Tema 3: Castilla y Aragón en la Baja Edad Media
Tema 3: Castilla y Aragón en la Baja Edad Media
Tema 3: Castilla y Aragón en la Baja Edad Media
1. Introducción
El texto describe la evolución de los reinos cristianos en la península ibérica en tres etapas principales: formación de los
reinos con expansión limitada debido a la fuerza de Al-Andalus (siglos VIII-X), expansión territorial facilitada por la
disgregación de Al-Andalus en reinos de Taifas (siglos XI-XIII), y una crisis bajomedieval con avance territorial paralizado
hasta la conquista de Granada por los Reyes Católicos (siglos XIV y XV). A lo largo de este proceso, los reinos cristianos
se unieron y compitieron entre sí, dando lugar a cinco áreas políticas distintas en la península. También se menciona la
transición de la monarquía electiva a la hereditaria, proporcionando cierta estabilidad institucional. Durante casi 800
años, estos reinos coexistieron con Al-Andalus, comerciando, intercambiando conocimientos y luchando, con la
tendencia a favor de los soberanos cristianos a medida que avanzaba el tiempo a partir del siglo XI.
2. Antecedentes. Los reinos cristianos: origen y evolución territorial
Después de la conquista musulmana de la Península Ibérica, el norte mantuvo una resistencia limitada debido a sus
habitantes y la política carolingia, pero el dominio musulmán fue absoluto hasta el siglo X. A partir del siglo XI, la tendencia
cambió y en los siguientes dos siglos (XII y XIII), los reinos cristianos del norte (Portugal, Castilla, León, Navarra y Aragón)
experimentaron una expansión imparable, dejando a Granada como último reducto musulmán hasta su conquista por los
Reyes Católicos en 1492.
a) El origen de los reinos cristianos: se remonta a la Batalla de Covadonga en 722, que marcó el inicio de la
Reconquista en la Península Ibérica. El Reino de Asturias se fundó en estas tierras y se expandió hacia el sur,
convirtiéndose en el Reino de León. La monarquía asturiana se considera heredera de la visigoda. En el este, a partir
de castillos construidos para defenderse de los ataques musulmanes, nació el Condado de Castilla. En los Pirineos,
Carlomagno estableció la Marca Hispánica, una región fronteriza de defensa contra el avance musulmán, dividida en
condados. A principios del siglo IX, los navarros y aragoneses se independizaron del dominio franco, dando lugar al Reino
de Pamplona y al Condado de Aragón. Un siglo después, los Condados Catalanes también se desligaron del poder
franco. La repoblación entre los siglos VIII y X fue esencial para consolidar el dominio cristiano en estas tierras. Se utilizó el
sistema de la presura donde esto resultó en la formación de pequeñas y medianas propiedades.
b) Avance de los reinos cristianos: A partir del siglo XI, se invierte el dominio político en la Península Ibérica con la caída
del Califato y la división de Al-Ándalus en reinos de Taifas. La fragmentación de Al-Ándalus, el pago de parias, cambios en
las tácticas militares con la expansión de la caballería pesada, cambios en el arte de la guerra con la expansión de la
caballería pesada la motivación de la "Cruzada" favorecieron el avance de los reinos cristianos. Un hecho crucial ocurrió
tras la muerte del rey navarro Sancho III el Mayor, marcando el surgimiento de los reinos de Castilla y Aragón. En la parte
occidental de la Península Ibérica, se observaron uniones y separaciones sucesivas entre los reinos de Castilla y León.
Además, se produjo un avance constante hacia el sur, destacando la conquista de Toledo por Alfonso VI en 1085 y el
surgimiento de Portugal. Durante los siglos XI y XII, se llevó a cabo la repoblación concejil en áreas entre el Duero y los
Montes de Toledo en Castilla y León, y en el valle del Ebro (cartas pueblas),
c) Consolidación de los reinos cristianos:, en él destacan los siguientes puntos:
En 1230, se logra la unificación definitiva de Castilla y León bajo una sola corona llamada Corona de Castilla. Portugal se
independizó de León en 1128 con el rey Alfonso Enríquez. En la mitad del siglo XII, los navarros forman el Reino de
Navarra. También en la mitad del siglo XII, se unen el reino de Aragón y los condados catalanes en la Corona de Aragón
bajo el reinado de Alfonso II. Esta corona se basa en una estructura dinástica, donde cada territorio conserva sus propias
leyes, instituciones, lengua y costumbres.
A partir de esta afirmación territorial, los distintos estados cristianos emprenden un avance territorial en las áreas
musulmanas peninsulares:
La reconquista del valle del Ebro, realizada en la primera mitad del siglo XII, fue una obra conjunta entre navarros y
aragoneses. La invasión almohade en la segunda mitad del siglo XII detiene temporalmente el avance cristiano, pero la
victoria en la batalla de Las Navas de Tolosa en 1212 abre una etapa definitiva de la reconquista.
A finales del siglo XIII, solo persiste como dominio musulmán el Reino Nazarí de Granada.
Las nuevas tierras conquistadas, densamente pobladas y económicamente activas, son repobladas de manera
diferenciada: Aragón permite la permanencia de los antiguos habitantes (mudéjares) al conservar su religión y costumbres
musulmanas, mientras que Castilla los expulsa al distribuir este territorio en forma de grandes latifundios a señores y
órdenes militares.
En el siglo XIII, la repoblación se caracteriza por la participación de las órdenes militares (Calatrava, Santiago, Alcántara),
que reciben extensas zonas poco pobladas y se enfocan en la explotación ganadera (predominan latifundios). La
expansión ganadera se manifiesta en 1273 con la regulación de La Mesta, una asociación de ganaderos, en su mayoría
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nobles, que reciben privilegios de Alfonso X en detrimento de los campesinos. La exportación de lana a Inglaterra se
convierte en la principal fuente de riqueza para Castilla.
3.- Conclusiones
Los primitivos núcleos de resistencia en la Cordillera Cantábrica y los Pirineos dieron lugar a la formación de los tres
reinos: Castilla, Aragón y Navarra que conformarían el estado moderno de España. El proceso de expansión de los
reinos fue largo y propició la aparición de una sociedad en guerra, multicultural, con alianzas flexibles entre reinos
cristianos y musulmanes. Al final se impuso la homogeneidad religiosa: reinado de los Reyes Católicos. A partir del siglo XI
surge la idea de cruzada que explica en parte la expansión de los reinos peninsulares más allá de las fronteras naturales.
Los diversos modelos de repoblación explicarán la estructura de la propiedad en España, pequeña y mediana propiedad
al norte del Tajo y latifundio al sur, un problema que perdurará durante siglos. Importancia del Camino de Santiago en la
repoblación de los reinos, difusión de la cultura europea y la extensión de la feudalización.
1. Introducción
A los siglos XIV y XV se les denomina Baja Edad Media, fue una etapa de crisis en toda Europa, a su vez estas crisis
ocasionaron numerosos conflictos sociales y políticos que desembocaron en rebeliones y guerras civiles. En esta
época, todos los reinos cristianos de la Península habían alcanzado unas fronteras casi definitivas y, en consecuencia, la
Reconquista podía darse por finalizada .En ese momento se consolidaron las instituciones de gobierno de cada reino.
Por otra parte, las ansias guerreras, que no eran más que afán de enriquecimiento, aún perduraban. Los castellanos
tenían una válvula de escape en Granada, mientras que la Corona de Aragón y Portugal, tuvieron que orientarse hacia el
Mediterráneo y el Atlántico respectivamente. La evolución fue desigual en Castilla y Aragón. Mientras Castilla
consiguió en el siglo XV superar las dificultades económicas y demográficas y fortalecer el poder real, a pesar de las
dificultades y las guerras civiles, la Corona de Aragón, lastrada por la profunda crisis catalana, no consiguió superar
muchas de las dificultades del siglo XIV. Se consolidaron dos modelos políticos diferentes: en Castilla una monarquía
autoritaria, en la Corona de Aragón permaneció una monarquía feudal de carácter pactista que limitaba el poder del
rey.
2. Organización política e instituciones en el reino de Castilla y en la Corona de Aragón.
Durante la Edad Media los reinos cristianos se organizaron políticamente en monarquías hereditarias que se ayudaban
para el gobierno de diversas instituciones (Cortes, audiencias, ejército…). Sin embargo, la autoridad del monarca
castellano-leonés fue mucho más fuerte que la del rey de la Corona de Aragón, que vio limitado su poder por las
Cortes.
La Corona de Castilla. Fortalecimiento de la autoridad monárquica e impulso centralizador.
En el siglo XIV el modelo político del reino de Castilla era una monarquía hereditaria y patrimonial en la que era difícil
reforzar la autoridad real ya que la nobleza presionaba para contrarrestarla. Para ello el rey intentará apoyarse en la
burguesía y la pequeña nobleza y frenar así el poder de la alta nobleza. El fortalecimiento de la autoridad monárquica y el
indudable impulso centralizador se basan en principios teóricos, pero también en el desarrollo de instituciones al
servicio de la administración central y territorial. Se reconoció el poder del monarca para hacer y cambiar las leyes y los
fueros de Castilla. La proliferación de fueros fue sustituida poco a poco por la imposición de una legislación única, el
mismo Código Alfonsino y El Fuero Real, que era un cuerpo de leyes redactado en 1254 por Alfonso X, e influido por el
Liber Iudiciorum.
Instituciones.
- Real Audiencia y Chancillería de Valladolid (1369) que dependía totalmente del monarca y funcionaba como una
especie de Tribunal Supremo en todo el reino, por encima de tribunales de señoríos y ciudades.
El Consejo Real: Se convirtió en el centro de las grandes decisiones políticas. Formaban parte de él representantes
del alto clero y nobleza así como juristas,
- Se unifican las Cortes de Castilla y León. Sus funciones quedan limitadas al juramento del nuevo rey y aprobar los
impuestos perdiendo su papel consultivo y legislativo.
- El fortalecimiento del ejército, con un cuerpo semipermanente capaz de emplear las nuevas y costosas armas
derivadas del incipiente empleo de la pólvora.
El territorio castellano-leonés se dividió en merindades gobernadas por un merino que se encargaba principalmente del
cobro de rentas y servicios. Con la expansión por el valle del Guadalquivir se crearon los adelantamientos (Andalucía y
Murcia) para velar por la seguridad de las fronteras con competencias judiciales, políticas y militares.
- En el ámbito municipal, y con el fin de controlarlo, se crean en el siglo XIV los regimientos, nombrados por el rey con
carácter vitalicio entre los miembros de la nobleza local o la alta burguesía, que sustituyen a los viejos concejos abiertos. A
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partir del siglo XV para evitar los abusos y controlar el poder municipal, el rey designó a los corregidores como
representantes permanentes de la Corona en los municipios, convirtiéndose en el agente más eficaz de la centralización
monárquica.
- La Hacienda adquirió en los siglos XIV y XV un notable desarrollo institucional con la idea de perfeccionarla para poder
hacer frente a los gastos crecientes que exigía una compleja centralización administrativa. Surgió una Contaduría
Mayor de Hacienda y una Contaduría Mayor de Cuentas y, el establecimiento de nuevos impuestos como la alcabala
(el 10% de todas las transacciones comerciales que pagaba el comprador).
La Corona de Aragón.
La estructura política de la Corona de Aragón era muy diferente a la castellana.
- En primer lugar, no fue una monarquía unitaria sino una confederación de reinos con instituciones propias y un
único soberano..
- En segundo lugar, fue una monarquía pactista en la que el rey se comprometía ante las Cortes de cada uno de sus
reinos a cumplir las leyes y a respetar sus usos y costumbres. Esta concepción contractual o pactista confería en la
práctica a la Corona de Aragón un carácter confederal y dotaba de una amplia autonomía a cada uno de los estados
que la integraban.
El origen se remonta al siglo XIII cuando Pedro III tuvo que conceder a las Cortes y los nobles el Privilegio General (1283)
por el que se comprometió a reunir periódicamente a las Cortes y pedir su consentimiento en asuntos importantes. De este
modo las Cortes de los diferentes reinos ejercieron un fuerte control sobre la monarquía y limitaron su poder
frustrando cualquier intento absolutista.
La estructura política de la Corona de Aragón refleja las peculiaridades de esta confederación de territorios (Aragón,
Cataluña, Valencia, Baleares).
+ Virreyes que representaban el poder real en aquellos territorios en los que no residía el rey.
+ Las Cortes de la Corona de Aragón tuvieron un verdadero poder legislativo, por lo que se convirtieron en un
organismo de gobierno con mayor fuerza que en Castilla. Se mantuvo la existencia separada de las Cortes catalanas,
valencianas y aragonesas. En general, las Cortes tuvieron una participación muy activa, poniendo freno al posible
desarrollo del poder absoluto del monarca.
+ Para vigilar el cumplimiento de lo aprobado en las Cortes, se creó una Diputación del General (Diputaciones), con
carácter transitorio, pero tanto en Cataluña, (Generalitat, 1359), como en Aragón (1412) y Valencia, acabaron
convirtiéndose en organismos permanentes.
+ El Justicia de Aragón, cargo exclusivo del Reino de Aragón, no existe en los otros territorios. Era un noble designado
por las Cortes y su función principal era la interpretación y defensa de los fueros de Aragón frente a cualquier pretensión
autoritaria de la monarquía. Una justicia exclusiva para resolver litigios entre la nobleza o entre la nobleza y el rey.
+ Los municipios. El poder municipal nunca estuvo bajo el dominio de la Corona.
+ La administración territorial era diferente en cada estado,
+ El rey recibía asesoramiento del Consejo Real, común para todos los reinos e integrado por representantes de cada uno
de ellos.
A pesar de todo este freno, la centralización avanzó con el establecimiento de instituciones de justicia como la Audiencia
y la reorganización de la Hacienda.
3. Conclusiones
Fortalecimiento de la autoridad real especialmente en Castilla con la difusión del Derecho Romano por medio del
Ordenamiento de Alcalá en 1348 y la creación de instituciones centralizadas. Este proceso culminará con los Reyes
Católicos.
Predominio nobiliario. Fundamentalmente con el establecimiento a finales del siglo XIV de la institución del mayorazgo
que permitía dejar indivisa el patrimonio a sus primogénitos. Asimismo su pérdida del poder político gracias a la
centralización monárquica se vino a compensar con su reforzamiento socioeconómico y tiene su mejor expresión,
especialmente en Castilla, en la creación de una densa red de señoríos nobiliarios, y en Aragón con un fortalecimiento de
sus intereses a través de los fueros.