Eutanasia y suicidio con auxulio medico - Oswaldo Cedeño
Eutanasia y suicidio con auxulio medico - Oswaldo Cedeño
Eutanasia y suicidio con auxulio medico - Oswaldo Cedeño
Eutanasia y suicidio
con auxilio médico
¿Delito o acción piadosa?
© Oswaldo Cedeño
© Fundación Editorial El perro y la rana, 2016
Centro Simón Bolívar, Torre Norte, piso 21, El Silencio,
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Diseño de la colección
Jorlenys Bernal
Carlos Zerpa
Edición
Juanibal Reyes
Corrección
Álvaro Trujillo
Diagramación
Yeibert Vivas
Oswaldo Cedeño
Serie Clásicos
Obras claves de la tradición del pensamiento humano, abarcando
la filosof ía occidental, oriental y nuestramericana.
Serie Género-s
Una tribuna abierta para el debate, la reflexión, la historia y la
expresión de la cuestión femenina, el feminismo y la diversidad
sexual.
Serie Aforemas
Entre el aforismo filosófico y lo poético, el objeto literario y el
objeto reflexivo son construidos desde un espacio alterno.
La crítica literaria, el ensayo poético y los discursos híbridos
encuentran un lugar para su expresión.
Serie Teorema
La reflexión sobre el universo, el mundo, lo material, lo
inanimado, estará dispuesta ante la mirada del público lector.
El discurso matemático, el f ísico, el biológico, el químico y demás
visiones de las ciencias materiales, concurrirán en esta serie para
mostrar sus tendencias.
Introducción
Este trabajo es el producto de reflexiones surgidas de las dife-
rentes materias o ramos cursados durante los tres semestres que
duró la formación académica del magíster en Ética y Bioética.
Entre los temas tratados estaban los dilemas bioéticos contem-
poráneos de mayor connotación internacional. Escogí para
mi trabajo el debate sobre la eutanasia y el suicidio con auxilio [7]
médico por considerar que se convertiría en un reto para mí, por
cuanto nunca estuve de acuerdo con que se apresurara la muerte
a ninguna persona bajo ninguna circunstancia. Pero el estudio de
casos me llevó a cambiar de opinión.
El trabajo se estructura en cinco capítulos. El capítulo primero
comienza con una presentación de los conceptos de autonomía,
libertad, consciencia y dignidad, según la opinión de diversos auto-
res, entre los que se cuentan Kant, Ferrater Mora, Erik Erikson,
Karl Rogers, Jean Pieaget, J. J. Rousseau y Peter Singer. En el capí-
tulo segundo paso a comentar lo referente a la enfermedad como
una limitación a la autonomía, donde, al mismo tiempo, aporto
Oswaldo Cedeño
ante la duda (en cuanto a qué aprobar o qué no, o si la gente está
o no de acuerdo, lo moral o inmoral de la situación), lo correcto,
por tratarse de aspectos que afectan a la comunidad, es la con-
sulta popular a través de encuestas, por ejemplo, o de votaciones,
estrategia a la que recurrieron algunos de los países que en la
actualidad contemplan en su legislación una ley favorable a la
eutanasia y/o el suicidio con auxilio médico.
Y si el temor es prevenir que se cometan errores en personas
vulnerables, lo conveniente es un Estado vigilante, que confíe
en sí mismo, en sus instituciones y en los representantes de esas
instituciones, pero aún así, para prevenir inconsecuencias e
inconsistencias profundice el funcionamiento de un comité de
ética y bioética a nivel nacional, que a su vez supervise la actua-
ción de diferentes comités de ética comunitarios de carácter
multidisciplinario, en los centros hospitalarios públicos y
privados, en los que se revisen los casos de acuerdo con sus carac-
terísticas individuales, a fin de tomar la decisión correcta, en el
tiempo correcto y en las personas correctas. Con todo esto, si se
llegara a dar una pendiente resbaladiza, sería en las instituciones
religiosas que perderían una buena cantidad de adeptos, y en las
empresas que producen tecnología y medicamentos, por cuanto
ya no tendrían tantas ventas y sus grandes ingresos se reducirían
[ 12 ]
[ 13 ]
Capítulo primero.
Autonomía
Este capítulo tiene como finalidad ofrecer una visión general
del concepto de autonomía según la opinión de autores relaciona-
dos con la filosofía, sociología y psicología, al igual que del sentido
de libertad, conciencia y dignidad, en diferentes contextos y
aspectos, como preámbulo a lo que será el capítulo final dedicado [ 15 ]
al debate al final de la vida. Podemos comenzar aclarando que el
concepto de autonomía se forma de dos vocablos griegos, auto,
uno mismo, y nomos, norma. Se refiere, entonces, a una legisla-
ción personal para decidir voluntariamente por qué, cuándo y
cómo actuar en determinadas circunstancias.
En el vocabulario filosófico suele expresarse, según el
Diccionario de filosofía de Ferrater Mora2 , en dos sentidos: onto-
lógico y ético. En el primero, se considera que ciertas esferas de la
2 Ferrater Mora, José, Diccionario de filosofía, Tomo I, A-K, Buenos Aires, 1964,
p. 161.
Oswaldo Cedeño
Autonomía, sí mismo y yo
La autonomía se forma como un proceso, no es algo que viene
impreso sino que se ejercita en el curso existencial. Para Erik
Erikson la autonomía se inicia en la segunda etapa de la formación
6 Papalia, Diane E., Sally Wendkos Olds, Ruth Duskin Feldman, Psicología del desa-
rrollo. De la infancia a la adolescencia, México, McGraw-Hill Interamericana,
2005, p. 231.
7 Schultz, Duane P. y Sydney Ellen Schultz, Teoría de la personalidad, México,
Thomson, 2002, p. 327; En línea: http://es.wikipedia.org/wiki/Carl_Rogers y
en http://html.rincondelvago.com/carl-rogers.html.
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Libertad
La libertad era llamada tradicionalmente “libre albedrío”, una
potestad para obrar por reflexión y elección, pero que no estaba
gobernada por la razón al estilo kantiano, sino por el apetito y el
capricho.12 La palabra libertad viene de la voz latina libertatem,
que se refiere al poder inmanente al individuo de decidir o auto-
determinarse, lo cual quiere decir que nadie puede controlar o
determinar la conducta, las ideas o las acciones de otra persona,
porque todo ser humano tiene como atributo primordial la liber-
tad.13 Sin embargo, y como vimos en el apartado anterior, en las
primeras etapas del desarrollo la persona depende de sus cuida-
dores, de modo que su actuar está determinado por las reglas que
deben cumplirse objetivamente, según el criterio de la autoridad,
pero una vez unificados sus procesos orgánicos y psicológicos
(entre los 25 y los 30 años, cuando es pleno su desarrollo psico-
lógico, glandular, hormonal)14 la persona comienza a actuar de
acuerdo con su propio criterio y juicio. Desde luego que su criterio
y juicio estará signado por los valores humanos adquiridos de las
costumbres y tradiciones de su cultura, y esto de una u otra forma
[ 20 ]
incide en su personalidad.
José Ramón Ayllón considera que cada acto humano es pro-
ducto de una decisión, en tal sentido la raíz de la libertad está en
la voluntad. “La acción voluntaria es, ante todo, una decisión inte-
rior. Esto es sumamente importante, pues significa que el hombre
privado de libertad físicamente sigue siendo libre: conserva la
11 Ibídem, p. 60.
12 Diccionario enciclopédico Larousse, Ciudad de México, Ediciones Larousse,
2006, p. 22.
13 Ibídem, p. 423.
14 Moore, Keith L., Embriología clínica. El desarrollo del ser humano, Madrid,
Elsevier, 2004, p. 2.
Eutanasia y suicidio con auxilio médico ¿Delito o acción piadosa?
19 Steinbock, Bonnie, En: Fernando Lolas, op. cit., p. 87. Lo que alude también al
principio ecológico de Daniel Callahan.
20 Hobbes, Thomas, Leviatán, Buenos Aires, Editorial La Página, 2003, p. 126.
21 Gómez-Lobo, Alfonso, Moral y bienes humanos, Santiago de Chile, Mediterráneo,
2006, p. 21.
22 Ibid.
Eutanasia y suicidio con auxilio médico ¿Delito o acción piadosa?
Conciencia
La palabra conciencia es una voz latina que traduce “conoci-
miento compartido con otro”. Según José Mirabal, la conciencia
“es la capacidad que tiene el hombre de conocer inmediatamente
sus estados o actos internos, así como su valor moral”.24 Es decir,
todo acto que el hombre realiza, así como el sistema moral que
estructura la sociedad, le es conocido a la persona a través de
su conciencia: su experiencia, estados de ánimo, sus acciones,
decisiones, lo que observa; su integridad, su solidez, honestidad, [ 23 ]
justicia y sinceridad; el darse cuenta de lo que hace, por qué y para
qué lo hace, todo eso es valorado por su consciencia.
Físicamente la conciencia se aloja en el cerebro y es parte
de las células spindles: enormes neuronas que solo existen en la
especie humana, a excepción de los grandes simios y otros pri-
mates. Sin embargo, el número en que se presentan en el cerebro
humano nos distingue de todos los demás animales. Los inves-
tigadores han descubierto que estas células están directamente
Dignidad humana
En latín, el término dignum (dignitatem) quiere decir valioso.
Es una cualidad de excelencia que confiere autoridad sobre la
propia vida y hace a la persona merecedora de respeto y de estí-
mulo para que alcance sus propios fines.31 Para los cristianos, esta
cualidad especial viene de Dios, que hizo al hombre a su ima-
gen y semejanza; para Kant es una cualidad de ser siempre fin,
29 En línea: http://www.elespectador.com/articulo162544-pacientes-estado-
vegetativo-pueden-aprender.
30 Singer, Peter, op. cit., p. 35.
31 Diccionario enciclopédico Larousse, op. cit., p. 232.
Eutanasia y suicidio con auxilio médico ¿Delito o acción piadosa?
Salud y enfermedad
La enfermedad es una alteración más o menos grave de
la salud. Es un proceso natural que ataca al cuerpo humano,
según Karl Jaspers, y el enfermo debe vencerla. El médico se une
al paciente “para enfrentar este indeseable proceso natural”. 40
Sin embargo, para saber lo que significa la enfermedad hay que
45 Suárez Clothers, Mauricio, “Vida, poder y moral en los escritos sobre Nietzsche.
Reflexión sobre fronteras”, Santiago de Chile, Edición personal, p. 1.
46 Singer, Peter, op. cit., p. 35.
Eutanasia y suicidio con auxilio médico ¿Delito o acción piadosa?
[ 37 ]
Capítulo tercero.
El consentimiento informado y la voluntad
anticipada como ejercicios autónomos
Hemos estado comentando el principio de autonomía como la
capacidad del ser humano de autodeterminarse según se lo permite
su libertad, su voluntad, su conciencia y su dignidad. El principio de
autonomía no era reconocido por la medicina tradicional o pater- [ 39 ]
nalista. De hecho aún hay médicos que prefieren no informar a sus
pacientes sobre su circunstancia clínica, con la excusa de evitarles
males mayores. Por otra parte, habría que reconocer también que
hay pacientes que prefieren no ser informados de su diagnóstico ni
de los efectos de sus tratamientos, como bien apunta Karl Jaspers:
“Lo que en principio atañe incondicionalmente a la verdad médica
es que solo demanda la verdad el enfermo capaz de soportarla y
desenvolverse con ella razonablemente”.48
El consentimiento informado
El consentimiento informado es la confirmación escrita,
libre, consciente y voluntaria de un paciente sobre lo correspon-
diente y conveniente de tratamientos y análisis con métodos
invasivos en su organismo en beneficio de su estado de salud. Este
[ 40 ]
49 http://www.rmu.urg.uy/revista/2005.art5.pdf.
Eutanasia y suicidio con auxilio médico ¿Delito o acción piadosa?
El experimento Tuskegee
Este experimento fue un estudio clínico llevado a cabo entre
1932 y 1972 en la población de Tuskegee, Alabama (Estados
Unidos), por los servicios públicos de salud norteamericanos, [ 41 ]
a cargo del doctor Taliaferro Clark, durante cuarenta años, no
siendo necesario y dañando la vida de casi cuatrocientas perso-
nas. Para este estudio fueron escogidos 399 aparceros negros,
en su mayoría analfabetos, con el fin de observar la progresión
natural de la sífilis no tratada. Uno de los graves errores come-
tidos por los investigadores médicos en el caso fue no informar
a los pacientes de su diagnóstico. Por otra parte, los engañaron
diciéndoles simplemente que tenían “mala sangre” y que podrían
recibir tratamiento médico gratuito, transporte gratuito a la
50 En línea: http://es.wikipedia.org/wiki/El_experimento_Tuskegee.
51 En línea: http://www.sideme.org/doctrina/articulos/ci-ravf.pdf.
Oswaldo Cedeño
53 Ibídem, p. 175.
Oswaldo Cedeño
El testamento vital
Este documento es también conocido como documento de
voluntad anticipada o de instrucciones previas. Se refiere a un
texto escrito sobre instrucciones al final de la vida, los cuidados
y tratamientos, o, en caso de fallecimiento, sobre el destino del
cuerpo y los órganos, en caso de voluntad de donación, de la per-
sona firmante.55 Tiene su origen en el consentimiento informado,
aunque su antecedente legal es el testamento. Se le atribuye a un
abogado de Chicago, Luis Kutner, quien es fundador de Amnistía
Internacional. Este documento comenzó a utilizarse a partir de
[ 44 ]
56 Dworkin, Ronald, op. cit., p. 234. También citada por Peter Singer y muchos
otros autores.
57 Ibídem, pp. 252-253.
Oswaldo Cedeño
dad lleva consigo el concepto de leyes según las cuales, por medio
de algo que llamamos causa, ha de ser puesto algo, a saber: la
consecuencia”. 67
El principio de causalidad se presenta como un juicio hipo-
tético, es decir, aquel en el que la verdad o falsedad del mismo
determine la ley.74
74 Ibídem, p. 143.
75 Frey, R. G., op. cit., p. 65.
Eutanasia y suicidio con auxilio médico ¿Delito o acción piadosa?
[ 55 ]
Capítulo quinto.
Debate al final de la vida
Se trata aquí todo lo referente a la eutanasia y el suicidio con
auxilio médico, su historia y líneas de argumentación. Por otra
parte, se critican posturas como la santidad de la vida y la pen-
diente resbaladiza, y se ofrecen posibles soluciones al problema
de la diversidad de criterios en el debate al final de la vida. [ 57 ]
76 Detalles sobre esto se pueden encontrar para este trabajo en Helga Kuhse,
“Eutanasia”. En: Compendio de ética (1995), Peter Singer (editor), Madrid,
Alianza, pp. 409-416; también en Sissela Bok, “El suicidio”. En: La eutanasia
y el suicidio con auxilio médico (2002), Gerald Dworkin, R. G. Frey y Sissela
Bok, Cambridge University Press, pp. 119-122; y en Gary Stewart, William
Cuter y Timothy Deny. Preguntas sobre suicidio y eutanasia. ¿Tendrán razón?
(2000), Bogotá, Editorial Portavoz.
Oswaldo Cedeño
79 Juan Pablo II, Evangelium Vitae, Roma, Ciudad del Vaticano, Italia. Ediciones
Vaticano, 1995, p. 31.
Oswaldo Cedeño
80 Singer, Peter, “La eutanasia”. En: Compendio de ética, Kuhse Helga, Madrid,
Alianza, Cap. 25, 1995, pp. 405-406.
81 La Biblia latinoamericana, Madrid, San Pablo, 2009, pp. 256-300.
82 “Haraquiri”. Wiquipedia. La enciclopedia libre. En línea: http://es.wikipedia.
org/wiki/Haraquiri.
Eutanasia y suicidio con auxilio médico ¿Delito o acción piadosa?
Esto viene a tono con lo que se hacía en la Edad Media con los
cuerpos de los suicidas, los cuales eran enterrados en cemente-
rios particulares destinados a excomulgados y los familiares eran
condenados a pagar por ellos y sus bienes resultaban confiscados.
Posteriormente fue visto como una enfermedad psiquiátrica, con
lo cual el suicidio perdió levemente su estigma y quitó la mella a [ 61 ]
la familia del suicida, y los cuerpos de los suicidas enterrados en
cementerios comunes. Vale agregar que aún sigue habiendo casos
en los que los suicidas siguen siendo estigmatizados por la Iglesia
católica. A propósito de esto cito el suceso del pintor y poeta
Piergiorgio Welby, 85 de 60 años, que sufría de distrofia muscular
por más de cuarenta años, quedando inmovilizado totalmente.
En diciembre de 2006 rechazó públicamente recibir más tra-
tamiento, después de haber solicitado ayuda al presidente de la
83 En línea: http://es.wikipedia.org/wiki/Yukio_Mishima.
84 Moro, Thomas, op. cit., p. 169.
85 En línea: http://es.wikipedia.org/wiki/Piergiorgio_Welby.
Oswaldo Cedeño
Líneas de argumentación
Los que se oponen a la despenalización de prácticas como la
eutanasia y/o el suicidio con auxilio médico,91 se presentan bajo
89 Zuñiga, Alejandra, “Derechos del paciente y eutanasia”. Revista de Derecho Valdivia, V. 21,
n° 2, 2008, p. 111-130. En línea: http://scielo.cl/scielo.php?pid=507718-09502008000200
0058script= sci.arttext#35.
90 En línea: http://www.tsj.gov.ve/informacion/miscelanea/anteproyecto2.html.
91 Iglesia católica. “Evangelium Vitae” y “Humanae Vitae” (1995); The New York
State Task Force on Life and the Law, “When death is sought: Assisted suicide
and euthanasia in the medical context” (1994). New York. The New York State
Task Force on Life and the Law, p. XIII; Leon Cass. “Neither for love nor Money:
Eutanasia y suicidio con auxilio médico ¿Delito o acción piadosa?
why doctors must not kill” (1989). The Public Interest, n° 94; Lolas Fernando,
Callahan Daniel, Pellegrino Edmund, Castañón Adolfo, Vega Gutiérrez Javier
y Gómez-Lobo Alfonzo, entre otros.
92 Entre estos Singer Peter (todas las formas), Frey R. G., Gerald y Dworkin
Donald (menos no voluntaria ni involuntaria), Alejandro Angulo Fontinveros
(eutanasia, no el suicidio), Tooley Michael (eutanasia pasiva, no activa ni sui-
cidio) y Sissela Bok (suicidio asistido, no eutanasia; aunque preferiblemente
no, y poner énfasis en los cuidado paliativos).
93 Bok, Sissela, “Escoger la muerte y quitar la vida” En: La eutanasia y el auxilio
médico al suicidio, Gerald Dworkin, R. G. Frey y Sissela Bok, Madrid, Cam-
Oswaldo Cedeño
103 Ibídem, pp. 20-254. El juez Rehnquist era el presidente de la Corte de Missouri.
104 Ibídem, pp. 256-257-259.
105 Ibídem, pp. 20-21.
Eutanasia y suicidio con auxilio médico ¿Delito o acción piadosa?
médico, porque creen que se les pueda obligar a hacer algo que
está contra sus principios morales y éticos. Vimos cómo en el caso
de Nancy Cruzan dijeron “no nos compete a nosotros decidir”.
Pero no les compete porque no se lo permite el sistema jurídico ni
su código de ética hipocrático. Si se flexibiliza el sistema jurídico,
que de hecho tiene sus fisuras, y se actualiza el código ético, sin
el aditivo hipocrático, tal vez ayudar a morir en paz a un paciente
que sufre, termine siendo parte de su deber médico, como sugiere
Bacon, “facilitar diligentemente una suave partida de esta vida”.
En los casos siguientes vamos a ver cuál ha sido la actitud
y la conducta o el deseo de los médicos respecto a las solicitu-
des de sus pacientes y cómo la ética hipocrática se ve lesionada.
Comenzamos por presentar el caso de la doctora Geertruida
Postma106 en Holanda. Su madre había sufrido un derrame cere-
bral. Por su condición, solicitó a su hija que le ayudara a morir.
El galeno inyectó una alta dosis de morfina con el fin de aliviar
su sufrimiento en 1971. Es este el primer caso de ayuda para
morir registrado en Holanda. La doctora fue acusada por su
actuación considerada indebida, de modo que fue encarcelada.
Pero a la semana fue puesta en libertad y en observación, por
considerar que se trató de un acto de piedad.
No ha sido este el único caso, ha habido muchos como este.
[ 80 ]
Pero acá operan dos aspectos que para ella deben haber represen-
tado un gran conflicto. En primer lugar se trataba de su madre,
hay un lazo consanguíneo y un afecto fraterno entre ellas, de
modo que el sufrimiento de su madre la sensibiliza para querer
aliviarle su sufrimiento. Por otra parte, está la ética hipocrática
de no ayudar a morir al paciente aunque lo solicite. Vemos que
el dilema no es jurídico, es moral. Al final ella decide ayudar a su
madre independientemente de las consecuencias. Para ella su
acción fue la mejor y la correcta, independiente del ordenamiento
jurídico y del código hipocrático.
Sin embargo, lo que nos deja como reflexión es que ¿es nece-
sario que casos como estos ocurran en la clandestinidad? ¿No
es preferible permitir que un médico ayude a que su paciente, si
decide poner fin a su sufrimiento, antes que dejarlo morir en la
clandestinidad, con la idea de haber cometido un delito, escon-
dida, frustrada, más dolida y sufrida, cuando pudo morir tranquila
en la habitación de su casa acompañada de familiares y amigos, o
en la habitación de un hospital, sin el estigma de la culpa encima,
cuando la que sufre es ella, y cuya muerte era inminente?
Pasemos ahora a otro caso completamente distinto de valora-
ción moral entre institución educativa, médicos y tribunales. Se
trata del caso de Joseph Saikewicz, quien había vivido en institu-
ciones estatales por más de cuarenta años. Aunque tenía 67 años
de edad, su coeficiente intelectual era de diez y su edad mental de
casi tres años. Apenas lograba comunicarse por medio de gestos.
Hasta 1976 había gozado de muy buena salud cuando se le diag-
nosticó una leucemia aguda monolítica mieoloblástica, que es
invariablemente fatal. La forma de ayudar es mediante la aplica-
ción de quimioterapia, la cual tiene efectos secundarios que van
desde la leucemia hasta serias infecciones.
A petición de la Escuela estatal de Belchertown, en la que
estaba Saikewicz, el tribunal testamentario designó a un guar- [ 83 ]
dián con autoridad para tomar las decisiones en relación a la
atención y tratamientos de Joseph. El guardián, analizando la
situación de Saikewicz (que se trataba de una enfermedad incura-
ble, los efectos del tratamiento y las características intelectuales
del paciente), concluyó que lo mejor en su situación era no reci-
bir tratamiento. Debido a esto el Tribunal Supremo de Justicia de
Massachussets ratificó esta decisión el 9 de julio. Saikewicz murió
en paz el 4 de septiembre de 1976. En este caso no solo hubo
acuerdo en la observación y la decisión, sino que la respuesta fue
coherente, justa y diligente.
Ya para concluir, veamos el caso de Robinson Gómez. Este
chico, de 11 años, quien padecía, desde años atrás, una leucemia
Oswaldo Cedeño
[ 85 ]
Capítulo sexto.
La pendiente resbaladiza
Con este apartado vamos a concluir el contenido de esta tesis.
Y cerramos con este texto por tratarse de uno de los argumen-
tos de mayor aplicación en los que se oponen a la aprobación de
una legislación favorable a la eutanasia y al suicidio con auxilio
médico.111 Sus promotores consideran que dar el paso A (apro- [ 87 ]
bar la eutanasia o el suicidio con auxilio médico) conducirá
irremediablemente al paso B (de uno de ambos, o a la aplicación
indiscriminada de la eutanasia pasiva, no voluntaria e invo-
luntaria), y también al paso C (de que se evitarían los cuidados
paliativos y habría un abandono del paciente en la última fase
de la vida) y al paso D (de que se abandonaría la investigación
médica, se perdería la motivación, lo cual impediría el descubri-
miento imprevisto de nuevos medicamentos para salvar vidas,
además de que disminuiría el presupuesto para medicamentos, se
111 Iglesia católica y el New York State Task Force, John Arras, entre otros.
Oswaldo Cedeño
112 Como dice Frey, que casi siempre van acompañadas de un pesimismo grande;
ellos, los catastrofistas, consideran que fracasarán todas las garantías posibles
para impedir los siguientes pasos. En: Frey, R. G. “Distintos tipos de muerte”.
La eutanasia y el auxilio médico al suicidio, Gerald Dworkin, R. G. Frey y Sis-
sela Bok, Cambridge Univesity Press, 2000, p. 70.
113 Frey, R. G., op. cit., p. 88.
114 Vega Gutiérrez, Javier, La pendiente resbaladiza en la eutanasia. Una valoración
moral, tesis doctoral dirigida por el profesor Iñigo Ortega Larrea, Roma. Univer-
sidad Pontificia de Santa Cruz, 2007.
Eutanasia y suicidio con auxilio médico ¿Delito o acción piadosa?
115 Según reportaje de Fox News del 28 de julio, donde se enumeran 46 casos de
personas que requirieron suicidio en 2007; según el Health Day Ofice, donde
se denuncia que no hubo evaluación psicológica, por ejemplo.
Oswaldo Cedeño
120 Thomson, Judith, “Una defensa del aborto”. En: Debate sobre el aborto. Cinco
ensayos de filosofía moral (s/f). John Finnis, Judith Thomson, Michael Tooley,
et al., Madrid, Cátedra, p. 19.
Oswaldo Cedeño
darle los medios para que muera”,121 como bien apunta Frey, por-
que en el fondo es más cruel que ayudarlo a morir en paz.
Si se penaliza el suicidio y la eutanasia, pero se legalizan
formas de suicidio y eutanasia como el rechazo de tratamiento,
alimentación, hidratación o los instrumentos que mantienen
con vida a ciertos pacientes, como el respirador o los tubos de
alimentación; además inyectar morfina u otras sustancias leta-
les con el fin de aliviar el dolor, sin querer ocasionar la muerte
del paciente (supuestamente), ¿no suena esto algo incoherente
e hipócrita? “Ah, pero es que eso no es eutanasia ni suicidio”
dirían algunos. ¿Y cómo se le llama entonces a retirar los apara-
tos cuando quien actúa es un tercero? En este acto hay una clara
intención de ayudar a morir, como bien lo apuntan Dworkin,
Singer y Frey. ¿Y cómo se llama la negación de recibir más tra-
tamiento, alimentación e hidratación?, para mí eso es suicidio
como fue aclarado en los apartados iniciales.
De modo que no solo existe un derecho moral para hacerlo,
sino un derecho jurídico, solo que mal o convenientemente dise-
ñado para ciertos aspectos que no son llamados por su nombre,
y que requieren de ser revisados para que todos los pacientes
tengan el mismo derecho para actuar al final de su vida según su
necesidad, mejores intereses, libertad y autonomía. Hay quienes
[ 94 ]
121 Frey, R. G., “Distintos tipos de muerte” En: La eutanasia y el auxilio médico al
suicidio, Gerald Dworkin, R. G. Frey y Sissela Bok, Madrid, Cambridge Uni-
versity Press, 2000, p. 64.
Eutanasia y suicidio con auxilio médico ¿Delito o acción piadosa?
http://scielo.cl/scielo.php?pid=507718-095020080002000058script=sci.
arttext#35.
http://web.iese.edu/Rtermes/acer/acer14.htm.
http://www.elespectador.com/articulo162544-pacientes-estado-vege-
tativo-pueden- aprender.
http://www.rmu.urg.uy/revista/2005.art5.pdf.
http://www.sideme.org/doctrina/articulos/ci-ravf.pdf.
http://www.tsj.gov.ve/informacion/miscelanea/anteproyecto2.html.
[ 102 ]
Índice
Introducción 7
Epílogo 93
Bibliograf ía 97
Versión Digital
enero de 2016
Caracas, Venezuela.