ENSAYO- SALUD PÚBLICA-1

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CARRERA

Medicina

MATERIA
Salud pública

DOCENTE
D r . José Cedeño Orejuela

NIVEL
Segundo nivel “ B”

TEMA
Ecología

NOMBRE
Mariela Alejandra Perero
Pincay
LA RELACIÓN ENTRE ECOLOGÍA Y CULTURA EN LA PROTECCIÓN DEL MEDIO

AMBIENTE.

INTRODUCCIÓN

“La salud de la Tierra está en su punto más crítico, y cada acción que tomemos ahora determinará

el destino de las futuras generaciones”

En los últimos años, el planeta ha experimentado cambios ambientales sin precedentes.

Los efectos del cambio climático y la pérdida de biodiversidad son cada vez más evidentes desde

olas de calor extremas hasta especies en peligro de extinción.

Por otro lado, la relación entre ecología y cultura desempeña un papel fundamental en la

protección del medio ambiente. Mientras que la ecología se enfoca en el estudio de los

ecosistemas y las interacciones entre los seres vivos y su entorno, la cultura influye en las

percepciones, valores y comportamientos humanos frente a la naturaleza.

Asimismo, a lo largo de la historia, las comunidades han desarrollado prácticas culturales

que reflejan su conexión con el medio ambiente, desde rituales de respeto a la tierra hasta

técnicas sostenibles de uso de recursos naturales. Sin embargo, en la era moderna, el

distanciamiento cultural de la naturaleza ha contribuido al deterioro ambiental.

Finalmente, este ensayo analizará cómo las acciones humanas han acelerado estas crisis

ambientales y qué soluciones pueden implementarse para garantizar un equilibrio ecológico

sostenible.
DESARROLLO

ECOLOGÍA

El término "ecología" proviene de las palabras griegas oikos (casa) y logos (estudio,

tratado). Es decir, la ecología se dedica al estudio de los organismos vivos dentro de su "propia

casa", es decir, el entorno en el que habitan y desarrollan sus funciones vitales. Si observamos

la naturaleza que nos rodea, podemos notar que el medio ambiente de cada ser vivo es

increíblemente complejo. Hay una serie de factores físicos que determinan las características del

entorno, como la temperatura, la humedad, la luz y la salinidad. Además, cada organismo está

constantemente en contacto con otras especies, ya sea para alimentarse, ser alimento, o por

otras interacciones como parásitos o depredadores.

La ecología se enfoca precisamente en estudiar estos aspectos biológicos: las relaciones

entre los seres vivos y su entorno. Con ello, busca comprender cómo estas interacciones influyen

en aspectos como la abundancia, la distribución y la diversidad de los organismos en la

naturaleza. En cuanto a la relación entre ecología y cultura se manifiesta de manera profunda en

las prácticas humanas que buscan interactuar de forma sostenible con el entorno:

“Modernamente se acepta que la ecología estudia en particular las relaciones dinámicas entre

las diferentes fuerzas que actúan en las comunidades de seres vivos. Va más allá de la simple

descripción del hábitat y de los habitantes” (Curbelo, 2004, pág. 53).

ECOLOGÍA Y MEDIO AMBIENTE

La ecología, como disciplina moderna, trasciende la simple descripción de los hábitats y

de las especies que los habitan para centrarse en las dinámicas complejas que determinan las

interacciones entre los seres vivos y su entorno. Este enfoque permite entender cómo factores

como la competencia, la depredación, la cooperación y las condiciones ambientales influyen en

el equilibrio de los ecosistemas. Por ejemplo, al analizar las cadenas tróficas, se puede observar
cómo la ausencia de un depredador clave puede provocar una serie de cambios en cadena que

impactan a toda la comunidad ecológica.

De esta manera, la ecología no solo describe, sino que también analiza y predice cómo

los cambios en una parte del sistema pueden alterar todo el conjunto, lo que es crucial para

diseñar estrategias de conservación y manejo sostenible de los recursos naturales.

“La ética ambiental se enfoca en la responsabilidad humana hacia el entorno,

especialmente debido al abuso de los recursos naturales en la actualidad. Esta relación ha

causado impactos graves en el medio ambiente y en la vida humana” (Lamas & Rosales, 2024,

págs. 289-327). Desde épocas remotas, las sociedades han adaptado su forma de vida según

los recursos y las condiciones de los ecosistemas que habitaban. Por ejemplo, los pueblos

indígenas han acumulado un vasto conocimiento ecológico que les ha permitido utilizar los

recursos de manera sostenible, respetando los ciclos naturales y preservando la biodiversidad.

Este vínculo evidencia cómo la cultura ha sido influenciada por la ecología, resaltando la

importancia de mantener un equilibrio entre ambas para garantizar la supervivencia humana.

Con la llegada de la modernidad y el crecimiento acelerado de las ciudades, muchas culturas

comenzaron a priorizar un modelo de desarrollo basado en la explotación intensiva de los

recursos, lo que ha generado una desconexión con la naturaleza. No obstante, en los últimos

años, se han recuperado prácticas culturales sostenibles como la agroecología y el uso de

conocimientos ancestrales que integran principios ecológicos en actividades cotidianas,

promoviendo una relación más respetuosa con el medio ambiente.

Por otro lado, “La ética ambiental también trata de una perspectiva racional de los

problemas morales que conciernen al medio ambiente y que tienen cada vez más relevancia”

(Pabón & Pabón, 2015). La ética ambiental exige una transformación profunda en nuestra forma

de pensar y actuar, promoviendo una visión en la que el ser humano se considere parte integral
del medio ambiente y no un ente separado. Reaccionar de manera oportuna y colectiva frente a

los problemas ambientales es esencial para evitar consecuencias irreversibles que afecten la

vida en el planeta.

Asimismo, “La presencia actual de la ecología se ha acentuado a raíz de que los seres

humanos empezamos a tomar conciencia de que estamos provocando daños irreparables a los

ecosistemas naturales, al utilizarlos para producir los bienes necesarios para nuestra

subsistencia” (Carabias, Meave, & Valverde, 2009). La inquietud sobre el futuro de la humanidad

ha empezado a expandirse no solo entre biólogos y otros científicos, sino también entre políticos,

empresarios y la sociedad en general. Una de las áreas del conocimiento que puede proporcionar

algunas soluciones a la crisis ambiental es la ecología, ya que se enfoca en el equilibrio de los

ecosistemas y en el papel fundamental de cada especie en el funcionamiento de la naturaleza.

LA CRISIS GLOBAL

“Tras la pandemia a causa del COVID-19, el planeta enfrentó cifras de mortalidad

considerables. El riesgo recrudecía con la contaminación ambiental, pues a mayor contaminación

del aire, mayor era el riesgo de desarrollar la enfermedad y mayor la mortalidad” (Rodríguez,

2024). La conciencia ambiental de una persona se desarrolla cuando logra entender el entorno

en el que vive, lo que lleva a una transformación en su actitud, comportamiento y valores,

basados en ese entendimiento.

En este sentido, utilizar estrategias de comprensión lectora resulta muy útil, ya que leer

un texto no se limita a decodificar palabras; la verdadera significación de leer es mucho más

profunda y abarca todo el proceso de interpretar un mensaje. Este proceso implica varios

factores, como disponer de un vocabulario adecuado, tener conocimiento sobre el tema,

influencias fisiológicas y biológicas, aspectos psicológicos, la experiencia adquirida y el nivel de

madurez, entre otros.


“Los problemas que conlleva el cambio climático en el mundo no han desaparecido y

se aprecia una grave desvinculación del ser humano con la naturaleza que propició su

emergencia” (Castro & Leal, 2023). A lo largo de los años, se han presenciado diversas iniciativas

para la protección y conservación del medio ambiente, muchas de ellas probablemente bien

intencionadas, pero que no han logrado superar sus propios límites. Estas propuestas no se han

concretado de manera efectiva y, en algunos casos, cuando han tenido algún impacto, solo han

aliviado temporalmente ciertos problemas que luego resurgen con mayor fuerza e intensidad.

“La humanidad afronta un momento histórico de transformaciones graves y cada vez más

aceleradas, con fuertes problemas de desarrollo, la amenaza de un cambio climático que ya ha

comenzado, y un desigual acceso a los recursos” (Raquejo & Parreño, 2015). La humanidad

atraviesa un momento histórico sin precedentes, caracterizado por transformaciones cada vez

más rápidas, impulsadas por factores económicos, tecnológicos y sociales. Sin embargo, estos

cambios no han sido acompañados por un desarrollo equitativo y sostenible. Las desigualdades

en el acceso a los recursos han generado una brecha entre distintos grupos humanos, lo que

limita las oportunidades para millones de personas y acrecienta la injusticia social y económica

a nivel global.

CONCLUSIONES

Finalmente, la ecología es una disciplina fundamental que estudia las relaciones entre los

seres vivos y su entorno. Este enfoque permite comprender la complejidad de los ecosistemas y

cómo factores físicos y biológicos interactúan para mantener su equilibrio. No se limita a describir

el entorno, sino que analiza las dinámicas y fuerzas que rigen las comunidades de seres vivos,

ayudando a predecir los impactos de los cambios en los ecosistemas.

Históricamente, las prácticas humanas han estado profundamente vinculadas al

conocimiento ecológico, especialmente en las culturas indígenas, que han practicado formas
sostenibles de convivencia con la naturaleza. Sin embargo, con la modernidad y el desarrollo

industrial, esta relación se ha debilitado, priorizando la explotación de los recursos por encima

de la conservación.

A pesar de las iniciativas para la conservación del medio ambiente, la mayoría de las

propuestas no han sido efectivas a largo plazo. Muchas han proporcionado soluciones

temporales que no resuelven los problemas de raíz y que, en algunos casos, han permitido que

resurjan con mayor intensidad. Asimismo, la acción humana ha intensificado la transformación

del medio ambiente, generando daños irreparables en los ecosistemas. La explotación excesiva

de los recursos, la industrialización y la contaminación han alterado los ciclos naturales,

La ecología es clave para comprender las dinámicas del entorno y proponer soluciones a

los problemas ambientales. Sin embargo, se requiere un cambio profundo en los valores, las

prácticas y los sistemas económicos actuales para lograr un equilibrio sostenible entre el

desarrollo humano y la conservación del planeta. La ecología no solo describe la naturaleza, sino

que también proporciona herramientas científicas para enfrentar los desafíos ambientales

actuales. La solución a la crisis global requiere un cambio estructural en nuestra relación con el

entorno, donde el desarrollo humano esté en armonía con la naturaleza para garantizar la

supervivencia y el bienestar futuro de las próximas generaciones.


BIBLIOGRAFÍA

Referencias
Carabias, J., Meave, J., & Valverde, T. (2009). Ecología y medio ambiente en el siglo XXI. Xochimilco:
Pearson Educación.

Castro, A., & Leal, D. (2023). ¿Educación ambiental o educación para el . Revista Kawsaypacha.

Curbelo, T. (2004). Fundamentos de salud pública. La Habana: Editorial Ciencias Médicas.

Lamas, M. O., & Rosales, I. (2024). El camino de la ética ambiental a la ecología humana. Medicina y
ética, 289-327. doi:https://doi.org/10.36105/mye.2024v35n2.01

Pabón, O., & Pabón, Y. (2015). La ética ambiental: evolución, acuerdos y desacuerdos entre. Revista
TEMAS.

Raquejo, T., & Parreño, J. M. (2015). Arte y ecología. Madrid: Editorial UNED.

Rodríguez, S. N. (2024). El desarrollo de la conciencia ambiental en la didáctica del sistema educativo.


Revista Kawsaypacha: Sociedad y Medio Ambiente.
doi:https://doi.org/10.18800/kawsaypacha.202401.a010

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