(Decreto sobre la adecuada renovación de la vida religiosa)
1. Introducción – El Sínodo se propone a tratar de la Es necesario renovar tradiciones caritativas y
vida y disciplina de los institutos cuyos miembros adaptarlas a las necesidades actuales. hacen profesión de castidad, pobreza y obediencia. 10. La vida religiosa laical – Constituye en sí mismo el 2. Principios generales de renovación – La adecuada cumplimiento de los consejos evangelios. Se exhorta renovación es un retorno a las fuentes de toda vida a adaptar su vida a las exigencias actuales. cristiana y a la inspiración originaria de los institutos. 11. Los institutos seculares – Son una plena y autentica 1) La norma definitiva de la vida religiosa es el profesión de los consejos evangélicos en el siglo, seguimiento de Cristo. 2) Conocer y conservar reconocida por la Iglesia y han de conservar ese fielmente el espíritu de los fundadores. 3) Todos los carácter, para realizar en todas partes el apostolado institutos han de participar en la vida de la Iglesia. 4) en el mundo. Los directores han de preocuparse por Han de promover en sus miembros un conocimiento la preparación espiritual y formación ulterior de los adecuado de las condiciones de los hombres y de los miembros. tiempos. 5) Considerar las adaptaciones a nuestro 12. La castidad – Hay que apreciarla como don tiempo y también que se relacione con una extraordinario de la gracia, es un medio apropiado renovación espiritual. para que los religiosos se dediquen con entusiasmo al 3. Criterios prácticos para la renovación – El estilo de servicio de Dios y a las obras apostólicas. vida, oración y trabajo debe estar convenientemente 13. La pobreza – Han de cultivar la pobreza voluntaria adaptado a las condiciones actuales, físicas y para seguir a Cristo, expresándola en formas nuevas. psíquicas de los miembros y de las necesidades del Los institutos tienen derecho de poseer lo necesario apostolado. Hay que examinar la forma de gobierno para vivir, sin tener lujos, ganancias excesivas y de las instituciones, suprimiendo todas las acumulación de bienes. disposiciones anticuadas. 14. La obediencia – Es ofrecer a Dios la entrega total de 4. Quienes han de llevar a cabo la renovación – Es tarea su voluntad como el sacrificio de sí mismo, uniéndose de todos los miembros del instituto, pero a la voluntad salvadora de Dios. Se han de someter corresponde solo a las autoridades competentes, con fe a sus superiores según la norma de las reglas y capítulos generales, aprobación de la Santa Sede o el constituciones. Los superiores tendrán que dar Ordinario. cuenta a Dios de las personas confiadas. Se debe 5. Elementos comunes a todas las formas de vida llevar a colaborar con un obediencia activa y religiosa – Los miembros han de vivir únicamente responsable. para Dios y su servicio, renunciando al mundo, 15. La vida de comunidad – Debe inspirarse en la vida de practicado las virtudes, siguiendo a Cristo y uniendo la primitiva Iglesia, un solo corazón y una sola alma. la contemplación con el amor apostólico. Ha de estar alimentada por la enseñanza evangeliza, 6. Cultivo de la vida espiritual – La caridad es el alma y la liturgia, Eucaristía, oración y el trato fraterno e norma de la práctica de los conejos evangélicos. Los igualdad. miembros han de cultivar el espíritu de oración, 16. La clausura de las monjas – La clausura papal para las lectura y meditación de las Sagradas Escrituras, monjas de vida puramente contemplativa ha de celebración de la liturgia, y han de vivir y pensar cada mantenerse vigente, solamente ha de suprimirse vez más como la Iglesia y entregarse a su misión. costumbres anticuadas. 7. Institutos puramente contemplativos – Tienen una 17. El habito religioso – Deberá ser sencillo, modesto, misión importante en el Cuerpo místico de Cristo y pobre y al mismo tiempo digno. son el honor de la Iglesia. Pero hay que revisar su 18. Formación de los religiosos – La adecuada renovación estilo de vida, conservando religiosamente su depende sobre todo de la formación de sus separación del mundo y practicas propias de la vida miembros. Es necesario prolongarse su formación contemplativa. religiosa y apostólica, y ofrecerse el conocimiento 8. Institutos dedicados a la vida apostólica – Toda la vida adecuado de los comportamientos sociales actuales, religiosa de sus miembros ha de estar empapada de teniendo una combinación armónica de sus electos. espíritu apostólico y toda la actividad apostólica ha de 19. Fundación de nuevos institutos – Hay que considerar estar animada por el espíritu religioso. Es necesario seriamente la necesidad de fundaciones, no sea que observar la diversidad en cuanto a la adecuada imprudentemente surjan institutos inútiles o renovación de los institutos. desprovistos de vitalidad suficiente. 9. Hay que conservar fielmente la vida monástica y 20. Conservación, adaptación y abandono de las obras monacal – La vida monástica debe mantenerse propias – Los institutos han de conservar y realizar fielmente y brillar en su auténtico espíritu. El oficio fielmente las actividades propias, y adaptarlas a las principal de los monjes es ofrecer a Dios un servicio necesidades de los tiempos y lugares, especialmente humilde y noble dentro de los muros del monasterio. en relación al espíritu misionero. Y dejar las obras que están menos de acuerdo con el espíritu del instituto. 21. Unión de institutos – Los institutos que han de ser abandonados, han de unirse a otro instituto con mayor vitalidad y que su espíritu no sea muy diferente. 22. Federación de monasterios – Los institutos y monasterios autónomos han de federarse entre sí, si pertenecen a la misma familia religiosa. 23. Conferencia de superiores mayores – Hay que favorecer los consejos o conferencias de superiores mayores erigidas por la Santa Sede, coordinándose y colaborando con las Conferencias. 24. Fomento de las vocaciones religiosas – Los sacerdotes y educadores deben dar un nuevo impulso a las vocaciones religiosas. Los institutos tienen derecho de darse a conocer para fomentar vocaciones. 25. Conclusión – Los institutos han de responder con espíritu decidido a su vocación divina y su misión de la Iglesia.