Lección 1 MÁS QUE UN NOMBRE

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Lección 1

MÁS QUE UN
NOMBRE

Génesis 17:1; 49:25;


Éxodo 3:6; Números
1:6; 24:4, 16. 4 de Enero 2025
ENFASIS DE LA LECCIÓN:

EL NOMBRE COMO
EXPRESIÓN DE EXPERIENCIAS
Porque un niño nos es
nacido, hijo nos es dado,
y el principado sobre su
hombro; y se llamará su
Isaías 9:6
nombre Admirable,
Consejero, Dios Fuerte,
Padre Eterno, Príncipe de
Paz
OBJETIVO

Comprender el sentido que tienen los


“nombres” de Dios en la cultura
hebrea, identificar las experiencias que
representan y cómo estas cobran vida
en nuestra propia relación con Dios.
Para nosotros, el “nombre” de una
persona tiene un sentido muy distinto a
lo que representaba para la cultura
hebrea en los tiempos antiguos. Para
nosotros, sencillamente es la manera
de identificar a alguien.
Sobre todo, después de que se inventó
el registro civil, llevamos un nombre
que nos acompaña a lo largo de la vida
y lo usamos para muchas aplicaciones.
Es necesario comprender que esta
manera de entender el “nombre” es
relativamente nueva; en tiempos
pasados y en diversas culturas han
variado sus acepciones o
comprensiones. Tal es el caso de la
cultura hebrea antigua.
Para ellos, el nombre representa
más que una manera de identificar a
alguien; en algunos casos el nombre
refleja el papel que desempeña una
persona dentro de la historia, y en
otros expresa una experiencia.
Por eso es frecuente ver en el texto
que a los personajes se les cambia el
nombre, ya sea porque su experiencia
de vida ha cambiado o porque
desempeñan un carácter distinto
dentro de la historia.
Por ejemplo, podemos evocar el caso de
Noemí, cuyo significado es “dulce o
placentera”, pero al cambiar su experiencia
de vida, después de haber perdido todo: a
su esposo, sus tres hijos, y no tener
descendencia, lo que representaba
también perder sus tierras o herencia, pide
que su nombre sea cambiado por Mara,
cuyo significado es amargura (Ruth 1:20).
Un ejemplo en el cambio de
caracterización es el de Abraham, quien
primero era Abram, padre enaltecido, y
se trans forma en Abraham, el padre de
muchos pueblos (Génesis 17:5).
Lo anterior se aplica también a Dios,
cuyo nombre expresa diversas
experiencias del pueblo o algún
personaje en su caminar con Él. El
nombre de Dios tiene un sentido muy
profundo que expresa su relación con
el ser humano y las variadas
experiencias que ha provisto para él.
De manera que cuando el texto dice que
les “ha revelado su nombre”, no significa
que les indicó cómo deben llamarle, sino
la experiencia y la relación que establece
con ellos. Por ejemplo, lo que expresa
nuestro texto base, pues sabemos que
Jesús, quien cumplió esa profecía no se
llamaba así, sin embargo, proveyó esas
experiencias y caracterizó esos nombres.
En esta lección recordaremos
algunos nombres referidos a Dios
en el Antiguo Testamento con el
propósito de que esas experiencias
vuelvan a cobrar vida en nuestra
propia historia.
ANÁLISIS
Realizar buenas obras es una
experiencia que nos sumerge
tanto en el espacio divino como en
el humano.
I.
Así como en nuestro idioma existe una
palabra genérica para hablar de una
divinidad, que en nuestro caso es el vocablo
“dios”, en el Antiguo Testamento se
encuentra la palabra ’ēl, una expresión que
era utilizada en las diferentes culturas
semitas, sobre todo en la región de Canaán,
para referirse a un ser fuerte y poderoso
que se encontraba por encima del ser
El equivalente en el idioma griego
es theós (θεὸς). Los hebreos, como
descendientes de las culturas
semitas, utilizaron la expresión ’ēl
para referirse de forma general a su
Dios, pero también para hablar de
cualquier dios, incluyendo los dioses
de los otros pueblos.
Al realizarlas, se obra un milagro
grandioso por la gracia de Dios; ya que,
nosotros, simples mortales y reos de
pecado, recibimos la bendición y el honor
de practicar las obras de Dios, quien está
obrando en nosotros, transformando
nuestros deseos y motivaciones, y dando
fruto en nuestras vidas.
I. ’ēl
Dios, la experiencia de
estremecimiento ante la
grandeza.
Desde los inicios de la historia humana,
la idea de Dios ha causado un
sobrecogimiento, fruto del asombro ante
la revelación de una grandeza inusitada
y un terror reverencial que se genera
cuando el ser humano toma consciencia
de su pequeñez y futilidad ante la
inconmensurable realidad que está
frente a él.
Los antiguos experimentaron tal
grandeza y tomaron consciencia de la
distancia que mediaba entre ellos y
Dios; para identificar al ser que
suscitaba tal experiencia usaron la
expresión ’ēl. Comente.
La palabra ’ēl, fue conjugada con otras
expresiones que evocaban distintas
experiencias, lo que derivó en
diferentes “nombres” de Dios.
Veamos, como ejemplo, las más
significativas:
a. ’ēl shaddai
Dios de la montaña
(Génesis 17:1; 49:25; Números 1:6;
24:4, 16; en nuestras Biblias,
generalmente se traduce como el
Omnipotente). Para los seres
humanos las montañas han
representado siempre esos cuerpos
enormes que infunden asombro y
respeto.
La montaña representa altura, fortaleza,
firmeza y consistencia. Dado que en el
lenguaje hebreo no existe una palabra
que exprese todas esas características
de manera abstracta, recurrieron al
lenguaje concreto para comunicar su
experiencia con el Dios de gran tamaño,
firme y permanente que se manifestó en
sus vidas.
También, el Dios de la Biblia es quien
se manifiesta en lo alto del monte, en
medio de truenos, relámpagos y
rodeado, cual manto, de una nube
(Éxodo 19). Comente.
La experiencia guardada detrás de este
nombre es la firmeza. Por ejemplo. En
Génesis 17:1, Dios le aparece a Abram
para darle sus promesas y hacer con él
un pacto; este estará respaldado en la
firmeza, permanencia y grandeza de
Dios, que como una montaña no se
moverá. Opine.
b. ’ēl elyon
Dios altísimo
o el Dios excelso
(Génesis 14:18, 19; Números 24:16).
Otra conjugación que sirve para
expresar la experiencia con Dios es la
que describe altura. A Dios se le
experimenta alto sobre alto, es un
Dios que pertenece y habita en las
alturas, pues está por encima de todo.
Los antiguos quisieron expresar la
distancia gigantesca que existe entre el
Creador y sus criaturas, entre Dios y
cualquier otro poder conocido por el
ser humano; sobre todo, ’ēl elyon es
Dios cuya altura es abismal si se
compara frente al ser humano o frente
a los ídolos, los dioses falsos que el
mundo conoce.
Los israelitas experimentaron tal
grandeza que los llevó a reconocer,
confiar y esperar en ese Dios que se
sitúa por encima de los cielos.
La experiencia atesorada en la
profundidad de este nombre es la
certeza de que Dios está por encima de
todo. Tal es el caso de Abraham, quien
después de liberar con una fuerza
inferior a su sobrino Lot y a los reyes de
Sodoma y Gomorra, entrega los
diezmos al sacerdote Melquisedec,
como reconocimiento a ’ēl elyon. Opine.
c. ’ēl olam /
Dios de los tiempos pasados
’ēl, también es ’ēl olam, el Dios que
estuvo presente en los días pasados,
en los tiempos de los padres, en las
eras en que comenzó todo. Dios no es
grande solo en poder, tamaño y
fuerza, sino también en permanencia,
es el Dios a quien los tiempos no lo
cambian ni lo hacen estar ausente.
Es el Dios al que conocieron los
padres y ha estado presente a
través de las generaciones. Olam es
la experiencia de constancia,
permanencia y certeza de que,
aunque pasen los tiempos, Él estará
allí para los suyos.
La experiencia resguardada en este
nombre es la confianza en la
permanencia de Dios en el tiempo.
Tal firmeza lleva a Abraham a hacer
un compromiso con Abimelec y hacer
un pacto como testimonio para las
generaciones de que él había cavado
ese pozo.
Además, sembró un árbol tamarisco,
señal que permanecería como testigo
perdurable. Pero, sobre todo, Abraham
invocó al Dios que permanece a través
de los tiempos, quien sería su principal
testigo y garante. Comente
AP
LI C
AC

N
1. Comparta:
• Su experiencia de
sobrecogimiento ante la grandeza
de Dios.
• Cómo ha experimentado al Dios de
gran tamaño, firme y permanente
que se manifestó en su vida.
• Cómo ha sido su vivencia para
experimentar la gran distancia que
separa a Dios de usted como
criatura.
• Cómo experimenta la constancia,
permanencia y certeza de que,
aunque pasen los tiempos, Él estará
allí para usted.
Recuerde: La aplicación es personal, y
lo importante es re flexionar en su
propia experiencia con Dios y
compartirla con sinceridad y
disposición con la iglesia.
2. Con base en las reflexiones de
hoy, describa su experiencia con
Dios, cómo ha sido y cómo
desea que se renueve. Anótelas
en su libreta de registro y
dedique tiempo diario para orar
y cultivar esas experiencias en
el poder del Espíritu.
´
Los nombres de Dios en la cultura
hebrea reflejan experiencias profundas
y significativas que tanto los individuos
como el pueblo tuvieron con Él. Cada
nombre refleja diferentes aspectos de la
relación de Dios con sus criaturas como
grandeza, altura, poder y permanencia.
El término ’ēl y sus diversas
conjugaciones (’ēl shaddai, ’ēl elyon y
’ēl olam) revelan la percepción de un
Dios que provoca asombro por Su
grandeza y poderío, que está por
encima de todo lo creado, y que
permanece constante a través de las
generaciones.
Estas experiencias de los antepasados
siguen siendo relevantes en nuestros
días, pues nos invitan a reflexionar
sobre nuestra propia relación con Él y
cómo experimentamos Su presencia
cada día.

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