Presentación
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ORGANIZADORES CURRICULARES
El área de Educación Socioemocional propone cinco dimensiones que, en conjunto,
guían tanto el enfoque pedagógico como las interacciones educativas:
1. Autoconocimiento
2. Autorregulación
3. Autonomía
4. Empatía
5. Colaboración
Interrelación entre los ámbitos de la Educación
Socioemocional y los planos de interacción
individual y social
Estas dimensiones dinamizan las interacciones entre los planos individual y
social-ambiental, creando y sosteniendo la posibilidad de aprender a ser, aprender
a hacer, aprender a aprender y aprender a convivir.
El desarrollo de las habilidades específicas que las componen, las cuales tienen
diferentes indicadores de logro para cada grado escolar.
Autoconocimiento
Atención
Conciencia de las propias emociones
Autoestima
Aprecio y Gratitud
Bienestar
Autorregulación
Meta cognición
Expresión de las emociones
Regulación de las emociones
Autogeneración de emociones para el bienestar.
Perseverancia
Autonomía
Iniciativa personal
Identificación de necesidades y búsqueda de soluciones
Liderazgo y Apertura
Toma de decisiones y Compromisos
Autoeficacia
Empatía
Bienestar y trato digno hacia otras personas
Toma de perspectiva en situaciones de desacuerdo o conflicto
Reconocimiento de prejuicios asociados a la diversidad
Sensibilidad hacia personas y grupos que sufren exclusión o discriminación
Cuidado de otros seres vivos y la naturaleza
Colaboración
Comunicación asertiva
Responsabilidad
Inclusión
Resolución de conflictos
Interdependencia
Autoconocimiento
El sentirse capaz para realizar una tarea o actividad por sí mismo y el poder
encaminar acciones para lograr una meta específica dependen del grado de
autonomía de cada persona.
Cultivar y fortalecer la autonomía
La autonomía moral se considera como la capacidad de distinguir el bien del mal;
La autonomía intelectual es cuando la persona es capaz de pensar y resolver
problemas haciendo uso de sus recursos y experiencias.
Habilidades asociadas a la dimensión de
autonomía
Iniciativa personal. Es una autonomía vinculada al crecimiento personal y a la
identidad, con la cual los niños demuestran su habilidad para utilizar las propias
capacidades y realizar acciones que les ayuden a valerse por sí mismos de acuerdo
con su edad.
Identificación de necesidades y búsqueda de soluciones. Se manifiesta cuando la
persona se hace preguntas sobre su realidad y logra combinar conocimientos y
habilidades para generar productos originales en un ámbito específico; por
ejemplo, el académico, el artístico, el social o el lúdico.
Liderazgo y apertura. Capacidad de vincularse con otros de manera colaborativa
para mejorar su entorno, así como participar activamente en los asuntos que les
afectan.
Toma de decisiones y compromiso. Vinculado a la autonomía moral, se relaciona
con la capacidad de tomar decisiones sobre sí mismo y actuar en función de lo que
beneficia o lo perjudica a sí mismo y a los demás.
Autoeficacia. Valorar la capacidad para llevar a cabo acciones que permitan
mejorar la propia realidad y la de los demás.
Autonomía en el contexto escolar
Las relaciones horizontales entre docentes y estudiantes, así como las relaciones entre
pares, son escenarios donde los estudiantes pueden ejercitar su autonomía a través del
respeto, el diálogo y la colaboración.
El profesor en su rol de mediador debe facilitar la expresión de la autonomía, y
reconocer que esta cumple un propósito fundamental para el aprendizaje y la
maduración integral del individuo, por lo cual no se debería condicionar su expresión
con premios o castigos.
Al vincularse en un diálogo activo sobre la realidad que les rodea, el docente favorece
que el estudiante tome conciencia de sí mismo y de su entorno, tome decisiones
autónomas informadas y de forma asertiva, buscando el bien personal y el de los
demás.
El respeto y el diálogo activo son entonces algunos de los principales vehículos que el
educador puede utilizar para favorecer la autonomía.
Empatía