Alponte, J. María - Homero Entrevista - Sel - Tex.lrcp
Alponte, J. María - Homero Entrevista - Sel - Tex.lrcp
Alponte, J. María - Homero Entrevista - Sel - Tex.lrcp
El cielo de Grecia es el cielo de los dioses; no de uno solo, nico, omnipotente y terrible.
Nuestros dioses fueron esenciales, se mezclaron en la vida de los hombres y mujeres. Produjeron una mezcla afrodisaca. Dioses sensuales, sexualizados, antagnicos y procreadores de guerreros, titanes y diosas sedientas de los imaginario, que por s mismos, se transformaron en categoras polticas y culturales. No inventaron los mitos, los vivieron. Todas las civilizaciones repiten, en el fondo, los mismos sueos. Los grandes mitos nacieron en Oriente Desde los santuarios de Zeus y Afrodita a la plaza pblica. Desde el templo de Hefesto y de Atenea se estaba a un paso del Prtico de Zeus y del Ara de los Doce Dioses. Un universo que se completaba con el Edificio del Consejo de Soln. En ste, se asentaban los cuatrocientos que, por sorteo, representaban a las distintas tribus que finalmente constituan al demos, al pueblo. Este era precisamente el pueblo, ese demos inverosmil que inventara, despus, la democracia: la autoridad del pueblo. HABLA HOMERO: que nac ciego! Tanto lo repitieron, arrastrando sus propios deseos en la tierra del tiempo, que yo mismo estuve tentado a creerlo. Toqu mis ojos, los llen de agua y vi brillar gotas de luz en mis mejillas. Llorar o que el agua llorara. Conmigo y en m, me consol. Vi, entre la bruma, nubes y dioses. Oro vi, lo s, el dorado color de la vida, oro del amanecer y oro, despus, camino de las tinieblas. Mi palabra hizo, de los cantos del pueblo, un pueblo: Grecia. Pero, se quiso, se anhel, se postul, se propuso como un verdadero asesinato ritual que yo fuese slo tmpano, laberinto auricular en acciones y en cantos memoriales de las voces convertidas. Todo ello, en suma, para reconstruir la arqueologa epopyica; no el poeta que transfigura y trasciende, con la voz y el sueo, la historia y las emociones vibrantes de los seres humanos; PIENSO, AHORA, lejos de la clera de Aquiles y las pasiones de Paris y Helena; si no que se plane conscientemente otro asesinato: el asesinato de un poeta llamado Homero.
Todas las civilizaciones, cuando consagran el Poder, cuando lo convierten en un orden sacro, terminan asesinando a un poeta. Es un ritual nunca acabado, siempre repetido, siempre nuevo y siempre trgico. Cristo fue el poeta del primer milenio. Su crucifixin fue un viejo rito: el asesinato del aedo es un aviso, un toque de alerta para encender la hoguera de Giordano Savoranola, excomulgado. S que algn da un texto suyo me ser til: Trattato devoto e utile della umilit. Claro, hacen falta siglos para llegar a Savoranola. Pero no olvido que yo comenc la Ilada con una frase nica, memorable y armoniosa que evidenciaba mis complicidades con los cielos: Cntame, oh diosa, la clera de Aquiles, clera funesta Reconozco que la diosa me escuch y con ella, a su vera, insomne, comenc la Ilada. Antes, con Dioniso, beb el vino del Homo demens que me parece inseparable del Homo sapiens. No existen retratos verdaderos del Homero que yo fui. Me mir en el espejo de los ros y, por tanto, en su delirio. El agua del ro es la misma con sus mil ojos de peces que miramos pasar en el instante. Huye el agua, peregrina inslita. Tena una barba florida y una frente alta. Pareca de piedra. Despus se agitaron grietas secas, profundas, una pelusa rojiza que, como hiedra, se enredaba cual fuego hasta mi cabeza. Eso me daba un aire inquietante, de guerrero. Falsa imagen. Nunca fui un guerrero; tampoco quise serlo. Los poetas no podemos ser homicidas. En eso tenan razn mis enemigos. En realidad, aunque valiente, asum un papel ambicioso y sublime: ser cantor de los dioses y de los hombres entrelazados, uno y otros, por la epopeya de Troya. No es as, hombre, asesino e incendiario? Yo mismo no pude superar ese arquetipo de ser, al tiempo, la fbula y el fabulador, el narrador y el narrado. Tuve eso lo recuerdo bien porque, a veces, se rean de m por ello raras piernas. Acaso como las de Hefesto que quedaron colgantes porque Zeus le expuls del Olimpo despus de una querella. Tom partido Zeus por la madre, Hera, el hijo cay sobre la isla de Lemnos, y del golpazo, qued renqueante. Todo el mundo lo sabe. Al menos as se contaba. Ni yo mismo s la verdad: inmensa palabra, desafiante, palabra aletheia, verdad. S, s que el sentido de la Justicia me obsesiona. Nunca quise hacerme pasar, ni de lejos, por caballero perteneciente a la aristocracia de la espada. Menos an quise ser parte de los airados seores de la oligarqua que pretendan ser los dioses en la Tierra. Caro lo pagaron en los avernos. An Grecia no haba inventado, para el mundo, los ciudadanos de la Polis. Eso si me hubiera gustado ser: un ciudadano. Lejos estaba yo, Homero, del ciudadano, de esa conmocionante invencin griega que todava perturba el sueo de los tiranos. Herclito aada, pensando en ellos y slo en ellos, algo que nunca podrn aceptar, este axioma sin vuelta: comprender es la virtud suprema entre los bien nacidos. Nada menos que eso: comprender.
Tampoco quise ser un hierofante, es decir, el que habla de los hiera, de las cosas sagradas en los santuarios. Nunca aspir a convertirme en un dignatario del poder y menos en loro parlante, como el futuro enano de Velzquez, en un basileus, en un rey. Tena un inmenso amor a la libertad, pero todava Atenas, es decir, Atenea, no haba fundido todava en bronce y en tierra de caminante la isologa, esto es, la libertad de la palabra; ni la isonoma, la igualdad ante la ley de todos los seres humanos. Grecia invent esas palabras mucho despus de la guerra de Troya y de la sangre derramada. Cada pisada deja su huella sobre las tumbas annimas de los asesinados o de los enterrados entre el llanto y la furia. Tampoco quise ser un hirodulo, es decir, el esclavo que era consagrado a un dios. Por la misma causa no opt jams por pertenecer a la casta de los hieromnmones, es decir, los magistrados, hierticos, que se encargaban de administrar y llevar a trmino las ceremonias de los cultos religiosos. MI REBELIN, en ese punto, no fue ni enigmtica ni secreta. Al revs, mi alma rebelde me guiaba como una constelacin impaciente por el camino de la negacin de los dogmas que obligan a la obediencia sacralizada: hecha de humo y sangre. Mis dioses eran dudosos y cambiaban de parecer. As se aprenda a dudar; no a repetir los credos sin pensar antes. Confesin peligrosa: peligrosa como se demostrar con Scrates o Galileo mucho despus de m. Mi lugar de nacimiento, como mi ceguera, ha motivado speros debates: Esmirna, Atenas, la isla de Kios. Me converta en un poeta caminante que escuchaba hombres y dioses. Reconozco que los demonios son inseparables unos de los otros. Enseaba buena conducta a los efebos; ni armas ni gimnasia. Admit, clamo, sin hacer juicios de valor, que la bisexualidad comenzara en esos lugares, a la orilla del sudor del esfuerzo y la desmedida agona el agon griego de ser los primeros, en aspirar siempre a la victoria, esto es, a la agona. TODA VICTORIA ES, FINALMENTE, AGONA, DEUDA POR PAGAR. CANTOR DE LAS CONTIENDAS PICAS, no me enga con el significado de las guerras. Siempre supe, finalmente, que las hacan, casi siempre, asesinatos delirantes, disfrazados de hroes o patriotas. Las guerras definidas, a su vez, como Juicio de Dios, incorporaban la peor apologa de las apologas de la violencia disfrazada de divinidad. Vine al mundo, eso s lo s, aunque sea tambin a medias, hacia el siglo VIII antes Kristos (Mesas en hebreo). Por eso, la secta cristiana se hara despus universal. El griego era el lenguaje dominante de la poca y el Evangelio (Buena Nueva) en griego, se transformara, sin Troya, en otra epopeya con la muerte, en la cruz, del poeta Kristos. TODO ESTO LO S, CABALGANDO LOS SIGLOS, POR UNA PETICIN QUE HICE A ZEUS: MI ODISEA PERSONAL. Quin pudiera vivir para siempre y para contemplar, as, el ideal platnico, la Belleza y el Bien, como inseparables? La Guerra de Troya haba acontecido varios siglos antes de que yo naciera, hacia el ao 1200. Desde aquellos siglos, Grecia estuvo sumergida y vinculada, como si fuese una corona de sangre y de laureles, a los cantos de las epopeyas. Aquiles, Agamenn (hijo de Atreo, rey de
Argos), [Hctor], Paris, Helena, Ulises, eran nombres que acompaaban a los dioses gneos, a los hombres y a los dragones que cabalgaban a su lado. Conmocionante visin de una sexualidad que no se oscureca, ni se tiraba al precipicio por el pecado original, que no exista. Nosotros nos comimos la idea del pecado original; tampoco lo asumira Mahoma. Todas las guerras, y sin duda la de Troya, terminan siendo una gigantesca rapia: la rapia es portadora de la muerte. Por eso Hesodo, el desconocido habitante de mi propia aventura viviente, me acompaa en mi oscuro viaje hacia la luz, hacia el entendimiento. SUSPENSA QUEDA EL ALMA, PSIQUE, SLO AL INTENTAR DESCIFRAR ESE ITINERARIO. De Hesodo me queda tambin en la memoria (que es lo nico que admiten que poseo) los cantos de su Teogona. La maldita Eris pari a la dolorosa Fatiga; el Olvido, el Hambre; los Dolores que causan Llanto; las Mentiras, los Discursos; las Antigedades, el Desorden y la Destruccin. Todos ellos, entre s, compaeros inseparables. Otros han recitado su Teogona de distinta manera. A m me gusta esa medida, esa frmula que reconoce el caos, pero que se inclina ante el espritu, pneuma. HESODO alumbraba y anticipaba, l mejor que yo, la pasin futura de Grecia por el Logos, por la ciencia y la razn. Yo escrib, al contrario, la funcin pica, de la demencia en la historia de los hombres y los dioses, pero no puedo dejar de advertir, y me va mucho en ello, QUE GRECIA ENSEARA DESPUS, COMO FUNDAMENTO DE LA CONVIVENCIA, LA MESURA QUE ES UNA EXTRAORDINARIA VOZ ILUMINADORA. La voz contraria, pues, a la hybris, es decir, a la desmesura. Sin embargo, admito que la hybris es el centro y el corazn de mi Ilada y de mi Odisea. NO ME ARREPIENTO DE ESA CADA, de encegamiento deslumbrante de mi hybris arcaica, se postul, un da, como anttesis, el logos. La pasin por la racionalidad, la pasin por la mesura, la templanza, la sophrosyne como se deca en la Atenas de Atenea, mi diosa favorita. De Herclito el Oscuro, rescato sus palabras encendidas en mi hybris ms vale apagar la desmesura que apagar un incendio. CUNTOS LO INTENTAN? CUNTOS OTROS, EN VERDAD, SLO INCENDIAN LA MIES DORADA DE LA VERDAD?
No era un basileus victorioso; era un rey grotesco y dbil. Atenea intervino: Bebe de este vino que yo te doy y bbelo de una vez. Es de la cosecha del dios Dioniso que los romanos insensibles, llamarn un da, Baco. Beb el vino de Dioniso. Sent que mis fuerzas, de repente, crecan Atenea me contuvo: Homero, pese a la Ilada y a la Odisea tienes mucho que aprender Ver sus ojos, todo era claro, elocuente, exaltante. El vino de las vias secretas de Dioniso? Es preciso que sepas algo que ser indispensable para tu propia y futura odisea Homero, T sabes lo que le voy a pedir Zeus? S, por eso mismo debes aprender, sin respiro, cmo comenz el universo y cmo se estableci el orden sobre el caos. Eurnome, la diosa originaria de todas las cosas se desnud El vaco aterraba a Eurnome como entonces, y para siempre el vaco aterrar a los seres humanos. En la Fsica y en la Poltica el vaco es el hundimiento. Todos los tiranos lo saben. Y por ello aparecen con los cclopes los tiranos siempre tienen un solo ojo cuando el vaco asusta a las sociedades y buscan por ello, un Titn o un Cclope. La bsqueda de la seguridad es una nostalgia que, como todas las nostalgias, se paga con la muerte, con Tnatos. Y cmo resolvi Eurnome el dilema temeroso del vaco? Eurnome, se puso a bailar sobre el horror del vaco y con su baile se levant un viento frentico y vivificante. El baile se convirti en un huracn carnal y de l, ardiente, surgi una serpiente. Ofin. Se enlazaron los dos en un frenes lujurioso y mucho antes que la serpiente apareciera en el jardn bblico de ese enlace, turbulento y amoroso, Eurnome qued embarazada Homero interrumpi a Atenea: Hesodo, mi contemporneo cuenta en su Teogona que en el principio, ciertamente, hubo el caos, un abismo sin fondo, y que la Madre Tierra hizo aparecer a Eros, el Amor, y que fue el Amor la clave de la creacin. Atenea (1) intercedi, esa en la versin romntica, idlica. La verdad es que Eurnome, embarazada de la serpiente, se transform en una paloma que expuls un huevo. La serpiente Ofin empoll el huevo y de su culminacin csmica nacieron los planetas sostenidos, cada uno por un Titn que Newton definir, un da como las leyes de la gravedad, las estrellas, el sol, la luz, la noche, las montaas, los ros y las criaturas vivientes. Homero inquiri: pero, Yo he contado en la Ilada que todo comenz con el agua que es una forma viviente de la eternidad, y que la diosa Tierra engendr a Urano, personificacin del cielo, que es el padre de los Titanes y los Cclopes y los Monstruos. Atenea sonri. Existen muchas leyendas sobre el nacimiento del mundo. Mejor bebe, bebe el vino de Dioniso. As sabrs lo que significa el deseo violento, arrebatado del poder dionisiaco. No olvides que es un regalo del dios, de la hybris, de la desmesura. Lo que hace por ti. Podrs vivir lo imposible, pero morirs. Habamos llegado a la cima del monte Olimpo. Y Atenea me dio un breve consejo. En muy corto tiempo, aunque el tiempo es lo infinito, vers a Zeus, el dios de los dioses. No te entretengas en el camino con Eros Cupido para los romanos porque es intensamente subyugante y 6
atractivo. Es bisexual y su mirada es absoluta, abrasadora. Sus alas son de oro y tiene cuatro cabezas. Representa la fuerza ms poderosa del universo Eros naci tambin del caos? Atenea solt una risa, fecunda, clida No olvides que Eros naci, como una fuerza invencible, en el vaci. Si es o no es hijo de Hermes y de Afrodita, pero esto es un tema menor. No le mires hoy si quieres cumplir lo que aspiras pedir a Zeus. Quien mira a Eros nunca podr salir de ese crculo ardiente del fuego. El tiempo se haba detenido. Un silencio asombroso, hecho de un vaco inmenso pero colmado de luz y equilibrio, estaba ante m. En cuerpo celeste un viento invisible cercaba mis pasos y los de Atenea, la consejera de los dioses. Antes de desaparecer, sin alzar nunca el ndice autoritario de los mediocres, advirti: Homero, no olvides que Zeus sintetiza todas las ideas y convierte todo discurso en una sola palabra inasequible para los hombres. Zeus es la sntesis de todo. La sntesis es el poder del dios de los dioses. Subyugado, pregunt: Cmo es Zeus? Atenea ley otra vez mi pensamiento y yo sent un furioso temblor interno que me sacudi, como si me hubiera transitado un rayo todo el cuerpo. No olvides, escuch de Atenea, como si fuera la nube celeste quien me hablara, que Zeus es hijo de Cronos y de Rea, una Titnide poderosa, es una de las seis hijas de Urano y de la Madre Tierra. Rea tuvo seis hermanas de los Titanes. Juntas procrearon misteriosas divinidades. Pero Rea, una de las seis, tuvo seis hijos con Cronos Su voz, se hizo menos etrea, ms carne mortal y humana. Me insisti de nuevo como a un nio: NO OLVIDES QUE NO HAY VIDA SIN SUFRIMIENTO. Zeus mismo es la prueba y quiero que lo tengas en un mente cuando ests a su lado. Ped que me explicara. Atenea, mensajera de los dioses, no tena ninguna impaciencia, ninguna ira arrogante. Lentamente me hizo llegar, con las palabras, la conciencia. S, Homero, un orculo advirti a Cronos que su esposa Rea le dara seis hijos, pero que uno de ellos le destronara como l se haba sublevado contra su padre a quien mutil, horriblemente, con una hoz. Yo, sobrecogido, PENSABA: Todo hombre debe asumir la terrible necesidad de destronar y mutilar a su padre? El parricidio es una vertiente ms de la vida humana? Atenea, anticipando mi pensamiento, aceptando mis dudas no eliminndolas con ilusiones y banalidades se limit a orientarme como catalizadora de la sabidura: No pienses, en este da, en Edipo, rey de Tebas, quien mat a su padre, Layo, y se cas con su madre. Esa historia es de Freud, que ser, andando las edades, un nuevo aprendiz de brujo en otra civilizacin. Ahora atente al sufrimiento de Zeus, al sufrimiento del poder. No aspires a l. S, Homero, un ser humano esencial, tal como eres hoy. No te corrompas con los dioses. Silencioso, atend la demanda y rechac en el fondo de mi memoria el complejo de Edipo. La leccin de Atenea continuaba: Cronos sufri mucho despus de la aparicin del orculo y pens en su padre contra el cual se revelara salvajemente. Se repetira, en l, la misma 7
tragedia? Atenea dijo entonces: TIENES QUE COMPRENDER SIN CONDENAR.Asent. Atenea insisti: Ests dispuesto a or la verdad antes de que ests, frente a frente, con Zeus? S. Cronos, aterrado por la precisin del orculo, tom una decisin, otra vez antropofgica, viejo mito, me dijo Atenea, que forma parte del ritual de los milenios. CRONOS DECIDI, POR MIEDO (no es el miedo, Homero, el dios de todas las atrocidades humanas?) devorar a cada uno de sus hijos e hijas que tuviera con Rea, con lo cual el orculo quedara derrotado en su prediccin. Fue una opcin atroz, pero crey que le liberara del mximo horror: perder el poder al ser destronado por un hijo. El pasado, su propio pasado, al no haberse liberado de l, se reproduca. Cmo se elude con Tnatos, la muerte, a la orilla y a la vera de todas las generaciones? ATENEA SIN DRAMATISMO, COMO UN NOTARIO DE ASOMBROSA BELLEZA, me hizo saber el orden sustancial del pnico y la respuesta de la vida: Rea, cuando tuvo entre sus seis hijos a Zeus, decidi engaar a Cronos. Rea ocult a Zeus en la isla de Creta. Lo amamant una cabra y le guardaron como un tesoro, los Kourates, unos genios benvolos que le adoptaron y, astutos, le ocultaron de la mirada celeste y penetrante de Cronos. Las ninfas, adems, representaban a todas las divinidades femeninas de la Naturaleza. Ellas gobiernan ese universo y estn en los ros, en los rboles, en las hierbas, en las grutas. Son divinidades protectoras. En das de fiesta, Eros, en la dulce tierra de la vida, invitaba a los dioses, sobre todo a Apolo y Dioniso, a gozar con ellas el jbilo de la penetracin Tambin hacan el amor las ninfas con el adolescente Zeus. Ellas le ensearon. TODO HAY QUE APRENDERLO. Homero, recordaba a Zeus transformado en Toro, lidiando el amor con Europa, la bella de las bellas, en una playa brillante de sol. Tambin disfrazado de cisne anhelante tuvo otros amores Pasado el tiempo, Rea decidi el destino de Zeus. Primero dio un brebaje a Cronos, elaborado por los dioses en rebelin contra l. Esa droga hizo vomitar los cinco hijos que haba devorado por miedo, y Cronos, aterrado, vio que el sexto era una piedra ya dura, spera, rspida. Dnde, pues, estaba el hijo real? Los cinco hermanos, Hestia, Demter, Hera, Hades, y Poseidn se unieron impacientes, a Zeus, que llegaba erguido y dorado por el sol de Creta. As se produjo la rebelin celeste contra Cronos y as pas a ser Zeus del Dios de los dioses. Memoria del sacrificio, memoria del dolor que llega, impvido, a las orillas silenciosas de toda existencia. As es, por alto que sea el cielo de los dioses tiene que pagar el precio. Rea, la madre de Zeus, fue convertida, en Roma, en Cibeles, el jbilo de las victorias. Derrotado Cronos, los cinco hermanos, con el color ceniciento de su larga estada en las entraas de su padre, se unieron con Zeus, el adolescente cretense. La sublimacin del xtasis de la batalla contra Cronos se ensalzaba con el amanecer Atenea, me haca la ltima advertencia: Recuerda, Homero, que los hermanos de Zeus, los que vivieran en el vientre de Cronos, son parte del Olimpo legendario: Demter fue la diosa del trigo y las cosechas. Es aclamada, por ello, entre los seres humanos; Hera, hermana y tambin esposa de Zeus los dos eran hijos de Cronos, es la diosa de los celos y de la fecundidad. Persigui, implacable, a muchos hijos que Zeus tuvo con mujeres mortales. l fue
insaciable. Los celos de Hera llenaron el cielo de lamentos y querellas que an pueblan la memoria de los celestes. Zeus era infiel no por naturaleza, sino por una predisposicin divina. TENA YA ANTE M A ZEUS. Su apariencia humana era casi idntica a su figura en el museo Arqueolgico de Palermo, en Sicilia. Zeus, el del torso descubierto, me miraba con indudable atencin. Sus ojos profundo se detenan en m, como anegndole en una luz radiante y a la vez inefable. Caa sobre el Olimpo el ltimo rayo del sol. Zeus no quera intimidarme. Fluy su palabra. Su voz cobraba repentinamente la significacin entera de la Naturaleza. Flor y fauna a la vez, la palabra de Zeus recordaba y recuperaba la secuencia viva y total del Universo. El dios de los dioses esperaba mi peticin de poetaViajar en el tiempo, en el pasado y en los nuevos milenios. Zeus era la sntesis de lo absoluto, Y yo, quise tener esa elocuencia tambin de la sntesis El manto de Zeus se desliz sobre su torso desnudo. ZEUS ME ADVIRTI: Si quieres saber, si quieres ir hacia atrs en los siglos y ser el devenir del devenir de ti mismo, te lo concedo porque eres un poeta, pero no olvides que muchos Titanes aspirarn a tu descuartizamiento. Contino diciendo Zeus: Yo tuve un hijo, [Zeus] Zagreo, que fue perseguido por los celos de Hera. Para evitar su ira mortal, le transform en un toro; no porque pensara en Europa. Hera encarg a los Titanes que persiguieran al toro, lo descuartizaran y lo devoraran. Envi a Atenea a salvarle, pero, aunque clebre, lleg tarde. Slo pudo salvar, del festn de los Titanes, su corazn. Con el corazn recurdalo, Homero rehce el cuerpo, totalmente de Zagreo y desde entonces, nacido de nuevo, se llam Yaco. S, pues, prudente, Homero. Los Titanes te esperarn en ese largo camino que, despus de Troya, has elegido para ti y por ti. Te concedo lo que desea, PERO NO OLVIDES A CRONOS, NI CMO NACI ATENEA, NI CMO ZEUS LLEG A SER EL DIOS DE LOS DIOSES. Una luz deslumbrante brillaba en torno a m. Atenea reapareci, de nuevo, en la alborada de los cielos. Yo te conducir, Homero, al llano sin riesgo alguno, pero despus, para siempre, recuerda la odisea de Zagreo. Aun siendo el hijo de Zeus, vivi, recndito, con otro nombre secreto: el de Yaco. T quieres guardar para tu nueva odisea el nombre de Homero? S quiero.
Zeus me ha concedido mi peregrinar por los siglos. Zeus, me dijo Atenea, ha hecho posible,
Homero, tu plegaran, recuerda lo que pas con Zagreo, Zeus fue tu orculo. 9
Zagreo fue hijo de Zeus y de Persfone, a la que Zeus se uni en forma de serpiente. Zeus te hizo saber slo el suplicio que vivi Zagreo. El ms poderoso de los dioses tuvo que apelar a un subterfugio. Persfone como saben todos los griegos, era hija de Zeus y de Demter, que estuvo tambin, en el vientre de Cronos, Hades, su hermano, se enamor de ella e, impaciente, la rapt. Ocurrido el rapto de Persfone, su madre Demter, indag por toda Grecia para encontrar a su amada hija. No hubo manera de encontrarla hasta que Zeus, conmovido, intervino con su simple decisin se encontr a Persfone. Zeus aspir a resolver el conflicto exigiendo a Hades, dios de los muertos y hermano suyo, que devolviera, sin ms, a Persfone. Pese a su peticin, fue ignorando. Zeus, por tanto, tuvo que encontrar como solucin no lo absoluto del poder, sino un trmino medio. La exigencia de Zeus, en suma, no se cumpli? Atenea escuch mi pregunta y adems me instruy: No pudo realizarse, Homero, lo que deseaba Zeus porque Persfone, durante el rapto, haba ingerido la semilla de una granada y con ella, quedaba prisionera del Hades porque, lo sabas?, si en el infierno de Hades se come una cosa ya no es posible volver a la luz. Se dice que es, de alguna manera, el misterio de la muerte y la resurreccin. Pero, cul fue el trmino medio del arreglo? Atenea, se limit a decir: Se acord que Persfone estuviera seis meses con su madre, Demter, y otros seis con Hades. Es la metfora de la resurreccin y el regreso a la muerte. Todava, en el Olimpo no sabemos bien el significado de ese misterio. Nos invita a tener una prudencia infinita. Es por esa causa que se ha dicho y se oye, que Hades es el mensajero de las lamas que van hacia la muerte y que Persfone personifica la resurreccin de la Naturaleza cada seis meses? Atenea, por primera vez inquieta, dubitativa, me contest: Pediste alguna forme de auxilio, de proteccin para tu peregrinaje por los siglos, a Zeus?. En ese momento, jugu al juego dialctico, el disoii logoii, es decir, el doble discurso de los sofistas del futuro griego: No lo hice, por t me dijiste, oh diosa celeste, que Zeus era la sntesis de la sntesis y que todo lo sabe. Por qu habra de pedirle lo que l conoce antes de que se revele? Atenea, recobr, en el silencio de la noche, la risa y erguida sobre una luz misteriosa, me hizo una promesa: Cuando te sientas absolutamente inerme, asustado, perdido en los siglos que vas a recorrer, si apelas a m yo medir la magnitud de tu problema y, si excede mis poderes tu interrogacin, se presentar, ante ti, Apolo con casco de oro o Dioniso, Apolo, hijo de Zeus y de Leto, es el mensajero de lo Apolneo, de la belleza, de la serenidad, la mesura, la sophronyse, si apelas a su presencia adivinar si necesitas su arco, o al contrario, su lira Si pides la ayuda de Dioniso, s prudente, porque debes aceptar que buscas la dimensin de los dionisiaco, la hybris, la desmesura. Dioniso es hijo de Zeus y de Semele. Su nacimiento anunci su lugar entre los dioses. Semele, lo sabes Homero? Pidi a Zeus algo inmensamente peligroso que Zeus se excediera, con ella, en el acto del amor. Pidi a Zeus el fuego, la brasa, la lava de los volcanes, el frenes sexual de lo infinito. As, por esa causa, arrebatada por el incendio penetrante de Zeus, concibi, Semele, a Dioniso, entre las llamas. Zeus, recuperada su 10
serenidad y comprendiendo lo que poda ocurrir, arranc de las entraas de Semele, al hijo del fuego; lo enterr en su muslo y all se gest hasta la hora de su nacimiento. Atenea, lcida, ms bella en esa noche, ro otra vez, en esta ocasin su risa transportaba un jbilo nuevo. Te recuerdo, Homero, que cuando sal del crneo de mi padre, Zeus, fui preparada para ser la mensajera de los dioses y hasta se ha dicho que soy la diosa de la sabidura. Si me preguntas, te respondo: Yo, protectora de los griegos, si fuera t, y con el privilegio que te ha concedido Zeus, comenzara hablando con los filsofos que en los siglos que vienen cambiaran al mundo. Y te digo algo que nadie sabe: Aristteles entreg algo a Alejandro el Magno (quien lo guard como un tesoro a lo largo de sus legendarias batallas) algo que tiene algo que ver contigo, Homero. Qu es? Dime, qu es lo que entreg Aristteles a Alejandro el Magno? Pregntale en su da esto a Aristteles
Comprend que haba pedido lo que acaso, no podra soportar. Record palabra por palabra,
la sntesis que me hiciera Zeus de su hijo Zagreo, despedazado y devorado por los Titanes. Entend: los Titanes me rodearn en el futuro. Sus sombras alargadas, me cercarn como a Zagreo. Si me devoran y slo quedase mi corazn, vendra a buscarlo Atenea? 11
Ahora recuerdo a Ulises hroe de la Odisea; ni las sirenas ni los cclopes le haban detenido y su estancia en el mundo de los Muertos tampoco le detuvieron. No fall con el arco en sus manos, la prueba de que le devolvieran a Penlope Lo so, lo escrib Cundo? Creo que fue hacia el ao 725 antes del Kristos. Sent as que Ulises era, tambin, quien me guiaba pero no me esperaba Penlope. Apolo, dios tutelar de las artes y smbolo del sol, me socorri. Me dijo: No olvides, Homero, poeta, que Platn cree tener entre sus ancestros, a Poseidn, hijo de Cronos y de Rea el dios de los ocanos. Esa es la tradicin de la Atenas que vas a conocer: todo est relacionado con los dioses y, sin embargo, los hombres buscarn el logos, la razn. Al menos eso terminar siendo el logos. No lo fue al principio. Todo es un largo camino. Me conmov con el mensaje del dios Apolo, como un guerrero implacable cuyas flechas llevaban, en sus puntas, la peste y la muerte. En ese momento, el propio Apolo me proporcionaba su otro meridiano. Quin juega, quin suea creyendo que lo sabe todo? APOLO ME DIJO: No debes olvidar, Homero, que tambin tengo una lira y protege a los poetas; no olvides que lo contrario, tambin, es parte de m y que por eso, para siempre, representar el dilema mortal entre lo apolneo y lo dionisiaco. Aun as, dejo a Dioniso, por orden de Zeus, seis meses, los del invierno y yo me quedo en Delfos con los seis meses de sol. HEMOS APRENDIMOS NUESTROS LMITES. Esa es la gran grandeza; la nica que hay. Quien la olvida se encamina hacia Tnatos, hacia la muerte. Las palabras de Apolo se sostenan ingrvidas en la nube mensajera Recuerda, Homero, ahora vas a vivir en una Grecia de libertades sexuales, que yo he amado a muchas mujeres, pero tambin a bellos adolescentes. Dos de ellos pasaron a la historia natural: Cipsiso se convirti en Ciprs y Hiacinto en Jacinto. Sin embargo, una ninfa, Dafne, me reus su amor y prefiri transformarse, para siempre, antes que ser ma, en laurel. Esa planta se ha convertido en un smbolo: en la prueba de la resistencia ante el acoso sexual. Al revs, a Clitia, hija de Ocano, la am tanto y ella tanto a m que, a su muerte, se convirti en heliotropo, la flor que se mueve y gira siempre mirando al sol. Todo ello, Homero, lo necesitar tu inteligencia y tu corazn a la hora de encontrarte con los filsofos. El salto de los siglos no ser un sueo, sino un ascenso hacia un nuevo conocimiento. Si yo fuera Dioniso te dira que bebieras un vino nuevo, en odre viejo que el porvenir bautizar como la invencin de la filosofa: Estate atento. Bebe ese vino. Despert, sin agobio, asombrosamente lcido, a la vera del Partenn. En el ao 449 antes del Kristos en el tiempo de Pericles, ese memorable lder ateniense. Fue l quien man construir, en la cima de la Acrpolis, un santuario en honor de Atenea, diosa tutelar de Atenas. El templo anterior lo destruyeron los guerreros persas de Jerjes, pero Pericles. Clarividente poltico, levant otro mejor. Pericles, que era un hombre de Estado, reuni, para esa obra, para que esa obra fuera parte de la historia del Ser Humano, a los mejores entre los mejores: Iquinos y
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Kalicatres, arquitectos de primer orden. Pero Pericles dispona de genio para coronar el santuario: el escultor Fidias. l ya haba pintado, al temple, el viejo Santuario de Zeus. Fidias, tambin haba esculpido una estatua inmensa de Atenea, realizada en madera dorada; slo su cabeza, sus manos y sus pies fueron de mrmol. Maravill a griegos y persas. Tambin hizo una gigantesca estatua de Zeus, en bronce, en un trono de oro y marfil. El genio de Fidias le acarreo maldades. Se dijo que l se haba quedado con parte del oro de las estatuas Los Titanes estn acechantes con sus dientes de lobo. Ni el hijo de Zeus pudo ignorar el peligro de vivir. Tampoco Fidias. Las insidias llevan consigo la muerte. Las columnas dricas del Partenn, el rectngulo prodigioso, su armona asombrosa; pese a las dimensiones, la franja del epstilo, el friso, los trglifos, las metopas y los altorrelieves constituan un conjunto que le permita mesurar el esfuerzo genial de su pueblo, el pueblo griego. An ms, despus de la catstrofe que supuso la destruccin de Atenas por el rey de los persas, Jerjes, a continuacin de la batalla aniquiladora de Salamina (480 antes del Kristos). El mismo Jerjes incendi la Acrpolis, la ciudad alta. Homero pensaba en Troya. Pero Troya no tuvo a Pericles, esa obra prodigiosa Platn viva en Atenas, en el Dromos. Su casa, segn la tradicin, se encontraba bajo la advocacin de Akademo y, de ese nombre, naci, por smosis lingstica, la famosa Academia platnica. La mansin de Platn, a la orilla del Cfise, se encontraba la tumba misma de Akademo, un hroe de la Polis, de la Ciudad. Hacia el ao 428 antes del Kristos, Platn viva en ese hermoso lugar. A las orillas del ro platnico, ante la Academia. Pens una sola cosa: Ha llegado Grecia a la mesura frente a la desmesura, frente a la hybris que fue mi Ilada? Elevando la mirada hacia el Partenn, susurr para m: Esta obra es otra desmesura, pero sta vivir para siempre, en el corazn y, sobre todo, en la mirada de los hombres, y dejar en ellos una paz jubilosa: como si en las palmas de sus manos vieran nacer el sol. Los discpulos de Platn se dividan por departamentos de estudios. EL FILSOFO CONSIDERABA QUE LA MSICA Y LAS MATEMTICAS ERAN INDISPENSABLES PARA LLEGAR A LA SOPHIA, A LA SABIDURA, AL CONOCIMIENTO, ES DECIR, A LA FILOSOFA, A LA IDEA: LA IDEA QUE PARA PLATN ERA LA NICA FORMA SENSIBLE DEL UNIVERSO. Cmo aceptaran esa proposicin los tiranos? Platn estaba ante m. Era alto y tena una alta frente. Quiz por ello le apodaron Platus, largo. Perteneca a una gran familia y eso, desde luego, no era mi caso. Era hijo de Aristn y entre sus antecesores estaba la familia de los Cdrides. Un Codro fue un rey de Messennia que emigr al frica, lleg a ser rey despus de vencer en combate al rey Santos. La madre de Platn no era de menor relieve social. Por si algo faltase a la familia, por parte de la madre, se aada el dios Poseidn, dios de los ocanos y, sobre todo, de los navegantes pene dionisiaco en ristre, con los antecesores de Perictione. Familia poderosa, con parientes relevantes en el Partido Conservador y no en el Demcrata. Muri Aristn, y su madre volvi a contraer nupcias con otro poltico destacado 13
Platn representaba uno de los ms altos momentos de la sophia: Todo es Platn o contra Platn, pero es imprescindible. Alguien aadira: Toda la filosofa es, sin ms, apuntes sobre Platn. Yo era para Platn la memoria de la Grecia arcaica. Sin ella era imposible ascender incluso para Platn al logos, a la mesura. Una mesura ldica porque l es indisoluble de Scrates. PLATN HABA CONCEBIDO LA SOPHIA, LA FILOSOFA, RADICALMENTE, COMO UN DILOGO, COMO UNA SERIE DE DILOGOS. ENSEAR Y APRENDER DIALOGANDO EN UN BANQUETE (SYMPOSION) REGULADO POR LA PALABRA, EL VINO, LA DIALCTICA Y EROS. EL AMOR GRIEGO, PUES, EN SU LIBRE ELECCIN SEXUAL. LA YUXTAPOSICIN ENTRE LA BELLEZA Y EL BIEN, CORRESPONDA A UNA INTERPRETACIN QUE TENA, EN SU BASE TICA, UNA ANTTESIS: el trmino griego aret. Se ha traducido como virtud (virtue en ingls, virtus en latn) PERO SU SIGNIFICADO PODRA SER EL DE CORAJE MORAL, VALOR COMO DECISIN Y COMO ESFUERZO DEL NIMA, LO QUE IMPLICABA, EN SU LTIMA EXALTACIN, EL SABER. LA ARET GRIEGA ES LA EXIGENCIA DEL COMPORTAMIENTO. EL COMBATE ERA UNA DE SUS MANIFESTACIONES. Platn fue educado para defender la Patria, la tica. Qu edad tenas, Platn, cuando Atenas se rindi, en 404, a los persas? Platn, sorprendido, como si repentinamente regresara al caos, a la derrota y las masacres en la Atenas derrotada, recuper el xtasis dramtico de la memoria. Estuvo a punto de decirme: Recuerdas t, Homero, a Troya? Se contuvo. No haba hecho l, Platn, una filosofa del dilogo? Con voz sobrecogida Platn dijo: Fueron siete aos terribles. Cuando lleg la hora de la rendicin de Atenas, yo era un adolescente. Viv las masacres y el fin del imperialismo ateniense. Esparta, levantada sobre una Constitucin de soldados, envi a Lisandro a ocupar Atenas. Sus aliados los beocios queran destruir la ciudad, pero Lisandro se opuso. No ocurri lo que vivi Troya?, interrogu. No. Lisandro orden la destruccin de las murallas, impuso una guarnicin espartana y nos dej como herencia poltica un gobierno aristocrtico HUBO EN PLATN UNA DUDA FILOSFICA, concerniente a su familia. Son los aristoi los mejores, deben mandar o filosofar, exigir o conceder, decidir por todos sin dialogar con el otro? Platn aadi: Lisandro impuso a Atenas un gobierno oligrquico. Crey, con esa imposicin, que impedira el pensamiento. La guerra del Peloponeso nos dej en ruinas. La peor, la Tirana de los Treinta, pero la Tirana no pudo impedir el cambio.
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Homero, se arriesg con una nueva pregunta: Pero Platn, la rendicin de Atenas, fue una tragedia mayor que la muerte de Pericles en esas guerras que parecieron interminables y que resuman, como en Troya, la lucha por el poder, por ms poder y, quiz, el cainismo, es decir, la dimensin homicida de la destruccin? T, Homero, escribes mucho, pero preguntas ms de lo que escribes. La muerte de Pericles lleg un ao despus que la peste (429 antes del Kristos) que devastara a Atenas. Sabes, Homero, que Pericles fue amigo de Anaxgoras, el filsofo de la astronoma y la Naturaleza que los griegos llamaron Nous (la Mente) y tambin amigo de Fidias, el escultor genial? S Platn, pero Anaxgoras, como Scrates, fue condenado a muerte por sus dudas religiosas y por el delito de impiedad. Habl mal o maldijo, Anaxgoras, a Zeus? Platn, no pudo reprimir una respuesta inmediata: Ocasin sta para honrar a Pericles. Pese a su autoridad poltica no pudo impedir, a los jueces, que condenaran a Anaxgoras a muerte. Hizo todo lo posible, con mltiples estratagemas, para que pudiera huir. Y tampoco, Scrates no quiso usar esa posibilidad que le brindaron sus discpulos. Vivir fuera de la Polis ateniense era una tragedia para un griego. Scrates no quiso la libertad al precio de dejar de ser, en el exilio, un ciudadano. 2 Entre las denuncias contra Anaxgoras, inquir de nuevo, estaba su interpretacin de que el sol era una enorme masa de piedra ardiendo que giraba libremente en el espacio? S, Homero. Los sacerdotes del Santuario de Zeus consideraron su hiptesis como un sacrilegio. ALGO NUEVO? No ser ese el porvenir de todos los basileos, de todos los reyes, de todos los dictadores y de todos los polticos que creen posible la poltica sin la tica? Yo entrevistaba a Platn sobre cul haba sido, en la formacin de la democracia griega, el discurso ms importante de Pericles. Yo creo, dijo: El Discurso Fnebre de Pericles es un supuesto crucial de la creacin conceptual de los deberes democrticos de los ciudadanos.
Yo creo que en ese Discurso Fnebre, Pericles seal que nadie debe eludir ni ignorar las obligaciones del ciudadano respecto a la Polis, la Ciudad. Y en ese discurso aparentemente ocasional, Pericles acuo un concepto capital para la democracia. Afirm que los que no cumplan sus obligaciones de participacin en las obligaciones de la ciudad eran unos idiotes. El vocablo idiotes no aluda a la incapacidad mental, sino a la irresponsabilidad de los que no participan en los deberes y obligaciones (entre ellas la de votar, elegir y formar parte de las Asambleas) de la Polis, de la Ciudad. Un discpulo habitual en los Dilogos, Calicles, intervino. Yo voy a decir lo que Platn, por modestia, no dir aqu. Es necesario saber que, con motivo del Discurso Fnebre de Pericles y su definicin de los idiotes, es decir, de los que no participan en la poltica. Platn incorpor dos verbos relevantes a la cultura democrtica: la palabra idiotez en orden a la descripcin
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de la no participacin en la poltica activa, y el verbo demsienein que implica la participacin del pueblo en la Poltica. El demos, el pueblo, incorporado al lenguaje como una categora platnica. El demos, el pueblo de la Polis, no es el plethos, la multitud que grita S se puede. Pericles muri con amigos elegidos por la idea, hermosa de la sabidura: Anaxgoras, Fidias, Protgoras. Con ellos estuvo un msico, Damon. Toda nuestra sophia es indisociable de la msica. Pericles lo saba y vivi con ello. El padre de Pericles pidi a Anaxgoras que fuese el educador de su hijo. Pens: Anaxgoras estudiaba las estrellas y la naturaleza y buscaba explicaciones. Las lenguas ignoraron el silencio Por Zeus, Homero, ests con nosotros. Todo poeta se merece el vino de Dioniso. Yo saba, con la memoria de Atenea, que los Titanes de la destruccin no duermen. En efecto, PROTGORAS SE ATREVI, un da, interrogado por los jueces, a dar su opinin sobre los dioses. No tengo ms que una opinin dubitativa sobre ese tema respondi, sabiendo que los Titanes del poder asechaban, es decir, no tengo ninguna posibilidad de saber si existen o no existen. Protgoras, se neg a tomar la cicuta, huyendo por mar a Sicilia, pero Poseidn no le permiti hacerlo. Sus libros fueron quemados pblicamente. Los libros ardieron, como ardieron en su da, los de la Biblioteca de Alejandra. Protgoras muri tragado por el mar. Platn, pensaba ante sus discpulos Homero reflexionaba. Mi problema central, asunto que me consuma como ser humano, consista, lo quisiera o no, en mi participacin en la hybris, en la desmesura, con mi Ilada. Por esa razn la palabra me obsesionaba no poda reprimir, ante los discpulos de Platn, una pregunta que me atormentaba: Cmo pudiste, Platn, superar los horrores de la guerra y la inclemencia de los vencedores y de los vencidos? No fueron las ideas centrales de tu niez, de tu juventud y en cierta medida, de tus primeros aos de adulto? Cmo sobreviviste a la barbarie de las guerras? Obsesionado por las dimensiones de las batallas que dilu en el mundo legendario de la Ilada y la Odisea, tuve que insistir: Recuerdas, Platn, a Esciona, la Ciudad de Calcdica que por adherirse a Esparta el gobierno de Atenas conden a todos sus hombres y vendi como esclavos, a todas las mujeres y los nios, y que eso mismo ocurri con todos los habitantes de la isla de Melos? Cmo pueden esos hechos, iguales en todos los pueblos, acercarnos a la humanidad? Platn me escuchaba, plido el semblante. SABA QUE, LE HABLABA DEL PODER DEL ESTADO SIN LEGITIMIDAD. Platn entendi que la institucin de la esclavitud haba sobrevivido desde la poca arcaica y que tambin podan ser reducidos a la esclavitud con las espadas de la ley, los ciudadanos con deudas. Homero, a su pesar, insisti: No fue Scrates 16
el que insisti a Eurpides para que el gran dramaturgo denunciara ese delirio en sus tragedias? S, Scrates influy en Eurpides, para que en muchas de sus tragedias, como en las Troyanas, se evocara crticamente esas barbaries. El pueblo las acoga en el teatro con gritos y sus dilogos fueron una meditacin histrica. Escuch, de Polemarco, una reflexin final que me sobrecogi por el recuerdo del fin de Zagreo, tal como lo haba relatado Zeus para que no lo olvidara. Polemarco hizo en aquel crculo prestigioso, una afirmacin estremecedora: No olvidemos, Homero, no olvidemos, nosotros tampoco, que Eurpides abandon Atenas en el 408. Se fue a vivir a la corte del rey Archelaos, en Macedonia, pensando que sus ltimos aos, despus de escribir 92 tragedias, seran pacficos. No fue as, Homero, fue despedazado por los perros del Rey en el ao 406. La ardiente y trgica afirmacin de Polemarco sobresalt al auditorio. Volv a tener presente, como un incendio en mi cabeza, gneas, las palabras de Zeus sobre lo que hicieron los Titanes de su hijo. El hombre de la libertad y la sabidura est condenado a ser devorado por los Titanes? No se arroj a los perros, como carne an viva, el cuerpo de Eurpides? Platn comprendi mi sufrimiento. Cuando pretenda consolarme, un discpulo entro en el saln para advertir que Scrates haba llegado y que estaba en el aula dorada dialogando con Calicles. Todos, incluido Platn, se trasladaron al aula. Cuando llegaron, Calicles le deca a Scrates: La justicia es el derecho del ms fuerte. Yo pensaba en los titanes de Zagreo y en los perros de Eurpides cuyas obras teatrales fueran la crtica veraz y viviente en los anfiteatros, la muestra de la injusticia y, por tanto, rebelin subyacente contra la afirmacin, siempre infame, de que la justicia es el Derecho del ms fuerte. Repentinamente, la voz de Scrates, dolorida, conmovi a todos los oyentes: Mira, Calicles, es mejor padecer la injusticia que cometerla y, de haber cometido una injusticia, es preferible sufrir el castigo que huir de l. Calicles estall en una risa sonora y burlona. En qu mundo vives, Scrates? Pero, Scrates morira segn sus reglas. La noche haba cado sobre la Academia Platnica como un inmenso terciopelo negro que slo dejaba traspasar la luz de las estrellas: ojos de los dioses. La afirmacin brutal de Calicles sobre la fuerza opresora de la Ley y la contestacin terminante de Scrates no me dej dormir. Me asom al balcn, no acababa de abrir las ventanas cuando apareci Hermes, el heraldo de los dioses que protega a los oradores. Le miraba absorto. Su casco alado, famoso entre los griegos y sus brillantes alas en los pies. Hermes fue el que me orden que, en Circe, dejaran libre a Ulises. Por ello tena un gran amor y respeto por ese dios alado. Haba sido parte de mis poemas. Hermes dijo: Homero, has escuchado bien las palabras de Scrates y las de Calicles? S. Mira, Homero, Scrates va a 17
morir segn sus propias ideas sobre su deber ante ti y el mundo. Hemos querido salvarle, yo mismo y Apolo, pero es insensible a nuestras splicas. Afirma que la virtud de la razn es la sabidura. Escuchas bien mis palabras? Es verdad, Homero, que la mayor virtud de la razn, su raz tica, es la sabidura? S. Atenea me ha suplicado que viniera a decirte que podrs asistir al juicio de Scrates y a su muerte. No pude responder. Hermes, el alado, haba desaparecido no sin decirme antes, como un susurro, estas palabras: Cuando tu angustia sea insuperable para ti, Atenea, Apolo, Dioniso y yo mismo te buscaremos hasta las entraas de la tierra. Deseamos que, como Ulises, puedas llegar a tu tierra anhelada: a la Grecia inventora de la razn, del logos, de la mesura. Sabemos que este es tu deseo: liberarte de la memoria de las guerras homicidas que tan hecho inmortal entre los humanos, pero que responden, siempre, a la inclemencia y al egosmo de los usurpadores. A la maana siguiente asist a un dilogo de Scrates con Equcrates y Fedn. Hablan del alma y de las pasiones del cuerpo. Y pude escuchar la tesis de Scrates sobre el alma: Es lo que Homero ha expresado muy bien en la Odisea. Recordis cuando Homero dice que Ulises, golpendose el pecho, reprendi a su corazn con estas palabras?: Soporta esto, corazn mo; cosas ms duras soportaste ya. Creis que Homero habra pronunciado esas palabras si hubiera pensado en el alma en una armona que debe estar regida por las pasiones del cuerpo? Y no creis, ms bien, que pens que el alma debe guiarlas y dominarlas y que es el alma de naturaleza divina? Oyendo a Scrates, record la Odisea. Estaba ensimismado, subyugado escuchaba. Scrates interrogaba a Cebes: Qu es lo hace que el cuerpo viva? El alma, responde Cebes. Es siempre as? Cmo no podra serlo? Lleva el alma, pues, consigo la vida a todas partes donde penetra? Seguramente. Existe algo contrario a la vida o no hay nada? Si hay algo. Qu? La muerte. El alma admite la muerte? No. El alma, pues, es inmortal? Inmortal.
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Scrates, su fisonoma, siempre desafiante Hablaba frente a m, es decir, dialogaba conmigo. Era Scrates el seductor que obligaba a la gente en el Foro a razonar, reflexionar? El Poder, al revs, deca que el filsofo perturbaba a la sociedad. El Foro estaba poblado de rumores sobre Scrates. Para los dramaturgos era sujeto y objeto de burlas en lagunas comedias ms populares. En Las Nubes de Aristfanes, o en los Kouns de Ameipsias se le satirizaba como representante de una clase: los intelectuales, los pensadores, todos cabizbajos. Pero l no era as. A veces interrogaban al propio Scrates sobre la caricaturizacin que hacan de l en los teatros. Scrates se rea. A veces contestaba: Aristfanes, es cierto, me hace volar por el aire. Sin embargo, yo soy un hombre con los pies en la tierra. Me dijo Scrates: Sabes que me han prohibido hablar con los jvenes? Tambin me han prohibido que haga preguntas a la gente porque, segn los jueces, yo ya s la respuesta y les obligo a opinar. PENSAR ES SIEMPRE UN PROBLEMA PARA LOS DUEOS DEL PODER O DE LOS CIELOS. Le pregunt: Scrates, te han impedido que, al interrogarles, les ensees el arte de razonar? Entenda muy bien que tena ante s a un aliado lcido, apto para el dilogo; un igual a l mismo, pero de otros siglos. Me respondi: Bueno, les dije a los jueces que yo no soy un hombre que desobedezca las leyes, sino al contrario. Por ello les hice una pregunta que les inquiet: Para no transgredir la Ley, involuntariamente, por ignorancia, no me queda otro remedio que saber a qu debo atenerme. Ese periodo helnico, con la censura religiosa intentando paralizar al hombre que enseaba preguntando, me pareca un ejercicio vlido para Ulises. Ulises tambin pregunt y pregunt: Cmo regreso? Qu es el regreso? Qu dijiste, Scrates, a los jueces? Si lo que pretendis es impedir que ensee el arte de razonar, slo pido que me expliquen debo saber, si lo hago, por qu causa el razonamiento es justo o por qu es falso. Ahora bien, entiendo que debo abstenerme cuando el razonamiento es justo, pero debo esforzarme, si es falso, a razonar adecuadamente? Solt la carcajada. Scrates, t te burlabas de los jueces desde sus propios paroxismos de inquisidores. Cmo termin el dilogo? Vers, Anytos, uno de mis acusadores, me interrumpi y arguy: Scrates, t no debes tener ninguna clase de conversacin con los jvenes. Haces preguntas insinuantes y, te repito, t ya sabes las respuestas o sibilinamente las preparas. La impaciencia de Anytos creca; el censor, el inquisidor, no dispona de tiempo para la clemencia, pero s quera demostrar,
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adems, que era l quien tena la ltima palabra. No la tienen todos los autoritarios y todos los que hablan en nombre de lo sagrado como si lo sagrado fuera un muro de granito? El acusador, solemne, le sentenci: T, Scrates, n Debers hablar con aquellos que todava no son miembros del Consejo de la Ciudad porque no tienen ni la edad ni los conocimientos adecuados para saber responderte. En suma, no debes tener conversacin con nadie que tenga menos de 30 aos. Pero Scrates, resisti al censor con la mirada y volvi a interrogarle: Vamos a ver, si entro en un comercio y quiero saber el precio de un producto y el comerciante tiene menos de 30 aos por su apariencia, puedo preguntarle por el precio? Anytos, cada vez ms airado, converta sus respuestas en un discurso conminatorio. El Poder quiere el camino sin atajos; aplastar al otro es parte de su experiencia. El Poder es una tesis. Los poderosos, sin embargo, cmo saben si tienen o no tienen Poder? Por ello se conmin al silencio, es decir, no respondi a su pregunta. Slo quera callarle, someterle. Anytos arguy: Claro que puedes hacerlo, Scrates. Lo que no puedes hacer es preguntar lo que t ya sabes, y sabiendo, adems, que con ello planteas nuevos problemas. En resumen, esto te est prohibido. Puedes preguntar: dnde puedo comprar una manzana? Pero no, dnde puedo encontrar un hombre honesto? Esto es lo que te prohibimos: que corrompas a los jvenes. Alguien ms pregunt a Scrates Pero esas respuestas que encendieron la clera de Anytos, que no es la famosa clera de Aquiles, las dices t o tu daimonion, el demonio que t dices te acompaa siempre y que te hace decir lo que no quieres o porque lo quieres? Scrates, a su vez, antes de responder, sonri. SU VOS ADQUIRI UN MATIZ MELANCLICO: Todos omos, en nuestro interior profundo, voces, consejos, temores. Lo que yo llamo mi daimonion no es otra cosa que ese espritu misterioso que nos despierta en la noche o al cruzar la calle, nos advierte de un peligro o nos avisa que llegan, galopantes, los caballos. Ese daimonion, ese famoso daimonion de Scrates es Scrates, yo mismo y todo ser humano que escucha, en su soledad, el latido misterioso de la vida. Qu nos dar el maana? Yo ya no rea. Haba escuchado siempre voces y jugado, literariamente, con las sombras de los hroes y los dioses. Haba relatado que a Ulises se le apareci la sombra de Aquiles, el gran guerrero de Troya. Ulises en esa ocasin nica, aclam al hroe, esto es, a su sombra. Pero Aquiles, sin pausa, apostrof: No pretendas, Ulises buscarme consuelos en la muerte! Era un momento progresivamente doloroso. Scrates, el centro de la filosofa platnica, pero sin el prodigioso argumento potico de Homero, se preparaba para la muerte. Su poderosa cabeza, erguida en el aula, cay de repente sobre su pecho, como el rayo se derrumba, como un ltigo de fuego sobre la tierra. Sus ademanes, su recogimiento interno anunciaban que se preparaba, l mismo, para ser el protagonista de uno de los libros ms famosos de la literatura filosfica: La Apologa de Scrates, es decir, la historia de su Juicio y de su Muerte relatada por 20
Platn, Critn y Fedn. Acusado de no creer en los dioses de la ciudad y de pervertir a los jvenes ensendoles el arte de razonar. Scrates se convertira, sin haber escrito una lnea en su vida, en la figura central de la filosofa occidental. Quietos, sentados, absortos, los discpulos de la Academia de Platnica preparaban su memoria para la gran herida de la historia: la muerte de Scrates. Pensando en derecho de la rebelin ante la opresin que la Declaracin de los Derechos del Hombre y el Ciudadano, el 26 de agosto de 1789, convertira en un captulo esencial de la Humanidad y, sabiendo que todo estaba ya escrito, apel a la presencia consoladora de Atenea, imprescindible la diosa de la sabidura. Saba, de antemano, mi sordo furor ante la injusticia que implicara la muerte de Scrates. Sabes, Atenea, que la muerte de Scrates pesar sobre la historia humana? S, LO S, HOMERO, pero t no quieres aprender. Crees que los Titanes que despedazaron al hijo de Zeus convertido en toro y cuyo corazn recog, entre los despojos de los devoradores, no terminaran cercando a Scrates, ese hombre que inquiere y razona, ese ser humano que ausculta la naturaleza y las races del hombre se pregunta, a su vez, qu funcin tienen los dioses en una sociedad? Esos Titanes de la desesperacin matan y despedazan porque tienen miedo a los que creen en la isonoma (la igualdad ante la ley) y en la libertad de la palabra (isologa). Creen ellos que los hombres y mujeres que piensan que el hombre es indisociable del pensamiento, que esos hombres, autnomos, les aventarn un da al territorio helado de Tnatos o incluso hasta el territorio de Hades y la muerte. Recuerdas que Hades fue uno de los hijos de Cronos y de Rea y, por tanto, hermano de Zeus? Su cetro, Homero, refleja las sombra de los muertos. En ese punto reside la otra dialctica de la historia: el significado de la muerte. Pero es injusto acusar a Scrates de que no cree en los dioses y, ms an, que corrompe a la juventud. Su demonio no es una manera de expresar su creencia en lo que est ms all de las convenciones? Insistes, Homero, en no sumir el misterio de los real. Scrates va a morir por la muerte que l mismo ha elegido. Hades o Tnatos le secuestrarn y le conducirn despus al reino de las sombras, pero Apolo, Dioniso y yo le llevaremos, ms tarde, a la luz radiante. Olvidas que Apolo es tambin el Rey Sol Invictus? Scrates saldr de la caverna de Platn smbolo previo del conocimiento para coincidir, para siempre, con todos los seres humanos en rebelin. No sufras ante lo irremediable. T has decidido conocer, en su vida, el Kristos, no es as? Quieres aprender? Quieres prepararte para la verdad? Asmate, pues a la muerte de Scrates. Asume esto: SCRATES NO HA ESCRITO UNA LNEA, PERO LA FILOSOFA ES IMPRESCINDIBLE SIN L. Crees que l solo pudo superar todas las contradicciones que
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arrastra consigo? No olvides, Homero, que los dioses somos el teatro del mundo, el mayor campo de batalla que hayan imaginado nunca los hombres! Pero, Atenea Homero, me responda Atenea, la vida es cada da nueva. Scrates, como todo hombre que asume su papel en la historia, est sometido a la violencia visceral de la ignorancia convertida en la palabra sagrada, inobjetable, o en la palabra de los burcratas, los censores, los sicarios. Recuerdas que Aristfanes, el autor de Las Nubes, cuando estren su obra de teatro ante el gento, en el 423, convirti a Scrates en un personaje ridculo y peligroso? Le acusaba de ser un aparente pensador y de suscitar conflictos y tumultos en las plazas. Aad: los verdugos y los inquisidores son la representacin del instinto cavernario frente a toda posicin inteligente. LA INTELIGENCIA ES EL DELITO MAYOR PARA EL PODER. Atenea me haca recordar la conversacin de Scrates con Gorgias. Scrates le dice a Gorgias: Habrs odo cantar en los banquetes. Los convidados enumeran los bienes de la vida y dicen que entonces lo primero que desean es la salud, despus quieren ser hermosos y, despus, dicen que aspiran a ser ricos. Pero hipcritas, susurran ricos sin injusticias. Ahora bien, se puede ser rico sin injusticia? Los dioses sabemos cmo se reparte la riqueza. Siempre con la pala del infierno. Scrates, cierto, va a morir, pero l es el ms fuerte y sus jueces ser abominados para siempre. Homero, podrs presenciar la muerte de Scrates en el ao de 399 antes del Kristos. Scrates tendr 70 aos entonces y hasta Xantippa, su mujer, amarga y spera, tendr su gloria inesperada. l ha sido tambin un guerrero y un seductor de adolescentes. Cumplir, con serenidad, su destino. Su madre, Phenarete, era comadrona; su padre escultor. Pero l recre una escultura nica, la palabra. Por ella, a travs de ella, habl de la mayutica, esto es, el arte de parir el razonamiento. Scrates es un estoico. Se ha preparado sin ningn exceso sentimental aborrece esa pasin, el sentimentalismo piadoso, tanto como aborrece la melancola para vivir su fin. Slo muy pocos seres humanos tienen el privilegio de esculpir su vida y su muerte. No esperan el cncer ni el colesterol. Morirn para sobrevivir en los dems. Scrates se defendi rotundamente de una acusacin que le converta en un sofista, en un orador que unas veces dice una cosa y otras lo contrario: como los profesionales de la Poltica sin la tica de Nicmano de Aristteles. Por eso dijo a los jueces secamente que rechazaba ese ttulo: que l no era un orador, que l hablaba, sin ms, a la buena ventura. Atenea, recordaba que Scrates, admirablemente lcido, retomaba las palabras de los acusadores como har Galileo y les deca: me acusis de investigar las cosas ocultas (subterrneas) y las cosas celestes (de all arriba) y de hacer buena la peor causa.
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Cuando Scrates habl, defendindose, explic una situacin que haba padecido con un poltico profesional: Me esforc, dijo, en hacerle ver que l se crea, sin dudas, un sabio, pero que no lo era, a partir de ese momento yo me convert en un ser odioso para l. En suma, l crea que saba mientras que yo creo que no s nada. Soy ms sabio, en todo caso, que l y en un pequeo punto decisivo de la dialctica: que yo saba que no saba. Los acusadores de Scrates, sobre todo Metefos y Anytos no dejaron de sufrir ante la defensa, lejana y calma, de Scrates: Si yo tuviera alguna fortuna, me asignara por condena una multa monetaria, multa que, por tanto, estara en condiciones de pagar; es decir, me impondra la penalidad de una sola moneda, cosa que, en consecuencia, no me producira ningn problema. Peor dado que yo no tengo nada a menos que ustedes, los jueces, quieran, por excepcin, fijar la condena en esa sola moneda. Slo as, quiz, podra resolverlo. Ese es el monto que yo fijo para mi resolucin absolutoria. Sin embargo, atenienses, Platn, Critn, Critbulo y Apolodoro se comprometen a pagar mucho ms y garantizan, personalmente, el monto. Qu ms quieren si, de antemano, me han condenado? Scrates fue condenado a muerte. Platn no dudara en afirmar que la defensa de Scrates era ms bien una provocacin y que responda a una sola cosa: Scrates con su muerte quera ser fiel a la filosofa: a una visn y una tica humana. Su demonio, su espritu secreto, le conducira sin misterios a su fin. l mismo, de igual manera que Fidias hizo la escultura de Zeus, creaba, con su muerte, la resurreccin del espritu. Los discpulos de Scrates le preparaban la huida de la prisin Scrates se neg a huir. No crea posible vivir fuera de la Polis, de la Ciudad y de sus leyes. El exilio era peor que la muerte. Tom, sin ningn exceso verbal, sin ninguna frase final para la retrica, la cicuta. Tena justamente 70 aos. La Polis, intolerante, blica, homicida firmo y subray su sentencia. La violencia se aduea de la ley y la transforma en una herramienta arbitraria: la ley, una vez ms, slo era legalidad. La legitimidad, que es lo que est ms all de la ley, apareca subyugada, prisionera de jueces y esbirros. Atenea dijo: Scrates, al beber la cicuta, devolva a los seres humanos su humanidad y libertad. Humanidad siempre precaria y frgil. Los mortalesme dijo sois como nios. No recuerdas que la obra de Platn gira sobre dos textos mayores: La Repblica y Las Leyes? Esos textos conforman la mitad de su obra. vido de encontrar una explicacin al gobierno de la Ciudad, dej una ciencia nueva, la Ciencia Poltica. Crey que es nueva Ciencia requera una tcnica la politik para descifrarla. Ahora bien, si los gobernantes no eran los sabios ilustrados que Platn pretenda, ni ellos eran los nicos aptos para gobernar la Polis, si esos sabios, Homero, se hacen la guerra entre s y contra otros pueblos, inevitablemente producirn, en la Polis, el pavor inmenso de la stasis, es decir, la discordia, la guerra civil, en suma, la ms terrible y agobiante de todas las contiendas. La politik en sus manos se transforma, muy pronto, como un rayo, en politiquera corrupcin, abuso del poder. SCRATES HA MUERTO!
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Platn, el anglico, no dejar la Academia a Aristteles aunque no haba otro mejor que l sino a un pariente suyo Tampoco Platn se hacen la guerra la reconoci al mejor? Y por qu, sin embargo, s logr reconocer a Scrates? SCRATES ERA POBRE, NO TENA NADA, Homero, t crees que Platn y sus amigos, los ricos, queran pagar la indemnizacin econmica para salvarle la vida? No entiendes? Scrates era un sabio desnudo. No escriba, hablaba con la gente, serva de material cmico para los autores de teatro. La Academia platnica retuvo, eso s, sus palabras y le dej morir. Atenea no dud en sentenciar: Vivieron de l. Sent mi pecho atribulado por un lanzazo duro y fro. ENTEND. Supe ms en unos minutos que en toda mi larga vida Regres mi voz, interrogante a Atenea: Qu deba saber sobre Aristteles? Qu entreg el filsofo, al enorme guerrero Alejandro Magno hroe de Asia y frica que fuese mo? Atenea me respondi sonriendo: Lo sabrs cuando se los preguntes a Aristteles. Aristteles era hijo de un mdico famoso, Nicmaco, el hombre que cuidara de la salud de nada menos que del rey de Macedonia, Amintas III. La familia de Aristteles perteneca, como la de platn al Poder. Ese hecho me abrumaba. Slo Scrates era hijo de artesanos que no podan pretender descender de los dioses, ni del poder patrimonial, contaba con la proteccin divina o de sus apariencias sacrales. Amintas, el soberano macednico, en cuya tierra se gestaron las guerras balcnicas a lo largo de dos siglos, fue el padre de Filipo II, ste, a su vez, el padre de Alejandro Magno. En el centro, y no por azar, Aristteles representaba a una gran familia aliada: la de los titanes. Cmo fue que Filipo II pidi a Aristteles que fuese el maestro de su hijo Alejandro? El futuro Alejandro Magno de Babilonia y el mundo. Apolo, prudente, aspiraba a ensearme, pero la verdad es difcil, agresiva, angustiosa, compleja. Apolo no quera esclarecer brutalmente una parte de la vida del hijo de Nicmaco porque l mismo, Apolo, estaba en un terreno peligroso que no controlaba: el dionisiaco. En efecto, entre los numerosos amores de Apolo uno fue bien sonado: el ardoroso encuentro con la ninfa Cornide. El fruto de mis amores con Cornide fue Asclepio, el dios de la medicina griega. Se dijo que Asclepio resucitaba, con sus conocimientos cientficos, a los muertos. Y explic finalmente Apolo: T, Homero, me has llamado sin saber bien por qu, pero existe una causa: Asclepio, el mdico-dios, es inseparable de la vocacin cientfica de Nicmaco, el padre de Aristteles. Yo mismo no dejo de pensar en ello. Roma, como sabes, convirti al dios griego Asclepio en Esculapio. La herencia latina inyectada en el ocano griego es un ro de sombras. 24
Cuando Zeus supo que Asclepio poda resucitar a los muertos, con lo cual intervena en el espacio ms impresionante del poder divino del dios de los dioses el poder de la resurreccin pidi a sus cclopes que forjaran con luz, diamante y fuego un rayo mortal. Con ese rayo acab la vida de Asclepio. No se permita vivir a los competidores en las resurrecciones. Apolo prosigui: Homero, puedes entender, ahora, la guerra en los cielos? Yo guardo en mi memoria inmensa, la muerte del mdico-dios. Por tanto, Nicmaco es importante en mi biografa entre los dioses. He seguido, de cerca, la sabidura del mdico Nicmaco y la de su hijo Aristteles. Ahora sabes ms de m y de Aristteles. Pregunt entonces: Y t qu hiciste, Apolo, dios del casco de oro, cuando mataron a Asclepio? De pronto, se ensombreci el bello rostro de Apolo. Una lejana sombra de vejez cruz su admirable cabeza fundida en el sol: Mat a flechazos a los cclopes que blandieron el rayo mortfero. Zeus me conden, por ello, a servir de criado, durante un ao, a un mortal que se llamaba Admito. Era un rey menor de la regin de Tesalia. Sufr, pero lo acept. Apolo, reflejaba, sin ira, aquella mirada dolorosa. Como hablando para s, aadi: Yo s que Atenea te ha convencido de que no existe poder absoluto, ni el de Zeus, que no sea permanentemente amenazado. Y Apolo, entonces, record algo necesario de saber: No olvides, Homero, que Aristteles, el discpulo de Platn, no dudaba nunca en decir que Alejandro Magno, descenda de Hrcules forma latina del griego Heracles y de Zeus mismo. As, Aristteles fue el maestro de un guerrero universal que se vincula a los cielos: a Hrcules y sus famosos trabajos. Apolo, en su carro de cisnes alados, volaba hacia las lejanas nubes y, a su paso, se incendiaba el ter con la luz del diamante. La lira de Apolo, templada, resonaba en la noche. Homero despert en el cenit del da siguiente Saba que el mismo Apolo pag y sufri el peso del poder. Apolo antes de desaparecer, me dijo: Maana en la noche vers a Aristteles. Le tena ya ante m. Me abraz y me beso en la frente: Es hermoso que los dioses te hayan permitido llegar hasta m. Me volvi a mirar y nos alegramos. Dos hombres de la inteligencia se reunan por encima del tiempo. Cada uno entenda el privilegio casi dionisiaco de su encuentro. La inteligencia disfruta con la inteligencia. Sabes, verdad, Homero, que te cito muchas veces en mi Poltica? Conmocionado, absorto, le interrumpa: En el libro primero de tu Poltica me citas sin clan, sin ley, sin lugar cuando aspiraba a defender la idea de que la Ciudad, la Polis, morada del logos racional del ciudadano que est por encima del individuo. Tambin dices que toda familia completa se compone de esclavos y de hombres libres, Y ESO QUIERE ADVERTIRNOS QUE TODAVA NO HEMOS RESUELTO EL PROBLEMA DE LA CONVIVENCIA HUMANA. ARISTTELES, el maestro de la Poltica, el pensador de la Naturaleza como historia de la formacin autnoma y progresiva de todas las formas de vida, se qued un momento paralizado y entristecido.
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S, es verdad que all digo que la propiedad, en general, es una coleccin de instrumentos, y que el esclavo es una posesin animada. Yo no dud en interrogarle: Si es una propiedad animada, quieres decir que no es una cosa? Aristteles, sabiendo que le preguntaba por el hombre libre, me respondi con las mismas palabras de su Poltica: El que siendo hombre no es por naturaleza dueo de s mismo, sino de otro, este es el esclavo por naturaleza. Y es hombre de otro el que llega a ser propiedad en tanto que hombre. Si es as, Maestro, si es hombre, puede no ser libre? No es su naturaleza la libertad? Aristteles saba que tocaba un tema que la democracia griega no haba resuelto: el de la esclavitud. La cuestin es si hay quien por naturaleza es o no es o s por el contrario toda esclavitud es contraria a la Naturaleza. AHORA VEA NUEVA MIS PALABRAS: Sin clan, sin ley, sin lugar. El hombre segn sus propias palabras es un animal poltico, un Zoo Politikon. Yo insista: EL CONOCIMIENTO DE LA NATURALEZA Y EL CONOCIMIENTO DE DIOS, SON INDISOCIABLES? Aristteles aunque inventor de un modelo asombroso de razonar, estaba conmocionado. Record en ese momento la encomienda de los dioses: Qu entregaste, Maestro, a Alejandro que era mo? Respondi serena y claramente: Yo tena en mi poder, Homero, tu libro prodigioso que asume la poesa griega. Ese texto tena tus propias correcciones. Ese tesoro bibliogrfico lleg a mi familia por caminos extraos. Lo guard como un objeto precioso y de valor literario incalculable. Cuando Alejandro inici su conquista del mundo yo le entregu, en una caja de madera preciosa, tu libro corregido por tu propia mano y pluma. Y qu hizo Alejandro Magno con ese regalo? S que no se apart nunca de l. Le acompa en sus batallas por el mundo. Lo ley en Babilonia y lo tuvo a su lado a la hora de su muerte Aristteles pudo preguntar conmocionado: En qu pensadores se encuentra mi eco? Uno de ellos es Maimnides. En su Obra. More Nebukhim, [Gua de los Perplejos] su testamento filosfico, se plantea los problemas de los peripatticos, tus discpulos, Aristteles, sobre la eternidad y la creacin del mundo. [Santo Toms de Aquino, la escolstica]. Me interrog de nuevo: Discutieron mi idea sobre el dinero? Homero, gozoso y lcido, contestaba: T, Aristteles, te guardabas de proponer algo absoluto. Eras heredero de Scrates, pero en un momento memorable de tu Poltica dices algo que es bien sensato, pero gravemente aterrador para los adoradores del poder. A qu te refieres, Homero? 26
Me refiero a tu idea: el dinero1, prescindiendo de su uso como instrumento de cambio no tiene valor alguno ni es til para ninguna de nuestras necesidades y an se da el caso de que siendo uno rico en dinero, puede servir, apenas, para procurarse alimento. El filsofo del Liceo, el maestro de los peripatticos, me interrog candidez: Ese tema fue el elegido por Maimnides? No, Maestro, ese tema del dinero como valor de uso y de cambio fue el diagnstico de otro filsofo del siglo XIX: Karl Marx. Extraa sera, una riqueza que, an poseda en abundancia, deja que uno se muera de hambre, tal como el Midas de la fbula, a quien por su insensibilidad de sus deseos se le volva oro todo lo que se pona a su alcance. Quines fueron los dioses de Karl Marx? Karl Marx no crea en los dioses. ARISTTELES CONFES, CON LCIDA AUTOCRTICA que la educacin espartana se centraba en la disciplina del guerrero, en tanto que la suya, irreversiblemente, gravitaba sobre la pasin poltica por la convivencia y la pasin tica por la explicacin racional. Alejandro, cuando Aristteles se hizo cargo de su enseanza, tena 13 aos. Haba nacido en Pelas en el 356 antes del Kristos; Aristteles en el 384. Mis cantos haban sido una parte de la enseanza recibida por Alejandro, hijo de Filipo II. Pero, ahora le vea en Babilonia, el ltimo da de su vida (tena 33 aos). Su rostro segua siendo bello y sereno. Le envenenaron? No pude descifrarlo. Alejandro quera reunir bajo su cetro al mundo. Fund 60 ciudades. Su agona, en Babilonia, rodeado de soldados que lloraban y besaban sus mejillas ardientes, fue un hecho histrico inimitable. Tuvo fuerzas para quitarse el anillo. Anhelante le miraban. Lo entreg a Perdiccas como su sucesor. Aristteles y sus discpulos, asombrados, le dijeron: Cmo sabes, Homero, tantas cosas? No las s; las he soado. En la Naturaleza, dijo Aristteles, no hay nada insignificante y, por ello, todo tiene que ser estudiado. Homero nos lo recuerda al rememorar la muerte de Alejandro. l, Aristteles, nos ha enseado que la investigacin tiene por objeto el descubrimiento de la sustancia de las cosas. Aristteles aprob aadiendo: Ya sabis que dije que debemos, atenernos a las cuatro causas: formal, material, eficiente y final
La moneda hace su aparicin a finales del siglo VII antes Kristos en Asia Menor, fecha confirmada por las excavaciones del Artemisn de Efeso. Aristteles en tica a Nicmaco, (cap. V, pgs. 101-103); entre otras cosas, destacamos lo siguiente: Pero la moneda ha venido a ser, por as decirlo, la representacin de la demanda en virtud de una convencin y por eso se llama nomisma, porque no es por naturaleza, sino por costumbre convencional (nomos), y sta es nuestra mano cambiarla o hacerla til. Habr por tanto, reciprocidad cuando los bienes se iguales, de suerte que lo que produce el zapatero est, respecto de lo que produce el agricultor, en la misma relacin que el agricultor respecto al zapatero por eso se llama nomisma, porque esta unidad hace todas las cosas conmensurables. En efecto, con la moneda todo se mide.
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Los discpulos, siguieron: Aristteles nos ense, tambin, la doctrina del movimiento como paso a la potencia del acto porque slo as se llega a una interpretacin de la totalidad, de la realidad natural. Era conmovedor ver aquel crculo agitado ante todo, por el ansia de la sabidura. Frente al poder del mundo mtico, con la fuerza de la historia pica, la deduccin cientfica sobre la Naturaleza, la Medicina y la Sophia representada ya, al tiempo, la visin crtica del mundo. Ese ascenso hacia el conocimiento sera la nueva conciencia del mundo. Pero el vino de Platn y Aristteles no nubl mis sentidos; me prepar, al contrario, para el largo viaje a Galilea. Quera conocer a Cristo. Mientras tanto, Atenea deseaba decirme algo. El logos de la sntesis. Atenea, siempre alada y bella, me advirti: Es un viaje a las regiones del nico Dios. Tiene que cambiar tu cabeza, tus delirios. Te encontrars con la idea del Dios absoluto. Ests preparado para la agona que implica una verdad nica? Apolo, entendiendo que Atenea vacilaba, vino en su apoyo. Hemos venido a decirte, Homero, que pretendes demasiado. Zeus nos envi un mensaje para ti. El mensaje era doble. Zeus te ha dicho a ti, la parbola de su Hijo Zagreo devorado por los Titanes. Ahora nos ha ordenado que te hablemos antes de partir para Galilea, sobre Prometeo. Prometeo era hijo del Titn Jpeto y de Climente. En el Olimpo se dice que un da, jugando con arcilla, Prometeo form el primer hombre. Uno de los milagros ms hermosos de Cristo, cuando era nio, y que tuvo que ver, tambin, con la arcilla el barro. Apolo, prosigui as: Prometeo, compadecido de la situacin de los hombres que vivan en oscuridad porque les faltaba el fuego, tom la decisin de robar un ramillete de las incesantes brasas del carro del sol y se lo entreg a los hombres que, dueos de ese nuevo poder, pudieron cambiar su vida. Lo que est bien, pero Prometeo, que era indisciplinado y propenso a los arrebatos, no explic a Zeus su determinacin de robar el ramillete encendido para dotar a los hombres de ese elemento. En consecuencia, Zeus orden encadenar a Prometeo a una gran roca en las montaas del Cucaso. El castigo no termin ah, sino que cada da una guila vena a devorar su hgado que en la noche se regeneraba. Encadenado y sometido, pues, a terribles dolores, la vida de Prometeo fue un infierno, pero tuvo que comprender, encadenado, las causas que le condujeran al suplicio. Haba distribuido un atributo de los cielos a los hombres. Qu haran con l? Hiroshima? Nagasaki?... Pero la parbola de Prometeo me pareci abismal y con dobles precipicios. Me pregunt: El castigo que sufri Prometeo fue por la desobediencia o porque quiso ser un dios autnomo al crear, primero, a los hombres de arcilla y, adems, proporcionarles el fuego? Atenea se neg a explicarme. Slo me advirti que Hrcules, de un flechazo certero, mat, un da, al guila que devoraba cada noche el hgado de Prometeo, pero despus, ya recobrada la libertad, tuvo que colocar en su dedo anular, para siempre, un anillo hecho de metal de sus
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cadenas mezclado con partculas de la roca donde estuvo encadenado. Zeus quiso que Prometeo recordara para siempre su desobediencia. El anillo tena que estar da y noche en su dedo. Qu me quieres decir? Queris advertirme que cada hombre puede ser encadenado a una roca y que esa roca es la prefiguracin de la Cruz de Cristo de Galilea? Entre el sollozo y el deseo incontenible de lucha: No cabe la rebelin? As pensaba yo. Ante las murallas del rigor de los cielos me fascinaba creer que era posible un combate por la libertad humana Cmo resolverlo? Cmo luchar contra el absolutismo de los dioses? Entonces, Apolo, quiso contarme el milagro de la arcilla de Cristo nio. #Vers, Homero, te voy a contar uno de los milagros ms bellos de Cristo. Era un nio cuando ocurri: Un sbado, el Sabbat judo, el hijo de Jos y Mara estaba sentado en la orilla de un riachuelo. Se puso a esculpir, con la misma arcilla que Prometeo hizo a los primeros hombres, unos pjaros. Los judos, que vieron que el nio es un da sbado, trabajaba haciendo pjaros de arcilla, le reprocharon duramente su irreverencia y fueron corriendo hasta Jos, su padre, el carpintero, para hacerle saber que su hijo, Jeshua, haca cosas con sus manos en el da sagrado. Qu tena eso de malo?, interrogu asombrado. Nada, pero incumpla la ley. Qu hizo Cristo entonces? Cristo tom una decisin: palme con sus manos y, con ese slo golpe dulce, los pajaritos de arcilla se pusieron a volar en medio del torvo silencio, de todos los que haban denunciado llenos de ira y, a la vez, de repentino temor. Y qu es la arcilla sin el pneuma, sin el espritu? La interrogacin superior de la filosofa t de la biologa. Por qu llamaron a Jeshua, hijo de Jos y Mara, el cristo? Apolo contest como un maestro riguroso transport, a m, la sabidura, la sophia, no la erudicin vaca del alma. Kristos, me dijo Apolo, es la traduccin griega de la palabra hebrea Mesas. Mesiah en hebreo. Kristos fue la voz adoptada. Se hizo universal a la hora de traducir al griego los Evangelios buena nueva en mi lengua, esto es, evangelion de los discpulos de Kristos. El griega era ya la lengua de la cultura. Los cristianos vieron asombrados que el griego converta la pequea secta cristiana de Galilea en una religin universal. Toms es quien cuenta este relato del milagro de la arcilla del Kristos nio. El Evangelio de Toms no est dentro de los Evangelios cannicos (Mateo, Marcos, Lucas y Juan). Los cuatro conforman una historia coherente, pero reducida, eclesial, ortodoxa, del Kristos. Los otros Evangelios, los apcrifos, proporcionan nuevas interpretaciones que enriquecen el misterio. Por qu Evangelios apcrifos?, Pregunt. En griego apcrifo es oculto. No significa falso. Y en griego, Logos, apunt Atenea, la palabra, la voz, debe ser tambin inseparable del silencio.
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Ahora, dijo Atenea, te toca navegar. Apolo, sonriente, dej en mi memoria una frase clsica de los navegantes lusitanos: primero navegar, despus vivir. Ests de acuerdo Homero?
Cuando puse mis pies en la tierra de Sepphoris, tambin un da helenizada, fui atacado por
una conmocin moral. Senta correr por mis mejillas el ro de las lgrimas. Era un mundo habitado por su gente y pos sus dioses. Saba muy bien, por Apolo, minucioso a la hora de definir mi itinerario que Sepphoris se encontraba a muy pocos kilmetros de Nazareth. El Nazareth del Kristos. El Mar de Galilea, el Lago Tiberiades llamado as en honor a Tiberio, me fascin. Un pescador me dijo: No te creas todo. Tambin fue conocido este mar encajonado como Lago de Gennesaret. Dud el pescador un momento, antes de proseguir, porque pensaba en los romanos, los dueos de Palestina. Al fin me dijo lo que ya saba: Los romanos le conocen como Lagos Tiberias. Memoria de Tiberio. Haba vacilado, otra vez, al nombrar al conquistador romano. La mirada del pescador lo deca todo. Escucha, viajero griego: hacia el 30
Norte los judos, que siempre hemos luchado contra el invasor romano, creamos una economa agraria, pero nada es comparable con las campias verdes del Sur, a la vera del ro Jordn. El pescador me susurr: Nosotros, los judos, nos rebelamos contra Roma en el ao 66 del Kristos. Toms (un apcrifo realmente asombroso) dice que un da Jeshua les pregunt a todos: Comparadme y decidme a quin me parezco? Recuerdas lo que Simn Pedro contest? S lo recuerdo. Pero interrump: El pescador, Pedro, siempre retrico, por cierto, le contest as a Jeshua: T eres semejante a un ngel justo. El pescador acept, como para s mismo, que la frase era verdadera. Mateo contest a la pregunta de Jeshua diciendo: T eres semejante a un hombre sabio y filsofo. Toms, le dijo a su pregunta: Maestro me es absolutamente imposible definirte con cualquier parecido? Fue entonces cuando Jeshua se llev aparte a Toms, despus de decirle: Yo soy tu Maestro, pero t has bebido. T, Toms, ests embriagado del manantial hirviente que est en m y que yo he propagado. Y lo que le dijo nadie lo escuch. Despus, los dems discpulos le interrogaron. Y qu les dijo Toms? El pescador no respondi una sola palabra. Pero yo, Homero, haba ledo el Evangelio de Toms. Y les dijo, tambin conmocionado, estas palabras: Si yo os digo una sola palabra de las que l me ha dicho, todos vosotros tomaris piedras y me las arrojaris y un fuego saldr de esas piedras y os consumir. Toms dice algo en su Evangelio griego sobre los pescadores? S, Toms, incorpora estas palabras a Jeshua: El hombre se parece a un sabio pescador que arroj su red al mar. Cuando sac del mar estaba llena de pequeos peces en medio de los cuales el sabio pescador encontr un pez grande y excelente. Entonces arroj al mar todos los pecesitos y, sin dudarlo, eligi al gran pescado. Despus aadi El que tenga orejas para entender, que entienda! Ahora interrogante y lcido, no olvidaba que, en griego, una de las acepciones del vocablo plemos es guerra. Yo, no estaba all para hacerla, sino para ver de cerca, con mis propios ojos, otro mundo inesperado y asombroso: el mundo de un Dios nico, el Dios de los hebreos, el Dios de los cristianos, el Dios de los islmicos, el monotesmo, en suma. Esa ingente innovacin, para m, hombre que cercado por mltiples dioses, confundidos con mortales y vertebrados en sus querellas, esa idea del Dios nico y absoluto me impresionaba; pero no lo admita porque perturbaba todas mis tradiciones y toda mi memoria. Me pareca apasionante, pero el pero homrico cerraba muchos caminos. Dioniso (el Baco de los romanos) lo haba anticipado: Podrs resistirlo? No obstante, me adverta tcita y explcitamente que lo dionisiaco, la mxima desmesura, era la invocacin de un solo Dios. ATENEA, INTELIGENTE, SOSEGABA AL VIAJERO: El desamparo, la soledad intrnseca de los seres humanos les impulsa hacia el infinito. El joven Herodes, para congraciarse con los judos del Alta Galilea, haba realizado una serie de operaciones policiacas para terminar con una peligrosas agrupaciones de bandidos. Patriotas los denominaron los judos. Y en Jerusaln: los bandidos fueron asesinados sumariamente sin el peso de la ley. En Galilea hubo muchas protestas. En Sepphoris hubo
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resistencia organizada y ms an: postularon otro rey, deferente al joven Herodes. Galilea era tierra difcil: judos, palestino, rabes, herencia griega, poder romano. Qu hacer? Cmo decidir? Hasta el da de hoy parece imposible la respuesta. La guerra es la nica respuesta que han encontrado y la guerra es, siempre, un gigantesco fracaso. Quiz lo que Jeshua le dijo a Toms a ello se refiera. Yo saba que, cuando mi cabeza y corazn en pugna incontrolable, centraban su angustia en una doble y vieja duda, casi blasfematoria, qu hacer?, Atenea, Apolo o Dioniso, apareceran, fieles y alados en mi auxilio. El nico resplandor de la vida, acuciante, inclemente, es la incertidumbre. PERO HACE POSIBLE LA SOPHIA Y LOS SABIOS. La verdad absoluta puede ser, a veces, una blasfemia. Mata, no vivifica. Cada verdad impone un nuevo escenario; ni morir, ni matar para tener razn. En efecto, Atenea y Apolo, estaban a mi lado: haban dejado atrs a Dioniso y los dionisiaco, porque no sera la enseanza adecuada para m en Galilea. Atenea siempre sabia y prudente, me devolvi la luz de la concordia. Recuerda, Homero, que la gran crisis cultural del universo judo ocurri cuando la Biblia fue traducida al griego. Los setenta doctores o sabios que tradujeron durante el reinado de Ptolomeo Philadelphe en la traduccin recrearon la historia bblica. Una traduccin es, siempre, un inmenso acercamiento a algo que es, dramticamente, nuestro otro yo. LA BIBLIA JUDA, TRADUCIDA POR LOS SETENTA, FUE UNA DESLUMBRANTE OCASIN PARA UNIVERSALIZAR LAS CONCIENCIAS. La traduccin era correcta, pero cada palabra evocaba civilizaciones, experiencias, emociones distintas. La comunidad juda de Alejandra fue fascinada, liberada?, por la helenizacin de la Biblia. La leyeron de otra manera y, por ello, la comunidad hebrea de Alejandra se llen de profundos latidos de jbilo. La terrible funcin de los dogmas tena otra luz en griego. PUDE COMPRENDER QUE TRADUCIR NO ES TRAICIONAR, SINO ACERCAR AL OTRO A NUESTRO PROPIO REINO. La comunidad juda de Alejandra, helenizada, revivi la creacin del logos. Los paganos griegos, los griegos de los dioses del Olimpo, asuman en su lengua la historia. No discrepaban, traducan y, al traducir, pensaban y pasaban por los hombres, como el ro antes de ir al mar, de otra manera. Todos, a la vez, pescadores y peces. Apolo sugiri que, antes de que tenga que ver a Kristos, Homero tiene que iniciar un dilogo con Philon. Aadi Apolo: Philon es un heredero del gran debate de la Biblia de los Setenta y, adems, pertenece a la generacin de Kristos, un judo como Pablo, pero convertido al cristianismo por el camino de la cultura griega. Apolo con esto, traspasaba as, a veces el escenario vital como un guerrero implacable cuyas flechas impulsaban, en el aire, la peste y la sombra terrible de Tnatos, la muerte. Pero exista lo saba en ese momento la otra cara de Apolo: el que cura las enfermedades, el que
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devuelve el bien por el mal y el que sonre a la vida con su amor ardiente por las musas. Amor y penetracin fsica. Con dimensiones dionisiacas, la desmesura que me oprima y, al tiempo, haca redoblar el latido de mi corazn. Saba que en otro tiempo haba practicado, con ardorosa arrogancia, la desmesura troyana. As, tena enfrente al Apolo que jugaba con la armoniosa lira de la belleza y la mesura: Vers a Philon antes que a Kristos. Philon es un eslabn olvidado de la Biblia de los Setenta. Philon, un judo con plena observancia del judasmo, asuma que, desde la Biblia de los Setenta algo haba cambiado y que el griego, como visin del mundo, aportaba una traduccin novedosa. ERA OTRA MIRADA. Philon haba ledo y estudiado, con exacerbado inters, la Odisea. La haba ledo poema tras poema. Me dijo que intent interpretar, siempre, de una sola manera. Quise entender lo que t escribes en dos sentidos. S, Homero, segn mi parecer, t escribes en dos tiempos: uno es el tiempo mtico: la Odisea. Ulises es, al revs, tu tiempo alegrico. Ulises es una alegora sobre el regreso que no se desea ni se quiere. Es slo el deber. Era pertinente y revelador lo que oa. Philon, penetrado de Platn, me adverta: Yo mismo, despus de la Biblia de los Setenta, navego entre la dimensin mtica y la dimensin alegrica. Qu se nos quiere decir detrs del sentido literal de las palabras? Qu quisiste, t mismo, decir? Antes de decirme adis Philon me dijo: Pablo, el judo convertido o converso, era un hombre de la cultura griega, y entre los discpulos del Kristos hay uno, tambin, Philippe; Ve a Philippe, habla con Philippe. En tanto, el filsofo Philon no pudo contener una alta y jubilosa carcajada: Homero, VES? SE ES TU MTODO ALEGRICO. ES VLIDO? YO CREO QUE S. La risa es la gran aventura redentora, es el nous, es el espritu, cuando no se dirige contra el otro; cuando es solamente iluminacin jubilosa de la vida. Ese minuto, esa gota que es el vivir, se cristaliza en la risa. Lo mtico y lo alegrico se cruzaban en una densa y sutil tela de araa laberntica: Mira, Homero, Philippe vio pasar a Jess al da siguiente de que Juan el Bautista le bautizara, habiendo dicho antes a todos, y sealado a Jeshua, estando l mismo con el agua del Jordn hasta las rodillas, estas palabras: He aqu el cordero de Dios. Cuando Philippe se encaminaba hacia Galilea, Jeshua le encontr en su camino y, sin ms, le dijo a Philippe: Sgueme! Y qu pas? Pregunt. Philippe, sin dudarlo, sigui a Jeshua. No era fcil. Philippe sigui a Jeshua, pero le cont a su amigo Nathahel lo que le haba pasado. Su amigo le interrog: Y dnde es ese asombroso Jeshua, ese Cordero de Dios? Philippe contest: Me dicen que es de Nazareth. De Nazareth? Y cmo puede salir algo bueno de Nazareth?
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La historia cuando no se quiebra e inclina sin reverencia ante la mitologa, no es cuestin sencilla. Implica una revolucin crtica. Es preciso, para ello, afilar la potencia del espritu objetivo. Mirar lejos. Philippe fue el caminante que sinti sobre su cabeza y su espritu el inquietante e inapelable vocablo imperativo: Sgueme! Yo, Homero, deba aprender por m mismo: Philippe el que ama a los caballos, fue un eslabn indispensable para mi nueva odisea. Philon se marchaba ya, dijo, sin embargo, casi susurrando: Philippe, como Pablo, est entre lo griego y lo judo. Toms, en su Evangelio, habla de Jeshua como un nio lleno de poder. Esa infancia ha sido olvidada, soslayada Yo leera ms de esa niez antes de que Jeshua fuese el Hijo del Hombre. Toms no ha dejado dicho que el nio Jeshua tena poderes especiales, pero que no siempre los controlaba. T cabes, Homero, que hay que arrebatar, siempre, a los poderosos, el poder? Yo lea en soledad el Evangelio de Toms. El nio llamado Jeshua asustaba a sus maestros y los vecinos. Saba ms que los pedagogos. Los haca sufrir. Tambin resucit un nio ante cuyo cuerpo lloraban sus padres Los griegos, como yo, buscaban a Philippe. Poco se habla de l. Es el desconocido.Reglas del viejo juego del poder. El universo se una y se vinculaba a la palabra. El da del milagro de la multiplicacin de los panes, Jeshua se dirigi directamente a su escriba, a Philippe: Dnde compraremos pan para que toda esta gente pueda comer? Philippe, dio una respuesta de intendente militar: Ni con 200 monedas para comprar pan habra suficiente para dar un pedazo a cada uno. Hubo que optar por el milagro. Era ms barato y ms relevante para la memoria del vivir. Eleg a Philippe para acercarme al Kristos. Philippe asume el misterio de la vida eterna. Debe vivirse la muerte como iniciacin? Los dioses griegos estaban por encima del tiempo, pero instalados plenamente en lo temporal. La proposicin cristiana me asombraba y peda explicacin a Philippe. ste me orientaba en el gran laberinto. La vida eterna no es la vida despus de la muerte, sino la dimensin de la eternidad que habita nuestra vida mortal. Era una nueva dimensin. Troya estaba en el tiempo homrico. No planteaba ese drama vital que se trasladar al Kristos. ES UNA INVENCIN, LA ETERNIDAD? Philippe saba, como Philon, que el mundo viva un nuevo comienzo. Revis el significado de la palabra hebrea midrash (ensear) que Philon elevaba a categora de la conciencia. Jeshua se le apareci a Philippe, en principio, como el que ensea; no como el que revela. Es total y nica la enseanza en los cuatro Evangelios sinpticos? La interrogacin no puede ser ni irrespetuosa ni hertica. Es, al contrario, una indagacin sin resolver: Mateo, Marcos y Lucas alumbran con sus simetras aunque el Evangelio de Juan posea una energa espiritual mayor como si no pudiese retener, en s, su nous, su alma en la recuperacin de las palabras del 34
Kristos. Tal vez era preciso reinstalar, en la lectura, la agada, es decir, la narracin de los otros apstoles, callados, silenciados, es decir, crea indispensable la presencia de los otros evangelistas. Yo me haba acercado a Philippe por su inmensa vocacin helnica. Despus de todo soy un hombre de libros. Philippe me haba preparado: Homero, quiero que lo entiendas bien. l nos ha dicho me veris y ya no me veris. Verle, pues, ser lo contrario que verle; ser pensarle. A qu edad comienza la predicacin del Kristos? Hacia los 30 aos. Y su predecesor, Juan Bautista? Segn los historiadores, la predicacin del Bautista ocurre, de acuerdo con el Evangelio de Lucas, durante el dcimoquinto ao del reino de Tiberio, es decir, hacia el ao 28 o 29 despus del calendario nuevo de Kristos. PERO ENTONCES CUESTION: Las enseanzas de Kristos duran poco ms de un ao? Es posible ese inmenso hemisferio dialctico de enseanzas acumuladas en un solo ao? S, todos coinciden en que fue crucificado hacia el ao 30. Me deca, desde el principio en llamas de mi pecho, que las preguntan incansables del vivir parecan enviadas por sus aliados, los dioses griegos: el cristianismo es inseparable de la helenizacin cultural. La comunidad juda de Alejandra, cosmopolita y abierta, cuando tuvo ante s la Biblia de los Setenta, supo entender el mensaje: la traduccin al griego plate a las sinagogas de la dispora una nueva visin del universo hebreo. Dioniso, en ese momento, se apareci y dijo algo sutil, indispensable y complejo: No te encierres en un solo crculo del saber, Homero. Repentinamente me sent confortado por el dios de las desmesuras, esperaba otro consejo. Pero Dioniso fue corto, inapelable: El griego de la Biblia de los Setenta anticipaba la traduccin griega de los Evangelios. No olvides, seamos humildes, que el cristianismo del Kristos tambin vivir en el latn. Esas dos lenguas lo harn universal. La pequea secta juda se propagar por el mundo, inicialmente, a travs de la lengua griega. Yo pensaba en mi propia obra. Recuper de los siglos los cantos picos. TODO EN LA VIDA ES UN RESUMEN Y UNA NUEVA INTERROGACIN. La religin de nuestros dioses plantea, pensando en el Talmud de los hebreos, otra enseanza: la mischna, es decir, la repeticin. La permanencia oral trasladada en el tiempo y en el espacio por la voz y la memoria de los hombres. Dioniso, que no es famoso por su paciencia, se introdujo como un torrente en mi cabeza. T has escuchado en esta tierra, en Galilea, el dulce hablar de los arameos, la lengua del Kristos. Ahora bien, Homero, una palabra aramea, gemara, es esencial para tu viaje; en arameo 35
significa. Kristos, a su vez, es nuestra traduccin griega del vocablo hebreo Mesas. El mundo que habitamos no es otra cosa que gemara, complemento, continuacin del viaje del hombre hacia su propia humanidad. No podemos ser nada ms que complementarios o destructores. Hay que elegir y eso no siempre es posible. Complementarios o destructores. Saba que Leonardo Da Vinci aseguraba que quien es capaz de matar a un animal, puede matar, tambin, a un hombre. Dioniso, el dios de la desmesura, alcanz a aadir: Jeshua quiso comenzar su predicacin sometindose a la legalidad, a un acto judo que ratificaba la ley. Pero yo no hago caso de la ley no es siempre la legitimidad. El rebelde de la desmesura anticipaba la revolucin que va ms all de la ley. La legitimidad me pareca un paso ms hacia la humanidad. Pablo dice que Jeshua o Jess era nacido de mujer. Pablo emplea el griego y, en esa lengua de la razn, gun, significa mujer. Sin embargo, no utiliza, la voz griega parthenos, es decir, virgen. La familia de Jess es una familia juda normal. Jeshua no era un hijo solo y nico. Las traducciones griegas insisten en la precisin: adelphos, es decir, hermano. Jeshua tena hermanos. Toms en su Evangelio oculto ha proporcionado de manera magistral los poderes del nio Jeshua. Sus compaeros de la escuela tenan miedo a sus decisiones. Llegaban a sus casas cargados de ancdotas, decires y testimonios sobre aquel nio. Ante lo asombroso, a veces, experimentamos el temor; en otros casos, la sorpresa ante lo inaudito. Muchas veces, las ms, sentimos un rencor sordo, terrible, ante lo extraordinario. La palabra griega kardia, corazn o interior del hombre, era una palabra infiel a las infinitas proposiciones que implicaba el que se definira, a s mismo, como el Hijo del Hombre, su nous, es decir, su espritu; pero tambin posea un cuerpo, esto es, un soma. Dnde comienza el espritu y dnde el cuerpo? En qu espacio del tiempo se funden las dos medidas? Dicho de otra forma, dnde coinciden y difieren el hebreo del griego y el hebreo-griego de la tradicin latina? Iohanan (en hebreo), Iohannes (en griego), Ioannes (en latn), Juan, me condujo ante el Cristo. Era un judo tpico. Su largo cabello caa sobre los hombros justo como Leonardo Da Vinci le dibujara en La ltima cena. Sus crneas eran ardientes, luminosas; las manos lmpidas, abiertas, clementes para todos. No haba dicho a la mujer adltera vete en paz y no peques ms? No era as en el fondo, admitir que se pecara de nuevo y que se perdonara si el otro saba, a su vez, perdonar? Antes, sus discpulos atacaron a la mujer: Se ha probado su adulterio. La Ley dice que debe ser lapidada. Y t qu dices? Jeshua, ante el imperio de la Ley, se call y comenz, con el dedo, a escribir en la arena. As estuvo hasta que los acusadores, crispados, se marcharon. El que Ensea no haba roto con la ley sino que slo pregunt a la mujer: Y quin te condena? Ya no haba nadie. Es entonces, luego entonces, cuando dijo a la adltera que se marchara en paz. Pero no se pronunci, autoritario, contra la Ley. Escribi en el suelo. Gan tiempo al tiempo.
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Juan, el apstol gneo, quien dijera que en el principio exista la Palabra y la Palabra estaba en Dios, me dijo: Homero, l viene como testigo para rendir homenaje a la luz. Mis ojos ardan, gozosos, en insolada. Tambin a la tierra le llega la noche. Kristos hablaba arameo, hebreo y griego. Nunca se le conoci un traductor, ni en las horas sombras del Juicio ni en sus mltiples sermones. Philippe, se refera as al Nazareno (por su nacimiento en Nazareth) de una manera precisa, rigurosa, nica: Su carne es la Palabra, su sangre es su Espritu Santo. La definicin evanglica de Philippe llenaba mi cabeza con la lengua griega y, por tanto, con las interpretaciones helnicas. Me preguntaba, es lo mismo el hebreo ruah, para hablar del espritu Pneuma en griego, que Spiritus en latn? Qu hay detrs de las palabras que los hombres emplean como el agua y que, como el agua, se escapa, vivaz y sombra, entre los dedos? Contamos uno, dos, tres, cuatro, cinco, pero quin cuenta el agua que duerme en las palmas un momento y se seca bajo el sol? No nos ensea, el agua, que la vida fluye y se escapa y tambin regresa. Kristos, calmo, no desenado convencer a nadie, dir a travs de Philippe algo que me asombr: Orar, rogar, no es impedir que llegue el invierno, sino dejar venir el verano. El Evangelio de Philippe me llenaba de esperanza porque tena una pregunta inquietante para el Kristos de la verdad y el amor. Pensaba: dejad venir el verano Tena un ansia infinita de gritar enloquecido: Dejad venir el verano! Tena una pregunta terrible en mi cabeza: Por qu las religiones de un solo Dios (Yhawh, Dios, Al) han sido religiones inseparables de ros de sangre, de masacres, de violencias inacabables, de guerras de religin inextinguibles? Juan me dijo, calmo, slo esto: Sguenos a Jerusaln. Jeshua, el gran reformador judo, cercana ya la Pascua lleg a Jerusaln. Encontr en el templo, aseguraba Juan, a los que vendan bueyes y ovejas y palomas, y a los cambistas sentados; Jess, hacindose un ltigo de cuerdas, ech a todos del templo con las ovejas y los bueyes; a los cambistas les desparram las monedas y les volc las mesas. Mesa en griego, pensaba Homero, es trapeza. En los muelles del mar griego, los banqueros cambiaban mercancas y monedas sentados ante una mesa, una trapeza para efectuar los negocios. No surgieron de esa trapeza, los banqueros trapecistas y los especuladores trapecistas de las hipotecas? En el Evangelio de Philippe se recuperan, cierto, unas palabras sobrecogedoras del Kristos: La bondad no es solamente buena; la violencia no es solamente violenta; la vida es solamente vivificante; la muerte es solamente mortal.
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Cmo conciliar esa sabidura bondadosa con el ltigo de las cuerdas? Tambin hay que emplear el fuste? A los feroces les reforzar, acaso, la ferocidad. Qu hacer? Jerusaln recibi a Jeshua como el Salvador, pero tambin como Rey, como Rex, como Basileus, rey en griego. l no quera ser un Rey, es decir, un Salvador en trminos polticos. Vctor Hugo, ldico, hablara de Dios en trminos sexuales. Es verdad, Vctor Hugo, siempre amatorio, deca de l, hombre entre los hombres defensor de los miserables tena el sexo de Dios. EL MUNDO FLICO ERA LA BURBUJA DE LAS ESTIRPES DE LA VIOLENCIA COMO MORAL; en Nietzsche se explora otra moral: la de los fuertes. Cmo arrancar esa semilla, ese ansia de poder a los hebreos, cristianos e islmicos? Todos, pensaba para m, tenan la razn, la razn ltima, la razn sagrada e inapelable que rechazaba, como poeta del futuro, y la rechazaba visceralmente. Pensaba: hasta Aquiles muri por el taln. JESHUA ERA UN JUDO CON UNA MISIN: ENSEAR; NO TENA MISIN DEL PODER. Philippe nos dice que Kristos, el que ensea, amaba a Myriam (Mara Magdalena) ms que a todos los discpulos; la abrazaba y la besaba, a menudo en la boca. Qu cambia, en qu modifica el testimonio de Philippe sobre Kristos, verdadero hombre en su periodo terrenal, que cumpliera, en s tambin, todos los episodios de la existencia humana? Ahora para m, viajero de los siglos con el apoyo de los dioses griegos, el Dios absoluto y nico me sobrecoga; no entraba en mi cabeza. Philippe haba relatado su propia experiencia de discpulo y apstol: El Kristos ha venido a liberar, a salvar a los unos y a los otros. Yo quera or, ms all de los dioses del Olimpo y de los dioses del absoluto, esas palabras: salvar a los unos y a los otros. La frase superior, inimitable, de la tolerancia: unos y otros. En el Evangelio de Mara Magdalena otro Evangelio apcrifo que enriquecera, al traducirse y publicarse, la inmensa experiencia cristiana se dice: No hay pecado, sino eres t le que hace existir el pecado, pues sin la Ley el pecado muere. Pero dice ms. l que Ensea, ha dicho: He aqu por qu estis enfermos y por qu moriris. Es la consecuencia de vuestros actos. Impresionante versin, la de Mara Magdalena, de las palabras del que Ensea. De ese karma (acto), hablar yo un da con Buda. As, pensaba Homero. Muchos siglos despus de la guerra de Troya en todas las guerras fundadoras de la muerte, sacralizada por los vencedores y, a la vez, por los vencidos que esa Palabra, que ese Logos del Evangelio de Mara Magdalena haca posible la otra cara, silenciosa, de la libertad: No hay pecado, eres t quien hace existir el pecado. Para Mara Magdalena en su Evangelio, el mayor pecado, el padre de todos los pecados, ES LA IGNORANCIA. Los inquisidores estaran condenados, desde ese planeta conceptual, a la peor de las muertes: a no poder juzgar, a no poder condenar, a no poder oprimir. MARA MAGDALENA HABLABA DE JESHUA como el Hombre que ensea.
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La inmersin en el cristianismo me trasladaba a su anhelante visin de los cantos picos. Comprenda que mi desmesura, que mi hybris, requera la invencin de la mesura, de la sofrosine. Pero con Jeshua ante s, sobrecogido por la merced que mis dioses haban proporcionado, recuperaba mi otra bsqueda: la paz. KRISTOS ME ANUNCIABA Paz a ti, que mi paz se engendre y se cumpla en ti. ESA ORACIN, ARTICULADA A LA VIDA, LLEGABA COMO UNA HERENCIA GRIEGA. Tambin la proposicin de la paz se integraba en la eukrasia, es decir, en la armona, en el equilibrio. Entenda, porque ello constitua su mxima apelacin, que al aspirar al conocimiento, repeta al Kristos que invitaba a sus discpulos a ser, antes que nada, eukratos, esto es, seres humanos equilibrados. Ningn exceso pico, ninguna pretensin de poder o de aniquilacin y, menos an, si se cree poseer la verdad. Cuando Jean-Yves Leloup comente el Evangelio de Mara, estremecer por su precisin al recuperar las palabras de Mara Magdalena que suenan, en la memoria, como las de Gandhi: Qu es una verdad si no es, tambin, la bondad, el amor, la compasin? De no ser as viviramos la dureza de un dejar pasar, un laisse-passer para todos los fanticos y todos los inquisidores. NOS IMPEDIRAN LA RECONCILIACIN CON EL OTRO. La vida de Mara Magdalena era para m la entrada en el universo del Anthropos, del Ser Humano definicin que corresponde, como identidad indestructible, al Hombre y a la Mujer Qu es el hombre si no admite, en s mismo, a la mujer? El Kristos se aparece, antes que a nadie a la Mujer en la Resurreccin. Los discpulos no crean posible, sin embargo, que el Resucitado hablara antes que a nadie a la Mujer. Seor te veo hoy en esta aparicin, dice Mara Magdalena. l respondi: Bienaventurada t que no te conturbaste al verme. Pedro y los dems no le crean. Entonces Mara Magdalena llora y le dice a Pedro: mi hermano Pedro, qu tienes t en la cabeza? Crees t que slo es mi imaginacin quien ha inventado esta visin o que hablando del que Ensea yo digo mentiras? Yo comprenda sobradamente. El hombre, Pedro, y los discpulos, hombres, se negaban a recibir la visin de la anastasis, de la Resurreccin, por va de una mujer. Toda la historia de la Humanidad transitaba en ese choque histrico. Mi hermanos Pedro qu tienes t en la cabeza? Philippe, entre los ms cercanos apstoles a Kristos, aporta lo cotidiano, lo vivido, la sombra y la luz del da. Eran tres quienes marchaban siempre con El que Ensea: Mara, su madre; la hermana de su madre Y Miriam de Magdala que es como su compaera (koinonos), pues Miriam es, para l, una hermana, una madre y una esposa (koinonos). Los dems discpulos, al ver su amor por Mara de Magdala le interrogaron para expresarle sus dudas de que si quera ms a ella que a ellos. l respondi: Cuando un hombre que ve y un ciego estn en la noche,
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nada los distingue, pero cuando viene la luz, el que puede verla y el ciego permanece en la noche. Ese inmenso ao se terminaba con el Juicio. La decisin de Poncio Pilatos de lavarse las manos ante la intransigencia del Sanhedrn daba comienzo o permita la Transfiguracin. Para m el problema central, presente como tragedia vital, era la doble apelacin del Kristos: la paz y el no matars. UNA VEZ MS ESA DOBLE APELACIN SERA DESODA y los cristianos tomaran por siglos las armas y propondran, como los cantos picos que conformaron mi memoria, parecidas proposiciones legendarias para eludir el significado de la barbarie de las masacres convertidas en una nueva pica: la reedicin de una nueva leyenda de cantos, otra vez mticos, que oscurecen y enmascaran las guerras del poder definidas, adems, como guerras en nombre de Dios. Y dnde quedara, el duro e ineludible epitafio de no matars? El tiempo histrico era el hecho determinante? Los fariseos (en hebreo pruschim y en griego pahrisaoi) adquieren en s un significado simblico: el falso creyente dndose sonoros golpes de pecho y, erguidos, separados (parash en hebreo tiene es connotacin) denuncian los pecados de los dems ignorando sus propios pecados. PARA M ERA UN SUPUESTO VIEJO, CASI UN ARQUETIPO DEL HIPCRITA. Lea el Evangelio de Lucas en griego; entenda muy bien que los fariseos preguntasen para ser los primeros: cundo viene el Reino de Dios? Pero l, segn Lucas, LES CONTEST: El Reino de Dios no viene de forma que se vea, ni se dir: Vedlo aqu o all. El Reino de Dios est entre nosotros. Demasiado para los fariseos. Ms terrible Juan, en su Evangelio, cuando los fariseos le condenan porque no es ni el Mesas ni el Profeta: Elyahou en hebreo, Hylias en griego y Elas en latn. Les habla Juan y les desconcierta: Yo slo bautizo en el agua pero l est en medio de vosotros. Es el Desconocido. SECO GOLPE DIALCTICO. Dnde buscar representante del poder, dnde encontrar al vencedor y cmo unirse a l, si es un desconocido? Los shomronim, es decir, los samaritanos, despreciados por los fariseos, socorran y sonrean. Eran los nicos que no se sorprendan ni condenaban si Jeshua hablaba a las mujeres como iguales, y los nicos que admitan al desconocido. Para m lo ms sencillo eran los milagros. Mi presencia en Galilea era el milagro de otros dioses. Philippe me haba relatado no slo las resurrecciones, sino la transformacin de cinco panes en porciones suficientes para una multitud. Para m el significado del milagro del pan como el del vino tuvo posteriormente otro significado. En efecto, Philippe me hizo saber que, despus de dar de comer a los judos en aquel encuentro multitudinario, Jeshua les pidi
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a los discpulos y a l, Philippe, que recogieran el pan sobrante con el fin de que nada se desperdiciara. ESO DIJO: que el pan sobrante y los peces sobrantes se recogieran para que nada se perdiera. Pero Palestina estaba cruzada por un hecho ineludible: la ocupacin romana. Mesianismo y apocalipsis se fundan, interactuantes, en el pueblo judo. LA APARICIN DEL MESAS ANUNCIADO poda ser separada de la ocupacin romana y, por tanto, de que el Mesas fuese un liberador? Cuando Jeshua es acusado, pese a su clara posicin contra una revuelta poltica, de ser el Rey de los Judos, es decir, cuando se le acusa de ser un lder contra los ocupantes romanos, no se deseaba que lo fuese? EN SUMA, no se ejerce el poder contra el poder? Su respuesta a Dios lo que es de Dios y al Csar lo que es del Csar ALARMARA A TODOS LOS QUE ASPIRABAN AL PODER. Jeshua, como el agua del ro, se escapaba una vez ms de sus manos. Sugera inteligencia, mesura. Ellos queran la fuerza, el trono, esto es, el Trono y el Altar. Los zelotes, aprenda Homero, eran unos fanticos, pero tambin podan pasar por patriotas en la etapa de subversin contra los romanos. Los sicarios, es decir, los fanticos que armados de un pual conocido como sica asesinaban, a sangre fra, a los soldados de Roma cortndoles el cuello, crean que el patriotismo converta el crimen en un acto heroico y sagrado? HASTA HOY SE HAN ENGAADO, EN ESE PUNTO, A LOS HOMBRES, A LOS SERES HUMANOS. Lo heroico perturba la sabidura. El herosmo renuncia, en alguna ocasin, al no matars, pero no renuncia al ejercicio del poder. Frente a los zelotes y los fariseos, los essenianos, a su vez, representaban una formacin casi monstica escondida e iluminada, en el desierto de Qumran. Su espiritualidad preceda, sin duda, a los cristianos futuros. Su tica era rigurosa y asctica. Cristo, Jeshua, fue un discpulo de los essenios. Cristo fue un discpulo de esa secta monstica. Todos complementarios. Un essenio ms esperando su momento, su vida. Yo escuchaba atento. A MIS OJOS la revelacin de Jeshua era el producto de una realidad poltica y social concreta. Las sectas, en el marco global del pueblo judo, evidenciaban un anhelante proceso de resurreccin autnoma y de vida futura libre. La esperanza en el Mesas (el Ungido, en hebreo) era un evento de la conciencia, y los documentos de Qumran y del Mar Muerto revelan las tensiones mesinicas de la poca. Los essenianos, por cierto, practicaban el celibato y crean en la resurreccin. Mahoma, el profeta de Al, rechazara totalmente el celibato (Yo saba que sera dado ver a Mahoma y a Buda slo pensarlo, me exaltaba hasta el delirio). El rgimen romano permita a los judos la libertad de practicar su religin y, de hecho, las prerrogativas se ampliaron en el Derecho Positivo al admitir que los judos podan quedar exentos, por su concepcin religiosa, de los deberes cvicos del mundo romano. Aun as la rebelin contra el ocupante era un lugar comn. 41
Mi cabeza estallaba en ansia profunda, entender, comprender. El tesoro de los Evangelios, es decir, la acumulacin inmensa de un ao escaso de vida pblica de Jeshua me pareca, por la magnitud de su sabidura, una aportacin humana asombrosa. Asuma en las palabras, en los significados y conceptos, en las categoras revolucionaria que el desciframiento del mundo judo y cristiano era imposible sin contar, a su vez, con la influencia cultural griega. Una gigantesca explosin cultural est ante m, me deca. Mi cabeza de nuevo daba vueltas. Sobrecogido, pensaba en Zeus y en su hijo asesinado por los Titanes. Nunca olvidaba, aunque me aterrorizaba y haca temblar, el significado de la parbola del dios de los dioses. Tambin entenda que la mxima pena, esto es, la condena a muerte, no descansaba en las manos de los tribunales religiosos judos. La muerte era la potestad del Estado romano. El Sanhedrn judo tena que traspasar a Poncio Pilatos esa ltima sancin. La muerte es, siempre, la terrible prerrogativa del Poder. POR ESO LA LUCHA DE LAS SOCIEDADES CONTRA LA PENA DE MUERTE REPRESENTA UNA LUCHA HISTRICA EN PRO DEL HOMBRE-MUJER, EN PRO DE LA HUMANIDAD. Para el Sanhedrn judo, la condena de Jeshua y de su Mensaje tena que trasladarse al Estado: el Estado era el ocupante romano. COMPLEJA TRAMA QUE EL HOMBRE NO COMPRENDE Y QUE LE ARROJA, DE CABEZA, AL RO DE LA MUERTE. Pero el Estado, a su vez, se rehusaba a la condena. SIN EMBARGO, la inquietante proposicin del Sanhedrn era de una gran magnitud. El presunto Rey de los Judos, no era la prueba material de una rebelin poltica, objetiva, material, frente al nico soberano, el nico rey, el Csar? Poncio Pilatos fue arrastrado a una situacin sin salida. El Estado, en esa contradiccin, no se lavara las manos; eligi el Poder, no la crtica del Poder. Los judos del Sanhedrn no eran los malvados de la elega. Eran hombres que aplicaban la teora del Poder contra el Poder y, por tanto, le arrebataban con el cumplimiento de la Ley, la posibilidad nica y admirable de la legitimidad. Para m Jerusaln fue un descubrimiento ingente, poderoso, nico. La ciudad sera el centro, el corazn urbano de las tres religiones monotestas: la hebrea, la cristiana y la islmica. Tambin para el Islam Jerusaln es al-Quds, la Santa. Y buscaba yo en Jerusaln el significado de la cruz del Crucificado en el Glgota, el monte de los ejecutados en cruces mltiples por va del Estado. Tambin la palabra Glgota, era parte del mundo helnico, esa palabra quiere decir en griego: crneo. Tambin Gulguta, en arameo, significa crneo. En latn era Calvarus. As, las palabras van de mano en mano y cada mano desfigura, en la palma clida y dura, las significaciones, y las usa a su favor Todos los idiomas son una selva llena de serpientes. La Presencia de Cristo en el Glgota recupera el sentido inicial de parusa (en griego) la de su presencia o su llegada y salida del mundo. Para m los pies en la tierra de la sangre, la visin del Glgota era, una vez ms, el testimonio de la desmesura: de la hybris.
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Ahora tambin, una ltima interrogacin: la historia de Kristos y de Judas. Senta que la figura del rprobo, del traidor, del Apstol que traiciona por unas monedas, es decir, Judas, recobraba un nuevo significado. La traduccin del copto, un lenguaje egipcio escrito con caracteres griegos otra vez Grecia intermediadora decisiva del Evangelio de Judas, trasladara a la historia del apostolado una admirable duda epistmica. El Evangelio de Judas otro apcrifo ADVIERTE Y PLANTEA UN PROBLEMA ESENCIAL: Judas supo, por Cristo, que l, Judas, haba sido elegido para entregarle. El rprobo, el traidor, atrapado durante dos milenios en la agona del condenado para siempre, podra decir con sus propias palabras la revelacin del Kristos: T sobrepasars a todos los otros porque sacrificars al Hombre que me sirve de investidura corporal. TEMA DELICADO, lleno de una montaa de espinas, pero interrogacin sobrecogedora. Judas fue informado por el Kristos de la misin que le correspondera en la Crucifixin y en la Resurreccin? En el Evangelio de Philippe se dice: La verdad se sirve de las palabras del mundo porque son sus palabras. Ella, la verdad, permanecer totalmente irreconocible. La verdad es una y mltiple con el fin de ensear el Uno innombrable del amor. Yo releera al Kristos en el Evangelio de Philippe porque le sent cercano. Mi cabeza estallaba y un dolor creciente, acompaado de una especie de iluminacin dolorosa Jerusaln como lugar de la Pasin de los mundos y las religiones me aceraba a la contemplacin del misterio. Por eso una parbola recuperada por Philippe me devolvi, con una feliz risa interior, encendida y reposante, a la tierra del Ser Humano. Le, con felicidad a Philippe: Un asno que da vueltas en torno a la muela del molino puede recorrer cien millas, pero cuando desatan al asno est en el mismo sitio. Cansado, fatigado, estremecido la sophia es el ms spero ascenso del hombre hacia el ser humano recordaba de repente las palabras de Philippe: El que no ha resucitado antes de morir no conoce nada, morir. Yo no quera morir. Helado, titiritando bajo la lluvia, ped desolado ayuda a los fieles dioses griegos que no eran, afortunadamente, omnipotentes. Atenea me dijo: No vas a morir, Homero, slo vas a dormir. Salvo que prefieras soar, t decides. Decid que quera vivir. Mir de frente la belleza urea de Atenea y, sin pausa, le dije: Es que vivir no es soar que vivimos?. El silencio de Atenea fue la nica respuesta. El torrente aguacero se haba terminado de pronto. El barrio cristiano de Jerusaln, el barrio judo de Jerusaln, el barrio islmico de Jerusaln, me parecieron espacios lmpidos, brillantes, nuevos. El rbol de la vida permaneca en medio del jardn. Antes de reiniciar el dilogo con Atenea, resum la ltima peregrinacin a la historia del Hijo de Hombre. En el Evangelio de Judas, ste dice que Jess le hizo saber lo ignorado por todos
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los dems: Ven, te instruir en las cosas pasadas que nadie ha visto. Existe un reino grande e ilimitado que ninguna generacin de ngeles ha podido ver en toda su extensin y en el cual est el Gran Espritu Invisible. Yo pensaba: Con la Odisea yo propuse un reino nuevo: el reino del retorno. Judas aada que Kristos le dijo estas palabras que le incluiran en un espacio nico, el de los privilegiados del saber: Ningn ojo de ngel lo haba visto jams, ningn pensamiento del corazn jams lo haba abrazado y no ha sido nunca, apelado con ningn nombre. EN SUMA, PARASO, MUNDO, UNIVERSO NUNCA VISTO. VEMOS Y SABEMOS SIN EL CORAZN? ES ELLO POSIBLE? Crucificado entre la espada y el misterio, yo entenda que Jeshua le ofreca al Rprobo, al Traidor, al discpulo que haba aceptado ser el que le entregase a la Cruz de la Pasin, la prueba de que ocupaba un lugar excepcional en el misterio. Ningn ojo de ngel lo haba visto jams. NUNCA JUZGAR, PUES? LO MISMO ES Y PUEDE SER LO CONTRARIO. Toda la tradicin anterior era condenatoria. Cmo encontrar entre el hierro de la ley y la realidad humana la puerta liberadora para Judas? Una inexorable mutacin espera a los hombres y las mujeres de todos los tiempos. Kristos viva el yugo de su tiempo: la edad del hierro dialctico que an queda por entender. El Levtico deca: El hombre que se acuesta con un hombre como se acuesta con una mujer es una abominacin que los dos cometen y ellos deben morir, su sangre caer sobre ellos. El hombre que comete adulterio con una mujer casada; el hombre que comete adulterio con la mujer de su prjimo deber morir; l y su cmplice. OTRA VEZ LA PETICIN DE LA CONDENA DE MUERTE. El Kristos, cercado por su tiempo, encontrara, en el brutal concierto de lo condenatorio, una frase revolucionaria: El que est libre de culpa que tire la primera piedra. Lo dijo por la adltera, PERO NO ERA UN SIGNO QUE AFECTABA A TODAS LAS FORMAS DE LA VIDA HUMANA QUE PUEDEN SER VIVIDAS? El escndalo, sin duda, segua sus pasos. ARREBATAR AL PODER la posibilidad de ejecutar y condenar era transformar el poder en otra oportunidad no deseada: LA OPORTUNIDAD DE LA REFLEXIN; LA LIBERTAD; DEL CONOCIMIENTO. Atenea, sola, muda, asista a mi desesperado ensayo de comprender y, por tanto, de asumir la compleja teora de los contrarios como idnticos. Judas saba: el Kristos le haba elegido.
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Atenea se sent a mi lado y tom su mano diestra. Con ella, sobre su palma, le pregunt: Recuerdas a Aquiles? Solt una carcajada. Atenea lo esperaba. Mi risa homrica relajaba su soma, su cuerpo, y le acercaba al nous, al espritu. Pero, si t la escribiste en la Ilada, Homero. Aquiles era el hijo del rey de Tesalia y de la diosa Tetis No es as? Desde su nacimiento sus padres quisieron hacerle invulnerable a la muerte y le baaron en las aguas de la laguna Estigia. Tetis le tuvo apretado por el taln mientras le sumerga en el agua. El resultado fue que Aquiles tena slo una pulgada de su cuerpo que era mortal: el taln. Fue adiestrado como guerrero, pero tambin como orador e incluso le ensearon medicina. El cuerpo de Aquiles, invulnerable por el agua de los dioses, qued inerme, apenas mortal en unos milmetros de su soma, de su cuerpo. Pareca tenerlo todo, pero sus padres vivieron aterrados siempre. En efecto, el poderoso tiene su taln de Aquiles. Ms de uno saba que era vulnerable, humano Hasta que Paris, cuando Aquiles iba desarmado al templo de Apolo, le dispar una flecha que le penetr el taln. Atenea se detuvo. Observ mi rostro vibrante, un rostro cruzado por la tempestad de las grietas del existir. Toda agua viva tiene su taln de Aquiles, toda agua tiene su serpiente en las profundidades. Pens en el Crucificado del Glgota. Antes, Pedro le haba dicho a Jeshua: Dnde vas t, Seor? Y Jeshua le respondi: Donde yo voy no podrs seguirme ahora: me seguirs despus. Pedro no lo acept: Por qu no puedo seguirte desde ahora? Yo dara mi vida por ti. Jeshua le respondi as: T dars tu vida por m? Amen, amen, yo te lo digo: el gallo no cantar hasta que t me hayas negado tres veces. ATENEA, SIGUIENDO MI PENSAMIENTO, TUMULTUOSO AADI: S, saba anticipadamente lo que ha dejado escrito Iohanan sobre Pedro, como Aquiles saba que una flecha le alcanzara en el taln, cmo no iba a saber el que Ensea, anticipar y estremecerse, por el papel que asignaba en la Pasin, a Judas? Por eso hizo saber que exista un lugar asombroso que ni los mismos ngeles celestes conocan. Homero, pregunt: Sera posible que pudiera escuchar, antes de iniciar mi prximo viaje, al dios Eros? Apolo contesto: T, Homero, pretendes hacer algo que no nos corresponde contestar ahora, en este instante, pero por qu Eros? Atenea, aadi: Por qu quieres ver al dios Eros? Recobr el sosiego. Rebelde por naturaleza, vido, crtico, quiz altivo, respond: quiero pedir consejo a Eros porque l no es el dios Cupido de los romanos. Los romanos han convertido a Eros en un nio, con un carcaj de flechas que dispara al azar en nombre del amor. Cada vez que veo una escultura, un dibujo de Cupido, amoroso sin sabidura, amoroso banal, desposedo de la profundidad de lo sensual y lo sexual, me esfuerzo y me enfermo. El Eros griego es un inmenso abismo; no un nio con los rizos sobre su frente. Se miraron entre s, apasionadamente. Vindolos a la vez, en este instante nico, pens: Me he enamorado de Atenea o estoy enamorado de Apolo? No tuve tiempo de contestarme verazmente. Atenea hablaba. (Crea sorprender, en su voz, un latido nuevo. Como si la
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discrepancia entre el Cupido romano y el Eros griego despertara, en ella, viejas pasiones, antiguas querellas del Olimpo). T sabes, Homero, que Eros naci del caos. Para qu quieres tener ante ti, a Eros? Qu quieres preguntarle y por qu? EROS ES UN DIOS ABSTRACTO, ES MUCHAS COSAS CONTRARIAS ENTRE S Y AL MISMO TIEMPO. Homero, el poeta de la guerra, haba elegido al dios que naci del caos por algo concreto y definido. Respond: Entre Galilea y Jerusaln he escuchado, ardiente, repetido, un mensaje de amor, de paz. Pero yo s que las tres religiones monotestas se harn la guerra incesantemente. Aspiro, como relator de la guerra de Troya, a ser tambin el relator de las Cruzadas cristianas y de la proclamacin de la guerra santa como la anttesis real, inequvoca, de todas las proclamaciones sobre la paz y la tolerancia. Apolo, sobresaltado a su pesar, abandonando la lira que tena en su mano diestra entre el agua y el fuego, respondi: Entiendo ahora lo que quieres. Eros, que naci del huevo germinante del caos, es uno de los dioses ms contradictorios del Olimpo. Entre nosotros ismos circulan los ms extraos rumores sobre su origen. sabes qu se dice que su padre fue Zeus? Otros dioses afirman que fue hijo de Afrodita Venus entre los romanos, que todo lo transforman en un musical romntico y de Hermes o del propio Hefesto, hijo de Zeus, y as hasta el infinito. Incluso se afirma que fue hijo de Iris y del Viento del Oeste. Sus flechas eran antorchas. Volaba con ellas, encendidas, antes de dispararlas bajo la luz de sus alas doradas. A veces incendiaba el mundo con sus saetas; no slo los corazones. Detuvo su palabra como si l mismo, de nuevo, intentara comprender el misterio profundo de Eros. ATENEA AMPLI EL FRISO DE MRMOL DE APOLO. EL PODER DE EROS me seal con el ndice alzado sobre el viento que levantaba la piel del agua del Lago Tiberiades es muy grande; une los vegetales entre s para que tengan vida; unifica el reino animal y hace posible su perpetuacin en la guerra de seleccin de las especies como lo dira, un da, Darwin. Dibuja, Eros, en el agua, la potencia de la existencia de todos los seres. El placer, en Eros, es el reconocimiento de la fuerza primigenia del universo. Eros posee un inmenso poder de reproduccin. Eros posee un inmenso poder de reproduccin. Me impresiona ms Eros que Afrodita, diosa del amor. En Roma es Venus Genitrix. Eros y Afrodita representan la ruptura apasionante, con todas las hipocresas. Son una declaracin de guerra a los fariseos. Vers a Eros. Homero. Atenea propuso la ltima palabra: Elegir a Eros como dios consultor, en las Cruzadas es, sin duda, Homero, una eleccin sibilina. Quieres las flechas de Cupido las antorchas de Eros? PREFIERO LAS ANTORCHAS. ME AYUDARN A VER EL MUNDO. Tendrs que prepararte para nuestro eterno tema griego: el dissoi logoi, el doble discurso, la paz y la guerra.
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Apolo tuvo una ltima pregunta: Por qu no elegiste, Homero, como consultor al dios Ares el romano dios Marte, es decir, a nuestro dios de la guerra. No quiero generales a mi lado. Hacen la guerra, participan en los combates, mueren vencedores o vencidos y nunca aprenden nada. No, sin duda quiero a Eros: el dios nacido del caos. Cuando despert, Eros, con su antorcha de fuego, fuerza dominante de la vida, me dijo: Estamos en el ao 1095 despus del Kristos. Qu da es hoy?, interrogu. Es el 27 de noviembre de 1095. En este da comienza la Primera Cruzada Cristiana.
Eros estaba ante m. Deba al caos su fuerza primigenia y originaria o a las flechas del amor?
Su nacimiento convocaba, en el Olimpo, todas las contradicciones. Pero yo prefera la leyenda de su origen que se finca en que Eros era hijo (sin olvidar el viento del caos) de Hermes, el dios heraldo de los dioses y de Afrodita-Venus. Eros era una estatua ardiente, plena de una admirable energa. La belleza de Afrodita lata y vibraba en su rostro y su cuerpo. Eros dijo: S, Homero, que has pedido a Atenea y Apolo que me presente ante ti porque vas a la guerra. Quiero advertirte que el amor no estar presente, pero quiero que sepas que se me utilizar. Hablarn de amor y de la paz. Pero no ser as. En realidad necesitars en las Cruzadas, ms que a m, al dios Argos, el de los mil ojos y, quiz, tambin, al dios de los muertos, el dios del mundo subterrneo: al dios Hades, hijo de Cronos y Rea, hermano, por tanto, de Zeus. La fecha exacta era: 27 de noviembre de 1095. El Papa Urbano II, en la tierra gala de ClermontFerrand, iniciaba un discurso que todava enciende pasiones, hogueras, espadas y tumbas siempre abiertas. Mayores pasiones que mis antorchas y mis flechas, me dijo Eros. Escucha. Urbano II se diriga a una amplia Asamblea de caballeros nobles. Muy queridos hermanos: revestido, con el permiso de Dios, de la tiara apostlica y Supremo Pontfice de toda la Tierra, he llegado a las Galias obediente a una urgente necesidad Urbano II peda a la Asamblea, en nombre del mundo cristiano, que se unieran todos para la reconquista de Jerusaln que estaba en manos de los turco-musulmanes. Los que partan para esta guerra y pierdan su vida, sea si toman la ruta de la tierra o el mar, sea si se pierden combatiendo a los idlatras, todos sus pecados les sern perdonados en esa misma hora. Este favor precioso yo lo otorgo en virtud de la autoridad de que estoy investido por Dios mismo. Una inmensa aclamacin sucedi a las palabras del Pontfice cristiano que proclamaba, sin error, la Guerra Santa 47
Eros, ensimismado, como si regresara, de nuevo al caos inicial y al viento huracanado que le asistiera y viera nacer, se acerc a m para decirme: Una vez ms se utiliza mi nombre. Se pide ir a la guerra en nombre del amor. Por eso soy duro yo mismo, conmigo mismo. Me rebelo, hora tras hora, con mi imagen romana: el dios de las flechas que enciende el amor. Veremos, Homero, al revs, un mundo incendiado. Preprate! Yo saba el significado traumtico de las guerras entre los griegos y persas. Atenas conquistada por los persas, Platn lo vivi como soldado y filsofo fue una hecatombe. El choque de las civilizaciones: Occidente y Oriente No era el banquete platnico. A qu precio humano se pagan las barbaries? Para reconquistar Jerusaln tendrn que cruzar Europa, Bizancio, el Oriente rabe, conquistar Antioquia, Alep, Trpoli, Tiro, Acre. Eros no recriminaba: sealaba lo real; la tierra incendiada. Los hombres pronunciados por Eros me recordaban la Grecia expansiva que haba visto, conmocionado, en mi viaje a Galilea. Esa una guerra inmensa, una guerra religiosa. Una guerra Santa, interrumpi Eros. Y aadi: tendrn que pasar los cristianos de Urbano II, por Constantinopla, capital de los cristianos de Oriente que no cedern, a Roma, el privilegio de la verdad de Cristo. Inquira yo mismo: al menos en Troya el pretexto para la guerra fue otro: el rapto de Paris de Helena, esposa de Menelao, ese rapto hizo posible la Ilada. Ahora es distinto, me dijo Eros. Los cristianos de Oriente estn confrontados con los cristianos de Roma. En 1054 el Papa Len IX (1049-1054) envi una misin de concordia a Constantinopla. El emperador de Oriente Constantino Monomaque, recibi bien la misin romana. Pero el Patriarca cristiano de Oriente, Miguel Cerulare, no acept las proposiciones de Roma. EROS SE INTERRUMPI, PERO dnde est, dnde estaba el amor como meditacin sobre la esencia de la paz y la concordia? Los intransigentes buscaron la ruptura, es decir, todo el poder; deseaban toda la verdad. Los romanos a veces, les llamaban, en Constantinopla, los latinos excomulgaron a los bizantinos en la misma catedral de Santa Sofa. Fue un gran escndalo. El da qued sealado: 16 de julio de 1054. Dnde quedaba el mandamiento de no matars? El para Alejandro II (1061-1073) ya haba concedido la indulgencia plenaria a los soldados cristianos que combatan, en Espaa, ciudad que estaba en manos de los rabes. Si los
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musulmanes no dudaban en emplear la espada para imponer el Islam, son los cristianos los que inventan, en nombre del Kristos, la guerra santa*. Eros no me permiti indagar ms sobre el pasado como teora de la historia. Me hizo salir a las calles de Clermont en fiesta y en gritos de jbilo y gloria. Las mujeres cosan cruces en los petos de lana de cordero que los guerreros usaran contra el viento helado. Por centenares y miles, en la Europa cristiana, los prncipes, los eclesisticos, los guerreros y los hombres del pueblo se prepararon para la Cruzadas. Pero, inmediatamente se pens en los judos. El dilema, como paradoja, abra a los cruzados la posibilidad de elegir otros enemigos. Los predicadores simplificaron la odisea cristiana apuntando antes de la marcha a Jerusaln hacia otras dianas religiosas. En efecto, antes tenan que vencer al enemigo que moraba en la casa: las comunidades judas. La fiebre del fervor cruzado comenzara en Francia y Alemania, con la lumbre ciega del pillaje y la pretensin de lo absoluto: bautismo o muerte. En Spira, slo la intervencin del Obispo Juan impidi que el saqueo de las casas de los judos se acompaara de su exterminio. En Worms, la comunidad hebrea se refugi en el Palacio del Obispo Adalberto, pero finalmente se produjo una impresionante matanza. La Cruzada transportaba, como una vieja herida, nunca curada, la memoria de la intransigencia. Asist a Nicea, en septiembre de 1096, a una batalla donde los turcos seldjukides (los ocupantes de Jerusaln) exterminaron a las avanzadas cristianas. Se rehicieron y regresaron a los caminos en llamas que conducan a Jerusaln: Antoquia, Alep, Sabyoun, Trpoli, Tiro, Acre, Damasco, Jerusaln. Jalones del incendio y muerte. Los ejrcitos conducidos por los grandes seores llegaron, finalmente ante las murallas de la ciudad Santa que a veces apareca en los mapas como el centro del mundo pero el sitio se inici despus de meses de asedios, hambres y luchas implacables. Alep resisti a los cruzados durante siete largos meses. Los muertos devoraron a los muertos. EROS haba hablado no intilmente, del dios de las sombras. Yo haba relatado la guerra de Troya. Los combatientes picos, acompaados de los dioses, conquistaron la ciudad donde Helena estaba prisionera. Un gigantesco caballo de madera sirvi de argucia militar para penetrar en la ciudad. Ahora presenciaba, el viernes 15 de julio
La guerra santa nace, en efecto, en Espaa, donde los diferentes reinos cristianos haban iniciado un largo proceso de reconquista que se aceler despus de la muerte de Almazor (1002). La Cruzada era mucho ms que la simple reconquista de las tierras ocupadas en Espaa por los musulmanes, implicaba un ideal penitencial, la nocin de la guerra santa y una voluntad de conversin. Historie de la Papaut, Yves-Marie Hilarie.
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de 1099, cuando los cruzados despus de cuatro aos de combates y crmenes iniciaron el asalto a las murallas de Jerusaln: viernes 22 sha-ban, 492 de la era del Islam. La poblacin musulmana fue exterminada. Ibn al-Athir dejara memoria de la masacre realizada por los francos; as se llamaron, como generalizacin a los cruzados. En el Oratorio de David se produjo la ltima resistencia. Se ganaron los vencidos el respeto de los vencedores y, al rendirse, se les prometi respetar sus vidas; pero en la Mezquita Al-Aqsa se degoll a todos los que se refugiaron en aquel recinto sagrado del Islam. No hubo piedad. Sus gritos de agona todava resuenan en nuestros das generando el odio contra los cruzados que ya, sin ms, haban olvidado su pasado. Ibn al-Athir** informar siglos despus, que los sobrevivientes llegaron a Bagdad y ofrecieron al cadi Abu Said al-Harawai los testimonios de la masacre. Los judos de Jerusaln tambin sufrieron la misma matanza. Con las espadas sangrientas de la masacre se arrodillaron los cruzados ante el Santo Sepulcro y dieron las gracias, all mismo, por la liberacin de los Santos Lugares. Eros, horrorizado por el implacable exterminio de la comunidad musulmana y juda me record otra historia, tambin parte del Hombre, tambin memoria de todos los hombres. Lvido, temblando la Ilada la haba escrito, como la Odisea, sentado en su casa y saliendo, de vez en vez, para ver nacer el sol de Grecia conmocionado despus de la batalla del Oratorio y la masacre de la Mezquita de Al-Aqsa, acept de nuevo que Eros me hiciera un nuevo relato del pasado. An mis msculos no obedecan, an las lgrimas atormentaban mis mejillas. Qu me queras decir Eros? Quera decirte que el caos tambin ofrece un momento nico de reflexin. Los cruzados no fueron un ejemplo Quera decirte, Homero, el cuarto sucesor de Mahoma, Umar ibn al Jartad para muchos simplemente el califa Omar hizo una guerra que le permiti conquistar, para el Islam, casi todos los territorios que despus seran los territorios de las Cruzadas. Le interrump: Slo hubo una guerra de Troya, por larga y dura que fuese, pero t hablas de Cruzadas, no slo de una. Homero, las Cruzadas, para mantener y defender los reinos cristianos de Oriente fueron, tcnicamente nueve. La ltima en 1291. Es la Cruzada de la derrota. Caen las ltimas fortalezas de los templarios en Palestina y Beirut. Los Estados cristianos desaparecen del Oriente conquistado por los cruzados. La sangre se agot en la sangre. Pero bien, quera decirte que, Omar, conquist Jerusaln para el Islam en el ao de 638, es decir, seis aos despus de la muerte de Mahoma. Omar entr a la Ciudad Santa, desarmado y a lomos de un asno y
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rodeado de un pequeo nmero de musulmanes (muslim, palabra rabe que significa: aquel que se somete a Dios). Se present ante Sophronius, esto es, el Patriarca Cristiano de Jerusaln. Cmo fue posible? No slo fue posible, sino que Sophronius pregunt al conquistador rabe e islmico, en tanto que l era el heraldo y guardin moral de la Ciudad, que deseara visitar primero. Omar, le dijo que era la Explanada del Templo judo desde la cual se haba realizado, a su vez, el sueo Miraj de Mahoma. Sueo que le conducira a los cielos. Con su caballo. Despus visit el Santo Sepulcro y Sophronius le condujo a la tumba del Kristos. Una vez all, despus de examinar todo con atencin. Omar dijo al Patriarca que tena que abandonar la visita porque le corresponda hacer la cuarta oracin del da (de las cinco obligatorias para un muslim), es decir, la cuarta o magreb***. Y qu ocurri? El Patriarca le dijo al Califa que le tendera en el suelo una alfombra o un tapete para que all hiciera su cuarta oracin del da en el espacio mismo del Santo Sepulcro. No, no lo har, le respondi Omar. No, no lo har, porque puede ser que un da alguien reclame para el Islam el sitio del Santo Sepulcro donde yo me inclin para hacer mi oracin. Qued conmovido, ante el relato de Eros. Eros aadi, con la antorcha encendida en sus manos, una frase melanclica traspasada por el sbito dolor: La primera surata o el primer captulo del Corn comienza as: Alabado sea Dios (Al) maestro de los mundos, el Clemente, el Misericordioso. Tena el corazn traspasado por la desmesura de Troya, pero haba quedado tanto o ms impresionado al escuchar de labios de Eros esa historia, asombrosa, sobre la paz y la sabidura. Sophronius y Omar compartieron, sin duda, la paz y la sabidura. Eros, ahora, sin impaciencia, guardaba sus flechas en el carcaj de la historia de los smbolos. Me hizo saber que la primera surata del Corn aada: Guanos por la va derecha; la va de aquellos que t has colmado de beneficios, no de aquellos que instigaron tu clera. Hasta cuando los cristianos tuvieron a Jerusaln bajo sus banderas? Hasta el ao de 1187. En ese ao, Saladino el Magnfico, despus de derrotar a los cruzados en la batalla de Hattin, conquist de nuevo Jerusaln para el Islam. Saladino se comport como Omar?
La primera en la maana es la cubn; la segunda es la dhur; la tercera es la asr; la cuarta se denomina magreb y la quinta, en la noche, es la icha.
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Saladino Salah al-Din Yusur ibn Ayyub era un guerrero kurdo al servicio del Islam desde el Mosul iraqu. Predic la guerra santa contra los cristianos y, con ello, se desencaden la tercera Cruzada cristiana que dirigieron, a su vez, el rey de Francia, Philippe Auguste, y el emperador Federico Barbaroja y Ricardo Corazn de Len. Saladino concedi el libre acceso a los Lugares Santos. Para los musulmanes, Saladino aparece como el prototipo del sultn, a la vez piadoso y justo. Te dije, Homero, que ms te hubiera valido que apelaras al dios Argos de los mil ojos y al dios de los muertos. Las Cruzadas, olvidadas por el mundo cristiano, se transformaron, en el Islam, en un smbolo de la opresin y las barbaries cristianas. Durara esa memoria hasta nuestros das. El recuerdo se detiene como tumba y muralla, como cuchillo y espejo fnebre, como caleidoscopio de la muerte y no de la vida. Su memoria, en trminos histricos, es, casi siempre, una falsificacin, una falacia contra el otro. Tendra que escribirse una historia comn que eliminase la barbarie y construyese la concordia y, sobre todo, que explicase, a la vez, las causas y las corresponsabilidades comunes. Ese sera el verdadero camino civilizador: una historia comn
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Abd al-Muttalib estaba frente a m, Me esperaban, viajero griego? , S. Vers, dijo Abd al-Muttalib a mi hijo, Abd Allah, y a mi nieto. A la Arabia Felix, en el siglo V, la constituyeron los beduinos guerreros; valientes sin nfasis. La generosidad y el honor era la primera y doble leccin humana de los beduinos de las dunas amarillentas. Ellos conquistaron La Meca e hicieron de ese lugar la cabeza de las caravanas. La Meca fue el corazn urbano de la Arabia de las arenas ardientes a la vera de la Kaava, recinto sagrado; el centro religioso y mtico de sus vidas. Algunos de ellos se convirtieron en los dueos de las riquezas que creaban las rutas comerciales. El mundo, su mundo, era el universo del intercambio. Eremitas misteriosos rogaban a los dioses o ya a uno solo? El clan al-Muttalib era el clan los Hachimi. Pero al-Muttalib no estaba ya entre los ricos, la familia se haba empobrecido. El hijo de al-Muttalib, Abd Allah (Abdullah), el padre de Mahoma, tena fama en la Meca, de ser un varn de hermosa planta. El hijo de ese hermoso varn ser el Profeta. El nombre de su padre, Abdullah, significa siervo de Dios. Y la madre de Mahoma? Es Amina, hija de Wahb, del clan de Zuhra. Tambin noble de origen. Es bella. Wahb no dud que los Hachim haban sido poderosos. Y la alianza familiar ratificaba races familiares nobles y honrosas. ATENEA, ME PREVINO: Homero, Mahoma estar ante ti. No juzgues; slo vive esa experiencia; no asumas, desde el logos griego, la arrogancia; aprende. Tu existir coincidir con lo que pediste a Zeus: ver, antes de morir, la evolucin del hombre, desamparado, altivo, humillado, descubridor y peregrino. El pacto con Zeus, vena a decirme, era, tambin, un mandato. No se da nada por nada. Hay que merecer, inclusive, la nada. La merecemos o la impugnamos? Atenea, antes de convertirse en una niebla azul que ascendiera a los cielos, me hizo la ltima advertencia: La tribu de al-Muttalib cree en la generosidad y el honor. Nunca lo olvides. No te sorprendas del miraj, la ascensin de Mahoma a los cielos. Y aadi: Te voy hacer un regalo. Atenea me puso un libro en las manos un libro: Kitab al Agham, de Abdul Farai. El Libro de las Canciones. Ya en su vuelo celeste hacia la luz, alcanz a decirme: Es el libro de la poesa rabe antes del Islam. Apolo, lcido y sabio, subray anhelando acaso, su lira: Es la poesa cierto, del antes del Islam. Vi, triste, apenado, herido, en esa etapa potica, profana, confusa, fue definida como la poca de la ignorancia. No, somos todos, antes y despus, complementarios? Una vez ms la vida me demostraba que tambin somos los destructores. Antes del Islam para los nuevos creyentes, todo era jahiliya, ignorancia. Qu hubo, pensaba antes de Abraham, que hubo antes de Cristo? Civilizaciones, hombres, angustiados en la oscuridad de los milenios, en busca de lo humano;
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fsiles, huesos, mandbulas heridas por el tiempo que anticipaban la persona. Paso a paso, todo paso a paso. Complementarios o destructores. Pero la verdad es que mis consejeros, los dioses amigos, no estaban ya aqu. Ellos, lo saban, abran generosos los caminos de la piedra y la sangre. El incendio del viento del desierto, convertido ya en sombra, seal que aquel primer gran da de La Meca haba muerto. Ya amanecera. Ley en el libro: No espero que haya otra vida que me alegre, husped de la noche, rehn de mis crmenes. QUED ESTREMECIDO. Record lo que le haba dicho Philippe en Galilea: El que ve el sol no se convierte en sol. Tena que mirar y ver sin aspirar a poseer. Eso me estaba prohibido. Comprenda lo que significaba, a su vez, ese mandamiento moral. SIGNIFICABA MI LIBERTAD. Philippe, en su da me aleccion: La verdad no viene desnuda al mundo, sino velada por imgenes y arquetipos. ES UN MISTERIO POR DESCUBRIR. Se requiere valor, renuncia, amor. Philippe lo haba escuchado, deca de aquel que Ensea: Si la verdad viene velada, pensaba yo, tenemos que develarla? La interrogacin como una plegaria insumisa, puebla, dramtica, punzante, la imaginacin humana. Cuntos por millones prefieren cerrar los ojos y tapiar sus odos a los gemidos de los perseguidos por las inquisiciones para seguir a los simplificadores, a los demagogos, cosecha inmensa del vino envenenado? Al alba conoc a Mahoma. Hubo, cuando naci Mahoma, al igual que ocurriera con Kristos, mltiples presagios. La madre no sinti el embarazo. Algo especial le lata en el vientre. Mahoma, el Rasul (el Enviado, el Mensajero) era un rabe puro de muy bella presencia. De tal padre. De tal abuelo, tal hijo y tal nieto.. En suma, un varn cuyo contacto deparaba felicidad. Relat mi viaje a Galilea y mi encuentro con el Kristos. Fue muy receptivo, expectante y atento mientras escuchaba aquellos das del encuentro con Jeshua. Nosotros, me dijo Mahoma, consideramos a Jess como un Mensajero de Dios. Sabes, Homero, que entre las mujeres santas o puras del Islam est Mara, la Madre de Jess? Escuchaba conmovido. Me pareca asombroso pensaba en Zeus, agradecido y jubiloso, porque l me permiti transitar, como caballero andante, de siglo en siglo poder vivir la experiencia de las religiones en su nacimiento. El Islam, considera a Mara, Homero, entre las cuatro mujeres puras. Primero est Jadiya, su primera esposa, y tambin la primera mujer que acept sus revelaciones, Pocos creyeron en l en su inicio. Otra mujer es, mi hija Ftima y la hija del faran que salv a Musa (Moiss) de las aguas. Yo comprenda, musa en rabe es Moiss. EL ISLAM NO SEPARABA, DE SU TRONCO RELIGIOSO, LAS RACES HEBREAS Y CRISTIANAS; LAS REAFIRMABA. Mi nimo resplandeca. Mi interior se alumbraba con la combustin exaltante del conocimiento. Al fin entenda: los complementarios estaban presentes, actuantes, definidos en las cuatro mujeres
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puras. Lo que el Islam no aceptaba era la divinidad de Cristo. Era, como Mahoma, un Profeta, un Testigo, un Mensajero. Era su antecedente. Despus del silencio, escuch de Mahoma: Yo soy el ltimo de los Profetas. Traspasado de emocin, sobrepasado por la potencia estimulante de la sophia, yo aspiraba a saberlo todo. Los discpulos de Muhammad me decan: l es el que advierte. Recordaba que en el Evangelio de Mara Magdalena. Jeshua era El que Ensea. El que ensea es el que advierte? El que advierte es el que ensea? El Logos griego incitaba a colocar en el fuego de las ideas, en su centro medular entre las llamas, el conocimiento, la racionalidad. Muhammad fue elegido por Al para recibir el mensaje de Dios como ocurri con Ibrahim (en rabe), es decir, con Abraham: el amigo de Dios: halil Allah. As se ha bautizado a Abraham en el Corn. ME SENTA INCAPACITADO PARA ASUMIR LA VERDAD DEVELADA, DESNUDA. Cmo poda entender yo, un hombre del Logos, que Abraham, el amigo de Dios, fuera tambin un personaje amado y querido por el Islam? Atenea me dijo: Quieres saber o quieres ejercitar el dissoi logoi, el doble discurso griego? Quiero saber. Entonces preprate para lo asombroso, para la satya. Una vez ms senta que mi cabeza no poda asumir tantas proposiciones distintas (los sectarios, por eso, eligen la simplificacin y, por tanto, la barbarie) y, ahora, exasperado, interrogu: Qu significa Satya? Satya, en snscrito, significa verdad. Cuando te encuentres cara a cara con Buda sabrs la otra sabidura, la ms pasmosa. Pero por ahora, todo aqu es complemento y asombro! Por qu me lo dices? Te lo digo porque los rabes creen que Abraham es el padre de su pueblo. Abraham (Ibrahim en rabe) haba nacido cerca del ufrates, en Mesopotamia (Irak). Tuvo un hijo, Ismael, con una esclava egipcia de nombre Hagar. Su esposa Sara no le dio familia y, por ello, apelaron a la intervencin de Dios cuando el problema pareca sin remedio. Abraham tena 99 aos y Sara 90. Dios escuch la peticin de Abraham y le asegur que tendra descendencia. Abraham se lo comunic a Sara, sta, sin dudarlo, entr en una risa convulsiva. Lo crea imposible. Sara tuvo el hijo prometido por Dios. Le llam Isaac que el hebreo significa el que re. En recuerdo de la risa convulsiva de Sara. Pues bien, para los rabes el primer hijo de Abraham, el que tuvo con la egipcia Hagar, es el padre de los rabes. 56
ATENEA, SIN PRISA la prisa es el signo de los mortales DIJO: Los rabes, hijos de Ismael, Ismail en rabe, aaden que cuando Dios para probar la obediencia de Abraham, le orden sacrificar a su hijo (finalmente Dios le impidi hacerlo), los rabes suelen decir que Abraham, en vez de Isaac, coloc ante el montculo del sacrificio a Ismael. As, en el juego dialctico de la vida, hebreos y rabes compartieron, complementarios, una versin, finalmente ldica, de la existencia comn. Han sabido los hombres, en sus guerras implacables, asumir esa interpretacin para apaciguar, clementes, sus odios? No, no han sabido, gritaba yo. Atenea haba desaparecido Muhammad me ha pedido que sea nuestro husped, el husped de la familia. Yo, el abuelo, te dar una joya, el Corn y la historia de la revelacin. LE DIJE ABD AL-MUTTALIB: Podra yo saber algo del Profeta, algo que lo identifique como persona humana, cotidiana, sin desconocer su misin ante Al como Profeta? Abd al-Muttalib soseg su mirada, me pregunt: Lo que t quieres, poeta, es conocer al Profeta por sus relaciones con los hombres? Es as? S, eso es lo que quiero. Te voy a contar un episodio de la vida del Profeta que he sabido de Abu Hureyra: Un da, un hombre se present ante el Profeta y le confes que estaba destrozado. El Profeta le interrog: Qu has hecho? He tenido relaciones con una mujer en el periodo del ayuno obligatorio. Tienes un esclavo al que puedas liberar? El desesperado se desesper an ms. Soy muy pobre, no tengo esclavos. El Profeta sin impaciencia le interrog de nuevo: Eres capaz de estar dos meses en ayuno? El desesperado no entenda nada. Dijo: Desde luego que no. Puedes dar de comer a sesenta pobres? Pese al respeto y a la devocin que tena el desesperado por el Profeta, comenz a entender que su trasgresin no tena remedio. Respondi un absoluto No. Segn el relato de Abu Hureyra en aquel momento se present a Muhammad una bandeja (araq) llena de dtiles. Muhammad (que significa en rabe el alabado o el ensalzado) dio las gracias y pregunt. Dnde se ha ido el hombre que me estaba hablando?. El desesperado ante la pregunta de Mahoma, reapareci: Aqu estoy. El Profeta, entonces, le tendi la araq y le dijo, ya de despedida: Toma esta bandeja de dtiles y da limosna con ella. El desesperado le respondi: Debo entregar estos dtiles a gente ms pobre que yo? Sin dejar que le colocaran de nuevo, ante la espada y la pared, se apresur a decir: En toda Medina no hay ninguna familia ms pobre que la ma. El Profeta, segn el relato de Abu Hureyra. Solt una gran carcajada y confort a su interlocutor: Est bien, llvate la bandeja con los dtiles para que tu familia tenga comida. Yo y el abuelo de Muhammad remos juntos. Se estableci una corriente de simpata mutua: como si los dos nos reconociramos, como seres humanos, como complementarios en el jbilo. Yo que de joven haba sido amante de los perros, le pregunt a Abd al-Muttalib si conoca una historia que reflejara el amor del Profeta por los animales, esos compaeros admirables del 57
hombre en su largo viaje por la dilatada senda del origen de las especies. Saba que Darwin era el autor de ese ideario biolgico Quin pudiera tener, cercanos, esos mismos guas? Abd al-Muttalib me relat que lo que los guerreros de los ocanos de arena tenan en la memoria colectiva. Esta fue la historia: Un hombre, despus de un largo caminar por el desierto, encontr un pozo de agua. Se desliz por sus paredes y bebi hasta saciar su sed. Al salir encontr un perro, casi moribundo, que hunda sus uas en la arena seca y reseca. El camellero volvi a bajar al pozo y en una vasija subi agua para el perro. Mientras el can beba, el camellero, no sin susto, escuch la voz de Al, desde los cielos, le deca: Anda y vete, tus pecados han sido perdonados. Abd al-Muttalib me dijo: Descansa en la casa donde has sido instalado en La Meca. Maana ser un da muy largo para ti. Atenea reapareci. Ella me asegur: TODO VA BIEN. SLO T CON TU ARROGANCIA GRIEGA LO PUEDES DESTRUIRLO. PREPRATE PARA COEXISTIR CON OTRO MUNDO. No olvides ni los dtiles ni el perro del desierto Mahoma naci en La Meca, en el ao del Elefante (570 o 571?), pero los presagios portentosos sobre su nacimiento comenzaron con un hecho real: su padre Abd Allah Abdullah muri semanas antes de su nacimiento. Se dice que muri en uno de sus viajes a Yatrib (la futura Medina del Profeta). La vida colocar a su hijo, Mahoma, ante lo real: el desierto y los camellos. Su madre muri pronto y Mahoma en la casa de su abuelo: el admirable AbdMuttalib. En consecuencia, Mahoma, a la muerte de su abuelo, pas a la casa de su to, Abu Talib que tena una larga familia y perteneca, aunque no fuera rico, al tronco de una tribu y un clan con viejos linajes histricos. Abu Talib incorpor muy pronto, en sus viajes, a Mahoma el adolescente de La Meca. Era necesario que conociera y viviera en los desiertos. Un viejo anacoreta cristiano, ante el maravillado Abu Talib, le dijo que, en una visin, se le haba anunciado que Mahoma sera el Enviado de Dios. Como ocurra con el pueblo judo, el celibato no era un axioma rabe. Una mujer rica, Jadiya hija de Huwailid del clan quaisita de Asad duea de caravana, mujer de talento y riqueza, casada, antes, dos veces, incorpor a Mahoma a sus caravanas que tenan fama de ser las ms importantes de La Meca. El Mahoma, hijo de una antigua y noble tribu y de un clan no menos importante, tuvo que trabajar como camellero. La caravana perteneca a una mujer. LAS MUJERES RABES, pens, podan decidir, comerciar, ser dueas de sus actos y elegir marido por s mismas. Por qu se retrocede cuando la vida nos ensea, nos ilustra, nos moviliza hacia lo mejor? Por qu lo peor se impone? La interrogacin no es exacta, pero cmo suprimirla sin cambiar el mundo? Un historiador rabe, Tabari, dijo que Jadiya envi a Nafissa Bin Monya como mensajera sinuosa e inteligente a cumplir una tarea: desentraar por qu Mahoma, bello joven, no se haba casado. Nafissa pregunt a Mahoma, a medias palabras, por qu l, teniendo 25 aos, no 58
tena esposa. Mahoma dijo a Nafissa que simplemente l era pobre y orgulloso y que no poda ofrecer nada. Nafissa le propuso que pensara en Jadiya. La luz de los das condujo al matrimonio de Mahoma con Jadiya. Era otra mirada sobre el mundo. Uno de sus nuevos parientes era un erudito que haba traducido un Evangelio cristiano del siriaco al hebreo y al rabe. El universo del monotesmo estaba cercado: les cercaba. Mahoma recordaba no sin un interno estremecimiento, el encuentro de su abuelo, en Bahira, cono el ermitao cristiano. Y cmo olvidar a su to Abu Talib cuando le dijo que tena que ser camellero porque l no poda ofrecerle otro porvenir? Sin orgullo, Mahoma pensaba, en su interior, un interior cada da ms iluminado, que ahora, desde su casamiento, estaba entre los poderosos del desierto. El cambio social era indudable. Se le respetaba. Su nica preocupacin era Jadiya slo le daba hijas: Zaynab, Rugayya, Ftima y Umm-Jutun. Mahoma quera varones sucesores. Se dice que los tuvo con ella, pero que murieron. Por qu Mahoma no haba optado por otra esposa o esposas o por una esclava para tener hijos varones que necesitaba como jefe de una familia con patrimonio importante? Se poda entender que las tradiciones de la Arabia Flix antes del Islam permitan la poligamia y el trato sexual con esclavas. Por ello entenda que Mahoma no deseaba hacer el menor dao, primero, a la mujer que le haba elegido y, segundo lugar, quera advertir que existan otras posibilidades. Quiz era el reconocimiento ntimo de un contrato moral que no quiso romper aun teniendo la tradicin, la costumbre, la ley, de su parte. Sociologa de la realidad, ejemplo difano de los hechos humanos. Jadiya era algo ms que una mujer adulta y duea de s misma. Ella envi a Nafissa a buscarle. No al revs. Mahoma, por lo tanto, adopt a su primo Al, hijo de Abu Talib. Los dos nios haban jugado juntos bajo la misma tienda. Al tendra un papel determinante en el Islam al igual que Ftima, hija de Mahoma, con la que Al se casara. Tambin adopt a un joven esclavo que le donara Jadiya. Zayd, de la tribu de los Kalb que, por entonces, tena muchos contactos con los cristianos. TODO SE JUNTABA, pero la forma indecisa como las palabras en el aire cuyo sentido y significado no se pueden interpretar en el momento mismo, sino mucho despus. Las palabras tienen que madurar en el rbol de la existencia cotidiana. El tiempo enriqueci las existencias. El hombre llamado Mahoma se reclua, a veces noches enteras, en las cuevas del monte Hira, no lejos de La Meca, para meditar. El pasado pagano de la Arabia de los desiertos, con su propio desarrollo social, tena ya, en sus fronteras, al pueblo judo y al pueblo cristiano, lo cual era, a la vez, un problema y un desvaro. PERO la ijma rabe la unanimidad era un dilema profundo porque no es posible integrarla, sin crisis, en la libertad. Finalmente, ese es el problema mayor del hombre. La unanimidad en una ley; la libertad es lo que crea seres humanos y los impulsa hacia un porvenir incierto, mltiple. Elegir es elegirse.
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As lleg a Muhammad el mayor problema de su existencia. Tena 40 aos. All, en el monte Hira Jabal al-nur o Monte de la Luz, en el ao 611, Mahoma vivi la experiencia que cambiara su vida y, sin duda, la de una parte de la Humanidad. Era el principio de una era nueva: Mahoma estaba en su cueva, el fro le hizo Envolverse en su manta y se durmi. En ese Sueo estaba cuando se le apareci, Imperioso, el ngel Gabriel Sumido en el relato, oyente inquieto, pude, no obstante, preguntar: cmo supo que era el ngel Gabriel y no una aparicin malfica? Saba ya que, en el desierto apremiante y terrible, los beduinos crean ver, a veces, a los djins, pequeos genios malignos. El erudito no recibi la pregunta con ira. Me mir con clemencia. Dijo: Mucha gente en La Meca no le crey durante muchos aos. l mismo estuvo aterrorizado ante la aparicin. Sobremanera cuando le advirti, envuelto en la luz: T eres el enviado de Dios, el Profeta de Allah. El ngel Gabriel (Djibril en rabe) resplandeca con sus mltiples alas. Los relatos de la revelacin son distintos pero coincidentes porque han unido, en un tejido universal, el propio relato de Mahoma. El ngel despert a Mahoma y le dijo: Iqra, Lee. Mahoma respondi: No puedo leer. Entonces el ngel le zarandeo y, por dos veces, se produjo la escena imperativa, hasta que Mahoma pregunt: Qu he de leer? La respuesta fue as: Lee en nombre de tu Seor, l, que cre de la nada. l que cre al hombre Se iniciaba as, en suma, la revelacin. Segn el relato del Profeta, lo fue as: Despert de mi sueo y era como si el escrito estuviese inscrito en mi corazn. Sal de la cueva y en medio de la montaa escuch, desde el cielo, una voz que me deca, !Oh, Mahoma, t eres el Apstol de Al y yo soy Gabriel! Levant mis ojos y vi a Gabriel en el horizonte del cielo. Permanec quieto contemplndole, y cuando desvi mi vista de l, segua vindole en el horizonte desde dondequiera que me volviese. ESO, VIVIDO, QUED EN MI CORAZN. Sera el Curan (Corn) que procede de la palabra rabe Caraa, Leer. El Corn se construy y redact en tiempos distintos. Fue como el poliedro de muchos mensajes paralelos. Se hizo el silencio, Asombrado, recog las ltimas palabras de los maestros. El Corn (114 captulos y 6,211 versculos) es la obra de recuperacin de las revelaciones sucesivas a lo largo de veintitrs aos. Constituye, Homero, el centro mismo de la lengua rabe Pens: Se comienza siempre por la incertidumbre. De acuerdo con Al-Bujari, que el profeta pronunci un da, esta frase: Los sabios son los herederos de los Profetas. Me preguntaron: Eres t el sabio? EN ESE PUNTO CAPITAL, RETROCED: NO, YO NO SOY SABIO; slo he glosado los cantos que mi pueblo cantar durante siglos. Acogieron, con plcemes, mi confesin. Seguramente pensaron que sera un buen oyente, sin prejuicios. SLO QUERA
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SABER, PERO SOBRE TODO, ENTENDER, TOLERAR Y ADMITIR LA POSIBILIDAD DE LA INCERTIDUMBRE. Pens en la dura, pesada y desesperada tarea de Mahoma a la hora de transmitir el Mensaje. Era una inmensa conmocin Quin le creera? Dorm un sueo tormentoso, lleno de pesadillas y gritos celestes que retumbaban como un trueno en mi cabeza. Despert mareado, titubeante. Estuve casi seguro de que no poda proseguir la aventura. Yo era slo un hombre. Pensaba: Cmo abarcar tantos testimonios sobre el infinito? La diosa Atenea, me puso en pie. No es fcil verdad, Homero encontrarse con el dilema de la revelacin. Sabes, Atenea, quiero or ahora, una cosa, qu dijo Jadiya cuando su esposo le relat su sueo en el Monte Hira? Homero, tienes la obsesin de que las mujeres no pueden asumir las grandes interrogantes. Jadiya era una mujer que llevaba con notable inteligencia sus negocios y, adems, amaba a su esposo. S, eso lo acept. Pero el sueo de Mahoma y su reconocimiento por el ngel Jabril de que era el Profeta de Dios era una cuestin mucho ms difcil. Atenea, sin insistir en su razonamiento anterior la insistencia es siempre una debilidad o el tormento totalitario y didctico de la repeticin me seal: Jadiya acogi el relato de su esposo con gran sosiego y comprensin. Despus apel a un pariente suyo, hijo de su hermano, Waraqah ibn Naufal. Waraqah ibn Naufal me hizo saber Atenea era un experto en las Escrituras judas y cristianas. No todo el mundo viva en la juhl, en la ignorancia, en la jahiliya. La tempestad de las religiones monotestas, homero, tocaba ya el corazn del universo social y religioso. El silencio se hizo audible. Como una msica que alumbrara el razonamiento. Atenea tena una infinita gracia, sosegada para ensear: Waraqah ibn Naufal despus de or a Jadiya el relato que le haba hecho Mahoma de su propia experiencia nocturna ante Gabriel y el imperativo Iqra! del ngel le seal, a Jadiya, que no caba y no poda inventarse una historia as y que Mahoma haba vivido, en sntesis, una experiencia real. Asumi su esposa, Jadiya las consecuencias? Waraqah Ibn Naufal le dijo a Jadiya algo muy preocupante: Mahoma vivir, como los precedentes profetas le seal el caso de Moiss especialmente bajo la hostilidad. Jadiya se prepar para ello, amando y creyendo a Mahoma. Fue la primera que acept su visin. Sera la primer mujer del Islam, pero asumiendo, no obedeciendo, su propia responsabilidad. Record el Evangelio de Mara Magdalena. sta, dirigindose a Pedro, que no crea que una mujer recibiera un mensaje del Seor y no sus discpulos varones, le conmin: Mi hermano Pedro, qu tienes t en la cabeza?
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A los 40 aos, pensaba, Mahoma se plante un enorme problema: Cmo explicar a los dems, que le conocan de sobra en el largo rito de las caravanas, que tena que difundir un mandato del cielo? Fue una poca oscura, difcil, enconada. Su sostn, Jadiya. Ibn Ishaq lo ratificara: A travs de ella, Dios aligeraba su carga al Profeta acusado de ser un mentiroso. Era Jadiya la que le defenda y le daba toda su confianza. Amargo es el tiempo inicitico desde la soledad y la sospecha. Nadie es profeta en su tierra. Peor an: en La Meca la oposicin a Mahoma se fue haciendo ms fuerte, ms dura. Su discurso contra los dolos (tagut) se convirti en una confrontacin abierta con sus convencinos. Sus seguidores, que los tena, comenzaron a ser perseguidos. Jadiya, valiente, erguida sobre su tiempo, apoy a Mahoma en esos largos das y aos de tensin y negacin. Tena razn Waraqah Ibn Naufal. Entre sus seguidores, sin embargo, estaban Abu Bakr, Umar y otros notables. No obstante, algunos de sus fieles, con consentimiento de Mahoma, se trasladaron a Etiopa. Pues, all, en Etiopa exista un viejo reino cristiano que les defendera de los ataques. Hacia el ao de 619 desaparecieron de este mundo Jadiya y Abu Talib. Es doble prdida tuvo el carcter de una catstrofe humana. Mahoma intent rehacer su vida en Taif. Fue intil. SINTETIC EL DILEMA: A veces no queda ms que la ruptura, cortando todas las amarras con el pasado. Mis interlocutores, sorprendidos, escucharon con calma, con serenidad, como si tomaran fuerzas para decirme, finalmente, algo decisivo: que en 622 el Profeta tom una decisin histrica: eligi marcharse de La Meca. No poda ms. El Profeta abandonaba la idea de ser aclamado por los suyos. Mahoma parti a Yatrib, un oasis y un notable refugio agrcola del Hiyaz, lugar a 400 kilmetros de La Meca y un alto obligado de las caravanas en su travesa por el desierto. Sera la ciudad del Profeta que se llamara Medina (Madinar al-Nabi) y que hara posible en el futuro, la sntesis urbana del Islam naciente, es decir, Medina y La Meca. Mahoma, convertido en un hombre de Estado hizo de Yatrib (Medina) el centro de su experiencia poltica y religiosa. Evoqu de nuevo a Atenea, quien de inmediato me insinu que Apolo no vendr. Es demasiado sereno, demasiado apolneo. T sola me guiars? No, te auxiliar, tambin Dioniso. l conoce las fuerzas en tensin, en conflicto. l es el poder de la desmesura. Voy a vivir, aqu, en Medina, otra vez la desmesura dionisiaca? De alguna manera s. Mahoma tiene que llegar con las tribus rabes de Medina y con la comunidad juda. No todo ser slamud alikum (No todo ser la paz sea con vosotros). Vamos a ver, de nuevo, la confrontacin.
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Me sent traspasado por los recuerdos trgicos de la guerra de Troya. Me senta muy viejo para ello. Quera que se cumpliera, de una vez, la paz hebrea (shalom) y la paz rabe (salam). No suees. Homero, dijo Atenea, comprendiendo bien lo que pensaba, y tuvo que advertirme: Ya tienes, aqu, a Dioniso. Dioniso, erguido sobre su pasin de asumir la desmesura, me advirti: Vamos a asistir a la crisis del Profeta con los judos, vamos a asistir a una ruptura grave despus de un inicio positivo. No busquemos culpables. Comprendamos solamente. En las calles de Medina, la Medina del Profeta, los eruditos se contraponan entre s: Los judos no tienen el monopolio de la Revelacin. La crisis era inminente, dolorosa. Los judos de Medina, a su vez, con la Torah en el centro de su reflexin religiosa contestaban: gadol hashalom; grande es la paz. Terrible, como siempre, el abismo entre lo que dicen los hombres, lo que viven y lo que desviven y vomitan. Entre la multitud que pronto se enfrentara, volva a escuchar en la sinagoga mayor de los judos de Medina, unas palabras fervorosas: gadol hashalom ki hou haikar: lo esencial de todas las cosas es la paz. Dioniso, hiertico, firme, me adverta: Las dos partes hablan de la paz casi con la misma legua: shalom, salam. La ruptura se produjo: los herederos de la Biblia, los herederos del monotesmo (Ibrahim es el amigo de Dios e Ismael es el primer rabe aunque Adn hablaba, segn los musulmanes, la lengua rabe) se separan, endurecidos dionisiacos, en Medina aunque el Islam insista en que comparte el mismo Dios nico con los cristianos y los judos. Dioniso alzado sobre s mismo, levantados sus brazos hacia los cielos, me aseguraba: Vivirs para ver la gran crisis. Asist a la conversin de Mahoma en el lder religioso y poltico de Medina, la Medina del Profeta. El embrin del Estado musulmn estaba en marcha. Actu Mahoma con mesura. Termin con las rivalidades de las tribus de Medina. Se prepar, a su vez, para conquistar a La Meca. Atenea asumiendo las palabras de Dioniso, pero con una indudable disidencia crtica, me traslad una reflexin implacable: Todos quieren convertir a Dios en el seor de la guerra. Quieren que est al frente de sus batallones. No estuvo Santiago, a caballo en Espaa, luchando contra los rabes que conquistaron la Sefarad, es decir Espaa, la tierra occidental del Mediterrneo? Las religiones monotestas no han dudado en la hereja: el Seor es un hombre de guerra. Ellos, de una suerte u otra, mensajeros de la paz, fueron tambin trgicamente, los hombres de la guerra. Aun as lo cierto es que el Islam no reconoce la connotacin del pecado original. En el captulo XCV del Corn, versculo 4 se dice, a la letra: Hemos creado al hombre en las ms admirables proporciones. El versculo 5 aade: Despus le precipitamos al ms bajo grado de la escala. Asist con dolor (no quera ms Troyas) a las batallas de Badr (624) y del Foso (627) que abrieron a los hombres del Islam sumisin a Dios a los guerreros de Mahoma, la ciudad de La Meca de donde emigra, perseguido, en el 622, el ao histrico de la hijra, es decir, de la Hgira, esto es, de la Emigracin. Con ese ao comienza el Calendario musulmn islmico.
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En la Kaaba se destruyeron la mayor parte delos viejos dolos de la Edad de la Ignorancia. En su histrica peregrinacin de La Meca, en el 632, Mahoma asumi, con lucidez, que era el fin de su vida. Esa peregrinacin (hajj) a La Meca fue, para l y para los suyos, la peregrinacin y el sermn del adis. Despus de la ruptura con los judos, se mira hacia La Meca. Historia para la historia de lo real y lo prodigioso. Pude ver a Mahoma, montado en su legendaria camella blanca, entrando en La Meca. Su doble rostro, velado por una sombra perceptible, pareca despedirse ya de la tierra. Aboli el politesmo de la vieja Arabia y su yerno, Al advirti que su doctrina se converta en la ley: slo hay un Dios y Mahoma es su Profeta. Yo hombre de la guerra de Troya, sobreviva mal a un proceso religioso, hebreo, cristiano, islmico, cuyo clido y sobrecogedor modelo de paz no superaba, en ningn caso, la espada, la guerra, la imposicin por la violencia. El Rasul, el Enviado de Al en un punto sobresaliente me impresionaba: no se haba declarado una persona divina. Los eruditos que rodeaban en La Meca, que haban seguido sus pensamientos, sus protestas, sus preocupaciones, le dijeron, a media voz: Despus de la muerte de Jadiya, slo despus, Mahoma admiti la poligamia. En su caso hubo varias esposas. La ley, antes de l, lo permita. Lo acept. Acept, tambin su sensualidad aunque se supo que algunas mujeres de su casa haban sido acogidas por ser viudas o familias de guerreros muertos. Una de sus esposas fue Aisa, la esposa preferida despus de Jadiya. Justamente Aisa, la madre de los creyentes, pregunt un da, a Mahoma, algo que nos importa saber. Le pregunt si la djihad* (yihad en espaol), es decir, la guerra santa, es el acto ms meritorio para un creyente. El silencio, meldico y cerrado en s mismo como un crculo de fuego, esper la respuesta: La tradicin, los hadices (dichos del Profeta o de sus famosos compaeros y que constituyen Un ncleo de sabidura paralela al Corn) sealan que Mahoma le contest a Asia de la siguiente y clara manera: La yihad ms meritoria es la lucha o el esfuerzo hacia Dios o el peregrinaje piadosamente cumplido. EN SUMA, la segunda acepcin es la guerra santa. No se escuchaba la respiracin. La primera acepcin de la yihad, la lucha o el esfuerzo hacia Dios, me llen de esperanza y, al mismo tiempo, de pesadumbre. IRRITADO ME INTERROGABA PARA M: Por qu los hombres elegirn siempre el significado de la guerra contra el otro? Los telogos y los juristas han optado por la guerra. Al-Tabari, uno de los presentes, me respondi:
Djihad, palabra rabe que quiere decir, literalmente, tentativa, esfuerzo o lucha y tradicionalmente va seguida, muchas veces de la siguiente frase: es el camino de Dios.
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El primer califa Jalifa, lugarteniente o sucesor despus de la muerte de Mahoma, fue Abu Bakr, que era el padre de Aisa. Afirm, en el ao 632 el ao de la muerte de Mahoma algo que puede invitarnos a la meditacin conjunta con Homero, nuestro husped griego. Abu Bakr* se dirigi a sus guerreros: Oh, pueblo! Os recomiendo estas reglas, aprendedlas bien! No traicionis, no ocultis una parte del botn; no practiquis ni la perfidia ni la mutilacin; no matis a un nio, ni un anciano, ni una mujer, no descuajis ni quemis las palmeras; no matis ni un borrego, ni una vaca, ni un camello si no es para alimentaros. Id en nombre de Dios y que pueda Dios pueda protegeros de la espada y de la peste. Alguien me dijo: Nosotros decimos Dar al-Islam que quiere decir la casa o la nacin donde existe la Ley del Islam. Y Dar al-Harb** significa Casa de la Guerra y es el resto del mundo. YO PROTEST: Son los otros Dar al-Harb? No es demasiado? La obligacin de la djihad se funda sobre la universalidad de la revelacin. INTERROGU: Entre los Cinco Pilares del Islam existe la obligacin de la guerra? Otra vez el silencio como meditacin ardorosa. Yo, sin palabras, hubiera deseado tener a Scrates a mi lado. Tampoco poda acudir a Apolo. Estaba solo y conmigo mismo. El primero de los cinco Pilares del Islam es la profesin de fe o sahada. No hay ms Dios que Al y Mahoma es su Enviado; el segundo pilar es el compromiso de recitar las cinco oraciones (salat) cotidianas; el tercero es la obligacin de dar limosna (zakat) a los pobres***; el cuarto pilar es el ayuno (sawn) en el mes del Ramadn y el quinto es la peregrinacin a La Meca (hajj), al menos una vez en la vida. La guerra no aparece entre los Cinco Pilares**** del Islam. Y en tradicin islmica, el no creyente si se somete pacficamente a la dominacin islmica, paga un impuesto al Estado musulmn y goza de la proteccin de ese Estado. Qu hizo el hombre de todos los mandatos? Pronunci el salam, paz en rabe. Volv a repetirme pensando en la batallas de Troya: Qu han hechos los hombres con sus propias afirmaciones y sus propias creencias? No era esa misma
Abu Bakr gobern el Islam del 632-634. Hizo las Guerras contra las tribus que se separaban y finalmente uni a todas las tribus de Arabia.
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Harb es una palabra rabe que significa guerra. Se entiende la limosna como la afirmacin de que toda riqueza es de Dios y es preciso practicar el zakat como una obligacin irreversible de solidaridad. **** De la voz rabe arkan que significa pilar, es su connotacin religiosa.
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interrogacin dolorosa que me sobrecogi en Galilea, con los cristianos del Kristos? Qu se hizo de su invocacin sagrada: la paz os doy? Cerr los ojos doloridos y musit para m mismo: Qu creas? Pensabas que era fcil vivir las contradicciones de la existencia? No te advirti Zeus que los Titanes destructores buscaran y devoraran tu corazn? Quera dormir, dormir, dormir. Como si el sueo fuera una coraza que me separaba de la verdad como tragedia. Atenea no dud en decirme: Te faltan dos cosas: ver morir a Mahoma y asistir a su ascenso a los cielos. Es un sueo que se ha aceptado como un pilar de la fe. Se me otorg saber lo que signific el viaje nocturno de Mahoma por los cielos. SO viv el ascenso de Mahoma desde Jerusaln, desde la Explanada del Templo Judo que, para el Islam, sera la Explanada de las dos Mezquitas Sagradas que se levantaron all, despus de la memoria de su viaje nocturno Miraj en el caballo alado Buraq, a los siete cielos. Las dos Mezquitas all estn: en la Explanada del Templo Judo. Cerca, desde su espacio, se puede ver el Santo Sepulcro del Kristos. Un todo integrado, absoluto, a la vera del Muro de las Lamentaciones. El Profeta fue acompaado en su viaje nocturno (Miraj) por el ngel Gabriel. As dicen algunas tradiciones. Vio en los cielos a Juan el Bautista; a Jess (Isa); a Moiss (Musa); a Abraham (Ibrahim) y tambin al Seor de los Cielos. Cuando muri Mahoma en el ao 632 (el calendario islmico dio comienzo, en el ao 622, con la hijra, o hjira, es decir, con la emigracin de La Meca a Medina) se dijo, sin ms, que el ngel Gabriel estaba a su lado. Cre tener fiebre. Estaba muerto, o estaba, an, vivo? Me quedaba por vivir, sin duda, un despertar febril. Atenea puso su mano, como un haz de luz sobre mi frente. Estaba sonriente a mi lado. La haba invocado? Atenea, directa pero con dulce y armonioso tono, me dijo: Abu Qatadu nos seala que, un da escuch al Profeta decir: los buenos sueos vienen de Dios y los malos sueos del demonio. Si se tiene un mal sueo el Islam es un gigantesco dietario para la vida diaria basta con recitar un versculo del Corn tres veces para preservarte de todo mal. Hubiera deseado saber las tres oraciones, Atenea, de pronto, me ense, en su palma, siete dtiles. Interrogu a Atenea: Por qu me traes siete dtiles? Porque el Profeta ha dicho que quien coma siete dtiles en la maana no ser incomodado, ese da, ni por los venenos ni por la magia. Rogu a la diosa Atenea que me relatar ms hadices, ms dichos del Profeta sobre las enfermedades. El tema me interesaba mucho. Guerras y plagas van y vienen juntas. Galopan sobre el mismo caballo alborotado y loco.
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Vers, Homero, segn Anas Bin Malik, el Profeta dijo un da a un enfermo. Pide a Dios que te haga vivir si la vida es preferible para ti, pero pide a Dios la muerte si la muerte es ms favorable para ti. Me senta en el mundo del logos, de la razn. Pregunt: Y qu dijo del suicidio que condenan los hebreos y los cristianos? El Profeta hizo saber lo siguiente: que un hombre herido se haba dado la muerte y, entonces, Dios seal que ese hombre, que haba decidido poner trmino a su vida sin considerar su voluntad mxima, tendra cerrada su entrada en el Paraso. Mahoma, pregunt, amaba al ngel Gabriel? l dice que el Profeta, un da, hizo esta aclaracin: Cuando Dios ama a alguien, llama a Gabriel (Djibril) y le dice, Dios ama a se, male t tambin. Saba el Profeta que su cuarto sucesor, su hijo adoptivo, Al, desencadenara una guerra civil que dividira el Islam en dos grandes brazos, el Islam sunnita y el Islam chita encabezado, ste, por Al que sera asesinado, a su vez, en el ao 661, y que con su asesinato y el de su hijo Al-Hussein, en Karbala, en el ao 680, el chismo sera uno de los brazos, en guerra, del Islam entre s?. En efecto, chies y sunes buscan todava, como los cristianos de Roma, los cristianos de Oriente y los cristianos protestantes, la paz. Aisa, la esposa preferida del Profeta, no dud en tomar su caballo y su espada para luchar, en la Batalla del Camello, contra Al porque no haba denunciado, ni vengado el asesinato del califa Uzman que fue ultimado en una conspiracin poltica, el ao 656. La sucesin qued empaada por las espadas y la muerte. Ello demuestra que las mujeres del Islam, como Aisa, eran protagonistas de la historia y veladas o tapiadas. Las mujeres separadas del destino de la Humanidad niegan que, sin ellas, exista la posibilidad de la Humanidad. Homero, dijo Atenea, quiero recordarte ahora, un dilogo del Profeta con sus compaeros. A uno de ellos le dijo, esto que no se ha comprendido bien: S en este mundo como un extranjero. En hebreo migrant es el que pasa, un migrante. Quiso decir Mahoma, que todos somos migrantes? Sent que las palabras de Mahoma eran adecuadas para m: era el extranjero que pasa, vido, por los desiertos y en los parasos en busca del hombre, en busca de la Humanidad. El Corn es el centro vital de la lengua rabe y, por ello, lengua e Islam no son separables; el Corn no es siempre traducible con exactitud. Slo el rabe transforma el Corn en parte de la fe. Ello nos invita a la serenidad y, una vez ms, a la clemencia. Lutero, traduciendo la Biblia al alemn popular hizo una revolucin cultural de enorme potencia: convirti la lengua del pueblo en la lengua de la Nacin y el latn de las clases
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dirigentes se transform, progresivamente, en una lengua muerta. La lengua de los pueblos pas, al primer plano. POCAS VECES SE DICE. Yo me despeda del desierto. Viejo griego, cantor de los guerreros y los dioses, haba madurado mi inteligencia y mi visin crtica de la historia. El sol cegador de los grandes arenales me devolva, como un reflejo csmico, dos reflexiones paralelas: Mahoma para regresar a La Meca despus de la hgira, tuvo que volver a empuar las armas. Como los hebreos, como los cristianos y ese pensamiento agnico me perturbaban como los islmicos de Mahoma que, con l, y despus de l, durante siglos fueron guerreros ocupantes de pases, su fe se extendi con la espada. Y la paz, salam, shalom? Qu significado tena y tiene para todos los guerreros la fe? Me senta inventor, de repente, de la laicidad, de una nueva convivencia donde no se admite que lo sacral impida al hombre llegar a ser la Humanidad. Record, de repente el Evangelio de Phillipe. SUS PALABRAS ME DEVOLVIERON, PESE A MI SENTIDO TRGICO, AL POZO PROFUNDO DE LA VIDA: Este mundo es comedor de cadveres. Todo lo que se come tiene el gusto del odio, pero la verdad se nutre slo de lo que est vivo y aquello que se nutre de lo que est vivo y aquellos que se alimentan de la verdad son los nicos que son vivientes. NO TE DIJO ZEUS QUE TU VIAJE A LOS MUNDOS DE LOS OTROS DIOSES SIGNIFICARA DOLOR? NO SON LOS TITANES QUE DEVORAN A SU HIJO LOS QUE TE CIRCUNDAN, A TI MISMO, AHORA? QUIERES SABER TODO SIN ACEPTAR, AL TIEMPO, EL VIAJE HONDO, PESADO Y TERRIBLE QUE SIGNIFICA EL DESCENSO A LOS INFIERNOS? La mano de Atenea en mi cabeza me seren. Mis ojos an cargados del agua salada del alma, la miraron otra vez, como una criatura humana. ELLO ME RECORD que hebreos, cristianos y musulmanes haban dejado a la mujer en la oscuridad, el silencio, el velo, la agona de la obediencia como un ser inferior. Atenea me recordaba el discurso de san Pablo a los efesios. Me preguntaba a m mismo: Siempre ser as? Atenea me responda: Es una interrogacin injusta si la dicta un poeta. No siempre ser as, pero san Pablo en su tiempo, con su tiempo, dijo que las mujeres obedecen a sus maridos como al Seor, porque el marido es la cabeza de la mujer como Cristo es la cabeza de la Iglesia. As como la Iglesia est sumisa a Cristo, as tambin las mujeres debern estar sumisas a sus maridos en todo. Yo senta crecer mi ira. Me lo dices t, mujer, a m? Atenea se sublev: Yo no soy mujer; soy una diosa del Olimpo y no me mires, cantor de la Odisea, como mujer.
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Sostuve el dilogo. El apstol Philippe, en su Evangelio, dice que al comienzo Dios crea los hombres y despus los hombres crean a los dioses. Atenea, duea de la luz imaginativa de la dialctica, blandi la vieja honda. Mira, Homero, si tuvieras tiempo de ascender hasta el siglo de los marxistas, tambin te encontraras con sus filsofos. Esos pensadores aadieron no que los hombres crearon a los dioses, sino que el hombre en su fragilidad, en su soledad, tuvo que inventar a los dioses. Homero, tu que has ledo apasionadamente los Evangelios apcrifos, recuerdas lo que dice tu apstol de nombre griego sobre el nacimiento de Adn?No, no lo recuerdo. Dice que Adn nacin de dos vrgenes: el Espritu y la tierra, y que el Logos tu logos, Homero nacin del silencio. Qued sobresaltado. Aun as aad: Pero la mujer obediente y velada, la mujer que debe slo obedecer, me es inadmisible. T, Homero, no sabes que en el siglo XVIII una Revolucin cambiar las ideas y que por ella morirn, a favor y en contra, millones de personas. De qu Revolucin me hablas? De la Revolucin de 1789 que, de verdad, alborot, inclusive, el Olimpo. Los revolucionarios, el 26 de agosto de 1789, hicieron una Declaracin que fue famosa. Fue bautizada as: Declaracin de los Derechos del Hombre y el Ciudadano. S, el primer artculo de la Declaracin deca que todos los hombres nacen iguales e iguales en derechos. PRESUROSO, DIJE A ATENEA: Los griegos, con la isonoma, esto es, con la igualdad de los hombres ante la ley, lo inventaron primero, no? Siglos antes de Cristo ya era una norma helnica de la convivencia de igualdad ante la ley. S, Homero, pero la isonoma griega y la Declaracin de los Derechos del Hombre y el Ciudadano excluyeron a la mujer. En 1789 slo los hombres tendran esos derechos y, en la Constitucin de 1791, los hombres que pagaban impuestos seran los nicos que pudieron ser ciudadanos. Atenea insisti: Por si fuera poco, el Papa Po VI, ante el Consistorio de Cardenales, conden la Declaracin de los Derechos del Hombre y el Ciudadano como contraria a la Sociedad y la Religin (29 de marzo de 1790). Ni siquiera habl de la mujer excluida de los Derechos. Yo recuperaba, doliente, el silencio creador. Los titanes estaban al asecho. Mi viejo y febril corazn humano lata aceleradamente. La lucha por el conocimiento, pensaba, es la nica gran rebelin que nos queda por hacer como rebelin permanente. T, Homero, eres un apasionado del apstol Philippe, no es as? S. Cierto es. Recuerdas lo que dice a los rboles del jardn de Jos el Carpintero? Ahora mismo no. Podras decirme qu debo recordar del jardn de Jos el Carpintero?
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PHILIPPE CUENTA QUE Jos plant rboles en su jardn porque necesitaba madera para cumplir con su oficio de Carpintero. La cruz se hizo con los rboles que l haba plantado y el que fruto de esa semilla estaba suspendido sobre ese bosque que l haba sembrado. Su semilla era Jeshua, Jess y, la cruz, la planta Atenea, como si dirigiera de nuevo a un nio, me interrog, anhelante: De verdad quieres ir, ahora, al Asia profunda para conocer a Buda? Ests preparado? Si quiero y estoy preparado Un largo, profundo, sereno e inmenso sueo reparador me prepar para el nuevo viaje. Me llegaron, como lucirnagas, sin saber por qu, unas palabras de la lejana del inicio: ADN COMI DEL RBOL QUE ENGENDRARA A LOS ANIMALES Y SE HIZO UN ANIMAL: es bueno amar a los animales: son semejantes al primer hombre. Me llegaron esas frases del Evangelio de Philippe. Amaba profundamente a los animales compaeros del hombre.
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India es el universo. Jerusaln quiere ser en centro del mundo. Ciudad central, ciudad del
encuentro y el desencuentro: corazn de la crisis del mundo hebreo, del mundo cristiano y del mundo islmico. Mahoma mismo no pudo renunciar a esa centralizacin de la memoria: ascendi a los cielos en su sueo, el Miraj, el famoso y legendario viaje nocturno desde la Explanada del Templo judo: el centro de los centros. Con el sepulcro del Kristos, Jerusaln universal promulgada una nueva promesa: el reino est dentro de nosotros. Slo ah, en ese arcano, en ese espacio yo he venido para rendir testimonio de la verdad, deca Kristos se encontrar el Mesas con el logos dubitativo y racional de Pilatos: Qu es la verdad? Ciudad museo, Jerusaln de las iras inacabables, de las tres religiones monotestas. En hebreo se recita Barukh habah, bendito sea el que viene en nombre del Seor. Guerras implacables de las tres religiones en el centro de la Tierra. Segn me acerco a Jerusaln la ceniza de los siglos y los milenios se enciende de nuevo y su llama viva, erguida, arde sin reposo. INDIA ES ALGO MS: es el universo. Mi viaje hacia el Himalaya, con las torres heladas de sus cimas que buscan los cielos, me devolvi la idea de la desmesura dionisiaca. El mundo llamado India, inacabable territorio de las religiones, con los peregrinos vestidos de cielo, de azafrn o amarillo, culminan en esa gigantesca serpiente sagrada llamado el Ganges. Ante el ro senta que mi cabeza, de nuevo, daba vueltas y vueltas. Atenea, tuvo la generosidad de decirme: Tambin Ulises padeci ese desvaro; creer que nunca su cabeza dominara el crculo de la hecatombe: que el discurso humano y dionisiaco de su regreso a taca era imposible. El signo de girar indefinido sobre el eje de m mismo todava me llenaba de pavor. Todo giraba y mi cabeza daba vueltas. Cre que nunca ms recobrara el equilibrio. Sabes, Homero, que en el Tbet, los yoguis [monjes derviches] giran y giran sobre sus pies, dando vueltas velocsimas para abrirse a otras vidas, a otros karmas. Qu quiere decir karma? Karma, Homero, quiere decir acto y su sentido, religioso y moral, es sencillo y terrible: que todo acto del hombre constituye su responsabilidad y que el conjunto de los karmas decidir 71
no slo su vida presente, sino sus vidas futuras, es decir, la reencarnacin que es el hilo misterioso de los karmas, de los actos del hombre. Karma y destino. NO SON LOS DIOSES EXTERNOS LOS QUE DECIDEN EL KARMA. ES EL HOMBRE. NADIE LE ELIMINAR DE ESA INMENSA RESPONSABILIDAD. Homero record los Evangelios apcrifos: La enfermedad y la muerte son, siempre, el signo de la transgresin humana. Mara Magdalena aada en su Evangelio: La ignorancia es la destruccin. El signo de la ignorancia, como totalidad aniquiladora, me haca temblar una vez ms. Mientras tanto, Benars abra todos mis sentidos, lcidos y translcidos. Los exaltaba hasta el dolor. Dilataba mi vida. Estaba asombrado. Cientos de santuarios, miles de Olimpos alumbraban esa Tierra. Cmo era posible?... El Ganges me dijeron los monjes tibetanos, debe ser contemplado al alba. No pregunt por qu. Mi primera maana ante el Ganges, despeado del cielo, me llen de mutismo, de un silencio conmocionado que reventaba, al tiempo, como un trueno, mis tmpanos. ENTEND LA CAUSA, LA RAZN ESCONDIDA por la que millones de personas han buscado, en sus aguas que a veces se confunden con el firmamento, la purificacin y el xtasis. El Ganges es indisociable del hinduismo, pero los miles y miles y miles de dioses que pueblan sus aguas, sus orillas y meandros no son todos los de una sola religin porque la India es la madre de las religiones y su tierra es tierra-madre de los dioses. Atenea, serena, me advirti: Sus dioses son muy cercanos a los nuestros. Mantienen no la unidad, sino la divisin del trabajo. Re. Record lo que un da diran Adam Smith y Karl Marx. Cuando mi risa se apag en el alba azul, crecientemente dorado el da al sumergirse en el sol. Atenea, impvida, aadi: Brahama es el creador, con sus cuatro cabezas de len que miran sin cesar a cada uno de los puntos cardinales, pero l no existe solo, endiosado, nico. A mi lado Visn es el dios del corazn. EL PADRE CREADOR con sus cabezas de len necesita, a su vez, a Visn que labra y edifica el equilibrio, siempre fugaz, entre la vida que es efmera y las fuerzas negativas que perviven sobre las edades y los tiempos. Y quin se re y tiene las fuerzas dionisiacas del caos? Ahora s que le toc rer a Dioniso. Y fue l, quien hizo frente a la desazonante y, sin duda, turbadora pregunta: Quin se re? Quin ama y quin sabe amar?, quin se niega a que la duda racional sea la duda inteligente que inquiere y busca las races del existir? Dioniso no dud: Es Shiva. Shiva es la conciencia pura, pero tambin baila incansable en las fiestas de los hombres y las mujeres. Ama y se deja amar. Sabes, Homero, por qu? Yo no s nada. Te lo voy a decir: Visn tiene el tercer ojo yguico, el de la sabidura, y por ello, por ser el sabio es, tambin, el amante, y por ser el sabio y el amante puede desencadenar el caos. No es fcil vivir como un hombre libre que es la anttesis del esclavo y del sectario.
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Continuo: Entre Visn y Shiva existen tensiones, Visn, como Apolo, es el dios del corazn y el corazn hace posible el orden y el desorden social. No has ledo en uno de los Evangelios apcrifos, el de Mara Magdalena, que LA VERDAD, PARA SERLO, tiene que asumir la bondad y la clemencia? Por eso Lakami, la esposa de Visn, es la diosa de la belleza y la fecundidad. Son dioses para los hombres y no los hombres para los dioses. Son terribles a veces, pero, muchas ms veces, seductores, decididos a no perderse en los parasos del cielo. Atenea intervino y slo advirti: No olvides a Kali: diosa de la muerte. Ni a Kame, dios del amor y del placer. Homero, EN AQUEL AMANECER PRODIGIOSO DEL GANGES, quiso el destino que tuviera una certidumbre: que le mundo mgico, hermoso, terrible y subyugante de esa pagana de los dioses de la India, corresponda con la invencin del hombre como ciudadano, no como propietario del mundo. Una cosa ms: entre los millares de dioses que se sumergen, con millones y millones de hombres en el Ganges, el agua es fuente de salud racional. El lodo no invade ni destruye el logos. Escuchaba a Apolo como si fuera mi compaero de juegos en el amor y el caos. En el hinduismo, como en el Islam, no se acepta el pecado original. Qu significacin, interrogu de nuevo, alertado, puede tener esa dimensin del logos la no existencia del pecado original para los dioses de la India y para el hinduismo? Una sola, respondi Apolo: que el pecado, al repetirse, conformando los pecados que se acumulan en el hombre a lo largo de su vida. En los Evangelios apcrifos, no se dice, de igual forma, que las enfermedades y la muerte son una consecuencia concreta de los actos del vivir? Homero, dijo Atenea, saltando miles de aos adelante: en este ro prodigioso que nace en el cielo del Himalaya, se pudo ver el 24 de enero de 2001 una concentracin humana: de veinte millones de personas que se baaron juntos en el ro Ganges. El agua azul del cielo se descolgar hacia las orillas y anegar las llanuras. Los dioses estarn presentes en esa aventura humana de la purificacin? Apolo intervino, para dar respuesta: Pakriti, la diosa de la Naturaleza, que tambin es la diosa de la paz, asume que no existe paz verdadera ni aun cuando los hombres dejan de combatirse entre s. PARA PAKRITI ESA VERSIN DE LA PAZ ES INSUFICIENTE. No puede existir paz sin respeto pleno y armonioso del Hombre a la Naturaleza. Se dice en el Olimpo, que adems de Pakriti estuvieron presentes, la diosa Gange, la diosa del Ganges que vive en la espesa cabellera de Shiva, y tambin Agni, el dios del fuego. Kame, dios del amor y del placer, tambin estuvo presente. Estuvo, por supuesto Shiva con Nandy, el toro que sirve de montura a Shiva. Esto nos recuerda el rapto de Europa, el rapto del amor y la belleza por Zeus-Toro. El toro sigue siendo un smbolo flico y funico. Poderosa era a su vez el guila divina de Visn, dios del corazn y la bondad. Tambin representa el rito del
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equilibrio entre la vida y la muerte. La muerte no es lo peor. Lo peor son las fuerzas negativas que preceden a la muerte. La negacin est cerca de la muerte, cerca del Hades del Olimpo, cerca de la diosa Kali, diosa negra de la muerte en el panten y museo asombroso del hinduismo. Esta tierra, este paisaje que se despea desde el Himalaya, fontana sagrada de dioses y hombres, es, tambin, la tierra de Buda? S, precisamente en este recodo del Ganges, en esta cuenca de agua deslizante desde siglos, Buda, medit, or y prepar su primer sermn a los hombres. Ahora Atenea explic el clido destino de las primeras palabras de Buda. Fue aqu, cerca de aqu, al norte de Benars, donde Buda inici su palabra. El lugar Sarnath es conocido como el Parque de los Ciervos. Los cinco primeros discpulos de Buda, ascticos como l, sentados como yoguis, escuchaban. Yo me preparaba ya, como si el dios Agni, me acompaara para el ms alto destino de la predicacin de Buda: para entender la iluminacin. Las palabras de Buda en el Parque de los Ciervos no eran novedades para m: La vida, deca Buda a sus ascetas silenciosos, es inseparable del sufrimiento1, pero el sufrimiento, aadi Buda, es el resultado del deseo, del ansia2 de poder y de placer que es indisoluble del frenes por tener una vida larga L NO CREA EN LOS DIOSES (algo muy sobrecogedor para mi psiquis helnica) y que no aspiraba a ser idealizado. Su voz se alz un instante: Pero no lo olvidis, yo no lucho contra los dioses. La voz de Buda persista y, para m, era el comienzo enigmtico de un dilogo con mi propio logos. Buda, sin el menor tono sacerdotal, seal el orden de la liberacin, es decir, de la iluminacin: La nica posibilidad de alcanzar el corazn de la libertad, es decir, la iluminacin o el despertar que yo llamo nirvana3, es eliminar el deseo. El tema me apasionaba. No poda dejar de ser griego, esclavo del logos y por ello me sent atribulado por un problema: No era un vasto continente tico, el que propona Buda que descrea de los dioses, pero que no se opona a ellos? Luego, advert que la voz de Buda, en ese espacio, nico y admirable, recobraba el significado de un dilogo socrtico, esto es, no religioso en el sentido de lo Absoluto.
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Dukkha, en snscrito. Tanha, en la misma lengua. 3 Nirvana: extincin o iluminacin budista. La palabra nirvana procede del snscrito y, desde Buda, presupone la experiencia del despertar o iluminacin cuyo nivel ms alto es la extincin de todos los deseos y, por tanto, el fin del sufrimiento y supone, filosficamente, el fin de las ilusiones y de la principal ilusin-obsesin: el ego.
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PARA ELIMINAR EL SUFRIMIENTO, VINCULADO AL EGO, ES NECESARIO CUMPLIR UNA SERIE DE REGLAS. En ese punto, reglas, leyes, yo era un griego, es decir, un inventor de la ley. Buda defina el deseo, el ansia irrefrenable, como una avidya, es decir, como un falso concepto de la realidad cotidiana. Por ello, en el Parque de los Ciervos. Buda, ofreci, la Noble ctuple Senda. Yo, amigo de dioses que se integraban en las querellas humanas y, por tanto, alentaban, estratgicamente, deseos y ansias, escuchaba, sin perder una slaba, los Ocho Principios; la comprensin correcta; la intencin correcta; el discurso correcto (recordaba como anttesis, el dissoi logoii de los sofistas, es decir, el doble discurso de todos los polticos); la accin correcta, la forma de vida correcta; el esfuerzo correcto; la lucidez correcta y la concentracin correcta o samadhi4. YO ENTENDA, EN TEORA (theorien en griego es contemplacin) Y EN LA PRAXIS, UNA PARTE ESENCIAL DEL PENSAMIENTO BDICO. De una lado, la ahisma, la No Violencia que es inseparable del amor y del respeto a toda forma de vida, humana, animal, vegetal, y del otro, la exigencia de la annata5. Mis ojos se hundan como una sonda de aire, tierra, agua y fuego en el mundo bdico. Un mundo que no separa ninguna vida humana, animal, vegetal, csmica porque son inseparables en la conciencia. El paisaje de Buda mostraba una nueva idea de la vida-comn, esto es, de la vida sometida al latido del universo. Naci Buda entre los aos 556 y 563 antes del Kristos. Saba, adems, por la intercesin de los dioses mensajeros de Zeus, que Buda entr en la tierra a travs de una familia, la de los Saykas, que gobernaba el reino de Kosala en el Norte indio, a la vera del Himalaya. Nieves eternas, cabelleras blancas y helada de los milenios que el hombre, el gran depredador, ha destruido p est en trance de hacerlo. Tierra de religiones para Buda. Santos jainitas6 le haban precedido. El padre de Buda (Iluminado) era el rey de Kosala y quiso proteger a su hijo, Siddartha Gautama de todo dolor y sufrimiento, Cerr sus jardines a toda sombra de vida que le permitiera conocer la realidad. No poda suponer que Gautama sera conocido y amado un da, como Sakyamuni, el sabio de los Sakyas y, sobre todo, que Buda sera convertido en el Thatagata o el que ha ido, hacia la verdad, hacia el despertar, hacia la iluminacin o nirvana.
Samadhi es un nivel de conciencia que presupone un proceso algunos lo definen como mstico; que supone la intensidad de una concentracin que supera al individuo mismo para integrarse en la totalidad, en lo nico o el universo. 5 Annata es el no-ego, es el no-yo. 6 El jainismo, doctrina religiosa asctica que rompa todo lazo con lo material para alcanzar la sabidura.
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Buda es contemporneo de Pitgoras y Herclito [y de Confucio 551-479 a. C.], no es portentoso? Los dos filsofos griegos pertenecan al deslumbramiento de la sabidura presocrtica. Pitgoras naci en el 560 antes de Cristo. Vino al mundo en la Isla de Samos. Dicen que fue el primero que se defini, a s mismo, como filsofo, amante de la sabidura, la cual des inseparable del Nmero. Atenea interrumpi: Sabes lo que dicen de l en el Olimpo? Se dice que Pitgoras vivi cuatro vidas y que fue, en una de ellas, Hetlides, hijo del dios Hermes, y que ste le concedi, por ello, memoria eterna. Pitgoras vivi, pues, cuatro vidas. Una fue la Hetlides; otra fue la de Euforbo. Euforbo, dijo Homero, fue herido en la guerra de Troya. De Herclito qu he de decirte? Naci en feso hacia el 540 antes de Cristo. Le llamaron el Oscuro A m me parece muy claro, intercedi Homero. Herclito dijo algo que me parece perfecto: los hombres no se dan cuenta de lo que hacen cuando estn despiertos y se olvidan de lo que hicieron cuando estn dormidos. Atenea me proporcion una visin de Buda que no conoca: Buda un da, rompi el muro que le separaba del dolor, la muerte, la vejez. Su carruaje real, pese al esfuerzo de los caballeros del cortejo real que tenan rdenes estrictas para que no pasara ms all de los muros, no pudieron impedirle que viera, con sus ojos cuntos poderosos no lo quieren ver nunca? al anciano, al pobre, al abandonado y al moribundo. La muerte, con el sufrimiento, fue el gran acontecimiento inesperado para el hijo del rey. El jardn privilegiado de los Sakyas qued atrs para siempre. El paraso dej paso a la existencia real, memorable y aleccionadora. Buda pas a ser, de repente, un ser humano. Ante el descubrimiento del dolor y la muerte opt, como respuesta, por el ascetismo. Un ascetismo implacable. Esa exigencia tica llevada hasta el paroxismo hizo posible que su ombligo se pegara a su columna. Huesos y piel juntos. GAUTAMA, EN SLO DOS AOS, comprendi que ese modelo existencial, asctico, no serva al hombre. Entendi que era indispensable otra eleccin y que esa eleccin, al margen de los dioses, era encontrar un arte de vivir y ese arte de vivir para alcanzar la felicidad bdica sera la gran invencin de Gautama. ES NUESTRO COMPORTAMIENTO LO NICO QUE DETERMINA, Y NO CUALQUIER OTRA CUESTIN MSTICA, NUESTROS SUCESIVOS RENACIMIENTOS KRMICOS7. Buda asuma una nueva interpretacin de las relaciones del hombre con el mundo: Nada es permanente, todo lo que nace, muere, todo lo que se levanta hacia los cielos, cae, toda torre
Karma es acto y el hombre es una serie de actos que terminan por decidir su destino final o su renacimiento.
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alta se derrumba. Esa visin del derredor global pareca un inmenso museo del pesimismo al instituir como centro de la vida la impermanencia. Nada ms falso, segn Buda. En efecto, Buda plantea la asuncin plena de la serenidad, la ecuanimidad, la calma, la moderacin, la inteligencia, la paz. La lucha contra el deseo no implica mortificacin, sino un claro proyecto de perfeccin. Sealar, por tanto, que el combate del hombre contra el deseo finalmente deseo de poder tiene como afirmacin positiva, una de las ocho opciones (el Noble Sendero ctuple). Entre ellas, relevante, la accin correcta, la lucidez correcta y, sobremanera, la concentracin correcta, valoraciones que poseen una intensidad sobresaliente en la bsqueda de lo que Buda defina como la lucidez correcta. BUDA SE NIEGA A RECONOCER, EXTERNO AL HOMBRE, A UN DIOS CREADOR. Esa proposicin presupone, al tiempo, un juez nico. Buda afirma, al revs, que no existe un poder universal que mesure, en una balanza infinita, mritos y castigos. BUDA ASUME, EN SU PREDICACIN, que son los actos reales, concretos, de los hombres la causa de su felicidad o infelicidad y que, por tanto, son los sucesivos karmas, los sucesivos actos e los seres humanos los que determinarn su muerte y su renacimiento. Modifica Buda, tambin, la mayor parte de las ideas recibidas de las grandes religiones y de las grandes utopas. El principio de no matars que han asumido muchas religiones y las constituciones democrticas al renunciar a la barbarie de la pena de muerte, cobra, en el lenguaje bdico, en el logos bdico, una dimensin racional ausente de una mscara metafsica UN SIGNIFICADO NUEVO: no matars significa tienes que proteger la vida y, el lenguaje de Buda, del Iluminado o el Despierto, proteger la vida es proteger rodo, absolutamente todo lo que es viviente. NO MENTIR, en el universo bdico, no es exigir que se eviten las mentiras en nombre de la moral y de los buenos hbitos. Es algo mucho ms decisivo e intenso: ES DEFENDER, EN TODO MOMENTO, LA VERDAD. Gandhi, que del tronco del hinduismo trasciende al budismo, lo seala, paladinamente, con su versin tica de la satyagraha, es decir, la fuerza de la verdad. No olvides, Homero, en sanscrito sat es verdad y, a la vez, implica, en la raz etimolgica, a Dios. Buda supera la connotacin tradicional de no mentirs con una afirmacin creadora y positiva: frente a la mentira propone un proyecto admirable: la defensa de la verdad. NO ROBAR adquiere, en el mundo bdico, un imperativo tico, a su vez, deslumbrante: practicar la generosidad, el desprendimiento, la solidaridad. Recordaba que uno de los Cinco Pilares del Islam es la limosna: zakar.
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Los familiares de Mahoma me dijeron que la limosna no significa satisface la demanda del limosnero, sino advertir que toda la riqueza es de Dios y que, por tanto, el poderoso tiene la riqueza como un prstamo y que, por tanto, el zakar es una redistribucin, no una simple respuesta a la peticin del pobre o el limosnero. LOS MONJES BUDISTAS, FASCINADOS por el dilogo de Atenea y Homero intervinieron: Buda mismo sala con un cuenco en la mano a mendigar por las calles. La mirada en el suelo para no ver la cara ni la mano del que depositaba un alimento o una moneda. No juzgaba. Todo ser humano es responsable de sus actos; ningn poder externo a su ser ntimo es decisivo y, cuando ese acto se hace por razones sociales, el acto, el karma, es negativo. paradoja terriblemente aleccionadora. ES LA REVOLUCIN FRENTE A TODO PODER. Quise preguntarles a los monjes budistas por la vida sexual de los hombres. Recordaba que Mahoma se haba pronunciado, abiertamente, contra el celibato. Los monjes no dudaron: El centro de la vida sexual debe ser la derivada de la vida correcta, la accin correcta, el esfuerzo correcto. Pregunt tambin: De todos los sermones o discursos de Buda, cul elegiran? Uno de ellos tom la palabra: Yo elegira el Sermn de las Flores. Interrogu de nueva cuenta: Qu dijo Buda? No dijo nada. Le pedan ntimamente, que explicar cmo se llegaba a la Iluminacin, al nirvana. Y cmo lo explic? No dijo una sola palabra. Slo sostuvo una flor en su mano. Al fin comprendieron: el Sermn de las Flores quera significar el poder de lo esencial. No todo puede ser explicado, pero si entendido en el corazn. La mano sosteniendo una flor se convirti, en Japn, durante la expansin del budismo, en una instancia hacia la concentracin concreta: hacia la samadhi. Atenea aadi: La mano de Buda. Levantada y abierta en una mudra8.
Mudra: posiciones de las manos que suponen smbolos colectivos. La mano alzada y abierta de Buda significa: No temis.
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Buda forj una enseanza que buscaba la liberacin del sufrimiento el despertar, la iluminacin. NO OBSTANTE SABA QUE EL LEGADO BDICO, ENORME, COMPLEJO, MONUMENTAL A VECES, RONDA, TRGICAMENTE, LA FILOSOFA DE UNA CONSTRUCCIN ECLESIAL AUTORITARIA. Sin embargo, a los 35 aos la madurez en su tiempo Buda se sent bajo un rbol (que despus ha sido bautizado el rbol de la Vida) advirtiendo que no se levantara de all hasta no vivir su propia Iluminacin. Pas a su sombra cuarenta y nueve das de meditacin silenciosa. Buda pudo asumir un estado nuevo de permanencia: el nirvana, la iluminacin. LA PARBOLA ES TENTADORA PORQUE HACE POSIBLE QUE esos cuarenta y nueve das de silencio absoluto hayan tenido ms poder que siglos enteros de acumulacin organizada de su lenguaje, es decir, de acumulacin de un lenguaje egocntrico su anttesis de poder eclesial. PRUEBA DE ELLO, LE SUGERA A ATENEA, NUNCA NEGLIGENTE O PROPENSA AL JUICIO DESMESURADO, es que el budismo implantado en el rbol de la Vida no ha temido aceptar algo bien aleccionador: que son los hombres, y no los dioses, los autores del concepto de proteccin y conservacin. El miedo asume como salvaguarda la tentacin de un poder omnipotente, salvador, y el espritu de conservacin o reproduccin, a su vez, la proposicin de una luz irradiante que nos salvar en el momento ltimo de la contradiccin. El budismo rechaza esa doble tentacin de subordinacin y huida. Homero escuchaba, como si estuviera bajo el rbol de la Vida, la reflexin de Atenea. Estamos, pues, solos? NO SOLOS. HOMERO. ESTAMOS CON NUESTROS PROPIOS ACTOS. SLO ESE KARMA TRASCENDIDO, HECHO DE LA VIDA MISMA, ES NUESTRO DEPSITO PERSONAL. El tema era, sin duda, apasionante. DOS GRANDES CONCEPTOS, EL DE DIOS Y EL ALMA, SUFRIRAN CON EL BUDISMO, UNA CORRECCIN FILOSFICA FUNDAMENTAL. Dios aparece como el concepto de proteccin al que se apela en busca de tranquilizacin: la idea del alma concebida en la hiptesis religiosa, como esencia de vida eterna, como consuelo, no se traslada, mecnicamente, al budismo. SE NIEGAN ESAS VALORACIONES Y SE AADE, ADEMS, que es preciso liberarse de esas creencias para llegar a la plena dimensin del despertar individual. Atenea dudaba, DIONISO, el atropellante, el intrpido histrico, el desmesurado de todas las filosofas, inusitadamente trmulo termin as: Son nuestros actos, nuestro Karma, el nico poder de transmigracin. El herrero, el alfarero del Karma es el hombre. El budismo, sabio, ha forjado las armas, las herramientas para la batalla del rbol de la Vida, es decir la batalla por la libertad. Librate 79
primero del deseo, dijo Buda. No dej al hombre, sin embargo, atenazado y apresado entre el miedo y el deseo. Le dijo respira, vive, s un yogui. Los ejercicios del Yoga Occidente instrumentaliza todo son hoy universales no su concepcin. La referencia no instrumental es la bsqueda del equilibrio entre dos fuerzas activas integradas en el existir mismo. Una fuerza que en fsica se define como fuerza activa, se opone otra fuerza negativa. Esa es la versin instrumentalizadora de Occidente. La versin Oriental es de otra dimensin: no asume la contradiccin, sino la sntesis: la fuerza activa o emisora es Ha que se traduce como el sol o la luz, la corriente antittica (Tha) es la Luna, esto es, la noche. La doctrina yguica consiste en aceptar que lo blanco y lo negro, el Ha y el Tha, constituyen una unidad dialctica indisoluble entre s, slo el hombre, es decir, sus actos, su Karma, transforman las dos energas en tensin en un smbolo de unidad creadora. El yoga (yugo) es el acto del hombre devolviendo a la Naturaleza su papel creador de Luz y Noche: Sol y Luna: Tierra y Agua: Agua y Fuego. T solo; t y tus actos. Ese es el destino. No tuve ms que un deseo: ver por m, con mis propios ojos cegados por la luz de Grecia y la Plegaria del Himalaya, el lugar donde muri y fue incinerado Buda, el Iluminado que intent un proyecto liberador s la parte esencial de lo humano: la felicidad. Mis ojos se detuvieron en un montculo perdido en el Uttar Pradesh de la India donde se consumieron las cenizas de las cenizas del hombre que ense en el siglo VI antes de Jeshua, el Cristo. Tena, al morir, 81 aos. El hinduismo, en su pureza primitiva dir K. Coomareswamy, ignoraba la existencia de Dios; negaba la existencia del alma; era ms un cdigo moral que una religin. El bilogo Matthieu Ricard hijo del filsofo francs Jean-Francois Revel Dice algo no menos memorable. Yo, subyugado, vea contestadas muchas de mis preguntas ardientes, pertinaces, que han remontado, incansables, los siglos: Por qu Buda es venerado? El bilogo, a travs del tiempo herido siempre por la duda, contestaba slo as: Buda no es venerado como un Dios o como un santo, sino como el ltimo sabio, como la personificacin del Despierto. Buda, en snscrito, significa el que se ha realizado, es decir, el que ha asumido la verdad. El bilogo francs que abandon todo para seguir al Dalai-Lama, le escuchaba: La palabra con la cual se traduce Buda al tibetano es la voz sanguie que est compuesta dice el bilogo francs de dos slabas: sang que significa que l (Buda) ha disipado o eliminado
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todo velo al conocimiento y tambin que l se ha despertado dejando atrs la noche de la ignorancia. Detuve la palabra, cautivado por las lecturas de los Evangelios apcrifos. Recordaba que el de Mara Magdalena era igualmente contundente: la ignorancia no es el nico, sino el mayor pecado. LA TRADUCCIN DEL BILOGO despertado del sueo de la ignorancia inyectaba en m una corriente csmica: un vehemente deseo de aprender, de saber, de estar despierto. El bilogo, seguidor del Dalai-Lama, traductor y voz mediadora en el discurso del mundo, aada: La segunda slaba, gui puede entenderse como el que ha desarrollado o desvelado todo lo que hay que desarrollar o develar, es decir, todas las cualidades espirituales y humanas El dilogo entre el padre el filsofo Revel no creyente y el hijo el bilogo y cientfico, arrastrado por la ola relevante del budismo eliminan la trascendencia del Dios absoluto y el Juicio Final. El hombre, como acto, el responsable radical de su historia, de su biografa: cada acto (Karma) tiene consecuencias ineludibles. El odio no ha resuelto, nunca jams, ningn conflicto. Pisaba de nuevo tierra conocida. Los filsofos del logos, los filsofos estoicos, reverdecan en mi cabeza guardada, cada da ms, por mi cabellera. La de Shiva? No lo saba.
El santuario sacral del Ganges, el mausoleo de los dioses de la India, por tanto, el budismo,
secularizando al hombre y hacindole responsable de sus actos, haba dejado en m una imagen interrogativa tica y filosfica: cmo el cristianismo se convirti en una religin de Estado, en la Religin del Imperio, con Constantino? Esa interrogacin transportaba consigo UNA PREGUNTA MAYOR: el debate sobre la divinidad del Kristos. Atenea, en esa hora delicada y traumatizante a Dios lo que es de Dios y al Csar lo que es del Csar, dijo: Slo Apolo, en este caso, tiene que ser tu gua, Homero. Por qu Apolo? Porque Apolo fue identificado, en la Antigedad como el Rey Sol, el Sol Invictus, y el Emperador Constantino el Grande mantuvo, como monarca decisorio y desptico, la herencia pagana y religiosa del Dios-Sol. Ese fue, durante un tiempo decisivo, el cetro de Constantino. Su migracin al Dios de los cristianos fue la Historia.
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En la Vita Constantini, que Eusebio escribi no mucho despus de la muerte del Emperador (337), se habla de Constantino como espejo del prncipe cristiano. En el sentido de la magnitud del conflicto religioso que vivi Constantino. No fue Constantino, en el fondo, un hombre de Estado, cnico y lcido, que eligi, al ver morir histricamente las religiones paganas, al cristianismo como una verdadera solucin novedosa sin ser, l mismo, cristiano? El dilema tico que se desprenda de la proposicin de Atenea invit a Dioniso a intervenir abruptamente: Yo estoy de acuerdo. Desde que Constantino es coronado, en el ao 306, el problema bsico del Imperio Romano fue la religin. Las religiones paganas no eran ya una respuesta a las necesidades polticas y culturales del Imperio. Subyugado por el debate sobre el poder y la religin, intervine: HABLAMOS, PUES, DE UN PRNCIPE QUE CONVERTA AL KRISTOS EN DIOS, EN EL DEUS ABSOLUTO, BAJO LA IDEA DE UNA NECESIDAD DE ESTADO? Homero, volvi a preguntar: Constantino podra haber sido el Prncipe de Maquiavelo y no, como se dijo, Fernando de Aragn el Catlico? Esta pregunta integraba, en el debate, el incendio de una gran desmesura. Dioniso admiti y neg, para contradecir y tomar la ofensiva dialctica: Antes de Constantino, dijo, los emperadores romanos no dudaban, bien lo sabis su dedo, implacable como un rayo, apunt a sus interlocutores, Atenea y Apolo, no dudaban en proclamar que eran hijos de Jpiter y herederos de la fuerza, el coraje y el valor de Hrcules. El Olimpo griego, con Eros transformado en el Cupido de los romanos, fue un baluarte esencial del Imperio Romano. Nuestros dioses eran los suyos con sus nuevos nombres. Cmo dudarlo? La cuestin, por mi parte, est definida. Insisti: La espada de los emperadores era una espada inseparable de los dioses; lejos de un solo Dios. Qu edad tena Constantino cuando fue coronado Emperador? No lo sabemos bien, pero coincidimos en que deba tener entre 25 y 35 aos. En suma, saba lo que haca. Las batallas, sobre todo, la que gan en Roma, reinstalaron su vida poltica, sin duda, como Sol-Invictus. Todava, en el ao 310 se le asociaba, en el paraninfo del pueblo, con el Sol. Entenda que la conversin de Constantino en un emperador cristiano cambiara de alguna manera la historia. La Ilada troyana se iluminaba, a travs de los milenios, con una nueva visin del hombre y lo religioso. Constantino fue, simplemente, la anticipacin del maquiavelismo al poder o conllevaba consigo una revelacin? Apolo, viejo dios-Sol, centr el dilogo del banquete socrtico-platnico: Constantino fue eliminando progresivamente las persecuciones contra la secta cristiana. Nunca utiliz todos los recursos en un solo combate contra las religiones paganas. Dueo del tiempo, orden las piezas del gran drama religioso. SABA QUE, AL HACERLO, EFECTUABA UNA TRANSFORMACIN CULTURAL DEL MUNDO. Los cristianos en Roma y el Imperio eran
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todava adeptos a una secta religiosa perseguida, combativa, ardiente, insumisa. Su energa psquica, su valor ante las persecuciones con el imaginario colectivo de las crucifixiones, conquistaban, da a da, nuevos fieles. La sangre cristiana no era derramada intilmente: vivificaba el derredor. Su lder, el Kristos, era una personalidad revolucionaria; su discurso, su logos, sus parbolas, se cristalizaban en una gigantesca querella ideolgica en Judea y en Jerusaln a manos del Imperio Romano. Apolo se detuvo, El sol irradi su mensaje ntimo: Parezco un converso. Subray: No lo soy. Pero entiendo la impresionante tempestad religiosa que vivi, entre los cascos de sus caballos de combate, Constantino. En qu dios confiar y en quin exaltar y depositar el laurel de la victoria? Atenea intervino. Su serenidad en el juicio y sabidura, nunca opresora su indudable capacidad para establecer las fronteras entre la pasin y el argumento inteligente: No olvidemos a su vez, el impresionante debate, a lo largo y a lo ancho del Imperio Romano, sobre el dios supremo, esto es, entre el deus summus y el Sol-Invictus, entre el Csar absoluto y la idea del Estado sometido a la ley, Sol como Helios pero tambin, Csar como representacin del Estado Universal. QU HACER? Apolo, dueo de la luz, intervino: El hombre de Estado, Constantino asume, en el ao 311 su primer pronunciamiento moderno, el Edicto sobre la Tolerancia. Ese pronunciamiento sobre la Tolerancia respecto a las distintas religiones del Imperio favoreca, sin duda, a la cristiana. Aunque Galerio fue quien decidi en ese punto, pero Constantino admiti el Edicto como un hecho eminentemente favorable a su proyecto. En consecuencia, dada la responsabilidad de Galerio, l, Constantino, aprovechaba la coyuntura y esper, sin impaciencia, la reaccin de las religiones paganas y de los cristianos. Constantino, en suma, calla y otorga. Sopesa la dimensin de la crisis, la manipula y observa sus resultados. Constantino al ganar la batalla de Roma en el 3121, se encontr con los dolos de las religiones paganas y las imgenes cristianas. Roma tena sus catacumbas, sus Troyas arqueolgicas. Hubo un acuerdo tcito. La vitoria de Porta Flaminia, todava como Sol-Invictus, planteaba, al celebrarla, las alegoras y sacrificios de animales ofrecidos a los viejos dioses. Las espadas romanas o las parbolas del Kristos, los ritos victoriosos en honor a Zeus-Jpiter o las palabras de un revolucionario judo crucificado en el Glgota bajo la autoridad romana. La sntesis dialctica no era simple ni para simplificadores. En otras palabras: la gran batalla de la historia slo se iniciaba. Era una especie de comienzo en el comienzo. El hombre-memoria siempre est comenzando. Todo es inicio; nunca podr ver; el hombre finito, el fin. Por ello, la Humanidad espera la laicidad: la ltima de las tolerancias. Sin embargo, la laicidad era, todava, impensable en la Porta Flaminia.
La batalla de Porta Flaminia ocurri el 28 de Octubre del 312. Un da despus , el 29, entraba en Roma como vencedor.
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Constantino, entrado ya en sus cuarenta aos, calculador fro, temperamento manipulador, realista y cnico, crea haber visto en los cielos como viera Mahoma al Arcngel Gabriel hablndole desde las nubes el signo de la cruz y, en su entorno dorado, unas palabras no enigmticas: Bajo este signo vencers! Sueo, posibilidad, pesadilla, anuncio portentoso de un Dios nico? Pero, de sus antecesores imperiales sus iguales en la tetrarqua le haban legado, a l, Emperador tolerante, UNA GRAVE ENSEANZA: La secta de los cristianos es muy intolerante: se asume como la nica poseedora de la verdad y eso es muy peligroso. CONSTANTINO, LECTOR DE LOS VIEJOS LIBROS DE LA HISTORIA, TENA EN LA MEMORIA LA RESPUESTA DE PILATOS AL KRISTOS QUE ASUMA QUE l era la verdad, Pilatos le haba respondido, desde su logos greco-romano, de manera inmediata y distante: Qu es la verdad? ESA DUDA METDICA, a su vez, un problema concreto a un hombre de Estado: Cmo gobernar desde una sola verdad no sometida a la objetividad del anlisis crtico y cientfico? Por otra parte, pensaba el Emperador: No es esa actitud la que ha llenado a los cristianos de mrtires?. Tres aos antes de la coronacin de Constantino (ao 303), una decisin imperial orden que todos los dignatarios eclesiales debieran realizar los sacrificios en honor de los viejos dioses. El Edicto signific la persecucin, porque los cristianos se negaron a efectuar esos rituales. Ello engendr una nueva generacin de mrtires, otros huyeron al exilio. Hubo un obispo, DONAT (de Crtago) que conden el menor acuerdo entre el Imperio (el Estado) y la nueva Iglesia cristiana. Ello gener una controversia teolgica importante. Los que se negaron a pactar se consideraron a s mismos como portadores de la verdad y, por tanto, los donatistas, se transformaron en el corazn del nuevo debate. Los donatistas eran, sin equvocos, rigoristas y conservadores a ultranza. Llevaron su razonamiento a todos los supuestos religiosos y existenciales. El poder de perdonar los pecados no es solo funcin del sacerdote cristiano, sino que est sujeta, esa facultad, a una interpretacin inquebrantable: que ningn sacerdote, segn los donatistas, poda ejercer sus funciones si exista una sombra de duda sobre su vida tica. La sospecha de corrupcin implicaba la terminacin inmediata de sus poderes sagrados. UN ABSOLUTISMO MORAL; OTRO RIESGO TOTALIZADOR, TOTALITARIO. En el 311la Pastoral del obispo Pedro intentaba corregir el modelo donatista introduciendo dos invocaciones humansticas: olvidar y perdonar. Le contestaron: ni olvidar ni perdonar. Para Constantino fue un conflicto que exceda la fe y transportaba, consigo, la posibilidad de un fanatismo oscurantista revestido de intransigencia. Varios concilios insistieron en
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diferenciar el rigorismo intolerante del donatismo respecto a una fe viva, comunicable, humana. No se lleg a ningn acuerdo. Yo integraba, al tiempo, la raz filosfica y teolgica del conflicto y mi radical visin potica del mundo. Comprenda la tragedia de Constantino en su trnsito hacia el cristianismo y sus obligaciones como hombre de Estado. Atenea, aada: Piensa, Homero, por si ello fuera poco, que justamente, entonces, aparece la mayor convulsin teolgica del periodo de Constantino: la insurgencia de un presbtero, Arrio de ah el arrianismo, que arroj sobre la angustiosa transicin del mundo pagano al mundo cristiano un problema de fascinante inters y de solucin difcil. Dioniso, poco amigo de remilgos, me zarande. Pero yo no haba huido de la palabra: casi mora por ella. Y yo mismo, explique: No slo escucho, sino que casi muero al escuchar y al comprender. Hubo una grave pausa. Yo insist y persist: Cul fue el problema que arroj sobre los cristianos el presbtero Arrio? Apolo, el dios Sol-Invictus, tom la responsabilidad de ilustrarme: Arrio, desde una versin cristolgica precisa, gener una polmica desgarradora una hereja para el cristianismo establecido que se construy sobre la No equivalencia entre Dios Padre y Dios Hijo. Para Arrio, no exista consustancialidad entre el Dios Padre y el Dios Hijo puesto que el dios Hijo, aunque criatura de Dios, no poda ser de la misma sustancia (homoousios, en griego) que Dios, sino de una sustancia menor o parecida (homoiousios) lo que depar, un cisma teolgico para los Katholikos (universal, en griego) que tuvo enormes consecuencias. DIONISO, IMPACIENTE, NO DEJANDO PIEDRA SOBRE PIEDRA, INSISTI: Recuerda que la grave e inquietante cristologa de Arrio ocurre dos aos despus del Edicto de Miln (313), firmado por Constantino como Emperador de Occidente, y Licinio, como la espada imperial en Oriente. El Edicto de Miln garantizaba la libertad de los cristianos, el fin de las persecuciones y la pblica presencia de sus cultos, y a su vez, se les devolva los bienes eclesisticos y civiles expropiados. El arrianismo, por tanto, plante para los Katholikos, no slo la posibilidad de la hereja sobre un tema, lo cual no era nuevo PERO SUPONA PROPOSICIONES ABSOLUTAS. PARA ARRIO ERAN CLARAS. El hijo engendrado no es dios nada ms que pos participacin, como nosotros, y es intermediario entre dios y el mundo. Yo, un hombre del universo poltico griego y, a la vez, heredero de la funcin intimista, integradora y conflictiva entre los dioses y los hombres, me apresur a decir: Esa guerra teolgica supona una guerra civil. Era mi conclusin lgica. Constantino y Licinio, unidos como un solo hombre en el Edicto de Miln, chocan entre s y la guerra civil, en el Imperio, en Occidente y Oriente, se transforma en una encrucijada militar. Constantino en el ao 324 impuso sus condiciones a Licinio, pero el dilema cristolgico permaneca sin resolver, rebelde a todo intento de concordia en el cuadro del Imperio.
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Para Constantino, todava sin bautizar pero movilizando sus ejrcitos bajo el signo cristiano, la controversia del arrianismo engendrado o creado le pareca, para su temple de unificador, un problema que por su magnitud poda escindir al Imperio y, sobre todo, la razn de Estado. Arrio, fogoso, no era en modo alguno un adversario menor. Atenea intercedi: Debo decirte, poeta, que Arrio tena la costumbre, como t, de escribir sus predicciones n forma de canciones o versos que se cantaban o lean en los puertos, en las iglesias y en las posadas del camino. Ya sabes, ahora, que tuviste un competidor temerario y desmesurado que a la hora de la persecucin estuvo con los mrtires, no con los del apotegma olvida y perdona. l, Arrio, no busc nunca el acuerdo entre la Iglesia y el Estado. Arrio, educado en Alejandra, ciudad prodigiosa sonde las corrientes culturales, judas y griegas, paganas y cristolgicas coincidan y debatan constantemente, termin siendo el gran expositor de una crisis que, por otra parte, no era nueva. Antes que Arrio, la voz de Orgenes de Alejandra, famoso telogo de la Antigedad (se piensa que muri en el ao 254) haba planteado ya el problema. Orgenes es citado por el Papa Benedicto XVI en su libro Jess de Nazaret. En ninguna de ellas, aparecen sus interrogaciones sobre la relacin entre el Hijo, Jesucristo y el Dios Padre. Al menos en forma directa y transparente. En uno de sus dilogos, Orgenes de Alejandra mantiene la siguiente hiptesis sobre el tema que reeditara y reescribira Arrio, arrojando fuego sobre el fuego. ste era el famoso dilogo de Orgenes:
Orgenes: El Padre es Dios? Herclide: Seguramente. Orgenes: El Hijo es distinto al Padre? Herclide: Bien seguro. Cmo podra ser el Hijo si era tambin el Padre? Orgenes: En tanto que distinto del Padre, el Hijo es igualmente Dios? Herclide: Es igualmente Dios. Orgenes: Y estos dos Dioses forman una misma unidad? Herclide: S. Orgenes: Profesamos nosotros la existencia de dos Dioses? Herclide: S, La potencia es una.
Atenea, siempre sabia, intent el encuentro siempre necesario de los contrarios: Debo decirte, Homero, que el obispo Alexandro, en el ao 318 intervino radicalmente sealando que Jesucristo era el Dios eterno encarnado bajo la forma humana y que cualquier negacin era una hereja. Apolo, a su vez, intervino: Pero Atenea, ten en cuenta que Arrio discrep speramente del obispo Alexandro y, por ello, se transform en una polmica teolgica. Inacabable, sobre la esencia divina del Hijo crucificado en una cruz.
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LOS CONCILIOS EN TORNO AL CONFLICTO, NO RESOLVIERON LA CRISIS. Qu hizo entonces el Emperador Constantino? Qu partido tom? Cmo se hizo frente al antagonismo en Arrio, defensor de la proposicin teolgica de la inferioridad del Hijo engendrado y creado en relacin con el Padre Eterno? El Emperador, ello era evidente, no quera perder su ttulo histrico: el de Obispo de los Profanos. En consecuencia, busc, por todos los medios la va del acuerdo. Convoc para encontrar el consenso, el Concilio de Nicea en el ao 325. Sera parte esencial del mundo conciliar cristiano. Nicea, en Asia Menor, fue la ciudad que acogi el primer Concilio realmente ecumnico. El Emperador mismo recibi el aplauso de 300 obispos. El Pontfice era Silvestre I, y slo cabe sealar algo nada inusitado: el personaje principal del concilio fue el Emperador. Pero el Concilio tena un nombre propio dominante: Arrio. Saba Arrio, a su vez, que la mayora de los obispos procedan de Occidente. Saba, tambin, que el dilema de la divinidad y, por tanto, del que el hijo era de la misma sustancia que el Padre tena que ser resuelto de una forma u otra. Arrio dijo que l, contra quien sea El Emperador mismo, ya citado, persistira. El riesgo era la politizacin del cuestionamiento. La hereja arriana cre problemas. Reales o ilusorios? Quimera o concreciones ineludibles? La vida, como el pensamiento, es riesgo. Constantino se present ante el concilio revestido de los atributos y signos del poder imperial. Su discurso en latn, fue exacto, claro, puntual: el Emperador aspiraba a la concordia; era su oficio. Tampoco dudaba en emplear la espada. Sus palabras traducidas al griego como los Evangelios causaron una gran emocin. Arrio, que por no ser obispo no tena autoridad ni derecho para intervenir en el debate. Estaba all, herido y altivo. Su silencio forzado era la versin real, histrica, del conflicto. Su presencia fsica, su personalidad, su temperamento querellante, constituyeron un viaje tico a la agona. El acuerdo sobre el Creador universal fue vlido, pero la proposicin fundamental, es decir, que el Hijo y el Padre conforman una misma esencia, levant rumores, dudas, penas, penitencias, pasiones. El reconocimiento de que el Hijo y el Padre, en el Credo, posean la misma ousia (esencia) impona el griego como logos definitorio de las ideas. Arrio fue expulsado, de todas formas, del concilio de Nicea cubierto de anatemas, pero el conflicto se traspas al Emperador que se exiga, a s mismo, por temperamento y asuncin de su papel como Jefe de un Estado universal, la concordia. Emperador del mundo conocido saba de sobra que en el Oriente el gran tema de la divinidad persistira y continuara. Era la Ley de la Cultura y Civilizacin Oriental. Se admiti en Nicea, sin embargo, lo esencial: que Constantino era el centro de la Iglesia y que la religin cristiana pasaba a ser la religin del Imperio y, por tanto, el Emperador, asumiendo la divinidad de Jesucristo, transformaba al Crucificado en el Dios defensor del Imperio. La fundamentacin conciliar de la voz homoousios la voz griega cargada de un inmenso tejido cultural gener en el Concilio de Nicea OTRO DEBATE, subyacente, pero no menos
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apremiante: el griego se converta en la lengua que definira la Cristiandad y, por tanto, la divinidad de Jess con el formidable blindaje jurdico-poltico del Imperio? CON LA CLARIVIDENCIA DEL POETA, ESTO ES, DEL HOMBRE LIBRE, PROFUNDIC, CON PRECISIN, EL VALOR DEL CONCILIO: expulsando del debate a Arrio y a los arrianos, el emperador Constantino transformaba el Estado en una mquina de poder que excluye a la oposicin. Constantino era un hombre de su tiempo: no un santo ni un mrtir. Cre, con todas sus consecuencia, eso s, la idea del Estado y de la Iglesia como soporte del Estado. EN SUMA, el hombre de la tolerancia, en razn del fin de las religiones paganas, asuma una sola Religin y la converta en parte del Estado. Y Dios integrado en el sistema. Constantino no asesin ni orden asesinar a Arrio. Procur, al revs, que se le reinstalara en el sistema eclesial. En principio, le envi al exilio. No excluy que fuera acompaado de sus discpulos. Una vez ms el hombre de Estado Maquiavelo? Buscaba el equilibrio. Pero, era posible? Era posible integrar todas las contradicciones en el logos? Constantino, hombre de mujeres, entenda de sobra que el problema del celibato de los sacerdotes convocaba, en Oriente, reacciones abiertas en contra. Mahoma, el Profeta del Islam dira, terminantemente, no al celibato. Y Lutero, el agustino alemn, portavoz del protestantismo, rompera con esa prohibicin progresivamente insostenible de forma inequvoca al casarse con una ex monja. En sntesis, controversias cada vez ms fuertes. Numerosos obispos del concilio de Nicea ignoraban o desconocan el celibato en su prctica y en su existencia vital. La voz de Arrio no haba sido quebrada por el anatema. La polmica, oculta bajo el manto de oro y seda del Emperador, subsista. Era Dios mismo el Crucificado? Constantino, con el cetro en su mano, exigi que Arrio no fuera separado de la Iglesia, es decir, pidi o exigi que se inventara un escenario de posible tolerancia. Desde las batallas de Troya, Homero recordaba no me haba sentido nunca tan afectado por un problema tan considerable como el que ahora presenta y viva: EL PODER DEL ESTADO Y LA RELIGIN CON UN DIOS NICO. Los dioses griegos del Olimpo me haban preparado para sus guerras intestinas, pasionales. La nueva realidad, le enseaba a Constantino, el calculador, que ser Emperador y gobernar con Dios en su cetro transmutaba las realidades. El imperio se traslada a Bizancio y Oriente se iluminaba con la potencia inmensa de sus culturas y creencias. El Emperador se haca universal, cierto, pero con dos Romas, como anttesis, en busca de la unidad: la Roma que conquistara en la batalla de Porta Flaminia en el 312 y la embriaguez nica y tempestuosa de fundar, en otras fronteras del universo poltico, una Roma nueva: Constantinopla, fundada en 330. Un Dios nico amparaba su cetro. Un rebelde judo cambiaba las leyes del mundo. Bizancio, la vieja Bizancio, dejaba abierto el
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camino hacia la Ciudad de Constantino: una Constantinopla cristiana que, irreversiblemente, se enfrentara con la Roma de los Papas Atenea, intervino: la madre de Constantino, Helena, cristiana antes que l y libre de clculos polticos, apareci en el escenario constantiniano porque le era una vez ms necesario. No as, su esposa, Fausta, a la que, segn cronistas de la poca, mand matar. A su madre, Helena, le confiri el ttulo moral de Augusta. As, Helena, Augusta, fue fundadora de iglesias y monumentos cristianos en Tierra Santa. Ella, dira, que encontr, en Jerusaln, una parte de la cruz del Crucificado. Todo ello fue asumido por Constantino. Su cetro, medio metro cuadrado, transportaba y codificaba el mundo. Sombro, aad una frase: Ahora se prepara Constantino para la ltima batalla de su historia: la guerra contra los persas. Esa batalla, Homero, contra los persas, no se producir. Constantino morir antes". Yo seguira a Constantino en su viaje ltimo hacia Nicomedia. Por qu? Atenea, sonri, por vez primera en ese coloquio de anticipacin y previsin de la muerte del ms poderoso: Atiende y entiende, Homero, vas a ver a Constantino antes de morir. Le vers arrodillado recibiendo el bautismo. Quin ms podra hacerlo, as, en los siglos de los siglos? El gran autcrata, el monarca imperial que convirti la religin cristina en la religin del Estado, se dispuso a la penitencia. Recibi el bautismo y de rodillas admiti sus pecados. Larga galera de lamentaciones y admirable encuentro con una religin que admite la posibilidad de arrepentimiento y la gloria purificadora. MURI CONSTANTINO EL 22 DE MAYO DE 337. El Emperador Constantino, el Emperador que vivi la ms grande polmica de los siglos si Cristo igual a Dios y parte consustancial de Dios haba cerrado sus ojos para siempre. APOLO, el dios-Sol, regres a mi lado. Slo para susurrarme: No s si ha muerto Constantino como Rey-Sol o como cristiano DIONISO intervino intempestivo, dionisiaco, energa derramada y ardiente: Alguien a la hora de la muerte de Constantino dijo que Constantino fue el decimotercer apstol del Kristos Constantino, eterno conciliador de los contrarios, recibi a Arrio antes de morir, perdon sus diatribas e invit a la Iglesia de Alejandra a contarle entre los suyos. Fue absuelto, Arrio, del anatema y los anatemas condenatorios en el ao de 336. Ese mismo ao, en el Concilio de Constantinopla, Arrio, siempre vehemente, tuvo un ataque intestinal en el curso de uno d sus discursos de anttesis. Muri Arrio de sus consecuencias. Yerto lo encontraron apestoso de excreciones corporales. La vida, solitaria. No pudo ver Arrio, de rodillas, al Emperador de la Roma de Bizancio pedir perdn por sus numerosos pecados.
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APESADUMBRADO, TOM NOTA, ESTOICO, DE TODO, sufra y padeca el largo parntesis, dramtico en ocasiones, del proceso existencial de la divinizacin del poder de Estado La noche de los tiempos de Constantino se haba apagado en Constantinopla. La toga prpura del Emperador era ya el pasado. Despus de sus treinta y tres aos como unificador de un espacio terrqueo que pretenda ser el universo, sus tres hijos no pudieron evitar el degello entre s. Las cenizas de la herencia? Aventadas por el infierno del frenes y la lucha por el poder. Y Dios? Todos apelaban a l, pero con la espada: batallas fratricidas. Homero, t nos suplicaste que queras estar cerca de un hombre del Renacimiento: Leonardo Da Vinci. Pero ahora, Apolo, sobrecogido por la muerte del Rey-Sol-Invictus, se dirigi a m, con la pesadumbre del saber que marcaba, con bronce y esmalte, musit slo unas palabras que acreditaban la memoria del porvenir y la memoria de todas las campanas sacrales de Constantinopla: Leonardo Da Vinci, Homero, naci en 1452, en ese ao los turcos de alfanje y el Islam incidan en asalto a Bizancio. Sobre todas las cpulas de las catedrales cristianas de Constantinopla flotara ya, en 1453, el estandarte de Mahoma, el Profeta de Al, el Clemente y el Misericordioso. Constantinopla pas a denominarse Estambul. As comienzan los captulos del Corn: En el nombre de Dios, el Clemente, el Misericordioso. La absolutizacin, pues. La palabra eterna, creada, increada, como logos universal. Una visin as, sin ms, es la guerra permanente. Las religiones monotestas no posibilitan la duda. Yo lo sintetic para m mismo: Es posible vivir con un solo Dios infalible? Me interrogaba ms: Y con todos nuestros dioses? Cundo el hombre rescatar su autonoma? Apolo, ensimismado, resumiendo ese pasado impresionante, se limit a pronunciar una frase feliz e infeliz: Tambin, ansiosa, doliente y, quiz tranquilizadora por su humildad: TODO ES COMIENZO. HOMERO, NO LO OLVIDES. Apolo, inesperadamente aadi: Te voy a contar ahora mismo, Homero, algo que Leonardo Da Vinci consideraba el recuerdo ms remoto de su niez: Leonardo Da Vinci, tena en su memoria, este recuero misterioso de su niez. Apolo continuo as repitiendo las palabras de Leonardo: Estaba en la cuna y vino hacia m un milano (su casa natal, en Vinci, estaba rodeada de rboles y olivares): me abri la boca con la cola y, repentinamente, me golpe con ella en los labios DIJE PARA M: Quizs el milano que abri la boca de Leonardo con los golpes de su cola era una advertencia: habla pronto, vive pronto: no pierdas un minuto carpe diem de tu existencia que ser memorable. Pero ahora, ya estoy deseando ver la Torre de Pisa. Quiero subir, sin pausa, los 294 escalones de la Torre. Atenea y Apolo, sonrieron. Cada uno segn sus pasiones, y segn su propia luz iluminada. Entendieron, una vez ms, que yo tena trazado mi camino. No hua de la pelea, la buscaba. Fue Apolo quien tom la palabra del poder: No, Homero, antes de la Torre de Pisa y Galileo, tienes que vivir, en plenitud el secreto vital de Leonardo Da Vinci. No podemos cambiar el itinerario que te ha diseado el Olimpo. Galileo ser tu ltimo viaje al espritu del hombre. Tendrs que revivir, en el fuego el martirio de la persecucin. Galileo, 90
como Scrates, tuvo a los Titanes del odio ante s. Los titanes, en los tribunales del sistema, no desistieron. Tenan, no Atenas, como en la Toscana, las llaves condenatorias de lo sagrado. Ellos posean, inclementes, las argollas que decidirn una realidad trgica: la palabra encadenada. Florencia, pues, primero, acept.
Para m, el encuentro con la Toscana italiana fue una inmersin en la plenitud de la historia.
Torres, palacios, iglesias, museos, estatuas erguidas en las plazas con su desnudez dorada y pinturas que acumularon lo divino y lo profano del humanismo. Un humanismo proclivemente histrico, interrogante, afrontando la soledad, creadora del ser humano. Atenea nunca haba sentido es pasin: la pasin irreprimible de un poeta. Homero, quieres que te diga lo que pienso en este mismo momento? Veo que vinculas, integras y asocias el humanismo del siglo XV a la pasin hertica del conocimiento. LO HACES SIN PENSAR EN LOS INQUISIDORES INSOMNES. Ellos estn ah: no lo olvides. Los titanes que devoran al hijo de Zeus no duermen. Ms an, y te lo digo sin pausa: para cada siglo han inventado los herejes a quienes perseguir. Apolo intervino: Y en cada siglo, Homero, han inventado, adems, los pecados que denuncian ante las hogueras. Vallamos, pues, a Vinci. Pise la grama verde, el ondulante paisaje del Borgo de Vinci y mis ojos quedaron hechizados ante las sombras de las colinas del Valle del Arno. Cipreses, viedos, tierra opulentas que vieron pasar los caballos de los Mdecis que, poderosos prncipes de la tierra, fueron, tambin, cardenales y heraldos dl poder sagrado. Uno de ellos, Ferdinando de Mdecis fue cardenal de la Iglesia parte del Trono, el Altar y el Trono a los 14 aos, se comenzaba pronto. 91
El padre de Leonardo, un hombre a la vez, duro y sensible. Sus ojos tenan un viejo brillo que conoca de mi Grecia natal. l cra msticamente, que slo all, en Grecia, fulguraba, nica, la mirada de los hombres. No era as. El padre de Leonardo haba sido notario en Vinci, como sus antecesores y hered los papeles ocres de la historia. Piero Da Vinci. Un hombre reposado y vibrante. El seor Piero tuvo a Leonardo, desde la pasin contra la razn y por la va de su galopada sexual con una bella campesina. Su nombre, Catarina. No pudo oponerse, ella, al Seor Notario. No tuvo opciones Catarina. Su hijo varn se llam Leonardo. Era, segn la ley, Leonardo Da Vinci, hijo ilegtimo, PERO existe algn hijo que sea ilegtimo? Ninguno. El da de su nacimiento 15 de abril de 1452, Recordaba lo dicho a Atenea. Ao en que, en Constantinopla, cercada por los turcos del Islam, se preparaban para ver, muy pronto, sobre la catedral cristiana de Constantino, la bandera del Islam. Se bebi, en aquellas largas noches de la historia y del asedio, mucho vino de dtiles hasta que se produjo la cada de Constantinopla despus de 50 das de asedio y, en 1453 el mundo del Oriente cristiano-constantiniano pas a ser truco-islmico. El revs histrico de las Cruzadas. El mundo cambi. La madre de Leonardo, deca Ser Piero, se cas, despus con un tal Arachattabrigo, tambin del pueblo llamado Vinci, pero ni por el lado paterno ni por el materno dejaron a Leonardo sin amor. Fue una infancia, lo reconoce Ser Piero insolente, de cara a una naturaleza virgen. Nunca lo olvidara mi hijo Leonardo. Fue un ser hecho para la Naturaleza viviente. Siempre la tuvo ante si: era o estaba hecho para la inmersin en el universo. Escuchaba decir al notario, a Ser Piero, padre de Leonardo. El nio, Leonardo, tena 12 aos, lo conduje al taller de un pintor amigo. El nio llevaba, en sus manos, la cruzar el Ponte Vecchio sobre el ro Arno, un bloque de papeles. Todo lo que vea, planta, animal, pjaro y nube, lo dibujaba. Florencia le maravill. El pintor Andreas de Verrocchio era amigo del Ser Piero y se entendan sin necesidad de hablar. El atelier, el estudio del pintor, era ya famoso. Verrocchio vio los dibujos prodigiosos de los animales de Leonardo. Le interrog: Por qu? La mirada del nio, impvida, se cruz con la suya. Le escucho decir: Quien mata a un animal es capaz de matar a un hombre. La pintura del Quattrocento maravillaba la historia de la cultura. Un huracn, una tempestad, una oleada inmensa inundara el taller de Verrocchio y el planeta llamado Tierra. Se denominara, ms tarde, esa inundacin, dijo Apolo, nada ms que as: Leonardo Da Vinci, Miguel ngel, Rafael Sanzio de Urbino. Verrocchio aadira, como explicacin, su sntesis memorstica: Un da pint, sobre tabla, una composicin donde aparecan, al tiempo, Cristo y San Juan Bautista en un momento memorable; cuando Cristo reciba el bautismo Continuo Verrocchio: Le dije, a Leonardo que incluyera, en la tabla, un ngel. Impaciente, pregunt: Cmo lo hizo? Fue un ngel asombroso. Todos en el taller respiramos profundo. Haba nacido Leonardo Da Vinci. 92
Giorgio Vasari dira, sin ms, que Andrea del Verrocchio, al ver aqul ngel prodigioso, abandon su profesin de pintor. No es verdad, DIJO ATENEA A HOMERO, Se tiene la tentacin, casi siempre, de escapar a la fbula. No se asume que la vida es un prodigioso teatro del mundo. Pensaba Atenea, con esas palabras, en el Siglo de Oro espaol? En el otro teatro del universo literario? El padre de Leonardo, sin reposo, condujo a Homero a lo que l consideraba un momento decisivo en la vida de su hijo: al Registro en el Gremio de Pintores. All, en 1472, fue integrado Leonardo en su profesin. Leonardo D. SPiero da Vinci, pintore. Mi hijo tena a la hora de su Registro de pintor en el Gremio de Florencia, 20 aos. Desde los 17 viva solo en una casa que le alquil se lo dije a su madre, Catarina para que fuera a verle en la Piazza San Firenze, a la vera del resplandor del Palazzo Vecchio. Qu dijo Leonardo, interrogu. Ser Piero, le mir intensamente, como si quisiera transmitirle la historia misma del tiempo en una sola frase: Leonardo no dijo nada. Respir profundamente, como si la historia del tiempo, modificada por los hombres, le hubiera dejado va abierta para plantear y vivir otra idea del mundo. Ser Piero me abandon y me dej solo se dijo a s mismo Homero, solo con mis dioses. La noche de Florencia estaba encendida de estrellas y nubes, como guilas. Atenea me haba dicho: Leonardo no fue slo un pintor, fue ingeniero, matemtico, inventor de mquinas de guerra, cantante, msico, constructor ce cpulas de murallas. Un creador de los suelos del hombre, pero del Pensamiento autnomo. SU FE ERA EL SABER. Fue el Ulises de Homero, el primer hombre moderno Al menos, Leonardo disputara el espacio a Ulises. El silencio de Atenea me entristeca La escuch de nuevo: Vamos a ver, a hora, al bigrafo del Leonardo joven, Giorgio Vasari (1511-1574). Vasari slo saba una cosa: Leonardo haca todo lo que el hombre puede imaginar. Trabajaba todo el tiempo, modelaba, pintaba, esculpa, escriba, cantaba: un da present al Consejo de Florencia un proyecto para construir un canal que llevara el agua del Arno a Florencia y Pisa. Leonardo amaba de tal forma a los animales que no poda sufrir que los encerraran. En los mercados compraba los pjaros a los vendedores y los pona en libertad. En su jardn haba siempre alimentos para las aves y los roedores. Tienes que pensar, me dijo Atenea, que Leonardo era bello, generoso y lcido. A un clrigo, n sus das pascuales roci sus cuadros, muy desnudos, de agua bendita, le arroj un caldero de agua sobre su cabeza cuando bajaba las escaleras. l fue una Vita Nova, pero una vita Nova permanente.
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Los prncipes y los reyes se disputaron su obra, cuadros, estatuas, proyectos militares o civiles. Escriba constantemente sus diseos en su cdigo propio: una escritura secreta, invertida para leerse con espejos intraducible a los dems, donde acumulaba conocimientos, dibujos, diseos de mquinas voladoras y carros con mecanismos increbles para la guerra o la vida. Su primera paga, el 16 de marzo de 1478. Entreg el encargo del Monasterio de San Donato, en 1481, para que pintara el cuadro La Adoracin de los Magos y, posteriormente, los cuadros de la Sagrada Cena y Mona Lisa. Leonardo se transfigur en el hombre el porvenir. Ldico, Leonardo fue famoso, tambin, por su ruptura con el sabio tradicional apresado y encadenado al mundo solemne y sacral. Su sentido del humor, dibujando y creando con materiales mltiples, animales prehistricos, le permita romper con todas las apariencias banales. Sus bromas, a veces, crueles, las empleaba, siempre, contra los solemnes. Apolo, me de las hizo saber que el 7 de junio de 1473 alguien, sin nombre, deposit, en el buzn de las denuncias para la Seora, una acusacin grave y peligrosa en su tiempo: que Leonardo, el pintor, y otros elegantes de la ciudad de Florencia, practicaban la homosexualidad, la sodoma. Fue conducido a los tribunales? No, porque en Florencia de su tiempo, ejemplo de todas las libertades de Renacimiento, esa eleccin sexual condenada por las leyes era transgredida e invadida por la realidad social. Nada impidi que el pintor de Las Vrgenes y Los Apstoles del Kristo, tuviera que vivir bajo la sospecha de los virtuosos a los que su asombrosa belleza de varn adolescente conturbaba. Alguien titul ese parntesis sexual as: el pecado florentino. Atenea intervino: La vida de Leonardo es incomprensible, Homero, sin su abandono de Florencia. Su fama se extenda por Italia y los Duques de Miln, los Sforza, le contrataron. No slo al pintor, sino al ingeniero, al gemetra, al inventor de armas de guerra, al creador de nuevas mquinas el arte militar. As, Leonardo, abandona Florencia a los treinta aos, en 1482. Escribi su Currculum para los Sforza. No dejaba de sealar que poda ser, a la vez, ingeniero militar y civil Repasaban, mudos sus dibujos anatmicos, el desciframiento del cuerpo humano. Tendones, rganos internos, minuciosa elega del aparato genital, asombrosa precisin a la hora del desarrollo del feto en su evolucin interna; cabezas erguidas, huesos y nervios vinculantes entre s, estructuras seas, el sostn de la pirmide humana que es el hombre. ESOS DIBUJOS PERFECTOS, dotados de un conocimiento entrenado en las autopsia su correspondiente con una intrpida visin, desnuda y perfecta, del cuerpo, no era distinta de su visin, igualmente anatmica, de la Natura. Los dibujos de los rboles de Leonardo poseen la plenitud de la sonrisa de la Mona Lisa y la precisin de un bistur ordenando el misterio de su tronco y de todo su sistema nervioso hundido en la tierra, en el aire y el fuego.
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Apolo, aadi: No es el pintor de la naturaleza: es un pintor que explica cmo nace y cmo se desarrolla un rbol. Es otra clase de amor; es una mirada que analiza y tiene, dentro de si, la flor y la tormenta. El humanista, en suma, desentraaba la evolucin del ser humano en el vientre de una mujer como un continuum y la evolucin de un rbol, atado al vientre de la tierra, tambin como ese mismo continuum. El padre de Leonardo aport, repentino, una parte, poco evocada, de la biografa de su hijo: Leonardo supo, estando lejos de Florencia, lo que le sucedi a Savoranola, el monje dominicano, prior del Convento de San Marcos. Savoranola, era la anttesis del florentino del placer y la alegra de vivir. En 1497 quem, Savoranola en la Plazza della Signoria, todos los smbolos de las vanidades: mscara, pelucas, instrumentos musicales, libros de poesas, obras de arte. El fantico del convento de San Marcos muri, en 1498, en la hoguera de los inquisidores. Espectculo trgico, terrible. Lejos, el corazn de Leonardo, siempre frente a toda barbarie, se estremeci. Apolo proporcion un elemento ms de la implacabilidad de los inquisidores y titanes: Le quemaron vivo en la misma Plazza donde Savoranola quem las pelucas y las togas de las vanidades. El poder de los Inquisidores no olvid que Savoranola quemaba, tambin, los smbolos del Trono y el Altar. Demasiado. Demasiado, tambin, el Currculum Vitae que envi Leonardo al duque de Miln: Puedo, tambin, ejecutar esculturas de mrmol, bronce o tierra cosida, lo mismo en la pintura, mi obra puede igualar a la de cualquier otro El Duque de Miln ley minuciosamente el Currculum Vitae de Leonardo, saba, por los Mdecis, que aquello que afirmaba Leonardo Da Vinci era cierto. Entre 1482 y 1499, en Miln. Leonardo, realizaba. A su vez, una obra inmensa. Unira a la ingeniera del aprovechamiento de los ros la arquitectura del paisaje. Era un urbanista inventando el porvenir. Ve a las ciudades no como campamentos carcelarios, sino como urbes para la convivencia. La obra de Leonardo aspira a la perfeccin, pero desde una perspectiva de la belleza como totalidad. l no pinta, no esculpe, no edifica torres de guerra; l construye una idea global de lo bello y lo firme Platn a su lado: la belleza y el Bien. Nunca se separ de la belleza. Terci Apolo, pensaba sin censura moral o condena alguna, dijo entonces: Hay cuadros de Leonardo en que la belleza, como el retrato de San Juan Bautista, con su sonrisa, su desnudez, su cabellera, su alzado dedo irnico u obsceno, identifica, quiz, el retrato de un hombre amado. En la sombra alada de la sonrisa de Juan el Bautista est ya, la de Mona Lisa. Por aparte, Atenea refiri que: Leonardo tuvo un encuentro con el matemtico Luca Pacioli en 1496. As, Leonardo Da Vinci ampli sus conocimientos cientficos con el matemtico. Se apropiaba de las races y formas de una educacin complementaria. EL CDIGO 95
VERDADERO DE DA VINCI GRAVITA SOBRE LA DECISIN DE NO ASUMIR NINGUNA CREENCIA RELIGIOSA QUE IGNORASE LA EVIDENCIA, LA EXPERIENCIA, LA RACIONALIDAD: Raggione y Sperienza, Saper Vedere. Desentraa el cuerpo humano, lo reestructura con los ojos abiertos; no acepta ninguna creencia que no asuma la concepcin central de la materia como un mtodo ordenado del desarrollo de la vida y de su evolucin. Anticipaba a Darwin. Como pintor, no elige, solamente, el cuerpo humano, sino sus entraas, sus orgenes. Dice, para s y para todos, la sperienza, interprete fra lartificiosa natura y la humana spetie. Su cdigo, nada secreto, aparece en su encuentro con Ludovico Sforza, Duque de Miln. Le haba dicho: puedo construir caones, tengo soluciones nuevas para las batallas navales. No saba Ludovico Sforza, que el guerrero de la ciencia era un cantante de voz tan hermosa como su rostro. Su famoso retrato de hombre maduro, con sus barbas batiendo su cabeza altiva, lejana y desafiante, como un Zeus, es una simulacin. Leonardo se esconde en ese autorretrato y reclama la paz solitaria. Es de tanta significacin que, baste decir, invent una lira de plata para acompaar sus cantos. Ante el asombro de los Sforza, cuyo adalid el viejo Francesco, cabalgaba en bronce y a caballo, Leonardo Da Vinci gan un torneo musical en Miln. Qu lea Leonardo? Ttulos como estos: Tratado de Ciruga de Cauliaco, Historia Natural de Plinio, Libro de Aritmtica de Piero del Borgo, Libro Secreto de Virtudes de Hierbas, Piedras y Animales de Alberto Magno. Tambin, Sobre la Agricultura de Piero Crecencio, una Biblia en italiano Apolo aadi: Tambin estaban en su biblioteca las Epstolas de Ovidio y una Sintaxis Latina y Las Vidas de los Filsofos de Digenes Laercio. Los Sforza de Miln queran sobrepasar en luces, la fama de Lorenzo el Magnfico de Florencia. Leonardo fue el hombre adecuado para ello. El poder requiere algo que el Poder no tiene las ms de las veces: la lucidez sosegadora de la inteligencia. Una de las aportaciones ms famosas de Leonardo en Miln se cifr en su participacin espectacular en la boda del sobrino de Ludovico Sforza. Con motivo de tal acontecimiento se encarg a Leonardo que diseara el espectculo nupcial Leonardo dise una gran esfera que giraba con los planetas y con sus dioses y diosas Todas, dijo feliz, pudieron hacer su recorrido ante los novios Leonardo, se dira para siempre, invent, con esa fiesta, uno de los mayores espectculos de su tiempo. El msico y el cantante no eludi su propia voz. Miln se entreg al hombre que representara el Renacimiento: la evidencia y la experiencia cientfica frente a las creencias en crisis. De pronto, yo, Homero, y ante m, se presentaba Leonardo como el estudio anatmico y espiritual de un hombre nuevo: u hertico, anti-fantico que buscaba evidencias y se preguntaba a s mismo y preguntaba: a los dems, insomne, intratable, sobre las proporciones y el origen de las
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cosas. Su mirada de arquitecto evocaba las soluciones que haban dado a las cpulas los nuevos ingenieros. Expona, como ejemplo, la cpula de Santa Mara de Fiore. Nunca un Leonardo quieto, aunque su vida no era la de un activismo desmesurado. Al revs, era parte esencial de un canto misterioso interno, que evocaba, a su vez, la belleza y el orden matemtico. Roma, tierra de los Papas, sinti el arrebato funico de Miln. Pero, cmo poda estar Leonardo Da Vinci, como Miguel ngel, al margen de Roma?
La Roma de Csar Borgia Y cmo llega Leonardo de Miln a Roma? Lleg a un ao clave: 1502. No tuvo vacilacin: En 1502 le contrat Csar Borgia. No como pintor, sino como ingeniero de armas y defensa para la guerra. Siete aos antes haba iniciado Leonardo La Sagrada Cena. Como Mona Lisa, La Sagrada Cena es un misterio. Creada, increada, recreada constantemente, nunca separada de l, parte activa de l. Quin era el hombre llamado Csar Borgia Pregunt; pero ni Atenea ni Apolo accedieron, lo que preguntas es cosa de Eros. Me sobresalt: Eros, el dios del amor y el caos? El que vuela con sus alas de oro disparando las flechas que tocarn el corazn o la ira de los hombres y las mujeres? S. Y por qu? Atenea pidi mesura. Eros, me dijo, es el indicado. Csar Borgia, de la familia valenciana de los Borja, duques de Ganda (Borgia para siempre en Italia) era hijo del Papa Alejandro VI, al igual que Lucrecia Borgia. Sorprendido, porque clemente conoca los ejercicios erticos de los dioses griegos, interrogu: Cmo fue? La familia de los Borja, valencianos, Duques de Ganda, grandes seores de la Corte espaola transformados en Borgia en Italia dieron dos Papas a la Iglesia catlica: Alejandro VI (1471-1484) y Calixto III (1435-1458). Prosigui Eros, como para s: Los Papas tenan, como suelo y sello de su poder, los estados Pontificios y tenan que defenderlos o acrecentarlos con los peores mtodos o la mejor diplomacia. La Iglesia era el segundo poder: el primero los Estados Pontificios, el Trono antes que la Iglesia, sta ltima perturbada por los negocios de Estado. Eso explica las causas por las cuales el hijo del Papa (lo tuvo cuando era Cardenal, como a Lucrecia) pidi que Leonardo viajara a Roma. Lo quera como artfice de las armas de guerra. La Iglesia viva en la violencia. Como otro Estado ms. Eros, meditabundo, pero (podra decirse de l que era un autntico Homo ludens o un desaforado Homo demens?) explicaba con calma, sin juicios de valor. Su sonrisa y, a la vez, su
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prontitud para arrojarse al caos, me inhiba. No obstante, apasionado incit y ret a Eros. Cuntame ATENEA ME INTERRUMPI: VES, HOMERO, QUE TODO ES COMIENZO? Interrogu: Por qu? Atenea, sabia, contest: Porque tu libro, la Odisea, se inicia as: Hblame, Musa y la Ilada, a su vez, Cntame, oh diosa Oa a Eros: El cardenal Rodrigo Borja, antes de ser el Papa Alejandro VI, tuvo amores con una belleza e alzada monta: Vanozza Catans. Tuvo con ella varios hijos ansiosos, iracundos, soberbios t vehementes. Los ms famosos fueron csar Borgia y su hermana Lucrecia Borgia. Su hermano Juan, muri asesinado. Apolo, sin discrecin, apunt que en Roma se dijo que le haban matado su hermano: Csar Borgia. Eros no tena la ltima palabra, saba que sus flechas si daban en el blanco, muchas veces para mal: otras, inesperadamente, el flechazo sala bien. Aadi Eros: Otro Francisco de Borja y Aragn de la familia de Alejandro VI fue el sucesor de Ignacio de Loyola, como general de los jesuitas. Entonces intervino, Atenea: Ese Borja jesuita tuvo, como sucesor de Ignacio de Loyola, guerreo y santo, serios problemas con la Inquisicin1. Pero, por qu y para qu contrat Csar Borgia a Leonardo llevndolo a Roma? Eros, no dud en decir con sinceridad que lo que conoca bien eran las aventuras de lujuria y poder de Csar y Lucrecia, pero estaba totalmente desinteresado del convenio entre Csar y Leonardo. Slo Atenea sabe esas otras cosas. Divisin de poderes y sabiduras. Atenea subray: Leonardo fue contratado con Csar Borgia, que aspiraba a unificar los reinos de Italia, como ingeniero militar. El Papa pensaba en l, tambin, como arquitecto y pintor. Pero Giorgio Vasari dijo que ni a Miguel ngel ni a Leonardo los contrat directamente el Papa reinante. Yo creo que pensaba, entonces, todo el mundo: que Csar Borgia quera construir para s, dado el desorden de Italia, un principado que fuera ms poderoso que el ducado de Miln de los Sforza o el poder de los Mdecis de Florencia. Csar Borgia recibi a Leonardo Da Vinci en el Palacio Ducal de Urbino. Quera a Leonardo para la guerra. No se entendieron: asimetras de carcter. Cuando Csar Borgia se apoder de la pacfica de Urbino, recibi, en el Palacio Ducal. Leonardo se encontr all con un cuadro de Verrocchio: una Madona. No dijo a Csar Borgia, ni una sola palabra sobre el cuadro. Haba participado en l? Se detuvo Leonardo, eso s, ante
La Compaa de Jess se fund con el Papa Paulo III (1534-1549) de la familia de los Farnesios, en 1540, con la Bula Regimini militantis Ecclesiae.
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un retrato de Rafael, realmente prodigioso: La Muda. Leonardo no pudo soportar a Csar Borgia. Se march de Roma en 1503. Retorn a Florencia. Apolo hizo saber a Atenea que Dioniso deseaba intervenir en el coloquio. El mundo dionisiaco se negaba a admitir las medias verdades. Atenea, propiciaba el equilibrio, no se senta feliz con el Homo demens que habitaba, rspido, en todo el proyecto con su tradicional desmesura. Dioniso no dud en decir lo que tena en su temida y dura cabeza: La Roma de los Csares y los Papas no agrad a Leonardo. La lucha de poderes, mezclando lo sagrado y lo profano, paralizaban su cabeza inclinada a la comprobacin material de la vida. Dioniso lo dej claro: Leonardo no crea en los dioses. Era un no creyente. El Renacimiento pona en duda el mundo medieval. Leonardo, estudioso perseverante, predicaba en tiempos de banquetes de las clases dominantes una comida sobria. Con esa actitud se opona, sin equvocos, a las comilonas incesantes de Roma. La muerte era, para Leonardo, parte de la razn; no de la fe. La muerte se explicaba con la vida. Era ya un maestro de la dieta. An aadira: El carcter casi divino de la pintura de Leonardo hizo posible que se dijera que el espritu del pintor se transform en una imagen de Dios. No se dud en decir que esa proposicin era otra proposicin hertica. Lo cierto es que Leonardo apelaba a las inmensas fuerzas creativas del hombre. Era ms dionisiaco que apolneo? No, pero Dioniso rea como un fauno. En Florencia, Leonardo volvi a ser solicitado para que hiciera un estudio hidrulico del ro Arno. La ciudad estallaba: el agua se transformaba en una necesidad urbana moderna e inaplazable. Apolo dijo: En 1504 Francesco del Giocondo encarg a Leonardo el retrato de su esposa: La Gioconda o Mona Lisa. Apolo, sin inquietud, sereno y calmo, asumiendo la necesidad de moderar a Dioniso, dej en el crculo platnico Tal pareca el Dilogo una observacin inquietante: El rostro de la Gioconda es un eterno comienzo, inacabado, de Leonardo vuelve y vuelve a l, lo retoca, lo recrea e insiste, insiste Sus manos, extraas, como las de la Madona y el nio de Verrocchio, reposan sobre s mismas, pero ajenas al cuerpo, mientras Mona Lisa mira y sonre, sonre y mira, impvida, al pintor. Llevar consigo, Leonardo, el cuadro nunca lo entregar a su marido y, en la Corte de Francia, estar con l. Como el cuadro, la Cena del Kristos con los apstoles, el de Mona Lisa forma parte, tambin, del misterio de Leonardo. Nunca sabremos, por Francesco del Giocondo, si el retrato era el de su esposa o si, pintndola, desvel, de otra forma a Juan Bautista Ahora, contratado por el rey de Francia con el retrato de la Gioconda consigo Leonardo se preparaba para su muerte, asumiendo la belleza como una totalidad material e inmaterial.
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Atenea imprimi potencia a sus palabras e insisti: El contacto con los poderes polticos y religiosos en Roma le caus una decepcin profunda, duradera. No era cuestin, solamente, de escrpulos estticos, sino ticos. Su encuentro con Csar Borgia fue un desencuentro. La muerte del Papa le revel, tambin, la fragilidad de todos los poderes. Atenea, al razonar, se cuestionaba a s misma, pero no dud en decir: Al morir el Papa Borgia2, Roma se llen de soldados que aspiraban a influir, en nombre de los Estados Pontificios, en la eleccin del nuevo Papa, y Francia amenazaba tambin Dud un momento antes de proseguir. Finalmente aadi: Maquiavelo (1469-1527), florentino al igual que Leonardo, lleg a Roma en 1503 y, por tanto, conoci all la muerte sbita del Papa Borgia, Alejandro VI. Roma viva una alta tensin sucesoria entre los distintos poderes. Maquiavelo no pudo dejar de saber que otro florentino, Leonardo, estaba en Roma contratado por Csar Borgia. Leonardo se marcha de Roma en ese tumulto, Maquiavelo llega en esos das. Leonardo est muy contrariado por que la inseguridad, a la muerte del Papa, se acentu. Las calles eran poco seguras, contara Maquiavelo, por carta, a sus amigos florentinos. Maquiavelo se encerraba en su cuarto en la noche. Vio el cnclave que eligi al nuevo Papa, Piccolomini, cuyo reinado dur un suspiro. Su sucesor fue Julio II (Della Rovere, 1503-1513). Mientras tanto, Leonardo ya en Florencia, trabaj en el proyecto hidrulico del ro Arno. En Roma se tema la peste cuando en el cnclave del 31 de octubre de 1503, Julio II fue elegido sucesor, salvo el parntesis de Adriano VI. Das antes, Maquiavelo deca a sus amigos que todo indicaba al cardenal Della Rovere como sucesor. As fue. Los dos florentinos, Leonardo y Maquiavelo, capital humano de excelencia, vivieron el acontecimiento. Poder de los Estados y de la Iglesia. Las cartas de Maquiavelo, en noviembre de 1503, dan cuenta del nombramiento del Papa. Aada: El Papa ha sido elegido a puertas abiertas. Julio II, ya Papa, se desembaraz rpidamente de Csar Borgia. Curiosamente, Maquiavelo se mostraba asombrado de la ingenuidad de Csar Borgia. Aada: Cmo poda fiarse de la palabra de un Papa del que l haba tenido en el exilio y humillado durante diez aos? Csar Borgia, apartado del caos italiano, muri en Espaa. Los Borja-Borgia vivieron entre la Roma pontificia, los Estados papales y la Espaa imperial. A quin atender a su vez? Cuntos amos y amores al mismo tiempo? Leonardo se fue de Roma. Mientras l prepara la culminacin de una obra asombrosa. Maquiavelo rene y acumula notas y categoras, conceptos y experiencias, para escribir el
Alejandro VI, que dividi el mundo por descubrir entre Espaa y Portugal y que en 1494, convirti en Catlicos a los reyes espaoles de Castilla y Aragn, Isabel y Fernando, muri el 18 de agosto de 1503.
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Prncipe. Leonardo y Maquiavelo se cruzan en la tempestad de la historia, como dos inteligencias crticas bajo el disfraz del Poder. Con l, pero independientes. Dura trama del genio integrado en el karma de los poderosos. En efecto, Julio II, sucesor de Alejandro VI solicitaba el auxilio del rey Luis XII de Francia para que le ayudase en la conquista de los Estados en rebelin, dejndole, al francs, sin ms, las manos libres en Miln. Acuerdos sucios, torpes. ATENEA, en ese cuadro histrico, en la pirmide de ese inmenso edificio de intereses srdidos y conflictivos, AADIRA EL GRAN EPITAFIO: Seran Luis XII de Francia y, finalmente. Francisco I de Francia, quienes negocien el trnsito del gran florentino Da Vinci a las Galias. Apolo, en ese momento, cierra, con el epitafio del poder y la servidumbre de los intelectuales, su memoria. Sus palabras, medidas, serenas pero cuestionables, ordenaron el coloquio socrtico: En 1509 Leonardo entreg a Luis XII el cuadro que proclamaba la victoria de Francia sobre los venecianos. Equilibrios de poderes. Cuadro famoso, insisti Apolo, que vincul a Leonardo, le gustara o no, con los conflictos y equilibrios entre el Papa y sus obligaciones con el Trono, ms que con el Altar, en los combates de la historia en torno a los Estados Eclesisticos. Su conversin en el Estado de la Ciudad del Vaticano, en 1929, slo como Estado de la Ciudad del Vaticano, fue una de las mayores victorias (impuestas) de la Iglesia catlica. Forzada victoria, aunque dej atrs la victoria insensata y conflictiva del poder temporal y el poder de la Iglesia. Para Leonardo, la crisis de Roma, la demolicin del poder de Csar Borgia, los conflictos locales de Florencia nunca se pudieron establecer las bases para los grandes proyectos hidrulicosle decidieron. Acept un contrato con una Estado-Nacin: Francia. Maquiavelo se lo haba advertido: El porvenir no es Italia. Continuaba el coloquio y Apolo intervino: Despus de su estancia en el ex Miln de los Sforza, ahora bajo el control francs, Leonardo lleg a Francia. Un gran monarca en guerra permanente con Espaa, se asombra en Lyon, de uno de los juegos mecnicos de Leonardo. Interrogu: Era una mquina militar? No. dijo Apolo. Era un len mecnico que se abra por el vientre para mostrar las flores de lis de la corona francesa. Francisco I, jubiloso en su identidad nacional, se rindi. Leonardo sera considerado en Francia, un genio florentino sirviendo a un monarca que aspiraba a representar, a su vez, la revelacin del Renacimiento. Tratado como un sabio, reconocido en todas las dimensiones de su talento. Leonardo vivir en Amboise das y aos felices. Ve declinar su fuerza. Lo declara con una frase leonardina: La sopa se enfra.
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Sus proyectos, sus esquemas, sus dibujos de cabezas para disear el cuadro de la Batalla de Anghiari, son ejemplares. La ira de los bocetos, la energa que asume, su plasticidad furiosa, la potencia de sus rasgos faciales continan siendo ejemplares. Mona Lisa, el cuadro estaba con l, pero cmo no verle en los rostros del La Virgen, el Nio Jess y Santa Anna? Cuadro prodigioso donde la sonrisa de la Virgen y Santa Anna buscan, reconcilian, esperan y alertan la concordia de Leonardo con la vida como un continuum amoroso y radiante. Record las palabras de Atenea. Leonardo iba a morir. Le pregunt si el rey Francisco I, estaba a su lado. Leonardo sonri. No quiso herir Pens en los pjaros que compraba en los mercados para dejarlo volar libres desde su palma? Quiz s. l, que siempre sinti una piedad irreprimible por los animales, hermanos, sonro. Su sonrisa evoc la palabra: El rey no estaba a la vera de mi cama cuando me lleg la muerte. Estaba lejos, en la pelea por el poder. Se extingui, Leonardo Da Vinci, en las orilla de Amboise, el 2 de mayo de 1519. Un ao antes, en 1518, Martn Lutero haba rehusado retractarse de sus escritos contra la Roma papal. En 1521 el Nuncio del Papa en Alemania comunicaba a Roma que, en ese pas, nueve alemanes de cada diez gritaban: Viva Lutero! Y el dcimo: Abajo el Papa!. El 3 de junio de 1521 Len X excomulga a Lutero. Los textos sagrados, traducidos del latn al alemn del pueblo por Lutero, hicieron que la lengua alemana se convirtiera en el idioma de una nacin entera. As naci la lengua alemana y el Estado-Nacin progresivamente. Los manuscritos de Leonardo Da Vinci, redactados en una escritura secreta, constituiran una de las herencias ms asombrosas de la cultura humana. Sus cdigos, el codex de Madrid, el codex Leicester y todos los otros testimonios de ese gran tesoro, escrito de derecha a izquierda, en casos, representan una acumulacin asombrosa: el verdadero Cdigo Da Vinci. Sometido a una impresionante y evidente tensin, no dud en solicitar de Atenea, Apolo y Dioniso su ltima gracia: Ahora Pisa. Quiero ver y vivir el testimonio de Galileo Galilei. La noche inmensa esperaba el sueo de los hombres
El encuentro con Galileo Me senta atrapado en el paisaje ondulado de la Toscana. Susurraba para m: dulce, sin duda vehemente Qu decir de Pisa? Torre inclinada, cuya edificacin comenz en 1174 y se termin en 1350. No pude resistir la tentacin. Sub y baje los 294 escalones con la cabeza perdida en la Torre de mrmol que parece buscar el descanso inclinndose hacia la tierra madre. La vista es prodigiosa y la Piazza del Duomo sobrecoge. Ese sentimiento de asombro y de jbilo penetr mis ojos. Atenea admirada de mi silencio, me interrog: Te has quedado sin palabras? S, 102
estoy sin palabras. Metido en m, inclinado, como la Torre, sobre mi alma. Pienso ahora en el prodigio de saber ver que predicaba Leonardo. Atenea, siempre evocadora, le hizo recordar su propia vida Recuerdas que dijeron en Atenas, que eras un simple ciego que recuperaba para si los cantos de Troya? Un dolor, ya sosegado por el tiempo, se apoder de m. Nunca me cansar de mirar y vivir la belleza con mis ojos. Atenea me preparaba: T quisiste ver a Galileo la repeticin del Juicio de Scrates. Ests presto para ello? Apolo, resumi, con serenidad, el significado de ste ltimo viaje. Me record: Aqu en la Piazza del Duomo comenz la verdadera vida de Galileo. Desde la cpula del Duomo estudiara y expondra las leyes del movimiento oscilatorio y la caa de los cuerpos. Atenea, a su vez, dijo: Entre Pisa y Florencia el astrnomo y fsico llamado Galileo ratific la teora copernicana de la rotacin de la Tierra alrededor del Sol. El sabio Galileo, el Mensajero de las Estrellas3, se autodefine como gentilhombre florentino. Los anales de la historia golpeaban, con un frenes misterioso, el corazn de Galileo. Saba que en 1563 un Mdecis, el Papa Po IV (1559-1565), Presidi el Concilio Ecumnico de Trento. Del Concilio, en abierto combate contra el espritu del Renacimiento, se establecieron los principios fundamentales contra el protestantismo de Lutero y se instituy el Index de los Libros Prohibidos. Recordaremos la hoguera de los libros, en Berln, donde se quemaron, en el papel agitado por Gutenberg, los libros de los enemigos del nazismo? La historia repite los errores y los horrores. Apolo intervino: Quiero recordarte, Homero, que de la vida de Galileo slo quedamos de asistir al Juicio de la Inquisicin contra l. El Juicio de Galileo serrar tu periplo por la vida humana. Esa fue la promesa. Estamos al final, frente a otra hoguera ms. El encuentro fsico con Galileo fue sumamente emocionante para m. Su cabeza me recordaba, en cierta medida, la ma. Su barbado rostro, su ancha frente, sus ojos atentos y abiertos a la luz, me maravillaron. Portaba un alto cuello de lino blanco que descansaba en sus hombros, como ala que parecan volar. Yo, dijo Galileo, me indign de que se me acusara, por el Tribunal de la Santa Inquisicin, de mal cristiano, Yo, repito herido, soy un buen cristiano. La demanda de la Inquisicin fue conminante. El Papa mismo Urbano VIII (1623-1644) haba insistido en que Galileo, sin ms, debera presentarse en Roma para hacer frente a la acusacin
El Mensajero de las Estrellas, se public el 12 de marzo de 1610, su xito fue prodigioso. Los primeros 500 ejemplares volaron en unos das. La Europa de la Ciencia se vincul a su nombre.
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de hereja. Florencia no abandon a Galileo, Cosme de Mdicis le entreg una carta al cardenal Orsini pidindole que interviniera ante el Papa para apoyar al matemtico y astrnomo florentino. Atenea, sobresaltada por la violenta tensin de la memoria de la historia, no dud en decir: Aqu, justamente entre Pisa y Florencia, se desarroll la vida de Galileo. Aqu, sin sosiego, pero lleno de esperanzas, ratific la teora de Coprnico sobre la rotacin de la Tierra alrededor del Sol. La sombra trgica de la hereja se integraba, sin un resquicio de luz, sobre la vida humana. Es el precio que debe pagarse siempre por la verdad? Galileo no olvidaba que en 1564 el Concilio Ecumnico institucionaliz el Index, ndice de los Libros Prohibidos. Otras vez ms la palabra encadenada, enjaulada, ahogada. Por cunto tiempo? Tambin seran encadenados sus propios libros? La respuesta es clara: s. Cmo aprender a la vera de la intolerancia y el absolutismo dogmtico, poltico o religioso? Apolo intervino: Homero, Galileo, es un eslabn prodigioso y terrible de un conflicto que no debera arrastrar a la guerra, sino a la exaltacin convivencial de los contrarios. Entre la Ciencia y la Fe existe la posibilidad de la razn organizada. El Juicio de Galileo, cerrar tu periplo por la vida humana. Estars, como ante el Juicio de Scrates, viviendo otra inmensa crisis moral. (La voz de Apolo, jams apremiante, siempre solicita, desterraba de mi toda posibilidad de ira. Entenda, progresivamente, el dolor y la serenidad que implica el saber ver). Galileo, el astrnomo, el profesor de matemticas, el descubridor de planetas, el mensajero de las estrellas, tena ante s, de nuevo, a los viejos Titanes de Zeus. La cpula inquisitorial se opona al heliocentrismo y, sobremanera, a la proposicin de Coprnico, el polaco. La Iglesia afirmaba, con una sola duda, que la tierra, hecha por Dios como morada del hombre, era el centro del universo y que, en consecuencia todos los astros, incluido el sol, giraban en torno de la Tierra como homenaje al Creador del Universo. Coprnico rompi, quebr y dej en la oscuridad y el pasado esa hiptesis. Galileo, le mensajero de las estrellas, se sum a Coprnico. Ratific y tuvo correspondencia tambin con Kepler (1571-1630) en relacin con sus estudios sobre las rbitas planetarias. Despus, Newton (1642-1727) se unira a la gran mutacin cientfica. Representan, en conjunto, a las generaciones que transformaran la Ciencia en un espacio nico: el amor a la sabidura. Galileo, en 1633, al comenzar el juicio contra l, tena ya 70 aos. El proceso se inici el mircoles 22 de junio de 1633. estaba an enfermo. La Seora de Florencia pidi, en su da, que el Juicio se celebrara en la misma Florencia. (Ducado que no gobernaba el Papado), pero el Papa, Urbano VIII, imperativamente exigi que el Tribunal se reuniese inmediatamente en Roma. Atenea dijo: El Juicio contra Galileo qued definido por un decreto de la Congregacin Inquisitorial. Deca as: La idea de que la Tierra gira alrededor del sol es idiota, filosficamente absurda y, adems, formalmente hertica puesto que contradice explcitamente las Santas Escrituras. 104
Pens: El Juicio estaba cerrado, clausurado y sin salida desde su inicio. El debate entre Ciencia y Fe estaba igualmente obturado. Ninguno de los miembros del Tribunal, aadi por su parte Galileo, haba ledo ninguno de mis libros enteramente. Estaban nicamente subrayadas, sin ms investigacin, las partes que me convertan en un hereje intratable (Hoereticus relapsus). Yo les afirm, de nuevo, que me consideraba cristiano y me negaba a admitir que fuera un mal catlico. Se presentaron, pblicamente, como pruebas, algunos prrafos de su libro Dilogo. La acusacin se cerr en un solo punto bsico: que las teoras de Galileo sobre el ordenamiento del universo El Mensajero de las Estrellas y el Dilogo corroboraban las tesis de Coprnico y propagaban y defendan una teora planetaria totalmente errnea: que la Tierra no era el centro de la creacin y que giraba en torno al sol. Plena hereja. Ciencia y Fe confrontadas. Detrs de la polmica, la barbarie. Todava horrorizaba el Juico contra el dominico Giordano Bruno. Haba sufrido la muerte en 1584, es decir, cuarenta y nueve aos ante del Juicio contra Galileo. Un libro de Giordano Bruno fue arrojado con l, a la hoguera. Se titulaba as: Del Principio de la Unidad, de lo Infinito del Universo y de los Mundos. Demasiado para los aferrados a una idea microscpica del universo. Eran los dueos psicolgicos de un autismo dogmtico. SUS PALABRAS DE DEFENSA DE GALILEO, todava, constituyen la prueba de la necesidad imperiosa de asumir, como Leonardo Da Vinci, la investigacin, la experimentacin y el anlisis crtico como armas para gran combate entre la espada autoritaria de los inquisidores (exentos de toda duda) y el logos que aspira a dotar a la palabra de la libertad imprescindible para que pueda ser, sin ms, una etapa del conocimiento, la sabidura y la conciliacin inteligente. En el curso del debate, el noble anciano, estremecido por la presencia de un jurado absorto en sus ideas, pudo pronunciar, sin embargo, estas palabras admirables: Todo lo que he hecho, todo lo que he escrito, todo lo que he publicado no ha tenido nada ms que un objetivo: comprender mejor y amar mejor a Dios. Apremiado, amenazado por la tortura (le dijeron que estaban dispuesto a someterle por la mxima violencia si era necesario) Galileo cedi: tuvo que abjurar, arrodillado, de sus ideas y del contenido de sus libros. Lo firm, me dijo, con mi propia mano. Todava, pude preguntar a Galileo si pronunci, asumida la sentencia de prisin de por vida (que fue conmutada por penas menores) ante los inquisidores, su frase universalmente famosa: eppur si mouve: y sin embargo se mueve. Galileo por vez primera sonri y dej en la bruma la respuesta. No le dijo que s ni le dijo que no. En ese momento record que Giordano Bruno haba muerto en la hoguera por desobediencia a las doctrinas de la Iglesia y por repudiar verdades dogmticas y defender, a la vez, la teora dl heliocentrismo.
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La memoria agitada por las hogueras. La rehabilitacin de Giordano Bruno todava espera un Papa de la clemencia. Galileo abjur, pero no pudieron arrebatarle su conciencia. Trescientos cincuenta y nueve aos despus del Juicio de Galileo, el 31 de octubre de 1992, en el Discurso de Juan Pablo II sobre el delicado tema de Galileo Galilei, afirm lo siguiente:
Paradjicamente, Galileo, creyente sincero, se mostr ms perspicaz que sus adversarios teolgicos. Si la cultura contempornea est marcado por una tendencia al cientificismo, el horizonte cultural de la poca de Galileo era unitario y transportaba la huella de una formacin filosfica particular, lo que es, en s, positivo y deseable hoy todava; pero ello fue una de las causas de la condena de Galileo. La mayora de los telogos no perciba la distincin formal entre Escritura Santa y su interpretacin, lo cual les indujo a traspasar, indebidamente, el dominio de la fe a una cuestin de hecho que perteneca a la investigacin cientfica.
Una vez ms, en el gran silencio de la noche, emocionado y conmovido, me desped fraternalmente de los dioses que me haban acompaado en el viaje por los siglos en busca de la paz y la libertad frente a todos los dogmas. Mir, por ltimo a Atenea. Me dijo: No traspasar esa lnea de fuego. La dejo contigo. El cielo se abri en la noche y los dioses fueron los testigos del fin de mi viaje. Regreso a las entraas de la Tierra, sin ms, los poetas tienen un espacio propio y nico en el que, jubilosos, atan y desatan la vida y la historia.
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