Los Padres de La Iglesia
Los Padres de La Iglesia
Los Padres de La Iglesia
Introducción
El uso del título “Padre
El título honorífico de “Padre” obedece a ideas tomadas de la
vida común y de la cultura religiosa de la época.
Padre es el progenitor de la familia, el cabeza a quien
compete la preocupación por ella, y su dirección.
El padre sacerdotal del culto doméstico, es el representante
de Dios en la familia.
Los patriarcas, por su parte, son los padres de la nación
y los depositarios de la promesa, son los garantes del
pacto con Dios.
Puntos de su doctrina
1. El ansia de alcanzar a Cristo: Puesto en cadenas por Cristo
Jesús, espero poder saludaros si por voluntad del Señor soy
digno de llegar hasta el fin… y ojalá alcance la gracia de lograr
sin tropiezo la herencia que me toca.
Lo único que para mí habéis de pedir es fuerza interior y
exterior, a fin de que no sólo de palabra, sino también de
voluntad me llame cristiano y me muestre como tal...
Escribo a todas las Iglesias, y a todas les encarezco que
estoy presto a morir de buena gana por Dios, si vosotros no
lo impedís.
2. Jesucristo: Cristo es Hijo de Dios. Es por la cruz por la que el
Señor os invita a su pasión, pues sois sus miembros. La eucaristía
es la carne de nuestro Salvador Jesucristo con la que padeció por
nuestros pecados, la cual resucitó el Padre en su bondad.
3. La eucaristía: Poned todo empeño en usar de una sola
eucaristía, pues una es la carne de nuestro Señor Jesucristo, y
uno solo el cáliz que nos une con su sangre, y uno el altar, como
uno es el obispo juntamente con el colegio de ancianos y los
diáconos, consiervos míos. En común, queda destruido el poder
de Satanás, y por la concordia de vuestra fe queda aniquilado su
poder destructor.
4. El obispo, principio de unidad: Seguid todos al obispo, como
Jesucristo al Padre, y al colegio de ancianos (presbyteroi) como a
los apóstoles. Que nadie sin el obispo haga nada de lo que
atañe a la Iglesia. Sólo aquella eucaristía ha de ser tenida por
válida que se hace por el obispo o por quien tiene autorización de
él. Porque si la oración de uno o dos tiene tanta fuerza,
mucha mayor será la del obispo con toda la Iglesia.
IV. Policarpio de Esmirna.
El bautismo.
A cuantos se convencen y aceptan por la fe que es
verdad lo que nosotros enseñamos y decimos, y
prometen ser capaces de vivir según ello, se les instruye
a que oren y pidan con ayunos el perdón de Dios para
sus pecados anteriores, y nosotros oramos y ayunamos
juntamente con ellos.
Luego los llevamos a un lugar donde haya agua, y por el
mismo modo de regeneración con que nosotros fuimos
regenerados, lo son también ellos: en efecto, se someten
al baño por el agua, en el nombre del Padre de todas las
cosas y Señor Dios, y en el de nuestro salvador
Jesucristo y en el del Espíritu Santo.
Para que no sigamos siendo hijos de la necesidad y de la
ignorancia, sino de la libertad y del conocimiento, alcanzando
el perdón de los pecados que anteriormente hubiéramos
cometido, se invoca sobre el que ha determinado regenerarse,
estando él en el agua, el nombre del Padre de todas las cosas y
Señor Dios, el único nombre que invoca el que conduce a este
lavatorio al que ha de ser lavado...
Este baño se llama iluminación, para dar a entender
que son iluminados los que aprenden estas cosas. Y el
que es así iluminado, se lava también en el nombre de
Jesucristo, el que fue crucificado bajo Poncio Pilato, y
en el nombre del Espíritu Santo, que nos anunció
previamente por los profetas todo lo que se refiere a
Jesús.
La eucaristía.
Después del baño del bautismo, llevamos al que ha venido a creer
y adherirse a nosotros a los que se llaman hermanos, en el lugar
donde se tiene la reunión, con el fin de hacer preces en común por
nosotros mismos, por el que acaba de ser iluminado y por todos
los demás esparcidos por todo el mundo suplicando se nos
conceda, ya que hemos conocido la verdad, mostrarnos hombres
de recta conducta en nuestras obras y guardadores de lo que
tenemos mandado, para conseguir así la salvación eterna.
Al fin de las oraciones nos damos el beso de paz.
Orígenes.
Nació probablemente en Alejandría, de padres
cristianos, hacia el año 185, y hubo de recibir una
amplia educación con el estudio tanto de las
Escrituras cristianas como de la literatura y
filosofía del helenismo pagano.
Orígenes es el más profundo de los padres de la
Iglesia anteriores a san Agustín. La doctrina de la
Iglesia estaba informe e indefinida, intentó
construir una síntesis ideológica del cristianismo
amplia y coherente. Explicó que el sentido de la
Escritura, es fuente definitiva y última de toda
sabiduría.
Es considerado como el primer “teólogo”, es
decir, como el que se lanza a la búsqueda de una
explicación racionalmente coherente de lo que
acepta por la fe.
La tradición posterior — a veces injusta con él —
descubrió en Orígenes infiltraciones filosóficas y
especulaciones audaces que fueron consideradas
como ajenas y aun contrarias a la fe de la Iglesia.