Psicologia Unidad 6

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PSICOLOGÍA

UNIDAD VI
• Lic. Darío Eliseo Rojas Amarilla
La personalidad madura
Una personalidad madura suele manifestar características como la
estabilidad emocional, la capacidad de tomar decisiones de manera
reflexiva, la empatía hacia los demás y la responsabilidad por sus
propios actos. Las personas con una personalidad madura tienden a
tener un sentido del yo bien desarrollado, lo que les permite mantener
relaciones saludables y enfrentar desafíos con serenidad y equilibrio.
También suelen tener una buena capacidad para adaptarse a situaciones
cambiantes y aprender de las experiencias pasadas.
Las Ocho edades del hombre.
Características de la
personalidad madura.
1. Etapa prenatal- Confianza vs. Desconfianza (Desde
la concepción hasta los 2 años)
Si el niño o niña recibe los cuidados en cuanto a buena
alimentación, higiene y otras necesidades básicas propias
de esta edad se sentirá amado por sus padres o quien lo/a
cuide. Adquirirá la confianza y optimismo que necesita
para desarrollarse debidamente.

Si estos cuidados y el amor no son proveídos en esta etapa,


el bebé crecerá con inseguridades en sí mismo y en otras
personas.
2. Infancia- Autonomía vs. Vergüenza (de 1-2 años a 3-4 años)
El niño que recibe la atención apropiada por parte de sus padres en
esta etapa, adquiere control en sí mismo y se siente orgulloso de
sus pequeños logros en vez de sentirse avergonzado. Es importante
darle alternativas sobre mínimas cosas para que su carácter y
voluntad propia se empiece a desarrollar.
Algunos ejemplos de cómo un niño puede desarrollar autonomía a
esa edad es permitiéndole que escoja los zapatos y ropa que quiera
usar, o cuál tipo de galleta quiere comer, etc.
3. Niñez- Iniciativa vs. Culpa (3 a 5 años)
El interés por hacer amigos y desarrollar sus habilidades
sociales serán sus primeras interacciones para conocer su
comportamiento.
En esta etapa es cuando la creatividad despierta al igual que
la curiosidad por saber y aprender cosas. Si los padres
reaccionan negativamente a sus actividades y múltiples
preguntas curiosas, los niños podrían generar un sentimiento
de culpabilidad.
4. Infancia intermedia- Laboriosidad vs. Inferioridad (6
a 12 años)
Los niños demuestran un interés por el funcionamiento de
todas las cosas que ven o se les ocurra. Empiezan a realizar
actividades solos con su propio esfuerzo, aplicando los
conocimientos y habilidades que han aprendido hasta este
momento.
Si sufre frustración en esta etapa, el infante puede sentirse
inferior e inútil, sintiéndose inseguro frente a los demás.
5. Adolescencia- Identidad vs. Confusión (13 a 20 años)
Si ya superó las otras etapas sin frustraciones de ningún tipo, el
chico o chica busca identificarse como individuo. Empieza a
vestirse y peinarse para definir su estilo.
Es normal que en esta fase muchos adolescentes se rebelen e
inclusive cometan actos menores de vandalismo, debido a la
confusión temporal de identidad que experimentan a esta edad.
6. Etapa adulta temprana- Intimidad vs. Soledad (20 a 40
años)
La forma de relacionarse con las personas es distinta, pues el
individuo empieza a priorizar relaciones más íntimas que
ofrecen y requieren de un compromiso recíproco, una
intimidad que genera una sensación de seguridad, compañía
y confianza.
Sin embargo, si se evade ese tipo de intimidad, puede llegar a
sentir soledad o aislamiento a tal grado que puede convertirse
en depresión.
7. Adultez- Generatividad frente al estancamiento (40 a 60 años)
Se prioriza la búsqueda de equilibrio entre productividad y el
estancamiento; una productividad que está vinculada al futuro, al
porvenir y bienestar de su familia.
Es el momento en el que muchas personas se replantean el sentido de la
vida y comienzan a sentir los primeros deterioros en su salud física.

8. Vejez- Integridad del yo frente a la Desesperación (60 al


fallecimiento)
Es una etapa difícil pues la vida y su forma de vivirla se ve alterada; los
amigos y familiares fallecen y tienen que afrontar los duelos que causa
la vejez, tanto en su propio cuerpo como en el de los de su alrededor.
Se crea una aceptación del fin de la vida.
VALORES E INTERESES
Los valores de las personas podemos definirlos como los principios o
normas que facilitan la armonía y la convivencia en la sociedad. Son los
pilares en los que se construye la personalidad y en los que nos basamos
para actuar ante las circunstancias que nos acontecen. Los forman el
conjunto de virtudes de una persona para interactuar y relacionarse con
su entorno. Los valores humanos se corresponden con los valores éticos,
morales o sociales, ya que nos indican la diferencia entre lo que es
correcto y lo que no lo es.
En su conjunto, los valores, constituyen las reglas establecidas para
conseguir una convivencia sana en la sociedad y, en este sentido,
establecen y regulan las acciones de las personas con la finalidad de
generar el bienestar general e individual. Se pueden citar multitud de
valores, y cada uno será más importante para cada persona, aunque
existen algunos de suma importancia que coinciden para la mayoría.
El “YO”. El “Súper
YO”. El “YO” ideal
Sigmund Freud empleó tres palabras-conceptos que resultan bastante
difíciles de distinguir y, a veces, se usan (un poco livianamente) de
manera intercambiable: “ideal del yo” (Ich-Ideal), “yo ideal” (Ideal
Ich) y “superyó” (Über-Ich).
El "yo" es un concepto fundamental en psicología y filosofía que se
refiere a la identidad o la esencia de una persona. Es la percepción y la
conciencia que una persona tiene de sí misma como un individuo único
y separado de los demás. El "yo" implica la capacidad de reflexionar
sobre uno mismo, de reconocer y diferenciar los propios pensamientos,
emociones, deseos y acciones de los de los demás.
El desarrollo del yo es un proceso complejo que comienza desde la
infancia y continúa a lo largo de la vida. Se ve influenciado por una
variedad de factores, incluyendo las experiencias personales, las
interacciones sociales, las influencias culturales y las normas sociales.
El "superyó" es un concepto clave en la teoría psicoanalítica
desarrollada por Sigmund Freud. Forma parte de la estructura de la
personalidad junto con el "yo" y el "ello". El superyó representa la
parte de la mente que internaliza las normas, valores y expectativas
de la sociedad y de las figuras de autoridad, como los padres o
cuidadores.
Freud describió al superyó como la instancia moral o ética de la
mente. Se desarrolla a partir del complejo de Edipo, donde el niño
internaliza las normas y prohibiciones de los padres. Está
compuesto por dos componentes principales:
El ideal del yo: Este aspecto del superyó se compone de los estándares y valores
aspiracionales. Representa lo que la persona idealmente aspira a ser y cómo debería
comportarse según las normas sociales y las expectativas culturales.
La conciencia moral: Esta parte del superyó consiste en los juicios morales y las
críticas internas que una persona experimenta cuando actúa en contra de las normas y
valores internalizados. La conciencia moral puede provocar sentimientos de culpa,
vergüenza o remordimiento cuando se violan las normas éticas o morales.
El superyó opera en un nivel preconsciente e inconsciente y puede influir en el
comportamiento y las decisiones de una persona de manera significativa. Freud
consideraba que el superyó actúa como un contrapeso al ello (instintos y deseos
impulsivos) y al yo (la realidad y la racionalidad), ayudando a mantener el equilibrio
entre las demandas internas y externas.
¿Cuáles son los beneficios?
Por lo tanto, podemos hacer hincapié en algunos de los
beneficios que nos aporta las relaciones sociales con los
demás:
 Aportan felicidad
 Ayudan a salir de la zona de confort y nos dan
diferentes puntos de vista
 Aumentan la autoestima
 Dormimos mejor
 Mejoran la gestión de emociones
Relación emocional con otras personas
La relación emocional con otras personas es fundamental para el bienestar
emocional y la salud mental. En una relación emocionalmente saludable, las
personas se apoyan mutuamente, se comunican de manera abierta y honesta,
muestran empatía y respeto, y comparten tanto los momentos felices como los
desafíos.
Una parte importante de una relación emocionalmente satisfactoria es la
capacidad de establecer límites saludables. Esto implica saber cuándo decir "sí" y
cuándo decir "no", respetando las necesidades y los límites personales, así como
los de los demás.
La comunicación efectiva también desempeña un papel crucial en las relaciones
emocionales. Esto implica expresar tus sentimientos y necesidades de manera
clara y respetuosa, pero también escuchar activamente a la otra persona para
comprender sus puntos de vista y emociones.
Las relaciones sociales fortalecen y equilibran ante los golpes de la vida.
Reducen el estrés à Siempre que se puedan transmitir nuestras emociones y
sentimientos mediante una conversación con alguien en quien confiamos,
hará que la ansiedad y la tensión que tengamos acumulada se reduzca debido
al descenso de “las hormonas del estrés” que nuestro cuerpo segrega.
Aumentamos nuestra empatía à Uno de los principales aspectos que nos
caracterizan a los seres humanos es la capacidad que tenemos de ponernos
en el lugar de la otra persona. Sin embargo, cuando nos relacionamos con
nuestras relaciones de amistad lo llevamos más aún al extremo. Esto es
debido que si hay algo que afecta a la persona que tenemos al lado, a
nosotros también nos afecta y viceversa. Por lo tanto, en nuestro sentido del
“yo” están incluidas nuestras personas más cercanas.
Seguridad emocional

La seguridad emocional es un estado en el que una persona se


siente cómoda y confiada en sus relaciones interpersonales, así
como consigo misma. Implica tener una base sólida de autoestima
y autoconfianza que permite afrontar los desafíos de la vida con
calma y estabilidad emocional. Aquí hay algunas características
clave de la seguridad emocional:
• Autoestima saludable
• Autonomía emocional
• Relaciones saludables
• Resiliencia
• Seguridad en uno mismo
La seguridad emocional es un proceso continuo que puede
desarrollarse a lo largo del tiempo mediante el autoconocimiento, la
autorreflexión y la práctica de habilidades de afrontamiento saludables.
Es importante recordar que todos enfrentamos momentos de
inseguridad emocional en algún momento, pero cultivar la seguridad
emocional puede ayudarnos a atravesar esos momentos con mayor
facilidad y resiliencia.
La salud emocional es una parte importante de la salud general. Las
personas que están emocionalmente sanas tienen el control de sus
pensamientos, sentimientos y comportamientos. Son capaces de hacer
frente a los desafíos de la vida. Pueden mantener los problemas en
perspectiva y recuperarse de los contratiempos. Se sienten bien
consigo mismos y tienen buenas relaciones.
MUCHAS GRACIAS!!!

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