La ciudad fortificada de Micenas era un importante centro político y económico en la Grecia continental del segundo milenio a.C. Sus imponentes murallas de grandes bloques de piedra y su estratégica ubicación en una colina protegían la ciudad. Dentro de sus murallas se encontraba el palacio real, situado en lo más alto para dominar visualmente toda la ciudad, con su característico mégaron tripartito que servía funciones administrativas y religiosas. Los descubrimientos arqueológicos en Micenas revolucionaron
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La ciudad fortificada de Micenas era un importante centro político y económico en la Grecia continental del segundo milenio a.C. Sus imponentes murallas de grandes bloques de piedra y su estratégica ubicación en una colina protegían la ciudad. Dentro de sus murallas se encontraba el palacio real, situado en lo más alto para dominar visualmente toda la ciudad, con su característico mégaron tripartito que servía funciones administrativas y religiosas. Los descubrimientos arqueológicos en Micenas revolucionaron
La ciudad fortificada de Micenas era un importante centro político y económico en la Grecia continental del segundo milenio a.C. Sus imponentes murallas de grandes bloques de piedra y su estratégica ubicación en una colina protegían la ciudad. Dentro de sus murallas se encontraba el palacio real, situado en lo más alto para dominar visualmente toda la ciudad, con su característico mégaron tripartito que servía funciones administrativas y religiosas. Los descubrimientos arqueológicos en Micenas revolucionaron
La ciudad fortificada de Micenas era un importante centro político y económico en la Grecia continental del segundo milenio a.C. Sus imponentes murallas de grandes bloques de piedra y su estratégica ubicación en una colina protegían la ciudad. Dentro de sus murallas se encontraba el palacio real, situado en lo más alto para dominar visualmente toda la ciudad, con su característico mégaron tripartito que servía funciones administrativas y religiosas. Los descubrimientos arqueológicos en Micenas revolucionaron
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La ciudad fortificada de Micenas
Inmaculada Vivas Sainz
Universidad Nacional de Educación a Distancia Departamento de Historia del Arte Desde 1876 a 1878 el arqueólogo alemán Heinrich Schliemann excavó en el yacimiento de Micenas (Grecia), donde descubrió los restos de una imponente ciudad. Sus descubrimientos cambiarían para siempre nuestra visión de la época del Bronce Reciente en el Egeo, y supondrían un gran avance para el conocimiento del arte micénico. Una ciudad fortificada: El asentamiento de Micenas llama la atención por sus imponentes murallas construidas por grandes bloques de piedra, que incluyen dos fases constructivas. En la segunda fase se amplió el perímetro, de modo que las tumbas del Círculo A quedaron dentro de la muralla. La ubicación de la ciudad no es casual, pues se aprovecha la orografía del terreno, que se caracteriza por una colina elevada. Micenas se conforma como un destacado núcleo del ámbito egeo en el plano político y económico en Grecia continental en el segundo milenio, junto con otros núcleos micénicos. Vista aérea de la ciudad de Micenas (abajo) y reconstrucción ideal de la ciudad (arriba) Vista general del entorno de la ciudad de Micenas Detalle del aparejo ciclópeo de las murallas de Micenas con sillares regulares, en la zona nordeste de la Puerta de los Leones. Este aparejo ciclópeo se realizaba con grandes piedras colocadas en seco, unas sobre otras sin ningún tipo de argamasa que las uniese, y los huecos entre las grandes piedras se rellenaban con otras más pequeñas, conformando una imponente muralla. Detalle del aparejo ciclópeo de las murallas de Micenas, que en ocasiones contenía sillares más irregulares. Puerta de los Leones: Esta entrada monumental era el acceso principal a la ciudad y constaba de una puerta doble de madera, que cerrada el acceso. Reconstrucción tentativa de la fortificación de Micenas y la Puerta de los Leones Reconstrucción tentativa de la Puerta de los Leones, Micenas Puerta Norte de acceso a Micenas Destaca la construcción de una cisterna en Micenas para almacenar agua, que sería necesaria en caso de asedio, y a la que se accedía por un sistema de túneles construidos por falsas bóvedas por aproximación de hiladas. Detalle del sistema de túneles construidos por falsas bóvedas por aproximación de hiladas Palacio de Micenas: Dentro de los restos arquitectónicos de Micenas, destaca el palacio, situado en la zona más alta de la ciudad (con frecuencia denominada acrópolis). El mégaron es el elemento destacado del palacio micénico, que se basa en una división tripartita en un eje longitudinal con un pórtico, un vestíbulo y una sala del trono. El pórtico solía tener dos columnas in antis, y daba paso al vestíbulo o pronaos, donde había una puerta de acceso a la sala del trono. En el centro de dicha sala se ubicaba un hogar de forma circular (eschara), alrededor del cual se sitúan cuatro columnas que sustentan el techo, mientras que el trono suele estar en la mitad de la pared derecha de la sala. Parece que ese hogar serviría para dar lugar a un fuego sagrado con una función de culto. Detalle del mégaron de Micenas, con las huellas de las cuatro columnas y el hogar central Otros ejemplos de megaron: Pilos Reconstrucción ideal del palacio de Pilos con detalle del mégaron Reconstrucción ideal del megaron del palacio de Pilos, decorado con frescos y adornado por columnas La vida administrativa de los palacios micénicos nos es conocida a través de la información contenida en las tablillas de arcilla con textos escritos en Lineal B, un sistema de escritura empleado para escribir el griego micénico. Pese al carácter a veces monótono de su contenido, a partir de su análisis podemos conocer cómo funcionaba el gobierno del palacio, los tipos de trabajos que se desarrollaban en él, así como aspectos económicos de las transacciones, materias primas con las que trabajaban o incluso las fiestas populares que tenían lugar en las ciudades.
Tablilla esc rita en Lineal B
Vistas desde el palacio de Micenas Destaca la ubicación estratégica del Micenas, en un punto geográfico que permite controlar el espacio, y además la posición elevada del palacio, que domina visualmente toda la ciudad y el entorno , del mismo modo que los reyes micénicos dominaban la sociedad. Los gobernantes micénicos deseaban que su palacio estuviese por encima de cualquier otra estructura dentro de la capital, como símbolo de su elevado estatus. El palacio era un símbolo del poder de la élite, y sus restos todavía hoy siguen impresionando.