Pasos de La Lectio Divina

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¿Cómo se hace

la Lectio Divina?
Las cinco actitudes básicas del
seguimiento de Cristo
Amando sin
ACCIÓN medida…

Construyendo el
CONTEMPLACIÓN Reino.

Suplicando fuerza y luz


para mis pasos
ORACIÓN

Aprendiendo a vivir como Él.


MEDITACIÓN
Conociendo su Palabra
LECTURA
ETAPA CERO:
“El maestro está aquí y te llama” (Jn 11,28)

a) Preparación remota: Consejos prácticos


b) Preparación inmediata: Súplica al Espíritu
Santo
1. LECTURA:
A través de la lectura
tratamos de responder a
¡Lleva tu barca a la parte
una pregunta: ¿qué dice honda del texto bíblico!
el texto? Hay diversos
modos de intentar
responder a esa pregunta
o, lo que es lo mismo, de
encontrar el sentido
literal del texto. Por
ejemplo, por medio de un
triple acercamiento:
a) Literario: 
• Análisis de las palabras que constituyen el texto
(sustantivos, adjetivos, verbos…)
• Atención a las repeticiones de palabras o frases. 
• Atención a los personajes y sus acciones.
• Atención a las indicaciones de tiempo y lugar.
• Atención al contexto literario: qué precede y qué
sigue a nuestro texto, de modo inmediato y de
modo más general (qué lugar ocupa el texto en la
estructura general del libro).
b) Histórico:
• Cuál es la situación socio-cultural, económica,
política y religiosa en la que se compuso el
texto.

c) Teológico:
• Qué dice Dios al pueblo en aquella situación
concreta. Cuál es el mensaje clave del texto.
La lectura debe llevarnos a una
compenetración con el texto, de
manera que este nos entregue su don y
cumpla con nosotros la finalidad para
la cual fue escrito. «Desconocer la
Escritura es desconocer a Cristo» (San
Jerónimo).
2. MEDITACIÓN
: ¡Recoge los peces que el
Señor te da!
• Tras responder a la
pregunta ¿qué dice el
texto?, ahora abordamos
otra cuestión: ¿qué me
dice el texto a mí, a
nosotros? Se trata de
actualizar el mensaje y
entrar en diálogo con
el Dios que nos habla,
en él, aquí y ahora.
¿Cómo podemos hacer la meditación? 

• A través de una serie de preguntas que establecen una


conexión entre el texto y nuestra vida:
• ¿Qué diferencias y qué semejanzas encontramos entre la
situación del texto y la nuestra?
• ¿Qué conflictos del pasado existen todavía hoy?
• ¿Cuáles son diferentes?
• ¿Qué dice el mensaje del texto para nuestra situación actual?
• ¿Qué cambio de comportamiento me sugiere a mí?
• ¿Qué quiere hacer crecer en mí, en nosotros?, etc.
«María guardaba estas cosas rumiándolas en
su corazón» (Lc 2,19).
Repitiendo el texto, "rumiándolo", masticándolo.
Por ello es bueno resumir el texto en una frase
(preferentemente del mismo texto) para repetirla
durante todo el día, en la calle, en el bus, durante el
trabajo... De este modo, la Palabra, como una gota de
agua que incansablemente se deslizara sobre una roca
hasta trazar un surco e incluso romperla, irá
penetrando, abriendo y transformando nuestra
persona, lenta pero realmente. En este proceso es el
Espíritu, presente en la Palabra, el que obra esa
transformación.
3. LA ORACIÓN:
¡Ponte de rodillas • La pregunta de este tercer
escalón es: ¿qué me/nos hace
ante el Señor! decirle a Dios el texto?
• En este momento especialmente
dedicado a la oración, el
creyente responde a Dios,
movido por el Espíritu. Puede
hacerlo valiéndose de los salmos
(como hizo el mismo Jesús), de
oraciones ya existentes, de
cantos o de palabras brotadas
espontáneamente de sus labios al
hilo de la experiencia. 
4. LA CONTEMPLACIÓN:
• La contemplación
debemos entenderla como ¡Nuestro puerto es el
una nueva manera de Señor!
ver, observar y analizar
la vida, los
acontecimientos y la
historia individual y
colectiva: mirar el
mundo desde los ojos de
Dios. Por ello, la pregunta
que podríamos
formularnos aquí sería:
¿cómo cambia el texto
mi/nuestra mirada?
•Este modelo de
contemplación no lleva a
la famosa "fuga mundi",
ni a la preocupación
preferente por la propia
perfección y salvación,
sino a la inmersión en la
historia ("bajar" a ella,
como Dios "bajó") y al
compromiso por
mejorarla. En este sentido,
sólo los contemplativos
pueden dedicarse a la
misión.
5. LA ACCIÓN:

• La acción debemos
entenderla como la
concretización de lo que Amando sin medida…
ha significado nuestro
encuentro con Jesús. Por
ello, la pregunta que
podríamos formularnos
aquí sería: ¿Qué me
muestra el Señor que
debo hacer motivado
por su Palabra?
• La Lectio es también como aquel que toma
una naranja, pacientemente le quita la corteza
y expone la pulpa, con los ojos la saborea y
luego la va degustando, gajito por gajito,
saboreando su jugo.

• Guigo dice: "la letra está en la cáscara, la


meditación en la sustancia, la oración en la
expresión del deseo y la contemplación en la
posesión de la dulzura obtenida.

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