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serie monografías

Estudio Previo de Terrenos


Itinerario Merida-Ciudad Real
Tramo: Puebla de Don Rodrigo-Ciudad Real

Ministerio de Fomento 98-01


Secretaría de Estado de Infraestructuras y Transporte
Dirección General de Carreteras
NOTAS PREVIAS A LA LECTURA DE LOS
“ESTUDIOS PREVIOS DE TERRENO”
DE LA DIRECCIÓN GENERAL DE CARRETERAS, EN FORMATO DIGITAL

La publicación que está consultando corresponde a la colección de Estudios


Previos de Terreno (EPT) de la Dirección General de Carreteras, editados entre
1965 y 1998.

Los documentos que la integran presentan formatos diferentes pero una idea
común: servir de base preliminar a los estudios y proyectos de esta Dirección
General. En ese sentido y para una información más detallada se recomienda
la lectura del documento “Estudios previos de terreno de la Dirección General
de Carreteras” (Jesús Martín Contreras, et al, 2000)

Buena parte de los volúmenes que integran esta colección se encuentran


agotados o resultan difícilmente disponibles, presentándose ahora por primera
vez en soporte informático. El criterio seguido ha sido el de presentar las
publicaciones tal y cómo fueron editadas, respetando su formato original, sin
adiciones o enmiendas.

En consecuencia y a la vista, tanto del tiempo transcurrido como de los


cambios de formato que ha sido necesario acometer, deben efectuarse las
siguientes observaciones:

- La escala de los planos, cortes, croquis, etc., puede haberse alterado


ligeramente respecto del original, por lo que únicamente resulta fiable
cuando ésta se presenta de forma gráfica, junto a los mismos.

- La cartografía y nomenclatura corresponde obviamente a la fecha de


edición de cada volumen, por lo que puede haberse visto modificada en
los últimos años (nuevas infraestructuras, crecimiento de núcleos de
población …)

- El apartado relativo a sismicidad, cuando existe, se encuentra


formalmente derogado por las sucesivas disposiciones sobre el
particular. El resto de contenidos relativos a este aspecto pudiera, en
consecuencia, haber sufrido importantes modificaciones.

- La bibliografía y cartografía geológica oficial (fundamentalmente del


IGME) ha sido en numerosas ocasiones actualizada o completada desde
la fecha de edición del correspondiente EPT.

- La información sobre yacimientos y canteras puede haber sufrido


importantes modificaciones, derivadas del normal transcurso del tiempo
en las mencionadas explotaciones. Pese a ello se ha optado por seguir
manteniéndola, pues puede servir como orientación o guía.

- Por último, el documento entero debe entenderse e interpretarse a la luz


del estado de la normativa, bibliografía, cartografía…, disponible en su
momento. Sólo en este contexto puede resultar de utilidad y con ese fin
se ofrece.

Marzo 2010
Área de Geotecnia – Dirección General de Carreteras
serie monografías

Estudio Previo de Terrenos


Itinerario Merida-Ciudad Real
Tramo: Puebla de Don Rodrigo-Ciudad Real

Ministerio de Fomento
Secretaría de Estado de Infraestructuras y Transporte
Dirección General de Carreteras
ÍNDICE

Pág.

1. INTRODUCCION ............................................................................................... 4

2. CARACTERES GENERALES DEL TRAMO .................................................... 7

2.1. CLIMATOLOGIA ....................................................................................... 7


2.2. TOPOGRAFÍA .......................................................................................... 15
2.3. GEOMORFOLOGIA ................................................................................. 17
2.4. ESTRATIGRAFIA ..................................................................................... 25
2.5. TECTONICA ............................................................................................. 29
2.6. SISMICIDAD ............................................................................................. 31

3. ESTUDIO DE ZONAS........................................................................................ 34

3.1. DIVISION DEL TRAMO EN ZONAS DE ESTUDIO................................. 34


3.2. ZONA 1: CAMPOS DE CALATRAVA ...................................................... 36

3.2.1. Geomorfología .............................................................................. 36


3.2.2. Tectónica....................................................................................... 37
3.2.3. Columna estratigráfica .................................................................. 37
3.2.4. Grupos litológicos.......................................................................... 39
3.2.5. Grupos geotécnicos...................................................................... 60
3.2.6. Resumen de los problemas geotécnicos que presenta la
Zona 1 ........................................................................................... 63

3.3. ZONA 2: SIERRAS PALEOZOICAS ........................................................ 64

3.3.1. Geomorfología .............................................................................. 64


3.3.2. Tectónica....................................................................................... 68
3.3.3. Columna estratigráfica .................................................................. 72
3.3.4. Grupos litológicos.......................................................................... 72
3.3.5. Grupos geotécnicos...................................................................... 96
3.3.6. Resumen de problemas geotécnicos que presenta la Zona 2.... 97
ÍNDICE (cont.)

Pág.

3.4. ZONA 3: DEPRESIONES ENTRE SIERRAS........................................... 98

3.4.1. Geomorfología ............................................................................... 98


3.4.2. Tectónica....................................................................................... 104
3.4.3. Columna estratigráfica .................................................................. 104
3.4.4. Grupos litológicos.......................................................................... 106
3.4.5. Grupos geotécnicos...................................................................... 148
3.4.6. Resumen de problemas geotécnicos que presenta la Zona 3.... 151

4. CONCLUSIONES GENERALES DEL ESTUDIO............................................. 153

4.1. RESUMEN DE LOS PROBLEMAS TOPOGRAFICOS ........................... 153


4.2. RESUMEN DE LOS PROBLEMAS HIDROLOGICOS ............................ 153
4.3. RESUMEN DE LOS PROBLEMAS LITOLOGICOS................................ 154
4.4. RESUMEN DE LOS PROBLEMAS GEOMORFOLOGICOS .................. 154
4.5. RESUMEN DE LOS PROBLEMAS GEOTECNICOS ............................. 156
4.6. CORREDORES DE TRAZADO SUGERIDOS ........................................ 157

5. INFORMACION SOBRE YACIMIENTOS.......................................................... 163

5.1. ALCANCE DEL ESTUDIO........................................................................ 163


5.2. YACIMIENTOS ROCOSOS...................................................................... 163
5.3. YACIMIENTOS GRANULARES ............................................................... 166
5.4. MATERIALES PARA PRESTAMOS ........................................................ 169
5.5. YACIMIENTOS QUE SE RECOMIENDA ESTUDIAR CON MAS
DETALLE .................................................................................................. 169

6. BIBLIOGRAFIA CONSULTADA ....................................................................... 172

7. ANEJOS ............................................................................................................. 173

7.1. ANEJO 1: SIMBOLOGÍA UTILIZADA EN LAS COLUMNAS


ESTRATIGRÁFICAS ................................................................................ 174
7.2. ANEJO 2: CRITERIOS UTILIZADOS EN LAS DESCRIPCIONES
GEOTÉCNICAS........................................................................................ 177
1. INTRODUCCION

El objeto del presente Estudio Previo de Terrenos es establecer en lo posible, las carac-
terísticas litológicas, estructurales y geotécnicas más sobresalientes, de los diferentes
terrenos de un área determinada, con vistas a su uso en posteriores estudios relaciona-
dos con obras en las carreteras. El presente Estudio Previo, del Itinerario Ciudad Real -
Badajoz, corresponde al Tramo: Cuidad Real - Puebla de Don Rodrigo.

El Tramo Cuidad Real - Puebla de Don Rodrigo está ubicado enteramente en la provincia
de Ciudad Real (véase su situación en la Figura 1), y comprende las siguientes hojas y
cuadrantes del Mapa Topográfico Nacional a escala 1 : 50.000:

Nº Hoja Cuadrantes

758 Las Casas del Río 1, 2, 3 y 4


759 Piedrabuena 3y4
782 Valdemanco de Esteras 1
783 Abenojar 1y4
784 Ciudad Real 4

El Estudio Previo de Terrenos consta de dos documentos: Memoria y Planos.

La Memoria está dividida en seis capítulos, cuyo contenido se describe brevemente a


continuación.

El primer capítulo constituye la presente introducción al Estudio. En el segundo se realiza


una descripción general del Tramo, atendiendo a sus características topográficas, geo-
morfológicas, estratigráficas, tectónicas y sísmicas.

4
Figura 1. Esquema de situación del Tramo Ciudad Real - Puebla de Don Rodrigo

El tercero de los capítulos se inicia con una división del Tramo en Zonas, según criterios
geomorfológicos. Después, para cada una de las Zonas, se establecen sus caracteres
geomorfológicos y tectónicos, y su columna estratigráfica, y se describen los grupos o
formaciones litológicas existentes. Se termina el capítulo con un resumen de los proble-
mas geotécnicos detectados más importantes.

Un resumen de los problemas generales topográficos, hidrológicos, litológicos, geomor-


fológicos y geotécnicos, junto con los corredores de trazado sugeridos, se presenta en un
cuarto capítulo.

En el quinto capítulo se hace un estudio resumido de los yacimientos rocosos y granula-


res más importantes ubicados en el Tramo.

Por último, los capítulos sexto y séptimo se dedican a la bibliografía consultada y a los
anejos, respectivamente.

5
En cuanto a los Planos, se incluyen un mapa litológico-estructural a escala 1:50.000, re-
presentando la totalidad de la extensión del Tramo, y cuatro esquemas: geológico, geo-
morfológico, de suelos y formaciones de pequeño espesor, y geotécnico, a escala
1:200.000.

Este Estudio Previo de Terrenos ha sido supervisado y ejecutado por:

DIRECCION GENERAL DE CARRETERAS, Servicio de Geotecnia

D. Jesús Santamaría Arias


Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos

D. Jesús Martín Contreras


Ldo. en Ciencias Geológicas

y por parte de la empresa consultora UTE INECO-INGEMISA:

D. José Luis Antón Vicente


Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos

D. Carlos León Buendía


Ingeniero de Minas

6
2. CARACTERES GENERALES DEL TRAMO

2.1. CLIMATOLOGIA

En el análisis climatológico del Tramo, se han utilizado las estaciones meteorológicas de


Piedrabuena, Luciana, Porzuna, Abenojar y Ciudad Real. Aunque las estaciones de Abe-
nojar y Ciudad Real se encuentran fuera del Tramo, se han utilizado ya que Ciudad Real
es la única que posee datos de temperaturas, y junto con la de Abenojar son las más
completas. No obstante, estas dos estaciones, debido a su situación geográfica, son muy
significativas del clima del Tramo de estudio.

La estación de Ciudad Real posee el periodo de observaciones meteorológicas más


completo y abarca desde 1904 hasta 1996, casi 92 años de registros. Las estaciones de
Abenojar y Piedrabuena tienen registros desde 1948 a 1996, Luciana desde 1965 a 1996
y Porzuna desde 1950 a 1973. Estos periodos se consideran aptos para obtener los valo-
res de los promedios de los datos, denominados “Normales Climatológicas Estándar”,
según recomienda la organización Meteorológica Mundial para la clasificación meteoroló-
gica.

El clima del Tramo, como corresponde a su situación en el centro de la península ibérica,


es seco y de temperaturas extremadas. La ausencia de precipitaciones es debida a que
los frentes de borrascas atlánticas que penetran por el noroeste de la península se des-
cargan principalmente en el macizo galaico, el sistema central y su prolongación de las
sierras lusitanas. Un caso análogo ocurre con los chubascos tormentosos procedentes
del sur con las cordilleras béticas y Sierra Morena.

Los datos reflejados en las figuras 2, 3, 4, 5, 6 nos permite seguir la marcha anual de las
precipitaciones medias en las diferentes estaciones del Tramo. El valor de la precipitación
es referente a todo el agua que cae procedente de las nubes, cualquiera que sea su for-
ma, ya sea esta en lluvia, nieve, granizo, etc... En la observación de las diferentes esta-
ciones estudiadas se detectan tres máximos de lluvia, en primavera otoño e invierno. Hay
un mínimo muy acusado, en verano, con precipitaciones muy bajas en julio y agosto. El
valor máximo de las normales mensuales de precipitación, corresponde a abril y diciem-
bre y el mínimo en julio. El valor normal total anual es bajo, con un promedio de 500 mm.

El número medio anual de días de lluvia es bajo con un promedio de 62 días, y es en


Ciudad Real con 81 días la estación que recoge más precipitación al año. Abril es el mes
más lluvioso seguido de diciembre, y julio el que menos con 0’6 días de promedio. Por lo
que respecta a los días de nieve, hay una media anual de 3 días en la estación de Ciu-
dad Real, 1 en Piedrabuena y Porzuna. Conviene señalar que la estación de Luciana,
que se encuentra a orillas del Guadiana, no presenta días de nieve al año debido a que

7
el río Guadiana suaviza las temperaturas en su vega. Durante los meses de mayo a oc-
tubre no se registra ninguna nevada. La distribución de los días de granizo tiene una dis-
tribución geográfica irregular, quizás por que la estación de Ciudad Real sea la más rigu-
rosa en sus medidas, o por que en los últimos 30 años este fenómeno meteorológico se
ha hecho mucho menos frecuente. No obstante, y de forma general en el Tramo se re-
gistra un máximo en el mes de abril. El hecho de que en la estación de Luciana no se
registren días de granizo al año puede ser debido a la mencionada suavización de tem-
peraturas del río Guadiana.

Realizando un análisis estadístico de los años más secos y lluviosos se deduce que la
precipitación máxima se registró en el año 1969 con 857.2 mm, continuando el año 1963,
con 707.9 mm. Los años más secos fueros 1945, con 188.8 mm y el 1954 con
193.0 mm. La diferencia entre el valor más alto, 857.2 mm, y el más bajo, 188.8 mm, de
la serie de Cuidad Real, resulta relativamente elevado, 668.4. Esto es lo que en términos
estadísticos se llama recorrido y en este caso se dice que la serie es bastante dispersa,
hecho típico de los climas áridos. A nivel global existe una probabilidad de un 50 % de
que las precipitaciones anuales en el Tramo sean inferiores a 392 mm, un 20 % de que
sean inferiores a 325 mm, un 60 % de que sean inferiores a 436 mm, y un 80 % de que
lo sean a 507 mm. En una distribución de frecuencias de las precipitaciones anuales se
observa que las precipitaciones anuales más frecuentes en el Tramo son del orden de
350 mm a 400 mm.

Los fenómenos de niebla, rocío y escarcha depositan agua en el suelo y son de gran
importancia tanto en la construcción como en la explotación de obras lineales de infraes-
tructura. Existe una media anual de 32.45 días de niebla y corresponde el valor máximo
de las medias mensuales a diciembre con 9.05 días. Durante los meses de julio a sep-
tiembre prácticamente no se registra ningún día de niebla. El número medio anual de
días de rocío es 9.1, con un valor máximo de las medias mensuales de 3.0 en noviem-
bre. Durante los meses de julio y agosto no hay ningún día de rocío. Mucho más elevado
es el número medio anual de días de escarcha, 33.6, con un valor máximo en las medias
mensuales de 11.3 días en enero. Durante los meses de mayo a septiembre, ambos
inclusive, no aparecen escarchas. Es conveniente señalar que el fenómeno de la niebla
es especialmente importante en el cauce y la vega del río Guadiana, sobre todo en el
amanecer, mientras que en las áreas altas de las sierrezuelas del Tramo este fenómeno
disminuye considerablemente.

Por lo que respecta a las heladas, el promedio anual es de 43’7 días, con un máximo
mensual en enero, de 15’9 días. Durante los mese de mayo a septiembre, ambos inclusi-
ve, no se observa ningún día de helada. Estudiando la primeras y últimas heladas de
cada invierno, se observa que para la estación de Ciudad Real la fecha más frecuente de
la primera helada y la última son la segunda quincena de noviembre y la primera quince-
na de marzo respectivamente. La duración media del periodo invernal, que es el número
de días transcurridos entre la primera y la última helada, es de 121 días.

8
La temperatura media anual es 14.4 º C. El mes más cálido es julio con 25.25 º C de
temperatura media, y el más frío es enero con 5’55 º C. Las temperaturas extremas re-
gistradas desde 1904 a 1990 en la estación de Ciudad Real son, 44.2 º C de máxima
absoluta, el día 23 de julio de 1945, y -13.8 º C de mínima absoluta, el día 3 de enero de
1971. Esto da como resultado una considerable oscilación extrema, 58 º C, típica de los
climas continentalizados.

En la marcha termométrica a lo largo del año, puede apreciarse una gran oscilación,
tanto anual como diurna. La diferencia entre la temperatura media en el mes más cálido
(25.25 º C) y la del mes más frío (5.55 º C), es de 19.7 º C. La oscilación media diurna es
mayor en verano que en invierno, alcanzando su máximo en julio, mes en que la diferen-
cia entre la media de las máximas (31.1 º C) y la media de las mínimas (18.6 º C), es de
12.5 º C. El valor mínimo corresponde a diciembre, con 9.1 º C de oscilación media. Gra-
cias a esta considerable oscilación térmica diurna, el clima del Tramo no resulta tan duro
como podría esperarse de sus extremadas temperaturas, pues aún en los días más calu-
rosos del verano las noches son relativamente frescas, y en las épocas más frías del
invierno los días son generalmente templados en sus horas centrales. Esto se debe a la
gran transparencia de su atmósfera que permite que los rayos solares lleguen con mucha
intensidad durante el día y favorece la fuerte irradiación durante la noche.

La insolación en el Tramo es alta, con un promedio anual de 2745 horas (un 61 % de la


insolación teórica). A lo largo del año se observa un máximo muy elevado en verano y un
mínimo en invierno. En valores medios, el máximo mensual corresponde a julio, con
384 horas (un 85 % de la insolación teórica), y el mínimo en diciembre, con 116 horas (un
39 % de la insolación teórica). La nubosidad, resulta al año con un promedio de
136.6 días despejados, un valor bastante elevado, 189.6 días nubosos y 39.1 días cu-
biertos. En valores medios, el máximo de los despejados corresponde a julio con
20.7 días y el mínimo a noviembre con 7.3 días. El número de días cubiertos es relativa-
mente bajo, resultando en valores medios, el máximo de 7.6 días en diciembre, y el mí-
nimo de 4 días en julio.

El clima del Tramo, según la clasificación de Köppen, se engloba dentro del tipo C, tem-
plado lluvioso. Este grupo se caracteriza por que la temperatura media normal del mes
más frío es superior a -3 º C e inferior a 18 º C, y la precipitación normal en centímetros
es mayor que el doble de la temperatura media anual en °C. Dentro de los climas de tipo
C, se clasifica como Cs, mesotermal templado húmedo con verano seco, tipo mediterrá-
neo y lluvioso en invierno. Se ha establecido el índice de aridez de Maronne, y con un
valor de 16’3 engloba el clima del Tramo dentro del tipo estepa y mediterráneo seco. Por
último también se ha establecido el índice termopluviométrico de Cereceda y Carbonell,
dando como resultado 3’6 característico de las zonas áridas próximas a las semiáridas.

9
CIUDAD REAL

60
PRECIPITACION (m m)

50

40

30

20

10

0
ENE FEB MAR ABR MAY JUN JUL AGO SEP OCT NOV DIC

Precipitación media anual = 424,5

CIUDAD REAL 1904-1996 ENE FRE MAR ABR MAY JUN JUL AGO SEP OCT NOV DIC
Precipitación media mensual 41’5 46’1 45’5 48’1 42’6 25’0 6’3 7’9 23’9 42’5 46’2 48’
Precipitación max. 24 horas 41’2 57’0 37’8 34’0 67’6 47’4 37’6 57’4 37’8 54’6 35’0 47’8
Precipitación media anual 424.5
Días de lluvia 8’2 8’4 9’2 9’8 8’0 4’9 1’5 1’7 4’5 7’8 8’6 8’5
Días de nieve 1’0 0’8 0’4 0’1 0 0 0 0 0 0 0’1 0’5
Días de granizo 0 0’3 0’3 0’7 0’4 0’2 0’1 0’1 0’1 0 0 0’1
Días de tormenta 0 0’2 0’7 1’7 1’7 3’4 1’5 1’5 2’0 0’9 0’2 0
Días de niebla 8’2 4’2 1’1 0’4 0’1 0 0 0 0’2 1’9 7’0 9’0
Días de precipitación 9’4 9’5 8’3 10’8 7’7 5’7 1’8 1’9 4’6 7’8 9’0 8’6
Temperatura media mensual 5’5 7’3 9’9 12’4 15’9 21’0 25’2 24’6 20’8 14’8 9’1 6’0
Temperatura media máxima 9’1 12’0 14’7 17’1 21’0 26’6 31’1 30’4 26’1 19’4 13’4 10’5
Temperatura media mínima 1’8 2’9 5’0 7’7 10’6 15’1 18’6 18’1 14’7 10’0 5’1 1’5
Temperatura máx. extre. abs. 20’2 25’0 30’0 34’0 37’4 41’2 44’2 42’2 40’0 32’4 28’0 20’2
Temperatura min. extre. abs. -13’8 -9.4 -6’0 -3’8 0 4.2 6.2 7.2 1’0 -3’0 -8’0 -10’2

Figura 2. Resumen de los datos meteorológicos de la estación de Ciudad Real

10
ABENOJAR

80

70
PRECIPITACION (m m)

60

50

40

30

20

10

0
ENE FEB MAR ABR MAY JUN JUL AGO SEP OCT NOV DIC

Precipitación anual = 479,7

ABENOJAR 1948-1996 ENE FRE MAR ABR MAY JUN JUL AGO SEP OCT NOV DIC

Precipitación media mensual 53’2 53’0 45’6 53’4 42’9 24’1 5’6 7’4 24’2 47’9 51’3 71’0
precipitación max. 24 horas 17’5 16’4 14’2 17’4 16’8 12’9 3’6 6’1 11’6 18’6 18’5 21’4
Precipitación media anual 479’7
Días de lluvia 5’3 4’6 4’9 4’9 4 2 0’5 0’7 2’1 4’1 4’5 5
Días de nieve 0’2 0’5 0’2 0’1 0 0 0 0 0 0 0 0’3
Días de granizo 0 0 0 0’2 0 0 0 0 0 0 0 0
Días de tormenta 0 0’1 0’2 0’5 1’1 0’9 0’2 0’4 1’0 0’6 0’1 0
Días de niebla 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Días de precipitación 6’5 6’6 6’0 6’5 4’9 2’5 0’7 0’8 2’8 4’9 5’4 6’9

Figura 3. Resumen de los datos meteorológicos de la estación de Abenojar

11
PIEDRABUENA

90

80
PRECIPITACION (m m)

70

60

50

40

30

20

10

0
ENE FEB MAR ABR MAY JUN JUL AGO SEP OCT NOV DIC

Precipitación anual = 576,6

PIEDRABUENA 1948-1996 ENE FRE MAR ABR MAY JUN JUL AGO SEP OCT NOV DIC
Precipitación media mensual 59’7 61’5 46’3 62’9 50’7 34 8’6 9’9 34’7 58’2 67’3 82’5
Precipitación max. 24 horas 20.1 18’9 15’4 20’5 18’6 17’7 5’3 7’9 16’4 18’4 20 24
Precipitación media anual 576’6
Días de lluvias 5’3 4’9 5’0 5’7 4’7 3’0 0’7 0’9 2’9 5’8 5’1 5’4
Días de nieve 0’3 0’4 0’1 0’1 0 0 0 0 0 0 0 0’2
Días de granizo 0 0’1 0’1 0’2 0’1 0’1 0 0 0’1 0 0 0
Días de tormenta 0 0 0’1 0’3 0’3 0’7 1 0’4 0’6 0’7 0’2 0
Días de niebla 0’4 0’1 0 0 0 0 0 0 0 0’1 0’2 0’2
Días de precipitación 6’4 7 6’1 8’7 6’0 3’4 1 1’2 3’3 6’2 6’1 7’0

Figura 4. Resumen de los datos meteorológicos de la estación de Piedrabuena

12
LUCIANA

90

80
PRECIPITACION (m m)

70

60

50

40

30

20

10

0
ENE FEB MAR ABR MAY JUN JUL AGO SEP OCT NOV DIC

Precipitación anual = 557,6

LUCIANA 1965-1996 ENE FRE MAR ABR MAY JUN JUL AGO SEP OCT NOV DIC
Precipitación media mensual 62’9 66’3 46’5 57’5 48’6 28’1 6’1 7’0 33’4 50’0 68’6 82’3
Precipitación max. 24 horas 17’8 18’6 16’5 18’2 19’3 13’9 4’0 6’7 15’7 20’1 21’8 23’6
Precipitación media anual 557’6
Días de lluvia 4’5 4’5 3’9 4 3’9 2’3 0’2 0’3 1’6 3’1 2’8 4’7
Días de nieve 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0’2
Días de granizo 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Días de tormenta 0 0 0’1 0’1 0’2 0’5 0 0’2 0’7 0’1 0 0
Días de niebla 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Días de precipitación 6’0 6’6 5’1 5’9 5’2 2’7 0’5 0’5 2’3 4’0 5’9 7’0

Figura 5. Resumen de los datos meteorológicos de la estación de Luciana

13
PORZUNA

70

60
PRECIPITACION (m m)

50

40

30

20

10

0
ENE FEB MAR ABR MAY JUN JUL AGO SEP OCT NOV DIC

Precipitación anual = 509

PORZUNA 1950-1973 ENE FRE MAR ABR MAY JUN JUL AGO SEP OCT NOV DIC
Precipitación media mensual 53’6 57’6 52’9 48’5 44’8 32’2 7’2 7’4 35’3 52’9 54’7 61’6
Precipitación max. 24 horas 16’7 18’3 14’7 16’8 16’4 17’1 4’9 6’1 16’8 18’9 17’9 21’6
Precipitación media anual 509
Días de lluvia 6’6 6’6 7 6’3 5’6 3’6 0’9 0’7 3’5 6 6 6
Días de nieve 0’4 0’3 0’2 0’1 0 0 0 0 0 0 0 0’3
Días de granizo 0 0 0’1 0’1 0 0 0 0 0 0 0 0
Días de tormenta 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0
Días de niebla 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Días de precipitación 7 6’9 7’3 6’4 5’5 3’6 0’9 0’7 03’5 6’0 6’3 6’6

Figura 6. Resumen de los datos meteorológicos de la estación de Porzuna

14
2.2. TOPOGRAFÍA

El tramo de estudio queda englobado en un dominio geográfico definido por la frontera difusa
y amplia establecida por las estribaciones meridionales de los Montes de Toledo y las occi-
dentales de los Campos de Calatrava.

El río Guadiana es el elemento fisiográfico más importante del Tramo al que surca de Este a
Oeste en un curso encajado y en gran parte meandriforme. En su recorrido sufre cambios
muy importantes en su dirección. Penetra en el área estudiada por el centro del límite oriental
describiendo un arco hacia el sur para adoptar posteriormente un trazado N-S que se ajusta
al límite del Tramo en su extremo sureste, marcando un ángulo recto que forma la esquina
del mismo mediante una inflexión meandriformal de 90°. Adoptada la dirección E-O, el río
marca el límite del Tramo, en este extremo sureste, durante unos 5 Km. Saliendo del mismo
mediante otra brusca y inflexión al sur. El río vuelve a penetrar por el límite sur a muy pocos
kilómetros del punto donde lo dejó y lo hace ahora en un recorrido de algo más de 20 Km
con una dirección media NO-SE hasta pasado Luciana, en donde el curso cambia brusca-
mente a la dirección NE-SO hasta su unión con el río Tierteafuera no sin antes haber descrito
un garrote de 90 ° en la mitad del recorrido formando un escalón hacia el noroeste. A partir
del punto de unión con el último río mencionado, el Guadiana, en un curso encajado de
grandes meandros va a seguir un trazado de dirección NO-SE hasta dejar el Tramo por el
límite occidental prácticamente por su zona media al igual que lo hizo por la oriental.

Junto al río Guadiana, y como afluentes del mismo, otros ríos y arroyos importantes drenan
este área. Por la derecha recibe a los ríos Bullaque y Frío que a su vez incorporan una im-
portante red de arroyos y barrancos como pueden ser el arroyo Bullaquejo, arroyo de Santa
María, etc. Por la izquierda se le suman las aguas del río Tierteafuera que a su vez recibe las
del arroyo de la Hojalora, ambos encajados y meandriformes. Por último el río Esteras que
drena en su cabecera los terrenos del área de Saceruela irá a verter sus aguas a río Zujar
lejos ya del Tramo.

La importante red fluvial descrita, encajadas en los terrenos paleozoicos y terciarios que
constituyen el área del estudio, confiere a este territorio de las estribaciones sur de los Mon-
tes de Toledo un carácter montuoso poblado de numerosas sierras cuyas cumbres se sitúan
entre los 800 y 900 metros de altitud, llegándose a la máxima cota de 936 m en la sierra del
Guindo al NO del Tramo. Este que se dibuja como un rectángulo alargado de Este a Oeste,
queda compartimentado en toda una serie de agrestes cresterías que delimitan espacios
muy aislados por el escaso número de vías de comunicación existente entre ellos. El propio
río Guadiana establece una frontera de incomunicación casi constante en el Tramo entre las
zonas norte y sur que delimita.

15
Dentro de las numerosas sierras que integran el área de estudio caben citar las de: Los
Guindos, Navaleancina, La Bigotera, Tierras Buenas, Utrera, La Torca, Porzuna, Peñas Ne-
gras, del Pico, ocupando en su totalidad la franja norte del Tramo. Hacia el centro del mismo
se alzan las sierras de: Río Frío, Puerto Quemado, Sierra Larga, de las Doradas, del Grajo,
Siemprellora, Santa María, Los Canalizos y otras más que marcan de alguna forma las ver-
tientes por la derecha del río Guadiana. Ocupando el Sur del Tramo serán las sierras: Len-
gua, del Campillo, de Villareal, del Águila, de los Santiagos, todas ellas delimitando las ver-
tientes por la izquierda del Guadiana, junto a las de Valpérez, Ginés, de la Majadas, de la
Umbría, de la Sala y la de las Medias Lunas que se elevan en la margen derecha del men-
cionado río.

Entre tantas sierras, que definen el carácter dominante de Tramo, se abren paso los valles
de la red fluvial descrita con anterioridad. Son valles que alternan perfiles estrechos y encaja-
dos con áreas más abiertas en las que el cauce actual de los ríos y arroyos aparecen enca-
jados sobre una plataforma de piedemonte que se sitúa entre los 600 y 700 metros de altitud.
Esta superficie disectada, situada sobre los cauces actuales entre unos pocos metros y
100 metros, enlaza con las vertientes de la sierra y su anchura en profundidad hacia la mis-
ma, normalmente, no sobrepasa los tres kilómetros. Algunas áreas del Tramo adquieren una
morfología más plana o tendida fuera de la influencia de los cursos fluviales, son zonas como
las situadas entre Alcolea de Calatrava y el río Guadiana, las que se extienden al norte de
Piedrabuena o los terrenos de suaves colinas que se desarrollan al sur de las sierras que
delimitan la margen izquierda del Guadiana en la Hoja topográfica de Abenojar y Valdeman-
co del Esteras.

Mención especial merecen algunas formas del relieve relacionadas con los terrenos volcáni-
cos que afloran en la zona; son las numerosas áreas endorreicas que salpican el paisaje de
lagunas y los pequeños cerros o “cabezos” que se relacionan con las mismas. Entre las la-
gunas cabría destacar las siguientes: la de la Camacha y Lucianego entre Picón y Piedra-
buena; la de Alcolea y Peñarroya, al norte y sur respectivamente del pueblo que da nombre a
la primera; la de Fuentilleja al sur de Valverde, y la de Nichos al pie de la Sierra del Campillo
al norte de Abenojar. Entre los cerros de origen volcánico destacan: los que se alzan a un
lado y otro de la carretera N-430, entre el Guadiana y Alcolea de Calatrava, como el Cabe-
zuelos situados junto al mencionado pueblo; el cerro La Sierra en Picón; Morro de Arzollosa
al noreste de Piedrabuena, o el Cerro Santo junto a Porzuna, entre otros.

16
2.3. GEOMORFOLOGIA

Desde el punto de vista geomorfológico, este Tramo presenta rasgos de gran interés, teórico
y aplicado, que indican como esta región ha experimentado una evolución morfológica im-
portantísima en base a unos procesos morfogenéticos muy acusados a lo largo de su histo-
ria geológica. Sin duda los rasgos más significativos han sido impresos en el terciario y cua-
ternario a partir del momento en que a consecuencia de los primeros impulsos alpinos, la
penillanura hercínica sufrirá un abombamiento que dará lugar a la “Bóveda Castellano - Ex-
tremeña”, gran deformación litosférica de orientación NE-SO que se extiende por una parte
amplia de ambas castillas y Extremadura. Los Montes de Toledo, incluidos dentro de esta
megaestructura , por los que discurre el Tramo de estudio constituyen en un área limitada al
norte por la fosa del Tajo, al sur por Sierra Morena, al este por la llanura Manchega y al Oeste
por la penillanura extremeña. Este área incluye la comarca de los Campos de Calatrava en
su borde suroriental.

Este abombamiento sufrirá fracturas y desgarros que rejuvenecerán falla hercínicas y crea-
rán otras con nuevas directrices. En fase distensiva entre el final del Paleógeno y principios
del Neógeno la megaestructura abombada se rompe dando lugar a un complejo sistema de
horst-graben con fracturación dominante E-O. Las pequeñas fosas creadas son rellenadas
por materiales que proceden esencialmente del desmantelamiento del manto de alteración
pre-Eoceno, dando lugar a relieves diferenciales o “superficies grabadas”. Por efecto de una
erosión selectiva en orden a la dureza de los materiales y al grado de alteración de los mis-
mos, como son la penillanura fundamental de la meseta, los inserbergs y los relieves apala-
chianos en cuarcitas y pizarras, característicos del Tramo estos últimos, algunos de los cua-
les ya estaban conformados con anterioridad.

Restos de la antigua alterita que se inició a final de la orogenia Hercínica y duró hasta el final
del mesozoico son los diversos tipos de corazas ferralíticas que fosilizan los antiguos pedi-
mentos. Al tiempo que se verifica el desmantelamiento de la antigua alterita se producen
cambios climáticos con nuevas alteraciones de tipo montmorillonítico a las que se asocian
relieves residuales resultado de la dilatada evolución morfogenética lo largo del terciario y
cuaternario.

Los materiales desmantelados que rellenaron las pequeñas subcuencas como la de Alcolea
de Calatrava durante el Neógeno constituye la “serie arcósica” de limos, arenas y fangos
variolados, que se localizan en el fondo de las mismas. Los depósitos de arcillas, margas y
calizas, se sitúan a techo de estas cuencas menores.

17
Al mismo tiempo que se está produciendo la sedimentación miocena y con posterioridad a
ella hasta el plioceno inferior, se está desarrollando un proceso vulcanológico que define uno
de los rasgos más característicos de la comarca de los Campos de Calatrava. Los productos
volcánicos atraviesan los materiales paleozoicos y se interestratifican con los sedimentos
neógenos o pleistocenos a la vez que dan lugar a morfologías de conos, coladas y cráteres
explosivos que se conservan en el relieve; los primeros como cerros tronco-cónicos bastante
pulidos por la erosión aunque perfectamente identificables como estructuras de cono cinder;
las segundas constituyendo plataformas subhorizontales como la de Piedrabuena, y los crá-
teres explosivos dando lugar a lagunas que, en número abundante, salpican la comarca.

A la actividad ígnea siguió una fase álgida de inestabilidad tectónica que durante el Plio-
ceno inferior-medio dará lugar a la “fase Iberomanchega”, responsable principal del reju-
venecimiento del relieve en la meseta meridional hace unos cuatro millones de años.

Los nuevos relieves creados al final del terciario comienzan a ser erosionados sobre todo en
los piedemontes, sumándose al proceso un cambio climático hacia condiciones de mayor
humedad de tipo mediterráneo. Consecuencia de ello son los procesos que dieron lugar a
fenómenos kársticos en los niveles carbonatados del neógeno terminal especialmente en las
calizas de los páramos, y el desarrollo de la “terra rossa”.

El resultado de toda esta actividad morfogenética, originó en el relieve una serie de pe-
dimentos que enlazarían con los arrasamientos y las costras calizas de las superficies
finipliocenas en el interior de las cuencas.

Sin una solución de continuidad clara de los procesos morfogenéticos que concluyen con
la formación de las rampas y superficies de erosión finipliocenas se inicia la deposición de
los materiales de la raña que fosilizan las superficies erosivas y de alteración existentes
creando amplias plataformas de piedemonte. En relación con este proceso morfogenéti-
co que indica un régimen fluvial, con sistemas torrenciales en cabecera y evolución hacia
canales entrelazados en sectores medios y medio-distales, se hace evidente la existencia
de un clima cálido y húmedo que da lugar a la formación de suelos hidromorfos pertene-
cientes al orden de los ultisoles, próximos a los oxisoles. El proceso de alteración fue im-
portante y favoreció la formación de ferricretas. El encajamiento posterior de la red fluvial
cuaternaria va a dar lugar a toda una jerarquización con multitud de niveles de glacis de
erosión y acumulación, importantes abanicos aluviales y plataformas de terraza que se
interfieren y enlazan, pasando de unas superficies a otras insensiblemente en muchas
ocasiones. Sumándose a esta morfología pliocuaternaria existe un importantísimo recu-
brimiento coluvial en las vertientes que se fueron formando en diversas épocas.

18
En relación con la naturaleza y estructura de las formaciones paleozoicas y terciarias, a la
morfología creada, y al clima existente durante el proceso morfogenético del relieve, la diná-
mica de rotura gravitacional de las vertientes adquirió un desarrollo espectacular de la cual
quedan amplísimas áreas fosilizadas en su gran mayoría que ejemplifican la estructuras
creadas. En la actualidad los procesos geomorfológicos que afectan a la estabilidad natural
de las vertientes siguen teniendo lugar a escala reducida, detectándose esencialmente en
las formaciones terciarias y en el recubrimiento cuaternario.

En tiempo pretérito, la excavación de los valles en los materiales hercínicos a favor de los
ejes de las estructuras anticlinales y sinclinales dará lugar a la formación de relieves apala-
chianos en donde las cordadas de sierras presentarán con frecuencia laderas estructurales
que al seguir ganando pendiente llegarán a desarrollar grandes corrimientos favorecidos por
los planos de estratificación y esquistosidad, las discontinuidades tectónicas muy abundantes
y la profunda alteración acontecida durante toda la morfogénesis mesozoica y terciaria que
llega a profundizar fuertemente en sectores de alta tectonicidad, desarrollándose de forma
muy especial en zonas de grandes fallas, que crean amplios horizontes de brechificación, y
en estratos esquistosos y arenosos.

La formación terciaria cuyos materiales proceden mayoritariamente del desmantelamiento


del manto de alteración creado sobre la superficie de los materiales hercínicos, ricos en
plasma caolínico, darán lugar por su naturaleza litológica a una importante inestabilidad de
laderas a ser disectados por el encajamiento de la red fluvial. En estos procesos de rotura
por gravedad intervinieron de forma muy importante el diastrofismo creado durante la fase
vulcanológica de los Campos de Calatrava y la instalación sobre estas formaciones terciarias
de freáticos colgados asociados a los depósitos detríticos muy permeables interestratificados
en los depósitos terciarios o superpuestos a ellos como rañas, abanicos aluviales, glacis o
coluviones. Con respecto a estos últimos existe una morfología de deslizamiento gravitacio-
nal asociada, muy característica, cuyas formas recuerdan mucho a los depósitos morrénicos.
Se trata de bulbos de solifluxión con formas semicirculares más o menos alargadas a modo
de “barjana” constituidos por derrubios de gravedad e integrados esencialmente por bloques
y cantos de cuarcita. Es posible que estas formas fuesen creadas por pequeñas masas de
hielo asociadas a un clima periglaciar.

En los procesos inestables relacionados con la formación terciaria, intervienen con frecuencia
las arcillas de alteración creadas sobre los productos piroclásticos de origen volcánicos ca-
racterizadas por su gran poder expansivo.

Con motivo de las inundaciones acontecidas en el transcurso de este estudio, invierno de


1996-97, ha quedado de manifiesto la importancia del régimen de precipitaciones de carácter
cíclico mediterráneo en los procesos morfogenéticos actuales y su fuerte impacto sobre la
infraestructuras urbanas y de todo tipo creadas por el hombre, las cuales con tanta frecuen-
cia invaden terrenos que durante largo tiempo permanecen desprovistos del discurrir de las
aguas pero que pertenecen morfológicamente a los cauces naturales como terrenos de
19
inundación en las avenidas cíclicas propias del clima actual dominante en la península Ibéri-
ca, del que al parecer han perdido memoria histórica las sociedades actuales.

Como resumen global de todo el proceso morfogenético acontecido dentro del área del Tra-
mo, se pueden definir los siguientes elementos estructurales del terreno a nivel morfológico y
geomorfológico. (Fotos 1 y 2).

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Foto 1. Vista panorámica de la localidad de Porzuna, donde se pueden observar los diferentes elementos geomorfológicos, representativos del Tramo de estudio. En el fondo, los relieves apalachianos cuarcíticos con can-
chales y movimientos gravitacionales en sus laderas. En el segundo plano glacis, conos de deyección y superficies de raña sobre una cuenca terciaria con depósitos volcánicos. En primer plano las lavas volcánicas
de la cima del volcán de Porzuna.
Foto 2. En primer término pedimentos y relieves alomados de la penillanura labrada sobre terrenos precámbricos al Sur del Tramo. Al fondo las sierras
ordovícicas coronadas por las cuarcitas del Arenig.
Sierras

Es el elemento constructivo más importante del Tramo. Su alineación predominante el la E-O


o ENE-OSO, aunque es muy frecuente también las sierras enlazadas de forma circular o
semicircular como consecuencia de una estructura en caja de huevos.

Las cordadas de las sierras siguen a grandes rasgos los ejes de los pliegues anticlinales y
sinclinales y darán lugar con frecuencia a laderas estructurales implicadas en grandes corri-
mientos de ladera en los estratos de cuarcitas y pizarras que las integran.

Las sierras más importantes y los relieves más agrestes, que constituyen normalmente las
divisorias de las mismas, suelen estar constituidas por las series cuarcíticas más importantes
del Ordovícico inferior, especialmente la cuarcitas del Arenig (cuarcita Armoricana).

Las sierras enlazan con los piedemontes y el valle aluvial, mediante laderas con pendientes
acusadas cubiertas por derrubios de gravedad en los que son frecuentes las estructuras
debidas a deslizamientos de ladera.

Valles

Como valles, consideramos los terrenos entre sierras que fueron rellenados en el Terciario
superior por el desmantelamiento del manto de alteración laterítico pre-Eoceno y que poste-
riormente fue disectado en el Cuaternario por la red fluvial actual.

Estos valles presentan en muchas ocasiones, como horizonte superior, una plataforma con
pendiente muy tendida, que tiende a la horizontalidad hacia el centro de los valles más am-
plios o pequeñas cuencas entre sierras. Estas plataformas están situadas entre los 600 y
700 metros de altitud; normalmente en los valores medios de este intervalo. Se trata en prin-
cipio del nivel de enrrasamiento del final del terciario sobre el que se depositó la raña, el cual
se presenta en la actualidad como un horizonte polimorfo conformado por una serie de pla-
taformas insensiblemente encajadas unas en otras, en las que se observan las herencias
recibidas de unas por sus inmediatas superiores. Así, los depósitos más potentes de las ra-
ñas han dado paso a un glacis, glacis-terrazas y abanicos aluviales en relación con la red
fluvial más actual en su lento encajamiento.

Las plataformas de rañas y glacis enlazan con las terrazas actuales de manera muy diversa.
En las zonas más occidentales del Tramo, el enlace se efectúa con el fondo de los valles, en
muchas ocasiones, sin solución de continuidad. En otras áreas se establece un escarpe
suavizado que da paso a una ladera que adquiere normalmente una fuerte pendiente en la
que bajo el recubrimiento, frecuente, de un derrubio heredado de la raña o glacis de acumu-
lación pueden presentarse los depósitos detríticos del terciario o los materiales hercínicos
representados mayoritariamente por las series más esquistosas, las cuales aparecen con
harta frecuencia con un grado de alteración altísimo, a consecuencia de lo cual se desarrolla

23
en ellos un drenaje dendrítico similar al que se desarrolla sobre los materiales detríticos de la
base del neógeno.

En relación con estas vertientes que enlazan la plataforma finiterciaria y los valles actuales se
ha desarrollado un proceso importante de inestabilidad de laderas. Los valles actuales pre-
sentan globalmente reducidos espacios de aterrazamientos, y en bastantes ocasiones son
los frentes de los abanicos aluviales, que arrancan del pie de las sierras, los que conforman
el fondo del valle sobre el que se va encajando el curso actual, el cual presenta en general
formas sinuosas y meandriformes que en canales estrechos y anastomosados dentro de
una terraza de inundación que ocupa prácticamente la mayor parte de los depósitos aluviales
cuaternarios.

Relieves asociados al vulcanismo de Calatrava

En el sector oriental del Tramo, en el dominio de las pequeñas cuencas terciarias y afectando
también a los terrenos paleozoicos que las circunscriben, se alzan formas típicas del vulca-
nismo. Dentro del área terciaria se desarrolla un terreno de colinas y plataformas tendidas
que descubren a los conos de cinder volcánicos, algo aplanados por la erosión, y a las cola-
das basálticas que arrancan de ellos. Asimismo aparecen con frecuencia áreas endorreicas
que dan lugar a lagunas que señalan la existencia de extintos cráteres de explosión. Por otra
parte y dentro del área paleozoica se presentan estas formas volcánicas aunque ya de forma
más aislada y con menor desarrollo horizontal.

Pedimentos y relieves alomados en el límite sur del Tramo

Al sur del Tramo y de las sierras que delimitan el río Guadiana por su margen izquierda, el
territorio existente se caracteriza por la presencia de un zócalo precámbrico peneplanizado a
nivel de la superficie finiterciaria sobre el que se depositaron depósitos de raña o glacis que
aparecen festoneando las sierras paleozoicas que enmarcan esta región, dividida en dos
áreas: la de Abenojar, drenada por los río Tierteafuera y su afluente el Hojalora, que atrave-
sando las sierras de la margen izquierda del Guadiana vierte sus aguas a dicho río; y la de
Cerezuela, constitutiva de la cabecera del río Esteras que lleva sus aguas al Zujar, afluente
asimismo del río Guadiana.

La red fluvial mencionada se encaja en estos territorios dejando: pendientes suaves y exten-
sas en amplias zonas estructuradas por la raña y los glacis de acumulación que parten de las
sierras limítrofes, y terrenos alomados constituidos por los materiales precámbricos predomi-
nantemente esquistosas y frecuentemente muy alterados. Localmente, el encajamiento
meandriforme de los ríos Tierteafuera y Hojalora, en el área próxima a la confluencia de am-
bos, dentro de terrenos constituidos por esquistos duros y calizas dolomíticas, crea un paraje
agreste que se continúa por la disección que el Tierteafuera efectúa en la paleozoica sierra
del Campillo para verter sus aguas al Guadiana.

24
2.4. ESTRATIGRAFIA

Los materiales que afloran en el Tramo pertenecen al Precámbrico, Paleozoico, Terciario y


Cuaternario. (Figura 7).

Las formaciones de edad precámbrico afloran en el núcleo de dos estructuras anticlinorias


(Domo de Abenojar y Saceruela) que ocupan amplios terrenos en el Sur del Tramo. Desde el
punto de vista estratigráfico se pueden diferenciar a grandes rasgos dos series una pelítico -
grauváquica y otra detrítico carbonatada, sobre las que se apoya discordantemente el Paleo-
zoico.

El Paleozoico está representado por el Ordovícico hasta el Caradoc. Los materiales paleo-
zoicos presentan facies de plataforma poco profunda. La serie comienza con una potente
formación detrítica de tipo rítmico formada por cuarcitas areniscas, limolitas y pizarras, exis-
tiendo también un muro de la misma niveles intercalados de conglomerados y areniscas
conglomeráticas. Estos materiales se atribuyen al Tremadoc y su potencia máxima es de
1000 metros. Los sigue un potente paquete de 200 - 300 metros de cuarcitas del Arenig
“cuarcita Armoricana” a las que se le superpone una serie alternante de areniscas, areniscas
micáceas, cuarcitas y pizarras del Arenig-Llanvirniense cuyo espesor se estima en 150 - 200
metros. Sobre dicha alternancia yace una potente serie de pizarra “pizarras de Calymene”
que puede llegar a 300 metros de potencia, en el que aparecen interestratificadas tobas y
tufitas volcánicas; todos estos materiales se sitúan en el Llanvirniense - Llandeilo. Las piza-
rras se continúan en una serie alternante de unos 125 metros formada por areniscas micá-
ceas, cuarcitas y pizarras que se sitúan en el Llandeilo. Un paquete más cuarcítico “cuarcitas
de cantera” de unos 100 metros de potencia y que intercala areniscas y pizarras se superpo-
ne al anterior; su edad es Llandeilo superior - Caradoc inferior. Por último y sobre las “cuarci-
tas de cantera” se apoya una serie esencialmente pizarrosa del Caradoc de unos 100 metros
de potencia.

El terciario es de naturaleza detrítica continental. En la base aparece un conglomerado bre-


choide de matriz ferruginosa que da lugar a encostramientos y corazas ferruginosas. Su po-
tencia es escasa, del orden de los 4 metros, y su edad se sitúa entre el Oligoceno superior y
el Mioceno inferior. Sobre estos materiales y lateralmente a ellos existe un depósito de unos
25 - 30 metros de potencia máxima constituido por conglomerados y areniscas de cemento
ferruginoso y fangos variolados, que lateralmente pasan a facies más arcillosas con ausencia
de conglomerados. La interferencia de los procesos volcánicos de los campos de Calatrava
supone la existencia de intercalaciones importantes, en esta serie detrítica, de materiales
hidromagmáticos que, a veces, constituyen el cuerpo exclusivo del paquete estratigráfico.

25
Sobre los fangos y arenas limosas y lateralmente a ellos se depositó una serie margo-
arcillosa y calcárea con alto contenido en materiales procedentes del vulcanismo como piro-
clastos de caída y productos hidromagmáticos; la potencia de este conjunto de materiales no
sobrepasa los 70 metros. Ambos conjuntos sedimentarios constituyen la base del relleno
plioceno de las cuencas terciarias del Tramo. A este plioceno inferior se superpone un depó-
sito de facies similares al anterior formado por arenas, gravas, fangos, margas y calizas que
pertenecen ya al Plioceno superior y cuya potencia puede estimarse en 15-20 metros. El
Plioceno acaba con la deposición de la raña cuya máxima potencia no excede de 10 metros.

El cuaternario es un periodo en que se desarrolla toda una serie de procesos geomorfológi-


cos con varias fases de erosión y sedimentación que dará lugar a la creación de depósitos
coluviales, abanicos aluviales, glacis y terrazas en cada una de ellas.

26
FIGURA 7 COLUMNA ESTRATIGRÁFICA GENERAL DEL TRAMO DE ESTUDIO
FIGURA 7 COLUMNA ESTRATIGRÁFICA GENERAL DEL TRAMO DE ESTUDIO
Sincrónicamente con la deposición de las series detríticas y carbonatadas del terciario supe-
rior y con algunas pequeñas manifestaciones en el Pleistoceno inferior, se desarrolla en la
zona de los Campos de Calatrava un proceso vulcanológico que dará lugar a un edificio vol-
cánico compuesto por piroclastos de caída, productos hidromagmáticos y lavas. En una pri-
mera fase, poco importante, durante el Mioceno superior, se extruyen materiales de carácter
ultrapotásico. La segunda fase desarrolla un vulcanismo alcalino y ultralcalino con emisión de
basaltos olivínicos y basanitas en las zonas centrales y melilillitas olivínicas y nefelinitas oliví-
nicas tanto en el centro como en los bordes. La actividad principal se desarrolla en el Plioce-
no superior, tiempo al que pertenecen los edificios volcánicos mejor conservados.

2.5. TECTONICA

Los episodios de deformación detectados dentro del Tramo corresponden a tres ciclos oro-
génicos distintos: Pre-hercínico, Hercínico y Alpino. Los dos primeros dieron lugar, en fases
diversas, al plegamiento, fracturación, esquistosidad y metamorfismo que caracterizan a los
materiales del zócalo precámbrico-paleozoico, el cual aflora en la superficie del Tramo de
forma mayoritaria, soportando los materiales terciarios y cuaternarios depositados sobre él en
pequeñas cuencas, creadas por efectos del tercer ciclo orogénico materializado por los pri-
meros empujes alpinos detectados en el zócalo precámbrico-paleozoico extremeño-
castellano, que provoca una megaestructura de abombamiento que al partirse en una fase
de distensión dará lugar a los horst y grabens que se conforman como cuencas interiores.

La dislocación del zócalo hercínico dará lugar entre el Mioceno superior y Pleistoceno a ma-
nifestaciones ígneas efusivas cuyos materiales atravesaron y se interestratificaron con las
formaciones que se estaban sedimentando.

Estructuras Pre-hercínicas

De acuerdo con los datos bibliográficos obtenidos en estudios de las áreas precámbricas
dentro y fuera del Tramo de estudio, parece existir un episodio de plegamiento intraprecám-
brico generalizado que daría lugar a una discordancia angular observada entre los materiales
detrítico carbonatados del Vendiense y su substrato.

Por otra parte, el paralelismo detectado entre los materiales del precámbrico situados por
encima de la discordancia intraprecámbrica mencionada y los ordovícicos, confieren a la
discordancia Sárdica, que los separa, un carácter eminentemente erosivo, asociado a un
proceso de transgresión y sin deformaciones importantes. Consecuencia de ello es el hecho
de que la base del Paleozoico se apoye indistintamente sobre los diferentes materiales de las
series precámbricas, pudiendo darse una discordancia angular cuando el apoyo se realiza en
los materiales situados por debajo de la discordancia intra-precámbrica.

29
La ausencia de esquistosidad asociada al plegamiento intra-precámbrico observado, no
permite precisar las características geométricas de las estructuras creadas, e indica que de-
bió tratarse de un plegamiento suave. El plegamiento hercínico modificó la geometría y posi-
ción de los elementos estructurales.

Estructuras hercínicas

La deformación debida al plegamiento hercínico es la principal responsable de las estructu-


ras existentes en la zona. (Foto 3).

La primera fase Hercínica, que es la principal, es una fase compresiva que origina pliegues,
esquistosidad, cabalgamientos y fallas.

Los pliegues regionales tienen dirección ONO-ESE a E-O. Estos pliegues presentan inmer-
siones de 20° - 30° e incluso mucho mayores por efectos de deformaciones tardías, aunque
originalmente es probable que se tratara de pliegues cilíndricos. Los planos axiales son sub-
verticales o ligeramente vergentes hacia el Sur. La geometría de los pliegues mayores de
esta fase está muy modificada por el plegamiento y fracturación posterior.

Los pliegues de los niveles constitutivos por alternancias suelen ser abiertos, angulosos, con
flancos rectos y charnelas agudas. Los constitutivos en pizarras suelen ser más apretados.

La segunda fase de deformación hercínica se caracteriza por las modificaciones que sopor-
tarán, en consecuencia, las estructuras creadas en la primera fase de deformación. Esta fase
va a originar macropliegues de rumbo NE-SO, cruzados con respecto a los anteriores, cir-
cunstancia que dará lugar a la formación de domos y cubetas.

La fracturación tardihercínica que afecta a los afloramientos del Tramo se apartan del modelo
convencional de fracturación tardihercínica establecido para la mayor parte del Macizo Hes-
périco.

Las fallas más antiguas parecen ser las de rumbo ONO-ESE (N100°E). Son subparalelas a
los pliegues de primera fase y su componente principal es inverso con vergencia al sur. Las
fallas más abundantes y de mayor recorrido tienen rumbo ENE-OSO a E-O (N70°E-N80°E-
N90°E). Son fallas kilométricas, a veces con dúplex, que muestran movimientos de desgarre
e inverso con vergencia Sur.

Las fallas de dirección NE-SO (N40°E - N60°E) son también relativamente abundantes.

30
Foto 3. Pliegues tumbados sobre los materiales del grupo litológico 121ª. Pk (115,5) de la carretera nacional 403.
Por último, existe una familia de fallas, con menor desarrollo, de rumbo NO-SE (N140°E -
N170°E).

Estructuras alpinas y post-alpinas

Las deformaciones que pueden observarse en los materiales pliocenos, así como la activi-
dad volcánica desarrollada esencialmente durante el mismo periodo, delatan un contexto
tectónico distensivo controlado por fallas del zócalo hercínico.

2.6. SISMICIDAD

A O
G D
O
Según la Norma de Construcción Sismorresistente:
O A orresisten
rresisten : Parte General
G y Edificación (NCSE- 94),
el Tramo Ciudad Real - Puebla de Don Rodrigo
Rodr go se encuentra
Rod enc
en enteramente situado, dentro

D
R T
del Mapa de Peligrosidad Sísmica, a, por debajo
deb jo del valor
val 0’04 del cociente entre la aceleración
va
E R

sísmica básica y el valor de la gravedad.


gravedad (Ver Figura
Figu 8).
D PA

De acuerdo con lo dispuesto


uesto en
puesto e el apartado
apartad 1.2.3. de dicha Norma, se deduce que no es
aparta
A

obligatoria su aplicación en la
las construcc
construcciones
onstrucc realizadas en el Tramo de estudio.

31
O
D
A
G
D A
O

FIGURA 8.
8 SITUACIÓN
SITU
SITUA DEL
EL
L TRAMO DE ESTUDI
ESTUDIO EN EL MAPA DE PELIGROSIDAD SÍSMICA
P
R
A
E
3. ESTUDIO DE ZONAS

3.1. DIVISION DEL TRAMO EN ZONAS DE ESTUDIO

Para encuadrar y caracterizar la constitución geológica del Tramo se ha establecido una divi-
sión en tres Zonas en base al tipo de materiales aflorantes y a su geomorfología. La distribu-
ción geográfica de estas tres Zonas se muestra en la Figura 9, y sus características diferen-
ciadoras se describen a continuación.

Zona 1: Campos de Calatrava

Se caracteriza por un relieve de morfología suave en el que destacan relieves de


origen volcánico, como los cerros tronco-cónicos de los edificios creados por los
piroclastos de caída y productos hidromagmáticos, así como, las calderas de ex-
plosión, cuya morfología actual ha dado lugar a lagunas endorreicas. Las cola-
das basálticas suelen dar lugar a plataformas más o menos amplias sobre los
materiales margo-arcillosos y carbonatados del Plioceno. La red fluvial está poco
encajada y el desarrollo de terrazas y superficies erosión es escaso.

Zona 2: Sierras paleozoicas

Está constituido por los relieves apalachianos conformados por la cuarcita Armo-
ricana, laderas regularizadas y cubiertas de depósitos de piedemonte. Dentro de
estos relieves aparecen pequeños edificios volcánicos de edad terciaria. La edad
de los materiales dominantes es ordovícica.

Zona 3: Depresiones entre sierras

Posee un relieve muy maduro caracterizado por las superficies de la raña que
enlaza mediante conos y coluviales muy antiguos con los relieves apalachianos
de la Zona 2. También se incluyen los núcleos precámbricos culminados por una
superficie de erosión e intensamente alterados.

34
3.2. ZONA 1: CAMPOS DE CALATRAVA

3.2.1. Geomorfología

La Zona 1 se sitúa dentro de la unidad morfoestructural de los Campos de Calatrava y se


caracteriza por un relieve de morfología suave en el que destacan relieves de origen vol-
cánico. Su red fluvial está poco encajada y el desarrollo de terrazas y superficies o planos
de erosión - deposición es escaso. Detrás del relieve volcánico deben destacarse los
cerros tronco-cónicos de los edificios creados por los piroclastos de caída y productos
hidromagmáticos arrojados por el volcán, así como, las calderas de explosión de las fa-
ses hidromagmáticas, cuya morfología actual, dando lugar a lagunas endorreicas, es tan
características y espectacular en estos paisajes.

Por último las coladas basálticas suelen dar lugar a plataformas más o menos amplias sobre
los materiales margo-arcillosos y carbonatados del Plioceno.

Los materiales Pliocenos integrantes esenciales, junto a los volcánicos, de esta Zona 1,
constituyen terrenos de suave morfología; se trata en general de terrenos con estructura
horizontal trastocados localmente por efectos del vulcanismo.

El curso fluvial más importante existente en esta Zona 1, es el río Guadiana representado por
un asomo de su cauce de inundación de naturaleza pantanosa y algunos terrenos de terraza
de su margen derecha. El resto de los arroyos aparecen poco encajados y sus depósitos
aluviales adquieren pequeño desarrollo.

La Zona 1 está constituida por depresiones creadas en estructuras hercínicas de naturaleza


sinclinal o anticlinal, que han sido rellenadas posteriormente por sedimentos pliocenos y pro-
ductos volcánicos, y en una fase final, por pedimentos de tipo raña o glacis de acumulación
que dan lugar a plataformas de suave pendiente que parten del pie de las sierras circundan-
tes.

Las depresiones o sectores que componen la Zona 1 son: cubeta del domo de Alcolea de
Calatrava - Picón, cubeta del sinclinal de Piedrabuena y depresión del Sinclinal de Porzuna.

La morfología de los Campos de Calatrava constituye un relieve singular por ser la única
zona de la península, junto a los Campos de Olot en Gerona, donde se conservan edificios
de una actividad volcánica. (Figura 10). Los conos de cinder, las calderas de explosión y las
plataformas de lavas imposibles de ver en otras regiones de España que no sean las Islas
Canarias y las zonas mencionadas, merecen una consideración especial por sus valores
científicos y paisajísticos que debería concretarse en una protección oficial de algunas áreas,
como patrimonio geológico, que impidiera una destrucción masiva de estos relieves como
consecuencia de una sobreexplotación de los materiales constitutivos de los mismos

36
3.2.2. Tectónica

La tectónica de los materiales de la Zona 1, está caracterizada por procesos distensivos que
comenzaron en el Mioceno superior, posteriores a la fase de compresión bética. Pérez Gon-
zález (oo.cc) aboga por dos etapas distensivas fundamentales. La más antigua será respon-
sable de la apertura de la cuenca de Ciudad Real entre otras, rellenas de depósitos del Mio-
ceno superior - Plioceno. La segunda amplia la cuenca a toda la llanura manchega en el lí-
mite Plioceno inferior - superior (fase Iberomanchega 1). Posteriormente otros reajustes tec-
tónicos de menor intensidad proceden a la instalación de la raña.

Molina (1975), en base a las discordancias observadas en los materiales “volcano sedimen-
tarios” y los materiales calcáreos infrayacentes existentes en el yacimiento de la Higueruelas
(fuera del Tramo), establece la existencia de dos fases tectónicas asociadas a épocas de
mayor actividad volcánica y situadas en el Mioceno superior y Plioceno respectivamente.

Por lo observable en el terreno, lo que se puede constatar es que las deformaciones exis-
tentes en los terrenos del Terciario superior y Plio-cuaternario están estrechamente relacio-
nadas con la actividad volcánica, tal como abombamientos y colapsos de calderas. Allí don-
de no se aprecia actividad volcánica próxima los terrenos no presentan deformación aprecia-
ble.

3.2.3. Columna estratigráfica

La columna estratigráfica de la Zona 1 se contempla en la Figura 11.

37
FIGURA 10. CORTE GEOLÓGICO DE LA ZONA 1
FIGURA 11 COLUMNA ESTRATIGRÁFICA DE LA ZONA 1

3.2.4. Grupos litológicos

ALUVIAL (A1, a1)

- Litología

Este grupo está constituido por gravas y gravillas subredondeadas y sueltas, de


cantos de cuarcita, e inmersas en una matriz arenosa y limosa. Los aluviales de
arroyos y barrancos poseen un porcentaje mucho mayor de limos y arcillas. Se
trata de materiales sueltos y no consolidados, por lo que su dureza y compacidad
son prácticamente nulas.

- Estructura

Este grupo constituye el cauce de avenida de los cursos fluviales del tramo. Carto-
gráficamente presenta una estructura canalizada y tabular, interiormente se pre-
senta de una forma masiva. Se dispone horizontalmente. La potencia de este grupo
litológico es de 0.5 a 3 metros para (a1) y de 3 a 7 metros para (A1).

- Geotecnia

Permeabilidad: Materiales permeables por percolación y porosidad.


Estabilidad natural: Terrenos sometidos a la dinámica fluvial.
39
Capacidad portante: Por sus condiciones geomorfológicas no son terrenos ade-
cuados para fundar sobre ellos estructuras de ningún tipo, de las cuales habrá que
transferir siempre sus demandas de resistencia al substrato próximo.

Ripabilidad: Materiales ripables en su totalidad.

FONDOS DE VALLE (A2)


TERRAZA ALUVIAL (AT)
TERRAZA (T)

Estos grupos se describen en la Zona 3, donde se encuentran mejor representados.

AREAS ENDORREICAS (1)

- Litología

Este grupo litológico está constituido por limos y arcillas grises que contienen can-
tos dispersos procedentes de los relieves circundantes. La fracción arcillosa está
compuesta principalmente por esmectitas, y en menor proporción por illita y caoli-
nita. No se ha detectado presencia de sales en las lagunas desarrolladas sobre
materiales paleozoicos. Las desarrolladas sobre materiales terciarios presentan in-
dicios de sulfatos, carbonatos, nitratos y otras sales. La compacidad de estos mate-
riales es muy baja. Se trata de materiales sueltos y no consolidados. Presenta una
alterabilidad muy alta.

- Estructura

Este grupo conforma pequeñas lagunas endorreicas en el interior de calderas de


explosión y "maares" freatomagmáticos, de origen volcánico. Cartográficamente
tiene una estructura tabular y se encuentra finamente estratificado en estrechas
capas microscópicas. Su alimentación procede de las vertientes de los cráteres y
es de carácter estacional. Actualmente se encuentran desecadas para el cultivo,
pero con precipitaciones importantes (como las de Febrero de 1997) pueden volver
a rellenarse. La potencia de este grupo es muy escasa e inferior a 3 metros. (Fotos
4a y 4b).

- Geotecnia

Permeabilidad: Zonas inundables que forman lagunas temporales.


Capacidad portante: No son terrenos adecuados para apoyar sobre ellos infraes-
tructuras de ningún tipo.

RAÑA (350) Y NIVELES DE GLACIS (g)

Este grupo se describe en la Zona 3 donde tiene una mejor representación.

40
Fotos 4a - 4b. Laguna de la Camacha antes y después de las precipitaciones del invierno de 1997. Se trata de un crater creado por una explosión volcánica de tipo freatomagmática.
En primer plano se observa el aspecto superficial de los depósitos generados por este tipo de explosión. En último plano los relieves apalachanos cuarcíticos de edad ordovícica.

41
CALIZAS, CALIZAS MARGOSAS, CALIZAS ARENOSAS Y DOLOMIAS (322b1 y 322b2)

- Litología

Este conjunto litológico está integrado por dos unidades estratigráficas correspon-
dientes al Plioceno. La más importante, grupo 322b1, pertenece al Plioceno inferior
y está constituida por calizas micríticas blanquecinas, dolomicritas, calizas margo-
sas y dolomías. El subgrupo 322b2 está formado por calizas arenosas del Plioceno
superior, y está separado del anterior por un paquete detrítico de naturaleza sedi-
mentaria y volcánica. Ambos grupos están conformados por una sucesión irregular
de bancos bien estratificados de potencia centimétrica. Poseen tonos claros y colo-
res blanquecinos. La alterabilidad se estima baja. La compacidad y la dureza es
moderada-alta. Es muy frecuente encontrar intercalaciones piroclásticas en las ba-
ses de estos grupos. (Fotos 5 y 6).

Foto 5. Cuerda de calizas pliocenas del grupo 322b, junto al cementerio de Valverde

42
Foto 6. Materiales margosos y carbonatados pertenecientes al grupo litológico (322b1).
En esta pequeña explotación abandonada se observa claramente el aspecto no-
dular de los niveles carbonatados. Carretera vecinal de la margen derecha del río
Guadiana que une el puente de Alarcos y Corral de Calatrava por el Castillo de
Herrera, proximidades de la Casa de Don Francisco Sánchez.

- Estructura

Estos grupos dan lugar a relieves tabulares en capas horizontales. El aspecto exte-
rior del conjunto sedimentario es noduloso. Como consecuencia de la actividad vol-
cánica; fases intrusivas y explosivas y de colapso de calderas, estos materiales
aparecen localmente rotos y dislocados formando barras, muelas, pliegues suaves
y laxos y estructuras circulares de pequeño radio. Se encuentra afectado por fallas
de dirección ENE - ONO, relacionadas con el vulcanismo del campo de Calatrava.
En algunos puntos se han detectado fallas de tipo inverso. El grado de fracturación
se estima bajo. El espesor máximo de las capas carbonatadas oscila entre 20 cm y
1 metro. La potencia máxima del grupo (322b1) es de 25 - 30 metros, medida en
Alcolea de Calatrava; y de 4 a 5 metros la del grupo (322b2).

43
- Geotecnia

Permeabilidad: Este grupo litológico posee una moderada capacidad de infiltración


a través de la red de fisuración y karstificación.

Estabilidad natural: Las reducidas áreas ocupadas por los materiales de estos gru-
pos dan lugar normalmente a terrenos de morfología suave, a veces con pequeñas
escarpaduras, en donde pueden apreciarse una buena estabilidad del terreno, sólo
interrumpida muy localmente por algún pequeño desplome o desprendimiento de-
bido a la erosión diferencial sin mayor transcendencia. En algún caso, tal como ocu-
rre en el afloramiento existente en la margen izquierda del río Guadiana, cuadrante
IV de la Hoja nº 784 de Ciudad Real, se ha podido señalar un centro de subsiden-
cia por karstificación de los materiales de este grupo.

Taludes artificiales observados: Son pocos y de pequeña altura los excavados so-
bre este grupo litológico. Se trata en general de desmontes de perfil subverticaliza-
dos sin mayores problemas dada las dimensiones de los mismos.

Taludes recomendados: Con pequeñas excepciones fundamentadas en problemas


de alteración, karstificación, intensa fracturación o presencia de horizontes margo-
sos intercalados, podrán excavarse taludes subverticales procurando dejar siempre
una amplia cuneta al pie del talud. En los casos en que puedan presentarse cir-
cunstancias como las mencionadas anteriormente, el diseño dependerá lógica-
mente de las circunstancias locales, aunque puede estimarse que siempre se les
podrá dar pendientes con valores por encima de 1H:1’5V.

Capacidad portante: Debe temerse los problemas que pudieran surgir, debidos a
los fenómenos de karstificación existentes localmente en este grupo, ante la nece-
sidad de aplicar cargas al mismo para apoyos de cualquier tipo de estructura. En
general los materiales de este unidad litológica, especialmente en los afloramientos
calizos más potentes y compactos del grupo (322b1) presentarán una resistencia
alta o muy alta ante las solicitudes de carga, si bien podrían exceptuarse, y consi-
derarse con condiciones moderadas, las zonas de contacto con los materiales vol-
cánicos en donde la tectonicidad o intrusión de materiales ígneos modificarían las
características resistentes del terreno rebajándolas presumiblemente.

Debido a la facilidad que presentan estas calizas lacustres de cambiar lateralmente


a facies más margosas o a intercalar horizontes de piroclastos o productos hidro-
magmáticos, de un vulcanismo activo durante la sedimentación caliza, será nece-
sario estudios detallados en orden a conocer la dimensión en profundidad de los
44
materiales calcáreos cartografiados cuando se trate de apoyar estructuras que re-
quieran respuestas resistentes de alguna entidad.

MARGAS Y ARCILLAS EXPANSIVAS CON INTERCALACIONES DE CALIZAS MAR-


GOSAS Y PRODUCTOS VOLCÁNICOS (322a)

- Litología

Este grupo litológico está constituido principalmente por margas grises y blanqueci-
nas, y arcillas grises y verdosas en cuya composición participa una importante pro-
porción de arcillas expansivas. Intercalados en esta serie existen niveles irregulares
de calizas margosas. Es muy frecuente encontrar depósitos hidromagmáticos inte-
restratificados, que cuando tienen una representación cartográfica significativa se
han diferenciado como el grupo litológico (001c). Se han detectado niveles con ye-
sos y otros sulfatos dentro de algunos paquetes con arcillas expansivas. Se trata
de un conjunto muy bien estratificado. Los materiales expansivos son blancos, con
una compacidad moderada, dureza baja y se estratifican en bancos métricos. Los
niveles nodulosos carbonatados suelen tener un espesor de 15 - 20 cm, de tonos
claros y blanquecinos, se trata de rocas densas y pesadas. Petrológicamente se
trata de micritas, dolomicritas y dolomías. Algunos niveles carbonatados poseen
una recristalización dendrítica y arborescente con una textura exterior tobacea. Los
niveles volcánicos interestratificados son fragmentarios, con un tamaño de grano
muy fino (cenizas) o de milimétrico a centimétrico (piroclastitas). Estos niveles vol-
cánicos tienen tonalidades claras de colores verdosos y grisáceos. El techo de la
serie es más rica en niveles carbonatados nodulosos, dando un paso transicional al
grupo litológico 322b1. (Foto 7).

- Estructura

Este grupo litológico conforma relieves suaves y planicies. Se dispone en capas


subhorizontales y presenta una estructura tabular. La continuidad lateral de las in-
tercalaciones suele ser de 1 a 2 kilómetros en la intercalaciones volcánicas y de
aproximadamente 50 - 70 metros en los niveles carbonatados. Se han detectado
fracturas, lineamientos y contactos de tipo mecánico con grupos colindantes. De
todos modos, el grado de fracturación se considera bajo. Debido al carácter arcillo-
so y expansivo del grupo, el grado de alterabilidad se estima moderado - alto. La
potencia máxima de este grupo se ha medido en Alcolea de Calatrava que se esti-
ma en 70 metros.

45
Foto 7. Materiales margosos con arcillas expansivas pertenecientes al grupo litológico
(322a). Obsérvese el mal estado de los taludes. Proximidades del puente de Alar-
cos.

- Geotecnia

Permeabilidad: En conjunto, este grupo posee una permeabilidad que puede oscilar
dentro de un rango moderado. Los horizontes carbonatados diaclasados y/o karsti-
ficados y la intercalación circunstancial de lechos volcánicos como piroclastos o
coladas basálticas, facultan la existencia de una permeabilidad moderada con la
posible creación de pequeños freáticos colgados o cautivos. El resto de la serie
presentará un permeabilidad baja o muy baja.

Estabilidad natural: Los terrenos que configura este grupo litológico suelen ser de
morfología suave, llana o alomada, debido a lo cual no se han detectado problemas
especiales de inestabilidad de taludes naturales. Sin embargo en las pocas ocasio-
nes en las que este grupo se le ve conformando una ladera se observa su proclivi-
dad a una inestabilidad manifiesta; como es el caso de algunos terrenos existentes
en la margen derecha del río Guadiana en las proximidades del puente de Alarcos.

46
Taludes artificiales observados: Los taludes de excavación existentes en las carre-
teras del Tramo son de pequeñas dimensiones. El diseño de los mismos está con-
dicionado por la presencia o no de horizontes calizos, encostramientos o caliches;
en el caso de que existan estos horizontes que arman la formación, los taludes pe-
queños se mantienen bien con perfiles acusados, pero en ausencia de ellos los
desmontes excavados con pendientes 1H:1V se deterioran y deforman por peque-
ños deslizamientos superficiales que intentan dotar al talud de una inclinación me-
nor.

Taludes recomendados: Si la formación local aparece armada por horizontes car-


bonatados competentes, el talud podrá soportar pendientes fuertes siempre que las
capas aparezcan horizontales o buzando contra el talud, y los niveles margosos
intercalados no sean muy potentes; por que en estos casos, la erosión diferencial y
la deformación de estas capas, que puede ser muy importante dada la alta posibili-
dad de que existan arcillas expansivas en los mencionados horizontes arcillosos o
margosos, dará lugar a desplomes y desprendimientos.

Si el desmonte se excava en una litología eminentemente margosa, los taludes


estables requerirán pendientes muy tendidas, como mucho la 1’5H:1V. La existen-
cia de arcillas expansivas en estas formación, así como la circunstancial presencia
de roturas fósiles de ladera, aconsejan diseños suaves en estos taludes, que si lle-
gasen a ser importantes (circunstancia poco probable dada la morfología que con-
forma a estos terrenos) requerirán posiblemente algunas medidas de estabilización.

Capacidad portante: Sólo debe esperarse un comportamiento moderado en la re-


sistencia de estos terrenos en el caso favorable de cimentar sobre zonas en donde
la serie sedimentaria integrada por horizontes calizos y calizas margosas en alter-
nancia con margas y arcillas. Es posible que la composición mayoritaria de los ni-
veles calizos posibilitasen una respuesta moderadamente alta a las solicitudes de
carga, pero esta circunstancia tendrá que ser confirmada siempre con estudios de
detalle. Se trata de una formación con rápidos cambios entre facies carbonatadas y
arcillosas y con presencia constante de arcillas expansivas que posibilitan la apari-
ción de asientos diferenciales con suma facilidad; circunstancia que puede detec-
tarse en edificaciones fundadas sobre estos terrenos. En ausencia de horizontes
competentes carbonáticos o no (dado que también pueden presentarse intercala-
ciones de materiales volcánicos como piroclastos o coladas) la resistencia del te-
rreno debe estimarse con los valores moderados más bien bajos. Se ha de tener
muy especialmente cambios estacionarios en la humedad del terreno a nivel de ci-
mentación.

47
Ripabilidad: Si exceptuamos algún horizonte calcáreo de alguna potencia, el resto,
que será la gran mayoría del grupo litológico será ripable por medios mecánicos
normales.

ARENISCAS, ARENAS Y FANGOS VARIOLADOS. LOCALMENTE CONGLOMERADOS


Y BRECHAS (321b)

Este grupo litológico se describe en la Zona 3 donde se encuentra mejor representado.

CORAZAS FERRALITICAS (321a)

- Litología

Este grupo litológico está constituido por un nivel inferior de abundantes clastos silí-
ceos y matriz arcillosa predominantemente de caolinita y parcialmente de gibbsita y
illita. Le sigue un horizonte moteado ferruginoso, de un metro aproximadamente de
potencia , con abundantes nódulos ferruginosos, cuarzo y caolinita. En el techo de
este grupo es frecuente encontrar caparazones de hierro, hierro masivo que culmi-
na con una coraza de óxidos de hierro de estructura ruiniforme o laminar a veces
concrecional, nodular y pisolítica. La compacidad y la dureza son muy altas. (Foto
8).

- Estructura

Este grupo se encuentra fosilizando un paleorelieve sobre materiales paleozoicos


o interestratificado dentro de otro grupos de edad terciaria. Es decir su disposición
estratigráfica es variable. Yace de forma subhorizontal, y su estructura es tabular.
Presenta importante variaciones laterales tanto en potencia como en composición.
Se encuentra a menudo tectonizado, y no es raro encontrarlo fallado de forma in-
versa sobre los grupos paleozoicos. No obstante, en grado de fracturación y la in-
tensidad del diaclasado son bajos. La potencia total es de 3 metros, y se estratifica
en horizontes de 1 metro de potencia.

48
Foto 8. Conglomerados ferruginosos del grupo litológico (321a), en la margen derecha del
arroyo de la Zurda. Carretera de Alcolea de Calatrava a Corral de Calatrava.

- Geotecnia

Permeabilidad: Grupo permeable sólo por fisuración.

Estabilidad natural: Es normal encontrar en las medias laderas, en donde este gru-
po suele encontrarse, bloques desprendidos de las pequeñas cornisas que la ero-
sión diferencial provoca en él. Este tapizado de bloques sobre las laderas es un fe-
nómeno viejo que no tiene en la actualidad apenas desarrollo.

Taludes artificiales observados: Prácticamente no existen taludes de excavación en


este grupo. En algún caso en donde estos materiales aparecen conformando parte
del talud se puede observar la formación paulatina de cornisas debido a la diferen-
cia de cementación entre el paquete que constituye la coraza y el terreno inmediato
sobre el que se apoya que puede ser o no de mismo origen sedimentario: conglo-
merados y brechas de matriz limo-arenosa de borde de pequeñas cuencas o sue-
los de alteración.

Taludes recomendados: Se podrán dar pendientes subverticales siempre que se


evite la erosión del nivel más blando situado inmediatamente debajo del horizonte
cementado, en el caso de que aflorase en el talud.

49
Capacidad portante: El paquete de costra ferralítica posee una alta capacidad de
resistencia que en cierta manera puede resultar engañosa si su potencia es pe-
queña y los apoyos se efectúan a media ladera en donde este grupo conforma
plataformas. La circunstancia apuntada anteriormente, de existir, normalmente en
la base de las corazas, un terreno de mucha más baja competencia, al cual podrían
llegar los efectos del bulbo de presiones, obliga a obtener un buen conocimiento de
la estratigrafía local de este grupo. En cualquier caso, salvo que el apoyo se reali-
zase próximo a los bordes escarpados que pueden formar estos materiales, podrá
esperarse como mínimo una respuesta resistente moderada.

Ripabilidad: Las corazas que constituyen el horizonte superior de este grupo litoló-
gico no son ripables, pero los niveles inferiores de conglomerados y brechas menos
cementados si lo serán; incluso si las corazas no son muy potentes podrían ser ex-
cavadas mecánicamente.

LAVAS VOLCÁNICAS (001a)

- Litología

Este grupo litológico está constituido por lavas masivas de origen volcánico. En la
mayor parte de los casos son coladas, y sólo ocasionalmente son restos de chime-
neas de edificios muy erosionados o diques. Son lavas de color negro, a menudo
vacuolares, y frecuentemente presenta inclusiones de cuarcitas y calizas no digeri-
das de la roca caja o paredes de la chimenea. Se trata de rocas porfídicas, con fe-
nocristales de olivino, augita y con una matriz de augita, opacos, olivino, feldespa-
tos y feldespatoides. La clasificación petrológica de estás rocas se engloban en tres
grupos: melilititas, nefelinitas y basaltos. La compacidad y dureza de las rocas se
estima muy alta. (Foto 9).

50
Foto 9. Aspecto superficial del grupo litológico (001a). Colada basaltica que da origen a la
colada de Piedrabuena. Al fondo el morro de la Arzollosa, volcán del que procede
la mencionada colada.

- Estructura

Este grupo da relieves en mesa, como las coladas de Piedrabuena. Su distribución


geográfica se reduce a la parte Este del Tramo. Es decir al área de Porzuna, Pie-
drabuena y Ciudad Real. El grado de fracturación y diaclasado ha de estimarse en-
tre moderado y alto. Esta red de fracturación es la que favorece la infiltración en la
población de Piedrabuena, generando un acuífero importante. El grado de altera-
ción meteórica es bajo, En este sentido, sólo se ha generado un pequeño horizonte
edáfico, en ningún caso superior a los 30 cm. En algunos casos este horizonte es
coluvial - agrícola. Este grupo se estructura en coladas de potencia muy variable,
por lo general entre 2 y 10 metros. Su aspecto suele ser masivo, aunque es igual-
mente frecuente encontrar estructuras aglomeradas y niveles de alteración con re-
siduo de roca formando bolos. (Foto 10). A veces, estas coladas se encuentran in-
tercaladas por niveles piroclásticos de naturaleza y estructura muy variada.

51
Foto 10. Colada volcánica, grupo litológico (001a), con disyunción en bolos sobre los mate-
riales de la raña pertenecientes al grupo litológico (350). Pk (258’5) de la carretera
nacional 430.

- Geotecnia

Permeabilidad: Materiales permeables por fisuración.

Estabilidad natural: En general, las amplias superficies llanas o de suave morfología


a que dan lugar normalmente los materiales de este grupo litológico, constituyen
áreas sin problemas al respecto. Sólo en ciertas circunstancias se puede hablar de
una clara problemática de inestabilidad: Son los casos en los que las coladas for-

52
man plataformas, sobre materiales blandos y deformables que puedan aflorar en
las laderas bajo los escarpes creados por las lavas; En estos casos, los problemas
de desplomes y deslizamientos son frecuentes, y si las coladas son de dimensio-
nes reducidas, el colapso gravitacional puede afectar a toda ella formándose una
morfología escalonada.

En los procesos inestables observados se han podido diferenciar desde movi-


mientos fósiles inactivos a procesos en estado latente y circunstancialmente acti-
vos.

Taludes artificiales observados: No existen en la práctica taludes de excavación en


estos materiales si exceptuamos reducidos afloramientos en pequeños desmontes.

Taludes recomendados: La heterogeneidad litológica y estructural de las coladas


lávicas no permite definir un tipo de talud ideal que en principio, podría pensarse se-
ría de perfil muy fuerte con tendencia a la subverticalidad. Los cambios laterales y
verticales en la textura y estructura de estas rocas, así como la alteración de las
mismas pueden aconsejar taludes más tendidos, cuyos valores estarían en orden
al 1H:1V. Circunstancialmente en zonas de plataformas, en donde es posible que
estas rocas estén, rotas por procesos gravitacionales, las pendientes a dar, en or-
den a la estabilidad del talud, serían inferiores a esos 45°.

Capacidad portante: En principio debe esperarse una alta resistencia a los mate-
riales de este grupo. No obstante, conviene tener en cuenta las circunstancias que
rodean a este grupo litológico en orden a los cambios texturales y estructurales y a
los procesos geomorfológicos en los que se ve inmerso, a veces, comentados ya
en apartados anteriores. En razón de dichas circunstancias podrían darse proble-
mas de asientos diferenciales de importancia, lo cual significa que a la hora de pro-
yectar una cimentación sobre este grupo se requerirán estudios muy detallados so-
bre la estratigrafía local y la geomorfología del área.

Ripabilidad: Grupo mayoritariamente no ripable que presentará áreas con carácter


marginal y algunas que lo serán por alteración, fisuración y cambios laterales y en
profundidad de la textura y estructura.

53
ROCAS PIROCLASTICAS (001b)

- Litología

Este grupo litológico está constituido por rocas piroclásticas más o menos soldadas
y de aspecto granular. Este grupo presenta variaciones texturales y composiciona-
les. En este sentido, los depósitos piroclásticos se han separado en tres grupos
texturales; cenizas, lapillis, escorias y bombas. Composicionalmente, la clasificación
de estás rocas se incluyen dentro del grupo de las melilititas, nefelinitas y basaltos.
La compacidad y dureza de las rocas se estima de moderada a baja, ya que algu-
nos niveles se encuentran sueltos.

Las cenizas suelen ser escasas y más normales en el grupo (001c). Son depósitos
de materiales finos, sueltos y de tonos cremas. Se trata de tobas cineríticas finas,
medias y gruesas, estratificadas de forma planar y cruzada. Suele haber inclusio-
nes de bloques (con estructuras de deformación por caída) de cuarcita, pizarras y
calizas de tamaños muy variables (de 15 cm a 3 m). En los tamaños más finos de
tobas (< 2 mm) hay inclusiones de megacristales muy fracturados de piroxenos
principalmente, y en menor proporción de olivinos, cuarzos y feldespatos. Es fre-
cuente encontrar intercalaciones de arcillas expansivas y lapillis.

Los lapillis son muy variables textural y composicionalmente. Son aglomerados de


cantos heterométricos y poligénicos parcialmente cementados o sueltos. El lapilli
más típico, explotado en canteras como árido de inmejorable calidad, está consti-
tuido por clastos angulosos de cuarcita (5 – 8 cm) y fragmentos volcánicos (2 –
3 cm), soldados de forma muy irregular por carbonatos. Los clastos de naturaleza
volcánica son lavas vacuolares de color negro con inclusiones cuarcíticas no digeri-
das. El porcentaje de cuarcitas en los lapillis es muy variable, llegando a componer
en algunos casos hasta el 95%. del depósito. Otros lapillis también muy explotados
en canteras está constituidos por gravillas muy finas (0.5 cm - 2 cm) y angulosas de
fragmentos de rocas volcánicas muy poco soldadas.

Las escorias y bombas son fragmentos volcánicos de caída de tamaño decimétri-


co. La naturaleza de los bloques, así como el quimismo, es igual que el de los lapi-
llis y cenizas. Sin embargo, el tamaño es muy variable, ya que depende de la vio-
lencia de la explosión. (Foto 11).

54
Foto 11. Materiales piroclásticos pertenecientes al grupo litológico (001b). En el centro de
la imagen se puede observar una bomba dentro de los materiales fragmentarios.
Cantera de picón en las proximidades de Alcolea de Calatrava.

Estructura

Este grupo muestra relieves cónicos, o cónicos deteriorados, que pertenecen a edi-
ficios volcánicos estratificados. Es muy frecuente encontrar depresiones circulares
en su interior producto de hundimientos del tipo caldera. Su distribución geográfica
más importante se localiza en la Zona 1. Se trata de un conjunto muy heterogéneo,
tanto textural como estructuralmente, entre los diferentes episodios de deposición.
No obstante, existen niveles centimétricos de cenizas muy soldadas, recristaliza-
das, muy duras y altamente compactas. El grado de fracturación es bajo, y se han
detectado algunas fallas de carácter inverso dentro de este grupo. El grado de dia

55
clasado se estima bajo debido a la naturaleza aglomerada del grupo. El grado de
alteración meteórica es bajo, en este sentido, sólo se ha generado un pequeño ho-
rizonte edáfico, en ningún caso superior a los 30 cm. En algunos casos este hori-
zonte es coluvial - agrícola. Este grupo se estratifica en capas de potencia métrica
con disposición subhorizontal o suavemente buzando (10° a 30°) en las paredes de
un estratovolcán. A veces, aunque no es muy frecuente, los episodios piroclásticos
pueden verse acompañados de algún nivel de coladas. La potencia aproximada de
este grupo litológico es muy variable y oscila de 10 a 50 metros.

- Geotecnia

Permeabilidad: Grupo considerado con permeabilidad entre alta y muy alta, en ge-
neral, por porosidad intergranular. Superficialmente puede existir un suelo de alte-
ración arcilloso que dificulte un tanto la infiltración rápida de las aguas de escorren-
tía superficial.

Estabilidad natural: En general es un grupo que presenta una buena estabilidad


natural. No obstante, muy circunstancialmente, se ha observado alguna rotura de
ladera, como la existente en el volcán de Picón, suscitada por el contacto con mate-
riales mucho más blandos.

Taludes artificiales observados: No existe taludes excavados en la carreteras del


Tramo. Los observados en canteras donde se explota estos materiales suelen te-
ner paredes muy verticalizadas en donde los problemas de desprendimientos y
desplomes de masas de roca (cantos o bloques) es normal. (Foto 12).

Taludes recomendados: En principio podrán diseñarse taludes entorno a valores


1H:3V. La gran heterogeneidad textural y estructural de estas formaciones supone
que, con frecuencia se dan fenómenos de desmoronamiento por efectos de la ero-
sión diferencial entre distintos niveles de piroclastos. Este hecho pudieran aconse-
jar durante la excavación, el adoptar otros perfiles más tendidos o medidas de con-
solidación. Una amplia cuneta al pie del talud es necesario siempre en este grupo.

Desde otro punto de vista, consideramos que las estructuras volcánicas que cons-
tituyen los edificios de cono cinder de los Campos de Calatrava deberían ser ele-
mentos del paisaje destinados a conservar, como patrimonio geológico, por su alto
valor paisajístico y científico; dado que se trata de formas únicas en la península si
exceptuamos las existentes en los Campos de Olot (Gerona). La presión a la que
está sometida la morfología volcánica de esta región, por las explotaciones de los
lapillis puzolánicos de los conos volcánicos, amenaza seriamente con la desapari-
ción a plazo más o menos previsible de este paisaje singular.

56
Foto 12. Cantera de picón de Alcolea de Calatrava. Obsérvese el mal estado de las lade-
ras.

Capacidad portante: Se considera que los materiales de este grupo litológico pue-
den presentar variaciones importantes en su respuesta resistente de unas áreas a
otras incluso próximas. En principio no debe esperarse una capacidad portante por
encima de estos valores moderados, debiéndose tener en cualquier circunstancia
la posibilidad de presentarse asientos diferenciales. La posible presencia de arcillas
expansivas intercaladas en horizontes de cenizas debe tenerse en consideración.

Ripabilidad: Grupo ripable.

ROCAS HIDROMAGMATICAS (001c)

- Litología

Este grupo litológico está constituido por cenizas volcánicas con fragmentos su-
bangulosos de cuarcitas, pizarras y rocas volcánicas en general. Petrológicamente
constituye una toba poligénica lítica o lítico-cristalina, heterométrica, y con una pro-
porción muy alta de fragmentos accidentales. El cemento volcánico de las rocas hi-
dromagmáticas es una ceniza más o menos argilitizada y carbonatada. Estas rocas
se han diferenciado de las piroclásticas del grupo (001b), ya que al estar constitui-

57
das principalmente por cenizas, sostiene un aspecto esencialmente terrígeno-fino, y
constituye geotécnicamente un suelo de materiales finos con cantos subangulosos
dispersos. Las cenizas contienen fragmentos dispersos de muy distinto tamaño y
de naturaleza variable (cuarcitas, calizas, pizarras, vidrios volcánicos, diabasas,
lherzolitas, etc...). El tamaño normal de los cantos oscila de 3 a 6 cm, aunque se
han detectado diámetros mayores de 15 cm. Los cantos suelen tener formas ova-
ladas y redondeadas y no presentan reacción con la roca volcánica. Algunos nive-
les de explosión contienen macrocristales de anfiboles y piroxenos. La diferencia-
ción de visu de estas rocas con los limos terciarios es difícil. La alterabilidad de este
grupo se estima moderada-alta. La compacidad y dureza son moderados. (Foto
13).

- Estructura

Los relieves que conforma este grupo litológico son muy suaves, prácticamente se
trata de planicies. A menudo muestra depresiones en su interior, actualmente relle-
nadas por lagunas endorreicas, producidas por explosiones freatomágmaticas que
generan cráteres y "maares" de origen volcánico. Los afloramientos de este grupo
se restringen al área este del Tramo. La estructura de sedimentación es tabular, en
forma de manto, producida por una lluvia piroclástica. La disposición de estos mate-
riales es subhorizontal. La potencia de las tongadas es variable, por lo general del
orden métrico. Superficialmente es muy frecuente encontrar un horizonte edáfico de
no más de 30 cm. El grado de alteración es bajo. El grado de fracturación es bajo.
La densidad de diaclasado es muy baja, siempre superior a 5 metros. La potencia
máxima aproximada de este grupo litológico es de 15 m.

58
Foto 13. Materiales fragmentarios de origen volcánico, hidromagmático, pertenecientes al
grupo litológico (001c). Pk (290) de la carretera nacional 430.

- Geotecnia

Permeabilidad: Grupo con permeabilidad de moderada a baja por porosidad, aun-


que permite también una cierta infiltración por fisuración.

Estabilidad natural: Debido sin duda a la morfología suave que normalmente con-
forma los materiales de este grupo sólo se han detectado problemas de mención,
respecto a la estabilidad natural, muy circunstancialmente. Se trata de algunas
áreas de media ladera con pendientes más acusadas y que suelen soportar recu-
brimientos de materiales con capacidad de retención de agua meteórica; en estos
casos se ha podido observar algunos movimientos de gravedad.

Taludes artificiales observados: El único talud de carretera, de alguna importancia,


excavado en este grupo, dentro del Tramo, se localiza en las proximidades de la
población de Piedrabuena. Se trata por otra parte de una zona de media ladera
afectada por deslizamientos fósiles que han afectado a la carretera a consecuencia
de su reactivación inducida por los temporales del invierno del 1997. La pendiente
de este talud está en el entorno de 1’5H:1V.

59
Taludes recomendados: De no existir formaciones que puedan aportar agua o in-
cluir freáticos colgados sobre este grupo los taludes que podrán soportar estos
materiales se estima podrían estar en el entorno del 1H:1’5V. Es probable que in-
cluso pudieran admitir pendientes algo más fuertes incluso en principio pero su de-
terioro podría ser rápido a corto o medio plazo por alteración.

Capacidad portante: Sólo debe esperarse una resistencia moderada en estos ma-
teriales, y si los apoyos superficiales se efectúan a media ladera, la capacidad re-
sistente puede llegar a ser baja e incluir asientos importantes en el caso posible de
existir una rotura a media ladera fósil, circunstancia probable si sobre la misma ya-
ce un recubrimiento coluvial, glacis o raña.

Ripabilidad: Grupo ripable en su totalidad.

3.2.5. Grupos geotécnicos

En este apartado se agrupan, según ciertas características geotécnicas comunes, las


formaciones geológicas individualizadas en el apartado anterior.

- Grupo geotécnico G1

Aluvial. Este grupo geotécnico está constituido por los grupos litológico A1 y a1.
Está formado por gravas y gravillas subredondeadas y sueltas, de cantos de cuar-
cita, e inmersas en una matriz arenosa y limosa. Materiales permeables por perco-
lación y porosidad. Terrenos sometidos a la dinámica fluvial. Por sus condiciones
geomorfológicas no son terrenos adecuados para fundar sobre ellos estructuras de
ningún tipo, de las cuales habrá que transferir siempre sus demandas de resisten-
cia al substrato próximo. Materiales excavables en su totalidad.

- Grupo geotécnico G2

Fondos de valle. Este grupo geotécnico está constituido por los grupos litológicos
A2, a2. Está formado por gravas y cantos de cuarcita y en menor proporción de
cuarzo, pizarra, caliza y rocas volcánicas. Permeabilidad entre buena y moderada.
Localmente pueden presentarse problemas por causa de una escorrentía superfi-
cial deficiente. Problemas de naturaleza erosiva en épocas de lluvias torrenciales.
Terrenos poco o nada consolidados que sólo admiten cargas muy someras, donde
cualquier solicitud de alguna entidad debe ser transferida al substrato próximo.
Materiales excavables en su totalidad.

60
- Grupo geotécnico G3

Raña, glacis, coluviales y abanicos aluviales. Este grupo geotécnico está constitui-
do por los grupos litológicos 350, D, d. Los materiales de este grupo geotécnico
presentan normalmente una permeabilidad aceptable que pueden oscilar dentro de
un amplio rango. En la base de apoyo de estas formaciones existirá con frecuencia
un horizonte impermeable arcilloso de alteración del substrato o perteneciente al
terciario. Constituyen superficies planas de muy suave pendiente terminadas en
muchos casos en pequeños escarpes de bordes redondos, afectados con frecuen-
cia de roturas por deslizamiento. Los taludes de excavación tendrán, normalmente,
alturas bajas o medias como mucho. Los problemas que pueden presentarse será
por desprendimiento de cantos o bolos y deslizamiento. En este último caso concu-
rrirá casi siempre, un horizonte arcilloso en la base del talud. Es aconsejable no dar
a los desmontes pendientes superiores al 1H:1V. La capacidad portante debe esti-
marse baja en principio; sin dejar, no obstante, de considerar la posibilidad de que
la respuesta resistente pueda llegar a ser moderada en muchas ocasiones. Grupo
ripable.

- Grupo geotécnico G4

Recubrimientos de ladera. Este grupo geotécnico está constituido por el grupo lito-
lógico C. Materiales de permeabilidad variable entre alta y moderada y con una ba-
se de apoyo que es con mucha frecuencia un horizonte con características imper-
meables (terciario arcilloso o manto de alteración del substrato paleozoico). Cons-
tituyen terrenos en ladera, a veces muy pronunciados en donde los procesos fósi-
les de deslizamiento son estructuras frecuentes en las que se producen procesos
de inestabilización en épocas lluviosas. Los taludes a excavar en este grupo serán
normalmente de bajas alturas y los problemas que podrían suscitarse en los mis-
mos serán de desprendimientos de cantos o bloques, o de deslizamiento si aflorase
en el talud una base arcillosa. Las pendientes admisibles estarán siempre por de-
bajo del 1H:1V. En principio debe suponerse una capacidad portante baja por este
grupo geotécnico cuyos materiales son perfectamente ripables por medios mecáni-
cos normales.

- Grupo geotécnico G5

Calizas, calizas margosas, calizas arenosa y dolomías. Este grupo geotécnico está
constituido por los grupos litológicos (322b1) y (322b2). Materiales permeables
esencialmente por fisuración y karstificación. Originan normalmente morfologías
suaves delimitadas a veces, por pequeños escarpes en donde es posible observar
pequeños procesos de inestabilidad por desplomes o desprendimientos. Los talu-
des artificiales que podrían excavarse en estos materiales serían de bajas dimen

61
siones y los problemas, desprendimientos y desplomes de reducida intensidad, se-
rían suscitados como consecuencia de la erosión diferencial entre capas. La capa-
cidad portante podrá oscilar entre valores altos y moderados dependiendo de la
abundancia e importancia de los horizontes calizos con respecto a los horizontes
margosos intercalados. Otro aspecto que debe tenerse en cuenta en relación a las
solicitaciones de carga sobre estos terrenos, es la posible existencia de zonas de
disolución kárstica, que nunca podría ser muy importante en ellos. Otras áreas en
donde las calizas pueden aparecer con características resistentes modificadas son
las zonas de contacto con los centros eruptivos o los afectados por hundimientos
de calderas fósiles en profundidad. Los materiales de este grupo geotécnico sólo
serán ripables o de ripabilidad marginal en una proporción más bien baja.

- Grupo geotécnico G6

Formaciones margo-arcillosas, vulcano-sedimentarias y caliza-margosas. Este gru-


po geotécnico está constituido por el grupo litológico (322a). Grupo de naturaleza
impermeable que presenta, circunstancialmente, horizontes permeables por inter-
calación de piroclastos volcánicos y horizontes calizomargosos que lo podrían ser
por fisuración o disolución. La componente esencial margo-arcillosa de estos terre-
nos en los que están presentes arcillas expansivas demuestran una mala estabili-
dad natural cuando conforman terrenos de media ladera; especialmente si se le
superpone una formación que pueda crear un acuífero colgado. Los taludes de ex-
cavación requerirán pendientes tendidas que, con excepción de aquellos que apa-
recieran armados con intercalaciones calizo-margosas, no deberían sobrepasar
valores situados en el entorno del 1’5H:1V. La capacidad resistente de estos terre-
nos debe considerarse mala en general y será baja con facilidad en razón de la
existencia de arcillas expansivas especialmente en apoyos a media ladera. En
cualquier caso se impondrá siempre la necesidad de evitar en lo posible cambios
temporales en las condiciones de humedad del terreno y de los freáticos superfi-
ciales en zonas de fundación de estructuras. Grupo ripable.

- Grupo geotécnico G7

Formaciones de naturaleza detrítica limo-arcillosas y areno-conglomeráticas poco


consolidadas. Este grupo geotécnico está constituido por el grupo litológico 321b.
Formaciones con permeabilidad diversa según sea la naturaleza de los horizontes
constitutivos de la misma a nivel local. Los rápidos y constantes cambios laterales
en estas formaciones de borde de pequeñas cuencas continentales caracterizan
esta alternancia en la vertical y horizontal de horizontes permeables e impermea-
bles. En general predomina el carácter poco permeable. La estabilidad natural de
este grupo no es buena cuando conforma morfologías de media ladera; es muy
frecuente ver a estos terrenos estructurados por deslizamientos fósiles. Los taludes
de excavación no deberían superar el 1H:1V estimando, por otra parte, que en mu-
62
chas ocasiones los desmontes requerirán pendientes más tendidas. Los taludes
que podrán excavarse en este grupo serán normalmente de tamaño pequeño o
moderado. La capacidad portante podrá fluctuar entre moderada y baja. A media
ladera se debe temer siempre los procesos de rotura por gravedad pre-existentes.
Grupo ripable.

- Grupo geotécnico G12

Materiales volcánicos de proyección aérea. Este grupo geotécnico está constituido


por los grupos litológicos (001b) y (001c). Los materiales de este grupo geotécnico
presentan permeabilidades que pueden oscilar de altas a moderadas por porosidad
esencialmente. La estabilidad natural suele ser aceptable. Los taludes de excava-
ción existentes en canteras adolecen de fenómenos de desprendimiento y desplo-
mes. Los taludes aconsejables quedan comprendidos en el entorno de los valores
1H:3V y 1H:1’5V en razón de la heterogeneidad estructural y textural de las forma-
ciones. La capacidad portante se estima en principio de valor moderado como mu-
cho, debiéndose considerar como probable la suscitación de asientos diferenciales.
Materiales ripables.

- Grupo geotécnico G13

Rocas volcánicas masivas y aglomerados. Este grupo geotécnico está constituido


por el grupo litológico (001a). Materiales permeables por fisuración. La estabilidad
natural se ve afectada por deslizamientos de ladera al pie de los escarpes creados
por las coladas que descansan sobre formaciones margosas arcillosas del Plioce-
no. Los taludes de excavación que pueden adoptar estas rocas tienden a la sub-
verticalidad. No obstante de áreas con problemas de alteración o de roturas gravi-
tacionales las pendientes requerirán ser mucho más tendidas. La capacidad por-
tante se estima alta en principio, aunque conviene tener en cuenta los cambios
texturales y estructurales frecuentes en estas rocas, la alteración de las mismas y
los fenómenos geomorfológicos que afectan a la estabilidad natural que pueden
hacer descender mucho la capacidad resistente de este grupo geotécnico local-
mente. Los materiales serán no ripables mayoritariamente.

3.2.6. Resumen de los problemas geotécnicos que presenta la Zona 1

El territorio ocupado por la Zona 1 presenta problemas de tipo hidrogeológico, litológico,


geomorfológico y geotécnico.

Desde el punto de vista hidrogeológico se puede destacar el carácter impermeable de mu-


chas de las formaciones litológicas de las Zona y la posible instalación de pequeños freáticos
estacionales superficiales.

63
Los problemas litológicos parten de la existencia de arcillas expansivas y yesos en la forma-
ción pliocena vulcano - sedimentaria que cubre gran parte de la Zona 1.

Los procesos geomorfológicos suscitados por la dinámica fluvial en los lechos y terrazas de
inundación de los ríos y arroyos, dan lugar a impactos muy fuertes sobre todo tipo de in-
fraestructuras que interceda en estos espacios. La baja permeabilidad de los terrenos y la
mala escorrentía superficial favorece la creación de zonas de encharcamientos, y la existen-
cia de áreas endorreicas de origen volcánico genera la formación de lagunas funcionales en
épocas de lluvias importantes. En relación con los materiales arcillosos vulcano - sedimenta-
rios se han desarrollado deslizamientos de ladera que en la actividad han sido en algún caso
reactivados por fenómenos de erosión fluvial o antrópica.

Los problemas geotécnicos procederán de la baja capacidad de carga que presentan algu-
nas formaciones geológicas y muy especialmente de los posibles asientos diferenciales que
podrían presentarse en la formación vulcano - sedimentaria por la presencia de arcillas ex-
pansivas y la presencia de sales solubles. En general podría decirse que con muy diferentes
grados de incidencia y la mayoría de las formaciones de la Zona 1 podrían dar problemas de
capacidad portante.

3.3. ZONA 2: SIERRAS PALEOZOICAS

3.3.1. Geomorfología

La Zona 2 se sitúa en las estribaciones sur de los Montes de Toledo en su tránsito a la co-
marca de los Campos de Calatrava.

El paisaje dominante está constituido por los relieves apalachianos originados por las sierras
paleozoicas. La cuarcita Armoricana y las series cuarcítico - areniscosa alternantes del Ordo-
vícico inferior son los principales elementos litológicos constructores de los relieves serranos
en el ámbito del Tramo. La orientación de las sierras están condicionadas por la estructura-
ción hercínica y fracturación posterior. En la mitad meridional del Tramo se reconocen alinea-
ciones dominantes de dirección ESE-ONO y E-O que se ven interrumpidas por efectos de
una importante fracturación. En la zona septentrional las direcciones son variables con sie-
rras de tendencia subelíptica y subcircular, como consecuencia de domos y cubetas debidas
a interferencias de las distintas fases de plegamiento.

64
Foto 14. El volcán de Peñarroya emerge entre los materiales cuarcíticos y pizarrosos del Tremadoc en lo alto de la sierra existente al Sur de Alco-
lea de Calatrava.
Dentro de los relieves serranos se ubican materiales volcánicos, especialmente en las sierras
incluidas en los dominios del Campo de Calatrava al Este del Tramo que constituyen los
márgenes de la Zona 1. Estos aparatos volcánicos crean, a veces, edificios que destacan
sobre el horizonte de la sierra como en el caso del volcán Peñarroya. (Foto 14). También son
frecuentes las depresiones endorreicas creadas por calderas de explosión como la del propio
volcán Peñarroya. Otras lagunas de origen volcánico situadas entre sierras son: Fuentilejo,
Lucianejo y Michos.

Se conservan restos de una superficie de erosión antigua, desnivelada por fracturas recien-
tes, observables en la sierra de los Gindos, Roca de Remero, y cerro de los Cubos entre
otros lugares del Tramo.

Las vertientes de las sierras cuarcíticas suelen estar regularizadas y tapizadas por importan-
tes masas de derrubios de ladera y glacis de acumulación. Las cabeceras de las vertientes
suelen estar ocupadas por canchales o pedreras de origen periglaciar creadas por crioclas-
tismo de las cuarcitas armoricanas intensamente fracturadas. Estas vertientes están afecta-
das por procesos geomorfológicos de reptación y deslizamiento fósiles y activos en la actua-
lidad.

Los procesos gravitacionales desarrollados en las sierras paleozoicas imprimen unos rasgos
muy característicos a las mismas. Los grandes corrimientos que afectaron a importantísimas
masas de cuarcitas y pizarras, se vieron facilitados por una disposición favorable de los es-
tratos en las laderas estructurales y al fuerte diastrofismo sufrido por estas rocas. En muchos
casos los planos que han intervenido en el movimiento gravitacional, habían actuado como
plano de falla o de desplazamiento entre capas en las fases de plegamiento. (Foto 15).

La importantísima alteración desarrollada sobre los materiales precámbrico - paleozoicos


desde el final de la orogenia Hercínica, es un fenómeno que se hizo esencialmente penetra-
tivo en las zonas con mayor grado de diastrofismo; áreas falladas y brechificadas, y en los
materiales más pizarrosos. (Foto 16). Los mantos de alteración creados se cargaron de
componente arcilloso de naturaleza caolínica. Los numerosos fenómenos de deslizamiento
que, con carácter fósil, latente o activo, afecta a la orla de coluviones que tapiza casi sin solu-
ción de continuidad las laderas de las sierras paleozoicas deben en gran parte su inestabili-
dad al substrato arcilloso, y asimismo inestable, representado por los mantos de alteración
sobre los que se asientan.

66
Foto 15. Estrato pizarroso alterado y brechificado que representa una superficie de despe-
gue entre capas en la fase de plegamiento. Posteriormente a funcionado y sigue
funcionando como horizonte de corrimiento gravitacional de las capas de cuarcita.
Carretera local 721 de Piedrabuena a Arroba de los Montes, pk.(15).

Foto 16. Alteración diferencial entre estratos de cuarcitas y pizarras. Carretera nacional.

67
Los fenómenos de deslizamiento y solifluxión son fenómenos de tuvieron un amplio desarro-
llo en fases de clima periglaciar de las que se han heredado algunas formas muy caracterís-
ticas. En la actualidad estos fenómenos se siguen dando por reactivación de estructuras
preexistentes. (Foto 17).

Foto 17. Deslizamiento activo sobre los coluviales y el manto de alteración del grupo litoló-
gico (010a). Se puede observar como este deslizamiento se superpone a otras
estructuras fósiles de mayor envergadura parcialmente borradas por la acción del
hombre y la erosión. Fuente del tío Marcelo, NO de la Hoja 758.

En la salida de los barrancos los depósitos de aluvión se depositan formando conos y abani-
cos aluviales, anastomosados en muchas ocasiones.

3.3.2. Tectónica

Los materiales constitutivos de las sierras del Tramo (Figura 12) deben su estructura a las
distintas fases de deformación de la orogenia Hercínica.

68
FIGURA 12. CORTES GEOLÓGICOS CORRESPONDIENTES A LA ZONA 2.
FIGURA 12. CORTES GEOLÓGICOS CORRESPONDIENTES A LA ZONA 2.
Como se ha descrito en el capítulo de tectónica general existieron tres fases de deformación,
de las cuales la primera fue la más importante y dio lugar a pliegues de dirección ONO-ESE a
E-O.

La segunda fase deformó los pliegues de la primera creando macropliegues de rumbo NE-
SO cruzados con aquellos, circunstancia que dará lugar a la formación de domos y cubetas.

Por último se produce una fase tardía de fracturación con creación de los siguientes sistemas
de fallas en esta región:

- ONO-ESE (N100°E): Son subparalelas a los pliegues de 1ª fase. Su componente prin-


cipal es inversa con vergencia Sur.

- ENE-OSO a E-O (70°-80° a 90°): Son las fallas más abundantes, su desarrollo es ki-
lométrico y de geometría anastomosada. Muestran movimientos de desgarre inversos
con vergencia sur.

- NE-SO (140°-170°). Son las fallas de menor desarrollo.

Las estructuras más importantes existentes en el Tramo son:

Domo anticlinal y depresión sinclinal de Alcolea de Calatrava-Picón-Piedrabuena, que deli-


mita las depresiones rellenas por material plioceno y volcánico constitutiva de la Zona 1.

- Relieves estructurales apalachianos anticlinales y sinclinales al Sur y Sureste de Por-


zuna.

- Cierre oriental del anticlinorio de Navalpino el extremo noroeste del Tramo.

- Domos y cubetas del área central del Tramo: las cubetas suelen estar rellenas por
materiales pliocenos y cuaternarios y constituyen parte de la Zona 3.

Los domos y estructuras anticlinales forman sierras estructurales en las cuarcitas del Ordoví-
cico, destacando entre otras las siguientes:

70
FIGURA 13. COLUMNA ESTRATIGRÁFICA DE LA ZONA 2.
- Domo del Bullaque.

- Domo de Valdelapedriza.

- Anticlinal del Bullaquejo.

- Domo de la Valdemera.

- Sierras perimetrales del sinclinorio de la Puebla de Don Rodrigo, cuyo núcleo está ocu-
pado por el valle del río Guadiana y constituye parte de la Zona 3 como área de depre-
sión.

- Sierras ordovícicas perimetrales del Domo de Cerezuela.

3.3.3. Columna estratigráfica

La columna estratigráfica de la Zona 2 se contempla en la Figura 13.

3.3.4. Grupos litológicos

ALUVIALES (A1, a1)

Este grupo se describe en la Zona 1 donde se encuentra mejor representado.

FONDOS DE VALLE (A2)

Este grupo se describe en la Zona 3 donde se encuentra mejor representado.

COLUVIALES (C,c)

- Litología

Este grupo está constituido por coluviales de pie de ladera y por los canchales de
los relieves cuarcíticos originados en diversas fases de configuración de las laderas
a lo largo del Plio-cuaternario. Los canchales están constituidos por cantos y blo-
ques, heterométricos y de naturaleza principalmente cuarcítica con muy poca ma-
triz; en mucha menor proporción también se han detectado cantos de pizarra. La
matriz de los canchales es principalmente arenosa y limosa, con gravillas angulo-
sas dispersas. Los cantos y bloques son muy angulosos y su tamaño medio está
comprendido entre los 20 y 30 cm. Los coluviales de pie de ladera presentan un
tamaño medio menor y están ligados por una cantidad mucho más importante de

72
matriz. Están constituidos por cantos y gravas angulosas de cuarcita, pizarra y en
menor proporción cuarzo. La matriz de este último tipo de depósito está formada
principalmente por arenas y limos arcillosos de tonos rojizos. La alterabilidad de
este grupo se estima moderada-alta. (Foto 18).

- Estructura

Este grupo conforma canchales de pendientes moderadas y fuertes, y aureolas


coluvionales de pendientes más suaves y tendidas en sus pies. Se han detectado
en la observación fotogeológica, estructuras deslizadas con formas de "media luna"
con un origen no muy claro entre reptaciones tipo creep, movimientos rotacionales
y acumulaciones "morrénicas". Se deposita con una pendiente subparalela a la in-
clinación de la ladera. Interiormente presenta una estructura masiva. Los canchales
tienen una estructura cartográfica en nevero, mientras que el resto del grupo pre-
senta una estructura en cuña o cuña-aureola. La potencia de este grupo se estima
entre 0.5 m y 3 m para (c), y entre 3 m y 10 m para (C).

Foto 18. Conglomerado brechoide rico en finos constitutivos de los coluviales típicos de las
zonas de piedemonte de los relieves cuarcíticos. En esta pequeña zanja en la cu-
neta de la carretera de Abenojar se puede observar la poca estabilidad de los ta-
ludes excavados en este tipo de material.

73
- Geotecnia

Permeabilidad: Superficialmente este grupo litológico, que engloba recubrimientos


de ladera de distinto porte por la potencia y porcentaje en la proporción de finos,
suele presentar un horizonte de lavado que faculta una buena infiltración por per-
colación de las aguas meteóricas al cuerpo del coluvión que contiene en general
una abundante matriz limo-arcillosa con capacidad de retención importante del
elemento líquido. En general puede hablarse de una permeabilidad media modera-
da.

Foto 19. Foto tomada desde el p.k.(258) de la CN-430. En primer término un pequeño talud
de excavación en materiales de la raña grupo 350. Al fondo una ladera cubierta
por derrubios de gravedad con una amplia zona de canchales, en la que pueden
apreciarse rasgos de inestabilidad fósil. Coluvial y raña constituyen un manto de
recubrimiento sobre los materiales del paleozoico sin solución de continuidad.

Estabilidad natural: La inestabilidad fósil, latente y activa observada en los derrubios


de ladera, que de forma continua tapizan las vertientes de las sierras paleozoicas,
es muy patente. La morfología desarrollada por los procesos geomorfológicos en el
transcurso del cuaternario describen una fenomenología en clima periglaciar en el
cual los movimientos gravitacionales han sido favorecidos por la existencia de un
substrato pizarroso profundamente alterado que constituye un horizonte o manto

74
con alto contenido en caolín o bien un substrato roto y descompuesto por corri-
mientos entre estratos en laderas estructurales. Muchas de las formas observadas
presentan características que semejan a pequeños frentes morrénicos que podrían
haberse formado por desplazamiento de pequeñas masas de hielo o bien parece
más lógico tratase de procesos de solifluxión que darán lugar a esas masas semi-
circulares de derrubios a modo de “barjanas de piedra”. En cualquier caso, el subs-
trato alterado de plasma caolínico interviene como causa esencial en el proceso
inestable. (Foto 19).

En algunos casos, el material de derrubio coluvial se sitúa sobre las formaciones


terciarias de limos, arenas y fangos variolados alimentados a su vez por el des-
mantelamiento del manto de alteración pre-eoceno, al inicio del terciario. En estos
casos también se observa una inestabilidad de vertiente clara asociada a estas si-
tuaciones.

Taludes artificiales observados: Los taludes excavados en los mantos de recubri-


miento coluvial alcanzan normalmente alturas pequeñas, y cuando el talud adquiere
dimensiones por encima de la normal potencia del coluvión (entre 0’5 y 10 metros),
este aparece conformando la montera del desmonte.

En razón de su grado de compactación y composición granulométrica, normal-


mente abundante en cantos angulosos de cuarcita, las pendientes de los taludes
pueden oscilar entre el 1H:1V y el 1’5H:1V.

Los problemas de inestabilidad observados son claros cuando en el substrato de


apoyo aparece la formación arcillosa que constituye el manto de alteración pre-
eoceno o la base del terciario con características similares; circunstancia difícil de
discernir a veces.

Taludes recomendados: En general no deben diseñarse taludes en materiales de


coluvión superiores al 1H:1V, pendiente esta que, en numerosas ocasiones, resul-
tará excesiva debido a la abundancia de áreas con inestabilidad fósil o latente den-
tro del grupo litológico. En estos casos, con un coluvial de composición muy arcillo-
sa o que se apoya sobre un substrato que lo es, las pendientes aconsejables serán
1’5H:1V como máximo.

Los taludes excavados sobre estos materiales coluviales, especialmente cuando se


trate de horizontes ricos en componentes limo-arcillosos deberá obtarse a la crea-
ción de un tapiz vegetal para evitar la constante colmatación de las cunetas.

75
Capacidad portante: Este grupo litológico no debe considerarse nunca como una
formación susceptible de soportar cargas de alguna entidad. Localmente en áreas
de coluvial potente y antiguo situado sobre un substrato paleozoico no alterado y
sin visos de rotura de ladera podrá ser valorado positivamente para soporte de pe-
queñas solicitudes de carga.

Ripabilidad: Materiales ripables en su totalidad.

COLUVIALES SOMEROS SOBRE PIZARRAS Y CUARCITAS, Y MATOS DE ALTERA-


CIÓN (V)

ARENISCAS, ARENAS Y FANGOS VARIOLADOS, LOCALMENTE CONGLOMERADOS


Y BRECHAS. 321b1.- ARENAS, FANGOS Y NIVELES FERRALITICOS (321b)

Estos grupos se describen en la Zona 3 donde se encuentran mejor representados.

CORAZAS FERRALITICAS (321a)

Este grupo se describe en la Zona 1 donde se encuentra mejor representado.

PIZARRAS DE CANTERA (123b)

- Litología

Este grupo litológico está constituido por un tramo inferior de pizarras muy homo-
géneas, también llamadas pizarras de cantera y un tramo superior también pizarro-
so pero con intercalaciones de arenisca y cuarcitas. El tramo inferior, de 110 m de
potencia, está constituido por pizarras limolíticas y micáceas grises y negras, que
por alteración dan tonos verduscos. Se han detectado nódulos calcáreos en la ba-
se. El tramo superior, de aproximadamente 100 m de potencia, está constituido por
una alternancia irregular de capas decimétricas de pizarras limolíticas grises, are-
niscas cuarcíticas lajeadas, micáceas y cuarcíticas. Presentan una compacidad y
dureza muy buenas. (Foto 20).

- Estructura

Este grupo conforma morfológicamente vertientes y pies de ladera y están circuns-


critas al núcleo del sinclinal de Porzuna. Posee una estructura tabular, y su grado
de metamorfismo es muy bajo. El plegamiento es suave y presenta buzamientos
fuertes en los flancos del sinclinal. El grado de fracturación es moderado. La inten-
sidad de diaclasado se estima alto. La alteración de este grupo es moderada-alta.
La potencia máxima estimada para este grupo litológico es de 210 metros.

76
- Geotecnia

Permeabilidad: Grupo permeable sólo por fisuración.

Estabilidad natural: En las pocas laderas naturales constituidas por este grupo den-
tro del Tramo, se han podido observar algunas estructuras superficiales debidas a
corrimiento de capas en pendientes de tipo estructural, o vuelco de estratos en ca-
pas con buzamientos contrapendiente.

Foto 20. Fotografía realizada en la casa Navalta junto al arroyo de Porzuna a los materiales
pizarrosos pertenecientes al grupo litológico (123b), EN de la Hoja 758 de Casas
del Río.

Taludes artificiales observados: No existen taludes de excavación de mención en


este grupo litológico dentro del Tramo de estudio.

Taludes recomendados: Como en todo el resto del paleozoico, el diseño de taludes


deberá estar muy condicionado a las interrelaciones entre la geometría del trazado
y la de las discontinuidades estructurales del grupo. En general se puede aconsejar
que en cortes perpendiculares al rumbo de las capas o con buzamientos contrata-
lud no se superen el 1H:1'5V. En el resto de situaciones se requerirán taludes que
oscilarán entre el 1H:1V y el 1'5H:1V para los casos muy desfavorables.

77
Capacidad portante: Las condiciones resistentes de los materiales de este grupo
litológico, cuando no están alterados, deben considerarse altas en general. No
obstante en apoyos superficiales a media ladera la capacidad portante del terreno
puede estar debilitada debido a roturas de gravedad en la ladera por corrimiento
entre capas y vuelco de estratos.

Ripabilidad: Grupo considerado con ripabilidad marginal en alta proporción bajo los
primeros metros alterados o descompuestos superficiales.

CUARCITAS, ARENISCAS Y PIZARRAS (123a)

- Litología

Este grupo litológico está constituido por dos tramos potentes de cuarcitas separa-
dos por un tramo más blando a la erosión constituido por pizarras, areniscas y
cuarcitas. Los tramos potentes cuarcíticos tienen un espesor aproximado de
15 metros, el basal, y 30 metros, el de techo. Se trata de cuarcitas de grano grueso
fino a limolíticas de tonos pardos y blanquecinos. En el tramo de techo algunas
cuarcitas son de color malva. Poseen una estratificación en bancos de decimétricos
a métricos. Los tramos cuarcíticos dan lugar a relieves positivos del tipo apalachia-
no. El tramo intermedio es más blando a la erosión y da un relieve negativo. Este
tramo está constituido por una alternancia de pizarras y areniscas y suele estar por
lo general cubierto de derrubios de ladera y coluviales. La compacidad y dureza se
estiman altas. (Foto 21).

- Estructura

Los afloramientos de este grupo litológico están circunscritos a la estructura sincli-


nal de Porzuna, esencialmente. El plegamiento de este grupo se considera mode-
rado ya que se adapta a una estructura sinclinal muy sencilla, laxa y con una suave
inmersión al oeste. El grado de fracturación se considera entre moderado y alto, y
se encuentra afectado por un sistema de fracturas NE-SO y NO-SE. La intensidad
de diaclasado se estima alta. La dirección de los bancos en los flancos del pliegue
es aproximadamente N100°E. El buzamiento varía fuertemente desde subvertical
en los flancos (70°N - 80°N) hasta 10° - 25° en la terminación periclinal en las pro-
ximidades de Porzuna. La potencia aproximada de este grupo litológico se estima
en 100 metros.

78
- Geotecnia

Permeabilidad: Materiales permeables por fisuración.

Estabilidad natural: En los escasos terrenos en los que aflora este grupo litológico,
no se han observado problemas de mención en orden a la estabilidad.

Taludes artificiales observados: El único talud de excavación observado en este


grupo ha sido el desmonte practicado para la explotación de sus materiales en
cantera. Se trata de un talud muy verticalizado en el que se observa una predispo-
sición a desprendimientos de pequeños volúmenes de roca.

Taludes recomendados: El diseño de los escasos taludes que pudieran excavarse


en los materiales de este grupo deberán estar condicionados teóricamente por la
geometría de las discontinuidades estructurales de la roca. En principio, con estra-
tos cortados muy perpendicularmente a la dirección de la estratificación o con bu-
zamientos contrapendiente, que pudiéramos considerar condiciones favorables a la
estabilidad no debería sobrepasarse valores del tipo 1H:2V. En cortes sesgados a
la dirección de las capas y con buzamientos fuertes hacia la calzada, es aconseja-
ble no rebasar la pendiente de los 50°.

Capacidad portante: Los materiales constitutivos de este grupo litológico deben


considerarse en general como un cimiento con alta y muy alta resistencia. No obs-
tante en los límites de este grupo a techo y muro, en el tránsito a las formaciones
pizarrosas que lo enmarcan, las condiciones resistentes en apoyos superficiales a
media ladera pueden ser localmente moderadas.

Ripabilidad: Grupo no ripable en general.

ARENISCAS MICÁCEAS, CUARCITAS Y PIZARRAS (122c)

- Litología

Este grupo litológico está constituido por una alternancia irregular de capas deci-
métricas, y ocasionalmente centimétrica, de pizarras limolíticas grises y areniscas
cuarcíticas de grano fino a limolíticas, más o menos micáceas. Presentan tonalida-
des grises y verdosas en corte alterado. Las areniscas y cuarcíticas poseen granos

79
angulosos de cuarzo, abundantes micas, como la moscovita, biotita y clorita que se
encuentran entre el 5 y 10 %, un 10 % de óxidos de hierro de alteración de siderita.
La matriz es clorítica y representa el 20 – 25 % del total de la roca. Se encuentra
muy cubierto por los coluviales procedentes del grupo litológico 121d. La compaci-
dad es moderada - alta, y la dureza moderada. El grado de alteración es moderado
- bajo en los niveles cuarcíticos y moderado - altos en las pizarras. (Foto 22).

Foto 21.- Materiales cuarcíticos de la base del grupo litológico (123a), arroyo de Porzuna,
NE de la Hoja 758 de Casas del Río.

80
Foto 22. Talud generado sobre los materiales pizarrosos y cuarcíticos del grupo litológico (122c). Confluencia del arroyo de Porzuna y arroyo de la
Media Legua. EN de la Hoja 758 de Casas del Río.
- Estructura

Los materiales de este grupo litológico están ubicados dentro de una estructura
sinclinal. Geográficamente los afloramientos se encuentran limitados en una estre-
cha franja al norte de la localidad de Porzuna. El plegamiento de este grupo se
considera moderado ya que se adapta a una estructura sinclinal muy sencilla, laxa
y con una suave inmersión al oeste. El grado de fracturación se considera entre
moderado y alto, y se encuentra afectado por un sistema de fracturas NE-SO y NO-
SE. La intensidad de diaclasado se estima alta. La dirección de los bancos en los
flancos del pliegue es aproximadamente N100°E. El buzamiento varía desde 60°
en los flancos, hasta 35° - 30° en la terminación periclinal en las proximidades de
Porzuna. La potencia aproximada de este grupo litológico se estima entre 125 y
150 metros.

- Geotecnia

Permeabilidad: Grupo con permeabilidad baja posible sólo a través de superficies


de discontinuidad tectónica o estratigráfica.

Estabilidad natural: En zonas de ladera se han podido observar fenómenos de


vuelco de estratos y reptación del manto superficial del suelo de alteración o colu-
vial. (Foto 23). En general dada la morfología suave en la que se desarrolla este
grupo los problemas mencionados son localizados.

Foto 23. Vuelco de estratos y cicatrices de corrimiento de cuñas en los taludes del grupo
litológico (112c). Confluencia del arroyo de Porzuna y de la Media Legua.

82
Taludes artificiales observados: Los taludes de excavación existen son de tamaño
bajo. Construidos en pendientes muy fuertes, han evolucionado a perfiles muy irre-
gulares por problemas de inestabilidad; los estratos de pizarras se suelen descom-
poner con facilidad, y el alto grado de diaclasado y fracturación de la roca propicia
desprendimientos, desplomes y corrimientos de cuñas abundantes.

Taludes recomendados: La orientación del plano del talud con respecto a la geo-
metría de los planos de estratificación y de las discontinuidades tectónicas princi-
pales debe determinar normalmente el perfil del talud de excavación. No obstante
se estima aconsejable no dar a estos terrenos pendientes por encima de los 45°,
con carácter general en taludes medios, haciendo constar que en muchas ocasio-
nes las condiciones estructurales aconsejarán taludes más tendidos. En taludes
pequeños se pueden excavar taludes fuertes y dejar que evolucionen siempre que
exista una amplia cuneta al pie del talud.

Capacidad portante: Las condiciones resistentes del terreno ante cargas superfi-
ciales a media ladera deben estimarse como mucho moderadas. Se considera la
posibilidad en esas condiciones de provocarse asientos diferenciales de magnitud
reducida normalmente.

Ripabilidad: Los materiales de este grupo al menos en los primeros metros superfi-
ciales serán ripables en alto porcentaje y el resto presentará una ripabilidad margi-
nal en gran medida.

TOBAS Y TUFITAS (122b)

PIZARRAS (122a)

Estos grupos se describen en la Zona 3 donde se encuentran mejor representados.

ARENISCAS, ARENISCAS MICÁCEAS, CUARCITAS Y PIZARRAS (121c)

- Litología

Este grupo litológico está constituido por areniscas, areniscas micáceas, cuarcitas y
pizarras. Se trata de una alternancia irregular de capas de centimétricas a decimé-
tricas. Las cuarcitas son blanquecinas, de grano fino, a veces limolíticas (con abun-
dancia de moscovita y biotita ferruginosa), formadas por granos subangulosos de
cuarzo y una proporción estimable (10% - 15%) de óxidos de hierro asociados a
minerales pesados (circón, rutilo, turmalina y opacos). Los términos areniscosos
son micáceos, lajeados, y tienen un color pardo amarillento. Las pizarras son limolí-
ticas con colores gris pardusco y gris verdoso. Este grupo litológico se encuentra

83
muy cubierto, algunas veces por los canchales y coluviales procedentes de los es-
carpes de la cuarcita Armoricana (grupo 121b), y otras veces por un importante
manto de alteración de edad aproximadamente pre-eocena.

- Estructura

Presenta un relieve en lomas y constituye en la gran mayoría de las veces la rampa


morfológica de la cuarcita Armoricana. Es decir, el nexo de unión entre las líneas de
cumbres de la cuarcita Armoricana, y la campiña metamórfica o las diferentes su-
perficies de glacis. Presenta una estructura tabular. El plegamiento es intenso, con
abundantes pliegues y planos de cabalgamiento interno del tipo banco sobre ban-
co. El grado de fracturación y diaclasado se considera elevado y muy variable.
Esta variabilidad depende de la cercanía a accidentes tectónicos de primer orden.
El grado de alteración es alto, llegando prácticamente a ser localmente una arcilla.
Interiormente el grupo se encuentra muy bioturbado. El grado de metamorfismo es
muy bajo. La potencia aproximada de este grupo litológico oscila entre 200 y 300
metros. (Foto 24).

Foto 24. Aspecto superficial de las areniscas, cuarcitas y pizarras pertenecientes al grupo
litológico (121c). Camino local de Alcolea de Calatrava a Corral de Calatrava, Ca-
sa de Coello, Sierras de Medias Lunas.

84
- Geotecnia

Permeabilidad: Materiales permeables sólo por fisuración.

Estabilidad natural: Se han observado corrimientos de ladera a favor de los planos


de estratificación y en combinación con discontinuidades tectónicas. Estos fenóme-
nos se desarrollan en vertientes en donde este grupo, circunstancia por otra parte
bastante frecuente, constituye o tiende a constituir pendientes estructurales favore-
cidas por la alineación de las sierras con los ejes de plegamiento.

Taludes artificiales observados: Los taludes de excavación existentes en el Tramo


sobre este grupo son reducidos y de características bajas o medias. Es frecuente
que estos se excaven con direcciones sensiblemente coincidentes o formando án-
gulos pequeños con los planos de estratificación; cuando esto ocurre y el buza-
miento de las capas es claramente desfavorable (buzan hacia la calzada con án-
gulos entre 30° y 55°), los problemas de corrimientos de estratos y cuñas es muy
acusado. En taludes bajos sensiblemente perpendiculares a la estratificación perfi-
les subverticales se mantienen bien con pequeños problemas de cuñas inestables.
(Foto 25).

Taludes recomendados: En taludes de excavación en donde se cortan las capas


con dirección sensiblemente al rumbo de las capas y con buzamiento desfavorable
debe tenderse siempre a crear un talud con pendiente menor que la presentada por
la estratificación cuando sea factible el diseño. Se debe pensar que serán necesa-
rias medidas de refuerzo o contención en el talud. Para situaciones de cortes trans-
versales a las estructuras pueden darse casos muy extremos en razón del grado
de tectonicidad y alteración de las capas. En estos casos, los valores a considerar
podrían oscilar entre los 1H:2V para situaciones favorables y 1H:1V, en condiciones
medias. En el resto de las situaciones, que serán mayoría; es decir en cortes ses-
gados a la estructura, el buzamiento de las capas debe resultar determinante en el
diseño del talud con independencia de que las discontinuidades tectónicas reduz-
can aún más las posibilidades geométricas del talud. Como norma general no de-
berían proyectarse, en este grupo, desmontes con pendientes superiores a los
1H:1’5V, a no ser que se tengan un conocimiento muy claro de las características
positivas del terreno en este aspecto.

85
Foto 25. Corrimiento en pizarras del grupo 122a en la zona de transición al grupo 121c.
Carretera nacional 430 pk.(260).

Capacidad portante: Este grupo litológico está constituido por materiales de alta o
muy alta resistencia. No obstante en zonas de media ladera con pendientes es-
tructurales, en donde se han observado fenómenos de deslizamientos gravitacio-
nales, las condiciones resistentes del terreno serán como mucho moderadas, o in-
cluso bajas, para solicitaciones de alguna entidad a niveles superficiales o poco
profundos.

Ripabilidad: Salvo en áreas de alta tectonicidad y alteración en donde el terreno se-


rá en gran proporción ripable o marginal, el resto del grupo no lo será mayoritaria-
mente.

86
Foto 26. Cuarcitas armoricanas constitutivas del grupo litológoco 121d, en la vertiente su-
roeste de la sierra de Valpérez al sureste de Luciana. Laderas estructuradas por
grandes y profundos corrimientos fósiles como puede deducirse del escarpe de
falla gravitacinal que destaca por su claridad en la zona alta de la sierra.

CUARCITAS (121b)

- Litología

Este grupo litológico está constituido por cuarcitas blancas, rojizas por alteración
en áreas de fracturas, cristalinas, y estratificadas en bancos de espesor métrico o
centimétrico. Suelen distinguirse dos grandes paquetes de 200 o 300 metros de
potencia separados por un nivel de areniscas de bancos finos que da una pequeña
depresión. El tamaño del grano de las cuarcitas varía de fino a medio. La matriz es
muy escasa, y cuando tiene lugar es sericítica y en una proporción menor del 5 %.
(Foto 26).

- Estructura

La serie “Armoricana” integrante de este grupo es el principal elemento constructor


del relieve. En él se ubican las cotas más elevadas del Tramo, y dibujan una super-
ficie grabada en un relieve apalachiano. Posee una estructura tabular. Los bancos

87
cuarcíticos tienen una estructura lentejonar, e interiormente masiva y suelen tener
un espesor que varia entre 20 centímetros y 1.5 metros. El grado de fracturación y
diaclasado se debe considerar a grandes rasgos elevado, aunque sufre grandes
variaciones dependiendo del contexto tectónico en el que se ubica. El plegamiento
es de forma global intenso. Interiormente se han detectado numerosos planos de
cabalgamiento de tipo apalachiano (banco sobre banco). La compacidad y la dure-
za son muy elevados. La potencia aproximada de este grupo litológico se estima
entre 350 – 400 metros.

- Geotecnia

Permeabilidad: Materiales que sólo son permeables por fisuración.

Estabilidad natural: Cabría aquí repetir mucho de casi todo lo descrito para el grupo
precedente 121a. Los estratos cuarcíticos, que constituyen mayoritariamente este
grupo, ocupan normalmente las cimas o divisorias de aguas de gran parte de las
sierras del Tramo. Sus estratos se alinean por lo regular con la dirección de las
mismas al tratarse de relieves estructurales que siguen el rumbo de los ejes de los
pliegues hercínicos. A consecuencia de ello, es frecuente que una de las dos ver-
tientes se constituya como ladera estructural en donde la pendiente natural tiende a
adquirir la del plano de estratificación de las capas, lo cual ha dado lugar que a fa-
vor de los planos de discontinuidad estratigráficas y en combinación con los tectó-
nicos se hayan originado corrimientos gravitacionales de todo tipo y dimensiones,
(Foto 26) especialmente en los niveles con estructuras sedimentarias de tipo alter-
nante en donde los bancos de cuarcita intercalan horizontes de pizarras; horizontes
que por otra parte, en muchas ocasiones, ya han tenido un juego de despegue
tectónico como planos de corrimiento entre capas de los procesos de compresión y
plegamiento. (Foto 27). En la actualidad la inestabilidad está relegada esencial-
mente a las capas más superficiales del terreno y sus recubrimientos en los tramos
de ladera altos con fuertes pendientes.

Taludes artificiales observados: Dado el frecuente emplazamiento de este grupo li-


tológico en las divisorias de aguas de las sierras del Tramo, no suelen ser muy fre-
cuentes los taludes de excavación sobre el mismo, excepto en aquellas carreteras
que se ven obligadas a atravesarlas más o menos perpendicularmente.

88
Foto 27. Problema de corrimiento de cuñas en los taludes de excavación del grupo litológi-
co (121b). Pk(15) de la carretera regional 721. Se trata de un tramo de transición
al grupo litológico 121c. Los planos estratigráficos que actúan como superficies de
corrimiento contienen un horizonte pizarroso centimétrico o decimétrico alterado y
brechificado como consecuencia de haber actuado como superficies de despegue
en el plegamiento hercínico.

Los taludes excavados en este grupo suelen ser en general de pequeña o media
altura y de tipo subvertical o perfil muy fuerte. Mantienen en general una buena es-
tabilidad excepto en el caso que las capas sean cortadas en dirección paralela o
sensiblemente paralela a la estratificación y esta buce hacia la calzada. En estos
casos los problemas de inestabilidad por corrimientos de estratos y cuñas suele ser
acusado. (Foto 27).

Taludes recomendados: Salvo en las áreas en donde este grupo pueda aparecer
fuertemente tectonizado permitirá en la mayoría de los casos diseñar taludes entre
fuertes y subverticales; especialmente si se excavan más o menos perpendiculares
a la dirección de la capas. La fuerte inclinación que normalmente presentan los
materiales de este grupo favorece también el diseño de taludes con fuerte inclina-
ción cuando las capas se cortan en direcciones sesgadas que formen un fuerte án-
gulo con la dirección de las capas. Cuando los taludes a excavar sean sensible-
mente coincidentes con el rumbo de las capas, y el buzamiento de las mismas sea
hacia la calzada siempre que la inclinación de los planos de estratificación superen

89
la subhorizontalidad se deberían dar pendientes al talud que impidieran el aflora-
miento en el mismo de dichos planos especialmente si la serie cuarcítica intercala
horizontes pizarrosos alterados, laminados y brechificados. En este último caso y
cuando se trate de tramos a media ladera se debe investigar con detenimiento la
estructura local ante la posibilidad de que pueda existir estructuras fósiles de corri-
miento a favor de capas o planos de falla.

En áreas de alta tectonicidad y alteración profunda los taludes no deberán sobre-


pasar pendientes del orden 1:1'5.

Capacidad portante: La mayor parte de los materiales de este grupo litológico pre-
senta una capacidad portante muy alta. Circunstancialmente en áreas de alta tec-
tonicidad y alteración las condiciones resistentes pueden descender a moderadas.
Con relación a las zonas medias y altas de las laderas con pendientes estructura-
les, en donde se han observado corrimientos gravitacionales de capas o grandes
cuñas, las condiciones portantes del terreno, en los niveles más superficiales pue-
den ser bastante críticas para solicitaciones importantes.

Ripabilidad: Grupo no ripable.

CUARCITAS, ARENISCAS, PIZARRAS, LIMOLITAS Y CONGLOMERADOS (121a)

CUARCITAS Y CONGLOMERADOS (121a1)

- Litología

Este grupo litológico está constituido por una serie alternante de cuarcitas, arenis-
cas, pizarras y limolitas; en la base de la serie existen intercalaciones de conglome-
rados siliceos. Las cuarcitas son arenitas gruesas, a veces microconglomeráticas,
recristalizadas y fracturadas. La estructura alternante es irregular con bancos métri-
cos de cuarcitas y arenitas, y de centimétricos a métricos de, limolitas y pizarras.
Las capas presentan tonos verdosos, rojizos y cremas amarillentos. El paso al
grupo litológico 121b es transicional, aumentando las intercalaciones y la potencia
de niveles de cuarcitas y areniscas a techo. Compacidad y dureza muy altas en los
tramos cuarcíticos. Los conglomerados intercalados en los tramos basales de la se-
rie, son de cantos siliceos de cuarzo y cuarcita, redondeados y fuertemente ce-
mentados en matriz silícea. En algunas áreas de la Hoja 758 se ha diferenciado
como el subgrupo litológico (121a1) niveles más cuarcíticos y localmente conglo-
meráticos que dan en el paisaje un resalte morfológico. (Foto 28). Amplias áreas en
estos terrenos presentan un manto de alteración muy importante que afecta con
mayor profundidad a los horizontes pizarrosos y a las áreas más tectonizadas. Es-
tos sectores, que suelen dar lugar a un suelo coluvio-eluvial, constituyen el grupo
litológico V/.
90
Foto 28. Relieve ruiniforme de los niveles cuarcíticos del subgrupo litológico (121a1). Siera
del Montanar. EN de la Hoja 758 de Las Casas del Río.

- Estructura

Este grupo constituye la rampa de los relieves apalachianos de la cuarcita Armori-


cana. Cuando aflora en amplia superficie, muestran un relieve alomado, en el que
los tramos más cuarcíticos dan resaltes morfológicos menos destacados que los de
la “cuarcita Armoricana”. El contacto con las unidades cenozoicas está muy altera-
do. La mayor parte de su extensión cartográfica se encuentra cubierta por coluvia-
les y canchales, sobre todo el contacto con el grupo litológico (121b) correspon-
diente a la cuarcita Armoricana. Los bancos de conglomerados presentan una es-
tructura lentejonar y una continuidad lateral escasa. El grado de fracturación y la
intensidad de diaclasado se consideran altos. La intensidad de plegamiento es muy
alta, con abundantes mantos de cabalgamiento de banco sobre banco. La disposi-
ción y el buzamiento varía mucho por la complicación tectónica del área. La poten-
cia aproximada para este grupo litológico se estima entre 500 y 700 metros. (Fo-
to 29).

91
- Geotecnia

Permeabilidad: La existencia de una red densa de fracturas y diaclasado procura,


en esta formación constituida por materiales impermeables, infiltración por fisura-
ción, muy desigual según las áreas y en razón del grado de alteración de estos
materiales. La escorrentía superficial puede presentar un flujo lento a través de los
suelos de recubrimiento.

Estabilidad natural: En las áreas ocupadas por este grupo litológico se han obser-
vado y señalado con alguna frecuencia deslizamientos y corrimientos de ladera im-
portantes; aunque es en las masas de derrubios, que cubren sus laderas, cartogra-
fiadas como grupo C, en donde el fenómeno adquiere dimensiones espectaculares
con un desarrollo, a veces, generalizado a lo largo de toda la vertiente de una sie-
rra.

Entre las causas que motivan los fenómenos de inestabilidad observados, hay que
señalar las siguientes como más importantes:

a) Constitución rítmica de la serie estratigráfica en bancos de distinta competen-


cia y resistencia (cuarcita-arenisca-pizarra).

b) Existencia de multitud de planos de discontinuidad (sedimentarios y tectóni-


cos), muchos de los cuales, entre los sedimentarios, han jugado ya como ho-
rizontes de despegue entre capas en los procesos tectónicos.

92
Foto 29. Cuarcitas del grupo litológico (121a). En el talud se observan problemas de desprendimientos y corrimientos de cuñas. En la esquina superior izquierda de la foto, donde se observa una rotura fósil del talud. En la
mitad derecha se puede apreciar una estructura de movimiento a favor esencialmente de una superficie de estratificación con rotura de los paquetes superiores y flexión de los inferiores.
c) Profunda alteración en muchas áreas del Tramo, asociadas normalmente con
zonas de falla y fracturas importantes, circunstancia frecuente por otra parte.
Esta alteración puede adquirir algunos metros de potencia haciéndose más
penetrativa en los estratos pizarrosos. Existe también un fenómeno de caoli-
nización profunda que acompaña a este manto de alteración.

d) Disposición estructural de las discontinuidades y horizontes de alteración fa-


vorables al movimiento en las vertientes.

e) Existencia de horizontes freáticos, permanentes o temporales, que provocan


presiones intersticiales.

Taludes artificiales observados: Son raros los taludes de excavación con dimensio-
nes mayores a 10 metros. En general predominan los pequeños desmontes y los
de dimensiones medias.

Las pendientes que se ha intentado dar a los taludes han sido fuertes pero el re-
sultado ha sido siempre unos taludes irregulares como consecuencia de una ines-
tabilidad de bloques y grandes cuñas favorecidas por la estructura alternante de
capas de muy distinta competencia, el fuerte diastrofismo, y la alteración profunda,
que presenta con frecuencia la formación. (Foto 30).

Taludes recomendados: En principio habrá que decir que serán los datos estructu-
rales del terreno los que deban definir las características del talud. Por otra parte,
como este conocimiento casi nunca llega a ser medianamente correcto antes de la
excavación lo normal suele ser dar al talud la pendiente que este podría soportar en
las mejores condiciones estructurales. Es una opción que puede adoptarse siempre
que se haya previsto contar con un tiempo suficiente para que el talud adquiera un
perfil más o menos estable en base a una inestabilidad.

En las mejores condiciones (bancos verticales u horizontales de naturaleza masiva


sin grandes zonas de dislocación y alteración, cortados perpendicularmente a la di-
rección de los planos) la pendiente que podría darse sería del tipo subvertical. Pero
lo normal será la existencia de repliegues y abundantes zonas de dislocación y alte-
ración de los estratos más pizarrosos intercalados. Por otra parte, será frecuente la
existencia, en los primeros metros del terreno, de roturas de tipo gravitacional que
afectan tanto al suelo de recubrimiento como a las capas del substrato rocoso que
conforma este grupo. En consecuencia se estima que pendientes por encima del
1H:1'5V ya darán problemas importantes de deslizamiento y corrimiento de grandes
cuñas y que lo aconsejable será no sobrepasar en principio estos valores si no se
tienen buenos conocimientos del terreno; a sabiendas de que en muchas zonas del

94
talud terminan por definirse pendientes menores y otras en donde la subverticalidad
sería posible. En cualquier caso será normal que los primeros metros del terreno
requieran pendientes del orden de 1'5:1 a 2:1.

Foto 30. Talud de excavación en los materiales alternantes cuarcíticos del grupo litológico
(121a). En él se observan problemas de corrimiento de cuñas, y como ha sido reti-
rada la montera coluvial para evitar problemas de deslizamiento.

Se debe proyectar siempre una amplia cuneta al pie del talud en relación con la al-
tura del mismo.

Capacidad portante: Se trata sin duda de una formación constituida mayoritaria-


mente por estratos de alta o muy alta resistencia. No obstante en apoyos muy su-
perficiales, especialmente a media ladera, se pueden dar con bastante frecuencia
problemas de asientos diferenciales debido a fenómenos de alteración profunda de
substrato esquistoso y areniscoso que llega a constituirse como un terreno arcillo -
arenoso con abundante plasma caolínico. La fuerte dislocación tectónica de las ca-
pas y la frecuente existencia de roturas de gravedad en los horizontes más superfi-
ciales en áreas con pendientes acusadas son circunstancias a tener muy en cuenta
en estos terrenos a la hora de fundar estructuras. Localmente la existencia de
grandes corrimientos fósiles deparará áreas con condiciones resistentes muy por
debajo de los que normalmente debe presentar, a poco que se profundice en el te-
rreno, este grupo, es decir, alta o muy alta.

95
Ripabilidad: Las áreas cartografiables como (V/121a) en donde se supone la exis-
tencia de un manto de alteración profundo del grupo se considera que este será ri-
pable o marginal en parte muy importante del mismo en los primeros metros del te-
rreno. En el resto no será ripable mayoritariamente.

3.3.5. Grupos geotécnicos

En este apartado se agrupan, según ciertas características geotécnicas comunes, las


formaciones geológicas individualizadas en el apartado anterior.

- Grupo geotécnico G1

Aluvial. Este grupo geotécnico está constituido por los grupos litológico A1 y a1.
Está formado por gravas y gravillas subredondeadas y sueltas, de cantos de cuar-
cita, e inmersas en una matriz arenosa y limosa. Materiales permeables por perco-
lación y porosidad. Terrenos sometidos a la dinámica fluvial. Por sus condiciones
geomorfológicas no son terrenos adecuados para fundar sobre ellos estructuras de
ningún tipo, de las cuales habrá que transferir siempre sus demandas de resisten-
cia al substrato próximo. Materiales excavables en su totalidad.

- Grupo geotécnico G2

Fondos de valle. Este grupo geotécnico está constituido por los grupos litológicos
A2, a2. Está formado por gravas y cantos de cuarcita y en menor proporción de
cuarzo, pizarra, caliza y rocas volcánicas. Permeabilidad entre buena y moderada.
Localmente pueden presentarse problemas por causa de una escorrentía superfi-
cial deficiente. Problemas de naturaleza erosiva en épocas de lluvias torrenciales.
Terrenos poco o nada consolidados que sólo admiten cargas muy someras, donde
cualquier solicitud de alguna entidad debe ser transferida al substrato próximo.
Materiales excavables en su totalidad.

- Grupo geotécnico G8

Alternancias con areniscas, cuarcitas y pizarras. Este grupo geotécnico esta cons-
tituido por los grupos litológicos 121a, 121c 122c.

Materiales de baja y muy baja permeabilidad que presentan a niveles de formacio-


nes una infiltración a través de todas las discontinuidades del terreno (estratigráfi-
cas y tectónicas principalmente). Con respecto a la estabilidad natural existen ras-
gos en el paisaje de procesos amplios y profundos y bastante generalizados de co-

96
rrimientos de ladera, de carácter fósil normalmente, surgidos al abrigo de las ver-
tientes estructurales, la fuerte tectónica y alteración profunda que se observa en las
zonas de las grandes fallas que recorren el territorio. En la actualidad los procesos
son muy localizados y mucho más superficiales.

Los taludes de excavación estarán profundamente condicionados a la geometría de


las discontinuidades estratigráficas, tectónicas y metamórficas, así como a la alte-
ración profunda que puede presentar el terreno; alteración que será irregular y que
afectará, más a los estratos pizarrosos y areniscosos que a los cuarcíticos, y a las
áreas de influencia tectónica que a las no afectadas por fracturas importantes. En
general se deben considerar en estos terrenos taludes con pendientes medias.
Evolucionaran normalmente a taludes irregulares por movimientos de cuñas. En
Tramos de series muy cuarcíticas los taludes podrán adquirir pendientes fuertes o
muy fuertes. Necesitarán amplias cunetas a pie del desmonte que puedan recoger
las masas de roca movilizadas por inestabilidad gravitacional.

La capacidad resistente de los materiales de estos grupos es alta a muy alta en


principio, pero conviene tener presente la cantidad de factores negativos que afec-
tan a estos grupos; especialmente la alta tectonicidad y la alteración profunda que
les afecta en amplias áreas. Estas circunstancias pueden hacer disminuir mucho la
capacidad portante en estos terrenos; en especial en apoyos a media ladera en
tramos con predominio de horizontes pizarrosos.

La existencia de series muy cuarcíticas junto a otras que lo son menos, hará que la
ripabilidad de estos terrenos será como mucho de carácter marginal y en baja pro-
porción, si exceptuamos las áreas en donde exista un manto de alteración, que
suele ser profundo, en cuyo caso la formación será ripable, en gran proporción, en
este nivel y como poco tendrá carácter marginal.

3.3.6. Resumen de problemas geotécnicos que presenta la Zona 2

El territorio ocupado por la Zona 2 presenta problemas de tipo topográfico, geomorfológico y


geotécnicos especialmente.

El carácter serrano y agreste de la Zona 2 condiciona el trazado de las carreteras actuales y


futuras a seguir preferentemente los corredores naturales de los numerosos valles fluviales
existentes. No obstante, en gran parte de las innumerables sierras que cruzan la Zona 2, la
necesidad teórica de trasponerlas, no supondrá en la mayoría de las ocasiones, problemas
graves de trazado dada la relativa poca altura, casi siempre menos de 150 metros, que ha-
bría que superar.

97
La inestabilidad gravitacional fósil observada en las vertientes de las sierras, muestra los ras-
gos de unos procesos muy importantes desarrollados esencialmente en un clima periglaciar.
En la actualidad estos fenómenos son muy atenuados pero subsiste la posibilidad de reacti-
varlos a poco que se modifiquen las condiciones de equilibrio, muy estricto en muchos casos,
de dichas estructuras de deslizamiento; especialmente las existentes en masas coluviales,
depósitos terciarios del plioceno y materiales pizarrosos del zócalo precámbrico - paleozoico.

Los problemas geotécnicos provendrán por una parte de la baja resistencia de las áreas
inmersas en los problemas geomorfológicos citados anteriormente y la de los terrenos, así
mismo citados, que de forma mayoritaria los sustentan. De otra, la excavación de desmontes
presentará regularmente problemas de estabilidad de taludes; En las formaciones terciarias y
cuaternarias los problemas tendrán normalmente una dimensión moderada en razón de las
potencias de los estratos, en tanto que en los materiales metamórficos la problemática de
deslizamiento y corrimientos de estratos y cuñas puede llegar a ser muy importante en talu-
des altos.

3.4. ZONA 3: DEPRESIONES ENTRE SIERRAS

3.4.1. Geomorfología

Relacionadas con los principales cauces fluviales existen una serie de valles recubiertos par-
cial o totalmente por materiales del Plioceno y Cuaternario.

Estas depresiones se constituyen unas veces como plataformas disectadas por los arroyos y
ríos de la zona creando barrancos encajados con escarpes y laderas pronunciadas a los
fondos, aterrazados o no, de los valles. Otros valles enlazan sus fondos aterrazados con
pendientes que ascienden suavemente a los pies de las sierras cuarcíticas al haber quedado
desmantelados, en su mayor parte, los depósitos pliocenos coronados por los distintos nive-
les de raña o glacis que constituyen las plataformas. En algunos casos es el curso fluvial el
que ha incidido poco sobre los sedimentos pliocenos.

En la mayoría de las depresiones existentes en el Tramo, el encajamiento de le red fluvial ha


desmantelado en mayor o menor medida los depósitos pliocenos y cuaternarios dejando al
descubierto el substrato paleozoico que en algunos casos como en las depresiones del río
Tierteafuera y Esteras ocupan la mayor parte de la misma.

Las depresiones más importantes de la zona son:

98
Depresión del río Guadiana

Parte de esta depresión queda dentro de la Zona 1. Su orientación dominante es ONO-ESE


y viene a ocupar un área sinclinal en la estructura paleozoica a lo largo del Sur del Tramo. Un
curso con terraza de inundación amplia y terrazas en graderío encajadas en los materiales
pliocenos se hace fuertemente meandriforme y encajado en aquella zona en donde la plata-
forma de la raña que ocupa la mayor parte de la depresión aún no ha sido desmantelada. El
encajamiento del río ha profundizado en los materiales paleozoicos que conforman el núcleo
del sinclinal constituido mayoritariamente por las pizarras del Llanvirniense - Llandeilo que
afloran en amplias extensiones en ambas márgenes del río y en los arroyos afluentes. (Foto
31).

Depresiones de la cuenca del Bullaque

En la zona centro y norte del Tramo, el río Bullaque y su afluente el río Bullaquejo junto a
otras menos importantes, constituyen amplios valles rellenos por los depósitos plio-
cuaternarios en donde los márgenes de las terrazas de inundación, amplias y atravesadas
por canales anastomosados, enlazan con las pendientes de tipo raña, glacis y abanicos alu-
viales que se elevan suavemente hasta los pies de las sierras. Sólo en las márgenes del río
Bullaque se puede hablar de un desarrollo en terrazas o terrazas-glacis.

Los afloramientos del zócalo paleozoico o los relieves residuales incluidos en esta zona son
escasos

Depresión del río Esteras

La cabecera del río Esteras constituye, en el extremo suroeste del Tramo, una amplia depre-
sión de morfología elíptica con orientación NE-SO en el centro de la cual se emplaza el pue-
blo de Saceruela.

Geomorfológicamente esta cubeta es el resultado final de la profunda excavación del núcleo


de una amplia estructura domática que deja al descubierto, en el fondo del área desmantela-
da, los materiales del zócalo precámbrico y rodeando al mismo, a modo de anfiteatro las se-
ries cuarcíticas de la base del Ordovícico labradas como agrestes sierras. (Figura 14).

99
FOTO 31. VISTA PANORÁMICA DE LA DEPRESIÓN DEL RÍO GUADIANA, A SU PASO POR LA LOCALIDAD DE LUCIANA. EN ELLA SE PUEDE OBSERVAR LA AMPLITUD DE SUS TERRAZAS
Y LA EXTENSIÓN DE LOS DEPÓSITOS DE GLACIS..
FIGURA 14. CORTE GEOLÓGICO DE LA ZONA 3.
La amplia plataforma labrada sobre los materiales precámbricos fue cubierta posteriormente
por depósitos pliocenos y cuaternarios durante una serie de fases morfogenéticas de ero-
sión-sedimentación.

En la actualidad la cubeta del domo de Saceruela en la cabecera del río Esteras presenta
una orla de plataformas de piedemonte que arrancan de la base de las sierras sobre las
cuales se encajan los arroyos que parten de ellas. El desmantelamiento de estos depósitos
pliocenos y cuaternarios deja al descubierto las pizarras y grauvacas precámbricas en una
amplia extensión en el centro de la depresión.

Depresión del Tierteafuera

En el Centro-Sur del Tramo y al Sur de las sierras que delimitan el valle del Guadiana por su
margen izquierda se desarrolla un terreno de penillanura disectado por el río Tierteafuera y
sus afluentes. Esta depresión, al igual que ocurre en la del río Esteras en Saceruela, está
labrada sobre una amplia estructura domática que deja al descubierto en el fondo de la mis-
ma un complejo anticlinorio en materiales precámbricos que ocupan en la actividad la mayor
parte de ella. Arrancando del pie de las sierras que la limitan por el norte existe una orla de
depósitos plio-cuaternarios estructurados como plataformas de piedemonte en general muy
desmanteladas.

Sobre la Zona 3 se producen en la actualidad procesos geodinámicos muy importantes rela-


cionados con los cauces fluviales. Durante la ejecución del presente trabajo se pudo cons-
tatar la funcionalidad de las amplias terrazas de inundación de la red fluvial del Tramo. Con
motivo del importante periodo de lluvias del invierno del 1996-97 se pudo observar los efec-
tos del desbordamiento de todos los ríos y arroyos de la región y el fuerte impacto que el
efecto hidrodinámico de las aguas ejerció sobre todo tipo de infraestructuras que de alguna
forma habían invadido los lechos de inundación de la cuenca sin prever en fenómeno recu-
rrente, sobre el que, las generaciones actuales parecen haber perdido todos los datos de la
memoria histórica y hacer ojos ciegos y oídos sordos a los conocimientos y datos científicos
actuales que se tienen sobre estos fenómenos. (Fotos 32 y 33).

102
Foto 32. Viviendas en el borde de la terraza de inundación del río Bullaque. Tabla de Yedra
en la crecida del invierno 1996-97.

Foto 33. Deslizamiento de las margas pliocenas en la margen izquierda del río Guadiana en
la zona de Alarcos como consecuencia de la sobre-excavación realizada por las
aguas de crecida en el invierno 1996-97.

103
3.4.2. Tectónica

Dentro de la Zona 3 existe toda una historia geológica de los materiales constitutivos del
Tramo.

Los materiales precámbricos y paleozoicos que afloran en los fondos de las cubetas y peni-
llanuras de esta zona fueron afectados, como ya ha quedado descrito en el capítulo de geo-
logía general y en el correspondiente a la zona 2, por las orogenias Hercínica y Pre-hercínica,
esencialmente por la primera caracterizada por sus tres etapas de deformación.

Asimismo los depósitos de edad pliocena han sido afectados por reactivaciones de las fallas
hercínicas en fases de compresión durante la orogenia Alpina.

Los recintos delimitados por las áreas constitutivas de la Zona 3, se corresponden con es-
tructuras creadas por la orogenia Hercínica se trata de cubetas sinclinales o domos anticli-
nales desmantelados, los cuales descritos ya en el capítulo de geomorfología son.

- Sinclinorio de la Puebla de Don Rodrigo o Depresión del Guadiana.

- Cubetas de la cuenca del Bullaque.

- Domo de Saceruela en la cabecera del río Esteras.

- Anticlinorio de Abenojar excavado por la cuenca del río Tierteafuera.

En general cabe decir que la estructuración y tectonicidad de los materiales precámbricos y


paleozoicos es muy alta en todos las Zonas y la alteración debida a gran parte al alto diastro-
fismo sufrido por las rocas muy profundas en amplias extensiones del Tramo especialmente
en las áreas representadas por la Zona 3.

3.4.3. Columna estratigráfica

La columna estratigráfica de la Zona 1 se contempla en la Figura 15.

104
FIGURA 15. COLUMNA ESTRATIGRÁFICA DE LA ZONA 3.

105
3.4.4. Grupos litológicos

FONDOS DE VALLE (A2,a2)

- Litología

Este grupo está constituido por gravas y cantos de cuarcita y en menor proporción
de cuarzo, pizarra, caliza y rocas volcánicas, con abundante matriz de arenas, limo
y arcillas. Interiormente presenta cuerpos canalizados con materiales más groseros
tipo grava y cantos y con una matriz fundamentalmente arenosa. Se trata de mate-
riales sueltos y no consolidados por lo que la compacidad y la dureza se estiman
prácticamente nulas.

- Estructura

Este grupo constituye el fondo de los valles y vaguadas mayores. Cartográfica-


mente posee una estructura tabular e interiormente se presenta masivo. Presenta
cuerpos canalizados en su interior de escasa continuidad lateral. Se dispone
subhorizontalmente. La potencia de este grupo litológico oscila entre 0.5 y 3 metros
para (a2) y entre 3 y 5 metros para (A2).

- Geotecnia

Permeabilidad: Terrenos en general con permeabilidad entre buena y moderada.


Localmente pueden presentarse problemas por causa de una escorrentía superfi-
cial deficiente.

Estabilidad natural: No son terrenos en donde puedan darse problemas de inestabi-


lidad natural si exceptuamos los de naturaleza erosiva que pudieran derivarse en
épocas de lluvias torrenciales.

Capacidad portante: Terrenos poco o nada consolidados que sólo admitirán cargas
muy someras. Cualquier solicitud de alguna entidad deberá transferirse al substrato
próximo.

Ripabilidad: Grupo ripable en su totalidad.

106
TERRAZA ALUVIAL O LLANURA DE INUNDACIÓN (At)

- Litología

Este grupo está constituido por gravas y cantos de cuarcita y en menor proporción
de cuarzo, pizarra, caliza y rocas volcánicas, con abundante matriz de arena, limo y
arcilla. Se trata de depósitos sueltos y sin consolidar. Interiormente presenta cuer-
pos canalizados formados por materiales más gruesos, del tipo grava y canto, y
con una matriz fundamentalmente arenosa. Ocasionalmente pueden existir zonas
pantanosas como las situadas en las inmediaciones del puente de Alarcos en la te-
rraza de inundación del río Guadiana en donde se forman incipientes turberas.
(Fotos 34 y 35). La compacidad y la dureza del grupo se estima baja.

Foto 34. Lecho aluvial y llanura de inundación pantanosa del río Guadiana. Puente de Alar-
cos. Límite oriental del Tramo.

- Estructura

Este grupo constituye las llanuras aluviales y las llanuras de inundación de los ríos y
arroyos del Tramo. Cartográficamente presenta una estructura tabular, e interior-
mente su estructura es masiva. Se dispone de una forma horizontal. La potencia de
este grupo litológico es muy variable y oscila entre 0.5 y 4 metros.

107
Foto 35. Vista del puente de la CN-430 sobre el río Guadiana en la Zona de Alarcos
durante la crecida del invierno de 1996-97. Se puede apreciar los desperfec-
tos del firme como consecuencia de las deformaciones sufridas por el terra-
plen que se apoya sobre los depósitos pantanosos de la terraza de inunda-
ción.

- Geotecnia

Permeabilidad: Se trata de terrenos con permeabilidad por percolación y porosidad


que pueden ser deficiente, frecuentemente, debido a la abundancia de lechos limo-
arcillosos, circunstancia que acarrea asimismo problemas de encharcamientos por
falta de escorrentía superficial.

Estabilidad natural: Los problemas de estabilidad en estos terrenos son de origen


hidrodinámico y están ligados a los ciclos climáticos que determinan las crecidas de
los ríos y arroyos de la región. A este respecto, durante la ejecución del presente
trabajo, en el invierno de 1996-97, se coincidió con una espectacular crecida de los
cauces a consecuencia de un fuerte y prolongado periodo de lluvias, circunstancia
que permitió observar en vivo los efectos geodinámicos de las aguas sobre los te-
rrenos, así como, el efecto catastrófico sobre las infraestructuras creadas, impru-
dentemente, invadiendo terrenos sujetos a unos procesos que retornan siempre,
pasando una factura muy cara a nivel económico y humano a veces. (Foto 36 y
37).

108
Foto 36. Crecida del río Bullaque a su paso por Tabla de la Yedra. Ocupando el lecho de
inundación con motivo del fuerte temporal de lluvias en invierno de 1996-97.

Foto 37. Desplome en el terraplén del trasdós del estribo del puente sobre el arroyo de la
Puente, cercanías de Saceruela.

109
Capacidad portante: Sólo cabe esperar respuestas muy moderadas de resistencia
en estos terrenos e incluso claramente bajas en algunas áreas en donde incluso
pueden presentarse zonas pantanosas con existencia de turberas incipientes como
en el caso de la terraza de inundación del río Guadiana próximas al Puente de
Alarcos en la carretera nacional 430. (Foto 35).

En general se deben temer asientos diferenciales por la estructura lentejonar de los


depósitos detríticos y la posibilidad de implantación de freáticos estacionales a nivel
de superficie, así como, los humedecimientos del terreno por causa de una mala
escorrentía superficial y baja permeabilidad de los horizontes limo-arcillosos de
inundación.

En cualquier caso, la inundación de carácter cíclico de estos terrenos, impone la


necesidad de estudios y diseños adecuados para cualquier infraestructura que se
apoye sobre los mismos, con el fin paliar los efectos de las riadas. Por otra parte, la
fundación de aquellas estructuras que requieran respuestas resistentes de alguna
entidad tendrán que referirse al substrato normalmente próximo que podrá ser de
naturaleza terciaria o paleozoica.

Ripabilidad: Grupo ripable en su totalidad.

TERRAZAS (T,t)

- Litología

Este grupo litológico está constituido por las terrazas aluviales del río Guadiana y
Bullaque, integradas por gravas de cantos cuarcíticos, fundamentalmente, y algu-
nos, muy esporádicos, de cuarzo, pizarra y calizas. Interiormente presenta cuerpos
lenticulares, a modo de paleocanales, con materiales más gruesos y redondeados,
del tipo grava, y con una matriz escasa y fundamentalmente arenosa. El tamaño
medio de los cantos está entre 2 y 6 cm. Se trata de depósitos sueltos y sin conso-
lidar. La dureza y compacidad se estiman de bajas a moderadas. (Foto 38).

110
Foto 38. Terraza del río Guadiana sobre las pizarras alteradas del grupo litológico (122a).
Pk(14) de la carretera de Alcolea de Calatrava a Los Pozuelos de Calatrava.

- Estructura

Este grupo conforma las vegas de los grandes cursos fluviales del Tramo de estu-
dio (Guadiana y Bullaque). Se dispone subhorizontalmente y posee una estructura
tabular. Interiormente presenta una estructura masiva. No son terrazas potentes, el
espesor no supera los 4 metros.

- Geotecnia

Permeabilidad: Este grupo litológico se considera que su gran mayoría es permea-


ble por percolación y porosidad. La existencia de lechos limo-arcillosos intercalados
o en superficie atenúa la permeabilidad e infiltración de las aguas meteóricas dando
lugar a áreas con mal drenaje superficial.

Estabilidad natural: Se ha observado que terrazas depositadas sobre formaciones


paleozoicas de naturaleza pizarrosa que poseen un potente manto de alteración, o
sobre los materiales terciarios de naturaleza arcillo-margosa presentan frecuentes
roturas de naturaleza gravitacional y deformaciones de gran amplitud. (Foto 39).

111
Foto 39. Terrazas del río Guadiana vistas desde el pk.(264) de la CN-430. Se puede apreciar en ellas un escalonamiento que se corresponde más
con una rotura de naturaleza gravitacional del substrato pizarroso alterado que a las distintas fases de encajamiento del río. Al fondo las
sierras del Campillo y Villareal estructuradas por fallas profundas de gravedad.
Taludes artificiales observados: Se trata en general de desmontes de escasa altura
que de no aflorar en la base un substrato arcilloso de un posible manto de altera-
ción en pizarras paleozoica o correspondiente a materiales terciarios, puede
aguantar pendientes que van desde subverticales en los lechos de gravas a incli-
naciones entorno a los 60° - 55° en los horizontes limo-arenosos; los cuales apare-
cen afectados por una erosión en cárcavas que terminan por provocar desprendi-
mientos y desplomes de los depósitos de gravas que les superponen.

Taludes recomendados: En principio, y en ausencia de estructuras que hagan pre-


ver la existencia de roturas de tipo gravitacional, los perfiles a dar en este grupo
puede estar entre los valores 1H:1V y 1H:1’5V.

Capacidad portante: Se debe considerar a este grupo litológico con capacidad re-
sistente moderada como mucho, y siempre que los depósitos adquieran cierta po-
tencia, dado que en muchas ocasiones el substrato puede ser de peores caracte-
rísticas que la terraza. A este respecto convendrá siempre tener un perfecto cono-
cimiento del perfil de la terraza incluyendo las características del terreno que la so-
porta. En general se considera que las solicitudes de carga con alguna entidad de-
ben remitirse al subtrato.

La presencia de limos y limos arcillosos en superficie o intercalados en lechos lenti-


culares pueden dificultar el drenaje superficial y facultar la existencia de freáticos
temporales a nivel de superficie que pueden dar lugar a pequeños asientos diferen-
ciales en situación de cargas por infraestructuras.

Ripabilidad: Materiales ripables en su totalidad.

COLUVIALES (C,c)

Este grupo se describe en la Zona 2 donde se encuentra mejor representado.

CONOS DE DEYECCIÓN (D,d)

- Litología

Este grupo litológico está constituido por depósitos heterométricos de gravas y


cantos, subangulosos a subredondeados cuya naturaleza litológica está claramente
influida por la composición de sus áreas de drenaje. Está sostenido por una pro-
porción muy elevada de limos y arcillas. Se han detectado conos de deyección muy
antiguos, incluso formando parte de los materiales de los grupos litológico (350) y
(321b). La alterabilidad se estima moderada-alta.

113
- Estructura

Este grupo conforma laderas de pendientes suaves y tendidas. La continuidad late-


ral de este grupo es muy escasa. Se dispone subhorizontalmente. Interiormente
presenta una estructura masiva, y en conjunto una estructura en cuña-abanico. El
grado de fracturación es muy bajo. La potencia de este grupo se estima entre 0.5 m
y 3 m para (d), y entre 3 m y 10 m para (D).

- Geotecnia

Permeabilidad: Grupo formado por materiales con permeabilidad variable en gene-


ral aceptable por percolación y porosidad aunque la alta proporción de matriz limo-
arcillosa que presentan muchos lechos lenticulares de su estructura dificultan lo-
calmente la transmisibidad.

Estabilidad natural: Los terrenos ocupados por este grupo litológico están someti-
dos, en gran parte, a los problemas de dinámica fluvial (erosión y aterramiento) en
épocas de grandes avenidas.

Capacidad portante: De los materiales de este grupo pueden esperarse respuestas


resistentes moderadas, y la posibilidad de darse problemas, también moderadas
por asientos diferenciales. La escasa potencia de estos depósitos en muchas oca-
siones, obligará a transferir el substrato cualquier solicitud de esfuerzos.

Ripabilidad: Grupo ripable en toda su extensión.

COLUVIALES SOMEROS SOBRE PIZARRAS Y CUARCITAS, Y MATOS DE ALTERA-


CIÓN (V)

- Litología

Este grupo litológico está constituido por un manto profundo de alteración meteórica
que puede alcanzar 10 metros de potencia, sobre el que suele existir un suelo de
naturaleza coluvio - eluvial, cuya potencia media se puede estimar en 1’5 m, cons-
tituido por limos, arcillas y cantos dispersos de cuarcita con un tamaño medio com-
prendido entre 3 y 6 centímetros. Por debajo de este manto coluvial se sitúa el hori-
zonte de alteración, sobre los materiales metamórficos, de edad mesozoica. El ho-
rizonte superior es un horizonte de color crema con tonalidades naranja-amarillento

114
y verde claro. Este horizonte es muy plástico. Por debajo de este nivel aparece un
horizonte de tonos verdes y rojizos conformando un "pseudogley" al cual se super-
pone a otro de tono mucho más rojizo y arcilloso. Esta alteración es particularmente
importante en las zonas de falla y despegues entre capas, donde coexisten pa-
quetes cuarcíticos y pizarrosos muy poco alterados, con áreas profundamente alte-
radas donde el reconocimiento de la roca madre es imposible. Localmente, estas
áreas aparecen como un conjunto brechoide confundible con los materiales detríti-
cos terciarios pertenecientes al grupo litológico (321b). En estos niveles de altera-
ción son frecuentes las rubefacciones, los niveles siderolíticos con neoformación de
hematites y gohetita, las caolinizaciones y las carbonataciones. La compacidad y la
dureza de este grupo se estima muy baja. (Fotos 40 y 41).

- Estructura

Este grupo conforma relieves alomados y en áreas de ladera o vaguadas. Los


mantos de alteración no tienen signos de plegamiento, aunque se pueden observar
pliegues remanentes de edad hercínica pertenecientes a la roca madre. Un caso
análogo ocurre con las fallas. Sin embargo se han detectado fallas de tipo inverso
afectando a este grupo, concretamente en el contacto con las cubetas terciarias.
No obstante, el grado de fracturación es muy bajo o nulo a nivel global. Se estructu-
ra en horizontes de potencia métrica, y el espesor medio estimado para este grupo
varía ampliamente, debido a sus condicionantes genéticos, entre 3 y 10 metros.

115
Foto 40. Detalle de la alteración sobre los materiales cuarcíticos y pizarrosos del grupo
litológico (121c). Nótese como la alteracíon presenta una clara anisotropía, siendo
mucho más intensa en los materiales pizarrosos. Pk(31) de la carretera regional
721.

116
Foto 41. Perfil litológico del manto de alteración constitutivo del grupo (V), en el que se
pueden observar los diferentes estadios evolutivos de este tipo de suelos. Puerto
de las Peñas Pardas, pk(34) de la carretera nacional (430).

117
Foto 42. Depósitos coluviales sobre pizarras, areniscas y cuarcitas del grupo litológico 121a en el que se aprecia un horizonte de alteración
importante. En relación con este horizonte se puede observar como el nivel más superficial del coluvión está fosilizando a otros
mantos de derrubios de gravedad que muestran claramente estructuras de deslizamiento. Carretera local de Porzuna a Picón,
pk.(7).
- Geotecnia

Permeabilidad: El horizonte superior coluvio - eluvial se considera con permeabili-


dad media - alta en tanto que el manto de alteración presenta una naturaleza im-
permeable clara.

Estabilidad natural: En relación con el horizonte de alteración se ha desarrollado a


lo largo del Plio-cuaternario toda una serie de procesos de inestabilidad de vertien-
tes que de forma muy atenuada subsiste en la actualidad. De alguna forma, la gran
mayoría de los grandes deslizamientos y corrimientos de ladera fósiles que afectan
a potentes masas coluviales, a las series alternantes pizarroso - areniscosas y a la
formación terciaria tienen su origen en este manto de alteración Pre-eoceno.

Taludes artificiales observados: Son muchos los taludes de pequeña y mediana al-
tura en los que puede observarse este horizonte de alteración. Con frecuencia, se
puede apreciar en ellos, rasgos de esa inestabilidad fósil comentada anteriormente
y que de alguna forma va a condicionar la estabilidad del talud en este nivel. (Foto
42).

Taludes recomendados: Los taludes de excavación que afecten a este grupo litoló-
gico deben diseñarse con una pendiente muy tendida en el horizonte constitutivo
del mismo. En general, no deberían diseñarse con pendientes superiores a 1H:1V,
valor que en muchas ocasiones resultará necesario rebajar.

Capacidad portante: Como mucho puede esperarse una resistencia moderada a


nivel local circunstancialmente, aunque como normal, se considera a este grupo li-
tológico, de estructura superficial, con condiciones portantes bajas.

Ripabilidad: Grupo ripable.

RAÑAS (350) - NIVELES DE GLACIS (g)

- Litología

En este grupo litológico se incluyen los diferentes niveles de deposición que con-
forman las superficies culminantes del terciario comúnmente denominada raña
(grupo litológico (350)) y los diferentes niveles de glacis (grupo litológico (g)), de
edad cuaternaria. El grupo litológico (350) es un conglomerado de cantos hetero-
métricos (el tamaño medio oscila entre 10 y 20 cm), fundamentalmente cuarcíticos,
y en menor proporción de cuarzo, irregularmente cementado por carbonatos y con
una matriz arenosa y arcillosa. Es muy frecuente encontrar un horizonte, de 0.5 m

119
de potencia, culminando la raña, de gravillas sueltas, de cuarcita alterada con una
pátina ferruginosa, de cantos redondeados, homogéneos y de 1 cm de diámetro.
Dentro de la raña (350) se han incluido sus vertidos y algunos niveles de glacis en-
cajados sobre esta superficie que muy frecuentemente queda estructurado con es-
carpes de erosión de origen poligénico. Los depósitos de vertido de raña y los “ra-
ñizos” encajados sobre el nivel más alto de la raña, están constituidos por gravas y
gravillas no superiores a los 7 centímetros de diámetro inmersos en una abundante
matriz arcillosa y arenosa. (Foto 43).

Foto 43. Talud excavado sobre los materiales del grupo litológico (350). Pk(255) de la ca-
rretera nacional 430.

120
Foto 44. Morfología típica del grupo litológico (350). En último plano, se pueden observar los relieves ancianos ordovícicos, disectados por la su-
perficie de erosión fundamental. Raña de Valhondo desde el puerto de Veredas, Hoja 783 de Abenojar.
Los niveles de glacis pertenecientes al grupo litológico (g) están constituidos por
gravas y gravillas silíceas de cantos de 10 cm de diámetro soportado por una ma-
triz arenosa y arcillosa. Muy a menudo este grupo litológico aparece muy enriqueci-
do en matriz, haciéndose muy arenoso y arcilloso, y presentando los cantos de
forma dispersa. A veces, debido a la alta proporción de finos, estos materiales se
podrían clasificar como un mudstone. La alterabilidad se estima entre moderada y
alta, dependiendo fundamentalmente del contenido de finos.

- Estructura

Este grupo litológico conforma los depósitos de las diferentes superficies de ero-
sión-deposición que se han generado desde el Plioceno al Pleistoceno. La raña,
estratigráficamente, culmina las cuencas terciarias y constituye un pedimento que
arranca de los relieves cuarcíticos ordovícicos. Los niveles de glacis se encajan en
la raña movilizando parte de sus materiales. Su disposición es subhorizontal. Su
ubicación junto a importantes accidentes tectónicos, y la presencia de coladas vol-
cánicas sobre la superficie de la raña, sugiere la posibilidad de una tectonicidad,
muy local, moderada-alta. La estructura interna de este grupo se considera masiva.
A escala cartográfica posee una estructura en cuña ya que la potencia va aumen-
tando a medida que nos separamos de los relieves cuarcíticos. Debido a este fe-
nómeno la potencia de este grupo es muy variable y oscila de 0.5 a 10 metros.
(Foto 44).

- Geotecnia

Permeabilidad: Formaciones con permeabilidad por percolación y porosidad que


podrán oscilar de alta a moderada en proporción del contenido arcilloso del grupo
litológico a nivel local.

Estabilidad natural: La circunstancia de que estos grupo litológicos, especialmente


el (350), se sitúe sobre formaciones de naturaleza detrítico arcillosa del Terciario o
sobre un horizonte de alteración arcilloso en pizarras paleozoicas propicia la exis-
tencia de fenómenos de deslizamiento en los bordes de los terrenos aterrazados
como consecuencia del encajamiento de la red fluvial por debajo del nivel de las
rañas y glacis. (Foto 45).

122
Foto 45. Talud artificial inestable excavado en un sector de ladera con deslizamientos fósi-
les que implican a pizarras del grupo 122a y a depósitos de raña 350, carretera
nacional 430, pk. (254).

Taludes artificiales observados: Taludes de excavación que afecten exclusivamente


a estas formaciones son lógicamente de pequeña entidad debido a la escasa po-
tencia de los mismos salvo raras excepciones en donde ha sido cortado en nivel de
raña mas alto. Los taludes conformados oscilan entre pendientes 1H:1V y 1’5H:1V,
evolucionando posteriormente en razón del grado de compactación y proporción
del componente arcilloso del grupo litológico a nivel local. La evolución de la raña
inicial, creando niveles escalonados de rañas secundarias heredadas y glacis a lo
largo del cuaternario, determina la existencia de diferenciaciones en la potencia,
compactación y proporción entre elementos finos y gruesos en distintos niveles.

Es frecuente ver a estos grupos coronando los taludes excavados en las formacio-
nes terciarias o paleozoicas. En estos casos su comportamiento depende de la po-
sibilidad de que existan o pueda instalarse un horizonte freático, en el contacto, ya
que en el caso positivo esta circunstancia constituirá un elemento negativo para la
estabilidad del talud.

Taludes recomendados: Si los desmonte van a afectar sólo a estos grupos litológi-
cos, es decir, no van a tener alturas importantes normalmente, el perfil en principio
que podrá darse no debe exceder del 1H:1V. En los casos en donde estas forma-

123
ciones se vean afectadas por deslizamientos de ladera, o se vea muy poco com-
pactada o con alta proporción arcillosa, el talud no debe superar el 1’5H:1V.

Capacidad portante: Las condiciones resistentes de este grupo pueden variar en un


amplio margen que va desde respuestas moderadas a bajas en razón de su poten-
cia, compactación, condiciones de estabilidad natural, composición litológica y natu-
raleza del substrato.

En condiciones normales de plataformas llanas o de muy suave pendiente, suele


constituir un buen cimiento para la calzada siempre que no exista un horizonte freá-
tico de naturaleza temporal a nivel de superficie. En solicitaciones de alguna im-
portancia el bulbo de presiones será referido normalmente al substrato.

ARENISCAS, ARENAS Y FANGOS VARIOLADOS, LOCALMENTE CONGLOMERADOS


Y BRECHAS (321b) ARENAS, FANGOS Y NIVELES FERRALITICOS (321b1)

- Litología

Este grupo litológico está constituido por areniscas, arenas y fangos variolados; y
localmente por conglomerados y brechas. Estos últimos son muy abundantes en la
base del grupo, donde los cantos de cuarcita aparecen alterados y heterométricos
(con un tamaño medio entre 15 y 20 centímetros). Presenta subproductos edáficos
como la caolinita y costras ferralíticas. Las brechas basales se sitúan en el contacto
con el substrato paleozoico y precámbrico que sufre una alteración muy intensa con
neoformación de arcillas edáficas (caolinita illita, gibbsita, etc ...) y costras ferralíti-
cas. A veces la alteración del substrato es tan intensa que es imposible diferen-
ciarlo del grupo litológico 321b en facies arcillo-arenosa depositado encima. Debido
a esta razón, se ha cartografiado, en algunas áreas, el substrato profundamente
alterado como el grupo litológico (321b) debido a la similitud de facies, comporta-
miento geotécnico similar y/o imposibilidad de representación cartográfica, en casos
de áreas muy reducidas. Los fangos variolados están constituidos por arenas arci-
llosas y limosas con intercalaciones de niveles lentejonares de conglomerados de
cantos de cuarcita subredondeados y redondeados. Localmente estos conglome-
rados pueden adquirir potencias importantes, del orden de los 3 ó 4 metros, como
en el arroyo de los Gavilanes , en las proximidades de la localidad de Saceruela.
Las arenas arcillosas y limos son de colores pardo - rojizos y de tonos vinosos, lo-
calmente pardo - amarillentas y blancas. Es frecuente encontrar pequeños niveles
centimétricos ferralíticos de origen edáfico intercalados en este grupo. En algunas
áreas del Tramo, como en la Hoja 784 se ha definido como subgrupo litológico
(321b1) a las facies arenosas y limosas del presente grupo litológico con numero-
sas intercalaciones, de aproximadamente un metro de potencia, de brechas ferru-
ginosas y costras ferralíticas. (Fotos 46 y 47).

124
Foto 46. Facies arenosas y caolínicas del grupo litológico (321b). Nótese el acarcavamiento
y los pequeños desplomes generados en la esquina derecha con motivo de las
fuertes precipitaciones del invierno 1996-97. El talud culmina con un nivel de terra-
za. Puente de Luciana.

- Estructura

El grupo litológico tiene una estructura tabular en conjunto. Los conglomerados ba-
sales poseen una geometría de cuña, y las intercalaciones conglomeráticas en las
arenas y fangos, lenticular. Se disponen discordantemente sobre en substrato me-
tamórfico (paleozoico y precámbrico indistintamente) intensamente alterado. Relle-
nan por lo general un paleorelieve, completando las cubetas de Piedrabuena-
Bullaque, Porzuna y El Casarejo. Se disponen subhorizontalmente, suavemente
deformado y fallado. En el contacto con las sierras paleozoicas, las fallas son de ti-
po inverso. Un bonito ejemplo de este tipo de contacto se encuentra en el puerto de
los Quejigares, en el pk(4.5) de la carretera de Picón a Porzuna. Este grupo litológi-
co se encuentra erosionado y fosilizado por el grupo litológico 350, perteneciente a
la raña, y los diferentes niveles de glacis (g). Su potencia en todo el tramo no exce-
de los 20 – 30 metros.

125
Foto 47. Conglomerados y fangos variolados pertenecientes al grupo litológico (321b). Ca-
rretera nacional 430 de Luciana a Piedrabuena.

- Geotecnia

Permeabilidad: La constitución litológica de este grupo dominado por depósitos de


naturaleza limo-arenosa y limo-arcillosa, hacen de él una unidad con comporta-
miento de baja o muy baja permeabilidad en la mayoría del cuerpo del mismo, pero
por otra parte, el contenido de horizontes detríticos gruesos con alta permeabilidad
intercalados en la serie, faculta la existencia de freáticos colgados o cautivos en la
formación.

126
Estabilidad natural: En áreas en donde este grupo litológico constituye medias lade-
ras, se ha detectado en ellas, con cierta frecuencia, fenómenos de inestabilidad fó-
sil. En relación con este tipo de procesos geomorfológicos se pueden apuntar algu-
nas causas que los rigen:

a) La base de la formación se apoya normalmente sobre un substrato paleozoico


alterado profundamente. Este manto de alteración constituye un horizonte ente-
ramente arcilloso con alto contenido en caolín.

b) En la composición del propio grupo abundan los componentes arcillosos con alto
contenido en caolines y en algunos casos es posible la presencia de montmori-
llonita.

c) Presencia de freáticos colgados o cautivos creados por los depósitos detríticos


gruesos que intercala el grupo litológico, o bien se le superponen como es el ca-
so de rañas, glacis, coluviales o terrazas aluviales.

Taludes artificiales observados: Se trata normalmente de desmontes de pequeña o


mediana dimensión, casi siempre por debajo de los 10 metros.

Debido a los cambios laterales que puede sufrir este grupo litológico los taludes
pueden aparecer conformados por horizontes exclusivamente limo-arenosos y limo-
arcillosos, por estos mismos materiales intercalando lechos de conglomerados, o
bien por una abundancia de horizontes detríticos gruesos y escasez de lechos li-
mo-arcillosos. La gran mayoría de ellos son los creados por los horizontes limo-
arenosos y limo-arcillosos de tonos variolados que intercalan algún lecho de con-
glomerado; lo normal también es que en estos taludes exista en coronación un ho-
rizonte de raña, glacis coluvial o terraza.

Los problemas detectados en la mayoría de ellos provienen de su fácil erosionabili-


dad con formación de cárcavas e inestabilidad por desplomes así como desliza-
miento por flujos superficiales y rotacionales en los horizontes más arcillosos que
normalmente se corresponden con los tramos basales en el que se incorpora el ho-
rizonte de alteración de transición al substrato.

127
Taludes recomendados: La variabilidad litológica y las circunstacias geomorfológi-
cas diversas de estos terrenos condicionan taludes de excavación de pendientes
muy distintas según los casos locales. En los tramos de naturaleza más areno-
limosa y con detritos gruesos las pendientes de tipo 1H:1’5V incluso más fuertes
serían recomendables con el fin de evitar problemas erosivos excesivos. La apari-
ción de horizontes muy arcillosos enriquecidos en caolín como los existentes en las
zonas próximas al contacto con el substrato alterado y en áreas afectadas por des-
lizamientos fósiles obligarán al tendido del talud por debajo del 1’5H:1V.

Capacidad portante: En relación con la diversidad litológica, estructural y geomor-


fológica ya apuntadas en apartados anteriores, la capacidad resistente de este gru-
po litológico se considera que podrá oscilar normalmente entre moderada y baja
circunstancialmente en zonas de media ladera. En cualquier caso se aconseja la
ejecución de estudios pormenorizados de este grupo en caso de necesidad de
apoyos en él.

Ripabilidad: Grupo ripable en su totalidad.

TOBAS Y TUFITAS (122b)

- Litología

Este grupo litológico está constituido por una sucesión de tobas y tufitas volcánicas
en bancos de espesor métrico y decamétrico, concordantes con la estratificación.
Las tobas son rocas piroclásticas, bien soldadas y constituidas por fragmentos de
roca volcánica y metamórfica. Los clastos de roca volcánica son mayoritarios, pre-
sentan tonos verdosos y un aspecto vítreo. Las tufitas están constituidas por are-
niscas cuarcíticas con fragmentos de rocas volcánicas. Dentro del paquete volcáni-
co es frecuente encontrar intercalaciones de naturaleza pizarrosa que suelen incluir
en su interior material de tipo piroclástico. Se han detectado algunos niveles de alte-
ración hidrotermal o pneumatolítica, que presentan en su interior minerales como
azufre, yeso y otros sulfatos. La compacidad y la dureza se estiman muy altas. En
términos generales presenta una alterabilidad muy baja, si se exceptúan los niveles
que contienen sales. (Fotos 48 y 49).

128
Foto 48. Pizarras y rocas vólcanicas pertenecientes al grupo litológico (122b). pk(243) de la
carretera nacional 430.

- Estructura

Estratigráficamente se sitúa dentro del grupo litológico 122a. Estructuralmente está


ubicado exclusivamente dentro del sinclinal de La Puebla de Don Rodrigo. Los
mejores afloramientos están entre el kilómetro 242 y 244 de la Carretera Nacional
430 Badajoz - Cuidad Real. Posee una buena continuidad lateral. En su conjunto
posee una estructura lentejonar. Se encuentra fuertemente plegado y fracturado.
La intensidad del diaclasado se considera moderada. El buzamiento de las capas
es subvertical.. La potencia aproximada de este grupo litológico se estima entre 75
y 200 metros.

129
Foto 49. Detalle de los materiales soldados de tipo piroclástico pertenecientes al grupo
litológico (122b). Pk (243) de la carretera nacional 430.

- Geotecnia

Permeabilidad: Materiales sólo permeables por fisuración. Conjunto poco permea-


ble en general.

Estabilidad natural: Se han detectado algunas roturas de pendiente fósiles debido a


corrimientos.

Taludes artificiales observados: El talud excavado en esta formación lo hace per-


pendicular a la capa. Los estratos duros y competentes de los materiales volcáni-
cos resisten bien las pendientes fuertes adoptadas en el talud aunque no están au-
sentes problemas de desprendimientos y corrimientos de cuñas. Los paquetes
más pizarrosos sufren una degradación más rápida.

Taludes recomendados: En direcciones de excavación que formen en ángulo supe-


rior a los 45° con el rumbo de las capas, los taludes aconsejables no deben exce-
der del valor 1H:2V, el cual, será válido asimismo para taludes con capas a contra-
pendiente.

130
Capacidad portante: Los materiales de este grupo, especialmente los horizontes de
estratos potentes volcánicos poseen una capacidad resistente muy elevada, en
tanto que los de naturaleza pizarrosa sólo se les puede exigir una respuesta mode-
rada en apoyos superficiales a media ladera. Circunstancialmente estos terrenos
están afectados por roturas de gravedad, a consecuencia de lo cual, las condicio-
nes resistentes del terreno en estas áreas, localizadas, quedarán disminuidas. La
posible presencia de sales solubles en algunas capas pizarrosas aconseja en cual-
quier caso a estudios pormenorizados en la detección de estos elementos por sus
implicaciones geotécnicas y su problemática de agresividad.

Ripabilidad: Grupo no ripable en su gran mayoría.

PIZARRAS (122a)

- Litología

Este grupo litológico está constituido por pizarras pardo negruzcas en corte fresco y
de tonos verdosos y rojizos el horizonte de alteración. Se trata de pizarras micro-
cristalinas de sericita y clorita con una cantidad muy variable, dependiendo de los
tramos, de limo fino de cuarzo y micas. Se trata en su conjunto, de una serie bas-
tante homogénea litológicamente. Presentan una compacidad alta. La dureza se
estima moderada. El grado de alteración es muy alto, en especial bajo el contacto
con las unidades cenozoicas. Localmente, como producto de la alteración este gru-
po puede transformarse en una arcilla muy plástica de tonos rojos vinosos. A veces
es frecuente encontrar pequeños niveles de areniscas y cuarcitas ricas en óxidos
de hierro y micas generalmente oxidadas a la base de la unidad. Estos pequeños
niveles detríticos son de grano fino, subredondeados y subangulosos, y están for-
mados mayoritariamente por cuarzo, y en menor proporción fragmentos de roca
volcánica alterada a cloritas y óxidos de hierro. Suele estar muy cubierto por colu-
viales y mantos de alteración pertenecientes al grupo litológico (C1), o por otros di-
versos depósitos cuaternarios, muy someros, tipo glacis. En el área Oeste del Tra-
mo en las cercanías del Puente de Retama sobre el río Guadiana aparecen inter-
calaciones importantes de rocas volcánicas, que cuando tienen unas dimensiones
significativamente cartografiables, se han diferenciado como el grupo litológico
122b. (Foto 50).

- Estructura

Da lugar a áreas deprimidas y a relieves muy suaves. Cartográficamente, se locali-


za a lo largo de la margen derecha del río Guadiana. Las pizarras presentan una
esquistosidad hercínica muy penetrativa, por lo que es muy difícil diferenciar las su-
perficies de estratificación original. El grado de plegamiento se considera intenso en

131
todo el grupo. Asimismo, se han detectado muchas fallas inversas y planos de ca-
balgamiento en el interior de este grupo. La potencia aproximada de este grupo li-
tológico se estima en 500 metros.

Foto 50. Cuarcitas alteradas pertenecientes al grupo litológico (122a) en el pk (260’5) de la


carretera nacional 430.

- Geotecnia

Permeabilidad: Este grupo presenta una impermeabilidad muy alta y solo por fisu-
ración lo será de forma muy moderada.

Estabilidad natural: Las zonas ocupadas por los materiales de este grupo es normal
que hayan desarrollado un paisaje escarpado que delata una débil resistencia ante
la erosión lineal, especialmente en áreas donde los paisajes aparecen con un
manto de alteración profundo. Por otra parte los movimientos gravitacionales de la-
dera son relativamente frecuentes cuando estos materiales soportan algún grupo
litológico que pueda crear un acuífero colgado sobre las pizarras; normalmente los
materiales detríticos del terciario y cuaternario; problemática que se ve favorecida
por la alteración profunda que se observa en gran parte de este grupo. (Foto 51).

132
Foto 51. Pequeña cantera de arcillas donde se explotó los materiales alterados del grupo
litológico (122a). Pk (261) de la carretera nacional 430.

Taludes artificiales observados: Se trata en general de desmontes bajos o medios


que no superan los 10 metros de altura normalmente en los cuales la pendiente
dada suele oscilar entre el 1H:2V y el 1H:1'5V, raramente el 1H:1V. El deterioro de
estos taludes están muy relacionados con el grado de alteración de la roca y muy
especialmente con la existencia de formaciones suprayacentes que constituyan
acuíferos, como pueden ser los depósitos de raña o coluviones potentes. En estos
casos es normal que las pizarras se vean afectadas por deslizamientos que reacti-
van antiguos movimientos fósiles o latentes. En cualquier caso es normal encontrar
en el primer metro del terreno de las superficies de media ladera, aunque sean po-
co pronunciadas fenómenos de vuelco y reptación de estratos. (Fotos 52 y 53).

133
Foto 52. Talud excavado sobre los materiales pizarrosos del grupo litológico (122a).
Pk(264) de la carretera nacional 430.

Foto 53. Corrimiento de una cuña en pizarras deslizadas del grupo 122a en zona de con-
tacto por falla con el grupo 122b. Pk.(243) de la carretera nacional 430.

134
Taludes recomendados: Siempre que las pizarras están desprovistas de recubri-
mientos potentes constituidos por formaciones permeables que puedan crear
acuíferos colgados, las pendientes aconsejables pueden oscilar entre la 1H:1'5V y
1H:1V para las áreas con mayor alteración y la 1H:2V para las pizarras poco altera-
das. Circunstancialmente la estructura local desfavorable (alta tectonicidad, altera-
ción profunda, roturas de ladera fósiles o latentes) requerirá taludes del orden
1'5H:1V o incluso más tendidos, o bien el adoptar medidas de contención. En las
áreas en las que afloran algunos tramos constituidos por alternancias de pizarras y
areniscas tableadas los taludes quedarán muy condicionados por la disposición de
las capas, y los taludes a dar podrán oscilar entre 1H:2V y 1H:1V aunque lo acon-
sejable sería no proyectar pendientes por encima de 1H:1'5V.

Es recomendable la construcción de amplias cunetas al pie del talud y cunetas de


guarda en la construcción de los mismos.

Capacidad portante: Los materiales de este grupo deben considerarse de resisten-


cia moderada ante cargas superficiales; especialmente en solicitaciones a media
ladera en donde con cierta frecuencia las condiciones portantes pueden llegar in-
cluso a ser bajas en razón de la alteración profunda de la roca y la existencia de
roturas de ladera por deslizamientos fósiles. En terrenos de superficies alomadas
en áreas de poco a nada alteradas, la capacidad portante del terreno será normal-
mente alta o moderadamente alta, especialmente en los Tramos más altos de la
serie en donde son frecuentes los Tramos de alternancias de pizarras, areniscas y
cuarcitas.

Ripabilidad: Grupo mayoritariamente ripable que puede presentar localmente ca-


racterísticas de marginal en áreas de pizarras poco o nada alteradas con alternan-
cias o no de arenisca y cuarcitas.

PIZARRAS Y GRAUVACAS (010a)

- Litología

Este grupo litológico está constituido por los tramos turbidíticos precámbricos aflo-
rantes en el Tramo, y en menor proporción por la serie detrítico carbonatada que se
intercala entre dos potentes series turbidíticas. Una característica bastante genera-
lizada de los materiales que integran este grupo litológico es su alto grado de alte-
ración y la potencia importante que adquiere la misma.

Las turbiditas constituyen series rítmicas muy monótonas donde alternan bancos
grauváquicos gris verdosos y lutíticos verdosos, los primeros inferiores al metro.
Las grauvacas se componen, principalmente de cuarzo, generalmente volcánico,
en una proporción de hasta el 50% del total de la roca, con tamaño de grano varia-
135
ble entre 4 y 800 micras, feldespato (hasta el 20%), fragmentos de roca (entre el
10% y 20%), biotita (5%) y accesorios como circón, apatito, esfena y opacos. Como
consecuencia del metamorfismo regional aparece en la matriz detrítica clorita y se-
ricita por recristalización. Muy frecuentemente la roca está contaminada por oxidos
de hierro que pueden llegar en ocasiones a suponer el 70% del total de la roca.

Las intercalaciones lutíticas entre los bancos de grauvacas corresponden a una pe-
lita de color verdoso con aportes de cuarzo que puede llegar hasta el 50 % del total
de la roca. La matriz es arcilloso - lutítica muy abundante (35 % - 40 %) que ricrista-
liza en sericita y clorita evidenciando un metamorfismo reginal muy bajo. Los óxidos
de hierro pueden alcanzar el 15 % de la roca. (Foto 54).

Foto 54. Relieve alomado en la serie turbidítica del grupo 010a. Entre las pizarras lutíticas
alteradas destaca un paquete de garuvacas con dirección sinuosa y buzamiento
verticalizado. Proximidades del cortijo Casas de la Dehesilla al Oeste del río Hoja-
lora.

La inclusión de una parte de los afloramientos de la serie carbonatada en este gru-


po, siempre en proporción superficial mucho menor que la ocupada por los mate-
riales turbidíticos, se corresponde con tramos más lutíticos y alterados, en los que
predominan las pizarras de diferente granulametría. Las de grano fino (limo - arcilla)
están compuestas por sericita, clorita, óxidos de hierro, minerales opacos y cuarzo,

136
este último en proporción del 5% - 10%. Los otros niveles son de fracción arena fi-
na, y están formados por cuarzo (40%) y feldespatos (40%) muy alterados, casi
transformados en cemento. Los opacos son el 5% de la roca.

Las calizas son bioclásticas, oscuras, casi negras y aunque en la serie pueden ad-
quirir espesores entre 2 cm y 6 ó 7 m en las áreas incluidas en este grupo no será
normal encontrar bancos potentes. Las arcosas y grauvacas aunque están pre-
sentes en toda la sucesión son más frecuentes hacia el techo de la serie. En los
enclaves incorporados a este grupo litológico son desde luego de menor importan-
cia.

- Estructura

En los materiales incluidos dentro de este grupo litológico estarían representados, a


grandes rasgos, gran parte de la serie precámbrica del Tramo. Se recogen en él
mismo, la serie turbidítica inferior de edad Vendiense cuya potencia se estima estre
500 y 600 m, una parte del afloramiento de la serie detrítica carbonatada que se
superpone a la anterior y puede llegar a espesores entre 350 y 120 m, y finalmente
otro tramo lutitico grauváquico a techo de la serie que con el anterior representan al
vendiense superior.

La serie precámbrica representada por estos materiales constituye una amplia es-
tructura anticlinal (Domo de Abenojar) con varios ejes orientados N-S aproximada-
mente que son cortados por fallas de direcciones NE-SO y NO-SE que estructuran
y tectonizan muy fuertemente a los materiales. El contacto que estas series esta-
blecen con el Ordovícico es discordante y con frecuencia mecanizado.

Este grupo constituye relieves alomados y suaves, que perfilan una superficie de
planización. Se encuentra siempre en cotas inferiores a los relieves cuarcíticos pa-
leozoicos. Posee una estructura tabular, alternante irregular y bastante homogénea.
Los bancos grauváquicos poseen una potencia que oscila entre 10 cm y 1 m, lo-
calmente estos bancos pueden tener potencias algo mayores como 2 ó 3 m. Por lo
general la estructura de los bancos es masiva. La continuidad lateral de los bancos
supera la centena de metros. Los bancos pizarrosos tienen una potencia entre
50 cm y 2 m, y se encuentran frecuentemente laminados. En grado de alteración es
variable, pero se puede dar como alto en términos generales. El grado de fractura-
ción y la intensidad de diaclasado son altos. El grado de metamorfismo es muy ba-
jo. Se encuentra intensamente plegado y fallado.

137
- Geotecnia

Permeabilidad: Este grupo presenta permeabilidad solamente por fisuración. No


obstante pueden diferenciarse al menos dos áreas diferentes al respecto en razón
del grado de meteorización del grupo. En los terrenos donde existe un manto pro-
fundo de alteración meteórica la capacidad de infiltración de las aguas de escorren-
tía es menor que aquellos en donde tal capa de suelo no existe o es muy escasa.

Foto 55. Deslizamiento en profundidad de los materiales alterados del grupo litológico
(010a). En el segundo plano se observa como la carretera ondula a consecuencia
de los movimientos de la ladera. Camino al castillo de Hojalora desde la Casa de
las Terceras.

Estabilidad natural: Las pizarras y grauvacas, por lo general muy alteradas en este
grupo, no resisten pendientes acusadas y a veces ni siquiera moderadas, consta-
tado al haber observado alguna rotura de ladera en terrenos suavemente aloma-
dos. (Foto 55). Los problemas de inestabilidad de laderas está muy catalizado por
la existencia de plataformas de erosión y acumulación de glacis y rañas que se
apoyan sobre este grupo creando sobre el mismo pequeños freáticos colgados que
a la postre son los causantes de la inestabilidad observada. Se trata de un fenóme-
no bastante extendido. Cuando los materiales aflorantes están desprovistos de ese
manto de alteración profundo el terreno presenta una buena estabilidad natural.

138
Taludes artificiales observados: Prácticamente no existen en el Tramo taludes de
excavación en estos materiales. Los observados fuera del mismo en materiales sin
alteración son de dimensiones medias y de perfiles muy fuertes.

Taludes recomendados: La excavación de taludes en rocas muy alteradas de este


grupo litológico requerirá en general pendientes muy tendidas no superiores al
1’5H:1V, y en el caso de existir una montera de material granular procedente de
una raña o glacis convendría eliminarla retranqueando en lo posible este nivel y
drenar convenientemente, de las plataformas creadas, las aguas meteóricas me-
diante cunetas de guarda.

En los terrenos no alterados que son los menos en este grupo, el diseño de taludes
debe estar condicionado por la estructura local que presenta el grupo. En el caso
favorable los desmontes podrían admitir valores en el entorno 1H:1’5V a 1H:2V. En
condiciones favorables inducidas por las direcciones y entramado de los planos de
estratificación, esquistosidad, diaclasado y fractura, las pendientes aconsejables
pueden descender hasta por debajo del valor 1H:1V. Lo normal es que no puedan
excavarse taludes con pendientes superiores al 1H:1V debido a la alteración pro-
funda que afecta a gran parte de este grupo litológico y a su alto grado de diastro-
fismo.

Capacidad portante: Las rocas alteradas de este grupo, que son mayoría se las
debe suponer con resistencias de moderadas a bajas. A media ladera no es acon-
sejable cimentar superficialmente; especialmente si existen por encima plataformas
con depósitos detríticos (rañas, glacis, etc ...), ya que, en estos casos es muy fre-
cuente que las laderas estén afectadas por deslizamientos de gravedad.

Las rocas poco o nada alteradas del grupo se consideran con resistencia alta aun-
que en apoyos superficiales a media ladera la capacidad portante puede llegar a
ser moderada en razón de la estructura.

Ripabilidad: La mayoría del grupo, al menos en los primeros metros que se apre-
cian alterados, será ripable. No lo serán por medios mecánicos normales las áreas
poco o nada alteradas y las situadas por debajo del horizonte de alteración.

139
PIZARRAS, CALIZAS, GRAUVACAS, ARENISCAS Y BRECHAS INTRAFORMACIONA-
LES (010b)

- Litología

Este grupo litológico está constituido por la serie intermedia del Vendiense de natu-
raleza detrítico carbonatada situada entre las series turbidíticas que constituyen en
su mayoría el grupo 010a.

Los materiales más abundantes son las pizarras que presentan bandeados milimé-
tricos y centimétricos de diferente granulometría. Las de grano fino son del orden
limo - arcilla y están compuestos por sericita, clorita, óxidos de hierro, minerales
opacos y cuarzo, este último en una proporción del 5 %. Los de grano más grueso
son de tipo arena fina y están formados por cuarzo (40 %) y feldespato (40 %) muy
alterados y transformados casi a cemento. Los minerales opacos representan al
5 % del total de la roca.

Las calizas son de tonos obscuros, casi negros. Se intercalan entre las pizarras en
bancos que pueden tener potencias entre unos pocos centímetros y 6 ó 7 metros.

Se trata de bioclastitas ricas en restos orgánicos con una textura alotriomorfa hete-
rogranular de cristales de calcita maclados polisintéticamente. En la composición
aparece también cuarzo detrítico de tamaño arena fina en proporción del 5% - 10%,
así como elementos terrígenos tamaño fino en proporción menor del 5%, opacos y
sombras de elementos aloquímicos que corresponden a fósiles.

Las grauvacas y areniscas arcósicas están presentes en toda la sucesión. Se inter-


calan constituyendo bancos de 20 – 40 cm de potencia, incrementando su presen-
cia hacia el techo de la serie. Las arcosas se componen de cuarzo (60 % - 70 %) y
feldespato alterado generalmente a sericita. La turmalina, circón, rutilo, micas y
opacos constituyen los minerales accesorios. El cemento está integrado por sericita
y óxidos de hierro.

Las grauvacas se componen de cuarzo (50% - 65%), feldespatos (10% - 25%) muy
alterados a sericita y óxidos de hierro, y minerales accesorios (circón, apatito, rutilo,
micas y opacos). El cemento es limo - arcilloso y ocupa el 15% del total de la roca.

Dentro de este grupo aparecen también en la zona del río Hojalora un tramo de
brechas intraformacionales formadas por cantos de materiales grauváquicos, se-
mejantes en todo a las grauvacas que constituyen las series turbidíticas, inmersos
en una matriz inicial lutítica. En campo, estos esquistos suelen presentarse menos
alterados que las pizarras y grauvacas de las series turbidíticas inferior y superior.
(Foto 56).

140
Foto 56. Relieve y aspecto superficial de las rocas constitutivas del grupo litológico (010b).
En primer término se observan brechas intraformacionales. En un plano interme-
dio se observa la serie detrítico carbonatada coronada por las dolomías del grupo
010d. Casa de Navalsordo. Proximidades del castillo de Hojalora.

- Estructura

Este grupo constituye relieves alomados y suaves, que perfilan una superficie de
planización. Muestra una resistencia a la erosión más importante que el grupo
(010a), debido a su menor grado de alteración. Se encuentra siempre en cotas infe-
riores a los relieves cuarcíticos paleozoicos. Posee una estructura tabular, alter-
nante irregular y bastante homogénea. Por lo general la estructura de los bancos es
masiva. Los materiales de este grupo afloran dentro de una estructura anticlinal
(Domo de Abenojar) que ocupa la mayor parte de la franja sur del Tramo corres-
pondiente a la Hoja 783 (Abenojar). Una serie de grandes pliegues anticlinales
orientados de Norte a Sur y cortados por fallas de dirección NE-SO y NO-SE, es-
tructuran y tectonizan fuertemente a estos terrenos. El contacto que se establece
con el Ordovícico es discordante y frecuentemente mecanizado. El grado de me-
tamorfismo es muy bajo. La potencia de este grupo litológico se estima que puede
estar comprendida entre 120 y 350 metros.

141
- Geotecnia

Permeabilidad: Grupo permeable sólo por fisuración.

Estabilidad natural: En general no se han observado problemas de mención en es-


tos terrenos.

Taludes artificiales observados: Dentro del Tramo no existen taludes de excavación


en este grupo si exceptuamos pequeños desmontes en caminos.

Taludes recomendados: En general, los taludes que podrán excavarse en este


grupo litológico tendrán pendientes superiores a 1H:1’5V, llegando en casos favo-
rables a poder definir taludes subverticales. No obstante, debe pensarse que se
trata de materiales fuertemente estructurados y tectonizados que crearán proble-
mas de inestabilidad de cuñas y corrimientos entre capas, como norma general en
todos los taludes. La gravedad de este problema que deberá dilucidarse en cada
caso concreto, con estudios detallados será en definitiva la que condicionará, a ni-
vel local, las características aconsejables en cada caso.

Capacidad portante: Salvo en laderas con fuertes pendientes en donde los apoyos
superficiales pueden encontrar terrenos rotos por vuelco de estratos o muy tectoni-
zados circunstancialmente, pueden hacer que la respuesta resistente sea modera-
da o incluso, en casos muy desfavorables, baja. Estos terrenos se deben conside-
rar con capacidad portante alta en general.

Ripabilidad: En principio este grupo no se le considera ripable por medios mecáni-


cos normales.

CONGLOMERADOS 010c)

- Litología

Este grupo litológico esta constituido por conglomerados poligénicos integrados


principalmente por cantos redondeados de origen ígneo y metamórfico, cuarzo y
cuarcita, aunque también son frecuentes los de naturaleza pizarrosa y esquistosa, y
con un tamaño medio comprendido entre 0.5 y 5 cm. Es un conjunto granososteni-
do y fuertemente ligado por un cemento silíceo. El cemento constituye menos del
5% del total de la roca, y está compuesto mayoritariamente por cuarzo y en menor
proporción sericita, clorita y óxidos ferruginosos. La potencia de los bancos es muy
variable, pero suele ser siempre del orden métrico. La compacidad y la dureza es
muy alta.

142
Foto 57. Conglomerados precámbricos pertenecientes al grupo litológico (010c) formando
una pequeña cuerda en contacto con los materiales del grupo 010b. Fotografía
tomada desde las ruinas del castillo de Hojalora.

- Estructura

Este grupo presenta pequeñas crestas dentro del relieve alomado del precámbrico.
(Foto 57). Su distribución geográfica se restringe al área sur del Tramo estudiado.
Los afloramientos tienen una estructura lenticular y su continuidad lateral no supera
el kilómetro. Los bancos tienen interiormente una estructura masiva. El grado de
alteración es bajo. La fracturación y la intensidad del diaclasado son altos. Se en-
cuentran intensamente plegados y el grado de metamorfismo es muy bajo. Como
norma general los buzamientos son fuertes o muy fuertes. La potencia aproximada
del grupo varía mucho, desde 2 m en el arroyo de Las Huertas hasta casi
70 metros en el río Tierteafuera.

- Geotecnia

Permeabilidad: Grupo permeable por fisuración.

Estabilidad natural: Gran parte de los escasos afloramientos de este grupo se ven
estructurados por roturas de gravedad a media ladera. Se trata en estos casos de
corrimiento de estos estratos sobre pizarras alteradas en áreas donde además se
aprecia una gran tectonicidad.

Taludes artificiales observados: No existen en este grupo dentro del Tramo.

143
Taludes recomendados: Estas rocas permiten excavarse con taludes subverticales.

Capacidad portante: Estos materiales poseen una alta resistencia y compacidad.


No obstante, y aunque es muy poco probable que los pequeños afloramientos lle-
gasen a ser afectados por alguna estructura, se debe tener en cuenta las implica-
ciones de estos materiales en deslizamientos de ladera en parte de los afloramien-
tos existentes, lo cual supone una rebaja sustancial de las condiciones resistentes
de estos terrenos ante solicitaciones de carga.

Ripabilidad: Materiales no ripables.

DOLOMIAS (010d)

- Litología

Este grupo litológico está constituido por dolomías masivas de tonos marrón - cre-
ma. Al microscopio presenta una textura en mosaico heterogranular de cristales
sub e idiomorfos de dolomita ferrosa. Localmente presenta un aporte detrítico apre-
ciable, con granos de cuarzo de tamaño arena. Existen variaciones laterales im-
portantes en la litología, predominando en algunos lugares intercalaciones cuarcíti-
cas y otros niveles calizos. La compacidad y la dureza son altas. (Foto 58).

Foto 58. Fotografía realizada desde la entrada de la cueva de los Muñecos a los materiales
del grupo litológico (010d). Se puede observar su intensa fracturación, su aspecto
superficial tipo kárstico con alguna surgencia en el talud.

144
- Estructura

La morfología de este grupo, típicamente kárstica, muestra un relieve en lomas y la


superficie del afloramiento constituye un lapiaz en toda su extensión. Este grupo
esta localizado casi enteramente al norte de río Hojalora, en el paraje de la Cueva
de los Muñecos. Esta cueva es una cavidad de origen karstico. A escala de aflora-
miento posee una estructura tabular bien estratificada con bancos de orden métri-
co, incluidos dentro del núcleo del anticlinorio de Abenojar. Presentan un grado de
fracturación alto, y una intensidad de diaclasado moderada - alta. La potencia de
este grupo se estima en 250 metros.

- Geotecnia

Permeabilidad: Este grupo litológico presenta una alta permeabilidad por fisuración
y karstificación.

Estabilidad natural: En las laderas escarpadas de las márgenes del río Hojalora en-
cajado en estos materiales se puede apreciar que este grupo posee en general una
buena estabilidad natural, aunque en el meandro del río Tierteafuera de donde de-
semboca el Hojalora existe una gran rotura de gravedad en las calizas.

Taludes artificiales observados: No se han detectado en el Tramo de estudio talu-


des excavados en estos materiales.

Taludes recomendados: En taludes medios, las pendientes que en principio po-


drían diseñarse serían fuertes, en el entorno de 1H:3V. Por otra parte es muy pro-
bable que dada la fuerte estructuración de estos materiales y la profunda karstifica-
ción, surjan frecuentes problemas de desprendimientos, rellenos arcillosos y voladi-
zos que requerirán tratamientos locales o diseños más tendidos.

Capacidad portante: La dureza y compacidad de las calizas dolomíticas confieren al


grupo una alta o muy alta capacidad de carga en general. Sin embargo, la estructu-
ra kárstica de estas rocas introducen un factor importante de incertidumbre a la ho-
ra de apoyar en ellos estructuras que transmitirán cargas de alguna entidad. El
karst existente ha dado lugar a una cavidad visitable, denominada Cueva de los
Muñecos, en el afloramiento más importante de estas rocas situado en la zona de
confluencia de los ríos Hojalora y Tierteafuera.

Con lo descrito se quiere significar la importancia y necesidad de obtener datos


detallados en profundidad en casos de cimentación de estructuras.

Ripabilidad: Grupo no ripable.

145
CUARCITAS (010e)

- Litología

Este grupo litológico está constituido por cuarcitas blancas con un tamaño de grano
variable entre 0.5 y 1.5 mm. La naturaleza de los granos es principalmente silícea, y
su naturaleza es ígnea y metamórfica, y constituyen el 95% del total de la roca. Los
granos tienen un grado de redondez elevado y la esfericidad es media. En mucha
menor proporción (3%) contiene granos de feldespato, ya en calidad de accesorio.
La matriz es muy escasa y el cemento es detrítico muy fino (limolítico-arcilloso) y fe-
rruginoso.

- Estructura

Este grupo aparece intercalado dentro de los grupos litológicos (010a) y (010b), y
constituye pequeños resaltes topográficos dentro de estos grupos. La estructura es
tabular con forma lenticular, y su continuidad lateral es bastante escasa. Alterna
irregular con pequeñas pasadas de pizarras que no superan el centímetro de espe-
sor. La compacidad y la dureza son muy altas. El grado de alteración es alto, al
igual que el de fracturación y la intensidad de diaclasado. Se encuentra intensa-
mente plegado con un grado de metamorfismo muy bajo. La disposición y el buza-
miento varía ampliamente dependiendo de la estructura tectónica en la que se en-
cuentra involucrado. La potencia de este grupo oscila entre 10 y 70 metros.

- Geotecnia

Permeabilidad: Materiales solo permeables por fisuración.

Estabilidad natural: No se han observado problemas en los reducidos afloramientos


de este grupo en la zona del Tramo.

Taludes artificiales observados: No existen en este grupo.

Taludes recomendados: Se podrán excavar con pendientes subverticales.

Capacidad portante: Se estima alta en general.

Ripabilidad: Materiales no ripables.

146
GRANITOIDES (002)

- Litología

Este grupo litológico está constituido por diques de granitoides. Se trata de una ro-
ca muy compacta, con una alterabilidad muy baja y de color verde grisáceo. Pre-
senta una textura porfídica de fenocristales de cuarzo, feldespato y augita, dentro
de una matriz microcristalina verde grisácea. Los fenocristales de cuarzo son muy
limpios, holocristalinos e idiomorfos, y su tamaño oscila entre 3 y 5 mm. Los feldes-
patos poseen un color crema claro, y los bordes están parcialmente alterados. Los
cristales son idiomorfos y faneríticos, y el tamaño medio de los fenocristales es de 4
mm. Las augitas son muy frescas y presentan un color negro brillante, son faneríti-
cas y euhedrales, con un tamaño medio de 1 mm. La roca presenta una dureza y
compacidad muy altas. (Foto 59).

Foto 59. Bolo de granitoides perteneciente al grupo litológico (002). Casa de Cabeza La-
brada, proximidades de la Majada de las Camas.

- Estructura

Este grupo apenas da en el paisaje resaltes dentro del relieve alomado del pre-
cámbrico. Su distribución geográfica se restringe prácticamente al Sur del tramo.
Intruye dentro del grupo litológico (010a). Presenta una estructura tabular en dique,

147
con una disposición subvertical. La continuidad de los diques no supera en ningún
caso los 1000 metros. Interiormente presenta una estructura porfídica, sin orienta-
ción cristalográfica y muy uniforme a escala de afloramiento. La compacidad y du-
reza de estas rocas se estima muy altas. el grado de alteración es bajo. El grado de
fracturación es alto, y la intensidad del diaclasado es moderada. En los afloramien-
tos observados no se han detectado signos de plegamiento. El grado de metamor-
fismo es muy bajo. La potencia de los diques es muy variable y oscila desde los no
cartografiables por tener una potencia de escasos metros, a los cartografiables con
alrededor de 100 metros.

- Geotecnia

Permeabilidad: Materiales con permeabilidad por fisuración exclusivamente.

Estabilidad natural: Grupo sin problemas al respecto debido a sus pequeños aflo-
ramientos dentro otras razones.

Taludes artificiales observados: No existen.

Taludes recomendados: Por sus escasos afloramientos en la zona de estudio es


poco probable la construcción de taludes artificiales en estas rocas. No obstante se
puede estimar que estas rocas pueden excavarse con taludes subverticales.

Capacidad portante: La resistencia de los granitoides debe estimarse muy alta en


principio. No obstante se debe considerar la posible existencia de áreas de altera-
ción en estos materiales intrusivos que harían disminuir la capacidad portante hasta
valores moderados.

Ripabilidad: Grupo no ripable; sólo en áreas de alteración, posibles, lo sería.

3.4.5. Grupos geotécnicos

En este apartado se agrupan, según ciertas características geotécnicas comunes, las


formaciones geológicas individualizadas en el apartado anterior.

- Grupo geotécnico G1

Aluvial. Este grupo geotécnico está constituido por los grupos litológico A1 y a1.
Está formado por gravas y gravillas subredondeadas y sueltas, de cantos de cuar-
cita, e inmersas en una matriz arenosa y limosa. Materiales permeables por perco-
lación y porosidad. Terrenos sometidos a la dinámica fluvial. Por sus condiciones
geomorfológicas no son terrenos adecuados para fundar sobre ellos estructuras de

148
ningún tipo, de las cuales habrá que transferir siempre sus demandas de resisten-
cia al substrato próximo. Materiales excavables en su totalidad.

- Grupo geotécnico G2

Fondos de valle. Este grupo geotécnico está constituido por los grupos litológicos
A2, a2. Está formado por gravas y cantos de cuarcita y en menor proporción de
cuarzo, pizarra, caliza y rocas volcánicas. Permeabilidad entre buena y moderada.
Localmente pueden presentarse problemas por causa de una escorrentía superfi-
cial deficiente. Problemas de naturaleza erosiva en épocas de lluvias torrenciales.
Terrenos poco o nada consolidados que sólo admiten cargas muy someras, donde
cualquier solicitud de alguna entidad debe ser transferida al substrato próximo.
Materiales excavables en su totalidad.

- Grupo geotécnico G3

Este grupo geotécnico está constituido por los grupo litológicos 350, g, D, d, T, AT. Las
formaciones litológicas que integran este grupo geotécnico presentan permeabilidades
que pueden oscilar de muy altas a moderadas e incluso bajas. Los terrenos aquí in-
cluidos están sometidos al impacto de los procesos dinámico - fluviales con sus se-
cuelas de erosión, aterramientos e inundaciones. La mala escorrentía superficial, la
posible presencia de horizontes limo - arcillosos y la existencia de un subálveo próximo
en las terrazas debe estimarse baja e incluso a veces muy baja por la presencia de
áreas pantanosas y turbosas. La fundación de estructuras habrá que referenciarlas
normalmente al substrato. Materiales perfectamente ripables.

- Grupo geotécnico G7

Formaciones de naturaleza detrítica limo-arcillosas y areno-conglomeráticas poco


consolidadas. Este grupo geotécnico está constituido por el grupo litológico 321b.
Formaciones con permeabilidad diversa según sea la naturaleza de los horizontes
constitutivos de la misma a nivel local. Los rápidos y constantes cambios laterales
en estas formaciones de borde de pequeñas cuencas continentales caracterizan
esta alternancia en la vertical y horizontal de horizontes permeables e impermea-
bles. En general predomina el carácter poco permeable. La estabilidad natural de
este grupo no es buena cuando conforma morfologías de media ladera; es muy
frecuente ver a estos terrenos estructurados por deslizamientos fósiles. Los taludes
de excavación no deberían superar el 1H:1V estimando, por otra parte, que en mu-
chas ocasiones los desmontes requerirán pendientes más tendidas. Los taludes
que podrán excavarse en este grupo serán normalmente de tamaño pequeño o
moderado. La capacidad portante podrá fluctuar entre moderada y baja. A media
ladera se debe temer siempre los procesos de rotura por gravedad pre-existentes.
Grupo ripable.
149
- Grupo geotécnico G9

Grupo pizarroso y pizarro-grauvaquico. Este grupo está conformado por los grupo
litológicos 010a, 010b, 122a, 123. Materiales que condicionan sus respuestas geo-
mecánicas a su naturaleza esquistosas pizarreña a pizarroso - grauváquico y al
muy alto diastrofismo provocado por la tectónica. Son terrenos muy poco permea-
bles y la que puedan tener es de naturaleza fisural. La estabilidad natural de las
vertientes que constituyen es muy deficiente cuando presentan un manto de altera-
ción superficial importante y existe alguna formación de naturaleza permeable que
constituyan freáticos colgados sobre ellas. Los taludes que podrán soportar depen-
derá del grado de alteración de las rocas y la geometría local de las discontinuida-
des estratigráficas, metamórficas y tectónicas. En general son terrenos en los que
normalmente no deberían proyectarse taludes por encima del 1H:1V. La capacidad
de carga puede fluctuar en un amplio registro de valores que abarcan desde altos a
bajos; estos últimos serán posibles en áreas de medias laderas en zonas de altera-
ción profunda, en donde las roturas de vertiente por gravedad son frecuentes. En
general debe esperarse respuestas resistentes moderadas en cargas superficiales
en gran parte por los terrenos ocupados por estos materiales, sin olvidar que exis-
ten también áreas importantes de esquistos poco alterados y de morfología ade-
cuada muy aptos para soportare cargas importantes. Gran parte de estos terrenos
se pueden incluir en el grupo de materiales ripables y de ripabilidad marginal. Las
pizarras muy alteradas de los grupos (010a) y (122a) lo serán en gran medida. Por
otra parte, los grupos 010b y 123 lo más que podrán presentar una ripabilidad mar-
ginal en pequeñas áreas. En todos los casos se considera medios mecánicos nor-
males.

- Grupo geotécnico G10

Cuarcitas y conglomerados siliceos. Este grupo geotécnico está constituido por los
grupos litológicos (010c) y (010e). Estos materiales sólo presentan permeabilidad
por fisuración. La estabilidad natural de los terrenos que constituyen una buena en
general, aunque en ellos se da de forma moderada procesos de desprendimientos
en los escarpes serranos que suelen conformar. Los taludes de excavación podrán
diseñarse con pendientes muy fuertes con tendencia a la subverticalidad, aunque
siempre estarán sometidos a procesos de desprendimientos de bloques y cuñas
debido a la fuerte tectonicidad que normalmente acompaña a las formaciones her-
cínicas en el Tramo. La capacidad portante debe estimarse muy alta en principio.
Grupo no ripable.

150
- Grupo geotécnico G11

Calizas y dolomías. Este grupo geotécnico está constituido por el grupo litológico
(010d). Los materiales constitutivos de este grupo son permeables por fisuración y
karstificación. Su estabilidad natural es buena aunque se ha observado alguna ro-
tura de ladera por gravedad, fósil. Los taludes de excavación que se aconseja di-
señar en estos terrenos deberían tener pendientes medias no superiores al
1H:1’5V en razón de la fuerte estructuración de las rocas y la probable presencia de
rellenos arcillosos de cavidades kársticas. La capacidad portante debe considerar-
se en principio como alta y muy alta, aunque la karsticidad de estos terrenos supo-
ne la introducción de un factor de incertidumbre y riesgo que habría que despejar
en cualquier caso. Grupo no ripable.

3.4.6. Resumen de problemas geotécnicos que presenta la Zona 3

Los terrenos ocupados por la Zona 3 presentan problemas de tipo topográfico, hidrológicos,
litológico, geomorfológico y geotécnico.

Los problemas topográficos proceden de la necesidad de enlazar entre si las plataformas


creadas por las rañas y glacis pasando sobre los barrancos encajados que las disectan y
descender desde dichas plataformas a las terrazas bajas de los valles, descensos obligados,
dada la morfología de los valles, que conectarán en muchas ocasiones superficies con des-
nivel de más de 100 metros.

Los problemas hidrológicos se relacionan con la falta de escorrentía superficial en áreas de


plataforma y terrazas bajas y la existencia de acuíferos colgados creadas entre los materiales
detríticos de las rañas, glacis y terrazas y el substrato terciario o precámbrico - paleozoico.

La presencia de formaciones arcillosas en terrenos del Plioceno y en los mantos de altera-


ción de origen terciario sobre el zócalo precámbrico - paleozoico, así como la posible presen-
cia de limos, arcillas y turbas en las terrazas de inundación de los valles fluviales principales,
será motivo de problemas en la construcción de infraestructuras viales.

La problemática geomorfológica se desarrolla en tres frentes. Por un lado, los procesos ero-
sivos son bastante importantes en una red hidrográfica muy diversificada y de carácter den-
drítico en muchas ocasiones. Ligado a los procesos de dinámica fluvial el impacto de aveni-
das periódicas, que inundan las amplias terrazas bajas aluviales, puede llegar a ser muy im-
portante sobre las infraestructuras de cualquier tipo asentadas sobre aquellas. Por último
existe una fenomenología de inestabilidad de laderas que si bien no es en general muy pro-
funda esta por otra parte muy extendida en los taludes naturales de los barrancos y valles
encajados en las plataformas pliocuaternarias en cuya base afloran los materiales terciarios
arcillosos a los metamórficos pizarrosos muy alterados.

151
Los problemas geotécnicos derivan esencialmente de la falta de resistencia de muchas for-
maciones que ocupan la Zona 3, especialmente las formaciones arcillosas del Terciario y
Cuaternario y las pizarras alteradas del Precámbrico y Paleozoico. La excavación de taludes
creará en estas zonas una problemática de deslizamiento de tipo rotacional esencialmente,
cuya base de despegue se referenciará normalmente en los horizontes arcillosos pliocenos y
el nivel de alteración profunda que afecta al substrato antiguo.

152
4. CONCLUSIONES GENERALES DEL ESTUDIO

4.1. RESUMEN DE LOS PROBLEMAS TOPOGRAFICOS

La accidentada orografía del Tramo surcada de sierras en todas direcciones se ve palia-


da en parte por la existencia de una amplia red de valles fluviales que facilitan el tránsito
de unas áreas a otras.

Las sierras cuarcíticas del Ordovícico impondrán siempre a los valles fluviales y a las
depresiones al norte y al sur del Tramo como los únicos corredores naturales para cual-
quier vía de comunicación. En cualquier caso los itinerarios de dirección E-O que serían
los que interesan esencialmente a este estudio encontrarían dificultades moderadas da-
do que existen importantes valles que a grandes rasgos se alinean con estas direcciones
y que posibilitarían trazados bastante idóneos no exentos como se ha dicho antes de
algunas dificultades.

4.2. RESUMEN DE LOS PROBLEMAS HIDROLOGICOS

El agua es siempre el factor catalizador de casi todos los problemas que afectan a las
vías de comunicación. En el caso del Tramo en estudio se deben destacar tres ámbitos
en donde la presencia de agua, de recurrencia estacional o permanente, es causa de
problemas para los infraestructuras que de alguna forma interfirieran directa o indirecta-
mente con ellas.

La abundancia de terrenos arcillosos y de arcillas expansivas con yesos en terrenos del


plioceno supone que estos sean altamente sensibles a los cambios de humedad de los
mismos.

La presencia de yesos diseminados en esta formación supone un riesgo de agresividad


de las aguas de circulación freáticas. La existencia de estructuras de deslizamientos fó-
siles y latentes en las laderas recubiertas por derrubios de gravedad y substratos pre-
cámbrico - paleozoicos alterados suponen asimismo, terrenos muy proclives a la defor-
mación natural y muy especialmente bajo sobrecargas impuestas si el agua está pre-
sente.

Con ocasión de las lluvias torrenciales del invierno de 1996 - 97 muchas laderas estructu-
radas con deslizamientos fósiles o latentes reactivaron dichas estructuras ante una so-
brecarga hídrica muy importante creadora de altas subpresiones en el terreno. Con moti-
vo de las lluvias descritas y mencionadas asimismo en los capítulos que se trata de pro-
cesos geomorfológicos, elevaron considerablemente los niveles piezométricos, los cau-
ces de inundación se desbordaron, las pequeñas cuencas endorreicas creadas por los

153
cráteres de explosión del vulcanismo de los Campos de Calatrava, secas durante mu-
chos años, se vieron colmatadas.

Los problemas que el agua puede crear en regiones climáticas extremas de tipo medite-
rráneo como las existentes en la zona son sin duda muy importantes a todos los niveles.

4.3. RESUMEN DE LOS PROBLEMAS LITOLOGICOS

Los problemas que pueden derivarse de la naturaleza litológica de las formaciones exis-
tentes en el tramo se polarizan de forma muy especial en los materiales pliocenos de
naturaleza arcillosa y margosa que rellenan las pequeñas cuencas del Tramo formando
parte de las Zonas 1 y 3. Serán los grupo litológicos 321b y 322a los que en principio
deberán considerarse como más peligrosos a la hora de proyectar estructuras sobre
ellos; en especial el grupo 322a en el que las arcillas expansivas son componentes im-
portantes en las capas de deposición margosa y arcillosa. La presencia de yesos disper-
sos en las margas y arcillas abunda en las características negativas a nivel geotécnico de
esta formación.

Otros materiales que ocupan también amplias extensiones y que pueden resultar muy
problemáticas son los mantos de alteración profunda (V) en las series pizarrosas y piza-
rroso - grauváquicas del Precámbrico y Ordovícico. El componente caolínico de estos
horizontes es muy alto y los problemas de asientos en los mismos puede ser importan-
tes.

Por último en las terrazas de inundación de los principales cursos fluviales de la zona;
especialmente el del río Guadiana de detectan zonas pantanosas de turbas y arcillas y
limos de inundación de baja resistencia.

4.4. RESUMEN DE LOS PROBLEMAS GEOMORFOLOGICOS

Los procesos actuales de la geodinámica externa se desarrollan en tres áreas bien dife-
renciadas: vertientes de las sierras, laderas creadas por el encajamiento de arroyos so-
bre plataformas de raña y materiales pliocenos en general, y por último los lechos y te-
rrazas de inundación de los cursos fluviales.

Las vertientes de las sierras presentan los siguientes procesos geomorfológicos:

- Alimentación de los canchales creados en el pleistoceno por crioclastismo en un


clima periglaciar. Estas pedreras son superficies vivas en la actualidad.

154
- Deslizamiento por flujo o reptación de importantes masas de derrubios de gravedad
estructuradas como deslizamientos fósiles originados mayoritariamente durante las
fases periglaciares del clima de la región.

- Corrimientos entre capas y cuñas en laderas estructurales. Estos fenómenos que


fueron importantísimos en etapas pretéritas durante el encajamiento de la red fluvial
y períodos periglaciares, está supeditada actualmente a una posible reactivación de
las grandes estructuras gravitacionales que estructuran las sierras paleozoicas, por
modificaciones de la morfología actual de origen antrópico.

- Fenómenos de erosión y deposición en el curso y desembocadura de los arroyos y


barrancos que disectan las sierras.

Las laderas excavadas en las depresiones que constituyen las zonas 2 y 3 las caracteri-
za los siguientes procesos morfodinámicos:

- Deslizamiento de depósitos detríticos de raña o glacis sobre los terrenos de la base


de terciario de naturaleza limo-arcillosa o sobre el nivel de alteración de las pizarras
paleozoicas o precámbricas.

- Deslizamientos de ladera en pizarras o pizarras y grauvacas muy alteradas.

- Desprendimientos y corrimientos ocasionados en laderas escarpadas construidas


sobre calizas o dolomías.

- Erosión lineal dendrítica en áreas de pizarras alteradas.

Los lechos fluviales y las terrazas de inundación constituyen un área amplia e importante
desde el punto de vista de la delimitación de espacios de corredor para trazados de in-
fraestructuras de comunicación lineales.

Los problemas de naturaleza hidrodinámica son muy importantes y deben pesar mucho a
la hora de diseñar infraestructuras sobre estos terrenos. Las inundaciones acontecidas
durante el invierno 1996-7, en el proceso de ejecución de este estudio, dejaron constan-
cia de que por espaciados que sean los periodos de recurrencia de estos fenómenos no
deben menospreciarse ni olvidarse su impacto catastrófico cuando no son tenidos en
cuenta.

155
4.5. RESUMEN DE LOS PROBLEMAS GEOTECNICOS

Los problemas de naturaleza geotécnica vendrán por una parte por la falta de resistencia
de algunas formaciones, la expansividad de otras, los cambios de nivel de horizontes
freáticos superficiales, la disolubilidad en rocas y presencia de oquedades, que en última
instancia determinarán asientos diferenciales importantes en el apoyo de estructuras.

La importante componente margo-arcillosa, y margo-yesífera a veces, de los terrenos


terciarios de edad pliocena; en especial los del grupo (322a) en el que la presencia de
arcillas expansivas es muy importante, significa la presencia de un factor que, unido a la
existencia de cambios estacionales de los niveles freáticos de estos terrenos supondrá
una causa muy concreta en la inducción de asientos diferenciales importantes ante so-
brecargas de los mismos.

Los materiales volcánicos como piroclastos de caída y productos hidromagmáticos aflo-


rantes o intercalados en la serie pliocena son terrenos flojos que pueden dar lugar a la
aparición de asientos diferenciales.

La terraza de inundación del río Guadiana en las proximidades del puente de Alarcos son
terrenos blandos y pantanosos y turbosos con capacidad de carga muy baja. Es posible
que en otras áreas de las terrazas bajas de las principales cursos fluviales existan arcillas
y limos incluso lechos turbosos con características similares.

La existencia de deslizamientos de ladera fósiles en las vertientes de las sierras paleo-


zoicas y en las laderas labradas sobre pizarras y pizarras y grauvacas del Paleozoico y
Precámbrico respectivamente constituyen áreas flojas de baja capacidad portante.

Otras áreas con bajas características mecánico - resistentes son las afectadas por una
alteración profunda que se concentra fundamentalmente en las series pizarrosas del
Precámbrico y Ordovícico, aunque también afectan a las series alternantes pizarro -
cuarcíticas de las mismas en especial en la influencia de las grandes fallas que los atra-
viesan con creación de amplias franjas de brechificación y milonitización. El caolín es el
componente arcilloso más importante de la matriz de estas estructuras de alteración.

Un problema mucho más localizado es el referente a al posibilidad de asientos o colap-


sos gravitacionales debidos a la existencia de cavidades kársticas. Ello es posible en las
formaciones calizas y dolomíticas existentes en la zona, ya que tanto en las dolomías del
Precámbrico como en las calizas pliocenas se han detectado fenómenos de karstifica-
ción.

156
4.6. CORREDORES DE TRAZADO SUGERIDOS

La red de carreteras del Tramo de estudio es escasa en gran parte del mismo. La arteria
principal que atraviesa el territorio es la carretera nacional 430 que sigue a grandes ras-
gos una dirección E-O hasta su conexión ya fuera del Tramo y dentro de la provincia de
Badajoz con la CN-502. Itinerarios E-O, sólo existe en el estudio algunos tramos de ca-
rreteras locales o comarcales. Al norte, la carretera comarcal o autonómica de 2º orden
que desde Porzuna se dirige a Malagón por el Este y a Horcajo de los Montes por el
Oeste. En el centro del Tramo, la carretera local que une Piedrabuena con Arroba de los
Montes. Por el Sur prácticamente no existen carreteras mencionables ya que la local que
une los Pozuelos de Calatrava con Abenojar y Saceruela queda prácticamente fuera del
Tramo en su gran mayoría.

En conexiones N-S la problemática en sí cabe mayor. Entre Ciudad Real y Piedrabuena


siguiendo la carretera nacional 430 se pueden coger algunas carreteras locales hacia el
norte o sur. En Piedrabuena la carretera autonómica de primer orden 403 establece una
buena conexión hacia el norte con la provincia de Toledo. Hacia el Sur es una local que a
través de los Pozuelos de Calatrava conecta con la autonómica de primer orden 411 en-
tre las poblaciones de Cabezarados y Corral de Calatrava. Pasado Piedrabuena, en un
trayecto de 34 kilómetros, no existe posibilidad de ninguna conexión hasta el Puente de
Retama en donde se puede tomar la local a Saceruela. El valle de Río Guadiana al Sur
de la carretera nacional 430 y las sierras que lo delimita por su margen izquierda, así co-
mo las importantes sierras existentes al norte de dicha carretera, han dificultado estas
conexiones N-S en este área. No se comprende por otra parte la situación de enlace en-
tre las poblaciones de Luciana por la ausencia de un paso funcional sobre el río Guadia-
na, ya que la posibilidad actual es tomar un pequeño, estrecho y sinuoso puentecillo sin
protección, sólo apto para animales y pastores, o bien vadear el río en épocas de estío.

El interés de este estudio se centra principalmente en la caracterización de los terrenos


en orden al diseño de trazados de dirección E-O. En este sentido no existen demasiadas
alternativas fuera de los valles importantes que con esta dirección, aproximadamente,
constituyen los corredores naturales por donde discurren las actuales carreteras.

El valle del río Guadiana es sin duda la arteria fluvial más importante que ha utilizado la
carretera nacional 430 en su trazado sobre el área de estudio. Alternativas dentro de este
Tramo no existen muchas, pero las hay que podrían mejorar el itinerario actual.

En principio se han considerado cuatro zonas de corredor de posibles itinerarios E-O o


próximos al mismo:

157
- Corredor norte o corredor de Porzuna

Este corredor se desestima dado que si bien dentro del Tramo de estudio constitu-
ye un área de posible trazado cuando se quiere prolongar en dirección Oeste,
existen serios problemas de continuidad.

- Corredor central por el valle del Arroyo de Bullaquejo

Este corredor se ha desestimado ya que su prolongación por el oeste lo introduce


en la Reserva Nacional del Cijar.

- Corredor centro - sur por los valles del Bullaque – Guadiana

Este corredor es el que se considera, en principio, esencial en este estudio y sobre


el cual, se han barajado algunas alternativas que pueden mejorar su itinerario.

- Corredor sur

Se ha considerado la posibilidad de un itinerario al sur del valle del río Guadiana a


través de los terrenos alomados precámbricos y plio-cuaternarios de la depresión
de Abenojar hasta Saceruela. Aunque parte de él rebasa los límites geográficos del
estudio se ha considerado por presentar una alternativa muy interesante para un
nuevo trazado.

CORREDOR CENTRO - SUR POR LOS VALLES DE LOS RÍOS BULLAQUE Y GUA-
DIANA

Las posibles alternativas al itinerario actual de la carretera nacional 430 en la dirección E-


O arrancarían a la altura de Alcolea de Calatrava en donde a partir del p.k.(290) aproxi-
madamente, se podría coger un trazado por el norte del pueblo para salir al arroyo del
Bullaque y por él, al valle del río del mismo nombre y con la carretera nacional 430 a la
altura del p.k.(277), aproximadamente, evitando así un trazado más largo por Piedrabue-
na como en la actualidad. A partir de este punto, el nuevo corredor sugerido se adentra-
ría por el valle del arroyo de Valdelamadera. En este itinerario se podría encontrar alguna
problemática de estabilidad en la excavación teórica de taludes tanto en los materiales
plio-cuaternarios o paleozoicos. Remontando hasta el cortijo de casas de Valdelamadera,
bien por el arroyo de este nombre o por el de Valmayor algo más al sur el corredor des-
cendería por el arroyo de Valzarzoso para situarse en la plataforma plio-cuaternaria de la
raña desde la que se iniciaría el descenso al valle del Guadiana a la altura del Puente de
Retama. A partir de este punto se han considerado dos posible itinerarios, el actual por el
valle del río Guadiana o el que sigue la carretera local que se dirige a Saceruela remon

158
tando el arroyo Garganta de las Parras. Este último itinerario formaría parte o enlazaría
con el corredor sur que evitaría el trazado actual de la carretera nacional 430 por la mar-
gen izquierda del valle del río Guadiana, con ciertas dificultades de trazado.

El itinerario alternativo propuesto evitaría el trazado por el tramo angosto del Bullaque
entre Piedrabuena y Luciana en donde la problemática de inestabilidad de laderas es
muy acusada.

CORREDOR SUR

Los corredores por el Sur del Tramo de estudio ocuparían mayoritariamente bandas es-
trechas en el límite del mismo, excediendo en anchura los límites impuestos por el estu-
dio.

Penetraría el corredor por el extremo suroriental del Tramo para, una vez cruzado el río
Guadiana tomar la margen derecha del mismo. Siguiendo un trazado E-O y después de
atravesar la carretera local que une Alcolea de Calatrava y Corral de Calatrava, el corre-
dor se aleja del río por efectuar este un gran meandro, pero vuelve a conectar con él a
poco menos de tres kilómetros. Llegado a este punto existe la posibilidad de seguir el
curso del Guadiana hasta Luciana por la margen izquierda del río por considerarla geo-
técnicamente más adecuada, o bien continuar en dirección E-O una vez cruzado el río
para pasar al norte de Pozuelos de Calatrava, ya fuera del Tramo. Desde Los Pozuelos
el corredor quedaría fuera de la zona de estudio, aunque próximo a él, y seguiría a gran-
des rasgos el trazado actual de las locales que unen a este último pueblo con Abenojar y
Saceruela. Desde esta carretera local el corredor se divide en dos ramales posibles, uno
descendería en dirección nor-noroeste ascendiendo por el puerto de las Veredas para
enlazar con la carretera local que desde el puente de Retama se dirige a Saceruela. To-
mando un corto tramo de este itinerario, hasta salir de la sierra de Torneros, en dirección
Saceruela, discurriría por las rampas de la raña en dirección NO para enlazar con la ca-
rretera local que une las poblaciones de Puebla de Don Rodrigo y Agudo ya fuera del
Tramo; y más adelante con la carretera nacional 430. Otra opción sería continuar por el
corredor actual de la local a Saceruela y desde este pueblo tomar itinerario de dirección
NE para enlazar con la carretera nacional 430 a través de los amplios valles entre sierras
o bien dirigirse en dirección de Agudo tomando la carretera local que se dirige a Valde-
manco del Esteras abandonándola ya fuera del Tramo para tomar un Trazado más di-
recto a la población de Agudo, en donde se enlazaría con la carretera nacional 502.

Consideramos que el corredor sur contiene ciertas condiciones morfológicas y geotécni-


cas positivas que lo podrían hacer muy interesante como para tenerlo en consideración
en un nuevo trazado de conexión E-O entre Extremadura y La Mancha.

159
CORREDORES DE TRAZADO SUGERIDO DEL ITINERARIO CIUDAD REAL-BADAJOZ

Una de las finalidades de un Estudio Previo de Terrenos es la de proponer corredores para


futuras vías de comunicación, dentro del área estudiada.

En este caso, fruto del Estudio realizado, se ha llegado a la conclusión de la conveniencia de


proponer corredores en dirección Este-Oeste que abarquen una zona más extensa.

Aunque la unión entre Ciudad Real y Badajoz se sale del ámbito de este Estudio, se ha con-
siderado necesario incluirla debido a la importancia dentro de la comunicación Este-Oeste de
la Península.

La interconexión de las poblaciones de Ciudad Real y Badajoz tiene hasta la localidad de


Agudo dos corredores alternativos, uno norte y otro sur. A partir de esta localidad, existe una
única opción hasta Badajoz.

La Alternativa sur arranca de Ciudad Real por la carretera nacional 420 hasta la localidad de
Corral de Calatrava. Llegado a este punto, continúa por el corredor de la carretera local que
conduce a la localidad de Cabezarados, y a partir de allí, por el actual de la carretera nacional
424 hasta Abenojar. Existe también otro corredor posible entre Corral de Calatrava y Abeno-
jar pasando por Pozuelos de Calatrava.

Desde la localidad de Abenojar, el corredor sigue en dirección Oeste por la carretera local
que lleva a Saceruela. En este tramo de Abenojar a Saceruela, y en las proximidades de la
Sierra de los Canalizos, existe una alternativa de interconexión con la opción norte, al oeste
de la Sierra de los Buitres. La alternativa sur enlaza finalmente con la carretera nacional 503
a la altura de Valdemanco del Esteras para terminar en la localidad de Agudo.

La opción norte arranca con dirección este desde Ciudad Real por la carretera nacional 430
hasta la localidad de Retama. Desde esta localidad hasta Agudo, el corredor toma una direc-
ción OSO pasando por la Sierra de los Terneros.

A partir de la localidad de Agudo existe un corredor único que coincide con el actual de las
carreteras locales que unen las localidades de Tamurejo, Siruela, Talarrubias, y pasando el
Embalse de Orellana, Casas de San Pedro. Desde Casas de San Pedro se conecta con el
actual corredor de la carretera nacional 430 hasta Badajoz.

En la figura 16 bis se muestran los diferentes corredores propuestos para unir Ciudad Real
con Badajoz.

161
NOTA: La información de este apartado corresponde
exclusivamente a la fecha de edición de esta publicación

5. INFORMACION SOBRE YACIMIENTOS

5.1. ALCANCE DEL ESTUDIO

El presente estudio no incluye un análisis detallado de los yacimientos de materiales del


Tramo, ya que dicho análisis desbordaría, por su metodología especial y amplitud, el
alcance de los Estudios Previos de Terrenos.

No obstante, se ha considerado conveniente presentar, de forma ordenada, la


información recogida sobre yacimientos con motivo de la realización del Presente Estudio
Previo. Estos datos no constituyen una recopilación sistemática y exhaustiva, aunque
pueden ser útiles para futuros trabajos.

La información que a continuación se expone se refiere exclusivamente a yacimientos de


materiales utilizables en obras de carretera (canteras, graveras y materiales para
terraplenes y pedraplenes).

5.2. YACIMIENTOS ROCOSOS

Los yacimientos rocosos considerados en este estudio presentan mayoritariamente dos


litologías: volcánica y cuarcítica. No se han detectado canteras sobre estos materiales,
incluso las antiguas canteras de Piedrabuena de adoquines, actualmente se encuentran
integradas en el paisaje urbano. Por esta razón, todos los yacimientos rocosos del Tramo
se han estimado como yacimientos para estudiar con más detalle como potenciales a
explotar.

Los yacimientos rocosos de origen volcánico, están constituidos por las coladas de lavas
masivas pertenecientes al grupo litológico (001a). Se trata de un material duro. En el área
de Piedrabuena, este tipo de material ha dado los siguientes valores:

Peso específico Estabilidad SO4 Coeficiente Los Adhesividad al


Absorción % % CO3Ca
Aparente / Real Mg Ángeles betún

2.896 / 3,19 3,182 2,686 20,91 99,5 1,00

163
NOTA: La información de este apartado corresponde
exclusivamente a la fecha de edición de esta publicación

Los yacimientos rocosos de naturaleza cuarcítica son abundantísimos en todo el Tramo


de estudio, por lo que los accesos son buenos a las áreas de cantera. Aparecen
prácticamente en todos los puntos donde existe una elevación topográfica. La cuarcitas
se encuentran intercaladas en pizarras o en grandes bancos. Los explosivos son
necesarios en la explotación, y su coeficiente de aprovechamiento es 0’85. La calidad del
material es buena para árido de hormigones pero deficiente para árido de carretera
debido a que presenta una baja adhesividad a los betunes.

En la Figura 20 se encuentran situados los yacimientos rocosos en el Tramo estudiado, y


en la Figura 17 se especifican las características y la importancia de cada uno.

164
NOTA: La información de este apartado corresponde
exclusivamente a la fecha de edición de esta publicación

GRUPO
SIMBOLO INTERES SITUACION MATERIAL ACCESOS
LITOLOGICO

YR-1 Alto abandonado 759-3 001a Nefelinitas y Basaltos Buenos por la localidad de Piedrabuena.

Bueno en el pK (16) de la carretera de Pozuelos de Calatrava a


YR-2 Bajo abandonado 784-4 121a Cuarcitas y pizarras
Alcolea de Calatrava.

FIGURA 17. CUADRO - RESUMEN DE YACIMIENTOS ROCOSOS


NOTA: La información de este apartado corresponde
exclusivamente a la fecha de edición de esta publicación

5.3. YACIMIENTOS GRANULARES

Los materiales que constituyen la gran mayoría de los yacimientos granulares en el Tra-
mo son de origen aluvial, coluvial y volcánico.

En los aluviales de los cursos fluviales más importantes del Tramo (Guadiana y Bulla-
que), y en los depósitos coluviales, se ubican los yacimientos granulares más importan-
tes. El material predominante es grava polimíctica y principalmente silícea.

Las gravas aluviales, están constituidas por cantos cuarcíticos redondeados inmersos en
una matriz arenosa. La explotación no entraña problemas, salvo la hidrodinámica en
épocas de crecida. Los accesos a las áreas de afloramiento son muy buenos. Las reser-
vas se consideran medianas, ya que la potencia de los aluviales y las terrazas es muy
variable y poco potente en términos generales. El coeficiente medio de aprovechamiento,
basándose en el contenido medio de finos, se estima en 0’65.

Las gravas coluviales están constituidas por cantos cuarcíticos angulosos y subangulo-
sos, heterométrica y con muy poca matriz, generalmente arenosa e inferior al 10 % del
total de la roca. Las reservas son muy grandes, y la explotación y los accesos son muy
buenos. Salvo los coluviales tipo canchal, la mayoría de los coluviales que orlan los relie-
ves cuarcíticos, poseen una alteración importante. Este hecho hace que los valores de
sus características como árido, expuestos a continuación, den como resultado una dure-
za deficiente. El coeficiente medio de aprovechamiento se estima en 0’8.

Peso específico Estabilidad SO4 Coeficiente Los Adhesividad al Presencia de


Absorción %
Aparente / Real Mg Ángeles betún sulfatos

2,593 / 2,711 1,672 1,568 28,44 99,7 Sí

También se han incluido como yacimientos granulares los materiales arenosos del grupo
litológico 321b. Se trata de arenas siliceas blancas o rojizas, bien clasificadas y estratifi-
cadas, redondeadas y con una matriz limo-arcillosa. Los accesos son buenos y próximos
a la red de carreteras, como en el caso de Luciana. Las reservas son muy importantes y
su explotación es fácil. Su coeficiente medio de aprovechamiento como árido de hormi-
gón está próximo al 0’85.

166
NOTA: La información de este apartado corresponde
exclusivamente a la fecha de edición de esta publicación

Dentro del grupo litológico 321b, también se han detectado potentes niveles de conglo-
merados cuarcíticos, de cantos redondeados, y de aspecto global masivo. Estos niveles
son particularmente importantes cerca de la localidad de Saceruela, donde hemos citado
el yacimiento granular YG-11 para estudiar con más detalle para una futura explotación.

En la Figura 20 se encuentran situados los yacimientos granulares en el Tramo estudia-


do, y en la Figura 18 se especifican las características y la importancia de cada uno.

167
NOTA: La información de este apartado corresponde
exclusivamente a la fecha de edición de esta publicación

GRUPO
SIMBOLO INTERES SITUACION MATERIAL ACCESOS
LITOLOGICO
YG-1 Medio abandonado 759-3 At Gravas Bueno en p.K.(15’1) de la carretera de Picón a Ciudad Real.

Bueno por los alrededores de la localidad de Alcolea de Cala-


YG-2 Abandonado 784-4 001a Picón
trava
YG-3 Abandonado 784-4 001a Picón Buenos por en p.K.(294) de la carretera nacional 430.

YG-4 Alto Abandonado 783-1 321b Arenas Buenos en el Puente de Luciana sobre el río Guadiana.
Buenos en el p.K.(14’5) de la carretera Pozuelos de Calatrava
YG-5 Bajo Abandonado 784-4 T Gravas
- Alcolea de Calatrava.
Buenos en el p.K.(7’5) de la carretera Pozuelos de Calatrava -
YG-6 Alto Abandonado 784-4 C Gravas
Alcolea de Calatrava.
YG-7 Alto Abandonado 759-3 C Grava Bueno por el p.K.(123’8) de la carretera nacional 403.
Bueno a través de la carretera nacional 430 en el cruce con la
YG-8 Alto Abandonado 782-1 321b Grava
Vertiente de Esterillas, cercanías de Saceruela.
YG-9 Alto Activo 758-2 T Gravas Bueno en el p.K.(3) de la antigua carretera nacional 430.

FIGURA 18. CUADRO - RESUMEN DE YACIMIENTOS GRANULARES.


NOTA: La información de este apartado corresponde
exclusivamente a la fecha de edición de esta publicación

5.4. MATERIALES PARA PRESTAMOS

Los mejores yacimientos para préstamos los constituyen los materiales aluviales cuater-
narios del tramo de estudio.

Prácticamente son utilizables para préstamos la gran mayoría de los materiales detríticos
cenozoicos. No obstante, los grupos litológicos (l) y (322a) deben considerarse desecha-
bles como préstamos. El grupo litológico (l), que constituye las lagunas endorreicas, no
se considera apto por el alto contenido en finos, materia orgánica y sales, y el grupo
(322a) evidentemente por su altísimo contenido en arcillas expansivas.

El grupo (321b) posee materiales de unas magnificas propiedades para su utilización


como préstamos, como en el caso del YG-8. El YG-4, contiene un alto contenido en arci-
llas plásticas por lo que se recomienda su uso para préstamos de núcleo de terraplén.

5.5. YACIMIENTOS QUE SE RECOMIENDA ESTUDIAR CON MAS DETALLE

En la Figura 19 se muestra un cuadro-resumen de los yacimientos rocosos y granulares


que por su importancia pudieran ser objeto de un estudio más detallado. Los depósitos
volcánicos, coluviales y las superficies de la raña, en toda su amplitud se consideran ya-
cimientos rocosos potenciales, que pudieran ser objeto de un estudio más detallado.

169
NOTA: La información de este apartado corresponde
exclusivamente a la fecha de edición de esta publicación

GRUPO
SIMBOLO INTERES SITUACION MATERIAL ACCESOS
LITOLOGICO
Buenos en el p.K.(14’5) de la carretera Pozuelos de Calatra-
YG-5 Bajo Abandonado 784-4 T Gravas
va - Alcolea de Calatrava.
Bueno a través de la carretera nacional 430 en el cruce con
YG-8 Alto Abandonado 782-1 321b Grava
la Vertiente de Esterillas, cercanías de Saceruela.

FIGURA 19. CUADRO - RESUMEN DE LOS YACIMIENTOS A ESTUDIAR CON MÁS DETALLE.
NOTA: La información de este apartado corresponde
exclusivamente a la fecha de edición de esta publicación
6. BIBLIOGRAFIA CONSULTADA

- INSTITUTO GEOLOGICO Y MINERO DE ESPAÑA, (1987).- “Mapa Geológico de Es-


paña a escala 1:50.000, Hoja 782, Valdemanco de Esteras”. IGME.

- INSTITUTO GEOLOGICO Y MINERO DE ESPAÑA, (1989).- “Mapa Geológico de Es-


paña a escala 1:50.000, Hoja 758, Casas del Río”. IGME.

- INSTITUTO GEOLOGICO Y MINERO DE ESPAÑA, (1989).- “Mapa Geológico de Es-


paña a escala 1:50.000, Hoja 759, Piedrabuena”. IGME.

172
7. ANEJOS
7.1. ANEJO 1: SIMBOLOGÍA UTILIZADA EN LAS
COLUMNAS ESTRATIGRÁFICAS
COLUMNA ESTRATIGRÁFICA

SÍMBOLO SÍMBOLO
ORIGEN SUELOS POCO ORIGEN SUELOS POCO
SUELOS POTENTES POTENTES SUELOS POTENTES POTENTES
(1)
CUATERNARIO

< 3,5 promedio < 3,5 promedio


Terraza T t Marismal M m
Aluvial A a Lacustre L l
Cono de deyección D d Pantanoso P p
Coluvial C c Eólico E e
Marino R r Eluvial V v
Morrenas H h Artificial W w
Glacis G g Periglacial I i
Travertinos Q q

350 ** PLIO-CUATERNARIO Glacis, Rañas, ............... etc

2** PLIOCENO Villatranquiense


Plasenciense/Astiense
Messinense Pantiense s.str.
NEOGENO

Superior Pontiense
2 Tortoniense Vallesense
*

Serravallense
1** MIOCENO Medio Helvetiense Vindoboniense
Langhiense
TERCIARIO O CENOZOICO

Inferior Burdigaliense
Aquitaniense

Chattiense
3** OLIGOCENO Rupeliense - Stampiense
Latdorfense=Tongriense - Sannoisense
Superior Priaboniense=Ludense=Bartonense
PALEOGENO

1 Biarritzense
Medio
2** EOCENO Luteciense
*

Inferior Cuisiense
Ilerdiense - Ypresiense, Sparnaciense
Thanetiense
1** PALEOCENO Montiense
Daniense
Facies Garumnense
Maestrinchtiense
Campaniense Senonense
2** SUPERIOR Santoniense
Coniaciense (2)
CRETÁCICO

Turonense
3 Cenomanense
*

Albense
Aptense Facies Urgoniense
1** INFERIOR Barremiense
Hauteriviense
Valagieniense Neocomiense (marino)
SECUNDARIO O MESOZOICO

? Berriasiense=Wealdense Facies Wealdense (continental)


Portlandiense=Tithonico
3** MALM Superior Kimmeridgiense
Oxfordiense
Calloviense
JURÁSICO

Bathoniense
2** DOGGER Medio
2 Bajociense
*

Aaleniense
Toarciense
1** LIAS Inferior Pliensbachiense
Sinamuriense
Hettangiense
Retiense
3** SUPERIOR Noriense Keuper
TRIÁSICO

1 Carniense
*

Ladiniense
2** MEDIO Muschelkalk
Anisiense=Virglonense
1** INFERIOR Werfeniense Buntsandstein
COLUMNA ESTRATIGRÁFICA

2** SUPERIOR Thuringiense - Zechstein


PÉRMICO

* 6 Sajoniense - Rothliegendes
1** INFERIOR
Autuniense
(E) Stephaniense
CARBONÍFERO

2** SUPERIOR Westfaliense


* 5 Namuriense
Visiense Dinantiense = Culm, tacies marina,
1** INFERIOR
Turnesiense a veces continental

3** SUPERIOR Famenniense


Frasniense
DEVÓNICO

Givetiense
PRIMARIO O PALEOZOICO

4 2** MEDIO Eifeliense


*
Couviniense
Emsiense
Cobleciense Rhenano
1** INFERIOR Siegeniense
Gediniense
Pridoliense
SILÚRICO

2** SUPERIOR Ladiowiense


* 3 Wenlockiense
1** INFERIOR Llandoveriense=Valentiense
Ashgilliense
3** SUPERIOR
Caradociense
ORDVÍCICO

2 Llandeiliense
* 2** MEDIO
Llanvirniense
Arenigense=Skiddaviense
1** INFERIOR
Tremadociense
CÁMBRICO

3** SUPERIOR Postdamiense


* 1 2** MEDIO Acadiense
1** INFERIOR Georgiense

PRECÁMBRICO 010 **

Los materiales cristalinos de edad indeterminada se denominarán (001)** para rocas masivas y (002) para diques.

(1) Los materiales cuaternarios se cartografiarán con la letra correspondiente a suelos potentes o poco potentes.

(2) Es discutida la pertenencia del Coniaciense al Senonense.

* Los grupos litológicos indeterminados estratigráficamente se denominarán con la primera cifra


correspondiente a la era añadiendo dos ceros como signo de indeterminación para el período y época.

En caso de indeterminación de la época, se denominarán los grupos litológicos con las cifras
correspondientes a la era y período añadiendo un cero como signo de indeterminación.

** Cuando existan varios grupos litológicos dentro de la misma época, se denominarán con el número
estratigráfico correspondiente, al que se agregará la letra (a, b, c ... etc) para diferenciarlos entre sí.
7.2. ANEJO 2: CRITERIOS UTILIZADOS EN LAS
DESCRIPCIONES GEOTÉCNICAS
7.2. ANEJO 2: CRITERIOS UTILIZADOS EN LAS DESCRIPCIONES
GEOTÉCNICAS

Introducción

Con objeto de precisar, en lo posible, el contenido de las descripciones geotécnicas de


los materiales del Tramo, se indican a continuación los criterios utilizados en la exposición
de las características del terreno, tales como ripabilidad, estabilidad de taludes, capaci-
dad portante y niveles freáticos.

Para evaluar las características geotécnicas sólo se ha dispuesto de las observa iones
de campo (datos sobre taludes naturales y desmontes, comportamiento geotécnico de
los mismos, escorrentía de las aguas superficiales, permeabilidad de las formaciones,
observaciones sobre el estado de los firmes de las carreteras existentes en la zona, alte-
rabilidad y erosionabilidad de los materiales, etc.). Por tanto sólo se puede dar una valo-
ración cualitativa de dichas características.

Ripabilidad

En lo que a ripabilidad de los materiales del Tramo se refiera, se han considerado los tres
niveles o grados que a continuación se indican:

a) Se considera ripable todo material (roca natural o suelo) que pueda ser di-
rectamente excavado con un ripper de potencia media, sin previa preparación
del terreno mediante explosivos u otros medios. Cuando no se indica espesor
ripable alguno, se considera que toda la masa es ripable, al menos en el es-
pesor afectado por posibles desmontes en las variantes o modificaciones de
un trazado.

b) Se consideran de ripabilidad media a aquellos materiales que no son ripables


utilizando maquinaria de potencia media, pero que sí lo serían empleando
maquinaria de mayor potencia. Estos materiales son los llamados “ terrenos
de transición “, que se encuentran en la mayor parte de las formaciones roco-
sas y que son semirripables en su zona de alteración o ripables mediante una
ligera preparación con voladuras.

c) Se consideran no ripables aquellas formaciones que necesitan para realizar


su excavación el empleo de explosivos u otros materiales violentos que pro-
duzcan su rotura.

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Capacidad portante

En relación con la capacidad portante de los distintos materiales del Tramo, al no poder
contar con resultados de ensayos “ in situ “, se ha adoptado el siguiente criterio:

a) Capacidad portante alta o elevada es la que corresponde a una formación


constituida por materiales compactos y preconsolidados, o bien a formaciones
rocosas estables y resistentes, de excelentes características como cimiento de
un firme de una carretera o de una obra de fábrica.

b) Capacidad portante media es la que de aquellas formaciones constituidas por


materiales compactos y preconsolidados, que tienen sus capas superficiales al-
go alteradas y que, por tanto, determinan un suelo en el que la aplicación de
cargas moderadas superficiales (2-3kg/cm2) produce asientos tolerables en las
obras de fábrica. En este caso , la estabilidad del material considerado como
explanada del firme es suficiente en general, sin que sea necesaria la mejora
del suelo.

c) Capacidad portante baja es la correspondiente a materias de suelos desagre-


gados en los que la aplicación de cargas moderadas produce asientos inadmi-
sibles para las obras de fábrica con cimentación superficial. La ejecución de fir-
mes en este tipo de materiales requerirá fuertes espesores estructurales, colo-
cación de explanadas mejoradas, retirada de los suelos plásticos si son poco
potentes o cimentación de las obras de fábrica en la formación subyacente.

Estabilidad de taludes

La evaluación de la estabilidad de taludes se ha apoyado, exclusivamente, en las medi-


das y observaciones de campo realizadas sobre los taludes naturales y desmontes exis-
tentes en el Tramo. Esto confiere a los ángulos de estabilidad de los taludes, asignados a
los distintos materiales del Tramo, un carácter puramente estimativo y expresa sólo el
orden de magnitud de los taludes existentes en la zona y su comportamiento geotécnico.
En cuanto a las alturas de los taludes, se ha seguido el criterio o clasificación que a con-
tinuación se indica:

- B: Bajos (0 a 5 m de altura)
- M: Medios (5 a 20 m de altura)
- A: Altos (20 a 40 m de altura)

Para indicar la inclinación de los taludes, salvo en los casos en que se especifica su va-
lor, se han utilizado las palabras “ subvertical “ (ángulo de más de 65º) y “ subhorizontal “
(ángulo de menos de 10º).

179
Se han considerado formaciones con problemas de estabilidad de taludes, aquellas en
las que bien sea porque el ángulo de estabilidad natural del material es muy tendido, bien
porque la formación está integrada por materiales de diferente comportamiento geotécni-
co, pueden producirse derrumbamientos, desprendimientos o deslizamientos de ladera.
En general, para cada material y talud, se indica el tipo de problemas que pueden pre-
sentarse.

Drenaje

El movimiento superficial y profundo de las aguas de lluvia se reseña en la descripción de


las distintas formaciones litológicas. Conviene resaltar que los datos disponibles para una
correcta localización de los niveles freáticos del Tramo y sus periódicas variaciones en
relación con las distintas épocas del año son escasos. Las observaciones realizadas so-
bre el terreno sólo han permitido dar unas ideas generales sobre el movimiento del agua
a través de las formaciones.

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8. PLANOS
Ministerio de Fomento
Secretaría de Estado de Infraestructuras y Transporte
Dirección General de Carreteras

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