Esta Es La Edad Del Oscurantismo

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LA EDAD DEL OSCURANTISMO

Espiritualmente hablando, se nos dice que ésta, la contemporánea,


es la época más oscura para los propósitos de la divinidad, pues nos
encontramos en el nadir del materialismo, tal como ya lo anuncia
clarividentemente y explica Max Heindel en sus escritos y gráficos
didácticos desde la perspectiva de la Cosmología Rosacruz.
Los grandes acontecimientos o culturas a lo largo y ancho del
tiempo registrados por las investigaciones actuales, según
historiólogos y antropólogos modernos,
se clasifican en períodos que se caracterizan por tener cambios o
hechos importantes que marcan su transición.
HISTORIA

Las edades de la historia según estos parámetros son: Prehistoria,


Edad Antigua, Edad Media, Edad Moderna y Edad Contemporánea,
esta última, a mi modo de ver, en absoluta necesidad de revisión
contextual, como veremos más adelante.
HISTORIA

Por otro lado, la periodización de la historia natural y la geología se


divide en eras, mientras que las épocas son divisiones más locales o
breves.
2.500.000

HISTORIA

Según estos cálculos académicos, la prehistoria comienza con la


aparición de los primeros seres humanos, hace 2’500,000 años, y la
Edad Contemporánea comienza con la Revolución Francesa en 1789
(siglo XVIII) y llega hasta nuestros días. En esta época, el mundo se
ha dividido entre países ricos y pobres, se ha desarrollado la alta
tecnología y hemos puesto al mundo bastante enmarañado y
revuelto. (Ref.: Aula 14- Las Edades de la Historia).
La historia de la humanidad no es solo una secuencia lineal de eventos,
sino un continuo flujo de transformaciones, culturas y civilizaciones que,
por la condensación del Pensamiento emergen, florecen y se
desvanecen, dejando huellas indelebles en el devenir del tiempo. A lo
largo de milenios, hemos sido testigos de las más grandes expresiones de
la creatividad y la mente humana, así como de devastadores conflictos
que moldearon el destino de los pueblos. Porque el primitivo hombre, el
gran actor terreno de este desarrollo y siendo espíritu y materia, con el
Auxilio de Compasivas Jerarquías Creadoras, debió en tiempos
inmemoriales atravesar por grandes procesos: el de la Involución que
llevó al espíritu hacia la materia cristalizándolo en cuerpos, el desarrollo
del Triple Cuerpo, de la Mente y la paulatina adquisición de la consciencia
del “YO”. Esta revulsiva actividad creadora y original del Espíritu, que
llamamos Epigénesis actúa como palanca fundamental y la Mente,
como punto de apoyo para paulatinamente transportar al Hombre hacia
la Evolución. Este estado dinámico consciente en que devienen los
pueblos a lo largo de la Historia y que llamamos evolución, el que poco a
poco liberará al espíritu de la materia, al desarrollar la Triple alma,
producto del recto obrar , sentir y pensar, espiritualizando y convirtiendo
a los cuerpos en alma.
Desde los antiguos valles fértiles de Mesopotamia hasta las
civilizaciones mesoamericanas, desde el esplendor de las dinastías
chinas hasta el renacimiento europeo, cada rincón del mundo ha
contribuido al progreso humano.
En el horizonte de la EDAD ANTIGUA, Mesopotamia se erige como
una de las primeras cunas de la civilización (c. 3500 a.C.), ubicada
en la fértil región entre los ríos Tigris y Éufrates. Aquí, los sumerios,
acadios, babilonios y asirios crearon los primeros sistemas de
escritura, códigos legales y estructuras de gobierno. Sumerios como
Gilgamesh se convirtieron en figuras míticas, mientras Hammurabi,
rey de Babilonia, dejó el famoso Código que marcó una de las
primeras expresiones de la ley escrita.
Simultáneamente, el Egipto faraónico emergía a orillas del Nilo (c.
3100 a.C.), donde faraones como Ramsés II y Tutankamón
edificaron monumentos que aún perduran, y donde el misterio de
la vida y la muerte se entrelazaba en una cosmovisión de dioses,
rituales y monumentos que desafiaban la eternidad.
La civilización griega, desde la época micénica (c. 1200 a.C.),
avanzaba a través de la filosofía, la política y las artes, consolidando
un legado que resonaría en todo Occidente. Nombres como
Sócrates, Platón y Aristóteles marcaron el nacimiento del
pensamiento filosófico, mientras que Alejandro Magno, con su
vasto imperio, unificó culturas desde Grecia hasta la India,
allanando el camino para la era helenística.
Roma, la sucesora de Grecia, expandió su influencia desde el siglo
VIII a.C., culminando en un vasto imperio que, bajo figuras como
Julio César y Augusto, marcó el rumbo de la política, el derecho y la
infraestructura de Europa y el Mediterráneo. El colapso del Imperio
Romano en el 476 d.C. señaló el fin de la Edad Antigua y el inicio de
la Edad Media.
En paralelo, y no menos influyentes, los imperios de Asia,
particularmente China e India, dejaron un legado profundo en la
evolución global. La civilización china, una de las más antiguas del
mundo, consolidó su poder bajo la Dinastía Han (206 a.C. – 220
d.C.), que estableció el Confucianismo y el Taoísmo como pilares de
su estructura social y política.
Personalidades como Confucio (551 a.C. – 479 a.C.), cuyo
pensamiento ético y moral moldeó generaciones, o emperadores
como Qin Shi Huang, unificador de China y constructor de la Gran
Muralla, son figuras fundamentales en la historia de Asia y del
mundo.
Japón, por su parte, experimentó un desarrollo cultural único,
influido por China, pero con un camino propio. Durante el período
Heian (794-1185 d.C.), la cultura aristocrática japonesa floreció,
dejando obras como El cuento de Genji, de Murasaki Shikibu, que
marcaría un hito en la literatura mundial
Con el advenimiento del cristianismo, un nuevo capítulo comenzó
en la historia humana, transformando el paisaje espiritual y político
de Occidente. El nacimiento de Jesús de Nazaret y el posterior
establecimiento del cristianismo como religión oficial del Imperio
Romano en el siglo IV marcó el inicio de una era en la que la Iglesia
se convirtió en un pilar fundamental de la civilización europea.
La India, con su rica diversidad cultural y religiosa, contribuyó
también al avance de la humanidad. Desde los Vedas hasta el
surgimiento del budismo bajo el príncipe Siddhartha Gautama
(Buda) en el siglo VI a.C., la India fue cuna de movimientos
filosóficos y espirituales que se expandieron por toda Asia.
Con el advenimiento de la EDAD MEDIA en Occidente, mientras
Europa se sumergía en siglos de feudalismo y guerras, el Imperio
Bizantino continuó la tradición del Imperio Romano de Oriente.
Constantinopla, su capital, resistió como faro de la cristiandad
ortodoxa hasta su caída en 1453 d.C., cuando los otomanos la
tomaron bajo el mando del sultán Mehmed II.
Durante este período, en el mundo islámico, el profeta Mahoma (c.
570 – 632 d.C.) fundó una religión que rápidamente se extendió
desde la península arábiga hasta vastos territorios del Mediterráneo
y más allá. Los califatos omeya y abasí sentaron las bases para un
florecimiento cultural y científico sin precedentes, con avances en
astronomía, medicina, matemáticas y filosofía, que impactaron a
Europa durante la Edad Media y el Renacimiento .
Durante la Edad Media, el cristianismo permeó todos los aspectos
de la vida cotidiana, influenciando desde la cultura hasta la política.
Sin embargo, el mismo cristianismo sería sacudido siglos más tarde
por la Reforma Protestante, iniciada por Martín Lutero en 1517.
La Reforma no solo dividió a la Iglesia, sino que también
desencadenó profundas transformaciones en la sociedad europea,
marcando el inicio de una era de cuestionamiento religioso,
filosófico y político, que sigue influyendo hasta la actualidad.
Ya en LA EDAD MODERNA, tras la caída de Constantinopla y el
descubrimiento de América (1492), el mundo comenzó a
configurarse de nuevas formas. El Renacimiento Europeo (c. 1300 –
1600 d.C.) trajo una revitalización del pensamiento clásico, con
figuras como Leonardo da Vinci, Miguel Ángel y Galileo Galilei que
marcaron el inicio de una revolución en las artes y las ciencias.
En Asia, Japón vivió su propia transformación durante la
Restauración Meiji (1868), que lo catapultó hacia la modernización
y lo preparó para ser una potencia mundial en el siglo XX.
Mientras tanto, en China, la Dinastía Qing (1644-1912) llegó a su fin
en medio de revoluciones internas y presiones coloniales, hasta que
Mao Zedong proclamó la República Popular China en 1949, un hito
crucial que definiría la geopolítica del siglo XX.
EN LA EDAD CONTEMPORÁNEA, con la Revolución Francesa en 1789
como punto de partida, el mundo experimentó cambios
estructurales radicales, desde la expansión del capitalismo y la
industrialización hasta la formación de estados-nación.
Personalidades como Napoleón Bonaparte, Karl Marx y Albert
Einstein contribuyeron, en sus respectivos campos, a la
transformación del orden social, político y científico del mundo.
El siglo XX fue testigo de las dos guerras mundiales, el ascenso y
caída de imperios coloniales, y el surgimiento de nuevas potencias
globales, como los Estados Unidos y la Unión Soviética. Mientras
tanto, Asia resurgió como un actor clave en los asuntos globales,
con Japón y China posicionándose en el escenario internacional
como fuerzas económicas y políticas decisivas.
Aquí cabe un análisis interesante y que tiene que ver con la
aceleración de los Cambios Históricos en esta etapa reciente. La
percepción de que los intervalos de tiempo entre grandes
transformaciones se han ido reduciendo es válida. Se dice que la
velocidad del tiempo es producto de una percepción interna o
vivencial de los seres nescientes y eso es evidente en estos tiempos
contemporáneos.
Desde el punto de vista histórico, el ritmo de cambio se ha
acelerado, especialmente en los últimos siglos. Esto se debe a una
serie de factores:
a. Innovación Tecnológica: La velocidad de los avances
tecnológicos ha aumentado exponencialmente, en especial en
estos últimos veinte o treinta años. En la Edad Media y
moderna, la innovación era relativamente lenta, no se diga en
edades pretéritas mientras que, en la Edad Contemporánea, el
desarrollo de nuevas tecnologías se ha multiplicado
rápidamente, verbigracia la energía atómica, la informática, la
inteligencia artificial, entre otros.
a. b. Interconexión Global: La globalización y la comunicación
instantánea han acelerado la difusión de ideas y avances,
reduciendo el tiempo necesario para que una innovación se
propague por todo el mundo.
c. Avances en la Ciencia: La investigación científica ha avanzado de
manera rápida y continua, lo que ha llevado a descubrimientos y
aplicaciones que transforman nuestras vidas en intervalos más
cortos.
Por tanto, la necesidad de Reclasificación de las Edades Históricas,
para reflejar mejor los avances significativos y los cambios
transversales es una idea que podría tener sentido dado el ritmo
acelerado del progreso. Algunas razones para considerar esta
reclasificación son:
Las "edades" tradicionales a menudo no capturan la complejidad y
la rapidez de los cambios que ocurren en períodos relativamente
cortos. Una nueva clasificación podría reflejar mejor las etapas de
innovación y transformación. Clasificar la historia en función de
hitos significativos, como la invención de la energía atómica, la
creación de la IA, o los esfuerzos globales de unidad, podría
proporcionar una perspectiva más detallada sobre cómo y por qué
la humanidad ha cambiado.
En un contexto moderno, donde el cambio es tan constante, puede
ser útil tener una estructura que permita capturar y comprender
estos cambios más eficientemente- Los avances en la ciencia y la
tecnología, desde la energía fotovoltaica hasta la inteligencia
artificial, la búsqueda de la inmortalidad física, la ingeniería celular,
están moldeando el futuro de la humanidad.
Estos avances tienen el potencial de resolver problemas
importantes, como el cambio climático y enfermedades, muchas de
ellas catastróficas y reputadas otrora como incurables, la reciente
crisis sanitaria, abanderada por una cuestionada pandemia y sus
consecuencias nefastas, reflejan el deseo humano de trascender las
limitaciones biológicas. Esto plantea preguntas filosóficas y éticas
sobre el significado y objetivo de la vida y sus implicaciones, si
acaso la extensión “indefinida” de la existencia se lograse.
Esta rapidez que encara el hombre contemporáneo en la mudanza
de interacciones individuales, familiares y colectivas y genera
proposiciones éticas y disyuntivas de adaptación azarosas para el
espíritu que antes eran inimaginables de cuestionar y que solo
vivían en la febril imaginación creativa de autores de fantociencia y
libros distópicos como Un mundo feliz de Aldoux Uxley, (1932),
"1984" (1949) por George Orwell, El cuento de la criada (1985) de
Margaret Atwood y más recientemente Los Juegos del Hambre de
Susan Collins.
La deshumanización, la pérdida de valores tradicionales y el
reemplazo por otros parámetros de conducta en el trato y los
efectos inevitables por razón de la comunicación digital, extendida a
la niñez y la juventud, que no en el resto de grupos etarios, son
temas que requieren atención y reflexión, en especial en nosotros
los estudiantes del esoterismo científico Rosacruz, que
inevitablemente nos hemos constituido en actores cercanos o
lejanos y/ o espectadores casi siempre pasivos de estas variables
actualmente determinantes en el comportamiento singular, a veces
ajeno para nuestra ortodoxia, de nuestros amigos, hijos, familiares y
conciudadanos.
La adaptabilidad, bendita capacidad, es una cualidad sinérgica que
nos permite mantenernos a flote en esta metamorfosis acelerada,
en esta especie de deconstrucción de los tinglados ontológicos y
éticos que se creía hasta hace poco inamovibles.
Nuestros siete complejos cuerpos que poseemos como vehículos
maravillosos en esta bella aventura de la vida, se resienten por tal
metamorfosis y lluvia de nuevos parámetros, mas, debemos obrar
con resiliencia y tolerancia humilde en este dinámico devenir en el
tiempo.
No cabe duda que grandes invenciones tecnológicas modernas
basadas en la investigación, el ensayo y el error ofrecen grandes
beneficios, aunque también es crucial considerar la inequidad en el
acceso a estas tecnologías en varios rincones del orbe y los
impactos gnoseológicos de su implementación en la civilización
contemporánea.
Repasemos someramente qué frutos nos ha regalado la aplicación y
uso del conocimiento en las últimas tres décadas y a qué abismos
nos enfrentamos, a la sombra de la creación tecnológica:
En las últimas tres décadas, la humanidad ha desatado una
tormenta de innovaciones que, como un río en crecida, arrastra
consigo tanto promesas como peligros. Lo que antes era una
herramienta al servicio de nuestras necesidades se ha convertido en
un titán capaz de moldear nuestras vidas, nuestras mentes y
nuestras relaciones, sometiéndonos a casi todos.
La digitalización del conocimiento ha creado un escenario
variopinto donde el acceso a la información parece ilimitado, pero,
paradójicamente, también ha engendrado nuevas formas de
esclavitud y negacionismo, mientras que el propio tejido de lo
humano se ve cada vez más difuminado. Veamos unos ejemplos y
sus principales cuestionamientos:
Internet y Conectividad: ¿Hacia una comunicación universal o una
disolución del sentido?
El surgimiento del internet global y la creación de la World Wide
Web en los años 90 marcaron el comienzo de una era de
interconectividad sin precedentes. Sin embargo, en nuestra
obsesión creciente por la velocidad y la eficiencia, hemos reducido
las conversaciones y trato humanos a ráfagas de datos
intercambiados.
La conectividad, con la expansión de las redes 5G y el Wi-Fi, nos
permite estar siempre “presentes” y vivos ante los demás, pero ¿en
qué medida hemos dejado de estar verdaderamente aquí? ¿Acaso
nos hemos convertido en sombras que merodean por el vasto
océano de información, incapaces de profundizar en el ser?
Si bien la banda ancha y la conectividad inalámbrica han
democratizado el acceso al conocimiento, el riesgo de quedarnos
atrapados en burbujas de pensamiento uniforme amenaza la
pluralidad y el debate reflexivo.
Inteligencia Artificial: El amanecer de una nueva mente, pero
¿quién es el maestro y quién el aprendiz?
La inteligencia artificial, con sus avances en aprendizaje automático
y redes neuronales, ha abierto un horizonte que antes solo se
soñaba en la ciencia ficción. Sin embargo, a medida que las
máquinas adquieren habilidades que antaño se consideraban
exclusivamente humanas, nos enfrentamos a una pregunta
inquietante: ¿qué queda de lo que llamamos humanidad?
Mientras los asistentes virtuales como Siri o Alexa nos simplifican la
vida cotidiana, el profundo proceso de delegar nuestro poder de
decisión a algoritmos invisibles pone en jaque nuestro sentido de
autonomía. ¿Nos volvemos más sabios o más dependientes?
Mientras las IA avanzan en campos como la salud y la manufactura,
no podemos dejar de cuestionar el precio que pagamos por la
eficiencia. El Hombre ha olvidado, a porfía a también sin quererlo su
origen divino, como hijos predilectos de la creación y se está
mudando a una cristalización de su esencia.
Redes Sociales: La tribu digital, pero ¿cuál es el precio de la
conexión sin profundidad?
Las redes sociales han reconfigurado el concepto de comunidad,
sustituyendo los encuentros cara a cara por interacciones en línea,
donde el éxito se mide en “me gusta” y seguidores. Aunque han
democratizado la capacidad de expresarse y compartir, la facilidad
enorme en la comunicación a distancia y resolución de conflictos, y
creado una herramienta fundamental en el quehacer y trato
humano, también han fomentado una cultura de superficialidad,
donde la imagen pública se convierte en una fachada sin sustancia.
Mientras Instagram, TikTok y Twitter nos invitan a conectar con
miles de personas en cuestión de segundos, ¿hemos perdido la
habilidad de conectarnos verdaderamente con aquellos que nos
rodean? Y más allá, ¿qué tipo de sociedad estamos creando cuando
el reconocimiento y la validación social dependen de métricas
algorítmicas?
Computación en la Nube: El poder invisible que sostiene el mundo,
pero, nos preguntamos ¿quién controla el cielo digital?
La informática en la nube ha hecho posible la transformación digital
de industrias y organizaciones a una escala sin precedentes. Sin
embargo, la dependencia creciente de estas infraestructuras
invisibles plantea preguntas críticas sobre el control y la privacidad.
Si bien plataformas como Google Cloud y AWS (Amazon Web
Services) nos permiten colaborar y almacenar datos como nunca
antes, las manos que controlan estas nubes digitales tienen un
poder que trasciende fronteras. ¿Nos hemos convertido en peones
de un sistema que centraliza el conocimiento en pocas manos? La
nube es tanto una promesa de democratización como una amenaza
de vigilancia omnipresente. Y a eso nos hemos sometido
mansamente. ¿Qué poder casi omnímodo y siniestro vitaliza su
existencia ? Dios ampare a sus hijos.
Energías Renovables: Entre la promesa de sostenibilidad y la
extracción desenfrenada
La revolución de las energías renovables, como la energía solar
fotovoltaica y la eólica, nos ofrece la esperanza de un futuro más
limpio y sostenible. No obstante, tras la aparente bondad de estas
tecnologías se esconde un desafío ético: la extracción de minerales
como el litio, el cobalto y el níquel.
Estos nuevos metales, indispensables para las baterías que
almacenan energía renovable, han generado un neocolonialismo
minero que afecta a las comunidades más vulnerables. Aunque la
promesa de una transición energética es seductora, debemos
preguntarnos: ¿a qué costo se está logrando este progreso?
¿Estamos reemplazando un problema ambiental por uno social?
Nanotecnología: Creación de lo invisible, pero ¿quién controla lo
infinitesimal?
La nanotecnología nos ha permitido manipular la materia a una
escala inimaginable, abriendo puertas a avances médicos y
materiales innovadores. Sin embargo, lo infinitesimal también
plantea preguntas éticas profundas. Las nanopartículas, con su
potencial para la medicina y la industria, también podrían
representar riesgos para la salud y el medio ambiente que apenas
empezamos a comprender.
La capacidad de diseñar materiales desde sus bloques más básicos
nos coloca en la frontera de lo desconocido, donde el poder de
creación también conlleva una gran responsabilidad. Y pueden ser
armas inconmensurablemente letales en las guerras de dominio del
presente y el futuro.
Realidad Virtual y Aumentada: ¿Un escape de lo real o una nueva
forma de percibir el mundo?
La realidad virtual (VR) y la realidad aumentada (AR) nos invitan a
habitar mundos alternativos donde los límites físicos se
desvanecen. Si bien estas tecnologías tienen aplicaciones en el
entretenimiento, la educación y el trabajo, también nos hacen
cuestionar la naturaleza misma de la realidad.
¿Estamos escapando de lo real al sumergirnos en lo virtual, o
estamos ampliando nuestras capacidades perceptivas? A medida
que la línea entre lo físico y lo digital se difumina, debemos
considerar los efectos de estas experiencias inmersivas en la psique
humana y la construcción de identidad. Puede crear esclavitud,
sometimiento y dependencia.
Transhumanismo y Eugenesia: El sueño de perfección y la trampa
de la deshumanización
La posibilidad de trascender las limitaciones biológicas a través de
la transhumanización y la ingeniería genética ha revivido antiguos
ideales eugenésicos. CRISPR y otras tecnologías nos permiten
modificar el código genético, lo que plantea la posibilidad de
mejorar la especie humana, pero ¿a qué costo?
La búsqueda de una perfección genética puede erosionar nuestra
apreciación de la diversidad y la imperfección que nos hacen
humanos. ¿Nos estamos acercando a un ideal de "supe humanidad"
o nos estamos alejando de lo que significa ser humanos en toda su
complejidad? Somos aprendices de dioses, no cabe duda, pero
quizás a costa de nuestras almas.
Eutanasia: ¿Un acto de compasión o una puerta peligrosa?
La eutanasia, aunque defendida como un acto de autonomía y
compasión hacia quienes sufren, plantea cuestiones éticas difíciles.
¿Dónde trazamos la línea entre el derecho a morir y el valor
intrínseco de la vida? A medida que los avances médicos prolongan
la vida humana, el debate sobre la eutanasia refleja tensiones
profundas sobre el sufrimiento, la dignidad y la intervención médica
en el curso natural de la muerte. Desde la visión rosacruz, este es
un ejercicio volitivo del hombre que coarta el proceso causa –efecto
de un destino que en un futuro tendrá que generará un duro
compago kármico, para ser alguna vez redimido. Se ha optado por
el camino fácil y mediático, como lo es otra forma de lo mismo, me
refiero al aborto consciente e irresponsable.
Identidad y Percepción Sexual: La metamorfosis del ser en la era de
la fluidez
En los últimos años, la identidad sexual y de género ha pasado de
ser vista como un rasgo biológico a una construcción social fluida.
Los avances en biotecnología y el acceso a la información han
permitido a las personas modificar su cuerpo y definir su identidad
de maneras antes impensables. Pero mientras celebran la libertad
individual, también debemos preguntarnos: ¿estamos
desmoronando prematuramente necesarias barreras al ingresar en
en estas peligrosas decisiones?
¿Qué implicaciones tiene esta llamada fluidez identitaria en la
cohesión social y la comprensión de lo que significa ser humano en
un sentido universal? ¿Se está acaso invadiendo caminos
escabrosos y siniestros en nombre de un supuesto libre albedrio
que atenta contra la unidad familiar y el flujo necesario de la
generación de nuevos vehículos densos cada vez mejores para la
expresión evolutiva del espíritu, proceso que es connatural a la
procreación entre seres de diferente sexo?
He dejado al último y a propósito, la mención de los
Dispositivos Móviles: Un mundo gigantesco de posibilidades en
nuestras manos. Vamos a quedarnos un momento mayor en esta
reflexión.
Los dispositivos móviles o celulares, de difusión casi universal en
este siglo XXI, como los smartphones y las tabletas, han
transformado nuestra relación con el tiempo y el espacio. Nos han
dado una capacidad casi divina de acceder al mundo entero desde
la palma de nuestras manos, al conocimiento casi ilimitado de
cualquier aspecto, al acceso instantáneo de los acontecimientos
globales, el arte. el deporte, la música, la educación, mensajería
instantánea, las ciencias espirituales, y también el chismorreo, el
amor y el odio, el acceso a las oportunidades de bienestar y riqueza,
pero también el vicio, la maldad y la felonía, las conquistas
románticas, á la carte, etc.,…
… y a mostrarnos como queremos que se nos conozca o perciba
ante la faz del mundillo que escogemos o que nos captura, a los que
podemos tener acceso “gratuito” o pagado en numerario
inmediato, según nuestras apetencias y posibilidades. Pero, al
hacerlo, esta multi-herramienta comunicacional mágica ha
fragmentado nuestra atención, limitándola a pequeños destellos de
realidad a través de lo escrito o lo audiovisual. En esencia, a la
mediocridad mental y anímica.
Empero, como muchos caminos llevan a Roma, cifremos nuestra
atención a la llegada paulatina al mercado del iPhone en 2007, con
su diseño seductor y su interfaz intuitiva, que no solo marcó un hito
tecnológico, sino que también introdujo una revolución en la
interacción digital, una habilidad natural inherente y connatural al
ser humano desde siempre, que no había sido antes aplicada ni
peor explotada.
Gracias a la genialidad de Steve Jobs y su equipo, el poder del
movimiento táctil se convirtió en una herramienta asombrosa.
Gestos simples, como deslizamientos, toques, alargues y pellizcos,
reemplazaron de manera eficiente las acciones mecánicas,
permitiendo ampliar o reducir imágenes, cambiar de pantalla o
ejecutar comandos con una facilidad pasmosa. Esta novedad
redefinió nuestras expectativas de interacción con la tecnología,
otorgando una gratificación instantánea y de vecindad con el
adminículo.
Pues bien, detrás de esta hermosa, subyugante interfaz motriz, hoy
tan cotidiana y generalizada, subyace una verdad más profunda: es
el MOVIMIENTO, entendido como una fuerza fundamental del
universo y la clave que sostiene la vida misma y toda la creación. Y
se encuentra en el Primer Plano Cósmico en la esquina derecha del
triángulo que, para nuestra humana comprensión, en el Diagrama 6
del Concepto Rosacruz del Cosmos, nuestro guía y mentor Max
Heindel grafica simbólicamente al SER SUPREMO, y nos enseñan
que es Triuno en Su Infinita Manifestación.
EL SER SUPREMO, LOS PLANOS COSMICOS Y DIOS
Aquí amerita hacernos una reflexión, y es que, sin movimiento, no
habría expansión ni contracción, ni calor ni combustión, ni procesos
físicos o químicos, no existiría nada, como lo perciben nuestros
sentidos. El cero absoluto (o Kelvin) nos señala que la quietud total
implica, en teoría, la ausencia de vida, con excepción del misterioso
"fantasma cuántico" que sigue vibrando en los confines más
pequeños de la irrealidad y cuya explicación trataremos de expandir
más adelante.
Aunque este tema del Movimiento en el Primer Plano del
septenario Cosmos (o también correlacionado como ACTIVIDAD de
nuestro Dios en el Séptimo Plano), sería motivo de otra conferencia,
nos adelantamos a afirmar que la ciencia corrobora la existencia de
un “algo” en esos confines inalcanzables del cero absoluto.
El cero absoluto, que se encuentra a 0° Kelvin ó -273.15 grados
centígrados, es la temperatura más baja posible en la teoría, donde
las partículas tendrían la mínima cantidad de energía térmica
posible. La Segunda Ley de la Termodinámica establece que es
imposible alcanzar el cero absoluto, y ningún experimento ha
podido alcanzarlo de manera completa. No obstante, los físicos han
logrado acercarse extremadamente a esta temperatura, en el rango
de milmillonésimas de un grado Kelvin.
Y explica que, a pesar de que, a esta temperatura todas las
partículas deberían detenerse completamente (según la teoría de la
Física clásica), la mecánica cuántica en cambio introduce una
excepción conocida como la energía de punto cero. Esto se refiere
al hecho de que incluso en el cero absoluto, las partículas todavía
exhiben fluctuaciones cuánticas. Estas fluctuaciones están
relacionadas con el denominado Principio de Incertidumbre de
Heisenberg, el cual establece que no es posible conocer con
exactitud la posición y el momento (o momentum) de una partícula
simultáneamente.
Como resultado, y si cabe el oxímoron, a través de la razón intuitiva
o mejor, pensamiento abstracto y la teoría cuántica, que así lo
explica sin quererlo, es fundamental que entendamos que el Ser
Supremo está por sobre Su creación, el Cosmos y lo trasciende, por
lo que el Universo NO es ésta Entidad Suprema, sino que, en esta,
Su Inmanencia, el Cosmos fluye y vive (lo que hace tambalear
seriamente muchos postulados del Panteísmo Spinoziano).
Pues, y esto es fundamental, aunque la energía térmica
desaparezca, las partículas aún tienen un "mínimo" movimiento
debido a este principio. El Cosmos es Su efusión divina Y creadora,
como se lo expresa en las alocuciones del Servicio de Curación de la
Fraternidad Rosacruz.
Es el movimiento, ya sea caótico o vectorial, el que impulsa no solo
a la tecnología y ciencia humana, sino también y en especial el
proceso cósmico del Universo. Es esta misma fuerza o momento
eterno, la que, junto a la Epigénesis permitió la evolución, la
creación de estrellas, planetas y, en última instancia, la vida misma.
La Teoría de las Cuerdas intenta explicar estas presencias, aunque
se encuentran lejos todavía de hacerlo.
Así, la interacción táctil en nuestras pantallas de los celulares se
convierte en un símbolo moderno de una verdad más grande y
monumental: el Movimiento es la energía que lo hace todo posible,
tanto en lo digital como en lo cósmico y permite que la evolución
sea. Y lo tenemos en la actualidad casi permanentemente en
nuestros bolsillo y carteras.
Muy a nuestro pesar, hemos cambiado la contemplación profunda
por la rapidez y la inmediatez, sacrificando la capacidad de reflexión
prolongada en el altar de lo efímero, adaptándonos a un mundo
dominado por lo pasajero, Pero detrás de cada toque en una
pantalla se encuentra el eco de un universo en constante cambio y
evolución, el lenguaje del Espíritu Universal.
-…-
Reflexiones finales: En la intersección de la creación y la destrucción
Estas invenciones, de creciente desarrollo y auge, aunque
impresionantes en su alcance y capacidad para transformar el
mundo, nos han llevado a una encrucijada existencial. Han
fomentado el consumismo desenfrenado y una mentalidad
utilitarista, donde el valor del ser humano se mide por su
productividad, riqueza o imagen. Este enfoque puede erosionar
principios esenciales como la bondad, la compasión, la empatía y el
servicio desinteresado y desacralizar todo lo creado por Dios.
Las generaciones que han crecido en este entorno de cambios
vertiginosos enfrentan un desafío único: reconectarse con las raíces
de lo que significa ser humano en un viaje fragoso hacia el retorno a
la Divinidad, en un mundo cada vez más dominado por lo artificial.
Las herramientas que hemos creado tienen el potencial de
liberarnos, pero también de encadenarnos a nuevas formas de
dependencia, superficialidad y deshumanización.
Mientras avanzamos hacia el futuro, debemos preguntarnos:
¿seremos los maestros de nuestras creaciones o, como Ícaro,
volaremos demasiado cerca del Sol, solo para ver nuestras alas
derretirse ante la magnitud de nuestra arrogancia tecnológica?
Pues, es indudablemente que atravesamos el nadir de la materia y
del oscurantismo para el espíritu. Es el más peligroso y crítico
periodo de todos los hasta ahora caminados. Estoy seguro también
de que, aunque azaroso, abrupto, éste puede ser el camino
transformador para las más luminosas gestas del ser humano.
Y que debemos bregar porque el materialismo creciente de este
periodo no sea tal como para despojar al espíritu virginal de sus
siete vehículos y ocasionar su fatal retorno al principio, como temen
Max Heindel y otros grandes ocultistas.
Por tanto, nuestra obligación, como discípulos de la Escuela de
misterios Rosacruces de Oceanside, el erigirnos en humildes
atalayas conductoras de almas que, con el decurso del tiempo
buscarán sedientas la sabiduría inmersa en los escritos y verdades
legadas a nuestro mentor Max Heindel.
He terminado y gracias por escucharme.
José Mejía R
19—09-2024
LA EDAD DEL OSCURANTISMO

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