Cap. 1. El Hombre Es Capaz de Dios (27-49)

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Curso sobre el Catecismo de la Iglesia

Católica.

PRIMERA PARTE:
LA PROFESIÓN DE LA FE
PRIMERA SECCIÓN: CREO-CREEMOS, (26)
CAP. 1: El hombre es capaz de Dios (27-49).
Catequismo

Del lat. tardío catechismus, y este del gr. bizant. κατηχισμός


katēchismós, der. de κατηχεῖν katēcheîn: instruir.

1. m. catequesis (‖ instrucción en la religión).

2. m. catequesis (‖ instrucción con preguntas y respuestas).

3. m. desus. catecismo (‖ libro de instrucción de la doctrina cristiana).


La estructura del "Catecismo de la Iglesia Católica"

Segunda parte: Cuarta parte:


Primera parte: Tercera parte:
Los sacramentos La oración en la
La profesión de la fe La vida de fe
de la fe vida de la fe

Primera sección: Primera sección: Primera sección: Primera sección:


• En qué consiste la Revelación • Acciones sagradas de la liturgia • Presenta el fin último del • Trata del sentido y la
por la que Dios se dirige y se de la Iglesia.  hombre, creado a imagen de importancia de la oración en la
da al hombre, y la fe, por la Dios: la bienaventuranza, y los vida de los creyentes.
cual el hombre responde a Segunda sección: caminos para llegar a ella:
Dios. • Los siete sacramentos. mediante un obrar recto y libre, Segunda sección:
con la ayuda de la ley y de la • Breve comentario de las siete
Segunda sección: gracia de Dios. peticiones de la oración del
• El Símbolo de la fe resume los Señor.
dones que Dios hace al hombre Segunda sección:
en torno a los "tres capítulos" • El doble mandamiento de la
de nuestro Bautismo —la fe en caridad, desarrollado en los
un solo Dios: el Padre diez mandamientos de Dios
Todopoderoso, el Creador; y
Jesucristo, su Hijo, nuestro
Señor y Salvador; y el Espíritu
Santo, en la Santa Iglesia.
CEC 26

¿Qué significa
"creer“?
CEC 26
DIOS
Se revela y
se entrega,
dando su luz
FE
Respuesta

HOMBRE

Sentido de su
vida
CEC 27
I. El deseo de Dios

“El hombre fue


Deseo creado por Dios
de Dios
y para Dios”.
CEC 27

Dios no cesa de
atraer al hombre
hacia sí…

…y sólo en Dios
encontrará el
hombre la verdad
y la dicha que no
cesa de buscar.
CEC 27

y no vive
«La razón más
pues no existe plenamente según
alta de la dignidad El hombre es
sino porque, la verdad si no
humana consiste invitado al
creado por Dios reconoce
en la vocación del diálogo con Dios
por amor, es libremente aquel
hombre a la desde su
conservado amor y se entrega
comunión con nacimiento;
siempre por amor; a su Creador» (
Dios.
GS 19,1).
CEC 28

Búsqueda de Dios Hombre un ser religioso.


CEC 29

Pero esta "unión íntima y vital con Dios" (GS 19,1) puede ser
olvidada, desconocida e incluso rechazada explícitamente por el
hombre.

• la rebelión contra el mal en el mundo,

• la ignorancia o la indiferencia religiosas,

• los afanes del mundo y de las riquezas (cf. Mt 13,22),

• el mal ejemplo de los creyentes,

• las corrientes del pensamiento hostiles a la religión,

• y finalmente esa actitud del hombre pecador que, por miedo, se


oculta de Dios (cf. Gn 3,8-10) y huye ante su llamada (cf. Jon 1,3).
CEC 29

 Dios no cesa de llamar a todo hombre a buscarle para que viva y encuentre
la dicha. Pero esta búsqueda exige del hombre:

• todo el esfuerzo de su inteligencia,


• la rectitud de su voluntad, "un corazón recto",
• y también el testimonio de otros que le enseñen a buscar a Dios.

«Tú eres grande, Señor, y muy digno de alabanza: grande es tu poder, y tu


sabiduría no tiene medida. Y el hombre, pequeña parte de tu creación, pretende
alabarte, precisamente el hombre que, revestido de su condición mortal, lleva en sí
el testimonio de su pecado y el testimonio de que tú resistes a los soberbios. A
pesar de todo, el hombre, pequeña parte de tu creación, quiere alabarte. Tú mismo
le incitas a ello, haciendo que encuentre sus delicias en tu alabanza, porque nos
has hecho para ti y nuestro corazón está inquieto mientras no descansa en ti» (San
Agustín, Confessiones, 1,1,1).
II. Las vías de acceso al conocimiento de Dios.

CEC 30

Creado a imagen de Dios,


llamado a conocer y amar a
Dios, el hombre que busca a
Dios descubre ciertas "vías"
para acceder al conocimiento
de Dios.
CEC 31
Se las llama también "pruebas de la
existencia de Dios", no en el sentido de
las pruebas propias de las ciencias
naturales, sino en el sentido de
"argumentos convergentes y
convincentes" que permiten llegar a
verdaderas certezas.
Las vías de acceso al conocimiento de Dios.

El mundo La persona
material humana

 Pueden disponer a la fe y ayudar a ver que la fe no se


opone a la razón humana. (CEC 35)
CEC 32

A partir del:

movimiento y del devenir,


de la contingencia,
del orden y de la belleza del mundo
se puede conocer a Dios como
origen y fin del universo.

Devenir: “la posibilidad


de cambio en una cosa
que tiene ser, que
existe”.

Contingencia: “lo que


no es por sí mismo, sino
por otro; lo que no es
necesario”.
CEC 33

El hombre:
Con su apertura a la verdad y a la belleza,

con su sentido del bien moral,

con su libertad y la voz de su conciencia,

con su aspiración al infinito y a la dicha,

el hombre se interroga sobre la existencia de Dios.

En todo esto se perciben signos de su alma espiritual.

La "semilla de eternidad que lleva en sí, al ser irreductible a


la sola materia" (GS 18,1; cf. 14,2), su alma, no puede tener
origen más que en Dios
34 El mundo y el hombre atestiguan que no tienen en ellos
mismos ni su primer principio ni su fin último, sino que
participan de Aquel que es el Ser en sí, sin origen y sin fin.

35 Las facultades del hombre lo hacen capaz de conocer la


existencia de un Dios personal.

Pero para que el hombre pueda entrar en la intimidad de Él ha


querido revelarse al hombre y darle la gracia de poder acoger
en la fe esa revelación.
III El conocimiento de Dios según la Iglesia

36 ”La Santa Madre Iglesia, mantiene y


enseña que Dios, principio y fin de todas
las cosas, puede ser conocido con
certeza mediante la luz natural de la
razón humana a partir de las cosas
creadas”

37 Sin embargo, en las condiciones


históricas en que se encuentra, el
hombre experimenta muchas
dificultades para conocer a Dios con la
sola luz de su razón.
DIOS
Se revela y
se entrega, FE
dando su luz Respuesta

38 Por esto el hombre necesita ser


HOMBRE iluminado por la revelación de Dios,
no solamente acerca de lo que supera
su entendimiento, sino también sobre
"las verdades religiosas y morales que
de suyo no son inaccesibles a la
razón, a fin de que puedan ser, en el
estado actual del género humano,
conocidas de todos sin dificultad,
con una certeza firme y sin mezcla
de error"
El mundo La Divina La persona
material Revelación humana
IV ¿Cómo hablar de Dios?

39 la Iglesia expresa su confianza en la posibilidad de hablar de


Dios a todos los hombres y con todos los hombres.

base de su diálogo con las otras religiones, con la filosofía y las


ciencias, y también con los no creyentes y los ateos.

Lenguaje limitado:
40 Conocimiento de Dios es limitado a partir de las criaturas, y
según nuestro modo humano
limitado de conocer y de
pensar.
41 Todas las criaturas poseen
una cierta semejanza con
Dios, muy especialmente el
hombre creado a imagen y
semejanza de Dios.

Las múltiples perfecciones de


las criaturas:
su verdad,
su bondad,
su belleza
reflejan, por tanto, la
perfección infinita de Dios.

Por ello, podemos nombrar a "pues de la grandeza y


Dios a partir de las
perfecciones de sus criaturas hermosura de las
criaturas se llega, por
analogía, a contemplar
a su Autor" (Sb 13,5).
42 Dios transciende toda criatura. Es preciso, pues, purificar
sin cesar nuestro lenguaje de todo lo que tiene de limitado, de
expresión por medio de imágenes, de imperfecto, para no
confundir al Dios "que está por encima de todo nombre y de
todo entendimiento, el invisible y fuera de todo alcance"
(Liturgia bizantina. Anáfora de san Juan Crisóstomo) con
nuestras representaciones humanas.
43 Al hablar así de Dios, nuestro lenguaje se expresa ciertamente
de modo humano, pero capta realmente a Dios mismo, sin poder,
no obstante, expresarlo en su infinita simplicidad.

Es preciso recordar, en efecto, que "entre el Creador y la criatura


no se puede señalar una semejanza tal que la desemejanza entre
ellos no sea mayor todavía" (Concilio de Letrán IV: DS 806), y
que "nosotros no podemos captar de Dios lo que Él es, sino
solamente lo que no es, y cómo los otros seres se sitúan con
relación a Él"

(Santo Tomás de Aquino, Summa contra gentiles, 1,30).

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