juego y
viene a desembocar en la creatividad. Su práctica contribuye al desarrollo social y
afectivo de la personalidad y fomenta la adquisición de actitudes, valores y
normas, a la vez que es el medio ideal para la adquisición de habilidades
corporales, como son la percepción auditiva, la orientación espacial, la percepción
de formas espaciales, la expresión corporal, la motricidad fina, etcétera.

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El juego motor será el principal medio para alcanzar los logros motores, ya que en
él se concilian acción, pensamiento y lenguaje (Bruner), acción, símbolo y regla
(Piaget) e integración. Porque el juego permite construir de manera integral
funciones tan importantes como el tono, el equilibrio, la lateralidad y las conductas
perceptivo-motrices, a la vez que conocer y adaptarse al medio físico y social.

Fundamentalmente, se compartirán actividades donde se planteen ambientes


motrices dejando a los niños jugar en libertad creativa, donde el maestro actuará
como animador y se plantearán situaciones motrices abiertas a la exploración y el
descubrimiento guiado, y se dictarán consignas abiertas a la interpretación
personal de los niños, se presentarán tareas semi definidas que puedan precisar y
se harán propuestas de juegos. Lo que se pretende es estimular los
comportamientos sensorio-motores, mejorar las habilidades motrices, potenciar el
componente cognitivo y la adquisición de las tareas, y posibilitar los
comportamientos afectivos y relacionales.

Se tratará en cada sesión de ajustar el trabajo a la madurez de los niños y al


proceso de aprendizaje; se facilitará su desenvolvimiento en juegos de dimensión
social, favoreciendo su relación con el mundo de los objetos, el espacio y el
tiempo, donde el docente actuará como animador que planifica y prepara
convenientemente las sesiones, proponiendo en cada sesión los objetivos,
contenidos y actividades precisas; observará y estará pendiente de intervenir y de
ayudar; propondrá espacios estructurados que favorezcan la actividad, espacios
naturales o montajes confeccionados con diferentes objetos y aparatos de los que
pueda disponer en su centro; otorgará seguridad, y hará evolucionar el trabajo
sugiriendo actividades dinámicas, y orientará otras acciones mediante su
incorporación al juego, o modificando las situaciones lúdicas o los montajes.

23
Concreción práctica de educación motriz en dibujos y animada

Las propuestas motrices que se realizan para los jardines de infancia o escuelas
infantiles, y colegios de infantil y primaria están dirigidas al desarrollo general o
mejora de los factores perceptivos, motores, físico motores y afectivo-relacionales
que componen integralmente al niño; de ahí que nuestra intervención desde la
educación física esté destinada al completo desarrollo, al desarrollo armónico y
equilibrado de los aspectos constitutivos de la personalidad infantil. El compromiso
es con la multiplicidad de vertientes y significados de una misma actividad.

Dentro de las finalidades, cada una de las unidades didácticas y sesiones de


trabajo tendrán en cuenta la unicidad global del niño, por lo que el diseño y la
adaptación de los espacios deben de favorecer:

 La intención educativa, la construcción de la identidad y afirmación del yo,


el desarrollo de la autoestima, las actitudes y comportamientos positivos,
las relaciones satisfactorias con el entorno físico y social, la conjunción
armoniosa de la individualidad y la socialización.

 La adquisición del dominio y el control del cuerpo, la realización de juegos y


movimientos naturales, la mejora de la coordinación y el equilibrio, el
desarrollo de la condición física, y el enriquecimiento del comportamiento
motor y de la eficacia corporal.

 La percepción del propio cuerpo y de la realidad exterior, la organización y


estructuración de las sensaciones recibidas, la adquisición de competencias
y la construcción de conocimientos, la expresión, la comunicación y
representación, y el desenvolvimiento en su medio físico y social.

A estos efectos, las actividades propuestas en el aula-sala de Educación Física


son una continuidad de las planteadas en el resto de la jornada, incluidas en
unidades didácticas globalizadas, lo cual significa que el desarrollo de la
motricidad está integrado con el resto de los aprendizajes. De esta manera, las

24
propuestas de educación física se presentan como «ambientes de aprendizaje» y
«espacios de acción y aventura», bajo tareas motrices con músicas y cuentos
introductorios en torno a tópicos como el mundo de los animales, las estaciones
del año, la navidad, el carnaval, un paseo por mi ciudad, el circo, los personajes
de los cuentos, etcétera.

Las paredes de la sala estarán colmadas de dibujos, murales, diseños, esquemas


de todos aquellos tópicos o centros de interés que los mismos alumnos habrán
confeccionado a lo largo de la jornada escolar; lo que supone trabajar o acomodar
las tareas motrices en dicho ámbito sobre los contextos de aprendizaje que está
trabajando en su aula. Será, por tanto, frecuente ver allí, en la sala-gimnasio, las
siluetas de dos niños (varón y mujer), que los mismos infantes, como tarea,
tendrán que componer con diferentes piezas diseñadas al efecto. En otros casos,
los pequeños tendrán que vestirse –y desvestirse– con ropas preparadas para
participar en el carnaval o tendrán que componer un muñeco de nieve con
diferentes fragmentos, tras recorrer y superar un circuito de obstáculos que simula
el bosque en primavera, la montaña, los valles, una tarde en el circo o la ciudad.

En estos espacios, que se denominan «espacios de acción y aventura», y dado el


acercamiento de los niños, en estas edades, hacia la actividad motriz, el juego o
las formas jugadas serán un elemento motivador que centrará la atención en las
actividades propuestas. Estos, pues, son los ambientes donde se trabajarán los
contenidos que propicien el desarrollo de:

 Las manipulaciones (asir, soltar, golpear, lanzar, recibir)


 Los patrones de movimiento y relacionados con la coordinación dinámica
general (rodar, gatear, andar, reptar, saltar; giros, lanzamientos, empujes,
tracciones).
 El esquema corporal (estructura global y segmentaria del cuerpo).
 La salud corporal (creación de hábitos de higiene).
 La percepción espacial (nociones de orientación y situaciones).
 La percepción temporal (ritmos, antes, después).

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 La expresividad corporal (control tónico, relajación, posibilidades
expresivas).
 La creatividad (idear ejercicios, proponer iniciativas de juego, fantasía,
imaginación, etc.).
 Las relaciones sociales (aproximarse al grupo, hacer contacto visual, dejar
y pedir objetos, agradecer, ponerse de acuerdo, compartir). En definitiva,
propiciar el desarrollo de actividades con el entorno próximo, natural, y en
espacios recreativos con los iguales y con los adultos.
 La expresión de emociones (alegría, afecto, cariño, amor, enfado, etc.).
 La mejora de la autoestima y de las habilidades sociales (disfrutar de las
relaciones con los demás, realizar y aceptar juegos que se ajusten a las
posibilidades y limitaciones personales, observar a los otros).
 La aceptación y el cumplimiento de normas (respetar límites, seguir
consignas, controlar pulsiones de gritos, risas, miedos, ruidos).

No cabe ninguna duda de que los tiempos y las personas cambian, tal como nos lo
recuerda Lewis Carroll en Alicia en el país de las maravillas, cuando la
protagonista le asegura a una oruga: «[...] por lo menos sé quién era yo cuando
me levanté esta mañana, pero me parece que debo haber cambiado varias veces
desde entonces». En efecto, porque la capacidad de transformación es una
característica del ser humano, es que los docentes no podemos empeñarnos en
reproducir modelos didácticos del pasado que, por obsoletos, estarían fuera del
contexto socio-educativo actual.
Los enfoques y las actividades que aquí se sugieren están fuertemente
relacionados con el enriquecimiento del encuentro de los niños en la escuela: el
encuentro consigo mismos, con los demás y con el entorno, a través de las
actividades motrices y el desarrollo de los sentidos.
Hemos señalado cuál es el estado del desarrollo del conocimiento de la Educación
Física en la educación infantil, de la metodología, de la práctica, y nos hemos
sumergido en conceptos más amplios con el fin de dar a conocer una teoría
global, que abarca desde la necesidad de la asignatura en esta etapa hasta la

26
funcionalidad. Muchas veces se aspira a la motricidad por sí misma, cuando
existen mecanismos sutiles que deben hacer surgir un mundo interior –que el niño
desconoce– mediante pautas no solo concretas, sino perfectamente
sistematizadas aunque no por eso rígidas. El docente debe ayudar a que ese
mundo emerja, pero desarrollando pautas de trabajo basadas en un profundo
conocimiento de los factores que afectan al cuerpo pues, será el maestro el
encargado de que los niños se interesen por el conocimiento de todo lo que forme
parte del ambiente, del contexto o del entorno.
Si un niño es agresivo, encogido o tímido, lo será en cualquier espacio, y habrá de
ser en todos los espacios que deberemos tenerlo en cuenta. Pero quizás sea en la
sala-gimnasio de educación física, al trabajar aspectos o factores afectivo-
relacionales, que podemos encontrar ese lugar adecuado y ese tiempo preciso
para operar especialmente en esa faceta de su personalidad, tratando de
mejorarla. En el mismo sentido, si un niño es impulsivo o temeroso ante
situaciones de actividad que desarrollamos en el gimnasio, hemos de encontrar
los espacios y montajes adecuados para incidir en ese aspecto con un trabajo de
factores físico-motores. De igual manera, si es despistado o se distrae con
facilidad, habrá que abordar la dificultad con un trabajo de factores perceptivo-
motores.
Es, pues, nuestra propuesta, que desde todos los espacios trabajemos
integralmente la personalidad del niño, lo que supondrá atender cada uno de los
comportamientos e incidir especialmente en cada una de sus manifestaciones. Por
lo tanto, incluso desde la planificación de las sesiones, las deberemos llevar a
cabo de tal modo que los niños en su conjunto puedan desarrollar la totalidad de
los aspectos de su personalidad. Esto implica que en los ejercicios no deben de
primar unos aspectos por encima de otros, sino que se les ha de conceder a todos
el mismo valor. Pues la práctica de la educación física conlleva la conjunción
armónica de los tres aspectos descriptos, los cuales componen la personalidad.
Sin duda, la praxis en este ámbito curricular, atravesado y complementado por la
que se desarrolla en las otras áreas, conseguirá el enriquecimiento del
equipamiento personal de los niños en todas sus capacidades, no solo en el

27
aspecto cognitivo o instrumental. Y con ello, la escuela infantil realiza su principal
aportación a la mejora de la calidad de vida de la infancia: establecer el primer
marco, diseñar la apertura a un proyecto personal de vida interesante y acorde
con lo que serán las opciones y condiciones básicas del futuro próximo. Ya que,
sin duda, el gran compromiso de la educación infantil es posibilitar que los niños
pequeños inicien su recorrido vital en mejores condiciones, con una mejor puesta
a punto de sus capacidades básicas y con un más amplio y variado registro de
experiencias, que les ponga en situación de aprender cada vez más y con mayor
satisfacción. Es nuestro deseo vehemente que, entre todos, podamos lograrlo .

28
DESARROLLO PSICOMOTOR DE 0 A 1 AÑO

Las características clave del desarrollo motor de 0 a 24 meses:

Recién nacido: Mira bien, pero sólo tiene un alcance de 15 a 20 centímetros. Esta
es la distancia entre el pecho y la cara de la madre. No puede enfocar, mira
directamente a los ojos y debemos entrar en su campo de visión. Ha desarrollado
plenamente el sentido del olfato, tiene paladar y todavía no tiene control de la
cabeza, a pesar de que ya es capaz de mover los brazos, gesticular y estirarlos.

1 mes: Es capaz de enfocar objetos a 25 cm de distancia. Aún no tiene la


persistencia del reflejo de prensión, es decir, ya no cierra los puños cuando algo le
estimula en la palma. Todos los músculos son más fuertes, por lo que se dará
cuenta de un mayor control en el posicionamiento de la cabeza y la capacidad
para conducir su movimiento, pero aún así se le cae la cabeza hacia atrás.
Consigue distinguir entre la luz y la oscuridad pero no los colores.

2 meses: Es capaz de levantar la cabeza por sí sola durante más tiempo cuando
está acostado boca abajo. Ya puede mantener la cabeza recta por un tiempo.

3 meses: Al tumbarse boca abajo ya es capaz de utilizar sus brazos como apoyo y
levantar totalmente la cabeza. Empieza a sentarse con la cabeza alineada al
cuerpo.

4 meses: Ya puede mantenerse sentado. Tiene un control completo sobre su


cabeza y lo utiliza para explorar el mundo que le rodea, mirando a ambos lados.
Tumbado de espaldas, levanta la cabeza durante varios segundos; acostado boca
abajo, comienza a subir con el apoyo de las manos y los brazos y gira la cabeza.

5 meses: Tiene cada vez mayor fuerza en las extremidades.

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6 meses: Utiliza los miembros para moverse, rodando hacia atrás y adelante.
Apoya la mayor parte de su peso en las extremidades superiores e inferiores, se
sienta con la espalda recta y sin apoyo, transfiere objetos de una mano a la otra y
tiene una mejor coordinación ojo / mano.

8 meses: Tiene más fuerza y control sobre sus movimientos musculares, que
utiliza para explorar y satisfacer su curiosidad por el mundo, lo que es más
frecuente en esta etapa.

10 meses: Se sienta sin ayuda y por su propia iniciativa. Domina algunos


movimientos finos, como las pinzas con los dedos y el pulgar, puede gatear y
caminar aferrándose a las cosas. No todos los bebés gatean, lo que no significa
que no tienen la capacidad para hacerlo.

12 meses: Comienza a caminar agarrado de la mano. Puede elegir entre


mantener, colocar o mover una caja de juguetes.

14 meses: Puede comenzar a dar sus primeros pasos y caminar distancias cortas.
En este punto, caminar se está convirtiendo en una tarea donde se encuentra más
seguro y ya está más o menos establecido, aunque todavía necesita ayuda para
levantarse.
Será capaz de pasar las páginas de un libro si ha tenido libros cerca y ha ido
practicando.

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DESARROLLO PSICOMOTOR DE 1 A 2 AÑOS
(autonomía y curiosidad)

Vigilar el correcto desarrollo de los niños es fundamental para darnos cuenta de


forma precoz de aquellos trastornos que puedan tener una repercusión en su
evolución. Tanto en lo que hace referencia a su desarrollo motor, en su
escolarización y su adaptación social.

Desarrollo psicomotor grueso


En esta edad se inicia la bipedestación (se ponen de pie). También se inicia la
deambulación (andan). Primero con ayuda y luego sin ella. Manipula los objetos
más grandes.
- Sobre los 15 meses beben de una taza.
- Sobre los 16 meses suelen caminar solos.
- A los 18 meses algunos ya corren.
- 24 meses suben y bajan escaleras.
- A partir de los 18 meses puede ayudar a desnudarse.
- No gatear o caminar de puntillas puede ser normal.
- Lanzan una pelota con la mano.

Desarrollo motor fino


- Con 12-13 meses ya toman el biberón solos.
- Empiezan a usar la cuchara y el tenedor.
- Con 15 meses los niños inician el uso del pulgar-índice. Es lo que se llama la
“pinza inteligente”.
- Hacen torres de cubos. A los 2 años ya son seis cubos los que pueden apilar.

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Si antes de los dos años usan una mano de forma preferente puede denotar un
problema motor en la mano que no usan. Hasta los dos años no se muestra la
predominancia de una mano sobre la otra.

Desarrollo visual
Los niños con 1 año ya tienen el fondo de ojo formado. Las lágrimas ya son
normales. Y las obstrucciones del lagrimal frecuentes en el primer año de vida, se
han resuelto. La agudeza visual es casi completa a partir de los 18 meses.
Ambos ojos deben recibir por igual los estímulos visuales. De esta forma se
evitará que un ojo vea mejor que el otro. Así se puede prevenir lo que se llama
“ojo vago”. Si el niño gira la cabeza o desvía un ojo al mirar debe de comentarlo
con su pediatra.
A los 15-18 meses el niño mira las ilustraciones de los cuentos con interés. Puede
reconocer los objetos de los cuentos.

Desarrollo auditivo
La capacidad de oír funciona bien al nacer. Por lo tanto, si con 1 año no responde
a los sonidos, no se gira cuando se le llama o no inicia el lenguaje, son motivos
para ir a su pediatra.
- A los 12 meses los niños ya saben el significado de muchas palabras y el
nombre de sus padres.
- A partir de los 12 meses dicen sus primeras palabras. Éstas van en aumento
hasta los 2 años.
- Entre los 15 y los 18 meses ya señala las partes de su cuerpo cuando se le
nombran.
- Y con 16 meses da los objetos que se le piden y ya identifica sonidos a distancia.

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- Con 18 meses entiende preguntas sencillas. Ya contesta con si o no y entiende
frases completas. Cuando se les lee un cuento identifican y relacionan lo que oyen
con las imágenes.

Desarrollo del lenguaje


Con 12 meses un niño dice palabras con significado como papá o mamá. Y con 13
meses órdenes sencillas como “toma" o "ven”. Con los meses van aumentando el
número de palabras. Sobre los dos años pueden decir más de 10 palabras.
Inician el “pensamiento simbólico”. Ya entienden que las palabras sustituyen a
cosas.
Se inicia el uso del “no”. Y con 18 meses combinan dos palabras o más.

Desarrollo afectivo y social


Los niños de 12 meses ya vienen cuando les llaman. Pueden ayudar a vestirse
solos con 13 meses. Juegan al escondite.
- A los 18 meses imitan a los adultos en acciones cotidianas como limpiar,
barrer…
- A los 2 años inician el juego en paralelo con otros niños, pero aun no hacen un
juego compartido.

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34
35
Bibliografía de referencia para capítulo 1

- Ajuriaguerra, J. (1978): Manual de psiquiatría infantil. Barcelona: Científico


Médica.
- Arnaiz, P. (1994): «Psicomotricidad y adaptaciones curriculares»,
en Psicomotricidad. Revista de Estudios y Experiencias en Revista
Iberoamericana de Psicomotricidad y Técnicas Corporales, n.º 1.
- Blández, J. (1994): «Una propuesta didáctica centrada en la construcción de
ambientes de aprendizaje». Actas del I Congreso Nacional de Educación Física de
Facultades de Ciencias de la Educación y XII de Escuelas de Magisterio. Sevilla.
- Bloom, B. (1967): «Importancia e influencia del primer medio ambiente y de la
primera experiencia», en R. C. Sprinthall y N. C. Sprinthall, Psicología de la
Educación. Madrid: Morata.
- Bruner, J. (1979): El desarrollo del niño. Madrid: Morata.
- Cratty, B. J. (1990): Desarrollo perceptual y motor en los niños. Barcelona:
Paidós.
- Denis, D. (1980): El cuerpo enseñado. Buenos Aires: Paidós.
- Froebel, F. W. (1913): La educación del hombre. Madrid.
- Gallahue, D. y McClenaghan, B. (1985): Movimientos fundamentales. Buenos
Aires: Panamericana.
- Gesell, A. (1958): Psicología evolutiva de 1 a 16 años, vol. II. Buenos Aires:
Paidós.
- Guilmain, E. y Guilmain G. (1981): Evolución psicomotriz desde el nacimiento a
los 12 años. Barcelona: Médica y Técnica.
- Lewis, D. (1982): Cómo potenciar el talento de su hijo. El niño hasta los 5
años. Barcelona: Martínez Roca.
- Montessori, M. (1987): El niño, el secreto de la infancia. México: Diana.
- Serulnicoff, A (1998): «Reflexiones en torno de una propuesta de trabajo con las
ciencias sociales», en 0 a 5. La educación en los primeros años, año I, n.º 3,
agosto, Buenos Aires: Ediciones Novedades Educativas

36
- Kaufmann, V. (2000): «Conocer el ambiente. Una propuesta para las ciencias
sociales y naturales en el nivel inicial» en A. Malajovich, (coord.), Recorridos
didácticos en la educación inicial. Buenos Aires: Paidós.
- Vayer, P. (1973): El niño frente al mundo. Barcelona: Científico Médica.
- Vygotsky, L. S. (1979): El desarrollo de los procesos psicológicos
superiores. Barcelona: Crítica.
- Zúgaro, R. E. (1992): Guía para la enseñanza de las danzas folklóricas en la
escuela primaria. Buenos Áires: La Obra (Información didáctica).
- Wallon, H. (1980): La evolución psicológica del niño. Barcelona: Crítica.

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CAPÍTULO 2

PSICOMOTRICIDAD Y ESTIMULACIÓN TEMPRANA

La estimulación en la educación inicial se logra mediante la repetición útil de


pequeñas sesiones que forman rutinas agradables para el bebé, lo cual le brinda
seguridad y confianza; sensaciones que potencializan su desarrollo integral.

El movimiento en el ser humano existe desde su fecundación y durante todo su


desarrollo a lo largo de la vida. Sin embargo, aunque existe un desarrollo motor, la
psicomotricidad no interviene en la etapa prenatal ni en los primeros días de
nacido, sino que se inicia cuando se forma la psique del individuo; cuando el
movimiento se realiza de manera voluntaria. Antes de esto se llama neuro-
desarrollo y es la evolución que se presenta a partir de la maduración del sistema
nervioso y de la información genética. Recordemos que la psique del niño se va

38
construyendo mediante el contacto con la madre y la interacción con los objetos y
el entorno. Por ello es muy importante la estimulación desde la vida intrauterina y,
mucho más, a partir del nacimiento.
En la etapa de educación inicial, la estimulación servirá para potencializar las
capacidades del niño. A continuación se explicará qué es la psicomotricidad para
comprender su importancia en el desarrollo humano. La palabra está compuesta
por dos vocablos: psico, que se refiere a la psique (pensamiento, emoción), y
motricidad, basada en el movimiento y el desarrollo motor. Por lo tanto, la
psicomotricidad es una disciplina que estudia e interviene en el desarrollo motor
en vinculación con el pensamiento y las emociones. El movimiento es la base de
la psicomotricidad, esto es importante para el bebé porque cada acción que realiza
tiene sentido para su desarrollo y aprendizaje. La psicomotricidad es utilizada
como una técnica que favorece el desarrollo integral del individuo. De esta
manera, existe una interacción entre el cuerpo y el entorno, entre los componentes
biológicos, cognoscitivos y psicosociales de la persona.

Patrones de movimiento

Al inicio de la vida, los movimientos de los bebés son sólo reflejos; encontramos
reflejos de supervivencia, como la succión, la prensión y la deglución; reflejos
posturales, como el de reptación (arrastrarse) y el de marcha, entre otros. Éstos se
presentan como respuestas reflejas (no existe anticipación ni planeación del
movimiento) ante un estímulo. Con el tiempo algunos reflejos desaparecen y otros
se convierten en reacciones posturales. Así, elementos como el equilibrio y los
giros corporales le darán al niño la oportunidad de llevar a cabo su actividad motriz
o desarrollo motor. El movimiento en el ser humano sigue una evolución
determinada por la genética. Los procesos de movimiento se presentan en todos

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los niños de cualquier parte del mundo y se manifiestan casi en los mismos
tiempos, aunque pueden variar según la cultura y el entorno. Un ejemplo de ello es
que en algunas comunidades se acostumbra llevar a los bebés cargados sobre la
espalda con rebozos. Esto puede posponer un poco el patrón de marcha, pero no
es algo negativo, pues favorece un mejor desarrollo en el ámbito psicosocial
gracias al contacto corporal con la madre y los estímulos auditivos y de
movimiento que lo acompañan constantemente.
Estos procesos que se presentan en los niños se llaman patrones de movimiento;
se manifiestan de manera secuenciada de acuerdo con la maduración neurológica
basada en dos leyes de desarrollo:

1. Cefalocaudal. El control progresivo del cuerpo va de la cabeza hacia la pelvis


(es decir, desde el control cefálico hasta la marcha).

2. Proximodistal. Control del tronco del cuerpo hacia los brazos y las piernas. Los
patrones de movimiento están clasificados de la siguiente forma:
2.1- Básicos: de 0 a 18 meses.
2.2- Maduros: de 18 meses a 3 años.
2.3- Manipulativos: de 3 a 6 años.
2.4- De perfeccionamiento: de 6 años en adelante.

Abordaremos los patrones básicos y maduros, que corresponden a la educación


inicial: de cero a tres años de edad.

2.1- Patrones básicos


Los patrones básicos de movimiento están relacionados con la maduración
neurológica; son nueve y cada uno tiene una secuencia de desarrollo motriz.

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1. Control cefálico. El primero en manifestarse es el control de la cabeza. Se
presenta de los cero a los tres meses de edad y se consolida aproximadamente en
el tercer mes.

2. Cambio de decúbito. Se manifiesta una maduración en el cambio de postura,


pues el bebé logra pasar de una posición supina (boca arriba) a una prona (boca
abajo) y viceversa. Se presenta aproximadamente de los tres a los seis meses de
edad.

3. Posición sedente. Se presenta cuando ya hay fuerza en el tronco y el niño


logra enderezarse con una flexión de cadera, apoyándose con el hombro, el brazo
y la mano. Se desarrolla aproximadamente de los seis a los ocho meses de edad.

4. De sedente a decúbito prono. Cuando el niño logra apoyar sus palmas o


brazos manteniendo la cabeza y el tronco levantados. Se presenta de los seis a
los ocho meses.

5. Reptación o arrastre. Se manifiesta a partir del patrón anterior, pero ahora está
involucrado el movimiento de los miembros superiores (brazos) e inferiores
(piernas). Al principio, el niño mueve brazos y piernas al mismo tiempo; después
logra mover de manera alterna las cuatro extremidades. Precede al gateo y se
presenta a la edad de seis a ocho meses.

6. De sedente a cuatro puntos y gateo. Se basa en los patrones anteriores y


ocurre cuando el niño puede apoyarse en las palmas de sus manos y en sus
rodillas. Posteriormente inicia el gateo con movimientos de vaivén hacia adelante y
atrás, para finalizar con el desplazamiento. El gateo se presenta de los ocho a los
diez meses. Es importante aclarar que si un bebé se arrastra hacia atrás, no está
gateando; para que exista el gateo tiene que darse en la posición de cuatro
puntos, con dirección al frente.

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7. De posición de cuatro puntos a hincado. A medida que evoluciona el
enderezamiento del tronco, el niño va controlando la cadera y los brazos, sobre
todo la pelvis, además de que se presenta el equilibrio. Esto ocurre entre los
nueve y los once meses de edad.

8. De hincado a bipedestación. El niño logra esta posición a partir del patrón


anterior; al inicio lo hace con apoyo, tomándose de la cuna u otro mueble. Se
presenta de los diez a los doce meses.

9. De marcha. Finaliza el proceso de los patrones básicos de movimiento, debido


a la maduración del sistema nervioso a partir de la ley cefalocaudal. Se involucran
la postura, el equilibrio, el espacio, la estabilidad y la organización corporal.

2.2- Patrones maduros

Cuando el niño ha logrado ponerse en pie, su evolución motriz continúa con los
patrones maduros, que se manifiestan de los dieciocho meses a los tres años de
edad; éstos son:

1. Marcha. A partir de que el niño logra la marcha, irá perfeccionando la


direccionalidad, la intención, el equilibrio, los altos totales y la coordinación; poco a
poco podrá subir pequeñas rampas y escalones.

2. Carrera. Comienza con los intentos de dar velocidad a la marcha. Este patrón
también conlleva un proceso, pues al inicio de la carrera hay muy poco despegue
del piso e impulso y las extremidades superiores están pegadas al tronco;

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conforme evoluciona, existe un mayor impulso, despegue del piso (vuelo) y
coordinación entre los brazos.

3. Salto. Al igual que el patrón anterior, hay un proceso mediante el cual el niño va
despegando los pies del piso, primero de manera alterna y después con los pies
juntos, hasta lograr un despegue con impulso, vuelo y aterrizaje, coordinando
también sus brazos.

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ACTIVIDADES DE EXPLORACIÓN Y CONOCIMIENTO

Estas actividades están encaminadas a desarrollar los ámbitos de exploración y


conocimiento del medio, lenguaje y comunicación y personal y social del niño de
cero meses a tres años de edad.
Para realizarlas es necesario que conocer la etapa del bebé y así poder identificar
el momento apropiado para la estimulación, haciendo los ejercicios de manera
tranquila y suave.
Es importante que observes cómo responde a los estímulos cada uno de los
pequeños, con el fin de realizar los ejercicios más apropiados y verificar que los
procesos motores se presenten de manera adecuada.
Las actividades sugeridas son sólo un ejemplo de las muchas que se pueden
hacer; el principal objetivo es estimular al bebé en sus tres ámbitos de desarrollo:

a- Motriz (hacer)
b- Cognoscitivo (conocer)
c- Social (sentir)

Se presenta la relación entre estos ámbitos.


El desarrollo del niño debe ser equilibrado en sus tres ámbitos, ya que cada uno
de ellos se desarrolla en conexión con los otros.

Sesión para niños de 0 a 3 meses

Exploración y conocimiento del medio


• Acunar al bebé y ponlo en varias posiciones: de espalda, boca arriba y de frente.
• Cuando el bebé esté acostado, flexionar sus brazos para luego estirarlos de
manera muy suave hacia arriba de su cabeza.

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• Con el bebé acostado, pon tus palmas de las manos en contacto con las plantas
de sus pies para propiciar el pataleo.
• Con el bebé acostado boca arriba, traza círculos con sus piernas, como si
pedaleara una bicicleta, de manera suave y lenta.
• Enrollar una toalla o manta de manera que formes un rodillo y, sobre éste, coloca
al bebé boca abajo; sostenlo por las piernas (en forma de carretilla) y hazlo rodar
hasta que sus manos toquen el suelo.
• Colocar en las manos del bebé un aro pequeño (puede ser un aro de costura
forrado con listón) o algún otro objeto cilíndrico (como sonajero) que pueda
manipular, y ayúdarle a moverlo hacia distintas direcciones.

Lenguaje y comunicación
• Familiarizar al bebé con nuestro lenguaje: háblale mientras lo bañas, lo cambias
y lo alimentas.
• Imitar los sonidos guturales que hace el bebé, para motivarlo a hacerlos.
• Hazle gestos con la nariz, los ojos, la boca, etcétera, para que observe la
expresión de tu rostro.
• Cargar al bebé sosteniéndole la cabeza por encima de tu hombro para ampliar su
campo de visión y que pueda observar cosas diferentes.
• Colocar objetos brillantes o móviles cerca de su cuna.
• Muéstrale un objeto a la altura de sus ojos, capta su atención y mueve
lentamente el objeto de izquierda a derecha y después de arriba hacia abajo, para
que lo siga con la mirada.
• Sacudir un sonajero frente al bebé, luego dásela en la mano y ayúdale a moverla
de derecha a izquierda y de arriba hacia abajo.
• Amarrarle un listón con cascabeles en las muñecas de sus manos, para que al
escuchar el sonido le provoque moverlas. Hazlo sólo por unos minutos.

Personal y social
• Sonríele al bebé mientras lo miras a los ojos.
• Llámalo por su nombre.

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• Acariciar. Es muy importante diferenciar un lenguaje cariñoso de uno
infantilizado; con el bebé debes utilizar un lenguaje normal, nombrando las cosas
con su nombre real.
• Explícale qué le estás haciendo o qué van a hacer: lo vas a bañar, a cambiar
porque está sucio, le darás de comer, etcétera. Trata siempre de platicarle qué
está sucediendo.
• Cantarle canciones y muévelo suavemente siguiendo el ritmo.
• Arrullarlo y cantarle a la hora de dormir y en diferentes momentos.
• Cuando esté ansioso, tómalo en brazos y háblale con cariño para calmarlo.
• Cuando esté llorando porque estás lejos (por ejemplo, preparando su leche),
háblale desde donde te encuentres para tranquilizarlo.
• Permitirle que toque tu rostro (el de su madre, padre y familiares cercanos) y dile
quién eres o quién es.

Sesión para niños de 4 a 6 meses

Exploración y conocimiento del medio


• Acostar al bebé boca abajo y muéstrale objetos para captar su atención;
muévelos de izquierda a derecha y de arriba hacia bajo, para que él los siga y
mueva su cabeza.
• Cuando el bebé esté boca arriba, ayúdale a voltearse boca abajo empujando un
poco su cadera.
• Cuando el bebé esté boca abajo, muéstrale un objeto y aléjaselo un poco para
que trate de empujarse para alcanzarlo.
• Cuando no estés junto al bebé y tengas que acercarte, hazlo extendiendo tu
mano con un juguete u objeto para que también estire su mano y trate de recibirlo.
• Dale objetos o juguetes para que los tome y los tire, después muéstrale el lugar
donde han quedado los objetos.

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• Flexionar las piernas del bebé, después suéltaselas y estíraselas
completamente.
• Poner objetos en su cuna a la altura de sus pies para que pueda patearlos y
moverlos.
• Colocar al bebé boca abajo y dale soporte en las plantas de sus pies para que se
empuje hacia adelante.
• Cuando esté boca abajo, sujétalo de las piernas para que empiece a fortalecer
sus brazos.
• Cuando el bebé esté boca arriba, dale un aro para que se tome de él. Levanta el
aro poco a poco para que se vaya levantando; inicia mientras esté acostado para
que primero despegue un hombro, después el brazo y, finalmente, el antebrazo.
• Sienta al bebé, con apoyo (por ejemplo, sobre almohadas), dentro de un huacal
(caja de madera) cubierto por una manta.
• Sienta al bebé apoyándolo sobre almohadas o mantas enrolladas. Cuando esté
sentado, balancéalo de un lado hacia otro y de atrás hacia adelante, para
favorecer su equilibrio.
• Tomar al bebé por la espalda y el pecho, y álzalo a la altura de tu mirada para
que extienda sus brazos y piernas.
• Dejarlo participar en su alimentación permitiéndole que tome de su plato
pequeños trozos de comida y se los lleve a la boca; también dale la cuchara para
que vaya aprendiendo a tomarla.
• Realizar juegos en los cuales tenga que mover sus manos. Ayúdale a sentir sus
dedos: dale un suave masaje a cada uno.

Lenguaje y comunicación
• Háblale al bebé en distintos tonos de voz, según la situación, para que conozca
diferentes estados de ánimo: serio, alegre, cariñoso, etcétera.
• Permitir que tome y explore los objetos que tiene cerca.

47
• Esconder algunos objetos bajo una manta y después indícale dónde están; por
ejemplo, muéstrale una pelota, después escóndela y pregunta: “¿dónde está la
pelota?” Sácala y responde: “¡aquí está!”.
• Permitir que el bebé huela los alimentos que va a comer. Además de éstos,
ayúdalo a descubrir aromas de flores, hojas, frutas y otros elementos de la
naturaleza.
• Cuando el bebé esté boca abajo, toca una sonaja para que la busque,
cambiando el lugar desde el cual la haces sonar.
• Acuesta al bebé en mantas con diferentes texturas y déjalo que juegue
libremente con ellas.
• Hazle caricias con diferentes texturas: plumas, esponjas, toallas.
• Motivar a que deje caer algunos objetos, al tiempo que en voz alta le dices: “se
cayó la pelota, se cayó el sonajero”, según corresponda, para que descubra el
efecto de soltar las cosas.

Personal y social
• Háblale de higiene explicándole que lo vas a bañar para que esté limpio o que
debe lavarse las manos antes de comer; esto le ayudará a crear hábitos.
• Llevar al bebé a diferentes lugares para que conozca cosas nuevas; descríbele
qué es lo que ve.
 Poner al bebé frente al espejo y ayúdale a señalar a su mamá y a él mismo,
diciendo: “aquí estás tú” (también di su nombre).
• Marcar límites con el uso de la palabra no y moviendo la cabeza en señal de
negación para que aprenda su significado. Por ejemplo: “no, esto no se hace”.
• Provocar su risa haciendo gestos, cosquillas, juegos y cantando canciones.
• Repite su nombre rítmicamente.

48
Sesión para niños de 7 a 9 meses

Exploración y conocimiento del medio


• Recuesta al bebé sobre una almohada para que quede inclinado, después
muéstrale un juguete para que intente tomarlo; de esta forma se impulsará hasta
quedar sentado.
• Coloca al bebé cerca de las barandas de su cuna y muéstrale un objeto de su
agrado para que se apoye en éstas y se incorpore.
• Ponlo boca abajo sobre una manta enrollada, para que de esta manera quede en
posición de cuatro puntos, y muéstrale algún juguete para que intente moverse.
• Dale una sonaja y enséñale a pasarla de una mano a otra. Motívalo para que lo
haga.
• Enséñalo a aplaudir y anímalo a que repita el movimiento.
• Doblar una manta y pásala bajo el pecho del bebé; álzala con las manos para
que quede en posición de cuatro puntos. También puedes motivarlo a avanzar en
esta posición.
• Enseñar al bebé a sacar objetos de una caja y a volverlos a meter.
• Colocar varios objetos en el piso (pueden ser almohadas y mantas enrolladas o
dobladas) para que sirvan de obstáculos cuando el bebé esté gateando y pueda
anticipar sus movimientos.

Lenguaje y comunicación
• Enséñale con palabras y movimientos el significado de sí y no.
• En presencia del bebé, oculta un objeto con una manta y pregunta dónde está el
objeto escondido; deja que él lo descubra.
• Enséñale con pequeñas acciones la relación causa-efecto; por ejemplo,
encender la luz, la radio o un juguete. Repítelas varias veces y motiva al niño a
que él las haga.
• Amarrar un juguete a una cuerda y enséñale al bebé a acercar el juguete jalando
la cuerda. Repite esta acción varias veces e invítalo a que él lo intente.
49
• Muestra al niño diferentes animales e imita el sonido que hacen.
• Poner distintos géneros de música y baila con el bebé de acuerdo con el ritmo,
para que reconozca movimientos lentos y movimientos rápidos.
• Antes de vestir al niño, ayúdale a que toque la textura de cada prenda para
favorecer su percepción táctil.
• Motivar al bebé a repetir algunas palabras sencillas: mamá, papá, agua, etcétera.
• Enséñale el significado del saludo y la despedida por medio de movimientos con
sus manos.

Personal y social
• Permite que el bebé juegue con otros niños para que se familiarice con diferentes
personas.
• Invítalo a jugar escondidas bajo una manta diciendo el nombre de quien se
esconde, ya sea el niño, la mamá o algún otro participante.
• Llámalo por su nombre desde lejos, para que preste atención cuando lo escuche.
• Continuar con las actividades de los meses anteriores para reforzar el significado
de sí y no. Compartir tiempo con él a través del juego, los cantos, el masaje, el
arrullo, la comida y el aseo
• Continúa el aprendizaje de hábitos de higiene, ayudándole a lavarse las manos
antes de comer, cepillarse los dientes después de tomar sus alimentos, peinarse,
etc.

Sesión para niños de 10 a 12 meses

Exploración y conocimiento del medio


• Ayuda al bebé a levantarse tomándolo de las manos para que él se impulse.

50
• Dar apoyo al bebé para que inicie la marcha. Puedes pasar una manta doblada
por debajo de sus brazos y motivarlo a caminar.
• Darle oportunidad de que tome su comida y se la lleve a la boca él mismo.
• Jueguen a pasar objetos de una caja a otra.
• Ponerlo cerca de algún mueble del que se pueda apoyar para caminar alrededor;
por ejemplo, la cama, una silla, la mesa o un sillón.
• Mostrar cajas de cartón y enséñale a quitar y colocar sus tapas; después invítalo
a que lo intente solo.
• Poner su juguete favorito sobre la cama y al bebé colócalo en posición de cuatro
puntos frente a ésta, para que intente hincarse y alcanzarlo.
• Dale pequeñas cajitas o cubos de madera para que los apile. Ayúdale a que
forme una torre.

Lenguaje y comunicación
• Poner dos objetos frente al bebé y pídele que te dé uno de ellos, por ejemplo:
“dame el carro”; apoya la petición señalando el objeto para que identifique cuál es.
• Permite que el niño toque un hielo al tiempo que le dices: “es frío”; en otras
ocasiones haz lo mismo con agua tibia diciendo: “el agua está caliente”.
• Aprovechar el momento del baño para darle un cedazo, una coladera o un vaso
para que pueda atrapar diferentes objetos en el agua.
• Cuéntale cuentos antes de dormir; usa algún muñeco que narre la historia.
• Nómbrale las actividades mientras las lleva a cabo, por ejemplo: “estás
comiendo, te estás bañando, vas a dormir”, según corresponda.

Personal y social
• Estimular los gestos del bebé. Realiza diferentes gestos e invítalo a imitarlos.

51
• Enséñale a compartir caricias con los demás; por ejemplo, acaríciale la cabeza y
después ayúdale a que él acaricie la cabeza de otros
• Estimular la expresión de sus emociones, permitiéndole que abrace con suavidad
algún muñeco y trate de arrullarlo.
• Colócate frente al niño y extiende las manos cerca de las suyas para que trate de
alcanzarlas; camina hacia atrás tratando de que el bebé te siga.

Sesión para niños de 13 a 15 meses

Exploración y conocimiento del medio


• Motivar al niño a cargar objetos ligeros y transportarlos de un lugar a otro.
• Enséñale a jalar o empujar objetos ligeros.
• Invítalo a caminar con ayuda; tómalo de la mano o colócalo cerca de algún
mueble del que se pueda apoyar.
• Motivar al niño a caminar solo, mostrándole algún juguete que le guste. Debes
estar cerca para transmitirle seguridad.
• Colocar una fila de sillas separadas por una corta distancia; en la primera pon un
juguete para que lo tome; pasado un tiempo cambia ese juguete a la siguiente silla
y así sucesivamente para que el niño vaya de un lugar a otro. Después podrás
aumentar el espacio entre cada silla.
• Lanzar globos o pelotas hacia diferentes direcciones para que el niño se dirija a
ellas caminando sin ayuda.
• Colocar una manta a la mitad de la cuna, de lado a lado, a una altura adecuada,
para que el niño pueda apoyarse en ella y ponerse de pie por sí solo.
• Dale vasos de plástico de diferentes tamaños para que los encaje uno dentro de
otro.

52
Lenguaje y comunicación
• Muéstrale al niño, con ayuda de un muñeco, cómo darle besos, hacerlo caminar,
darle de comer, etcétera; pídele que él también lo haga con el muñeco.
• Deja que llene recipientes con agua o arena; pueden utilizar botellas o vasos de
plástico.
• Enséñale a guardar sus juguetes después de usarlos; pueden utilizar un canasto
o una caja.
• Dale órdenes sencillas; por ejemplo: “cierra tus ojos, abre la boca, siéntate,
aplaude, mueve tus manos”, etcétera.
• Explícale mientras lo vistes qué ropa es y cómo se llama la parte del cuerpo
donde se coloca; por ejemplo, “estos calcetines los pondremos en cada uno de tus
pies”.
• Dale objetos ligeros (como una pelota) y pídele que se la entregue a personas
conocidas para él; por ejemplo, “toma la pelota y dásela a papá”. Se puede apoyar
la indicación señalando a la persona.
• Ofrécele un juguete que llame su atención; cuando intente agarrarlo, jálalo para
que el niño tenga que caminar hasta alcanzarlo. Prémialo con un abrazo y el
juguete cuando logre el objetivo.

Personal y social
• Estimular que el bebé juegue con otros niños de su edad; es común que jueguen
de manera individual, sin embargo, lo que se pretende es que imite los juegos de
los demás niños con los que comparte el espacio.
• El niño empieza a explorar su mundo con mayor iniciativa desde que adquiere el
patrón de marcha. Es importante que vaya conociendo los límites que habrá de
respetar, por lo tanto, puedes indicarle con un no severo cuando trate de tocar o
hacer algo que no le está permitido.

53
• Cántale canciones que impliquen acciones; por ejemplo, acompaña una ronda
con palmadas, moviendo la cabeza o los pies.
• Háblale con cortesía en las conversaciones cotidianas; por ejemplo, “buenos
días, buenas noches, por favor, gracias”, etcétera.
• Ayúdale a hacer asociaciones con los objetos y situaciones; por ejemplo, a la
hora del baño dile: “vamos a bañarte, así que debemos buscar tu ropa, tu toalla, la
esponja, el jabón para limpiarte”.

Sesión para niños de 16 a 18 meses

Exploración y conocimiento del medio


• Estimular su patrón de marcha, motivándolo a caminar por diferentes espacios:
inclinaciones (rampas), caminos estrechos, entre otros.
• Realizar junto con el bebé, tomándolo de la mano, la marcha hacia varias
direcciones: adelante, atrás, a un lado, al otro, en zigzag, haciendo círculos,
etcétera.
• Permítele que camine descalzo sobre arena o cualquier otro sitio liso. Esto le
ayudará a fortalecer sus tobillos y a la sensación táctil.
• Acompañar al niño mientras empuja una pelota con un pie y camina tras ella,
tomándole la mano para que no pierda el equilibrio.
• Motívalo para que se suba sobre almohadas, como si fuesen escalones.
• Ayúdalo a subir escaleras; primero gateando y después, tomándolo de la mano,
que suba un pie y luego otro de manera alterna.
• Dale cajitas vacías de cerillos y enséñale a abrirlas y cerrarlas, ocupando las dos
manos; una para sostener la caja y otra para jalar y abrir o cerrar.
• Enséñale con canciones su esquema corporal, pidiéndole que con sus manos
toque su cabeza, hombros, piernas, etcétera.

54
Lenguaje y comunicación
• Dale órdenes más complejas; por ejemplo, “toma la pelota y dámela”.
• Cántale una canción o ronda y motívalo a participar en el canto completando o
repitiendo las frases.
• Indícale el nombre de sus prendas de vestir y pregúntale por ellas; por ejemplo,
“enséñame tus zapatos, enséñame tu pantalón”.
• Dibuja un círculo en el piso con ayuda de un gis y coloca al niño dentro y fuera
de él, diciendo al mismo tiempo que lo colocas: “estás dentro del círculo, estás
fuera del círculo”.
• Pregúntale constantemente su nombre y ayúdale a repetirlo.
• Pregúntale qué sonidos emiten los animales y motívalo a que los realice.

Personal y social
• Permítele que exprese sus sentimientos a otros miembros de la familia a través
de abrazos, besos y caricias.
• Bajo supervisión, déjalo que coma solo; apóyalo para que se lleve correctamente
el vaso con agua a la boca y dé pequeños sorbos.
• Muéstrale varias fotografías de los integrantes de la familia y señálale las
imágenes, al mismo tiempo que dices el nombre de las personas, para que él las
identifique.
• Inculca el hábito de que recoja los juguetes que ha utilizado después de jugar.
• Enséñale a peinarse y a lavarse los dientes después de comer y motívalo a que
lo realice con y sin ayuda.

55
Sesión para niños de 19 a 24 meses

Exploración y conocimiento del medio


• Invita al niño a imitar diferentes posturas de animales y a caminar como ellos; por
ejemplo, caminar en cuatro puntos como un perro o un gato.
• Dale carritos de plástico o de madera para que los empuje por diferentes lugares
(sobre rampas, pisos planos o inclinados, entre otros).
• Sobre una mesa, coloca una pelotita de papel y enséñale cómo empujarla sobre
la superficie utilizando un solo dedo; después pídele que lo haga.
• Muéstrale un libro y enséñale cómo hojearlo; después invítalo a que lo realice
solo.
• Dale crayones gruesos y permítele que haga movimientos libres sobre papel,
motivando y reconociendo sus garabatos como algo valioso.
• Motívalo a imitar diferentes movimientos; por ejemplo, agacharse, ponerse de
rodillas, en cuclillas, marchar, etcétera.

Lenguaje y comunicación
• Dale al niño un rompecabezas de tres o cuatro piezas para que lo arme; primero
ayúdalo y después permítele que lo intente solo.
• Motívalo a que trate de contar sus experiencias, ayudándolo a través de
preguntas como ¿qué te pasó?, ¿dónde?, ¿con quién estabas?, ¿qué comiste?,
etcétera.
• Si el niño pronuncia una palabra incompleta, dísela de manera correcta e invítalo
a que la repita.
• Muéstrale un títere o muñeco y juega a inventar una conversación con él.
• Explícale que hay algunos objetos que no debe tomar porque son peligrosos
para él.
• Ayúdale a distinguir objetos por su tamaño y color.
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• Ayúdale a diferenciar adentro-afuera y arriba-abajo.
• Pídele que señale cosas que están arriba, en el cielo, y cosas que están abajo,
en el piso.
• Refuerza el conocimiento de su esquema corporal, pidiéndole que señale y
nombre las partes de su cuerpo.
• Muéstrale dos objetos, cúbrelos con una manta y pregúntale: “¿qué hay abajo de
la manta?”

Personal y social
• Enséñale a decir su nombre y apellido.
• Cuéntale cuentos cortos y haz que participe imitando los movimientos y
completando frases.
• Explícale que hay situaciones que nos ponen contentos y haz gestos de alegría.
Realiza lo mismo con los sentimientos de tristeza.
• Enséñale a vestirse solo, apóyalo únicamente cuando sea necesario.
• Fomentar conductas de independencia a la hora de la comida, al vestirse, al
lavarse las manos y los dientes, entre otras.
• Muéstrale fotografías recientes de su familia y pídele que identifique a los
miembros que la conforman.
• Dale crayones y hojas para que dibuje a su familia. Después hazle preguntas
sobre qué hace cada uno de ellos.

57
Sesión para niños de 25 a 30 meses

Exploración y conocimiento del medio


• Enseña al niño a caminar de puntitas y ayúdale, sosteniéndolo de los brazos, a
que imite el movimiento.
• Pídele que camine sobre una línea recta llevando un objeto ligero en las manos.
• Pídele que dé un paso al frente y uno atrás. Repite constantemente esta
actividad para que vaya adquiriendo estas nociones espaciales.
• Muéstrale cómo saltar en un solo lugar y ayúdale a que él lo haga.
• Dale libros para que los hojee, esto le ayudará a su coordinación fina.
• Enséñale a abrir botellas de plástico con tapa de rosca.
• Muéstrale objetos ligeros y pesados para que compare su peso.

Lenguaje y comunicación
• Desarrollar en el niño la percepción del día y la noche mediante la observación
de los elementos naturales como el Sol, la Luna y las estrellas.
• Dile el color de sus prendas de vestir; por ejemplo, “te voy a poner tu pantalón
rojo”.
• Pídele algunos objetos indicando el color; por ejemplo, “por favor, dame la pelota
roja” (señalando el objeto indicado).
• Refuerza el uso del singular y plural; por ejemplo, “vamos a tomar una naranja,
vamos a repartir muchas naranjas”.
• Motívalo a que establezca una conversación con otros niños.
• Acércalo al espejo y pregúntale: “¿quién es el que se ve allí?”.
• Inicia el juego de imitación; puedes hacerlo jugando a la tiendita, a comer, a
bañarse, etcétera.

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Personal y social
• Apoya al niño en el control de esfínteres.
• Ayúdale a reconocer sus emociones diciéndole qué es lo que siente y la razón de
ello; por ejemplo, “estás triste porque papá se va, estás contento porque papá te
regaló una paleta”.

59
CONSIDERACIONES SOBRE
LA ESTIMULACIÓN PSICOMOTRIZ

En este apartado se presentan recomendaciones sobre diversos temas


relacionados con el desarrollo del bebé.

El diálogo tónico
El diálogo tónico es la primera comunicación no verbal entre madre e hijo a través
del tono muscular, es decir, la tensión activa de los músculos.
• El diálogo tónico se da piel a piel y es primordial en la comunicación entre
ambos.
• En la regulación del tono participan muchas estructuras del sistema nervioso que
tienen que ver con la afectividad.
• El diálogo tónico inicia la comunicación no verbal, que luego pasará a la verbal.

Todo lo que el bebé percibe, lo comunica de manera inconsciente (sin intención)


en su estado de ánimo a través de su tono muscular; por ejemplo, si está molesto,
su tono podrá ser rígido (hipertonía o tono alto), y si por el contrario se encuentra
triste, su tono puede ser más flácido (hipotonía o tono bajo).
La actividad tónica realiza una función muy importante en el ser humano, ya que
permite la postura y el equilibrio y prepara para el movimiento más especializado,
como caminar.

El llanto del bebé


• El llanto es la primera manifestación con la que el bebé expresa sus
necesidades; de esta forma sabemos si tiene hambre o frío, si está mojado o tiene
sueño.

60
• Es importante que no dejes llorar al bebé durante mucho tiempo, pues es posible
que ocurran problemas respiratorios y vómito.
• A veces los bebés lloran sin razón aparente, pero el llanto también les sirve como
un medio para aliviar tensiones.

Cómo cargar al bebé


• Levanta al bebé de manera suave; evita movimientos bruscos para no asustarlo
y nunca lo jales de las manos o los pies.
• Al tomarlo en brazos, le transmite seguridad, lo acompaña, le da calor y lo
protege.
• Cuando lo levantes, es importante que le sostengas su cabeza (recuerda que el
control cefálico no se logra hasta después de los tres meses).

La alimentación
• En los primeros días de vida, el lactante y la madre forman una unidad.
• Es importante que se le hable al bebé mientras lo alimenta.
• Se debe respetar el ritmo del bebé, no es recomendable despertarlo para
alimentarlo, es mejor dejarlo dormir y esperar a que él despierte para ser
alimentado.
• Para el bebé, la alimentación es un placer en el que se involucran factores como
la succión y la deglución.
• El momento de la alimentación favorece la aparición de la sonrisa como una
forma de agradecimiento, y la percepción de la madre a través de la fijación de la
mirada.

61
 El niño empieza a experimentar el día y la noche a partir de la forma en que la
se alimenta.
 El destete debe hacerse de manera definitiva, sin avisos previos ni paulatinos,
a la edad aproximada de ocho meses; a excepción de que el médico sugiera
algo distinto.

El bebé empieza a explorar también a través de la succión y el chupeteo, por lo


que debes permitirle que se lleve objetos a la boca. Es importante cuidar que sean
objetos suaves que no le lastimen las encías ni los dientes, y que estén muy
limpios; nunca hay que darle objetos pequeños que pueda tragarse porque se
podría asfixiar.

La importancia del arrullo


• Algunas investigaciones han demostrado que los niños recién nacidos responden
a la voz humana con movimientos muy pequeños, casi imperceptibles; hay
sincronía entre movimientos y palabras. Por eso es fundamental que la madre le
hable y lo arrulle.
• El contacto físico con los adultos durante el arrullo le ayuda al bebé a bajar la
tensión muscular.
• El arrullo tranquiliza al niño cuando está llorando o intranquilo.
• El arrullo es un estímulo rítmico para el bebé.

Cómo acariciar al bebé


• Todos los bebés necesitan ser tocados con cuidado y cariño.
• El contacto les ayuda como estimulación rítmica y tranquilizadora.

62
• Para iniciar el contacto corporal, la maestra debe colocarse frente al niño y
generar en ambos una buena disposición; de preferencia en un lugar tranquilo.
• Procura no tocar las ingles, las coyunturas, el contorno de los ojos, la columna
vertebral, ni los genitales, ya que son áreas delicadas.

El apego
• El apego se refiere al lazo afectivo entre el niño y la madre. Al inicio es muy
estrecho, incluso se puede decir que existe una fusión entre ambos;
posteriormente pasa a una dependencia relativa, en la cual el niño empieza a
reconocerse como un ser individual distinto de la madre; para finalizar con la
independencia, desarrollando la confianza en su entorno y en sí mismo.
• La relación que tiene la madre con su hijo le ayudará a que, cuando éste crezca,
tenga las bases necesarias para relacionarse con los demás. Es muy importante
hacer partícipe al padre y a la familia cercana; por ejemplo, los hermanos del
bebé.

Control de esfínteres
El control de esfínteres es un proceso que se da en familia, alrededor de los dos
años.
• El niño controla fácilmente sus esfínteres cuando no recibe presiones externas y
el contexto es relajado..
• Conviene que a los niños se les explique lo que hacen y a dónde va lo que
consideran parte de su cuerpo.
• El niño tratará de imitar lo que hacen los adultos, como el uso de sanitarios.

63
• Es importante enseñarle al niño conductas relacionadas con la higiene, como
lavarse las manos después de ir al baño y limpiarse de forma adecuada.

El ser humano desde su concepción está sujeto a experiencias que le permiten


aprender, dicho proceso le permite desarrollarse de una mejor manera ante el
mundo que le rodea. Aprender es un proceso que inicia en el vientre de la madre,
con los primeros estímulos que él bebe recibe del mundo exterior, al nacer el niño
es dependiente de sus padres, lo que ellos le enseñen marcará su personalidad y
su forma de desenvolverse ante la sociedad, de esta cuenta se dice que los
padres son los primeros maestros de sus hijos, en otros casos que son el reflejo
de sus padres.
La estimulación temprana juega un papel muy importante en los primeros años de
vida, porque en esta etapa se desarrollan y maduran capacidades esenciales
como: el área del lenguaje, sensorial, física y psicológica, este proceso puede
iniciarse desde los 45 días después del nacimiento con un programa adecuado de
estimulación.
Las actividades que se desarrollan con los pequeños inician con una serie de
juegos y ejercicios que se desarrollaran en un ambiente adecuado y preciso para
cada edad.
En la primera infancia, se ha logrado potenciar acciones para garantizar los
derechos de los infantes, de acuerdo al contexto en los que se desenvuelven,
tanto en el área rural, como urbana.
La estimulación temprana, se trabaja en el nivel inicial y en el nivel maternal es
por ello que es de suma importancia valorar ambos niveles e impulsarlos para que
más niños y niñas tengan acceso a esta oportunidad que fortalecerá sus cimientos
educativos.

64
Bibliografía de referencia para Capítulo 2

-Aguirre Zabaleta, J. (2005). La aventura del movimiento: el desarrollo psicomotor


de 0 a 6 años.Pamplona: Universidad Pública de Navarra.
-Arnáiz Sánchez, P.; Rabadán Martínez, M.; Vives Peñalvert, I. (2001). La
psicomotricidad en la escuela: una práctica educativa y preventiva. Málaga: Aljibe.
-Aucouturier, B. (2004). Los fantasmas de acción y la práctica
psicomotriz. Barcelona: Graó.
-Berruezo Adelantado, PP.; Lázaro Lázaro, A. (2009). Jugar por jugar. El juego en
el desarrollo psicomotor y el aprendizaje infantil. Alcalá de Guadíra, Sevilla
-Bonastre, M.; Fusté, S.(2007). Psicomotricidad y vida cotidiana (0-3
años). Barcelona: Graó.
-Collado Vazquez, S.; Pérez García, C.; Carrillo Esteban, J. (2004). Motricidad.
Fundamentos y aplicaciones. Madrid: Dykinson.
-Comellas, M J.; Perpinyà, A. (2003). Psicomotricidad en la Educación Infantil:
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-Desrosiers, P.; Tousignant, M. (2005). Psicomotricidad en el aula. Barcelona
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-Esparza, A.; Petroli, A. (2004). La psicomotricidad en el jardín de infantes: una
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lenguaje. Barcelona: Paidós Ibérica.
-Fonseca, V. (2009) Manual de observación psicomotriz. Barcelona.
-Garcia, J A.; Fernández, F. (2006). Juego y psicomotricidad. Madrid: CEPE, D.L. .
-García Nuñez, J.A.; Berruelo Adelantado, PP. (2004). Psicomotricidad y
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-Gil Madrona, P. (2003). Desarrollo psicomotor en Educación Infantil (de 0 a 6
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-Granda Vera, J.; Alemany, I. (2002). Manual de aprendizaje y desarrollo motor:
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-Gutiérrez Delgado, M. (2003). La educación psicomotriz y el juego en la edad
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65
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-Lázaro Lázaro, A. (2010). Nuevas experiencias en educación psicomotriz.
Zaragoza: Mira. 2ª edición.
-Llorca Llinares, M. (2002). La práctica psicomotriz: una propuesta educativa
mediante el cuerpo y el movimiento.Archidona (Málaga): Aljibe.
-Martín Domínguez, D. (2007). Psicomotricidad e intervención educativa. Madrid:
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-Ried, B. (2006). Juegos y ejercicios para estimular la psicomotricidad: cómo
fomentar en los niños una actitud positiva hacia el deporte. Barcelona: Oniro.
-Suárez Riaño, B. (2002). Estrategias Psicomotoras. México: Limusa Noriega
Editores.
-Zapata, O.A. (2001). La psicomotricidad y el niño en la etapa preescolar. México:
Trillas.

66
CAPÍTULO 3

FUNCIONES BÁSICAS
DE LA ESTIMULACIÓN INICIAL

Antolin, M. (2005), proporciona la importancia de las funciones de la estimulación


temprana para el desarrollo infantil.

a) La hominización: la hominización, relevante concepto recalcado por la


antropología, forma parte del principio que establece que no basta nacer de un ser
humano. Por este motivo resulta necesario que todas las potencialidades
biológicas y psicológicas que trae cada pequeño el momento en el que nace sean
estimuladas, para lograr futuras personas competentes y capaces. Esto permitirá

67
que el infante sea capaz de desenvolverse armónicamente, más allá de las
dificultades particulares que se correspondan con su propio acontecer vital.

b) La socialización: la socialización es un proceso de contacto e interacción que


los niños deben realizar respecto de las demás personas. Esta es una
construcción paulatina que permite la apropiación de las características
observadas en el entorno. Se podría decir entonces, que la educación en un
sentido amplio- siempre cumple con fines socializadores a través de la transmisión
de pautas, normas, conocimientos, códigos de lenguaje, formas de vinculación,
entre otras. Todas las interacciones personales resultan formativas para el niño.
Esto significa que siempre en sus actos, palabras y afectos, los seres humanos
tienen un efecto socializador sobre los demás, aunque no haya una intención
consciente de lograr tal fin.

c) La culturización: es un proceso que implica que el individuo en cuestión logra


atender, intenten comprender y finalmente, se apropie de las manifestaciones
culturales del grupo el que pertenece.

 Registro sensorial: alude a todas las sensaciones captadas por los


sentidos. Este es el nivel más elemental de apropiación de un objeto o
hecho cultural. Por ejemplo, ante una pintura se puede apreciar el color
o las formas; ante un poema se puede disfrutar del sonido de las
palabras, de las rimas, de las imágenes que surgen de su lectura.

 Registro psicológico: implica el surgimiento de emociones,


sentimientos y estados de ánimo ante la contemplación de objeto o del
hecho cultural. Por ejemplo, un estado de alegría ante una galería de

68
fotos de niños que están jugando, un sentimiento de tristeza ante un
relato que cuenta un hecho doloroso, entre otros.

 Registro axiológico: hace referencia a los valores que se reflejan en


un producto cultural. Estos van más allá de la experiencia sensorial que
se puede experimentar ante un objeto o un hecho cultural. Por ejemplo,
asistir a un concierto que se realiza con fines solidarios, observar un
cuadro que alude al cuidado de la naturaleza.

69
ÁREAS A ESTIMULAR EN EL NIÑO

Antolín, M. (2004), fundamenta la importancia en la estimulación temprana en el


conocimiento de las áreas que se desarrollan en el niño.

a) Área cognitiva

 La percepción: Estimular la percepción se vincula con la selección y el


reconocimiento de formas, colores, tamaños, texturas. También se relaciona con
la posibilidad de analizar y descubrir las relaciones de parte todo en los objetos
que rodean al niño.

 La inteligencia: Para estimular la inteligencia deberán seguirse los postulados


piagetianos, mediante experiencias sensoriales y motrices entre los cero y los dos
años de vida, luego entre los dos y los seis años, se deberán intensificar las
experiencias que le permitan al pequeño representar de algún modo la realidad en
la que vive.

 La atención: De forma gradual, el pequeño podrá sostener esta función durante


períodos de tiempo más largos; esto posibilitará un importante avance en su
capacidad de aprender y de apropiarse de la realidad.

 La memoria: La memoria reciente y remota deberá ser ejercitada para asegurar


un adecuado archivo de las experiencias, de modo tal que puedan ser evocadas
por el niño cada vez que resulte necesario.

 El lenguaje: El lenguaje es un instrumento indispensable para la adquisición de


nuevos conocimientos. Asimismo, posibilitar la expresión y la comunicación de
estados anímicos y de sucesos externos.

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 La comprensión: Este aspecto del área cognitiva quedará estrechamente ligado
a los procesos de pensamiento.

 El pensamiento: El pensamiento surgirá alrededor de los dos años de vida, con


el incremento del lenguaje oral. La estimulación de la capacidad de pensar
permitirá que el pequeño organice sus creencias e ideas previas acerca de la
realidad. Así podrá elaborar sus primeras argumentaciones acerca de los hechos
en los que participa o es espectador. El niño es el esta área donde absorbe todo
tipo de información es por lo mismo que los adultos deben saber cómo estimular al
niño.

 La imaginación: La imaginación de hechos que puedan acontecer en un futuro


se relaciona con el incremento de la capacidad de anticipación del niño,
indispensable para la organización de sus acciones. Se debe proporcionar al niño
material para que el desarrolle su imaginación a través del pensamiento, de la
pintura, de la memoria auditiva y la práctica.

 La fantasía: Es una facultad ligada al despliegue de la creatividad infantil. A la


edad inicial el niño es muy fantasioso y se lograr con él un desarrollo altamente
mejorado con estímulos.

b) Área afectivo-social

 La aceptación de la separación: Debe estimularse la aceptación de la


separación temporaria, que el niño debe hacer respecto de su familia, mientras
asiste a su ciclo escolar.

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 La adaptación al cambio: acontece entre la dinámica interna de la familia y la
dinámica institucional. Para adaptarse, el niño deberá adecuarse a nuevos ritmos
y rutinas diarias, debe los padres influirlos a los ambientes que los rodean para
lograr la aceptación de cambios.

 La significación de los espacios institucionales como propios: Si el niño


experimenta este aspecto, tendrá un sentimiento de pertenencia que le permitirá
vivenciar el jardín como un segundo hogar. Se toman en cuenta que de la edad
escolar el niño debe adaptarse y sentirse bien para lograr una buena adaptación a
su centro de educación escolarizado o no escolarizado.

 La expresión de emociones y estados de ánimo: El niño deberá manifestar lo


que siente de un modo cada vez más socializado.

 La paulatina autonomía: Este aspecto se refleja en las conductas de auto-


valimiento ante la resolución de pequeños conflictos, en situaciones de búsqueda
de conocimientos y más.

 Las interacciones con pares: El intercambio posibilitará el surgimiento de un


creciente proceso de socialización.

 El deseo de saber: El niño por naturaleza experimenta esta necesidad en


relación con todo lo que lo rodea. Por lo tanto, el docente deberá ayudarlo a ver, a
comprender y a organizar la realidad de acuerdo con las posibilidades madurativas
de su edad.

 La motivación: Es preciso estimular, con menor o mayor grado de exigencia, la


motivación del niño para que se aboque a diferentes clases de actividades, el niño
tiene que socializarse con juegos, trabajos de grupo e inter aulas y así se lograra
motivarlo.

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 La paulatina apropiación de valores: Debe estimularse la cooperación, la
solidaridad, la importancia de las conductas responsables y más, inculcarle al niño
además de buenos hábitos, la práctica tanto en el aula como en casa, el niño debe
mantener una conducta, en la cual la formación es un tanto adecuada como
formal, para lograr que el niño desde su primaria infancia sea formado con
principios.

c) Área psicomotriz

 La motricidad gruesa: Estimular este aspecto, admitirá la larga conquista de la


marcha, del salto, de la carrera y de otras destrezas más evolucionadas.

 El equilibrio postural: Estimular el equilibrio postural permitirá que el niño


adquiera un creciente dominio de su cuerpo en distintas situaciones.

 La motricidad fina: El niño obtendrá ciertos dominios de sus manos en la


medida en que se estimule adecuadamente su motricidad fina.

 La coordinación perceptiva motriz: Este aspecto posibilitará integrar los


registros sensoriales con el movimiento. Ello incrementará la capacidad de que el
niño dé respuestas a diferentes tipos de situaciones.

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ENFOQUE INTEGRADOR
DE LA ESTIMULACIÓN TEMPRANA

La estimulación durante la primera infancia debe adoptar un enfoque integrador de


los aportes relevantes de deferentes ciencias y disciplinas.
Este enfoque debe contemplar las necesidades del niño a estimular.
Al respecto, el psicólogo Abraham Maslow señala a una serie de necesidades
básicas de los individuos que desarrollan al máximo sus potencialidades.
Estas deben ser satisfechas en consideración al orden de prioridades
consecutivas que se detallan a continuación.

 Necesidades Fisiológicas: Cada pequeño tendrá la posibilidad de alcanzar un


sano y óptimo desarrollo fisiológico en la medida en que se encuentre en
adecuado alimento, hidratado, abrigado, higienizado y más.

 Necesidad de seguridad: Todos los niños necesitan mantener una relación


íntima, sensible y cariñosa con las personas adultas que cuidan de ellos. El
sentimiento de protección que surge a partir de esta relación los hará sentirse
seguros y resguardados de posibles peligros.

 Necesidad de amor: Los pequeños deben sentir que son amados por si mismos
y no por lo que serán. En este punto, los padres juegan un rol sumamente
importante. La satisfacción de esta necesidad posibilita en los niños la vivienda de
un estado de contención afectiva que afianza su confianza en sí mismos.

 Necesidad de autoestima: El sentirse valorado ayuda a crecerse merecedores


de las atenciones que pueden provenir de los otros. Así, un niño que ha podido
cubrir su necesidad de ser amado puede construir una fuerte imagen de si mismo.
Ella resultará fundamental a la hora de abandonar cualquier tipo de aprendizaje,
pues el sujeto se experimentará como un ser con potencialidades y posibilidades
de encarar lo nuevo.

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 Necesidad de autorrealización: Durante las necesidades anteriores se
encuentran cubiertas, es posible que el niño se dedique a explorar, descubrir y
volver a inventar la realidad. Entonces se dispondrá a desplegar sus máximos
potenciales y a disfrutar de sus logros. Esto le permitirá experimentar un profundo
sentimiento de poder, que surge del éxito alcanzado en sus propias realizaciones.
En cambio, si está dedicado a tratar de sentirse amado o a reafirmar su
autoestima, la autorrealización personal se verá interferida.

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LA EVALUACIÓN
DE LA ESTIMULACIÓN TEMPRANA

La evaluación del progreso infantil debe preceder a todo plan de estimulación,


asume que evaluar implica en el trabajo de investigación, la evaluación del avance
requiere un proceso sistemático de búsqueda.
En este marco, evaluar antes de realizar la estimulación garantiza:

 El reconocimiento de los logros y de las potencialidades del pequeño, acorde


con las características propias de la etapa que se atraviesa.

 El descubrimiento de áreas que requieran mayor atención, tiene en cuenta los


parámetros esperables en determinada etapa del desarrollo.

 La prevención de dificultades que puedan subsanarse total o parcialmente con


una intervención oportuna.

 La toma de decisiones que estén cabalmente fundamentadas.

 La posibilidad de personalizar las actividades de estimulación que se


planificaran.

 La precisión y efectividad de las intervenciones que se implementen.

 La alternativa de intentar optimizar las variables del contexto en el que se halla


inserto el pequeño.

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Bibliografía de referencia para capítulo 3

 Antolín, M. (2004) Estimulación temprana del desarrollo Infantil. Buenos Aires


Argentina.

 Antolin, M. (2005) La estimulación temprana y el desarrollo infantil. Ed Paidos .

 Armstrong, T. (2005) Inteligencias Múltiples, Editorial Norma

 Badia, J (2010) Estimulación Temprana y desarrollo infantil, Edición Laztana

 Bolaños, M. (2003), Aprendiendo a Estimular al Niño, Editorial Limisa

 Bruzzo, M. (2009) Estimulación temprana de inteligencias. Editorial Cadiex


internacional.

 León, C. (2007) Secuencias de desarrollo infantil integral. Universidad católica


Andrés Bello Caracas.

 Papalia, D. (2005) Desarrollo humano, novena edición. Universidad católica


Andrés Bello Caracas.

 Quezada, A. (2013), Estimulación Temprana en el desarrollo psicomotriz en


niños de 4 años, Editorial Educación Infantil

 Sánchez, A. (2011), Estimulación Temprana de 0 a 3 años, Edición hacer familia

 Stein, L. (2012), Estimulación Temprana, guía de actividades para niños de 0 a 2


años, segunda edición, Editorial Lea S.A.

 Stein, L. (2006) Estimulación temprana, guía de actividades para niños de hasta


dos años, Editorial Lea.

 Téllez, L. (2003), Introducción a la Estimulación Temprana, Editorial Lea

 Zuñiga, C. (2007), Estimulación Temprana. Editorial Liberti

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