Confirmación Diapositivas

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SACRAMENTO DE LA

CONFIRMACIÓN

JULIO DE 2022
C O NF I R M A C I ÓN , S A CR A M E N TO D E L E S P ÍR I T U
S A N TO
C O NF I R M A C I ÓN , S A CR A M E N TO D E L E S P ÍR I T U
S A N TO

• 1. Nos hemos reunido para celebrar la Confirmación. Un día fuimos a la Iglesia acompañados de nuestro padrino o madrina
para recibir el sacramento de la Confirmación*. A través de éste, el Espíritu Santo, que ya estaba en nosotros como bautizados,
se nos dio con mayor intensidad, a fin de hacernos madurar y crecer como cristianos.
• 2. Confirmación, sacramento del Espíritu Santo. La Confirmación viene a ser una acción salvífica en virtud de la cual la
Iglesia suplica, a favor de una persona bautizada, una eficacia especial del Espíritu Santo. Como acción simbólica están
presentes la imposición de manos y la unción con el crisma, los cuales significan la realización del don del Espíritu prometido.
Se trata de una gracia que Dios otorga como un don.
• 3. Iglesia, comunidad de bautizados, congregada por el Espíritu. Desde sus inicios, la Iglesia aparece como la comunidad
de bautizados que ha sido congregada por el Espíritu. Ella: Recibió el don del Espíritu en plenitud y fue impulsada a la
comunión y misión desde el día de Pentecostés (cf. Hch 2,14-41). Predica impulsada por el Espíritu (cf. Hch 6,8-10). Confiesa
la fe impulsada por el Espíritu (cf. Hch 4,7-22). Celebra los sacramentos invocando al Espíritu (cf. Hch 8,14-17). Camina en la
historia conducida por el Espíritu (cf. Hch 13,4).
• 4. Los apóstoles comunican el don del Espíritu Santo. Los apóstoles comprendieron que el Espíritu era una promesa hecha
para todos los creyentes en Cristo, según lo habrían anunciado los profetas (cf. Hch 2,17- 21), por lo que comienzan a imponer
las manos a los cristianos que ya habían sido bautizados, comunicando con ello el don del Espíritu Santo (cf. Hch 8,15; 19,6).
• Aunque el Nuevo Testamento no habla de iniciación cristiana, ni de Confirmación, la tradición de la Iglesia ha visto reflejado
en estos textos el origen del sacramento de la Confirmación, por el cual se nos da el don del Espíritu Santo y la Iglesia
prolonga, en cierto modo, la gracia de Pentecostés (cf. CEC 1288).
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• 5. El obispo preside la asamblea. Desde la antigüedad, el obispo es el ministro originario de la Confirmación, siguiendo la
práctica de los apóstoles. La presencia del obispo en la celebración de la Confirmación:
• Acentúa el carácter de mayor integración a la Iglesia.
• Nos hace vivo su papel como el que preside una comunidad concreta de
• bautizados (diócesis) y el que garantiza la unidad.
• Confirma nuestra condición de miembros de la Iglesia (cf. CEC 1309).
• Aunque el ministro originario para la Confirmación es el obispo, el sacramento puede ser administrado por un presbítero a
quien se delega esta facultad.
• En nuestra iglesia local el arzobispo, los obispos auxiliares y los vicarios generales son los ministros ordinarios (cf. DIPSIC 98-
101).
• 6. La comunicación del don del Espíritu en el tiempo
• En los primeros siglos de la Iglesia, la Confirmación aparece como un gesto que es parte de la secuencia de los ritos
bautismales. Así se celebra desde entonces en las Iglesias de Oriente*, las cuales resaltan de forma especial la unidad de la
iniciación, con sus tres sacramentos administrados juntos. A partir del s. VI, en Occidente se fue reservando al obispo el gesto
de la Confirmación, separándolo del rito inicial del Bautismo y así lo hemos mantenido desde ese tiempo. Esta forma de
celebrarlo enfatiza la peculiaridad del sacramento como algo distinto del Bautismo.
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• 7. Confirmación, sacramento que perfecciona la gracia del Bautismo. Tanto el Bautismo como la
Confirmación confieren el don del Espíritu.
• El objetivo central de la Confirmación es perfeccionar el Bautismo, llevando al segundo grado la
iniciación cristiana y proyectándola hacia la actividad misionera.
• Perfecciona la gracia bautismal; es el sacramento que da el Espíritu Santo para enraizarnos más
profundamente en la filiación divina, incorporarnos más firmemente a Cristo, hacer más sólido nuestro
vínculo con la Iglesia, asociarnos
• todavía más a su misión y ayudarnos a dar testimonio de la fe cristiana por la palabra acompañada de la
obras (CEC 1316).
• 8. Confirmación, sacramento eclesial. Por el sacramento de la Confirmación se vinculan más
estrechamente a la Iglesia, se enriquecen con una fortaleza especial del Espíritu Santo, y así se obligan
con mayor compromiso a difundir y defender la fe con su palabra y sus obras como verdaderos testigos
de Cristo (LG 11).
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• 9. La Confirmación nos configura más plenamente a Cristo


• El que la Confirmación sea un sacramento del Espíritu, nos conduce también a una mayor
configuración con Jesucristo. La incorporación al misterio pascual de Cristo no fue sólo
incorporación a su paso por la muerte, sino también incorporación a su vida nueva; esto se
refuerza más ahora en este sacramento por el don del Espíritu.
• 10. Confirmación, un sacramento necesario
• De acuerdo con las indicaciones del Concilio Vaticano II (SC 71), la liturgia de este sacramento
comienza con la renovación de las promesas bautismales y la profesión de fe. “Así aparece
claramente que la Confirmación constituye una prolongación del Bautismo” (cf. CEC 1298).
Esto mismo nos hace ver que la Confirmación es el segundo de los sacramentos como lo
anuncian frecuentemente los documentos del Magisterio:
• Los fieles renacidos en el Bautismo se fortalecen con el sacramento de la Confirmación y,
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