Los Crímenes de La Calle Morgue

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Edgar Allan Poe

Los Crímenes de
la Calle Morgue
Por: Alexia León Medina
INTRODUCCIÓN

Los crímenes de la calle Morgue, fue en Abril de


1841 , que la revista Graham’s Magazine publicó
por primera vez un cuento de perfil policial con
una dosis de terror, es uno de los relatos de
detectives más importantes de su autor, Edgar
Allan Poe, y con el que sentaría las bases de gran
parte del género negro y criminal nacido en las
décadas posteriores a su publicación.
AUTOR Y OBRAS
Edgar Allan Poe, escritor, poeta y crítico norteamericano, más
conocido como “el primer maestro del relato corto de terror y
misterio”. Nació en Boston (Massachusetts) el 19 de enero de 1809.
Su primer libro, “Tamerlán y otros poemas”, se publicó en 1827. En
1829 apareció su segundo libro de poemas, “Al Aaraf”, En 1832 su
cuento, “Manuscrito encontrado en una botella”, ganó un concurso
patrocinado por el Baltimore Saturday Visitor.
Poe fue quien inició la novela policiaca, y su mejor obra en este
género es “El escarabajo de oro” publicada en 1.943.
Los crímenes de la calle Morgue (1841) está considerado como el
predecesor de la moderna novela de misterio o policiaca.
Poe falleció en 1849.
RESUMEN
En el libro se cuenta la historia del asesinato de dos mujeres  una anciana y una pequeña niña,
a quienes las habían asesinado sin ningún escrúpulo. Él joven Auguste Dupin y su amigo se
conocieron en una librería de París, ellos tenían los mismos gustos de lectura entre sus
encuentros y charlas se mostraron muy interesados en un artículo de un diario, donde se
relataba el asesinato de una madre y su hija, aproximadamente a las tres de la mañana los
vecinos se despertaron asustados por gritos terribles de una de las casas de la Calle Morgue.
Los vecinos irrumpieron en la casa rompiendo la puerta acompañados de dos gendarmes , se
escucharon dos voces en iracunda disputa, al subir las escaleras los gritos cesaron, todo quedo
en silencio, buscaron por las habitaciones que permanecían cerradas con llave por dentro, ante
ellos se presentó una escena de asombro y de horror.
Todo ahí estaba desordenado, cubierto de manchas de sangre, mechones de cabello
arrancados de raíz, encontraron casi cuatro mil francos de oro, una caja fuerte que aun estaba
cerrada con llave, no había huellas de las dueñas de la casa,; pero si se notó demasiado hollín
en la estufa, al investigar la chimenea observaron un horrible espectáculo, el cadáver de la hija
, colgada de cabeza , el cuerpo aún caliente, su rostro y cuerpo con numerosos rasguños y
presentaba signos de estrangulamiento.
Al salir al patio, se encontró el cadáver de la señora , con la garganta cortada que al levantar el
cuerpo la cabeza se desprendió , toda ella estaba horriblemente mutilada.
No había ninguna pista, ni la menor huella para descubrir este terrible misterio. Se
interrogó a varias personas, todas coincidían en que eran buenas personas, no salían
mucho, no se veían visitantes, ni personas extrañas en casa, sólo al médico que lo habían
visto unas ocho a diez veces en el año, no se conocía de familiar ni amigos cercanos, las
ventanas y puertas permanecían cerradas siempre. El gendarme Isidro Muset, declaró
que atendieron el llamado y encontraron una multitud frente a la casa, y que abrieron la
puerta con una bayoneta y que escucharon gritos parecidos a alaridos de una o varias
personas en agonía y se escuchó voces en acalorada disputa una era ronca y la otra
chillona, bastante rara., todos los testigos coincidían en que escucharon las palabras
<sacré, diable y Mon Dieu>, unos decían que era italiano, otros holandés, otros ruso y
que esas no eran las voces de las dos víctimas y en eso coincidían todos los testigos.
El banquero Jules Mignaud, confirmó a la policía que la Madame L’Espanaye retiro
cuatro mil francos de oro, y pidió a un empleado llamado Adolphe Le Bon que
acompañe a la Madame hasta su casa, el confirmó que allí la hija la recibió y que no vio
a nadie extraño.
El médico Paul Dumas , fue llamado, para examinar los cadáveres, el concluyó que no se
puede precisar como fueron infringidas tales lesiones, ya que sus cuerpos estaban tan
magullados y destrozados, el cirujano Alexandre Etiennne, estaba de acuerdo con las
declaraciones de Dumas. La policía estaba completamente desorientada , no hay ni
siquiera un solo rastro del asesino.
Los testigos una vez más interrogados, y sus testimonios seguían siendo los mismos, la policía
arrestó a Le Bon, a pesar de que no hubiera nada en contra suya. A Dupin por otro lado le pareció
muy interesante el rumbo de este caso, debido a los interrogatorios superficiales, la verdad no
siempre está en los valles sino en las cimas de las montañas, afirmaba. Es así que fueron a pedir
permiso al prefecto de la policía para poder examinar con sus propios criterios los sucesos del
crimen .
Dublín, empieza su investigación, analiza los testimonios de las personas, lo cual le parece un
poco incoherentes, lo único que le llamo la atención fue la declaración de un francés. Dupin
centra su atención en toda la escena del crimen y sus alrededores, evalúa por donde salieron y
entraron, tras una ardua inspección, deduce que fue por las ventanas, y que escalaron muy
hábilmente por el pararrayos, en ese sitio encontró una cinta que usan para atarse el cabello los
marineros malteses. Examina con detenimiento los cadáveres y entre los dedos de la Madame
encuentra unos cabellos raros, que no son humanos. Dublín pide a su amigo que observe un
papelógrafo colgado en la pared con las evidencias encontradas, y dice que se fije en las marcas
de dedos del papel, Dupin le pasa un, leño para que tenga la misma forma del cuello de la
Madame, ahí se percata que las huellas eran muy grandes para ser humanas..
Dupin le dice a su amigo que lea un artículo de Cuvier en el periódico ahí se , narra la
descripción anatómica del gran orangután leonado del Archipiélago Malayo, su agilidad, la
ferocidad, su fuerza y gran tamaño enseguida comprendieron todo el horror del crimen, las
descripción de los dedos de las garras y el pelo encontrado coinciden con las de este animal. Lo
único que quedaba pendiente era las dos voces escuchadas, una era la de un francés.
Dupin, entonces aseguró que ya tiene la solución completa del problema, un francés conocía el crimen, y
es probable que sea inocente y que fue sólo testigo de los hechos horrendos, que el orangután se le
escapó y lo siguió a la habitación y ante las terribles circunstancias le fue imposible capturarlo.
Llegando a estas conjeturas Dupin estaba seguro que el francés también era marinero y se iba a presentar
en la mañana ya que nuestro detective puso un aviso en un diario muy leído por marineros, en el cual se
aseguraba que encontraron a un orangután y que vengan a recuperarlo y pague su captura, convencido
que vendrán a reclamar al orangután, por el gran valor que este tiene para su dueño.
Al siguiente día el francés llega donde Dupin a reclamar su orangután, y efectivamente para asombro del
amigo, este francés era un marinero, alto grueso y musculoso, con una expresión de atrevimiento en su
rostro, el marinero le agradece haber cuidado al orangután y le pregunta como le puede pagar, y Dupin
muy astutamente le dijo que le cuente que es lo que realmente paso En la calle Morgue . El francés Se
quedó perplejo y asombrado y empezó a contar lo había sucedido. con un amigo en uno de sus viajes
capturaron al orangután para venderlo, el día de los asesinatos lo había encerrado en su habitación y
había cogido una navaja y estaba simulando hacerse la barba , el orangután se asusto al verlo porque lo
castigaba con el látigo, en ese momento se escapo y lo persiguió , el orangután con gran agilidad entró
por una ventana y observo como asesino a las dos mujeres y no pudo hacer nada, el marinero
aterrorizado se precipitó por el pararrayos y se dirigió a su casa.
Poco después, el orangután fue capturado por su dueño y vendido, por otro lado Le Bon fue puesto en
libertad, después de que Dupin explicara las circunstancias de los asesinatos, el prefecto de la policía en
tono sarcástico expreso su opinión respecto al giro de la investigación, pero Dupin no tomó importancia
a esas palabras, lo único que sabía es que el lo venció en su propia fortalezca.
OPINION
El autor trata de comunicar que con un poco de atención,
lógica y reflexión es posible averiguar cualquier cosa.

Es una obra policíaca en la cual se demuestra que un


hombre bastante astuto, es capaz de descubrir a un
asesino.
Usa un lenguaje sencillo y de tal manera que el lector se
interesa por descubrir el final.
Me gustó este relato porque nos invita a reflexionar más
allá de lo que se ve. Fue muy interesante y entretenido
PREGUNTAS
“Los Crímenes de la Calle Morgue”

¿Quién escribió está novela policial?


RESPUESTA
“Los Crímenes de laCalle Morgue”

Edgar Allan Poe


PREGUNTA

¿Quién descubrió como


fueron asesinadas?
RESPUESTA

Agustín Dupin
PREGUNTA

¿Quién es el asesino en esta novela?


RESPUESTA

UN ORANGUTAN
PREGUNTA

¿Quién era el dueño del orangután?


RESPUESTA

UN MARINERO FRANCES
GRACIAS

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