Corpus Cristi 6
Corpus Cristi 6
Corpus Cristi 6
Francisco Martínez A.
Diciembre 2008
Milagro Eucarístico-París (Francia)- Año 1290
En la Pascua de 1290, una persona no
creyente que tenía gran odio hacia la fe
y no creía en la presencia real de Cristo
en la Eucaristía, hurtó una Hostia
consagrada con el fin de profanarla.
Primero la apuñaló y luego la echó al
agua hirviendo. Entonces, la Hostia se
elevó por sí sola ante la mirada del
profanador, que impresionado vio como
ésta se posaba en el recipiente de una
mujer piadosa quien luego entregó la
Partícula al párroco. Las autoridades
eclesiales, el rey y todo el pueblo
decidieron transformar la casa del
profanador en una capilla.
Se conservan, hoy en día, gran
cantidad de documentos que dan
testimonio de los hechos que
sucedieron en torno a este Milagro.
Entre ellos está la obra Historia de
Florencia del historiador Giovanni
Villani. En el VII libro, capítulo 136,
narra brevemente los aspectos
principales del Milagro. Una
investigación minuciosa sobre todas
las fuentes fue realizada por la Sra.
Moreu-Rendu, en su obra "En París,
calle de los Jardines", editada en 1954
con prólogo de Mons. Touzé, obispo
auxiliar de París.
La autora, después de una exhaustiva
investigación en base a los
documentos examinados
rigurosamente, se pronunció a favor
de la autenticidad de los hechos. Pero
entre todas las obras, la más conocida
es la “Historia de la Iglesia de París”,
escrita por el Arzobispo francés, Mons.
Rupp. En ella habla del Milagro
Eucarístico de París, precisamente en
las páginas dedicadas al Episcopado
de Simón Matifas de Busay, quien tuvo
la sede de Saint Denis desde el año
1290 hasta 1304.
“El domingo de Pascua, un 2 de abril de
1290, un hombre llamado Jonathas, quien
conservaba un odio a la fe católica y no
creía en la presencia real de Cristo en la
Hostia consagrada, siendo pagado para
ello, logró apoderarse de una Partícula
consagrada. Cuando la tuvo entre sus
manos, comenzó a apuñalarla, pero de
pronto, brotó de ella Sangre en
abundancia, hasta el punto de llenarse
todo el recipiente donde la Hostia había
sido depositada. En medio del pánico,
Jonathas decidió arrojarla al fuego, pero la
Hostia se elevó por
encima de las brasas.
Fuera de sí, la cogió para arrojarla al agua
hirviente pero ésta, suspendida en el aire,
tomó la forma de un crucifijo. Finalmente,
por sí sola, descendió colocándose en la olla
de una parroquiana de Saint-Jean-en-Grève,
quien la llevó a su párroco. A lo largo de los
siglos, la Hostia permaneció en un pequeño
relicario en la iglesia de Saint-Jean. Durante
la Revolución, se perdió todo rastro”. Existen
varios hechos significativos: la casa de
Jonathas fue confiscada y luego, llamada
“La Casa de los Milagros” por el mismo rey
Felipe II el Hermoso. Esto está registrado en
un acto de venta en el año 1291. Miniatura de una representación
del siglo XVI, conservada en los
Archivos Nacionales.