Roberto A. Pérez - El Desarrollo de la Conciencia
Roberto A. Pérez - El Desarrollo de la Conciencia
Roberto A. Pérez - El Desarrollo de la Conciencia
29/3/2016
El otro día me tropecé con un vídeo de Roberto Pérez, conferencista internacional sobre
ética, desarrollo personal, comunicación y trabajo en equipos, y valores del liderazgo
integral, en el que hablaba sobre los niveles de conciencia. A través de su faceta como
antropólogo y estudioso de culturas comparadas, ha investigado qué visión común global
hay sobre el desarrollo de la conciencia o niveles de espiritualidad. En este vídeo describe
estos niveles, pero a continuación, haré un resumen del mismo.
Para las personas del nivel Alterado de conciencia prima la cantidad por encima de
todo. El sentido de valor está en función de lo que se posee, ya sean objetos,
sentimientos o conocimiento. El hacer y el tener es lo más importante. Cuanto más
tengo, más alto estoy en la jerarquía. Viven divididos interiormente por este acumular en
una sola área y dedicar toda su energía al exterior, dependiente del afuera. Puede que
uno tenga una gran capacidad de acción, pero no tiene espacio interior para lograr una
unidad con el sentir y el pensar. Hizo mucho, pero no hizo bien. O puede que alguien
estudie muchos cursos, pero al gastar toda su energía en acumular y no aplicar, sabe
mucho, pero este conocimiento no le hace bien. O hay gente que vive en un torbellino
emocional, y sin embargo, esto no les sirve para conocerse mejor ni para actuar.
En este nivel el otro es visto como un rival, un enemigo. Cuando te enfrentas al otro es
cuestión de ganar o perder, así que uno vive a la defensiva y cuidando lo suyo. De esta
manera se establece una conciencia individualista, hasta tal punto de que no se siente
responsable de la consecuencia de sus actos. Si el otro no se supo defender, es su
problema. No piensa en el bien común, sino en el beneficio propio.
Para las personas en este nivel, la intensidad es sinónimo de velocidad. Vive corriendo
y siente que un día ha sido intenso cuando ha logrado hacer muchas cosas. Su
atención está tan centrada en lo inmediato, que viven sin metas. Atienden lo urgente,
mientras que posterga lo importante. Todo "les pasa", y vive como si tuviese que
agarrarse o defenderse de las cosas. La vida se vive como llena de casualidades frente a
las que hay que estar atentos para aprovecharlas o defenderse. Si eres distraído, perdiste
la oportunidad.
Toda esta energía tiene su efecto sobre el cuerpo. Estas personas viven en un estado de
estrés fuerte y somatizan en el cuerpo toda esa carga, con un pH ácido y a través de
enfermedades y problemas. Su mirada está apagada. Sufren de anemia interior porque no
tienen tiempo para nutrirse. Por eso solo hablan de lo que hacen y lo que tienen.
Tampoco tienen control sobre su vida, ya que, debido a la preocupación por lo urgente,
no administran bien ni su tiempo ni su energía. Por eso, si hay un aparato que pertenece
a este nivel ese es el reloj. El tiempo es oro, y lo que importa es ganar tiempo y ganarle al
tiempo.
Es el nivel del Niño Inmaduro. Se queja de todo, quiere más, siempre está inquieto, le
cuesta disfrutar y se rige por intereses. Estas personas dicen que sí a todo, aceptando los
dictados de la sociedad consumista. Y al centrarse en el hacer y el tener, suelen también
ser muy críticos de los demás.
Cambiando de nivel
El nivel de conciencia no es algo fijo, sino que nacemos en un estado de conciencia
Ampliada, pero luego, entre los 3 y 4 años, merced al proceso de socialización, lo normal
es bajar al estado de conciencia Alterada. Allí vivimos de manera reactiva, con la mirada
en el exterior, hasta que algo nos sucede, una crisis, una enfermedad, un dolor, y
empezamos a cuestionarnos nuestra vida. En esa primera mirada hacia el interior uno
puede encontrarse con vacío y soledad.
Además, las personas en un nivel Alterado, no comprenden a aquellas en un nivel
Integrado. De hecho, piensan mal de ellas, no comprenden por qué no les importan las
mismas cosas, y las ven como pasotas o vagas, o directamente sospechosas.
Así, los primeros pasos vividos desde la coherencia del nivel Integrado pueden parecer
solitarios, se tiene la sensación de vivir contra corriente, hasta que uno va
descubriendo que hay mucha gente que también está en ese estado de conciencia.
También se puede subir del nivel Alterado al Integrado a través del deseo, es decir, por
admiración a gente que está en ese estado. Y es normal también que, cuando ya
alcanzas un estado Integrado, o incluso Ampliado, puedas caer un día por algún
acontecimiento, a un estado Alterado. Pero cuanto más afianzado estés en esos niveles,
menos tiempo estarás en los niveles inferiores, es decir, más pronto recuperas tu
equilibrio.
Una persona en el nivel de conciencia Integrada tiene una mirada cualitativa, y aunque
no desprecia la cantidad, ésta está siempre en función de la calidad. Ahora lo que
realmente importa es la propia vida y conocerse a uno mismo, para cambiar lo que
sea necesario. Hay coherencia entre el sentir, el pensar y el hacer. Ahora ser mejor es
sinónimo de ser coherente.
Al salir de los niveles densos del Alterado, la persona se sutiliza, necesita comer y
dormir menos, y el pH se hace más alcalino. Su mirada irradia luz.
La persona se rige por sus valores, en vez de por el interés. En lugar de quejarse de
lo que falta, disfruta de lo que tiene. Ya no se trata de ganar-perder, sino de dar y
recibir. Lo importante es aprender y compartir. Al otro ya no se le ve como un
competidor, sino como un compañero en la vida. Todos aprenden y crecen juntos. En
vez de vivir a la defensiva, uno trata siempre ver de qué manera puede intentar
acercarse al otro. De la conciencia individualista del Alterado, se pasa a la conciencia
comunitaria.
En este nivel uno se hace responsable de las consecuencias de sus actos. En el nivel
Alterado, si tu conducta le afecta al otro, se ve como una debilidad del otro. Pero en el
nivel Integrado, a uno le importa cómo su conducta afecta a los demás, y le importa que
todos se beneficien. Ya no importa tanto el beneficio propio, sino el bien común.
En esa mirada hacia el interior, uno empieza a pensar en su vida y qué sentido tiene.
Ahora quiere conocer sus talentos y alinearse con su misión de vida. No lo sólo le
importa ser mejor, sino también ayudar a que otros lo sean. Y empieza a compartir
desde dentro. El aparato de este nivel es la brújula, que indica el camino, la meta.
La soledad para este nivel pasa a ser una necesidad. Es una oportunidad para
reencontrarse con uno mismo, revisar lo que hay que cambiar, y mejorarse. Es el nivel de
la conciencia Madura. Ya no critica a los demás, ni da consejos, sino que se limita a
predicar con el ejemplo. Ahora, los de conciencia Alterada, esto lo pueden usar como
inspiración o pueden criticarlo, limitando y condenando, porque no lo entienden. A pesar
de todo, las personas del nivel de conciencia Integrado miran con amor a los Alterados,
porque saben lo que es estar allí.
El nivel Alterado es muy denso, y de hecho, hay una densidad que tira hacia abajo,
hacia subniveles inferiores, cuando se vive desde la incoherencia. Pero desde el
integrado, uno habita su centro, y desde ese centro, algo aspira hacia arriba, hacia el
nivel superior de conciencia. La intensidad ahora es sinónimo de profundidad. Hoy fue un
día intenso, no porque hice mucho, sino porque puse mucho amor y atención a lo que
hice.
Más allá de la coherencia, la preocupación es ser íntegro para poder ser usado como
canal. Pero no se trata de una resignación pasiva, sino de una entrega activa ante una
providencia amorosa. Uno percibe la fuerza del amor que lo sostiene todo. Ya no se es
individualista, ni siquiera comunitario, sino que se adquiere una conciencia sagrada de
la vida, en la que uno siente la unión con todos los seres vivos, en una conciencia de
red que une a todos.
Ahora la meta no es lograr nada, sino el camino mismo que se recorre. Uno se
desapega de los resultados por completo. Ahora lo que importa es estar presente, en
vez de tener o ser. Por eso aquí la intensidad es sinónimo de espiritualidad. Ser
espiritual no es mirar más arriba, sino mirar más adentro. Todo es sagrado y de lo que se
trata es hacer especial lo que uno hace. Importa la calidez, y no la cantidad, ni siquiera
la calidad. Importa que en el aquí y ahora uno sea un refugio para los que quieran
estar a tu lado. Esta persona es un imán que atrae a los demás, es una luz que emana lo
mejor de uno.
Este nivel es aún más sutil que el anterior y hay mucha alcalinidad. La soledad es aquí
una oportunidad para cargarse con la fuente. Y al tomar de aquí la energía, dejas de
tomarla de los demás. Es más, uno se convierte en la fuente de energía de los demás.
Conclusiones
Conocer, comprender, el orden y el sentido de los niveles de conciencia nos ayuda a
ubicarnos, a situarnos, y quizá a desear algo más, o al menos, afianzarnos en el nivel de
conciencia Integrada. Este nivel corresponde al que yo llamo Vivir desde el Ser, que es el
de la coherencia y en donde uno se alinea con su misión de vida. Saber hacia dónde
dirigirse, en qué dirección apunta la brújula, nos ayuda a ver más allá del bosque
consumista que nos rodea.
Espero que este vídeo de Roberto Pérez y esta transcripción te ayude a ver dónde estás y
dónde deseas estar.
con amor
Guiomar Ramírez-Montesinos
Psicóloga y astróloga