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Río Aobamba antes del aluvión de febrero Río Aobamba después del aluvión de
de 1998. Vista tomada hacia el sur. febrero de 1998. Vista tomada hacia el sur.
ROCAS ÍGNEAS
La Cordillera Oriental está atravesada por el batolito de Machupicchu este es un enorme cuerpo intrusivo de forma triangular
caracterizado por presentar principalmente granitos y en menor proporción grano dioritas y cuarzomonzodioritas. La edad de
estas rocas, están datadas radicronológicamente por Rb/Sr en 246 ± 1 O Ma (Priem: en EGELER & DE BOOY, 1961 ). Las rocas
ígneas se hallan bastante fracturadas y alteradas, motivo por el cual, sobre las vertientes se observan bloques caídos,
deslizamientos; y en las zonas relativamente planas, caos de bloques graníticos
Zona de Batolito de
Machupicchu
DEPÓSITOS CUATERNARIOS
Los depósitos cuaternarios o suelos se han desarrollado ampliamente sobre el batolito y sobre las rocas paleozoicas,
cubriéndolos en algunos sectores, total o parcialmente.
Los suelos fluviales son los que se han formado en el piso de los valles a manera de terrazas, resaltan los del sector de
Qoriwayrachina y la desembocadura del río Kusichaca, igualmente las terrazas del río Huayllabamba.
Los suelos aluviales se han reconocido en las desembocaduras de los valles transversales, los que están conformados por
grandes bloques de granitos en una matriz areno-arcillosa, evidenciando la existencia de huaycos antiguos. Como ejemplo
mencionamos que las ruinas de Wilcarakay se hallan construidas sobre un cono aluviónico importante del río Kusichaca.
Zona de arranque del aluvión de Aobamba (1998), en la Valle del Aobamba mostrando erosión y deposición del
quebrada de Rayancancha. Vista tomada hacia el sur. aluvión de febrero de 1998. Vista tomada hacia el sur.
Los depósitos glaciares (morrenas), se ubican principalmente en las partes altas
del santuario, en las partes altas del valle de Aobamba, en Wayronqomayo y otros
valles sin nombre.
Los depósitos coluviales, se forman en las laderas de los cerros por efecto del
intemperismo de las rocas de afloramientos que forman un manto superficial de
sedimentos, que varían de grosor desde unos centímetros a varios metros,
constituyendo un suelo residual, producto de la descomposición in si tu de las
rocas (suelos eluviales ). Muchos de estos suelos formados en las pendientes, son
arrastrados por efecto de la gravedad y de las aguas, constituyendo los suelos
coluviales, incluyéndose dentro de éstos, el material deslizado.
Los conos de escombros son depósitos que se forman en quebradas bastante
empinadas desarrolladas en las laderas, donde las rocas sueltas producto del
intemperismo mecánico, van cayendo al pie de las laderas, por efecto de la
gravedad. Los depósitos están compuestos por gravas y bloques esencialmente
graníticos, fuertemente angulosos con poco o nada de matriz.