Escudo de Armas de Ovando

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Escudo de Armas de

la familia
DE OVANDO
ubicado en la Casa
de Los Muñecos en
Puebla
DESCRIPCIÓN DEL ESCUDO DE ARMAS los alemanes de sable, los polacos de sinople y los ingleses de oro. La cruz
recuerda también la célebre Batalla de las Navas de Tolosa en 1212. Cuando
Armas Primitivas (*) la cruz se halla disminuida a la mitad de su anchura, se llama estrecha.

En plata, una cruz flordelisada, de gules, con cuatro veneras de gule, en torno Cuatro
a ella. El número cuatro es el número del Tetramorfos, formado por los cuatro
Bordura de gules, con ocho aspas de oro evangelistas; también cuatro son los ríos que parten desde el centro del
paraíso (Pisón, Geón, Tigris y Eúfrates) y riegan las cuatro partes de la tierra,
(*) Las armas primitivas son las más antiguas que pertenecen al tronco común tal y como aparecen representados en los antiguos planisferios medievales.
de un linaje, y que por lo tanto, corresponde a utilizar a la mayoría de sus Así, cuando se repita cuatro veces una figura en el escudo habrá de colocarse
descendientes. de dos formas posibles, bien adoptando la posición que ocupan los cuatro
extremos de los dos palos que forman la cruz en que murió Jesucristo, en
Simbología básica del escudo recuerdo del espíritu cristiano del portador de dicho blasón; lo que en
heráldica se dice en cruz. O bien acompañando a una cruz simbólica,
Aspa colocándose en los extremos que sus palos dejan libres, es decir una en cada
Representa el estandarte o guión del caballero, símbolo de la razón de su uno de los cuatro cantones del escudo, a fin de representar el deseo de
causa que se muestra sin engaño a todos (Sotuer, Cruz de San Andrés) extender el reino de Cristo por todo el orbe; lo que en heráldica se dice
cantonada de …
Bordura
También denominada bordadura. Simboliza protección, favor y recompensa; Gules
así mismo la cota que vestían los caballeros para la guerra y que al salir de la El gules o rojo simboliza a Marte, entre los planetas; de los signos del
pelea, ostentándola manchada de sangre enemiga, eran premiados con el Zodiaco, Aries y Escorpión; de los elementos, el Fuego; de las piedras
añadido de la bordura de escudo, como insignia de valor. La bordura también preciosas, el rubí; de los días de la semana, el martes; de los meses del año,
se usa para combinar armerías, con la particularidad que las armas situadas marzo y octubre; de los metales, el cobre; de los árboles, el cedro; de las
en la bordura tienen siempre carácter secundario. flores, el clavel; y de las aves, el pelicano. Las características heráldicas que
le corresponden son: Fortaleza, Victoria, Osadía, Alteza y Ardid. Los que traen
Cruz este color en sus escudos están obligados principalmente a socorrer a los que
Símbolo de la espada de los caballeros, a quienes se concedía esta pieza se ven oprimidos por injusticia.
cuando regresaban del combate con su espada teñida en sangre enemiga.
Representa el espíritu de la caballería identificado por su espada y orientado Ocho
siempre hacia la defensa de la religión y la protección de los más débiles. El número ocho simboliza el renacimiento que experimenta el hombre tras ser
También fue tomada la Cruz como enseña por la mayor parte de los bautizado; de ahí que en heráldica se utilice en cuanto al número de
Cruzados, llevándola de distinto color, según la nación a que pertenecían: los elementos repetidos que se cargan sobre una bordadura, dado el carácter de
españoles llevaban de gules, los franceses de plata, los italianos de azur, éstas como brisura para diferencias el nacimiento de nuevos linajes de un
tronco común. Así éste es el número más frecuente con que las aspas, lises,
escaques, estrellas o bezantes aparecen cargados en las borduras.
Oro
El oro simboliza el topacio. En las armerías de los reyes se le llama “sol”, en
las de los nobles con título de Duque, Marqués, Conde, etc., “topacio” y en el
de la nobleza en general “oro”. En su relación con los astros el oro es el Sol;
de los doce signos del Zodiaco, Leo; de los elementos, el Fuego; de los días
de la semana, el domingo; de las aves, el gallo; de los cuadrúpedos, el león y
de los peces, el delfín. Las características heráldicas que le corresponden son:
Nobleza, Magnanimidad, Riqueza, Poder, Luz, Constancia y Sabiduría. Por las
leyes de la heráldica, cuantos lleven este metal en sus escudos están
obligados a hacer el bien a los pobres y a defender a sus príncipes, peleando
por ellos hasta su última gota de sangre.

Plata
La plata significa en su correspondencia con las piedras preciosas la perla. De
los astros, la Luna; de los signos del Zodiaco, Cáncer, y de los elementos, el
Agua; de los días de la semana, el lunes; de los meses del año, los de enero y
febrero; de los árboles, la palmera; de las flores, la azucena; de las aves, la
paloma; y de los animales, el armiño. La plata en las armerías recibe el
nombre de la Luna en lo que se refiere a las de los soberanos; en las de los
títulos, perla, y en las de los restantes nobles, plata. Las características
heráldicas que le corresponden son: Pureza, Integridad, Obediencia, Firmeza,
Vigilancia, Elocuencia y Vencimiento. Y los que la llevan en sus armas están
obligados a defender a las doncellas y amparar a los huérfanos.

Venera
Simboliza al caballero que, abandonando las delicias de su casa, marcha a las
fronteras de sus estados para ensancharlas combatiendo. También simboliza
un espíritu ardiente dirigido hacia la emulación de las acciones heroicas de
sus antepasados. La concha o venera recuerda la Batalla de Clavijo, ganada a
los musulmanes en 844, cuando los cristianos invocaron a Santiago,
apareciéndose visiblemente el apóstol y ayudándoles a ganar la célebre
Batalla en la que sucumbieron setenta mil moros. La concha es símbolo de
peregrino (concha,vieira)

Fuente: heraldaria.com
CASA DE OVANDO EN
CÁCERES, EXTREMADURA,
ESPAÑA
Apellido Ovando de Cáceres
En la ciudad antigua de Cáceres, patrimonio de la Humanidad, frente a la La casa, sin embargo, no pasó a él (que recibió un cuarto de la Arguijuela, que
Casa de los Paredes Saavedra, el Solar Primitivo de los Ovando. Sí, ése, sería el origen del Señorío de la Arguijuela de Abajo) sino a su hermano
precisamente ése que están viendo, esa casa que parece no tener antigüedad Francisco de Ovando el Viejo. Recibió otra parte de la Arguijuela, y él la
ni signo de riqueza o esplendor alguno al exterior, esa vivienda tan poco acrecentó con el Dehesijo, la Cervera, el Campillo de Corcobado y se convirtió
hidalga, nada blasonada es la morada primera de -quizá- la familia más ilustre, en una de las primeras fortunas de la Villa. Su hijo, Francisco de Ovando el
prolífica y universal que esta ciudad ha dado al mundo.
Rico compró --como ya dije en su día-- las casas de los Monroy para su hijo
Ustedes ven la fachada, nada, absolutamente nada nos indica cosa alguna de primogénito (también llamado Francisco) lo que dio origen al Palacio de la
las glorias de esta casa. De hecho se pasa ante ella y ni siquiera se repara en Generala. De ese Francisco descienden los Señores de la Arguijuela de Arriba
verla con algo de detenimiento. Cuatro balcones arquitrabados con rejería y los Marqueses de Camarena la Vieja y Camarena la Real. Su segundo hijo,
moderna, los restos de una torre a la izquierda de la fachada, portada Cristóbal, fue Señor de la Aldehuela y su descendencia se extinguió en los
rectilínea y tres ventanas en el piso inferior. Antes hubo aquí una taberna y al Ovando Perero, Señores de la Casa Fuerte de las Seguras.
entrar en ella se percataba el ojo avispado de que aquel patio insinuaba, daba
pistas de que aquello había sido un día algo más de lo que parecía ser. Y era, Sin embargo, esta casa príncipe de la familia pasó a su hijo tercero, que
como dije y diré, el primer solar de los Ovando. parece ser era su preferido, Cosme de Ovando, para quien su padre creó un
mayorazgo. Cariño le debía tener el padre, cuando le dejó a él el solar familiar.
Los Ovando son tan antiguos como la propia existencia del Cáceres cristiano Sus descendientes fueron Señores de Zamarrillas y recayó en su
de la Reconquista, son de varonía Blázquez, esto es, descendientes del descendencia el Mayorazgo de Hernando de Ovando y esta línea se extinguió
legendario Juan Blázquez, conquistador de la Villa. Descienden de Fernán en los Mayoralgo por matrimonio de Isabel de Ovando y Vera con José María
Blázquez y de su mujer Leonor Alfón de Ovando. Vivían en esta casa, según de Mayoralgo y Golfín, I Conde de la Torre de Mayoralgo.
se desprende de la partición de sus bienes. Aquí nació, pues fue el segundo
hijo del matrimonio y varón primogénito, el Capitán Diego de Cáceres Ovando,
una de las figuras más importantes de la historia de Cáceres, Extremadura, Fuente: Francisco Acedo - Periódico Extremadura
Castilla y España del siglo XV. Aquí viviría antes de su destierro aragonés y
desde su vuelta hasta la erección de la Casa de las Cigüeñas ya en el reinado
de los Reyes Católicos.
LA CASA DE LOS MUÑECOS, UN EJEMPLO DE LA
ARQUITECTURA BARROCA EN PUEBLA
La casa de los muñecos es un ejemplo claro de la arquitectura barroca en la ciudad de Puebla, en la fachada se puede apreciar el
uso de la talavera, ladrillo, azulejos de diversos colores y argamasa; esta casa se ubica en la 2 norte núm. 2

Esta antigua casa data del siglo XVIII y fue edificada por el regidor y Alcalde Agustín de Ovando y Villavicencio; aunque el dueño
nunca vivió en esa casa.

Se tiene registro y lo confirmó el cronista Hugo Leicht que “en 1832 la posesión se registró como dos casa seguidas con un
producto anual de $700 y $1300; además en 1835 en esta casa se hallaba el “almacén de hilados” de Esteban de Antuñano.
Con el sismo de 1997 la casa sufrió varios daños por lo que estuvo cerrada hasta el 2006 cuando ya se inauguró como Museo
Universitario de la BUAP.

Lo que representan “Los Muñecos”

Recibe el nombre de la “Casa de los muñecos” por las dieciséis figuras humanas grotescas realizadas en talavera que aparecen
en la fachada.

De acuerdo con la página oficial del museo “Casa de los Muñecos”, que representan, según la tradición y una de las versiones, a los
concejales que se oponían a la construcción de esta casa porque el propietario quería que fuera más afta que las casas consistoriales
del gobierno.

Además Hugo Leicht apuntó en Las calles de Puebla una anécdota sobre este tema:

El dueño edificó su casa más alta que el Palacio Municipal sin el permiso y contra la voluntad del Cabildo y que las figuras se
burlan de los regidores en su Palacio de enfrente-aunque cabe destacar que este no fue el único caso en la ciudad de Puebla-.”
También se pone en duda la procedencia de los muñecos, así que existe una triple hipótesis: que los muñecos fueron hechos en
Oriente, que fueron hechos en Puebla a partir de modelos orientales o que fueron hechos en Puebla por loceros orientales.
En la puerta principal se ubica el escudo de la familia Ovando y Villavicencio; el perímetro del marco está decorado con
elementos vegetales, hojas de acanto, uvas y granadas; se aprecian elementos grecolatinos en los pechos de los atlantes. Una
balaustrada de hierro remata el edificio con ocho pináculos en forma de macetones.
EL PUENTE DE OVANDO: UNA TRÁGICA LEYENDA DE AMOR POBLANO

Se ubica en la intersección del bulevar Héroes del 5 de Mayo y la 3 Oriente.


Corrían los años de la Puebla colonial, aquella época donde el apellido de abolengo y mantener el prestigio eran todo para las
familias pudientes. Una de éstas era la familia Ovando, contada entre las más ricas y poderosas de Puebla.

Cuenta la historia que el patriarca era tan acaudalado, que mandó a construir su propio puente para cruzar el río San Francisco y
unir su casa, situada en lo que ahora es el barrio de Analco, con el resto de la ciudad.

Pero el legado de su poderío económico –que perdura hasta la actualidad, sobre el bulevar 5 de Mayo y la 3 Oriente– también se
convertiría en la marca de la tristeza para esta casa.

Relata la leyenda que Ovando tuvo dos hijos: un fuerte y valiente varón, y una hermosa mujer, que llegada a los 16 años, comenzó
a creer en un amor que rebasaría los estándares sociales.

Fue así como la joven se enamoró de un poblano de clase media y enfrentó a su padre, que amenazaba con desconocerla.
–“Pero yo lo amo”–, decía la doncella.

–“¿Qué tiene que ver el amor con el matrimonio?”–, respondió el enfurecido patriarca. –Primero muerto, antes que verte pedir
limosna en un puente–.

Desconsolada ante la actitud de su padre, la joven lloraba por el amor que sentía hacia el joven poblano y pensaba cómo remediar la
situación.

Así, llegó a la conclusión de que al perder su virginidad con su enamorado, a su progenitor no le quedaría más remedio que
aceptar la unión para escapar de la deshonra.

Para lograr su objetivo, los jóvenes aprovecharon un viaje de negocios del patriarca Ovando y en la misma cama que le vio nacer, la
doncella se entregó de la forma en que sólo quien está realmente enamorado sabe hacerlo.

Sin embargo, la pareja no advirtió que dentro del armario de la joven se escondía su hermano, quien al ver la escena, empuñó su
pistola y gritó: “¡Tú!”.

–“¡Hermano!”–, respondió la chica.


Enfurecido, el joven Ovando disparó al hombre que había deshonrado a su familia; pero su hermana se interpuso y recibió en su
pecho, la bala que le hirió de muerte.

Como respuesta, el varón poblano de clase media intentó llegar hasta su espada; pero el noble Ovando fue más rápido y con una
daga de cinto, le cortó el cuello.

Varios días de luto riguroso llenaron a la casa de la familia Ovando, cuyo hijo no pisó la cárcel al establecerse que cometió un
“crimen de honor”;pero no escapó a la muerte, porque tiempo después, fue encontrado tirado en un callejón.
En Puebla, se dijo que los responsables habían sido los familiares del joven enamorado de la chica Ovando. Nadie pudo
comprobarlo.

Para el padre, la tristeza por la muerte de su amada hija creció con el fallecimiento de su ya único heredero y lleno de desdicha, se
entregó a la bebida y solía cruzar su puente a altas horas de la madrugada.
Una de esas noches, llovía copiosamente mientras el patriarca cruzaba el puente y justo en la entrada, vio a una mujer que le dijo:

–“Señor, por la sangre de Cristo, deme una moneda”.

El hombre la reprendió: “¿Qué horas son estas de pedir limosna a la entrada de mi puente?”

Entonces, con una voz de ultratumba, la mujer le dijo: “¿No me reconoces padre? Pido limosna y la pedirá a toda tu descendencia
hasta el fin del mundo; porque a manos de mi propia familia he muerto”.

–“¿Quién eres?”–, dijo el hombre –“¿Acaso eres un ser del mal?”–.

–“Mírame bien, soy tu hija”–, respondió la mujer.

Horrorizado, el noble Ovando trató de escapar, negándose una y otra vez lo que acababa de ver; pero una inexplicable crecida del
río le atrapó y su cuerpo fue encontrado sin vida varios días después.

Mucho tiempo después, aún se contaba entre los lugareños que esta misma silueta se paseaba por el Puente de Ovando a la
media noche y si uno entregaba la limosna, podía pasar libremente; pero si no, se corría el mismo final del patriarca.

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